Yuusha-sama no Oshishou-sama

Capítulo 52 - La Guarida de los Goblins

El grupo se mantuvo atento durante toda la noche junto a la fuente del pueblo de los Avian.

"Espero que lleguen pronto," dijo Oort con un suspiro, "para que podamos disfrutar otra noche de la hospitalidad de Laura.”

Habiendo decidido comenzar a explorar el área una vez que el sol saliera al día siguiente, descansaron durante toda la noche con dos personas haciendo guardia. Una vez que los goblins descubrieran que habían regresado a la aldea Avian, podrían atacar en cualquier momento. A pesar de esa amenaza, se alegraron al ver que no fueron atacados en ningún momento. Cuando salió el sol, rápidamente desayunaron, e inmediatamente comenzaron a explorar los alrededores de la aldea. Encontraron fácilmente varios caminos estrechos que parecían haber sido usados por los goblins. Formados en una sola fila, comenzaron a explorarlos cuidadosamente. Oort y Paul estaban delante, Louis y Eliza detrás, y Wynn y Leti en el medio. Todo lo que encontraron fueron rastros de animales y goblins. Nada de lo que descubrieron parecía hecho por el hombre. Para cuando encontraron lo que habían estado buscando desde el amanecer, el sol ya estaba alto en el cielo.


"Oh, ahí están."

Oort, que estaba a la cabeza de la fila, de repente dejó de caminar. Había visto la guarida de los goblins en las cuevas del acantilado.

"¿Goblins? ¿Dónde?"

Mientras Eliza hacía callar a Wynn, que había intentado llegar al frente para ver, Paul desenvainó su espada, y Louis apretó su lanza.

"Aún no se han fijado en nosotros. Y no puedo ver a su líder en ningún lado.”

Solo podían ver a tres goblins haciendo guardia frente a la cueva. Uno de ellos sostenía un arma con forma de hacha mientras que los otros dos tenían porras.

"Eliza, primero ataca con magia al goblin del hacha. Louis y yo nos quedamos con los otros dos. Paul estará atento a cualquier goblin que salga de la cueva."

"Entendido."

"Wynn, Leti,” continuó Oort dirigiéndose a los dos niños. "Por ahora, ustedes dos se esconderán aquí y nos verán pelear. Deberían estudiar la forma en que trabajamos juntos.”

Los dos asintieron.

"Bien. ¡Vamos!"

Tan pronto como Oort, Louis y Paul salieron corriendo de los arbustos, Eliza comenzó a recitar un hechizo concentrándose profundamente.

"¡Oh, fuego, inclínate ante mi voluntad y crea una bola de fuego!"

Una pequeña flama del tamaño de una llama de vela apareció en medio de la palma de Eliza. Pronto creció al tamaño de una calabaza, se formó una esfera, y luego lentamente se levantó de su mano hasta que se detuvo por encima de su cabeza.

"¡Golpe verdadero, Bola de Fuego!"

Eliza apuntó con su mano al goblin que portaba el hacha, y la bola de fuego voló hacia él a una velocidad asombrosa. Sintiendo el calor que se acercaba, el goblin se volvió hacia el hechizo que le venía. Lo golpeó directamente en el pecho y explotó.

“¡GYAAAAA!”

El goblin soltó un grito chirriante y fue enviado a volar por la explosión. Luego rodó por el suelo para apagar las llamas que quemaban su cuerpo. Los otros dos se estremecieron por el calor y la explosión. Oort y Louis aprovecharon la oportunidad para cerrar la distancia. El hacha de Oort se clavó en la cabeza de un goblin mientras la lanza de Louis apuñalaba al otro en el pecho.

"Whoa..."

Paul estaba asombrado por la forma en que el grupo de experimentados aventureros luchaba. No tuvo oportunidad de hacer nada después de que Oort y Louis salieran corriendo de los matorrales.

"¡No bajes la guardia! ¡Vienen más!"

El grito de Oort hizo entrar en razón a Paul. Diez goblins más salieron corriendo de la cueva. Solo dos de ellos portaban armas metálicas, el resto empuñaba los conocidos y gruesos palos de madera. A pesar de sus números, no estaban a la altura de los aventureros listos para la batalla. Pronto, Oort se hizo cargo de cuatro de ellos, Louis mató a tres, y Paul derrotó a dos. No queriendo que sus camaradas se vieran atrapados en fuego amigo, Eliza los veía pelear a lado de los dos niños. Pero cuando uno de los goblins trató de huir, lo mató con una bola de fuego.

"Oye, ¿había un Señor ahí?"

"No, no vi ninguno."

"Qué extraño. No debería haber solo esta cantidad..."

Oort dejó que la hoja de su hacha cayese al suelo, y se frotó la barbilla pensando. Había menos oposición de la que había esperado. A diferencia de Paul, que estaba sin aliento tras derrotar a dos goblins, Oort y Louis rápidamente recobraron el aliento. Para ellos, el número de goblins que habían aparecido no era nada especial. Pero Oort podía sentir la presencia de monstruos más fuertes. No había forma de que la aldea Avian pudiese haber sido dejada en ruinas por solo doce goblins.

"Sheesh, ¿se esconden en la cueva? ¿Qué tal si los enterramos allí dentro con la magia de Eliza?" preguntó Louis.

"Es inútil si hay otras salidas,” respondió Oort.

"Entonces, ¿entramos en la cueva? Ahí dentro apesta. No quiero entrar.”

"No te quejes. Es nuestro trabajo."

"Están muy relajados,” suspiró Eliza, presenciando las bromas de Oort y Louis.

Probablemente no querían quedar mal frente a los aventureros novatos. Eliza miró hacia Wynn y Leti, que deberían haber estado observando la batalla. Ella notó algo extraño.

"¿Qué pasa, Leti?"

Leti se había puesto rígida, aferrándose al brazo izquierdo de Wynn.

¿Podría haber sido demasiado para ella ver su primera batalla? Se preguntó Eliza, parecía un poco pronto para que ella se convirtiera en una aventurera.

"Está bien, Paul y los miembros de mi grupo son fuertes. Ellos se ocuparán de los goblins en un abrir y cerrar de ojos.”

Eliza se agachó para mirar a los ojos de la asustada Leti y habló con voz amable.

"Onii-chan..."

La voz de Leti era temblorosa. Eliza miró a Wynn. Él estaba mirando la cara de Leti con preocupación en sus ojos.

"¿Qué pasa?"

Eliza frunció el ceño, perpleja por el extraño comportamiento de Leti. De repente, Leti pasó de mirar a Wynn a mirar a la cueva. En ese momento, Eliza finalmente se dio cuenta de que un leve rastro de poder mágico se podía sentir a su alrededor. Y justo cuando empezó a buscar la fuente—

"¡Oort, sobre nosotros!"

"¡Mierda...!"

Escuchando la advertencia de Eliza, Oort inmediatamente levantó su escudo metálico. Justo a tiempo, fue capaz de ponerlo en posición para bloquear la porra que portaba una sombra que caía desde arriba. Retrocedió unos pasos. El enemigo, con cabeza de perro, parecía exactamente un kobold. Sin embargo, no era del tamaño de un kobold normal, que tendía a no ser más grande que un humano. El kobold frente a ellos medía unos tres metros de altura. Tenía un palo más grande que un hombre adulto, probablemente mejor descrito como un tronco. Los abultados músculos que le permitían empuñar tal arma eran claramente visibles bajo su pelo marrón oscuro. Nada de este Kobold era normal.

"Oye, oye, ¿se supone que un kobold es así de grande?"

El brazo izquierdo de Oort estaba entumecido por la fuerza del golpe, amplificado por la fuerza del kobold saltando del acantilado. Miró con ira al monstruo gigante.

"Es tan grande como un ogro, ¿no? Nunca he oído hablar de algo así, ¿pero será un Señor Kobold?"

"Paul, muévete hasta estar tras su espalda. Lo rodearemos."

Oort se paró frente al gigantesco kobold, Louis a su derecha, y Paul dio vueltas alrededor de él.

"Bueno, vamos..."

Se mojó los labios secos, y levantó su escudo frente a él. Agarró su hacha con la mano derecha. El kobold no esperó, saltó sobre él con un gruñido. Oort apartó la mirada de Louis y Paul, asegurándose de que sabía dónde estaban. Los tres tenían sudor frío goteando por sus mejillas. El arma del Kobold era, para decirlo de forma simple, un garrote. Sólo podía moverlo alrededor. Pero sólo ese movimiento podría aplastarlos. Era un arma simple, pero también aterradoramente intimidante.

Wynn, Leti y Eliza estaban a unos diez metros de Oort, mirando la pelea. El chico agarró con fuerza su espada de madera, mirando intensamente a la escena que tenía ante él.

"¿Estarán bien?"

"Sí, los tres son fuertes,” contestó Eliza, cerrando los ojos para prepararse para un hechizo.

Inhaló, luego exhaló. Relajando todo su cuerpo, se concentró. Bloqueó todo el ruido a su alrededor, como si estuviera en medio de un profundo, profundo abismo. Por eso nunca se dio cuenta. Desde el momento en que pelearon contra los goblins, hasta el momento en que apareció el kobold gigante, Leti, la muchacha que se aferraba al niño llamado Wynn, tenía sus entrenados ojos en Eliza. Ella observaba cada una de las acciones de Eliza, sin dejar que un solo movimiento pasara desapercibido.

“¡¡Haaaaaaaaaa!!”

Oort dio un grito de guerra mientras daba un paso adelante para centrar la atención del kobold en sí mismo. Reforzó sus piernas mientras caminaba. Un feroz destello brilló en los ojos del kobold mientras su gigantesco garrote barría el suelo. Él escuchó un estruendoso rugido del kobold, y el impacto no tardó en llegar.

"Gu-guh"

A pesar de prepararse y usar un escudo, todo el cuerpo de Oort sintió el golpe.

"Oh mier—"

" —¡Louis!”

Oort escuchó a Louis maldecir mientras se recuperaba del impacto. Desde detrás de su escudo, vio que Louis se había metido en el camino del golpe del kobold, sólo para salir volando cuando el palo chocó contra su costado. El ataque del enemigo fue más agudo, rápido y feroz de lo que Louis había esperado. Se sentía más como un impacto de un vendaval aullante que como un golpe normal. Sintiendo que el garrote le alcanzaría antes de que su lanza llegara al corazón del kobold, Louis inmediatamente sacó el arma para bloquearla, pero el garrote atravesó fácilmente la asta y le rompió las costillas. Salió volando como si su intento de defensa fuera una broma de mal gusto y cayó al suelo a diez metros de distancia.

“Gah… cough…”

Rodó en el suelo varias veces. Gracias al golpe suavizado tanto por el escudo de Oort como por la lanza de Louis, éste parecía estar consciente. A través de sus gemidos, sus ojos seguían al kobold. Si se hubiera llevado toda la carga del golpe, definitivamente habría sido aplastado hasta la muerte. Pero a juzgar por cómo se veían las cosas, sus costillas estaban definitivamente rotas.

"¡Maldito monstruo!"

Con otro grito, Oort se movió hacia el lado izquierdo del kobold. El kobold, que se estaba recuperando del golpe que había dado, se volvió hacia Oort.

"¡Golpe verdadero, Bola de Fuego!"

En ese momento, una bola de fuego lanzada al pecho del monstruo explotó. El kobold tropezó por el impacto. Pero a pesar de sus gritos agonizantes, no cayó. Oort pudo sentir el calor y, manteniendo su escudo en alto, ladró una orden.

"¡Paul, ahora!"

"¡Haaaaaaaaaa!"

Paul atravesó con su espada el voluminoso pecho del Kobold.

"Lo... lo hicimos..."

Paul soltó la espada mientras el kobold caía hacia adelante con un ruido sordo.

"Muy bien, por fin. Buen trabajo, Paul.”

"¿Sí?"

Era la primera vez que Paul mataba a un monstruo tan grande. Miró sus manos. Todavía estaban temblando. Había actuado con valentía frente a los niños, pero todavía tenía sólo dieciocho años. Acababa de convertirse en un aventurero formado por completo.

"¡Louis!"

Eliza corrió hacia donde Louis había caído.

"Owowowowow... La cagué bastante."

"¡Por favor! Sólo cállate un poco..."

Ella se arrodilló junto a él y puso ambas manos sobre su costado.

"¡Oh Poder, inclínate ante mi voluntad, concede a éste la curación!"

"Gracias."

Una tenue luz rodeó las manos de Eliza. Ella estaba lanzando magia curativa.

"Recuerda, ya que te has roto algunas costillas, no puedo curarte completamente, ¿entiendes?"

"...mientras pueda caminar."

Es más fuerte de lo que creía, pensó Oort y suspiró aliviado mientras veía a Eliza curar a Louis.

Pensó en lo cerca que estuvieron, mientras miraba su escudo. Estaba muy abollado como resultado del golpe que había recibido. Louis tuvo suerte de no sufrir peores heridas. Podrían haber sido descuidados al asumir que era sólo un kobold. Miró al monstruo caído. A Paul le había costado mucho esfuerzo hacer aquel agujero en su espalda. El joven había puesto mucha fuerza en el empuje, y la hoja debió haberse atascado en el hueso. Luego miró a ver si los niños estaban bien.

"¿Hm?"

Leti seguía aferrada a Wynn, pero ella lo miraba a él, temblando.

¿Fue demasiado para ella? Ella está temblando tanto... pensó mientras empezaba a caminar hacia los niños con una sonrisa en la cara.

"¡Heey! Todo está bien ahora. ¿Qué es lo que sucede? ¿Les asustó la pelea? Louis y Paul se encargaron, así que está bien. ¿Qué tal estuvo? ¿Aprendieron mucho?"

"Sr. Oort..."

"¿Qué pasa, Wynn?"

"¡Leti dice... Leti dice que aún no está muerto!"

"Whoa... ¿¡Huh!?"

Justo cuando escuchó las palabras de Wynn, un grito de Paul llego a sus oídos.

"... ¿¡Qué!?"

Oort se dio la vuelta, y vio al kobold, aún con la espada en la espalda, de pie.