Remake Our Life!
Vol.4 Capítulo 5 - He decididoMis recuerdos han estado incompletos desde que llegué a este
mundo.
Hablé con Tsurayuki en la colina, luego nos separamos, y sin
recordar nada desde ese momento, me encontré transportado al mundo de 2018.
No sé cómo acabé en la industria del videojuego. Recordé haber hecho el juego con los miembros de la pensión Kitayama. Pero eso no era todo, debió de haber alguien que me guiara. ¿Sensei? No, no puede ser. Kiryu-san… tampoco lo creo.
—Bueno, esto es así, creo que ya es hora.
Tomioka Keiko. También conocida como Keiko-san. Es una joven
misteriosa que domina la producción de juegos y habla con un atroz dialecto de
Kansai. Es la persona que nos apoyó en la realización de nuestro juego doujin,
de principio a fin.
Me preguntaba cómo se me había escapado de la memoria esta
poderosa presencia, pero con una certeza, empezaba a entender por qué.
—Um, Keiko-san, tú eres…
Estaba a punto de decir algo.
—Uups, para, para. —Entró en pánico y me detuvo—. No me preguntes
sobre eso ahora. Lo entenderás con el tiempo.
Y no dijo nada más respecto a eso.
—Bueno, ahora. —Keiko-san volvió a hablar, cortando mis palabras—,
Ya lo sabes, ¿no? Ya era hora.
—Sí, lo entiendo… creo.
No dijo nada en concreto, pero pude imaginar que probablemente
fuera así.
Ya es hora… de que termine este mundo en el que estoy, y de que
entienda por qué he viajado del mundo de 2007 al de 2018.
Y que probablemente la clave esté en las manos de la senpai que
tengo delante, que sólo parece una niña.
—Quieres volver, ¿verdad?
Esas únicas palabras que dijo lo resumían todo.
Quería volver al mundo del 2007. Después de separarme de
Kawasegawa, seguí pensando en ello.
—No obstante. —El rostro de Keiko-san se volvió serio de repente. Entonces
comenzó a hablarme, tratando de hacerme recordar—. ¿No eres ya afortunado ahora
mismo? Trabajas con éxito para una desarrolladora de juegos de tamaño medio,
todo el mundo confía en ti, y tienes una esposa y una hija muy tiernas esperándote
cuando llegas a casa. No hay nada de lo que quejarse, es la imagen de la
felicidad. —De espaldas a mí, mira al cielo mientras un avión vuela por lo alto.
Puedo ver el avión blanco puro brillando a la luz del sol.
—Aunque elijas vivir en este mundo tal y como está, nadie te
culpará. O, más bien, probablemente pienses: «¿Por qué debería elegir otra
cosa?». —Keiko-san se quedó quieta y bajó la mirada—. Pero cuando vuelvas al
mundo anterior, por supuesto, todo esto desaparecerá. Tu insustituible familia,
tu satisfactorio trabajo, tus amigos, todo.
Se dio la vuelta. Nunca había visto nada parecido, no…
Ahí estaba la misma mirada intensa en sus ojos que no había visto
desde el día en que me separé de Tsurayuki.
—¿Estás dispuesto a tirar toda esta
felicidad por la borda para volver al pasado, muchacho?
Venir al futuro me ha enseñado mucho. Aprendí lo egoísta,
arrogante e ignorante que era. También aprendí que había gente que me
necesitaba durante mucho tiempo.
—……
Sopló otro viento fuerte y el aire húmedo del mar envolvió la
zona. El calor se pegaba a mí y podía sentir el sudor corriendo por mi piel.
De repente, recordé.
Cuando estaba en Osaka, la zona donde estaba la universidad tenía
una diferencia de temperatura drástica. Los inviernos eran muy fríos. En
verano, hacía calor. No teníamos aire acondicionado, pero nos divertíamos mucho…
Ésa era mi vida cotidiana.
—Sí… estoy dispuesto a hacerlo.
La historia con él y las chicas continuará. Si sólo hubiera tenido
más confianza en mis acciones. Si sólo me hubiera dado cuenta de la amabilidad
de Kawasegawa, hubiera sabido cómo se sentían todos, y hubiera hablado más en
lugar de cargar todo sobre mis hombros solo.
—Yo… no regresé en el tiempo porque
quería ser feliz.
Quería hacer algo.
Seguí eligiendo huir, los pensamientos del pasado que deseaba con
arrepentimiento.
No es el momento de coquetear con alguien, o de engañarme a mí
mismo y convertirme en un héroe.
Sólo deseaba eso,
—Quiero tener problemas. Quiero tener
pesares. Quiero desesperarme. Quiero que me lleven hasta el punto de no poder
pensar en nada más. Con todos… Si puedo hacer eso con ellos, eso es más que un
futuro feliz, eso es lo que quiero.
Disfrutaba de la producción.
A pesar de que tuvimos choques, a pesar de que nos peleamos, y a
pesar de que había una gran despedida por delante. Pero yo seguía queriendo
crear. Quería estar con él, con ellas y con todos en el lugar donde hacíamos
cosas.
—Yo… con todos.
Las lágrimas se derramaron de mis ojos. Había sido capaz de contenerme
antes, pero ya no podía soportarlo.
Pude imaginar la sonrisa radiante de Tsurayuki.
Me vino a la mente la alegre sonrisa de Nanako.
Y luego estaba la sonrisa de bienvenida de Shinoaki.
Mientras un pensamiento me venía a la mente tras otro, algo estalló
en mí.
—Quiero volver, yo… quiero volver, a
esa época, con todos… a la época en que estaba con todos… ¡Quiero volver!
Como un niño que suplica por algo con lágrimas cayendo por mi
nariz y mis ojos, me colgué de Keiko-san y le supliqué con locura.
No voy a decir que todo va a ir bien sólo porque empiece de nuevo.
Más bien, creo que seguiré cometiendo grandes errores. Habrá momentos en los
que perderé el rumbo.
Aun así, quería volver. Quería pasar tiempo con todos y crecer.
Durante un rato, me aferré a ella y lloré. Keiko-san me acarició
suavemente la cabeza y se quedó así.
A los demás debió parecerles muy extraño. Un hombre adulto
llorando junto a una linda niña.
Pero… no podía parar. La combinación de lo que había estado
cargando y los fuertes sentimientos que finalmente había recuperado me habían
agotado todas las demás emociones.
—…Lo siento. —Finalmente dejé de llorar, me disculpé y levanté la cara.
La expresión de Keiko-san era tan suave… que casi me hizo llorar
de nuevo.
—Qué buena cara
Me puse de pie en el banco.
—Muy bien, vamos.
Rápidamente, levanté la mano.
Ella trató de estrechármela, pero la detuve con pánico.
—¡Wawawa, para, detente un momento!
—¿Qué pasa, después de todo lo que
dijiste, prefieres quedarte en este mundo?
No puedo decir que no lo extrañaría.
Había tanta gente que quiero en este mundo. Sólo en los últimos
meses, había entrado en contacto con tantas personas diferentes.
—Así que al menos…
—Hay alguien de quien quieres despedirte.
Porque tenía a alguien especial.
Quería despedirme de esa gente.
Keiko-san, que todavía parecía una niña pequeña, me dijo mientras
me apretaba.
—…Bien, adelante, entonces. —Sonrió suavemente, como una madre que se despide de su
hijo—. Una vez que hayas terminado, será hora
de decir adiós a este mundo.
Luego murmuró: «Hasta luego», y se alejó.
El sonido de un avión que despegaba resonaba con fuerza en mi
cabeza.
Los fuertes rayos del sol me abrasaban la cabeza. La elevada
humedad hacía que mi cuerpo sudara, pero, extrañamente, no me sentía incómodo.
Levanté la vista con firmeza y comencé a caminar de espaldas al
cielo azul.
◇
Cuando subí al tren y regresé al centro de la ciudad, ya era casi
de noche.
No me detuve en la oficina, sino que fui directamente a casa.
Quería ver a todo el personal con el que había pasado algún tiempo, pero me
limité a los que realmente quería ver.
Me bajé del tren en la estación de Noborito y desde allí fui
directamente a mi apartamento.
Echando la vista atrás, sólo hace unos meses que este lugar se
convirtió en «mi hogar».
Pero cuando llegaba, me sentía a gusto. La persona que amo siempre
estaba aquí, y la hija que tuve con ella siempre había sido un consuelo para
mí.
—Estoy en casa. —Abrí la puerta con el saludo al que ya estaba
acostumbrado a decir.
Ese fue el momento.
—¡Mira~, mira~, Papá! ¡Mira esto!
Maki vino corriendo desde la parte de atrás con un estruendo y una
fuertes pisadas. Y…
—¡Mamá es realmente… muy buena dibujando! —Dijo palabras
increíbles y me mostró una cosa más increíble.
—Esto… es…
Una pequeña tableta LCD que parecía haber sido comprada el año
pasado para los dibujos de Maki.
Había una ilustración con ese toque que tanto me había gustado.
—Los dibujos de Shinoaki…
Era un dibujo de verano.
Una chica con un vestido de una sola pieza sobre un fondo de cielo
azul y mar.
Incluso el tema parecía traer la imagen de Shinoaki de aquella
época.
Al principio no podía creerlo. Incluso me pregunté si el mundo ya
se había deformado desde aquí.
Así de extrañó pensé que sería verlo en este mundo, pero ahí
estaba.
—Papá, bienvenido de nuevo… Ah, ¿Maki ya te lo ha mostrado?
Desde el fondo de la habitación, apareció Shinoaki, con un
delantal.
—¡Porque a Mamá se le da muy bien!
—Jeje, pero ya sabes que tu padre ve a mucha gente que dibuja
mejor que eso. —Shinoaki se rio y cogió a Maki en brazos.
—¿Qué pasó…? Volviste a dibujar… —Finalmente hablé, y eso fue lo
mejor que pude decir.
—…Sí.
Parecía avergonzada, y luego sonrió como si acabara de salirse de
algo.
—Intenté jugar al juego que dijo Kyouya-kun.
—¿MisClo?
Shinoaki asintió.
—Minori Ayaka-san… ¿no es así? Me parecieron muy bonitos sus
dibujos. Así que pensé que me gustaría intentar dibujarlos.
Sentí como si todo mi cuerpo se llenara de poder.
Una inexplicable sensación de excitación me recorrió de pies a
cabeza.
Lo siguiente que supe fue que estaba abrazándolas mientras
sostenía la tableta.
—Eh, ¿qué pasa Kyouya-kun?
—Papá, ¿qué pasa, papá?
Mientras ellas estaban confundidas, yo sólo me quedé en esa
posición y lloré.
«No hay nada en este mundo que sea en vano, de eso estoy segura.»
Las palabras de Kawasegawa se repetían en mi cabeza.
Los dibujos de Shinoaki inspiraron a Minori Ayaka a convertirse en
ilustradora, lo que a su vez inspiró a Shinoaki a volver a dibujar.
Desde el punto de vista de los acontecimientos del mundo,
probablemente esto solo fuera un asunto trivial.
Para mí, fue una alegría insustituible…
◇
El último día. Pasé el tiempo con las dos como siempre.
Metí a Maki en la bañera, jugué con ella un rato y le di las
buenas noches.
Me fui a la cama con Shinoaki y le di un beso de buenas noches.
Y…
—Es raro.
Tuvimos una larga charla.
—Hacía mucho tiempo que no dibujaba, pero en el momento en que
decidí que quería hacerlo, fui incapaz de resistirme.
El tiempo transcurrido entre que vio la ilustración de Minori
Ayaka y dibujó la suya fue increíblemente corto. Más que nada, ella estaba
sorprendida.
—…En realidad, sólo fue una pequeña cosa, ¿no?
Sentí que la soledad se desvanecía del rostro de Shinoaki.
La conexión entre ella y los dibujos seguía siendo muy importante.
—Lo siento, Shinoaki.
—No es nada por lo que debas disculparte, Kyouya-kun. —acariciando
mi mejilla, Shinoaki sonríe. Y luego, respirando profundamente—, Dejé de
dibujar, pero tenía a Kyouya-kun y a Maki, y pensé que estaba bien, que cada
día iría y vendría y no habría problemas. —Shinoaki se acercó más a mí y
continuó—: Pero, ya sabes. La sensación de entrar en el mundo al dibujar, la
alegría de acercarme cada vez más a lo que está en mi cabeza y, sobre todo, la
sensación de querer dibujar… Cosas que había olvidado de repente volvieron a
mí, eso es muy… —Se detuvo allí. Había un brillo en el rabillo del ojo—. Divertido…
y mucho.
—Sí, es cierto.
Le di una palmadita a Shinoaki en la cabeza. Sentí como si
estuviera viendo a su antiguo yo frente a mí.
—Lo siguiente… ¿qué vas a dibujar?
Era lo que quería oír.
—Bueno, quiero dibujar algo grande. Al principio, hice el fondo
más pequeño porque no sabía cómo iba a quedar, pero la próxima vez me gustaría
dibujar un lugar cada vez más grande. Podría ser en la naturaleza, o en un
edificio. Y las chicas. Últimamente no me he fijado en qué tipo de chicas
dibuja todo el mundo, así que me gustaría ver qué dibujan los demás…
Las palabras de Shinoaki no cesaban. Una tras otra, las cosas que
le interesaban se desbordaban como si hubieran estado almacenadas durante años.
Después de hablar durante un largo rato, Shinoaki volvió de
repente a la realidad,
—Dime~, Kyouya-kun.
Levantó la vista hacia mí, con un tono dubitativo,
—Quiero dibujar… muchas ilustraciones de nuevo. Y cuando esté
dibujando, creo que me voy a centrar mucho en ello… así que sobre Maki… ¡Fua!
En medio de la conversación, aprieto a Shinoaki entre mis brazos.
Luego le digo al oído.
—No te preocupes. Haré todo lo posible para apoyarte. Así que…
Estoy tan feliz de poder decir estas palabras. Pensé…… que nunca
sería capaz de decirlas de nuevo en este mundo.
—Está bien que dibujes.
Sentí que Shinoaki asentía repetidamente en mi pecho.
—Gracias, Kyouya-kun.
Naturalmente, nos besamos.
Nuestros labios se tocaron repetidamente, luego se separaron y
volvieron a juntarse.
Ambos nos quedamos dormidos en los brazos del otro.
◇
Por la mañana. En cuanto nos despertamos, nos miramos y nos
reímos.
A Shinoaki se le puso cara de madre y a mí de padre. Entonces
desperté a Maki, y el día comenzó.
Desayunamos como siempre. Nos reímos de cosas triviales.
—Me voy entonces.
La hora habitual de salir de casa.
Me puse los zapatos delante de la puerta mientras Shinoaki y Maki
me despedían.
—Sí, ten cuidado.
—¡Papá, que tengas un buen día!
Como siempre, Shinoaki tenía una sonrisa abrazadora.
Maki tenía una sonrisa de oreja a oreja, como siempre.
Seguro que piensan que soy la misma persona de siempre.
Un asalariado que trabaja en una empresa desarrolladora de juegos,
que sale temprano por la mañana y vuelve tarde por la noche. Pensaban que hoy
volvería a casa diciendo: «Estoy en casa».
Pero no las volveré a ver.
Incluso si por algún giro del destino nos encontráramos, serían
unas chicas diferentes.
Pero no puedo decir simplemente «adiós».
Por eso…
—Me voy. —volví a abrazar a las dos, de una en una.
—Que tengas un buen día.
Shinoaki murmuró unas palabras y me dio unas palmaditas en la
espalda. Ella no podía saber la razón por la que había dicho eso. Pero fue tan
amable como siempre.
Así que por fin estaba listo para dejar este mundo.
Abrí la puerta y salí. Había unas cuantas lágrimas que picaban en
los bordes de mis ojos. No quería que me vieran llorar, así que me dirigí
directamente al vestíbulo del ascensor sin mirar atrás.
En el momento en que las puertas del ascensor se abrieron.
—Estoy aquí.
Era casi como si estuviera preparando una visita sorpresa, y
Keiko-san estaba esperando allí.
—Es mucho más pronto de lo que pensaba.
—Así es. Tenemos que hacer esto antes de que cambies de opinión.
Bajamos en el ascensor hasta el primer piso y comenzamos a caminar
sin rumbo fijo.
De todos modos, le pregunté lo que me había estado dando vueltas
la cabeza.
—Um, Keiko-san. Después de volar de vuelta a esa otra época, este
mundo…
Tal vez ella ya había predicho la pregunta: «¿Va a desaparecer?»
—No te preocupes, cuando saltes al pasado, el Hashiba Kyouya de 30
años, el que estaba aquí originalmente, volverá con dolor de hombros y espalda.
«Ajaja», se rio y respondió con una sonrisa.
No digas nada más, de verdad.
Hay un pequeño parque de camino a la estación. Era la hora de ir
al trabajo, así que estaba vacío y tranquilo.
Había dos bancos alineados al final del mismo. Se había colocado
una fuente de agua poco utilizada, de la que salía agua constantemente, como si
se hubiera roto el tapón.
El sonido del agua que caía y los pasos de la gente que se dirigía
a la estación resonaban en el aire. Sólo nosotros dos nos detuvimos, y luego nos
pusimos de frente.
Respiré profundamente. De alguna manera, sentí que quería hacerlo,
porque sabía que no volvería a respirar el aire de este mundo.
Olía a una mezcla de follaje de hierba y arena seca.
Keiko-san me miró fijamente y dijo:
—No hay nada que lamentes, ¿verdad?
Esa era la última confirmación.
—…No.
Me pregunto si Shinoaki seguirá dibujando ilustraciones una tras
otra. ¿Podrá Minori Ayaka recuperarse? ¿Qué hará Maki cuando crezca? ¿Serán
capaces de llevarse bien todos los del equipo B? ¿Empezará el presidente a
pensar un poco más en el desarrollo? Y Kawasegawa… ¿Continuará con sus días de
lucha de nuevo?
También quiero saber el futuro de este mundo.
Después de todo, quiero vivir en este futuro… Quiero vivir con
todos.
—Bien, vamos.
Con eso, Keiko-san rápidamente levantó su mano.
¿Volveré finalmente a ese pasado?
Me pregunto cómo están todos. Aunque han pasado unos pocos meses,
me ha parecido un tiempo realmente largo…
—Oh sí, sólo había dos cosas que necesitaba decirte.
—¿Necesitabas… decirme?
—Sí. Primero, hablemos de las habilidades que tienes. —Keiko-san
sonrió y dijo—: Desde que llegaste a este futuro, siempre has sentido que tus
habilidades te frenan, como si fueras un tramposo o un fraude. Conoces el
futuro, así que es algo natural, eso es lo que piensas, ¿verdad? —Pon, su mano
se puso en mi hombro—. Pero nunca hiciste nada realmente turbio. Nunca
utilizaste información indebida para engañar a la gente o ganar dinero. Sólo
trabajaste por tu cuenta, por el bien de todos. Por eso fuiste capaz de ganarte
su confianza.
—…¿De verdad?
—Así es. Por eso Kawasegawa-chan y Shinoaki-chan te estaban
agradecidas. Estoy segura de que es lo mismo para Nanako-chan y Tsurayuki-kun.
Pensé que era algo conveniente, pero Kawasegawa, Shinoaki y todos
con los que hablaba directamente me lo dijeron.
No sé qué es lo que califique como un billete de vuelta a diez
años atrás, pero si he de fiarme de lo que dice Keiko, probablemente sea bueno
que haya sido yo quien haya utilizado esa fortuna para arreglar las cosas.
—Pero, por supuesto, no eres un héroe. Los intrusos que de repente
vinieron de otro lugar y perturbaron el futuro que se suponía que había. Y ya
sabes que no es para todo el mundo ni voy a salvarlos… ni nada por el estilo,
¿verdad?
Asentí con fuerza ante las palabras de Keiko-san.
—Me di cuenta de lo engreído que era realmente.
Antes de saltar al futuro, había esperado utilizar mis habilidades
en beneficio de los demás. Estaba agradecido por ello. Pero cuando interfería
en el pasado, lo único que hacía era cambiar el curso de los acontecimientos.
—Es por eso… que voy a dejar de pensar que soy héroe. Creo en
todos, pero sobre todo creo en mí mismo, y voy a hacerlo en serio.
«Kijijiji», Keiko-san se rio.
—Bienvenido de nuevo, protagonista. Desde aquí vuelve a ser un infierno.
Keiko-san se alejó un poco de mí y levantó la mano por encima de
su cabeza. Tal vez el viaje en el tiempo comience cuando ella la agite.
—Entonces, Keiko-san, ¿qué es lo otro?
Cuando pregunté, Keiko parecía que acababa de recordar.
—Tienes razón, eso…
Estaba seguro de haber escuchado algo. Pero en ese momento, olvidé
todo lo que había oído, incluso lo que había escuchado.
En lugar de ser tragado por un remolino o rodeado por una plétora
de relojes digitales, simplemente perdí la conciencia como si estuviera
profundamente dormido, y entonces:
—Cambió nuevamente.
—Nn…
Cuando me desperté, allí estaba el techo que tanto había echado de
menos: una habitación de ocho metros con dos luces fluorescentes, una de las
cuales parpadeaba repetidamente.
—Estoy… ¿de vuelta?
Me aseguré de que mis brazos y piernas funcionaban correctamente.
Podía mover bien los dedos, y lo que más me alegraba era que mi
cuerpo no se acalambraba fácilmente, aunque lo doblara de forma extraña. Cuando
estaba en mi cuerpo de treinta años, era fácil que me diera un calambre en una
parte del cuerpo sólo por moverla de forma un poco extraña.
Miré a mi alrededor, pero no parecía haber nadie allí.
Me pregunté qué habitación de la pensión Kitayama era. No pude
averiguarlo sin hablar con alguien.
—Ah, esto es. —vi la bolsa de fideos instantáneos que Shinoaki
había traído.
Un suave toque en mi espalda. Mis pies estaban envueltos en algo
cálido por debajo.
—Ya veo, aún no se ha guardado el kotatsu.
Eso significaría que al menos es invierno o cerca del invierno.
En el momento en que intenté incorporarme:
—¡Ah, Kyouya! ¡Shinoaki, Kyouya está despierto!
Con una voz alegre, escuché un sonido bajando las escaleras.
Tiene el pelo castaño claro y una cara bien formada. Y un gran
busto.
—Kyouya, ¿estás bien? Me preocupé cuando te vi tirado frente a la
casa.
Al ver su cara de preocupación, casi me pongo a llorar.
—Nanako… estoy en casa
—Eh, ah, bienvenido…
Quizás fuera algo raro de decir para ella, pero los grandes ojos
de Nanako parpadearon.
Y casi tan pronto como Nanako inclinó la cabeza,
—¡Ah, Kyouya-kun! ¡Estás despierto!
Rápidamente, vi el otro lado.
—Shinoaki…
Tenía una suave sonrisa y una voz suave con una mezcla de
dialectos.
Aah~, por fin… he vuelto.
—Y entonces, Kyouya, es malo… Tsurayuki solo se fue. —Nanako me
miró con lágrimas en los ojos—. Dijo… que iba a dejar la universidad. Dijo que
había hablado con Kyouya antes, y se despidió de mí y de Shinoaki.
—Kyouya-kun, ¿qué pasó con… Tsurayuki-kun?
…Ya veo. Así que esto es sólo una continuación de lo que pasó entonces.
—Bien. Entonces… tengo que empezar.
—¿Eh?
—¿Qué quieres decir…?
Me senté.
—Voy a salir un minuto. Ahora vuelvo.
—Ah, sí…
—Kyouya-kun, volverás, ¿verdad?
—No se preocupen. Yo… no voy a ninguna parte.
Les dije a las dos ansiosas, haciendo un voto.
Sonreí y abrí la vieja y nostálgica puerta y salí al exterior.
Fuera hacía un día precioso. El cielo que se había nublado
repentinamente ese día no estaba allí.
En medio del azul, una línea blanca lo atravesaba.
Seguí el rastro con la mirada mientras desaparecía en el cielo del
este y comencé a caminar.
La brisa de mayo seguía siendo un poco fría, y a veces mi cuerpo
temblaba.
Pero no me agaché ni esquivé el viento, simplemente caminé.
Subí la colina. Era la puerta del lugar donde me había separado de
Tsurayuki. Caminé en línea recta por el lado de la zona residencial y a través
del parque, sin cambiar el ritmo.
La carretera de asfalto pronto se convirtió en un camino de tierra
y las montañas se alzaron frente a mí.
Aun así, seguí caminando.
Finalmente, el camino llegó a un punto muerto. Sin aliento, apoyé
la mano en un poste de teléfono para recuperar el aliento. Respiré
profundamente, me limpié el sudor y me di la vuelta para mirar el camino que
había tomado.
No pretendía hacer nada.
Sólo quería caminar, pisar y confirmarlo.
—Lo haré desde aquí.
Murmuré a nadie en particular y apreté los puños con fuerza.
Intenté responsabilizarme de la vida de los demás. Por eso me
sentía tan desesperado por el futuro.
Es porque conocía su verdadero futuro y mi participación lo
arruinó.
Pero no son otras personas las que determinan el valor de tu vida.
Eres tú. En ese futuro, ellos tomaron sus propias decisiones y crearon sus
propias vidas. Incluso si mis intenciones o acciones intervinieron en eso. Pero
mirarlos desde fuera y decir que eran infelices o que no estaba bien era un
comportamiento claramente arrogante.
Las palabras de Kawasegawa me hicieron finalmente darme cuenta de
ello. La afirmación de la vida no era sólo para mí, sino para todos los que
estaban allí en ese momento.
Así que ya no me arrepiento. No siempre tengo razón. No estoy del
lado de la justicia, ni soy un héroe. Grabaré eso en mi mente y en mi cuerpo, e
iré a por lo que quiero.
No tener ganas de gestionarlo de alguna manera. Llevarme al
límite, y enfrentarme seriamente a la respuesta que surja de ello.
Quiero hacer algo. Por eso volví hace diez años.
No es una habilidad para hacer trampas lo que me llevé al pasado.
Es la pasión que nunca recuperaré.
—Que tengas un buen día.
Me pareció escuchar la voz de Shinoaki en ese momento desde el
otro lado del cielo.
Pude sentir la suciedad en mis zapatos, rozarla, y finalmente
tener la sensación de caminar.
…Por fin pude sentirlo.
…Que este es el comienzo de nuestro remake.
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