Yuusha-sama no Oshishou-sama

Capítulo 28 - Nobles y Plebeyos (I)

“¡Eh, Wynn!”

Locke, que había terminado su trabajo como caballero (recados normalmente para caballeros formados completamente), llamó a Wynn cuando lo vio de pie en la alfombra roja en el pasillo sin nada que hacer.
Wynn se volvió y agitó la mano al oír su voz.
Al reconocer a Locke, el alivio apareció en su rostro.

“¿Así que terminaste tu trabajo?”

“Ah, ¿eh? ¿Leticia-sama no está contigo?”

“La maid* de Cornelia-sama vino y acaba de arrastrarla. Debería haber otra guía viniendo pero..." (Sé que podría cambiarlo por criada o sirvienta, pero a mí me gusta más maid, así que lo siento por los que les moleste.)

“Entonces deberías esperar un poco. Por aquí hay lugares donde los de clase baja no pueden entrar.”

"Por supuesto. Es mi primera vez en un palacio como este, y no puedo calmarme.”

Wynn miró inquieto a su alrededor.
Cuando Leticia estaba con él, no se sentía tan indefenso como cuando esperaba solo.
Era inevitable que los caballeros del palacio que montaban guardia aquí y allá le dieran miradas de rechazo.
¿Alguien podría arrestar a una persona sospechosa?
Ese pensamiento cruzó su mente.

En realidad, sabían que Wynn era el Maestro del Valiente, y lo estaban simplemente observando ahora que la persona de la cual se rumoreaba estaba ante ellos.
“Sin embargo, es como si fueras al palacio con tu uniforme de caballero, cuando la princesa te invita a tomar el té.”

"Simplemente no tengo otra ropa. Si las tuviera, también las habría llevado a ese banquete. Este es el conjunto más formal de ropa que tengo.”

“Si ese es el caso, ¿por qué no pides prestado algo?”

"Si lo hiciera, no me vería bien con ello. ¿Tú llevas el uniforme de caballero?”

"Así es. Pero como soy caballero aprendiz, no tengo la insignia. Como aprendiz, estoy a cargo de mis recados.”

"Eso es tan genial... estoy celoso..."

‘¿Él es idiota?’

Locke estaba realmente sorprendido por su amigo.

‘La cosa que es verdaderamente genial no son estas prendas superficiales, sino el hecho de que un plebeyo sin ninguna influencia política como tú fue invitado al castillo.’
Ni siquiera los nobles de mayor rango son invitados, y mucho menos otros nobles normales.
‘¡Eres un tonto sin remedio! ¡Date cuenta!'

Era Locke quien estaba celoso de Wynn, que estaba mirando sus ropas.
Locke sonrió irónicamente ante el hecho de que su amigo no había comprendido lo verdaderamente asombroso de la situación.

"No es que me importaran las miradas de los caballeros del palacio, pero..."

"Si realmente pensaran que eres una persona sospechosa, ya habríamos sido aprehendidos. No te preocupes.”

"Caballeros de Palacio, eh…"

Wynn miró a los caballeros del palacio que estaban de pie cerca de él.

“Los admiro. Aunque pueda ser imposible ser Caballero Imperial, quiero formar parte de los caballeros de palacio.”

"Bueno, estará bien. Tal vez te convertirás en uno. En lugar de eso, podrías terminar trabajando hasta llegar a la Guardia Imperial.”

"¿De verdad?"

"Con el apoyo de la princesa y de la hija de un duque, podrias hacer casi cualquier cosa.”

La Corona querría atar a Leticia El Valiente al país.
Más bien, sería conveniente que Wynn estuviera cerca.
Hasta ahora, era difícil conseguir que Leticia dejara el lado de Wynn.
El problema era que podía haber habido nobles que no encontraban este arreglo divertido.

“¿Entonces el rumor de que empezarían a aceptar a caballeros plebeyos es cierto?”

"No creo que sea porque estén en desventaja. Sin embargo, todavía es difícil ser asignado a la Orden de Caballeros Reales, o a los Caballeros Imperiales."

“Ahora mismo, ¿no dijiste que si fuera yo, podría incluso convertirme en Caballero Imperial?”

"Wynn es especial. ¿No recuerdas que eres el Maestro del Valiente?”

"¿De Verdad? Incluso entonces, probablemente sería un empleado o algo así..."

"Disculpe. Por favor, disculpe por llegar tarde. Locke Marine-sama, Wynn Byrd-sama.”

Oyeron una voz femenina que llevaba un toque de travesura, probablemente la maid.

"Su Alteza la Princesa me ha pedido que los guíe. Por aquí por favor."

Los dos intercambiaron miradas, luego siguieron por detrás a la mujer.
El palacio era un lugar completamente distante para un plebeyo.
A diferencia de las personas que sólo trabajaban temporalmente allí, todos eran de un estatus más alto que los dos.
Sin embargo, Locke estaba acostumbrado a interactuar con eminentes nobles de la alta sociedad, pero Wynn, que no tenía experiencia, sentía que este ambiente era sofocante.
En este estado de ánimo solemne, los dos siguieron silenciosamente a la maid.
Después de haber estado caminando por el enorme palacio por un tiempo, escucharon los sonidos de varias personas riendo y charlando.
Debían ser nobles.
No llevaban la ropa de sirvientes.
Los jóvenes nobles llevaban ropa deslumbrantemente hermosa.
La mujer se acercó a un lado del pasillo.
Wynn y Locke también se apartaron.
En vez de pasar por ellos como uno esperaría, uno de los nobles se detuvo frente a los tres.

"Hey, no he visto esas caras antes. Señorita Maid, ¿quiénes son estos tipos? ¿Nuevos criados?”

“No, son los invitados de la princesa Cornelia-sama, Locke Marine-sama y Wynn Byrd-sama.”

“¿No son plebeyos?”

Al oír sus nombres, el joven noble frunció el ceño.

“¿Plebeyos? ¿Por qué esta su Alteza la Princesa invitando plebeyos?”

Escuchando la voz del joven, los otros nobles también se interrumpieron.
Locke chasqueó la lengua en silencio.

‘Qué fastidiosa situación.’

"Espere un minuto. ¿No es la casa de los Marines una casa de mercaderes?”

Había un tipo que lo conocía.

Locke dio un paso adelante, inclinándose profundamente.

"Sí. Soy el segundo hijo de la Casa Marine, Locke. Gracias por su patrocinio."

"Oh, tu estimado padre incluso ayuda aquí."

El noble de unos veintitantos años, cuyo cuerpo era tan gordo como un sapo y cuya cabeza era tan desprovista como un desierto, le tendió la mano, habiendo sido socio comercial de la Casa Marine.

“Conde Elstead, es bueno verlo.”

‘Aghj, sus manos están sudorosas... asqueroso...’

Incluso mientras tenía pensamientos negativos, Locke simplemente mostró una sonrisa artificial, cultivada desde que era joven, y devolvió el apretón de manos.
Realmente era un comerciante hasta su centro.
A pesar de que no iba a tener éxito en el negocio familiar, todavía estaba entrenado en aquel arte.

“Este es el hijo de la familia de los Marines, Locke-dono. Su padre ha ayudado a nuestra casa muchas veces.”

“Aunque pueda ser inexperto, me complace poder conocerlo.”

Locke puso su mano en su pecho, mientras inclinaba la cabeza de acuerdo a la etiqueta.
En respuesta, los nobles asintieron arrogantemente.
Parecía que el Conde Elstead, el sapo gordo y calvo, tenía el rango más alto de todos esos jóvenes nobles.
Sus compañeros eran Vizcondes o Barones, o tenían estatus equivalente al de un Barón, debido a no ser herederos.
Según el vago recuerdo de Locke, el Conde Elstead tenía un alto rango dentro de la corte, pero no estaba afiliado con ninguna de las facciones principales.
Su orgullo era la resplandeciente mansión en su territorio.
El rumor decía que le gustaba organizar banquetes y fiestas en su mansión.
Había rumores sobre cómo sus vicios lo dejaban desamparado, de modo que sólo podía usar el mismo conjunto de lujosas ropas.
Creyendo que eran el centro del mundo, despreciaban a los que estaban debajo de ellos y despreciaban a los débiles.
Como se esperaba, uno de ellos se volvió hacia Wynn.

"Oye, ¿y tú? Dime tu nombre."

"Soy un estudiante de la Escuela de Caballeros llamado Wynn Byrd."

Tratando de imitar a Locke, inclinó la cabeza torpemente.

"¿Qué? Un plebeyo, ¿eh?”

Elstead chasqueó su lengua y frunció el ceño.

No podía aceptar el hecho de que los plebeyos pudieran convertirse en caballeros.

Tenía mucho orgullo en su clase social.
Locke miró fríamente a Elstead.
Criado en una familia mercantil, evaluó a Elstead y a sus nobles.
Puesto que confundían por error el estatus al nacer, como un plebeyo o un noble, con la capacidad de uno, las transacciones continuas con él eran rentables.
Locke sólo necesitaba decir una palabra a su padre, y estas transacciones cesarían.
A pesar de que eran simplemente una casa mercantil, la Casa de los Marine tenía un alto poder.

Como alguien que no iba a ser el sucesor de la Casa Marine, quería evitar tratar con personas desventajosas, por sus perspectivas de empleo.

“Para que un plebeyo se convierta en un caballero cadete... qué triste mundo se ha vuelto este. ¿Sabes que este es el palacio, verdad? Este no es un lugar para plebeyos ni para cadetes. Lárguense."

“Por favor, espere un momento, Conde Elstead. Estas personas son los honrados amigos de Su Alteza la Princesa, a quienes ella ha invitado.”

"¿La princesa?"

Los nobles fruncieron el ceño cuando oyeron que la criada respondía por Wynn.

“¿Qué está pensando Su Alteza? Uno debe invitar a personas de un linaje bien establecido al palacio. ¿Qué hará si sucede algo?”

"Es porque Su Alteza ha pasado tanto tiempo afuera. Si su tutor no estuviera siempre a su lado, estaría preocupado.”

“Oye, tú. Wynn o como te llames.”

Actuando como el representante, el Conde Elstead se paró frente a Wynn.

“A pesar de que fuiste invitado por la princesa, y puedes visitar el castillo a pesar de ser un plebeyo, no dejes que se te suba a la cabeza. ¿No podrías haber encontrado alguna razón para rehusarte?”

‘Oye, oye, ¿no sería descortés que un plebeyo rechazara la invitación de la princesa?’

Mientras mantenía su falsa sonrisa, Locke mentalmente lanzó un tsukkomi[1].

“Pero, puesto que es una invitación de Su Alteza la Princesa, ¿no sería descortés?”

Wynn respondió de la misma manera que la réplica de Locke.
Sin embargo, Elstead todavía no podía aceptarlo.
Su rostro enrojeció.

"Verás lo que sucede si eres tan descuidado con la realeza. Serás castigado por lèse-majesté[2], bastardo—“

Señaló la daga que colgaba de la cintura de Wynn,

“¡Los únicos que pueden traer un arma al palacio son los aristócratas y los guardias imperiales! ¡Al menos deberías saberlo!”

"No, esto es… "

“Esa daga no es problema, puesto que la hemos examinado, y Su Alteza ya ha dado su permiso.”

"¡Ese no es el punto! ¡Las sirvientas deben callarse!"

"¿Qué haríamos si algo sucede porque dejamos que algún tipo desconocido traiga un arma con él?"

"Tal vez, esta sirvienta está también..."

“¿No sería mejor que la Guardia Imperial se enterara?”

Los nobles se agarraron a la maid, que había defendido a Wynn.
La gente comenzó a notar el alboroto que estaba ocurriendo.
Algunos de los guardias imperiales también habían notado la conmoción, y se dirigían hacia ellos.
Realmente resultó ser una molestia.
Locke mentalmente chasqueó su lengua.
‘Si esto se agrava, deberían llamar a Cornelia-sama y a Leticia-sama.’
Justo cuando Locke pensaba en pedirle a alguien que las llamara a las dos, allí


¿Qué es esta conmoción?”

Allí estaba Leticia, una de las personas que Locke estaba a punto de convocar, y en su rostro, había una sonrisa que contenía una pizca de ira.



[1] Se trata de una de las artes interpretativas orales de Japón, generalmente llevada a cabo por dos comediantes, que hacen payasadas. Uno de ellos representa el boke (cabeza de chorlito) y el otro es el tsukkomi (agudo). El boke dice algo estúpido y el tsukkomi lo desdice, o a veces le da un coscorrón.
[2] El insulto hacia un monarca u otro gobernante; traición.