Aprendiz de Todo, Maestro de
Nada
Capítulo
20 - El día después de un día de beber
Le hice un gesto a Ness y me
senté junto a él.
“¡Ho, Asagi! ¡Bebamos!”
“Parece que tú ya has bebido
bastante...”
“¡Idiota! ¡Esto apenas cuenta!”
No estoy de acuerdo. Sus ojos no
podían ni concentrarse en nada. Pero, de nuevo, estaba hablando muy bien,
irritantemente.
“Así que, Asagi. ¿Cómo has
estado?”
“¿Recientemente? Bueno, era casi
lo peor hasta hace poco.”
“¡Buwajajajaja! ¡Claro que sí!”
Me pregunto de quién será la
culpa. Yo no lo digo. Tengo una regla en contra de discutir mientras bebo.
“Bueno, tengo un buen
presentimiento sobre lo que está por venir...”
Digo eso mientras le quito la
bebida a Ness de un lado y me la bebo. No estaba muy fría, pero sabía muy bien.
Daniela estaba comiendo el pollo al vapor que había pedido con la expresión más
satisfecha. Supongo que le gustaba mucho la comida.
Seguimos bebiendo así por un
tiempo, y periódicamente robaba lo que Ness estaba comiendo. Él estaba más o
menos acabado. Ahora estaba medio dormido. Le robé su último trago y plato y me
moví al asiento de Daniela. Mi vaso de cerveza choca ligeramente contra su taza
de agua de frutas.
“Ese fue un día ocupado.”
“Sí, Asagi. Lo hiciste bien.
Sigamos con esto mañana también.”
“Es muy alentador tenerte conmigo.”
“Jeje. Sabes, la adulación no te
ganará puntos conmigo.”
Sonrió mientras alejaba su
cabello corto y rubio platino de su cara. Podría ser bastante guapa...
“¿El color de tu cabello se deriva
de tu raza?”
“¿Hmm? Oh, bueno, sí.
Generalmente, ese es el caso de los elfos.”
“¿Entonces hay otros colores?”
“Hay morenas y las que tienen el
pelo plateado.”
Así que el color del pelo no era
un factor determinante para los elfos de luz. Pasé mis dedos por mi propio
pelo. Como había trabajado el turno de noche durante tanto tiempo y dormido la
mayor parte del día, rara vez iba al peluquero. Siempre que llegaba a una
cierta longitud, el gerente empezaba a tocarlo por detrás, lo que era mi señal
para que lo cortaran. La señal era un poco espeluznante, y siempre deseé que se
detuviera. Aunque ahora me preguntaba cómo le iba.
“¿Tu cabello deriva de tu raza,
Asagi?”
“Bueno, más o menos. No lo sé. Pero
todos a mi alrededor tenían el pelo negro.”
“Hmm.... Cuando se trata de pelo
negro, dicen que las tribus de ogros en los lugares más lejanos a menudo tienen
pelo negro. Aunque esos cuentos son viejos y nunca los he visto en persona.”
Dijo mientras masticaba un
bocado de pollo y verduras al vapor. ¿Así que había ogros? ¿También usaban ropa
interior a rayas?
Me estaba imaginando cómo serían
estos ogros escurridizos cuando sentí que alguien me tocaba el hombro. Fue
Fiona.
“Asagi. Revisión terminada.”
“Hoy no estás muy formal.”
“Hmph.... ¿Por qué debería
estarlo?”
Hizo un pequeño puchero. ¿Qué
estaba pasando? Sentí un número incómodo de ojos sobre mí. ¿Era así como se
sentía estar en el extremo receptor de dagas disparadas a través de los ojos?
La mirada que venía de mi lado era especialmente incómoda.
“Asagi.”
“Sí.”
“Vamos.”
“Cierto...”
Daniela dijo mientras se ponía
de pie y se alejaba rápidamente. La seguí a toda prisa. También dejé la cuenta
de Daniela en la mesa de Ness cuando hice esto.
Recibimos la recompensa en el
mostrador junto con una nota.
‘Colmillos de lobo del
bosque...................... 160/1 pieza de oro, 60 piezas de plata.’
‘Recompensa por completar la misión..........
30 piezas de plata.’
Una pieza de oro tenía el valor
de 100 piezas de plata, una pieza de plata tenía el valor de 100 piezas de
cobre. Estaba escrito en el mostrador. Así que de acuerdo a esto, necesitábamos
dividir la recompensa en 95 piezas de plata. Había dejado los cálculos a la
caja registradora, así que no era mi fuerte.
Pero probablemente tenía razón.
Hasta ahora, no había tenido que pensar en tales cosas cuando recibía mi
recompensa, pero ahora tendría que usar mi cabeza para repartirla. Sentí como
si mis células cerebrales estuvieran saliendo de la hibernación. Así que hice
cambiar el oro por 190 piezas de plata y lo repartí entre los dos.
“Toma, Daniela. Deberías contar
lo tuyo.”
“Mmm... Sí, está bien.”
“No
quiero peleas por dinero.”
“Ah,
tienes razón.”
Ella
asintió varias veces. Me preguntaba si había pasado algo en su pasado....
Después
de eso, caminamos por las calles de Fhiraldo y regresamos juntos a la posada Viento
de Primavera. Ahora que lo pienso, habíamos evitado los puestos de la calle
pero terminamos cenando en el bar de todos modos. Necesitaba ser más moderado.
Al
día siguiente, esperé en el comedor a Daniela, que era tan perezosa en la
mañana como siempre, y comencé a hacer planes para el día. Podríamos volver a
cazar lobos del bosque. Claro.
“Oh,
¿eres un cliente?”
Una
voz me interrumpe de repente. Levanto la cabeza y veo que una mujer estaba allí
de pie con una cálida sonrisa.
“Sí.
Lo soy.”
“Gracias
al cielo. Estabas en el comedor pero no comías nada. Pensé que una persona
extraña había entrado.”
Fue
muy valiente de su parte decirle algo así a un completo extraño. ¿Pero quién
era ella?
“Oh,
debería presentarme. Soy la hija de la posadera, Mizel.”
“Oh,
de la Sra. Maris.”
“Sí,
así es.”
Sí,
la voz un poco lenta y la sonrisa suave eran una combinación perfecta. Al igual
que la luz del sol de la mañana, te daba un poco de sueño.
“¿Aún
no has comido?”
“No.
Mi compañera se queda aquí conmigo, y estoy esperando a que se despierte.”
“¿De
verdad? Bueno, entonces, tendremos la comida preparada por adelantado.”
“Uh,
gracias.”
Había
algo contagioso en la forma en que hablaba. Mientras me reía para mí mismo,
Daniela llegó por la entrada.
“Buenas...”
“Buenos
días. ¿Estás bien?”
“Sí....”
Se
sentó y luego se desmayó sobre la mesa. Le llevaría un minuto poner el motor en
marcha de nuevo. Lo primero que había que hacer era comer.
El
desayuno básico en la Posada Viento de Primavera consistía en tostadas, huevos
fritos y carnes ahumadas caseras. Era una especie de desayuno extranjero, y me
gustaba bastante. Era muy elegante. Al menos para alguien como yo que
normalmente duerme en vez de desayunar. Pero recientemente, me había vuelto
bastante activo, comía más y dormía por la noche. ¿Era posible estar demasiado
sano?
Mizel
trajo tres platos de comida. ¿Tres?
“Aquí
está su desayuno.”
“Gracias.”
“Gracias...”
“Hahh....”
Ella
se sentó. ¿Eh? ¿Qué?
“Oh,
¿les importa si me uno a ustedes?”
“Bueno,
ya lo has hecho.”
Daniela
estaba mordiendo su pan con los ojos medio abiertos.
“Acabo
de terminar de organizar todas las nuevas provisiones. Estoy tan cansada y...”
“¿Trabajaste
toda la noche?”
“Hice
exactamente eso. Llegué justo antes de que se cerraran las puertas, y sin
embargo mi madre....oh, la posadera, me dice que termine todo esta noche...”
Seguimos
comiendo así, y las quejas de Mizel también continuaron. Aparentemente, ella
estaba a cargo de la compra de nuevos bienes. Cada mes se dirigía a la ciudad a
la que se llegaba por las vías opuestas a la que yo había tomado al venir aquí.
Me pregunto si el carruaje de Mizel había ayudado a crear esas huellas en el
camino, y el mundo se siente mucho más pequeño.
Eventualmente,
sus quejas fueron interrumpidas por los gritos de Maris y su expulsión forzosa
de la habitación. Se despidió con la mano mientras la arrastraban por el
cuello. Nosotros hicimos lo mismo mientras nos levantábamos de la mesa.
“Bueno,
llegamos un poco tarde, pero deberíamos ir a la cede del gremio, aceptar una misión
y dirigirnos al bosque.”
“Sobre
eso, Asagi. Creo que primero deberíamos ir a comprar algunas cosas juntos.”
“Claro,
pero ¿por qué?”
Daniela
se cruzó de brazos y se rió con orgullo.
“Acamparemos
afuera. ¡Tres días en el bosque!”
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