Salón de Belleza Erógeno
Capítulo 4 - El poder del demonio del sueñoCon lo sucedido en el sueño, los
súcubos y el propio Kazuki, tenían mucho de qué hablar, pero él y Juri
guardaron un silencio absoluto cuando salieron de la casa y regresaron a MONM. Kazuki
no sabía qué decir o simplemente no sabía la respuesta a las preguntas más
probables, pero ese silencio le preocupaba. Sobre todo, después de la reacción de
Juri en el sueño.
Aun así, estaba bastante seguro
de que eso no significaba que a ella ya no le importara nada o que estuviera
demasiado disgustada para hablar con él. De ser así, no le habría seguido hasta
el salón.
Bueno, tal vez no quiera hablar conmigo, pero sigue queriendo saber la verdad sobre todo esto. Ese pensamiento le asustó mientras caminaban en silencio todo el camino de vuelta a MONM. Entraron por la entrada trasera del personal que él siempre usaba, y encontraron a Karen y Claudia esperándolos.
“Kazuki-san, me alegra mucho ver
que estás a salvo. Tú también, Juri-san.”
“Siento mucho todo esto.”
Las dos mujeres se inclinaron,
por lo que Kazuki se acercó y las hizo levantar la cabeza.
“¿Por qué se están disculpando…?”
Jadeó cuando se le ocurrió una posibilidad. “¿Acaso ese demonio del sueño era parte
del personal del salón?”
“No, no lo era. La política
actual del mundo de los súcubos es coexistir con los humanos sin hacerles daño.
Todas somos responsables cuando una de nosotras viola esa regla. Realmente
deberíamos estar todas aquí disculpándonos.”
“Pero somos una familia muy
grande, así que decidimos que Claudia-san y yo actuemos como representantes.”
Se inclinaron de nuevo para
disculparse ante Kazuki y Juri.
“¿Cómo podremos compensarles
esto? …De todas formas, deben estar preguntándose qué ha pasado, así que, por
favor, vengan a la sala de recepción.”
Cuando las dos mujeres empezaron
a dirigir el camino, Juri finalmente habló.
“Esperen. Necesito saber algo
primero.”
Las mujeres tuvieron que
detenerse cuando una de las principales víctimas se los indicó. Kazuki también
se detuvo y todos se volvieron hacia Juri.
“¿De verdad van a explicar todo
ahí? Pasaron tantas cosas en ese sueño que me está costando trabajo ordenarlas
todas, pero sé que nada de eso era normal. No creo que pueda aceptar ninguna
disculpa si no me explican al menos qué fue eso.”
Kazuki comenzó a llamarla, pero Karen
lo detuvo.
“Es comprensible y, por supuesto,
te lo explicaremos todo. Que creas y aceptes nuestra explicación depende de ti,
pero por favor, cree al menos esto: no te vamos a mentir y no tenemos intención
de hacerte daño.”
“Decidiré si les creo después de
escuchar lo que tengan que decir.”
“Sí, por supuesto. Gracias por
entenderlo. Ahora, por aquí, por favor.”
Juri volvió a callar y les
siguió. Dicho esto, no tuvieron que ir muy lejos. Llegaron a la sala de
recepción del salón en menos de un minuto.
Pero lo que encontraron allí no
era en absoluto lo que habían esperado.
“Por favor, detente. Todo esto es
un malentendido.”
“¡Cállate! Eso no va a funcionar
cuando te he pillado con las manos en la masa y te he traído aquí.”
“No puedo decir nada sobre el sueño,
pero percibo la presencia de una súcubo en ti. Así que, aunque no estuvieras
involucrada, sigues siendo una súcubo extraviada, ¿no? Eso significa que
tenemos que ponerte bajo custodia protectora de cualquier manera.”
Una chica con el uniforme de
Harunomiya estaba siendo inmovilizada por Rumina y Meguri. Los ojos de Juri se
abrieron de par en par en estado de shock cuando vio a la chica.
“¿Eh? ¿Na-Naito-san? ¿Qué estás
haciendo aquí?”
La chica de pelo largo y negro
que ocultaba sus ojos era la compañera de Juri, Naito-san. Ella jadeó y levantó
la vista cuando escuchó su nombre y sonrió y suplicó cuando vio a su amiga.
“¡Sudou-san, a-ayúdame! Me han
arrastrado hasta aquí y no tengo ni idea de lo que están hablando. Y me han, nh…
atado así.”
Se retorció para mostrar que algo
parecido a una cuerda la tenía atada con unas ataduras de concha de tortuga que
acentuaban su cuerpo curvilíneo. Juri comenzó a correr hacia ella, pero Karen
se interpuso en su camino y se negó a dejarla acercarse.
“Oiga, muévase. ¿Qué significa
esto?”
“Dije que te diría la verdad,
¿no? Parte de esa verdad es sobre ella.”
Kazuki no tenía ni idea de qué se
trataba, pero la inteligente Juri pareció establecer una conexión y se quedó
mirando a Naito con incredulidad.
“No puede ser. Pero… tú fuiste la
que me dio esa vela.”
“O-Oye, ¿Juri? Todavía estoy
confundido, ¿podrías ponerme al corriente? ¿No es ella una de las compañeras
que estaba en el centro comercial contigo?” Sólo después de decir eso se volvió
hacia la chica, con sorpresa. “Naito-san, tú no estabas en nuestra clase cuando
yo todavía estaba en la escuela, ¿verdad?”
“Bueno, no… me trasladé después.”
Respondió nerviosa y Claudia se acercó a ella con una sonrisa.
“Por supuesto que sí. Si no,
nunca habrías podido resistirte a atacar a Kazuki-san. ¿No es cierto, Naito
Mea-san[1]?
Ahora, ¿qué tal si jugamos a vestirnos rápidamente?”
Claudia sacó de la nada una
peluca rubia con permanente, se la colocó a Naito-san, le levantó la cabeza y
comenzó a aplicarle un sencillo maquillaje. El resultado del trabajo de la
súcubo fue una gran sorpresa para Kazuki y Juri.
“No-no puede ser… ¿quieres decir
que ella era Mare?”
“¿De verdad eras ese demonio,
Naito-san?”
Su piel seguía siendo tan blanca
como la de Naito-san, pero el pelo rubio y el maquillaje llamativo eran
idénticos a los del demonio del sueño que les había causado tanta angustia
física y mental. Naito-san —Naito Mea— dejó que sus ojos se desviaran de forma
salvaje mientras intentaba inventar una excusa.
“No fui yo. ¿Qué es un “demonio
de los sueños” de todos modos? Ustedes leen demasiado manga.”
“Eh, espera. ¡Juri sólo dijo ‘demonio’!
Tú eres Mare.”
Ella se tapó la boca con las
manos, pero esa reacción demostró aún más su punto de vista. Kazuki y Juri
seguían queriendo una explicación, así que Karen les hizo un gesto para que se
calmaran y tomaran asiento en el sofá.
“Ahora, ¿por dónde empezar?
Supongo que lo mejor sería nuestra conexión con Kazuki y nuestra identidad.”
“Por favor. Ver a Naito-san —o a
Mare, supongo— me ha convencido de que el sueño fue real, así que ahora no
tengo más remedio que creer hasta las cosas más increíbles.”
“Entendido. Ahora, algo de esto
no será fácil de escuchar para ti, así que por favor asegúrate de estar
preparada. Ahora, comencemos.”
Karen comenzó a explicar todo lo
que había sucedido desde el comienzo de la primavera.
Todo había empezado cuando Kazuki
se confesó con Juri, ella le rechazó y se escapó, él la perdió tras intentar
seguirla, y conoció a Karen. Él había empezado con un trabajo de probador de
masajes a tiempo parcial para mejorar hasta que le gustara a Juri. Con el
tiempo se había enterado de que Karen era una súcubo y que su hermana, la dueña
del salón, y todo el personal también lo eran. Eso había sido una sorpresa,
pero había aceptado su oferta y se había involucrado activamente con ellas.
Sus razones habían sido dos:
mejorarse a sí mismo y salvar a la especie súcubo.
“Bueno, eso es una escalada. ¿Es
como algo de un videojuego en el que se necesita el poder de un humano para
derrotar a un malvado rey demonio o algo así?”
“No, esto no es nada tan
violento. Simplemente necesitamos su ayuda para resolver nuestros problemas de
suministro de alimentos y de natalidad.”
Al oír eso, el rostro de Juri se
puso rígido y miró a Kazuki, pero él sintió que no podía apartar la mirada. Él
sabía que tenía que contarle todo esto en algún momento y esto había abierto la
oportunidad perfecta, así que tenían que revelarlo todo.
“Como has adivinado claramente,
estoy embarazada de Kazuki-san. Otros súcubos también lo están. Es una
situación complicada, pero trataré de mantenerla lo más sencilla posible. Sólo
Kazuki-san podría haber hecho esto, y esto fue el resultado de que le
pidiéramos su ayuda.”
“Si usted lo dice. Sinceramente,
me cuesta seguir esto, pero… continúe.”
Juri se recostó fuertemente en el
sofá y Karen continuó tan tranquila como siempre.
Explicó la poderosa libido y el semen
de Kazuki y cómo eso se relacionaba con la energía que los súcubos necesitaban
para vivir. Explicó incluso lo que eran los súcubos: que no hacían daño a los
humanos y que algunos de ellos vivían en secreto en la sociedad humana. Explicó
que los súcubos que ocultaban su ubicación en el mundo de los súcubos eran
conocidos como súcubos extraviados y que había medidas para asegurar que no
molestaran a los humanos.
“Naito Mea es en realidad una
súcubo extraviada llamada Mare. Ningún súcubo había causado tantos problemas
antes, pero los demonios del sueño son una raza muy singular, y nos resulta
difícil seguirles la pista.”
La propia Mare había afirmado que
los demonios del sueño utilizaban los propios sueños como su campo y que ningún
otro súcubo podía meterse con ellos allí. Y aunque eran imbatibles en su sueño,
eran extremadamente débiles en el mundo real y a otros súcubos les costaba
mucho detectar su presencia incluso a corta distancia, a menos que prestaran
mucha atención.
“Si Kazuki hubiera seguido asistiendo
a esa escuela, su presencia habría estimulado sus instintos de súcubo y casi
seguro que le habría atacado. En retrospectiva, hacer que dejara la escuela fue
un error. De lo contrario, esto nunca te habría ocurrido, Juri-san. ¿Cómo podré
compensarte?”
El rostro de Karen se nubló, pero
eso pareció recordarle algo a Juri.
“Um… ¿ustedes han hecho que él se
vaya de la escuela como un mensaje para mí?”
“No, eso no es del todo…”
“Tú cállate, Kazuki.”
“De acuerdo.”
Ella le contestó con un chasquido,
así que él dejó caer los hombros y se calló. Ambos eran víctimas de esa súcubo,
pero él estaba parcialmente en el lado súcubo ya que había sabido todo esto de
antemano. Eso significaba que la mayor víctima era Juri, lo que significaba que
ella tenía prioridad aquí.
“Yo le recomendé que hiciera eso
para poner algo de distancia entre ustedes dos, pero no fue un mensaje. Fue
sobre todo para darle tiempo para calmarse. Puede que sea una grosería
decírtelo, pero tuvimos que calmarlo bastante después de ser rechazado dos
veces.”
“Sí que son sobreprotectoras.
¿Tratan así a todos sus probadores de masajes?”
La voz de Juri llevaba un tono de
ataque, pero a Karen no pareció molestarle.
“Según los informes de los
miembros del personal a cargo de ellos, no era necesario. Simplemente, ninguno
de los otros probadores fue rechazado después. Incluso nosotras nos
sorprendimos cuando lo rechazaron.”
En su momento, le habían dicho a
Kazuki que eso se debía a lo casta y opuesta que era Juri al sexo y al deseo
sexual. Karen omitió esa parte aquí, pero la forma en que Juri se calló y miró
a la súcubo sugirió que había hecho una suposición bastante buena.
“Entonces, ¿dices que nunca
consideraron separarnos y tomarlo para ustedes? Mare hizo que sonara como si
fuera una opción tentadora.”
“Bueno… la idea sí que se me pasó
por la cabeza.”
Karen respondió sin una pizca de
culpa y Kazuki reaccionó con sorpresa.
“Espera… ¿Ka-Karen-san? Eso es
nuevo para mí.”
“Lo siento, Kazuki-san. La verdad
es que nunca me planteé hacer eso, pero si hubiera ocurrido por sí solo, no me
habría quejado. Por eso me decanté por un masaje bastante extremo al principio
contigo y por eso evité sacar a relucir a Juri-san hasta que lo hiciste tú
mismo. Eso fue por preocupación por ti, por supuesto.”
Entonces, ¿todo era para no
recordarle el dolor del rechazo de Juri? Él nunca se había planteado nada de
esto, así que sólo pudo mirar aturdido.
Ya que Juri había preguntado, la
posibilidad se le había ocurrido claramente, pero en lugar de enfadarse con la
respuesta, se limitó a asentir en señal de aceptación y a mirar a Kazuki.
“Bueno, no puedo imaginar el qué,
pero está claro que ven algo en ti. No me explico en qué pensaba Mare si no.”
Todo aquello debía tener algún
sentido para ella y la sorpresa de Kazuki ante la confesión de Karen pareció
convencerla de que era cierto.
“Para nosotras, el semen de
Kazuki —tanto en sí mismo como en la energía que contiene— es como un raro
manjar. Eso también es cierto para su raza de los demonios del sueño, así que
debe haber estado intentando guardarlo todo para ella.”
Ahora que el tema estaba por fin
en las acciones de Mare, Kazuki empezó a escuchar con más atención.
“La idea de tenerlo para ti es
atractiva, pero sólo si se nos ofrece por su propia voluntad. Aun así, ha habido
algunas que han intentado tomarlo por la fuerza para sí mismas… pero nos hemos
encargado de todas entre bastidores.”
“¡Espera!” interrumpió Kazuki. “¿Cuándo
fue esto?”
“No te equivoques, todas siguen
vivas. Fueron juzgadas en un tribunal y encarceladas.”
Él podía imaginar que lo habían
hecho “entre bastidores” para que no le pesara. Puede que le asignaran a Luca
para que estuviera a su lado en todo momento para asegurarse de que nadie así
pudiera acercarse a él.
“Por desgracia, ésta tenía una
habilidad problemática y nos pilló en mal momento. Los demonios del sueño son
una raza de súcubos tan rara como las escilas. Sólo sabíamos de la existencia
de uno. Tengo que admitir que nunca imaginé que hubiera otro tan cerca.”
Karen frunció el ceño y se llevó
una mano a la mejilla con aire preocupado. Mare respondió hinchando
orgullosamente su pecho (atado) y resoplando de risa.
“Se llama aprovechar un punto
ciego mental. Y funcionó de maravilla. Estuve muy cerca de tener a Kazuki-kun para
mí. Y me habría salido con la mía si no fuera por esta chica entrometi… ¿¡nhh!?”
Su frase fue cortada por un dulce
gemido y un giro de sus caderas. Rumina tenía su cola enganchada a la oreja de
Mare y parecía estar llenándola de un placer derretido.
“¡Ah, ahh, ahhh… ahh, iiiik! ¡Lo-Lo
sientooooo!”
“Rumina, no delante de la invitada.”
Karen hizo una advertencia ya que
Juri se estaba sonrojando, pero no hizo ningún movimiento real para detener a
su hermana. Las acciones de Mare debían ser un delito grave en el mundo de los
súcubos, así que no pudo contener su ira.
“Volviendo al tema, parece que ella
ha estado escapando de nuestra detección para vivir de forma salvaje, pero no podía
obtener el semen de Kazuki de esa forma. Toda su abundante libido es
administrada por el mundo de los súcubos y sólo nosotras podemos compartirla
con los súcubos cuya ubicación conocemos.”
“Oye, Kazuki. ¿Soy yo o te tratan
como a una vaca lechera?”
“Al principio pensé lo mismo. Es
una suposición natural.”
El servicio y la hospitalidad
habían sido lo suficientemente agradables como para que no le importara tanto,
pero quería presumir por no olvidarse de Juri en todo aquello. A Karen no debió
gustarle la forma humana de ver el trato por parte de Juri, porque levantó el
dedo y enfatizó su respuesta.
“Lo tratamos como a una estrella
del deporte o del cine.”
“Si usted lo dice. No es que
realmente importe. De todos modos, continuemos con la explicación… de nuevo,
creo que he escuchado lo suficiente como para descubrir el resto por mí misma.”
“¿Eh? ¿En serio?”
Kazuki seguía sin entender por
qué Mare atacaría a Juri en lugar de sólo a él, así que Juri le lanzó una
mirada exasperada.
“¿Te has vuelto más tonto desde
que dejaste de ir a la escuela? La propia Mare dijo que me estaba usando como
cebo para llegar a ti, ¿recuerdas? Así que se trasladó a Harunomiya antes de
las vacaciones de verano para llegar a mí.”
Sólo Juri era consciente de esa
parte, pero él tenía la sensación de que no habría llegado a la verdad, aunque
la hubiera conocido. Cerró la boca para dejarla hablar y Karen debió
interesarse también por su explicación porque la incitó a continuar con una
suave sonrisa.
“Entonces, después de haberse
instalado en la escuela, se acercó a mí y, supongo, empezó a meterse en mis
sueños. Como bajar la calidad de mi sueño o voltear mi almohada mientras
dormía.”
“¡Un demonio de los sueños no es
un Makuragaeshi[2]!
No soy como esos… ¡iik!”
Kazuki se sorprendió al saber que
había súcubos Makuragaeshi y vio el tentáculo de Rumina y la lengua de Meguri
chupando las orejas de Mare.
“De todos modos, como no podía
dormir y estaba siempre cansada, me quejé a mis amigas. Fue entonces cuando
Mare —como Naito-san— me dio una vela de aromaterapia, diciendo que me ayudaría
a dormir. Si la Fase 1 era estropearme el sueño, entonces la Fase 2 era la
vela.”
Recordó haber oído hablar de
esto. Como la vela venía de Mare y basándose en lo que le había dicho a Kazuki
en el sueño…
“No lo recuerdo en absoluto, pero…
aparentemente… pu-pude ser honesta… y a-abierta sobre… ¡argh! De todos modos,
creo que me hizo hablar con Kazuki sobre algunas cosas en mis sueños. No tenía
ni idea de que era sólo una falsificación hecha por ella, ¡pero realmente pude
dormir mientras todo esto sucedía!”
“Estoy sorprendida. Eres mucho
más inteligente de lo que esperaba.”
Las conjeturas de Juri debían
coincidir con las de la súcubo y Karen sonaba impresionada. Pero debía de ser
reacia a que Juri dijera la siguiente parte, porque tomó el relevo.
“Como has adivinado, esa vela fue
probablemente una herramienta que sacó tus deseos y te arrastró al mundo del
demonio de los sueños. Pero justo antes de que se completara la seducción en el
sueño, Rumina te proporcionó el Incienso del Caminante Onírico. Eso te conectó
con el sueño de Kazuki en lugar del mundo de Mare y se reunieron de forma
segura.”
“¡Yo no estoy tan de acuerdo en llamar
a eso seguridad!”
Juri se sonrojó y trató de
negarlo, pero Karen y Claudia sólo sonrieron. Meguri puso una sonrisa confiada,
Rumina hinchó las mejillas y Mare chasqueó la lengua.
“No estoy bromeando cuando uso la
palabra con seguridad. Si el plan de Mare hubiera funcionado, tu mente habría
quedado atrapada en el mundo de los sueños y tu cuerpo habría sido su marioneta
en el mundo real. Ella habría utilizado eso para contactar con Kazuki, habría
usado todos los trucos del libro para ganarse su corazón y habría trabajado
para dominarlo en el mundo de los sueños y en el mundo real.”
El tono serio de Karen hizo que
Kazuki se callara. Si lo que creía que era Juri había intentado seducirle,
sabía que habría caído en la trampa. Y en ese escenario, Juri ya se habría
perdido. Se sintió aliviado de que eso no hubiera sucedido, pero también sintió
un cosquilleo a lo largo de su columna vertebral al saber lo aterrador que
podía ser un demonio de los sueños. Juri debió de sentir lo mismo porque le
dirigió una mirada de inquietud.
“No te preocupes. Ahora que
sabemos quién es el demonio del sueño, tenemos formas de restringir sus acciones.
Por eso se esforzó tanto en evitar ser detectada. Le entró el pánico cuando las
cosas no salieron según el plan y se excedió.”
Debió arrastrar a Kazuki y a Juri
al sueño por la fuerza para lograr su objetivo. Pero incluso eso no había sido
un gran error porque habría funcionado si no fuera por una cosa: la chica que
se había entrometido en el sueño.
“Eso significa que Rumina es un
demonio del sueño, ¿no? ¿Entonces tú también lo eres, Karen-san?”
“No, yo no desarrollé esa
habilidad, así que Rumina es actualmente la única de la familia Sakuma. Uno de
nuestros antepasados era un poderoso demonio del sueño, así que de vez en
cuando nace un demonio del sueño en la familia Sakuma. Como Rumina y nuestra
abuela.”
Rumina reaccionó hinchando el
pecho con orgullo.
“Así es. Nuestra abuelita era súper
genial ♪. Me contó lo increíble y aterrador que es el mundo de los sueños. Me
enseñó la regla más importante sobre su uso: allí puedes hacer realidad los
sueños de todo el mundo, ¡pero nunca puedes darte a ti mismo lo que quieres!”
Sus palabras rebosaban respeto
por su abuela. Debía de estar muy enfadada en el sueño porque veía que Mare
violaba las lecciones que su abuela le había enseñado.
“Habríamos tenido muchos
problemas sin Rumina, ¿eh?”
“No tienes ni idea. Los demás no hubiéramos
podido alcanzarte en el mundo de los sueños y ella pudo haber atormentado
directamente tu mente expuesta allí. No importa lo fuerte que sea tu voluntad,
no habrías durado ni medio día. Y una vez que te hubiera roto, podría haberte
usado como escudo para darnos órdenes. Eso podría haber iniciado una era
oscura, aunque sólo durara el tiempo de tu vida. Rumina nos ha salvado de
verdad esta vez.”
Rumina sonrió felizmente cuando
su hermana la elogió libremente por una vez.
“Onee-chan también me dijo que
tenía que dominar el control del sueño si quería seguir las reglas del sueño de
la abuela. Pensaba que nadie podría quitarme el control, aunque no me
entrenara, pero ahora me alegro de haberlo hecho. Esto debe ser de lo que
hablaban la abuela y Onee-chan.”
Rumina era como el polo opuesto
de Mare, que había asumido arrogantemente que sólo ella tenía ese poder para
poder hacer lo que quisiera en el mundo de los sueños. Gracias a eso, Mare no
había conseguido establecer su edad de oro personal, así que miró con rencor a
Rumina y le enseñó los colmillos.
“¡Si no fuera por ti, sé
exactamente lo que estaría haciendo ahora mismo! Las tendría atadas a ustedes dos
y al resto del personal del salón para que tuvieran que ver cómo me cojo a
Kazuki-kun frente a sus rostros.”
Mare hizo una amenaza vacía de
perdedora, pero Rumina ladeó la cabeza y cortó la idea de Mare con poco
interés.
“Hm, eso habría sido algo
molesto, supongo, pero sólo estarías forzándolo y sus corazones no estarían
conectados, ¿verdad? ¿No sería eso, um, una victoria realmente vacía?”
“¿Qué…? ¡Ma-Maldita mocosa!”
El hecho de que Rumina ganara la
discusión hizo que los otros súcubos se rieran. Juri, mientras tanto, estaba
sentada pensando en lo que Mare y Rumina habían dicho y murmuró algo para sí
misma con una mirada pesada.
“¿Eso significa que nuestros
corazones estaban conectados cuando lo hicimos?”
Cuando se dio cuenta de que había
dicho eso en voz alta, jadeó y se tapó la boca con las manos. Nadie se burló de
ella por eso y Karen la miró con dulzura.
“Incluso en ese sueño, estabas
interactuando con los sentimientos reales de Kazuki. Era su mente la que estaba
expuesta allí y no fue forzado a nada de eso. Sin embargo, eso significa que no
hubo una interacción física real, por lo que se podría argumentar que no se
calificó como sexo.”
Eso significaba que sólo habían
compartido sus sentimientos conectando sus corazones. Juri no dejó que sus
sentimientos se manifestaran, pero esa respuesta pareció ser un alivio para
ella. Y Kazuki no podía estar más contento por ello.
Pero si las acciones de Kazuki en
ambos sueños habían sido sus sentimientos en bruto, entonces esto también
heriría a Juri.
“Entonces… ¿también es cierto que
a ti… te gustó la forma en que lo hiciste con todas las demás… más que conmigo?”
“¿Eh? ¡No-no! Eso fue sólo, um,
¿cómo decirlo?”
No creía que pudiera soportar
decirle directamente que era un masoquista sin remedio. Se lo había dicho a las
súcubos varias veces, pero eso era porque sabía que lo aceptarían así.
Pero Juri lo había rechazado dos
veces por su lado indecente. Revelar esta verdad a ella era como hacer que le
disgustara activamente. Ese sentimiento le impidió responder de inmediato. Sin
embargo…
“Sí, es verdad. Todo lo que
dijeron era verdad.”
No tenía sentido tratar de
ocultar sus inclinaciones sexuales después de que a ella ya le habían dicho que
había embarazado a varios súcubos, así que se armó de valor para revelar toda
la verdad y levantó la voz para que todo saliera a la luz.
“¡Soy lo que supongo que llaman
una persona sumisa! Sí, soy un pervertido sin remedio al que le encanta que las
chicas lo dominen. Maldita sea, ¿¡Eso está tan mal!? ¡Pero eso no significa que
no esté satisfecho con lo que hice contigo! De hecho, ¡creo que mi material era
más grueso que nunca antes! Si hubiéramos tenido más tiempo, ¡sólo sé que
podría haber hecho aún más!”
“¿¡Qué-Qué-Qué-Qué!? ¿¡Cuán estúpido
puedes ser!? ¿Crees que quiero oír eso?”
Eso debió traerle los recuerdos
vívidos de esa cosa caliente y espesa entrando en su vientre porque se agarró
la entrepierna a través de la falda y se sonrojó.
“¿Y por qué el resto de ustedes está
babeando?”
“Oh… nh, slurrrp. Discúlpame. Me
lo he imaginado y, bueno, no he podido evitarlo ♥.”
El comportamiento de las súcubos
le provocó dolor de cabeza, pero aun así logró calmarse y continuar.
“Sea como fuere, cuando estaba
viendo todo aquello desde arriba, no pude evitar fijarme en lo feliz que
parecías. Puede que no estuvieras contento con lo que estaba pasando, pero no
puedes negar que estabas experimentando placer. ¿Y cómo decirlo? No me gustó.”
Apretó los dientes con esa última
parte. Sus palabras no rezumaban emoción, pero él aún podía sentir que ver eso
la había herido. No sabía qué decir, pero sabía que tenía que expresar sus
sentimientos aquí.
“Puede que sí, pero te amo más de
lo que me gusta que me hagan eso.”
“Pero tienes la intención de
continuar tus relaciones con estas súcubos, ¿no es así? Realmente preferiría
que no intentaras ocultarlo y fueras sincero conmigo. Pero, aunque digas que me
amas más, si sé que lo haces con otras personas…”
Sus ojos se desviaron brevemente
y las manos en su entrepierna se apretaron. Las arrugas de su falda se juntaron
y la tela se tensó contra sus muslos. Su cuerpo estaba enrojecido, tal vez por
la ira, y el sudor le pegaba la blusa a la piel.
“Sinceramente, no podría
soportarlo. Realmente no creo que pudiera.”
“Sí… probablemente no. Es la
reacción normal.”
Ella no había dicho nada malo. De
hecho, esa era la forma correcta de sentirse. Ninguna chica podría aceptar a un
novio que dijera que la amaba más, aunque recibiera más placer de otras chicas.
Él sabía que se moriría de celos si los papeles se invirtieran.
(Realmente amo a Juri como el que
más, pero no puedo dejar de tener sexo mientras los súcubos me dominan y me
ordeñan y voy a seguir dejándolas embarazadas… y aun así intento decir que ella
es la número uno para mí. Míralo todo así y estaría justificado que me
apuñalara. Viejo, soy lo peor.)
Juri debía de estar pensando algo
parecido, porque se despeinó como si tratara de sacudirse todos los
sentimientos enloquecidos de su mente. Luego dejó escapar un fuerte suspiro.
“¿Cómo hemos acabado en este lío?
…Oh, pero supongo que nunca habrías conocido a esa mujer si yo no te hubiera
echado y escapado en aquel entonces, ¿eh?”
“Sí, supongo que tienes razón… ¿o
quizás no?”
Juri lo fulminó con la mirada,
pero se dirigió a Karen para pedirle su opinión y ella respondió con una
sonrisa amarga.
“Puede que sí, puede que no.
Podría haberte visto por la ciudad en otro momento y sin duda te habría
sugerido que aceptaras un trabajo con nosotras. Que después te resistieras a
nuestros servicios dependería de tu propia moral. Si ya hubieras entablado una
relación con Juri en ese momento, es posible que hubieras dado prioridad a eso.”
Parecía estar criticando la conciencia
de Kazuki, pero Juri pareció tomarlo como una crítica a sus propias acciones.
Hizo una mueca y dejó escapar un comentario cargado de autodesprecio.
“¿Qué, así que me hice esto desde
el principio? ¿Y lo hice mucho antes de que tú desaparecieras? Entonces ya es
demasiado tarde.”
“Si se me permite ser tan
presuntuosa, no creo que tengas que preocuparte tanto por esto”, dijo Karen. “Aunque
al final se trata de una infidelidad, también puedes pensar en sus acciones con
nosotras como una especie de obra de caridad para salvar vidas. Mientras tanto,
sus acciones contigo son puramente por sus sentimientos hacia ti. Si te calmas
y te centras en eso, estoy segura de que cambiarás de opinión.”
Juri escuchó en silencio a Karen
en lugar de replicar, pero Kazuki pudo darse cuenta a simple vista de que ella sí
tenía sus ideas al respecto. Más que eso, se avergonzó de haber necesitado a
Karen y a los súcubos para que le defendieran.
Así que abrió la boca para tomar
una decisión sobre sus sentimientos.
“Es suficiente, Karen-san. Estuve
equivocado. Desde el principio.”
“¿Eh? E-Espera, Kazuki. ¿Qué
estás diciendo?”
Juri parecía confundida y el
rostro de Karen se nubló disculpándose. Eso le decía que lo decía por su bien y
no por el de Juri. Pero eso no cambió nada.
“Siento todo, Juri. Sobre lo de
hoy y cómo seguí diciendo que te amaba mientras hacía todo esto a tus espaldas.
Ahora que has visto lo horrible que soy, no puedo pedirte que me ames más.”
“¿Qué? Espera, Kazuki, ¿qué te
pasa?”
Se conocían desde hacía mucho
tiempo y Juri era inteligente y rápida entendiendo las cosas, así que él sabía
que ella ya se habría dado cuenta de a dónde quería llegar con esto. Pero no
podía hacer esto bien si solo lo dejaba implícito, así que tenía que decirlo
directamente aquí.
“Me rendiré contigo. Nunca me
confesaré contigo ni intentaré invitarte a salir de nuevo. Lamento haberte
causado tantos problemas durante tanto tiempo, pero eso finalmente termina hoy.
Aun así… te agradezco que me hayas dejado amarte por tanto… ¿¡bff!?”
Pero su resolución fue destrozada
por un poderoso puño en la cara.
“No-No puedo ver…”
“¡Y nunca pudiste si pensabas que
eso era lo que quería oír!”
“Ooh, ella es inteligente.”
“¿Verdad?”
“Sí, ese fue uno bueno.”
Las voces susurrantes de Meguri y
las demás sonaban tan distantes mientras él se frotaba la nariz dolorida y
enfocaba su visión borrosa en Juri.
“¿Cómo has podido hacer eso? ¿Sabes
lo difícil que fue decir eso?”
“¡Cállate! ¡Lo único que decías
es que yo no te importo ahora que tienes a todas esas súcubos!”
“¡Eso no es lo que he dicho en
absoluto! ¡No pongas palabras en mi boca!”
Le contestó enfadado, pero sólo
porque ella tenía toda la razón. No lo había pretendido así, pero era una
interpretación razonable de lo que había dicho.
“No es poner palabras en tu boca
cuando eso es exactamente lo que has dicho. Yo tampoco lo entiendo, pero parece
que eres muy popular hoy en día, así que ¿por qué ibas a molestarte con alguien
tan testaruda y estrecha de mente como yo? A cualquier otra de nuestra clase le
encantaría salir contigo, ¿verdad? Y Chieri es súper linda, ¿verdad?”
“¿Qué tiene que ver Chieri con
esto?”
Intentó replicar, pero Chieri le
había dejado una gran impresión. No tanto como Juri o las súcubos, por
supuesto, pero la forma en que le había aceptado tal como él era fue muy como era
su mujer ideal. Juri vio lo agitado que él estaba por esto, así que lo fulminó
con la mirada, haciéndolo sudar balas.
“Ves, no te salen las palabras.
Chieri dijo que podías hacerlo con quien quisieras siempre que la amaras y ¿no
es eso exactamente lo que querías? Así que ve a salir con ella y eso resolverá
todos tus problemas. Estoy segura de que eso es lo que estabas pensando.”
“¡No lo estaba! ¡Siempre te he
amado a ti y sólo a ti!”
“¿Ehhhhh? ¿Qué pasó con lo de no
confesárteme más? Eso duró todo diez segundos. ¡Eres todo palabrería y siempre
lo has sido! ¡Apuesto a que sólo estabas fingiendo que te rendías ante mí y que
después tendrías a esas súcubos consolándote y cuidándote! ‘Oh, pobrecito ❤️.’ o algo así!”
“¡Yo-Yo no hago que hagan eso! …¡Eh,
dejen de darle la razón, todas ustedes!”
Él anteriormente había escuchado
que los súcubos encontraban increíblemente atractivo cuando expresaba su amor
por la mayor cantidad de gente posible. Incluso si esas personas no lo
aceptaban, lo adorarían por sentirse así y lo complacerían de diversas maneras
para reconfortarlo si esas personas lo rechazaban. Todo eso era cierto, pero él
no había esperado eso. Por desgracia, Juri no lo veía así.
“¡Ves, tenía razón! ¡Sólo puedes
hablar maravillas de renunciar a mí porque ya tienes a otra persona! Si no la
tuvieras, ¡no podrías mentir acerca de renunciar a mí!”
“Eso no es… espera, ¡eso ni
siquiera tiene sentido! Tu problema es mi relación con ellas, así que, si no
fuera por eso, ¡no tendría que renunciar a ti porque no tendrías ninguna razón
para negarte!”
“¿Ehhhhhhhhh? No des por sentado
que diría que sí. Alguien tiene un gran concepto de sí mismo. ¿Tu nueva
popularidad te ha dado una gran cabeza?”
Desgraciadamente, estaban
sentados uno al lado del otro, así que presionaron sus frentes y discutieron
desde una distancia lo suficientemente cercana como para que los escupitajos
llegaran a la cara del otro. Pero a pesar de que su discusión se acentuó,
ninguno de los dos le puso las manos encima al otro.
Bueno, Juri le había dado un
puñetazo antes de que empezara la discusión, pero él no tomó represalias. Por
eso, las demás sólo los separaron para intentar detener la discusión, pero no
hicieron nada más que eso. De hecho, algunas de ellas tenían miradas
exasperadas de “otra vez no”. La forma en que ambos sabían tirarse palos dejaba
claro lo bien que se entendían, y a los espectadores sólo les parecía que
estaban coqueteando.
Pero por mucho que los súcubos
adoraran ver las formas de expresar el amor de la gente, seguían queriendo
decirles a estos dos que se dieran un respiro.
“¿Podrían calmarse, por favor?”
Cuando Karen dio una palmada lo
suficientemente fuerte como para que resonara en la habitación, Kazuki y Juri
dieron un respingo, se callaron y, vacilantes, miraron para ver una sonrisa
espantosamente grande en la cara de Karen.
“Respetaré cualquier decisión a
la que lleguen los dos, pero realmente necesitan calmarse antes de hacer nada.
Especialmente tú, Kazuki-san.”
“…De acuerdo.”
Ella lo fulminó con la mirada y
él se encogió en el sofá. Esto se sentía como cuando eran mucho más jóvenes, y
sus padres los habían perseguido por pelearse.
“Dices que vas a renunciar a
ella, pero no parece que lo hayas hecho. Respetaré tu decisión, pero decir que
has elegido algo y elegirlo realmente son dos cosas diferentes. Por no
mencionar que renunciar antes de recibir siquiera una respuesta a tu confesión
es lo más insincero que puedes hacer.”
Su expresión de amargura decía
que no quería decir esto, pero igualmente lo sermoneó largamente. Luego se
volvió hacia Juri.
“En cuanto a ti, Juri-san, veo
varias contradicciones en lo que has dicho aquí. Tal vez no tengas ninguna
intención de devolverle sus sentimientos, pero no deberías utilizar sus
acciones como excusa para ello. Pero simpatizo contigo en algunos puntos… y creo
que tienes derecho a rechazarlo tú misma si es lo que deseas hacer.”
“Bueno, um… nunca dije que fuera
a… pero al mismo tiempo…”
Juri debía de tener sus propios
pensamientos al respecto, ya que murmuró para sí misma sin llegar a replicar,
pero Kazuki se había dado cuenta de algo a partir de las palabras de Karen
hacia ella. Anunciar que había renunciado a ella incluso antes de que
respondiera no era justo para ella y se parecía mucho a que él mismo la
rechazara.
“Por hoy, creo que ustedes dos
necesitan enfriar sus cabezas. Y Juri-san probablemente tiene a alguien más con
quien quiere hablar.”
Era obvio quién era. Su nombre
incluso había surgido un momento antes. La mirada de arrepentimiento en el
rostro de Juri sugería que había recordado lo que esa chica había hecho en el
sueño, pero debió decidir que no podía ignorar esto cuando se trataba de su
mejor amiga.
“Sí, iré a hacer eso. Um… ¿puedo
contarle a Chieri todo esto?”
“No tienes muchas opciones, así
que adelante. Pero, por favor, evita decírselo a nadie más. Y dile a Chieri-san
lo mismo.”
Los súcubos querían mantener sus
identidades ocultas, así que estaban siendo muy complacientes. Juri tampoco
debía querer difundir esto porque aceptó de buen grado las condiciones.
“Entendido. Me aseguraré de que
no se lo cuente a nadie. Y, ¿cuándo vamos a volver a hablar Kazuki y yo?”
“Vamos a ver. No deberían
posponerlo demasiado, así que ¿qué tal dentro de una semana? No importa cómo
avancen las cosas a partir de ahora, si no te importa.”
Karen sugirió esperar ese tiempo
porque cualquier cambio en las relaciones de Chieri con Juri y con Kazuki
influiría también en la relación de Juri y Kazuki. Juri y Kazuki debían estar
pensando lo mismo porque primero ella y luego él asintieron en silencio. Con
todo decidido, Karen finalmente suavizó su expresión y suspiró.
“Entonces vamos a darlo por
terminado por hoy. Juri-san, te pido disculpas por todas las molestias y te
agradezco que te hayas pasado por esta discusión.”
Karen hizo una profunda
reverencia y Claudia, Meguri y Rumina siguieron su ejemplo. Kazuki,
naturalmente, también bajó la cabeza. Sólo se dio cuenta después de la
reverencia de que esta reacción significaba que se veía como parte del lado de
los súcubos. La risa silenciosa que escuchó sugirió que Juri tenía el mismo
pensamiento.
“Hay que reconocer que me ha dado
miedo, pero no me ha costado tanto. De hecho, me siento mucho mejor ahora que
por fin tengo algunas respuestas.”
Juri se levantó del sofá, pero
luego miró hacia el suelo, donde la cabeza de Mare estaba obligada a bajar para
una postración de bondage.
“Por cierto, ¿qué pasará con…
Naito-san aquí?”
“Será castigada adecuadamente por
sus crímenes, pero… pase lo que pase, ya no podrá interferir en tus sueños. Si
quiere, probablemente pueda incluso volver a la escuela.”
“Hm, ¿en serio? Bueno, es bueno
escuchar eso. De todos modos, me voy.”
Juri salió de la habitación con
cara de felicidad, quizá porque ahora podría dormir bien y quizá porque “Naito-san”
podría volver a la escuela. Sus pies eran ligeros, pero aún debía llevar un
peso en su corazón. De todos modos, era poco probable que durmiera mucho esa
noche.
“Siento que podría haber manejado
eso mejor de varias maneras.”
Tras ver a Juri marcharse y de
soltar un suspiro, Kazuki rompió el silencio en la sala de recepción. Había
intentado decidirse, pero al parecer había fracasado estrepitosamente en su
intento de renunciar a ella. Sólo sabía que Juri le iba a rechazar dentro de
una semana, así que se sentía como un preso del corredor de la muerte esperando
su ejecución.
“Sí, podrías haberlo manejado
mejor dejándome tomar el control. Entonces todo habría ido de maravilla entre
tú y ella.”
“Cállate, Mare. Todavía tenemos
que castigarte.”
Karen interrumpió a Mare con
hielo en la voz. Kazuki miró para ver a Karen mirando a Mare con una expresión
inexpresiva que no contenía emoción alguna. Claudia, Meguri y, por supuesto,
Rumina se vieron superadas por aquello, así que contuvieron la respiración y
vieron cómo se desarrollaba.
“Kazuki-san.”
“¿¡Sh-Shí!? ¿Qué quieres,
Karen-san?”
Se sobresaltó cuando ella lo
llamó por su nombre, pero cuando se volvió hacia él, el color había vuelto a
sus ojos y éstos se inclinaron en señal de disculpa.
“Tengo que ocuparme de algunos
asuntos, pero antes me gustaría disculparme. Lo siento de verdad. Todo esto ha
sido fruto de un error mío, pero luego voy y te sermoneo por ello. Estoy
dispuesta a aceptar cualquier queja que tengas.”
“¿Eh? No-no, en realidad estoy
agradecido.”
Al escuchar eso, ella sonrió un
poco y se inclinó.
“Gracias. Ahora, debo irme.”
Tomó el tentáculo que ataba a
Mare y salió de la habitación. Probablemente se dirigía al mundo de los
súcubos, donde se ocuparía de Mare, pero nadie tuvo el valor de preguntar qué
implicaría eso.
“De-De todos modos, um…
¡realmente nos salvaste allí, Rumina!”
“Lo-Lo hice, ¿verdad? Me aseguré
de hacer todo lo posible por ustedes ♪.”
Rumina saltó ante su intento de
romper el incómodo silencio y Claudia y las demás también se unieron a la
conversación.
“E-Entonces, ¿qué tal si le das
una recompensa?”
“Sí-sí, ¡es una gran idea!
Rumina, ¿hay algo que quieras que Kazuki haga por ti?”
La pregunta casual de Meguri hizo
que los ojos de Rumina se iluminaran como si hubiera estado esperando este
momento.
“¡Sí, sí, sí! Hay una cosa que
quiero que haga desde hace mucho tiempo.”
“¿De verdad? Ahora que lo pienso,
no pude pasar mucho tiempo contigo cuando fuimos de compras, así que está bien.
Sólo dime lo que quieres y es tuyo.”
Parecía la forma natural de
agradecerle que le hubiera salvado, así que él accedió sin pensarlo demasiado.
Pero la respuesta que le dio fue tan apropiada para ella que él se sorprendió
por no haberla esperado.
Cuando Karen volvió al día
siguiente, él le explicó la situación y se aprobó la petición de Rumina. Por
supuesto, ella había pedido tener sexo y quedarse embarazada de él.
“¿Oniiii-saaaaan? Ke, je, je ♪.
Nhh, ahm ❤”.
“Kah, ahh… nh, ah, espera, Rumina…
ah, nhh.”
Se suponía que él debía evitar
todo tipo de sexo durante dos días y luego ser molestado hasta el límite para
prepararlo para fecundar a Rumina, pero aún no era el día final. Sin embargo,
Rumina le abrazaba en ropa interior y le lamía la oreja como una forma de juego
previo, pero no porque no se hubiera resistido. Esto estaba ocurriendo en un
sueño.
“Hh, ah, ¿estás segura de que
esto está bien sólo porque estamos en un sueño?”
“¿Hm? Mis habilidades para juguetear
todavía no son las mejores, así que para asegurarme de que estás preparados,
tengo que pasar los dos días previos jugando contigo en tus sueños ♪.”
Le había preguntado a Karen y a
Meguri sobre el tema y le habían dicho que estaría bien si lo probaba esta
noche y él no hubiera descargado a la mañana siguiente. Usar los sueños para
volverse salvaje era tabú, pero ella había recibido un permiso especial ya que
había salvado a Kazuki.
“Así que voy a jugar mucho contigo
esta noche ❤. Ya sé
exactamente lo que voy a hacer, así
que relájate y
disfruta.”
“¿Qué otra cosa puedo hacer
cuando no puedo moverme? Ah, ahh.”
Curiosamente, de repente se
encontró en la misma aula de la escuela que en el mundo de los sueños cuando
ella había acudido a su rescate. Estaba sentado en el pupitre del profesor,
pero tenía las muñecas y los tobillos atados a él y las rodillas abiertas para
mostrar su indefensa entrepierna. Rumina lo rodeó con sus brazos por detrás
mientras estaba vestida como una profesora.
Llevaba unas gafas de montura
(falsas), una blusa blanca con los botones superiores desabrochados, una
minifalda ajustada y unas medias beige, por lo que su disfraz era perfecto.
Lamentablemente, no podía sentir la suavidad de sus pechos cuando ella se
apretaba contra él, pero su suave piel seguía rozando su espalda desnuda y unas
ondas sensuales indescriptibles llegaban a su cerebro.
“¿Estás listo para estudiar con
Rumina-sensei?”
Ella le lamió minuciosamente una
de las orejas mientras le acariciaba un pezón ya erecto con los dedos y le
chupaba el otro con el extremo de su pegajoso tentáculo. El placer le recorrió
la columna vertebral como un escalofrío y le derritió el cerebro, por lo que su
cara se derritió notablemente. Su polla estaba durísima, las venas abultadas
palpitaban y esta palpitaba como si quisiera mostrar lo caliente y erecta que
estaba. Ya goteaba mucho líquido preseminal de la punta y unos hilos claros y
pegajosos caían entre sus piernas como una escalera.
“¿Hmm? ¿Qué es esto,
Koshigaya-kun? ¿Un pequeño lamido de oreja en la clase y tu polla ya está así
de dura? Los chicos de hoy en día son tan pervertidos.”
“Hh, ah… nh, es sólo porque tú estás…
¡ahhh!”
Ella le dio un golpecito en el
lóbulo de la oreja con la lengua y pasó la punta de su puntero de enseñanza por
su erección. Este hizo un sonido pegajoso mientras recogía el líquido
preseminal y lo frotaba sobre el resto de su polla, proporcionando aún más
placer en el proceso.
“Ne, je, je ❤.
Por desgracia, la lección
de hoy no es sobre este chico malo ♪. Así que vamos a pasar los próximos dos
días aprendiendo sobre otras partes de ti.”
Cuando ella retiró el puntero de
enseñanza, la polla de Kazuki tembló en señal de protesta. Sus caderas se
movieron por sí solas, sacudiendo el escritorio lo suficiente como para que
sonara.
“Ya, ya, chico travieso.
Suplícame que te frote la polla todo lo que quieras, ya he decidido que hoy sólo
jugaré con esta parte en este sueño ♪.”
“¡Ahh, hh, ahhhh! ¿Sólo ahí?
Nhhh, hh!”
El extremo de la cola de
tentáculos de Rumina era como un capullo de flor. Era un poco más grande y con
un interior más fundido que la última vez que él lo había experimentado. En ese
momento estaba pegado a su pezón. La cola tentáculo se bifurcaba, y el otro
extremo se extendía como pétalos de flores en temporada y se pegaba a su piel.
Los pétalos pegajosos llevaban un gran calor y sensación resbaladiza que se
sentía como varias lenguas a la vez y se arrastraba por sus costados, la parte
inferior del estómago, el cuello, la parte superior de los brazos y más. La
dulce estimulación hizo que todo el cuerpo de Kazuki se estremeciera
patéticamente e inspiró aún más deseo masculino en todo su cuerpo.
“Ohh, ohhhh… ahh, ahh, eso es tan
bueno, kh, hhhhh, ¿por qué estoy tan sensible? ¡Khhhh!”
Cada vez que su tembloroso pene
palpitaba, líquido preseminal salía a chorros y salpicaba el escritorio frente
a él con hilos que lo conectaban de nuevo. Sus pezones crecieron tanto como la
punta de su dedo meñique y el que estaba dentro del tentáculo era apretado y
amasado por la carne interior mientras su afrodisíaco súcubo lo frotaba todo.
Pero ella había retirado los dedos del otro pezón, dejándolo tan ignorado como
su pene. Eso lo hacía tan sensible que incluso el roce del aire lo hacía
palpitar. Temblaba y se ponía aún más erecto que el que era objeto de burla.
“Ru… mina… ahhh… há-házselo a este
también.”
Retorció las caderas y la parte
superior de su cuerpo mientras suplicaba, ya que no podía aguantar más. Recibir
estimulación en ese pezón era lo único en lo que podía pensar y el único
remedio era que los delgados dedos de la chica lo acariciaran, que sus suaves
dedos lo aplastaran o que sus pulcras uñas lo pellizcaran.
Había anunciado su derrota sólo
unos minutos después de que comenzara el tormento, así que Rumina se rio
alegremente en su oído.
“No puedes evitarlo, ¿verdad?
Pero hoy te voy a pagar por todas las veces que me has nalgueado para que me corra.
Eso significa que no puedo solo darte lo que quieres. Ja, ja ♥.”
Ella le chupó el lóbulo de la
oreja y le frotó todo el cuerpo con el único extremo del tentáculo. Él le rogó
que jugara con el otro pezón mientras también la imaginaba lamiendo su otra
oreja con su tentáculo. Eso hizo que su deseo masculino se disparara aún más hacia
su entrepierna.
Rumina miró con anhelo su polla,
pero susurró “tengo que resistir” en voz baja y evitó tocarla. Sólo estaban
aquí para jugar con él, así que no tenía intención de hacerle eyacular ni
siquiera en el sueño. Por eso él giraba desesperadamente las caderas, las empujaba
hacia arriba los pocos centímetros que pudo conseguir y trató de distraerse del
placer.
“Oh, Onii-san ♥. ¿Tienes idea de
lo patético que te ves intentando cogerte al aire de esa manera? ¿Estabas
esperando que yo mirara? O…” Le mordió ligeramente el lóbulo de la oreja con
sus labios y su voz sonó seductoramente en su oído. “¿Querías mostrar esto a
otras chicas? Jee, jee. Sí, ya que no puedo dejarte eyacular, lo menos que
puedo hacer es concederte ese deseo. Ambos sabemos lo mucho que te gusta dejar
que otras personas vean lo pervertido que eres, así que te encantará esto ♪.”
“Oh, ohhh, ahhh… qué estás… ghh,
nhhhh.”
Cuando él intentó preguntar a qué
se refería, ella chasqueó los dedos con una amplia sonrisa en la cara. Y al
igual que en el sueño de Mare, la puerta del aula se abrió.
“¿Eh? ¿Estamos en la escuela?
Pero no reconozco este… ¿Eh?”
“Ja, ja. ¿Qué demonios ❤?”
“Ese es un chico, ¿no?”
“Y tiene una de esas cosas,
erecciones ♪.”
“Espera, ¿quién es esa profesora
detrás de él? Se parece a Rumina-chan, ¿no?”
Él no reconoció a ninguna de las
chicas que entraron en la sala, pero todas eran bastante más jóvenes que él y
llevaban el mismo uniforme escolar que siempre llevaba Rumina. Parecían
confundidas al principio, pero lo aceptaron antes de que pasara mucho tiempo y
tomaron asiento mientras charlaban alegremente entre ellas y regalaban sonrisas
fundidas a la escena que se desarrollaba al frente del aula.
“E-Espera, Rumina. Ah, esas son
tus… nhh.”
“Shh. Todas piensan que soy una
profesora ahora mismo, así que no me delates.” Rumina le susurró y luego se
volvió hacia las alumnas con una sonrisa. “Buenos días a todas. Es hora de una
clase especial de educación sexual. Reúnanse alrededor de mi escritorio porque
hoy tengo un verdadero regalo para ustedes. Podrán observar una verdadera polla
masoquista en vivo.”
El desprecio y la curiosidad
llenaron los ojos de las chicas mientras se acercaban al escritorio y miraban
alternativamente entre la cara de Kazuki y su polla. Él estaba atado desnudo al
escritorio y no recibía ningún tipo de estimulación que no fuera el pezón, y
sin embargo estaba tan duro como podía estarlo.
Las chicas intercambiaron miradas
y soltaron risitas ante esa visión, lo que hizo que su lado masoquista se
sintiera atraído.
“¡Es una polla masoquista! Justo
como Rumina-chan nos estaba contando.”
“¿Significa esto que se puso así
sólo por sus pezones?”
“Eso lo convertiría en un
masoquista.”
Cuando la que señaló su erección
y dijo “se puso así”, una ráfaga de líquido preseminal brotó de ella y aterrizó
en su dedo índice. Un placer similar al de una eyaculación surgió del fondo de la
polla de Kazuki y su cabeza se agitó lo suficiente como para que su visión se
desvaneciera. Las chicas pensaron en un principio que había eyaculado, pero,
independientemente de que luego se dieran cuenta de que era líquido preseminal,
aplaudieron y se rieron.
“Mira, mira ♪.”
“En realidad lanza chorros de líquido
preseminal cuando nos reímos de él. ¿Qué tan masoquista puede ser? ❤.”
“¿Qué más puede hacer, Sr.
Masoquista?”
“¿Puedes eyacular sólo con que
alguien juegue con tus pezones?”
Se daba cuenta de que estas
chicas más jóvenes le miraban con desprecio y le trataban como un juguete para
su diversión. Miró hacia Rumina y vio que sus labios se torcían en una sonrisa
mientras disfrutaba de sus reacciones.
“¡Oye, Rumina… ¡ahhhh! ¿Nhhhh?”
“Llámame ‘Sensei’ en la clase,
Koshigaya-kuuun!”
Ella apretó con el tentáculo su
pezón para chuparlo como si fuera una mamada. Una oleada de placer le recorrió
el pecho e hizo que la parte inferior de su cuerpo se desbocara, por lo que
acabó gritando una disculpa.
“¡Ahhh! ¡Lo-Lo siento,
Senseiiiii!”
Las chicas volvieron a estallar
en carcajadas, sumiéndolo en un vórtice de vergüenza, pero no podía correr ni
esconderse y sólo podía gemir allí sobre el escritorio mientras ellas lo
observaban.
“Nh, hh, ahhhh… ahhhh… mi pezón,
ghhh.”
“¿Hmm? Te gusta mucho que te
toquen los pezones, Koshigaya-kun. Bien, ¿qué tal un experimento, chicas? ❤.
Veamos si realmente se corre sólo
con la estimulación
de los pezones. Observen con atención.”
Su tentáculo se apretó aún más
para morder esencialmente el pezón erecto que tenía dentro. El espeso afrodisíaco
de la súcubo actuó como lubricante, frotando tan fuerte que lo que debería
haber sido dolor se transformó en placer. El placer enloquecedor que sentía era
como tener todo el pecho lamido por innumerables lenguas.
“¡Kh, ahhhhh! Eso es demasiado… ¡nhhh,
ahhn!”
“Ah ja, ja, ja. Suena tan lindo ❤.”
“Justo como una chica ♪.”
Sus voces burlonas lo llenaron de
placer y sus caderas siguieron saltando los pocos centímetros que su atadura le
permitía. Estaba empujando patéticamente hacia arriba en una vagina inexistente
que flotaba sobre él. Las chicas lo observaban todo de cerca y a veces lo
miraban a los ojos. Cuando lo hacían, torcían los labios en una sonrisa y se
reían provocativamente de él o lamían un poco del líquido preseminal que les
había caído en la cara.
“Vaya, su líquido preseminal es
espeso. Es como el semen de verdad ❤.”
“¿Cómo
sabes cómo es el
semen?”
“Mira cómo palpita. ¿Crees
que podríamos hacer
que se corra sólo
con soplarlo?”
Cada palabra que decían enviaba
más líquido preseminal desde lo más profundo de su polla. Estaba lo
suficientemente excitado como para que una sola caricia o roce le hiciera
eyacular, pero ninguna de ellas lo tocó y el anhelo no hacía más que aumentar
en su interior.
Y no era sólo su pene el que
estaba siendo descuidado. Su otro pezón palpitaba y pedía a su orgullo que
levantara la bandera blanca.
“Ru… mina… ah, ahh… nh, Se-Sensei.”
“¿Sí? ¿Qué pasa, Onii-san… no,
quiero decir, Koshigaya-kuuun?”
O se estaba cansando del juego de
roles o lo había olvidado, porque Rumina comenzó a responder normalmente, pero
también le ordenó con la mirada. Le hizo ver su punto de vista frotando
suavemente su dedo en círculos fuera de su areola y acercándose gradualmente
antes de alejarse de nuevo.
Le dijo implícitamente que no jugaría
con ese lugar que él tanto deseaba. Su mente derretida puso en marcha sus
engranajes para averiguar cómo satisfacer su deseo masculino y llegó a una
respuesta irremediablemente humillante.
“¡Ah, ghh… pí-pídeles… pídeles a
esas chicas que… me froten el pezón… mi pe-pervertido… y masoquista pezón!”
Sacó el pecho y suplicó con su
hinchado pezón temblando. Los ojos de Rumina y sus compañeras se iluminaron
como si hubieran estado esperando esto, pero él no debía haber dicho lo
suficiente todavía. Las chicas se quedaron quietas y esperaron las
instrucciones de Rumina.
“Hmm, tal vez lo haga… pero tal
vez no.”
“Por favor… ¡necesito que me
froten los dos… los dos pezones!”
“Hmmmmmmmm, ¿qué haréeeee?”
Fingió pensar mientras jugaba minuciosamente
con el único pezón en su tentáculo que estaba tan derretido por dentro que se
le escapaban fluidos pegajosos, pero finalmente dio una respuesta.
“Bueno, si tanto lo deseas,
supongo que puedo hacerlo por ti. Pero primero, ¿puedes preguntarlo de nuevo?
Quiero que estas otras chicas lo escuchen ♥.”
“¿Eh? ¿Otras chicas? ¿Qué otras…?”
Volvió a enfocar su visión
borrosa y miró hacia el fondo del aula. Las compañeras de Rumina estaban
rodeando la mesa del profesor de cerca, pero otro grupo de chicas estaba
sentado en los asientos del fondo y sonriendo ante su exhibición sexual. Eran
sus propias compañeras que se habían burlado de él en el sueño de Mare.
“Pff. ¿Deja que chicas tan
jóvenes lo dominen también? Es tan patético.”
“Sólo míralo. Es divertidísimo.”
“¿Pueden excitarlo sólo con sus
pezones? ¿Por qué nos siquiera molestamos en tocarle la polla la última vez?”
Esto lo dejó sin palabras y
Rumina le susurró al oído.
“Esto es para aclarar su
malentendido. Se quedaron sin saber si ese último sueño fue real o no, así que
pensé que mostrarles algo que no puedan creer les convencerá de que todo fue un
sueño.”
Eso explicaría por qué Chieri,
que podría saber ya la verdad, no estaba aquí. Pero él no estaba en condiciones
de preguntar con calma si eso era realmente cierto. En su lugar, lo utilizó
como excusa para dejar que su deseo masculino se hiciera cargo. Su masoquismo
asomó su fea cabeza, y gritó una desvergonzada petición delante de las chicas
más jóvenes y de sus compañeras.
“¡Po-Por favor, jueguen con mi
pezón ma-masoquista y pervertido! ¡Me volveré loco si no lo hacen! ¡Mastúrbenlo
con sus dedos! Pellízquenlo, acarícienlo, aplástenlo y denle placeeeeer.”
Al pronunciar estas palabras, las
endorfinas estallaron en su mente y el placer se extendió por sus vasos
sanguíneos. El líquido preseminal brotó con la fuerza de una eyaculación para
formar un charco en el suelo y salpicar las caras de las chicas que tenía delante,
dejando hilos pegajosos que goteaban de ellas.
“¡Ah, ja, ja, ja! No puedo
creerlo ♪.”
“De acuerdo, esto tiene que ser
un sueño.”
“Si Koshigaya fuera realmente así…
creo que me lo llevaría a casa y lo ataría en mi armario ❤.”
De hecho, era un sueño, pero uno
que reflejaba la realidad. Si todo esto le estuviera ocurriendo en el mundo
real, se habría comportado exactamente igual y se habría humillado de la misma
manera. Esa constatación le produjo un enorme placer y en su visión saltaron
chispas.
Estaba tan cerca de llegar al
clímax de su placer y entonces las chicas extendieron sus dedos con sonrisas
crueles.
“Mira este pezón pervertido ❤.”
“Deberías estar avergonzado,
señor ♪.”
“Pero si te gusta que jueguen
contigo chicas más jóvenes.”
“Puedes ser nuestro juguete ❤.”
Todas miraban al chico mayor con
miradas de evidente excitación. Se deleitaron al recibir un juguete tan lascivo
mientras recorrían sus dedos a lo largo de su areola, apretaban suavemente el
pezón y lo aplastaban con un toque suave.
“Gh, oh… ah, ahhhhh… nh, ohh,
ohhhhh…”
La tan esperada estimulación de
su pezón envió sustancias químicas de placer a su cerebro. Gemidos de placer
salieron de su boca junto con el goteo de saliva y una mirada embriagada cubrió
su rostro, provocando la burla de las chicas.
“Jee, jee. Se ve tan patético ♪.”
“¿Así es como se ve un masoquista
cuando se rinde? ❤.”
Se susurraban entre ellas, lo
miraban fijamente, suspiraban y sacudían cruelmente el corazón masoquista de
Kazuki, pero sus movimientos de dedos seguían siendo delicados y cariñosos.
Pero eso no era lo que él quería. La tan esperada estimulación se sentía tan
bien que derretía su cuerpo y su mente, pero mientras se ahogaba en un intenso
placer, su mayor deseo era que esas chicas más jóvenes lo dominaran sexualmente
y no dejaran intacto su orgullo.
“¡Ahh, ahhh… más fuerte… más
fuerteee! ¡Háganlo más fuerte! ¡Háganlo hasta que duelan! ¡Rápido!”
Él no tenía ni idea de cuánta
experiencia sexual tenían esas chicas en el mundo real, pero se imaginaba que
eran tan puras como la nieve mientras él hacía esa vergonzosa petición. Ese
posible escenario hizo que saliera más y más líquido preseminal, por lo que su
pene brillaba con la materia y los uniformes de las chicas estaban manchados
por ella.
“Vamos, Onii-san. ¿Realmente
tienes que rogar a mis amigas por todas esas cosas sucias? Tus propias amigas
están mirando, ¿sabes?”
“Ahhhhn, ahh, ahhh… lo sé… pero
yo… lo deseo tanto… ¡ohh, ahhhh!”
Las chicas respondieron a su
súplica aplicando más presión con sus dedos, aplastando su pezón hacia abajo.
Una oleada de placer le atravesó el pecho y más gemidos patéticos salieron de
sus labios.
“¡Ahhh, ahn, ahhh! Má-más fuerte…
¡ahhhhh!”
“Sí, sí. Enseguida lo haremos.”
“Seguiremos así hasta que te
corras sólo de esto.”
Eso le hizo concentrarse en la
posibilidad de eyacular, así que apretó el culo con fuerza, forzando un chorro extragrande
de líquido preseminal. Pero sin ni siquiera estimular su próstata, no pudo
alcanzar el punto de eyaculación y un gran anhelo se hundió en lo más profundo
de sus pelotas.
(Ahh, gahhhh… si me tocaran la
polla… la polla o la próstata… podría correrme.)
Miró a Rumina, pero ella sólo le
devolvió la sonrisa. Se tomaba en serio lo de que esto era una lección para las
chicas y no tenía intención de jugar con nada más que sus pezones hasta que él
eyaculara sólo por eso. Y si este interminable juego previo era una forma de
hacer que él produjera más semen para ella dentro de dos días, no le daría
permiso para correrse aunque pudiera.
Como ella controlaba el sueño,
era muy posible que pudiera controlar su capacidad de eyacular.
“¿Hm? ¿Qué pasa, Onii-san? Toma,
te voy a chupar tu pezón polla con mi cola, así que intenta correrte, ¿de
acuerdo? Échalo todo a chorros ♥.”
Él no podía saber lo que ella
pensaba detrás de esa sonrisa inocente, pero sus palabras despertaron su deseo
y las demás siguieron su ejemplo.
“Tengo tantas ganas de ver cómo
te corres con esto.”
“Un verdadero masoquista como tú
puede hacerlo, ¿no?”
“¿No vas a darles a esas chicas
lo que quieren, Koshigaya ♪?”
“Pero dejar que te dominen así
sería bastante patético ❤.”
Las chicas más jóvenes se reían
de él y sus compañeras se burlaban durante esta cruel tortura en la que nadie
tocaba su interruptor de eyaculación. Siguió así hasta que finalmente se
despertó por la mañana, pero eso no acabó con su tormento.
Mirando hacia atrás, los dos
últimos días le habían parecido una eternidad.
En sus sueños, le habían
atormentado los pezones, le habían lamido las orejas y le habían cubierto todo
el cuerpo de saliva, pero nunca le habían permitido correrse. Todo había sido
una forma de tortura sexual tras otra. La excitación reprimida se le había
pegado durante el día, así que incluso el roce de sus bóxeres había sido casi
suficiente para hacerle estallar su carga y tuvo que trabajar duro para
resistirlo.
Las súcubo del salón y de la
mansión eran sensibles al deseo masculino que lo llenaba porque habían estado
notablemente más calientes que de costumbre. Él debió tener cuidado para
asegurarse de que ninguna lo atacara y lo ordeñara para sí misma. Las súcubo de
confianza, incluida Karen, que lo habían vigilado, habían estado a punto de
caer en la tentación, y sólo su férrea fuerza de voluntad lo había impedido.
Pero hoy se liberaría de todo eso
en esta cama.
“Rumina… ahh, a-apresúrate… no
puedo esperar ni un momento más.”
“Yo tampoco puedo, mira esto ♥.”
Se sentó en la cama y Rumina se
puso de pie frente a él, separó su coño con los dedos y expuso la carne rosado
puro de su interior para mostrar lo húmeda y reluciente que estaba.
La rosada humedad desprendía un
aroma fuertemente dulce que atraería a cualquier corazón humano, por lo que sus
ojos se sintieron atraídos por ella. La vagina de Rumina se había aflojado en
su deseo por un varón y una fuente interminable de jugos de amor goteaba,
empapando sus muslos.
El fluido sexual cubría también
el resto de su vulva y la carne derretida temblaba lo suficiente como para que
las gotas salieran volando. Salpicó la cara de Kazuki y goteó por su piel,
haciendo que su polla se endureciera y palpitara.
“¿Y cómo se ve? ¿Es bonito?
¿Quieres meter tu polla en él?”
“Sí-sí, más de lo que puedes
imaginar. Quiero cogérmelo en este mismo instante.”
Estaba tan excitado que sentía
que lamer sus jugos de amor le haría correrse y podía sentir ese semen
hirviendo dentro de sus pelotas. Llevó su nariz hacia el excitante agujero de
carne y disfrutó del aroma sexual de ese tembloroso pote de miel. Al poco tiempo,
sacó la lengua sin quererlo. Sin embargo…
“Nh, ahh… no, ahora no ♥. Puedo
entender que quieras lamer los jugos de mi coño, pero te desbordarías si lo
hicieras, ¿no es así? Hasta la última gota tiene que entrar aquí hoy ❤.
Así que tienes que
esperar hasta que estés
dentro de mí.”
Ella apartó sus caderas de la
lengua de él y luego las bajó lentamente. Parecía que estaba bailando en la
barra desnuda, así que los ojos de él se abrieron de par en par para mirar, y
su polla se puso aún más dura. El calor del cuerpo de ella y el calor de su
coño mojado llegaron a su pene a través del aire.
“Jee, jee. No puedes apartar los
ojos de este coño, ¿verdad? Puede que me corra por tu mirada ❤.
Nh, ahh… mira, está
entrando, va a entrar… nh, nhhhhh ❤.”
Su flor de carne sexual besó
húmedamente la cabeza del pene de Kazuki. Cuando su carne caliente y húmeda se
frotó contra ella, un temblor recorrió la columna vertebral de Kazuki y sus
caderas saltaron hacia arriba. El movimiento empujó la cabeza hacia su vagina y
el apretado camino sexual se lo tragó mientras brotaba el néctar femenino.
“Ohh, nh… kh, oh, ohhhh… ahh,
ahhhh.”
“Ahn… sí… kh, está entrando en mí…hhhhn
❤.”
Ambos gimieron y las caderas de
ella se hundieron muy lentamente mientras sus rodillas temblaban debajo de
ella. Su apretado agujero se abrió cada vez más para aceptar más y más del pene
de él. Una sensación pegajosa se frotó a lo largo de la vara y pulió la cabeza,
frotando los jugos de amor a través de la carne masculina que ella invitó a su
parte más profunda.
Ahhhh… esto… esto es
demasiado. ¡Ohh, me voy a correr!
Sintió que se hundía
infinitamente dentro de ella mientras su pene palpitaba y llenaba su caliente pote
de miel. Todo el semen acumulado por las burlas a sus pezones y a todo lo que
no era su polla había subido ya casi hasta la cabeza.
Sabía que no podía correrse hasta
llegar a su vientre, así que apretó los dientes y el culo para resistirse, pero
el placer lo aflojó todo de nuevo. Una nueva tormenta de placer llenaba su
polla a cada segundo, su visión se nublaba por la humedad de sus ojos, sus
piernas sobresalían, sus caderas se levantaban solas y el soberbio coño de ella
le daba la bienvenida a su interior. Su cuerpo quería experimentar la parte más
profunda de la chica y liberar todo su deseo lo antes posible.
“Ahh… tienes una mirada tan
sucia, Onii-san ♪. Vamos, ya falta poco… nhhh ❤”.
Los brazos que sostenían la parte
superior de su cuerpo temblaban tanto como sus piernas y amenazaban con ceder
por el placer. Pero mientras ella mantenía una sonrisa confiada incluso
mientras gemía de placer, a él se le llenaban los ojos de lágrimas de tanto
trabajar para no correrse. La forma en que ella lo miraba le hacía sentir que
lo dominaba sexualmente, lo que le daba aún más ganas de eyacular.
¡Ahhhh! ¡No-No puedo parar!
¡Voy a correrme!
Se sintió desfallecer y luego
toda la fuerza abandonó su cuerpo como si un interruptor hubiera sido accionado
en su mente. La base de su pene se aflojó también, por lo que el espeso semen
pudo correr por su uretra de una sola vez.
“¡Ah… Rumina, ahh… lo siento…
ahhhhh, perdónameeee!”
Se había esforzado tanto por
aguantar hasta hoy para poder dejarla embarazada, pero había fracasado en el
último momento. El intenso arrepentimiento y la culpa le hicieron llorar y gritó
una disculpa mientras levantaba las caderas y tensaba las piernas. Odiaba cómo
acababa buscando hasta el último gramo de placer incluso ahora, pero no podía
resistir la sensación de liberación.
“¡Lo siento, ahh, lo siento
mucho! Me estoy corriendo, me estoy corriendo.”
Levantó las caderas todo lo que
pudo y el semen creciente forzó sin piedad la apertura de la entrada de su
uretra para estallar, pero justo entonces…
“¡Ja, ja! Sí, síii ❤.
¡Esa mirada! ¡Eso es lo que quería ver! Toma esto ♥.”
“¿¡Gh… nhhhhhh!? ¡Ahhhhhhh!”
Como si hubiera estado esperando
este mismo momento, ella bajó de golpe su trasero hacia la entrepierna de él,
llevando la punta de su polla a su parte más profunda justo a tiempo para
atrapar el espeso fluido masculino que salía de él.
“Ahahhhhhhhhh ❤.
¡Ahh, sí, síiiiii! ¡Este
material es de primera calidad! Kh, hhhhn, ah, ahhhn ❤.”
El placer que iba desde su
entrepierna hasta su cerebro era realmente celestial. Se sentía como si le
chuparan el alma y las emociones, por lo que ya no podía ni gritar. Rumina
parecía gemir aún más fuerte para compensarlo mientras el movimiento de su carne
vaginal hacía que su pene palpitara como un loco y liberara su deseo masculino.
Su cuello uterino temblaba y succionaba la cabeza del pene como una bomba para
sorber hasta la última gota del semen.
“Ahh, ahhhhh ❤.
¡Ahhh, hyahhh! ¡Esto es… tan bueno, hh… ahhhhhhn!
Sí, me estoy
corriendooooo ❤.”
Cuando el extracto masculino
entró en su vientre, su sonrisa confiada se transformó en una mirada de puro
sexo y sus ojos cayeron. Ambos sacaron y enredaron sus lenguas, con piquitos
cortos en los labios y se apretaron el uno contra el otro en posición sentada.
La cara de ella estaba derretida,
su lengua bailaba con la de él y una cascada de saliva goteaba de su boca. Él lo
lamió y trató de hablarle, pero apenas era coherente.
“Ryumiraaa… ahh, nhh… haz esa
cosa…”
Ella sabía exactamente a qué se
refería, así que envió su cola de tentáculos deslizándose entre sus cuerpos e
hizo que el extremo bifurcado le chupara los pezones. Sus pezones habían sido
provocados al borde del clímax tantas veces en sus sueños, así que esto fue
suficiente para enviar placer a su próstata y hacer que sus bolas se elevaran
dolorosamente. Cuando ella tiró con los tentáculos de la ventosa, éstos
pellizcaron además de succionar, haciendo que más semen masoquista brotara de
él.
“¿¡Ghh, nhhhhh!? Ahhh, ¡me estoy
corriendo!”
“Nhh, sí. Será mejor que te
corras mucho, mucho ❤”.
La derretida carne interna de
Rumina chupó y acarició cada pedazo de la polla de él desde la base hasta la
punta, llenándolo de un placer diabólico mientras la cola de tentáculos
derretía su mente con el masaje de los pezones. Ella le exigió que se corriera
más, así que él hizo todo lo posible como si convirtiera su amor por ella en
semen.
“Rumina… ahh, te amo, Rumina.”
“Nhh, y yo te amo a ti ♥. Te amo mucho,
Onii-san. Ahn, ¡nhhhh! Nhh, te amo, ¡así que dame todo tu semen!”
Ella le chupó tanto los pezones
que él pensó que se los iba a arrancar y también lo abrazó con fuerza para
apretar su cuerpo contra él. Sus cuerpos estaban calientes como el magma, su
sudor, su saliva y otros fluidos se mezclaban, y sentían que incluso compartían
el ritmo de su pulso.
Gh, hhh… ¡esto es lo mejor!
¡Khhh!
Tener sexo con una súcubo era
como recibir todo el placer de forma concentrada, por lo que sus instintos se
ahogaban en él. La abrazó con fuerza mientras hacía crujir los muelles de la
cama debajo de él. Sus caderas se apretaban la una contra la otra, pero incluso
sin ningún empuje real, el movimiento de sus cuerpos provocaba un placer carnal
igual.
La carne vaginal de ella se
retorcía contra el pene de él y lo chupaba sin cesar, provocando que él
eyaculara aún más. Ella seguía chupando su polla para sacar hasta la última
gota, pero también para evitar que se quedara flácida. La carne de ella se coló
por debajo de la cresta de la cabeza, dentro del prepucio, y a lo largo del
frenillo para frotar sus afrodisíacos jugos de amor de súcubo sobre todo ello.
Eso por sí solo sacudió su lado
sensual, pero la sensación y el calor de su pequeño y suave cuerpo entre los brazos
de él también hizo que su deseo masculino se disparara.
“Oh, ahhh… me estoy corriendo
otra vez… ¡nhhh!”
“¡Córrete… dame tu… bebé, ahhhn!”
Ninguno de los dos hablaba
mientras se besaban y seguían enredando sus lenguas para intercambiar su amor
incluso mientras hablaban. Él había eyaculado dos, tres, no, cuatro veces y su
cuerpo sentía que se volvía loco, pero seguía duro y continuaba expulsando
semen. El vientre de ella debía estar lleno de tanto semen que estaba apretado
como un sólido, pero seguía chupando todo lo que él le daba.
“Esto es tan bueno… nhh, ahh…
puedo sentir todo tu espeso semen llenando mi vientre. Es como si me rozara por
dentro…ah, ahn, ahhhh ❤.”
La sensación de todo el semen
dentro de ella llevó a Rumina a un intenso clímax y su vientre se apretó aún
más. No podía ni imaginar cuánto se correría si seguían así toda la noche.
Cuanto más dormía con ella y más se corría, más atractiva parecía y más
feromonas emitía. Ella no dejaba de estimular los instintos y deseo de Kazuki,
por lo que su polla nunca se ablandaba. Sus pelotas se fijaron en su posición
elevada y de ellas brotó nuevo esperma para llenar el vientre de Rumina.
“Ahh, más… ahh, sí… ah, ahhhh ❤.”
Ella se aferró a él en el orgasmo
y sus uñas se clavaron en su espalda para provocar un dulce dolor. Eso ayudó a
condimentar la experiencia y profundizó el amor de él por ella. A partir de
ahí, cogieron con más fuerza, los muelles de la cama crujieron con fuerza
debajo de ellos y se perdieron en su propio mundo.
“Hhh… Te amo, Rumina.”
“Yo también te amo, Onii-san. Te amo
más que a nadie ❤.”
Él le había hablado a Mare de que
el corazón de ella estaba conectado con el de él y aquí lo ejemplificaba. Las
sábanas pronto fueron un desastre y estaban empapadas de fluidos sexuales.
El vaporoso ambiente sexual de la
habitación seguramente los mantendría a ambos excitados hasta que la sirvienta viniera
a despertar a su amo por la mañana.
[1] Al parecer su nombre es un
juego de palabras de cómo se pronuncia la palabra inglesa Knightmare en japonés.
[2] El makuragaeshi es un
yōkai japonés. Venían de noche al lado de la almohada y le daban la vuelta.
También se considera que cambian en qué dirección miran la cabeza o los pies.
Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de Paypal por la plataforma Ko-fi: https://ko-fi.com/frizcop
0 Comentarios