Maestro de Nada
Capítulo 302 - La ciudad abandonada
Durante un rato, asomé la mitad de mi cara y observé. Por supuesto, Detección de Presencia seguía activada. Lo que me decía era que esta ciudad abandonada… Bueno, tenía que llamarla así, porque no sabía cuál era el nombre oficial. En cualquier caso, era el hogar actual de estos goblins. Pero no vivían aquí de la forma en que lo hacían los humanos. Pude ver bastante con Ojos del Dios Lobo.
“Uhh… por allí también…”
Había muchos de ellos. Y estaban comiendo. Chomp-chomp. Crunch-crunch. Splat-splat. Manos, pies, vientres, cabezas. Se desgarraban unos a otros, miembro a miembro, como movidos por un apetito insaciable.
Se estaban comiendo unos a otros.
Aunque tuvieran la inteligencia de salir a cazar, había demasiados para alimentar. Por supuesto. Podía haber hasta treinta nuevos goblins cada semana. ¿Cómo podrían seguir alimentándolos a todos? Era bastante obvio que algo así sucedería.
Actualmente, sólo era capaz de ver hasta dos kilómetros a mi alrededor. Pero eso era suficiente para cubrir todo. En otras palabras, todos los goblins estaban dentro de mi alcance. Y se estaban comiendo unos a otros.
“No… No, eso no está bien…”
Utilicé Ojos del Dios Lobo para mirar dentro de cierto edificio. Varios goblins armados parecían estar atrapando a otros goblins dentro. Los goblins desarmados gritaban detrás de las rejas, con la boca abierta. En respuesta, se lanzaron lanzas en su dirección.
También aprisionaban a los suyos.
Después de preguntarme esto durante un rato, sentí que un escalofrío me recorría la espalda. Se me puso la piel de gallina.
“Ya veo… ¿A quién se le habría ocurrido algo así…?”
Los encerraban para alimentarlos. Los criaban hasta que crecían lo suficiente para comérselos. Y si todavía no era suficiente, salían a cazar. La caza era sólo para complementar su dieta; no era su principal fuente de alimento. Comían goblins. Los animales eran una guarnición.
Esta ciudad que rebosaba de goblins, era un infierno caníbal.
□ □ □ □
Seguí observándolos, pero entonces mis ojos empezaron a cansarse. Cada vez era más difícil concentrarse en algo. Así que estaba a punto de darme la vuelta y regresar, cuando detecté a un humano a través de Detección de Presencia.
Así que desactivé tranquilamente Ojos del Dios Lobo, desenfundé mi espada y me di la vuelta. Al cabo de un rato, una pequeña luz comenzó a extenderse. Comenzó a iluminar el pasaje. Entonces vi aparecer la luz mágica cuando la persona dobló la esquina. Era Anis.
“¿Por qué estás aquí?”
“Estaba tardando mucho…”
Ahora que lo pensaba, había pasado bastante tiempo desde que descendí. Era fácil olvidar el paso del tiempo cuando estaba tan oscuro.
“Lo siento. Pero aquí es demasiado peligroso para llevar antorchas. Apágala. Volveremos enseguida.”
“Entendido.”
Apagó la herramienta de iluminación mágica y luego me sonrió. Probablemente yo parecía un animal nocturno con mis ojos brillantes. Ella asintió y tomó mi mano. Tenía la intención de llevarla de vuelta, pero este camino me llevaría demasiado tiempo.
“Esto será más rápido.”
“¿Eh? Oh…”
La levanté y utilicé Patas del Dios Lobo para atravesar el pasaje a toda prisa. Como era muy cauteloso, había tardado un rato en bajar hasta aquí, pero sólo tardé unos minutos en volver.
Pisé el aire y salté por la pendiente del final, y luego salí volando de la hondonada hacia la luz. Durante un segundo, mi visión no fue más que blanca. Esto se debía a que todavía tenía puesto los Ojos Nocturnos. Lo apagué frenéticamente y miré a mi alrededor. Rápidamente detecté la presencia de Igeldo y Ulgio.
“Señor Asagi.”
Igeldo corrió hacia nosotros. Bajé a Anis y levanté una mano en su dirección. Ulgio también empezó a correr hacia nosotros.
“¿Cómo estaba dentro…?”
“Horrible. Volvamos. Se los contaré por el camino.”
Respondí cuando Ulgio preguntó con dudas. Y así emprendimos el regreso al campamento. Necesitaba hablar con Adlus lo antes posible para poder ajustar las cosas. Esto sería mucho más difícil de lo que habíamos pensado.
□ □ □ □
No hubo muchas discusiones durante el tercer consejo de guerra. Tampoco hubo mucha discusión. De hecho, hubo mucho silencio. Todos parecían estar demasiado sumidos en sus pensamientos como para decir algo.
“…Tengo una pregunta.”
Daniela fue la primera en hablar.
“¿Por qué los goblins se quedan ahí abajo?”
“Me he preguntado lo mismo.”
Si no tienes nada en la nevera, sal de la casa. Debería ser lo mismo para los humanos y los monstruos. Y sin embargo, se quedaron en ese espacio subterráneo y se comieron entre ellos.
“Los observé durante bastante tiempo, pero no hubo nada que me diera una pista.”
“Hmm…”
Eso no era bueno. Tendríamos que investigar más si queríamos saber la respuesta.
“Asagi.”
“¿Qué?”
Ahora fue Adlus quien habló.
“¿Has visto a esta reina?”
“Sobre eso…”
Había desplegado Detección de Presencia y escaneado cuidadosamente el lugar con Ojos del Dios Lobo, pero…
“No vi ningún goblin que encajara en la descripción.”
“¿Qué?”
Tal vez habíamos cometido un error. La aparición del Caballero Goblin de la Reina nos había hecho suponer. ¿Y si no había ninguna reina?
Esa ciudad fue hecha por los antiguos elfos. Nadie más podría haberla hecho.
“¿Quizás hay alguna instalación ahí abajo que todavía funciona y tiene algún tipo de efecto negativo sobre ellos?”
“¿Efecto negativo?”
Ladeé la cabeza ante la sugerencia de la Gerente.
“¿Te acuerdas de Reserentrible, Asagi? ¿Qué pasaba allí?”
“Reserentrible… Bueno, estaba la mazmorra… y el mecanismo de defensa… y Karma… Karma se las arreglaba… Ah.”
Los extraños monstruos que había allí. Estaban hechos por el hombre.
“Estaban realizando experimentos que implicaban el mestizaje. Ahora, ¿qué pasa si tal instalación existe allí abajo también?”
“…Gerente. ¿Estás diciendo que están experimentando con los goblins?”
“Estoy diciendo que es una posibilidad.”
Era toda una idea. De hecho, los antiguos elfos habían estado realizando los experimentos en un intento de acabar con una crisis alimentaria. Quizás no era una idea tan extraña después de todo.
Y si estaban creando goblins híbridos… ¿Por ejemplo, goblins con habilidades avanzadas de reproducción? ¿Quizás estos híbridos habían dado lugar a monstruos terriblemente poderosos? En cualquier caso, si fueran goblins, no habría mucha diferencia para la detección de presencia. Se trataba menos de poder y más de su tamaño.
“Bueno, sólo estoy especulando aquí. No podemos estar seguros a menos que lo veamos. Sólo estaba diciendo lo que tenía en mente.”
“Aun así, era algo en lo que no había pensado.”
La Gerente se encogió de hombros. ¿Estaba avergonzada?
“Todavía no tenemos suficiente información. Si los goblins no tienen intención de salir, eso nos da más tiempo para investigar. ¿Qué opinan los demás?”
Adlus opinó que era demasiado peligroso moverse basándose en lo que sabíamos actualmente. Los demás no contestaron. Se limitaron a mirarme. No era de extrañar, ya que era yo el que iría.
“No tengo otra opción, claramente.”
Respondí.
□ □ □ □
Era ya el quinto día de la investigación. Dependía de la comida de mi bolsa hueca mientras viajaba dentro y fuera de la ciudad abandonada. Pasé las noches en las ramas del árbol Nise Yggdra. Hacía tiempo que no dormía en un árbol.
“Hahhh…”
Colgué una herramienta de iluminación mágica en una rama mientras hacía un registro escrito de las cosas que veía durante el día. Una vez hecho esto, bebía un poco de agua.
Se decidió que tendría el menor contacto posible con el campamento principal. Había varias razones para ello, pero la más importante era que podía dar lugar a que los goblins encontraran el campamento. El lugar estaba rodeado por un muro de árboles y nieve, que ofrecía un alto nivel de ocultación.
Por lo tanto, no sería bueno que alguien como yo se moviera constantemente de un lado a otro. Bastaría con que un solo goblin lo presenciara para que informara a los demás. Entonces sería la guerra.
Así que me senté allí, observando el aleteo de la tela blanca que até a las ramas para protegerme del viento frío. Y pensé en lo que había aprendido.
En primer lugar, aunque esos goblins habían sido los que iniciaron la estampida, parecía que ahora no tenían intención de atacar en ningún otro lugar. Después de todo, no había ningún Goblin Caballero de la Reina. Este había sido el monstruo más fuerte de la ciudad. Ahora que habían perdido a su líder, estaban más centrados en su propia supervivencia.
Sin embargo, había límites a lo que su hogar podía soportar. Para empezar, estaba el problema de la comida. Cuanto más aumentara su número, más comida necesitarían.
Y era la instalación la que les ayudaba.
“Entonces, la Gerente tenía razón…”
Ella era inteligente. Siempre lo había sido. Y las cosas no habían cambiado desde que llegó aquí.
Pude encontrar la instalación con Ojos del Dios Lobo, e infiltrarme en ella. Nunca había visto nada parecido, pero aparentemente el Caballero Goblin de la Reina había jugado con ella hasta entender los controles. Incluso había un memorándum escrito.
En japonés.
Cuando lo encontré, me invadió una sensación difícil de describir. Pero no era momento de dejar que eso me frenara. Utilicé Bloqueo de Presencia al máximo e investigué la instalación.
Lo que encontré allí eran goblins que tenían sus habilidades reproductivas elevadas al límite. Eran terribles de ver y superaban con creces el tamaño de los goblins normales. Creo que tenían al menos tres veces la altura de un humano.
Sin embargo, al menos el setenta por ciento de ellos eran sus estómagos. Casi vomité cuando vi al goblin gimiente dar a luz.
Eran cinco en total. Tal vez no fueran lo mismo que una reina goblin, pero aun así se reproducían a un ritmo asombroso. Consideré la posibilidad de matarlos a todos en ese momento, pero era bastante obvio lo que harían los goblins hambrientos si lo hacía. Sería mejor hacerlo una vez que estuviéramos totalmente preparados. Y así abandoné el lugar.
Hubo otra cosa que noté. Había goblins extraviados. Una pequeña parte de los goblins que nacían y se mantenían como alimento eran capaces de escapar. Habían sido capaces de dejar atrás a los goblins y escapar a la superficie. Yo mismo vi cómo sucedía esto. Bueno, el que yo vi fue finalmente capturado y comido.
“También…”
Investigué su fuerza de combate. Aparte de los goblins normales, ¿había otros que pudieran mutar y convertirse en Goblins Caballero de la Reina?
En cuanto al resultado, no pude encontrar ninguno. Sin embargo, había muchos que parecían muy fuertes. Eran similares a los humanos en tamaño. Tenían la piel negra y tomaban el mando de los goblins más pequeños.
A pesar de ello, no me pareció que fueran una gran amenaza, por lo que terminé la investigación allí. El mayor problema era su número… Y no podía contarlos. Había muchos, eso era todo lo que podía decir. ¿Cómo nos enfrentaríamos a ellos? Eso era algo que tendríamos que discutir cuando volviera al campamento mañana.
El plan era atacar la ciudad abandonada al día siguiente. Así que tenía que descansar temprano. Pero era difícil dormir cuando esos pensamientos dominaban mi mente.
Miré el cielo nocturno a través de las grietas de las sábanas. El tiempo había sido bastante bueno últimamente. Gracias a eso, dormir en el árbol no estaba tan mal. Apagué la luz y miré hacia abajo. Percibí a alguien. Los goblins corrían desesperadamente por la nieve. No llevaban ninguna armadura.
“¡Gaagraaahh!”
“¡Gggaa… Graahhh!”
El que iba en cabeza se giró y gritó al que iba rezagado. El goblin respondió justo cuando una flecha lo alcanzó en el hombro. Un goblin con arco acababa de salir del hueco del árbol. Sus movimientos eran torpes comparados con los de Daniela. Aun así, preparó una segunda flecha y la soltó. El otro goblin cayó.
El resto fue una escena familiar. El goblin arquero comenzó a comer su presa. Podía oírlo masticar desde lo alto del árbol. Hice una mueca y me hundí en mi ropa de invierno.
Pasado mañana estarían todos muertos. No sentía pena por los goblins que se comían. Sin embargo, no se los habrían comido si hubieran escapado.
Este triste país de los goblins sería mejor una vez que terminara. Con este pensamiento me obligué a dormir.
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