La historia del Héroe Orco

Capítulo 47. Comedores


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A Bash se le proporcionó una habitación en el palacio real del reino de los súcubos. Esto se debía en parte a que los súcubos tenían poco concepto del género, pero la razón más importante era la seguridad. En este país, un hombre que dormía solo en una habitación era una señal de “cómeme”.

Por lo tanto, la habitación estaba vigilada, e incluso ahora tres soldados súcubos estaban de centinela frente a la habitación y fuera de la ventana.

“Y es por eso.” En la habitación, Bash le estaba contando a Zell lo que había pasado hasta ese momento.

“Ya veo, un espíritu del agua…” Zell asintió con conocimiento de causa y miró a Ludo y a su hermana.

“¿Ustedes son amigos de ese espíritu del agua?”

Ludo y Luka se vieron desconcertados.

“¿Espíritu… del agua?”

“No, ni Luka ni yo hemos oído hablar nunca de un espíritu del agua, y mucho menos hemos visto u oído uno.”

“O tal vez fuera porque su madre, Lula Lula, fue una amada por los espíritus.”

Bash dijo esto, pero Luka negó con la cabeza.

“Sí, es cierto. Mi madre era experta en magia de hielo a pesar de ser un ogro… pero he oído que los espíritus sólo aman a un solo individuo…”

“Bueno, los espíritus son caprichosos, ¿saben? Yo también me enredo a menudo con los espíritus del viento, pero normalmente sólo me piden favores o me dan sermones inconexos, pero cuando llega el momento, son bastante serviciales… ¡Oh, tal vez ese disfruta ayudando a la gente! Así que incluso podrían ayudar a unos chiquillos que no conocen.”

Las palabras de Zell los convencieron de la naturaleza de los espíritus. Eran caprichosos, así que no había mucho que se le pudiera hacer. Era como un desastre. Uno sólo puede alegrarse cuando hacía algo por capricho y aceptarlo cuando se lo quitaban.

“Entonces, ¿qué vas a hacer ahora?”

“Fuera de las barreras que cubren el país, la lluvia es terrible. Si fuéramos sólo nosotros, estaría bien, pero será difícil llevándolos a ellos. No tenemos más remedio que quedarnos en el país hasta que deje de llover.”

“Incluso tú te caíste al río, Jefe…”

Las palabras hicieron que la boca de Ludo se tensara.

“Recién la encontramos, y ahora tendremos que perderla de nuevo…”

“Ella también ha perdido a su grifo, y está lloviendo. No puede llegar muy lejos con sus piernas humanas. Debemos asumir que está varada también.”

“Ya veo, era de esperar de ti, maestro.”

Los seres humanos se movían lentamente en el mal tiempo. En la guerra, los humanos eran los más vulnerables de las doce razas al terreno y al clima. No había condiciones que les dieran ventaja como la gente lagarto, y tenían muchas debilidades.

“¡Entonces, ya que estamos, practiquemos todo lo que podamos! ¡Quiero hacerme más fuerte! ¡No sé tú, pero yo no quiero defraudar a ese gran espíritu!”

“Sí.”

En cuanto a Bash, le gustaría irse ahora mismo. El tiempo para convertirse en un Guerrero Mágico estaba corriendo. No importaba cuántas cartas para el general demon hubiera recibido, no podía estar seguro esta vez. La impaciencia estaba siempre en su corazón. Pero también era cierto que las palabras de Curly Kale habían hecho que se interesera un poco más por este país.

“Oh, Jefe, ¿qué pasa?”

“Bueno, antes la reina dijo que nos mostraría el país. Estaba pensando en eso.”

“¡Ya veo! ¡Los súcubos son famosos por su belleza! ¡Me pregunto si tú, Jefe, como orco, al ver a mujeres tan hermosas, te levanta los ánimos! Es una pena, porque parece que muchas súcubos te respetan, y si pudieran tener hijos orcos, podríamos haber encontrado fácilmente una esposa para ti, Jefe.”

“Mm…” Bash asintió con la cabeza, pero incluso si las súcubos pudieran dar a luz a un niño orco, no podría proponerle matrimonio todavía. Porque debía evitar convertirse en un Guerrero Mágico por encima de todo. De ahí que Bash se inquietara por otro motivo. Los “comedores” de las súcubos.

Era, en otras palabras, un lugar similar a los criaderos orcos; un lugar donde hombres y mujeres se apareaban día y noche. La diferencia era que, para los súcubos, era una comida, y no tenía el propósito de tener hijos. En otras palabras, no era “coito” per sé.

Sin embargo, el acto en sí no era diferente del coito. Aunque Bash era un orco, nunca había observado a otros teniendo sexo. Durante la guerra, no tuvo tiempo de hacerlo, y después de la guerra no fue a los criaderos. Naturalmente, nunca había dormido con una mujer. Cuando era un guerrero novato, había visto al jefe de los guerreros hacer un show de la violación de una mujer desde la distancia en algunas ocasiones.

Si hubiera ido a los criaderos, podría haber visto qué tipo de relaciones sexuales mantenían los orcos en la actualidad. Al mismo tiempo, estaba seguro de que le habrían rogado que les mostrara un ejemplo. Pero en la tierra de los súcubos, no lo habrían hecho. Las súcubos aparentemente no tenían la intención de encantar a Bash y podía observar con seguridad el apareamiento.

Era muy importante mirar y observar. Si observaba cómo “comían” los súcubos, podría evitar cometer un error a lo grande cuando llegara el momento de perder su virginidad.

Por eso Bash estaba tan ansioso. Los súcubos eran diferentes de los orcos, pero había oído que podían chupar a un hombre con un sexo duro. Definitivamente era una experiencia de aprendizaje.

“Una esposa, ¿verdad?” Fue Luka quien preguntó eso con voz de puchero. “Um, Sir Bash, ¿usted toma esposas? ¿Como los ogros y los démones? He oído que los orcos comparten a las mujeres…”

Los que no estaban familiarizados con los orcos solían hacer estas preguntas. Fue Zell, por supuesto, quien las respondió.

“¡Así es! ¡Cuando eres el “Héroe Orco”, se te permite tener una mujer propia! Pero en la situación actual en el país de los orcos, es imposible que el Jefe encuentre una esposa que esté a su altura. ¡Así que se puso en marcha por su cuenta para encontrar una esposa!”

“Y, ¿hay alguna condición?”

“¡Él es un orco, así que su esposa tiene que ser capaz de tener hijos! Así que los súcubos quedan descartados. Además, las mujeres lagarto quedan descartadas también porque no son del agrado del Jefe. Él es un orco muy exigente, así que creo que lo mejor sería una elfa o una humana, seguido de mujeres bestia. Las enanas no son las favoritas del Jefe, ¡pero si son mestizas, medio humanas está bien! Sin embargo, el Jefe es un gran hombre, y su esposa debe ser de cierto calibre. ¡No pueden ser aldeanas ordinarias, y ni tampoco alguien cuyos orígenes son desconocidos, como ustedes! ¡Eso es lo que yo siento! Sí, queremos al menos un título, como “mujer caballero” o “hija del jefe”!”

“Una mestiza… bueno, ¿qué tal un ogro, por ejemplo?”

“¿Un ogro? ¿Qué opinas, Jefe?”

Ante la pregunta, Bash pensó en la madre de Ludo y Luka, “Lula Lula, la gran guerrera”. Los ogros machos tenían un cuerpo enorme, mucho más grande que el de un orco, y tenían un cuerpo como roca. Pero las mujeres, en cambio, eran más parecidas a los humanos y a los démones, un poco más musculosas, pero aún así eran de buen ver.

“No está mal… pero no creo que me acepten.”

“Es cierto~. Básicamente, los démones y los ogros, junto con los súcubos, desprecian a los orcos, así que, aunque el Jefe lo quisiera, sería imposible…”

“Sin embargo, si tomara a una mujer de alguna de esas razas como esposa, estoy seguro de que podría hacer un regreso triunfal con la frente en alto…”

Ante las palabras de Bash, Luka murmuró “con la frente en alto…” y pensó en ello. Después de eso, Zell lanzó palabras de elogio para Bash como una ametralladora, pero la conversación no fue a ningún lado porque Luka se quedó callada. Quitando el BGM[1] hecho por Zell de fondo, podría decirse que el lugar estaba envuelto en silencio.

Toc-toc. Y entonces llamaron a la puerta.

“¡Buenas noches, y disculpen! ¡Es la teniente Venus!”

“Entra.”

“¡Eso haré!”

Entonces una súcubo entró en la habitación. Tenía el cabello rosa en una trenza y un aspecto infantil. Sus gruesas gafas y su monótono uniforme militar lo envolvían, pero todos los presentes sabían que tenía un cuerpo glamuroso. Ludo, por ejemplo, solo de recordarlo se comenzó a frotar las rodillas.

“¡A mí, Venus, se me ha encomendado la tarea de mostrarles la ciudad!”

Su voz aguda y dulce mostraba cierto nerviosismo. Su actitud respetuosa y compasiva hacia Bash también era favorable a sus ojos. Si no fuera una súcubo, habría jurado que se habría atrevido a proponerle matrimonio ese mismo día.

“¿Nos vamos ya, o quieren dormir un poco más?”

“He estado esperando. Vamos a ir.”

“¡Sí, señor!” Ella asintió como si supiera que dirían eso.

Bash y su grupo fueron conducidos a un enorme edificio. Era una estructura rectangular que parecía ser tan grande o más que el palacio real. Alrededor del edificio, varios centinelas montaban guardia, lo que indicaba que estaba fuertemente vigilado.

“Este es el “comedor” de nuestra nación súcubo.”

“Es bastante grande.”

“Durante la guerra, comíamos fuera, pero después de ella, se hizo necesario mantener la comida viva el mayor tiempo posible. Construimos este tipo de edificio para que pudieran vivir sin ningún inconveniente.”

Cuando Venus se acercó al edificio, uno de los centinelas se acercó con una mirada de “No puede ser” en su cara.

“Teniente Venus, ¿ese hombre es una fuente de alimento adicional?  ¡Qué orco tan magnífico! Él solo podría llenar la barriga de cincuenta personas al día.”

“¡No! ¡Un aviso ya debería haber llegado!”

“¿Eh? Sí, Creo que iba a ser una inspección… no, ¡un tour! ¿Es él?”

“Sí, él es Sir Bash. Así que no lo mires así.”

“Pe-Pero…” La centinela miró a Bash y tragó saliva. Sus ojos estaban inyectados en sangre, su larga lengua se lamía los labios y sus manos y alas se agitaban.

“Si quieres pelear con “nosotros”, no te lo impediré, pero yo valoro mi vida, ¿tú no?” El tono de Venus era muy diferente al que utilizaba para dirigirse a Bash. Estaba lleno de una confianza abrumadora en su propia habilidad de lucha y de ganas de aplastar a cualquiera asquerosa gata ladrona.

“¡Disculpe!”

La centinela se encogió y retiró su mirada de Bash como si estuviera viendo la cosa más desagradable. Venus se volvió hacia Bash y se inclinó con el rostro serio.

“Lo siento. Siento haberle mostrado mi lado vergonzoso. ¿Nos vamos?”

“Sí.”

Después de tal intercambio, entraron en el edificio.

“…Es tan hermoso.”

El interior del edificio era luminoso, y las paredes y los suelos estaban pulidos hasta brillar. Era comparable al palacio real en el que estuvieron hasta hace unos minutos, no, al contrario, los materiales de construcción eran más lujosos que los del palacio real, y parecía que había sido limpiado cuidadosamente.

“Los esclavos dijeron que sería más fácil para ellos vivir así.”

“¿De verdad?”

“Sí. Al principio, era una casuscha con una mala corriente de aire, pero escuchamos las peticiones de los esclavos.”

“Hmm.” Le recordó a un criadero orco. Los humanos y los elfos tenían poca capacidad física, por lo que tenían algunas camas blandas. Sin embargo, sería difícil decir que eran limpios, porque los orcos pasaban durante el día y la noche. Por supuesto, Bash nunca había estado dentro para echar un vistazo más de cerca, así que no conocía los detalles… Ahora que lo pensaba, algo escuchó antes de salir de viaje, de que la gente estaba empezando a enfermar y morir por culpa de las esclavas de cría.

“Supongo que los orcos también deberían preparar estos edificios para sus esclavas de cría…”

“No sé cómo son las esclavas de cría orcos, pero al menos la comida aquí ha empezado a vivir más desde que se construyeron estos edificios. Sin embargo, parece que la “dieta” de los súcubos sigue siendo muy extenuante, y no cesa el número de personas que enferman o mueren…”

Dijo Venus y subieron las escaleras. Cuando llegaron al segundo piso, se encontraron en un balcón que daba a una sala. En la sala, había muchos súcubos alineadas. Parecía que la mayoría de los súcubos del país estaban aquí.

Cada una de ellas estaba vestida con la ropa ligera típica de los súcubos, y los contornos de sus cuerpos eran claramente visibles. Algunas tenían grandes pechos, otras tenían grandes caderas, y para Bash era un espectáculo para la vista, pero la mayoría eran delgadas, con sólo sus ojos brillando.

“Están todas tan delgadas.”

“La comida es escasa… muchas de ellas no han comido en un mes.”

“¿No pueden comer la misma comida que las otras especies?”

“Pueden comer algo, pero sin comida de hombres, acabarán muriendo…”

Venus dijo con amargura, caminaron por el balcón y subieron las escaleras hasta el tercer piso. Un súcubo se fijó en Bash y babeó, pero a Bash no le importó y decidió seguir a su guía.

Fue llevado a una habitación individual. Allí se encontraba una única súcubo vestida con un uniforme militar. Un gran trozo de cristal estaba pegado al suelo, con los bordes grabados con patrones de hechizos y brillando con luz.

“Soy la Teniente Venus. Como avisé antes, el “Héroe Orco”, Sir Bash, ha llegado de visita. Sigue con tu misión.”

“¡Sí, señora!” La súcubo miró a Bash con ojos como platos, pero rápidamente devolvió su mirada al cristal del suelo.

“Desde aquí, puede ver cómo se sirve la “comida”. No se preocupe, no pueden verlo desde el otro lado.”

“¿Por qué es así?”

“Algunas personas matan a la comida al absorber demasiado de ellos, así que esto es una contramedida.”

“¿No pueden controlarse?”

“Es instintivo, así que es posible que cualquiera lo haga, aunque no quiera. Y alguien tiene que detenerlas.”

“Ya veo.”

Para todas las especies, ser un depredador significaba tomar la vida de la otra persona. Los súcubos, sin embargo, podían participar de depredar a sus presas sin matarlas. Exprimían el semen de los hombres, al igual que los humanos exprimían la leche del ganado. La diferencia con el ganado era que, si exprimían demasiado a los hombres, morían fácilmente.

A diferencia de tiempos de guerra, matar a los humanos no quedaría sin consecuencia. Se quedaban sin más ganado. Si mataban al ganado, los siguientes en morir serían ellas. Los súcubos debían gestionar su “comida” con el máximo cuidado.

Pero….

“Qué alegría. La comida parece sana de nuevo hoy.”

Bajo el cristal estaba lo que parecía ser un hombre humano. Desnudo, por supuesto.

Ah, ¿de verdad es un humano…?

Sin embargo, su apariencia era diferente a la de cualquier humano que Bash hubiera visto. Si su piel no hubiera sido de color blanco lechoso, podría haber parecido más un orco gordo que un humano. Nadie, ni siquiera los orcos, era tan gordo. Era más bien un troll, una bestia mágica que aparecía en los bosques del norte. Los trolls eran criaturas que se sostenían sobre dos patas, pero la mayor parte de su cuerpo estaba hecha de grasa, y su boca estaba siempre sucia porque comían de todo, y emitían un hedor que haría fruncir el ceño incluso a los orcos. Los humanos de la sala parecían esas criaturas.

“Los alimentamos bien y los dejamos dormir. Están tan gordos y sanos como puede ver.”

La “comida” sacudió su pesado cuerpo con una sensación de languidez, y se dirigió a una mesa dispuesta en la habitación. Entonces empezó a comer toda la comida que había en la mesa. Cuando terminó de comer, se tumbó en la cama del centro de la habitación y empezó a dormitar.

Tumbado de espaldas, la figura tenía un aspecto extraño a los ojos de Bash. Aunque su cuerpo era blanco, su rostro era generalmente negro rojizo y tenía ojeras. Resoplaba y resoplaba como si estuviera cansado, o tal vez tuviera dificultades para respirar.

Saludable de verdad, ¿eh?

Durante la guerra, muchos de los que podían ganar peso vivían una vida larga y saludable. En cambio, los que estaban delgados tendían a no vivir tanto. Si uno era delgado, enfermaba con facilidad y sus heridas eran difíciles de curar. Como su fuerza física y muscular era menor que la de los gordos, tenían más probabilidades de morir en la batalla. Así que Bash también pensaba que “ser gordo es un signo de buena salud”…

Pero el hombre que estaba debajo de él no tenía ese aspecto. Más bien, parecía que incluso podía ver la muerte cerca.

“Oh, es casi la hora de comer.”

Levantó la vista para ver que alguien entraba en la habitación.

“¡…!”

Era una mujer increíblemente atractiva. Tenía mucha piel expuesta como era típico de un súcubo, cabello largo y ondulado, grandes pechos y un gran culo. Cualquier hombre habría querido tirarla al suelo y engendrar su propia descendencia.

Bash miró al hombre. Esta era la parte importante. ¿Cómo iba este hombre a acostarse con esta atractiva mujer? Como comida, sería un hombre que se acostaba con mujeres todos los días. Y muchas al día. Debía tener mucha experiencia. Esta vez, su propósito era observar y usarlo como referencia.

“Ahora, si me disculpa.”

“Sí.”

La “comida” terminó en pocos minutos. La súcubo tocó unilateralmente al hombre que estaba tumbado como un cadáver. El hombre ni siquiera movió la cara. Incluso cuando Bash miraba atentamente a la Súcubo quitándose la ropa, el hombre ni siquiera la miró, sino que se limitó a mirar al techo con ojos vacíos. El “trabajo” fue realizado por la súcubo, y terminó sin que Bash tuviera tiempo de preguntarse: “¿Por qué no se mueve el hombre?”.

La súcubo estaba muy excitada, y Bash también, pero el hombre que estaba tumbado no parecía estar tan excitado, y no se movió en absoluto, ni siquiera cambió de color hasta el final.

“…El hombre nunca se movió, ¿verdad?”

“Sí, así es. Al principio, había algunos que cooperaban, pero después de un mes, todos se volvieron así. Después de todo, ser “comido” es un trabajo duro, así que creo que no se puede evitar.”

“Supongo que los súcubos tampoco usan el “encanto”.”

“¿…? Por supuesto que no lo hacen, ¿verdad? No tienen que usarlo para conseguir su comida.”

“Ya veo.”

“Es descortés usar el encanto. Sería una falta de respeto hacia ellos, que nos proporcionan nuestra comida.”

Dijo Venus y volvió a mirar el cristal. En el interior de la sala, una segunda súcubo acababa de entrar y se acercó a la “comida”. Bash lo observó atentamente, pero el hombre no se movió, y la súcubo acabó chupando su semen sin que él fuese activo.

Para ser sincero, Bash se sintió decepcionado. Pero, si lo pensaba, era de esperar. Los hombres no venían aquí porque querían. Ninguna mujer en un criadero de orcos querría tener hijos orcos, pero era lo mismo. No había manera de que alguien intentara activamente tener sexo duro con un súcubo.

“Como puede ver, la comida pasa sus días con comodidad. ¿Qué opinión le merece?”

“Ya veo…” Lamentó escuchar eso, ya que lo que Bash quería ver no era eso exactamente.

“¿¡A-Acaso está descontento con algo!?”

“No, no particularmente.”

“¡Po-por supuesto, nosotras seguiremos haciendo todo lo que podamos! Por ejemplo… ¿hmm?” Venus levantó las cejas. Bajo el cristal, había algo inusual en la habitación. Otra súcubo, que había entrado en la habitación para tener su turno con hombre y estaba comiendo, estaba agitada por alguna razón. El hombre estaba tumbado de espaldas con los ojos blancos, echando espuma por la boca y convulsionando. “¿¡Qué pasa!? ¿¡Acaso fue demasiada succión!?” Venus preguntó rápidamente a una súcubo cercana que estaba por hacer algo al respecto.

“No, ese era todavía su primera succión. Él no había llegado a su límite diario, o es que tal vez esté enfermo…” Pero la súcubo estaba igual de desconcertada.

“¡Quizá esté enfermo, quizá no! ¡Síganme!”

“¡Sí-Sí, señora!”

Dijo Venus y salió corriendo de la habitación. Mientras Bash miraba hacia abajo, Venus saltó a la habitación y comenzó a lanzar algún tipo de magia sobre el hombre que todavía estaba convulsionando. Probablemente algún tipo de magia restauradora. Pero era demasiado tarde, Bash lo sabía. El hombre iba a morir con toda seguridad. Pensando en el pasado, había un indicio de muerte proveniente del hombre por alguna razón.

“¿Qué pasa?”

“Tal vez alguien lo envenenó.”

“Ah, esa es ciertamente la forma en como mueren, ¿no?”

Los orcos raramente morían por envenenamiento. Ellos tenían estómagos poderosos que podían digerir la mayoría de los venenos. Sin embargo, había visto a enemigos morir por envenenamiento durante la guerra. Morían poniendo los ojos blancos y teniendo convulsiones.

“¿Podrias curarlo con tu polvo?”

“¡No lo sé, pero vamos a intentarlo! ¡Vamos!”

“Sí.”

Zell dijo, y bajaron las escaleras para seguir a Venus y los demás.

Resulta que el hombre que estaba muriendo se salvó gracias al polvo de Zell. Actualmente, el esclavo estaba siendo colocado en la enfermería de la instalación para su observación. Bash y los demás fueron llevados por la súcubo de seguridad a otra habitación. Allí, fueron sentados en un mullido sofá que parecía una cama y la súcubo que decía ser la directora de esta instalación inclinó la cabeza ante ellos.

“Les hemos enseñado algo increíblemente embarazoso. Pero no se preocupen. Le aseguro que la “comida” ha sido bien alimentada con forraje y que esto no volverá a ocurrir.”

La súcubo, que se hacía llamar Nion, seguía siendo un veneno para los ojos de Bash. Ella también iba vestida con el mismo uniforme de súcubo monótono que llevaban Venus y las demás, pero sorprendentemente, incluso con su uniforme, su pecho y sus nalgas resultaban enormes más allá de los estándares. Incluso en cosas tan triviales como caminar, sentarse o inclinar la cabeza, se podía ver la enorme masa en movimiento.

Sin embargo, Bash tenía una idea sobre el nombre de esta súcubo. “Nion, la Asfixiante”. La niebla de color rosa que emitía era tan espesa que hacía que los oponentes se quedaran sin oxígeno y ralentizaran sus movimientos. Nunca la había conocido en persona, y sólo la había visto en el campo de batalla una vez. Por aquel entonces, Bash aún no era famoso, y Nion le miró y se rió diciendo: “No te me quedes mirando, orco”. Por supuesto, Nion no recordaba esto. Bash no podía soportar una situación en la que alguien así se inclinara ante él.

“Aunque te disculpes conmigo…” Dijo Bash, pero Nion no levantó la cabeza. Se limitaba a decir “por favor” y “humildemente”. Sólo Zell decía: “¡Así es! o “¡No sé qué habrían hecho si yo no hubiera estado allí!” pero Bash no sabía qué hacer. Se cruzó de brazos un rato y esperó a que levantara la cabeza, pero no parecía servir de nada, así que dejó que su mirada vagara. Entonces sus ojos se encontraron con los de Ludo y Luka que estaban sentados a su lado.

“Um, Bash.”

“¿Si?”

“Si les dieran una buena comida, creo que algo así volverá a suceder.”

Cuando dijo esto, Nion levantó la vista con un sobresalto. Su cara estaba llena de fuerte ira y resentimiento, como si le dijera que no hablara de más.

“¡Va-Vaya! Pensé que eras el discípulo de Sir Bash, pero ¿tengo dudas de qué tanto has aprendido a comportarte?”

“Nada, no he aprendido nada de eso.”

Bash tampoco se lo estaba enseñando.

“¿De verdad? Entonces explícame por qué crees que pasaría lo mismo.”

Te mataré si dices algo fuera de lugar. Eso es lo que estaba escrito en sus ojos. Cualquiera que la conociera en el campo de batalla habría dejado de hablar en ese momento.

Sin embargo, Ludo no pudo verlo. Puso su mano en su barbilla como si estuviera recordando, y comenzó a hablar.

“Algo similar ocurrió en el País de los Ogros. Después de que la guerra terminó, la gente que fue importante durante la guerra tiró sus espadas y comenzó a vivir una vida cómoda… comiendo, durmiendo, acostándose con mujeres, bebiendo… Los ogros no fueron tratados con tanta dureza como los démones y los súcubos, y tampoco tenían que preocuparse por la comida. Por lo cual fuimos capaces de tener una buena vida.”

“¿Hmm? Es una historia envidiable, ¿no? Me gustaría poder vivir así.”

“Entonces, unos dos años después, creo que fue… una persona se desplomó y murió mientras bebía en un festival. Yo estaba cerca, así que me di cuenta, pero el cuerpo era algo espeluznante… estaba todo hinchado como si se hubiera ahogado, y la gente hablaba de que podría haber sido maldecido por alguien. Y si te fijabas bien, varios de los generales también tenían un aspecto similar, y cuando hablé con ellos, dijeron que se sentían cansados, que tenían sueño y que les empezaban a doler las rodillas, así que pensé que, después de todo, podría ser una maldición.”

“¿…Y encontraron al malhechor que lo hizo?”

Sin que se diera cuenta, Nion se había sentado en el sofá, con los codos apoyados en los reposabrazos, en una postura bastante lánguida y sexy, mirando a Ludo con fijeza. La atmósfera mortal se hizo más intensa que antes, y Ludo, como era de esperar, lo notó y apartó su mirada de ella. O tal vez fue porque sus ojos fueron atraídos por la gran masa que había sobre la mesa.

“No, para nada… Al final, se decidió que probablemente se debía a la falta de entrenamiento, y el jefe dijo: “¡Es porque son unos flojos!” y después de eso… bueno…”

“Ja.”

Nion se rió por la nariz, y un olor ligeramente dulce se filtró a los alrededores. Bash y Ludo se frotaron las rodillas al mismo tiempo.

“¿Cómo se podría curar una enfermedad con un poco de entrenamiento? Es realmente un problema que los ogros estén hechos de músculos, incluso sus cerebros están hechos de músculos.”

“Pero nadie había muerto de la misma manera antes de salir del país.”

“Entonces es que el tipo que murió estaba enfermo, ¿no?”

Nion dejó escapar un suspiro y cruzó las piernas, los codos sobre las rodillas, la barbilla apoyada en las manos. El abismo que asomaba por el hueco entre sus piernas cruzadas atrajo las miradas de Bash y Ludo.

Y entonces la mirada de Nion volvió. A Bash. Nion se detuvo durante unos segundos, y luego volvió a adoptar una que pareció hacer un chillido de su entrepierna.

“Disculpe. El joven me interrumpió, y yo sólo…”

“No importa. Sé muy bien que no eres una guerrera que pueda ser tomada a la ligera por un joven.”

“Me honra que piense así.”

“Pero por la forma en que has actuado, no es la primera vez que uno de ellos muere de esa manera, ¿verdad?”

“…Sí.”

Dijo Nion, y luego habló como si hubiera entrado en razón. El primer año, no supieron gestionar la “comida” y los dejaron morir por exceso de succión y desnutrición. Durante los dos años siguientes, trabajaron para proporcionar un suministro estable de “forraje” y crear un entorno confortable. Gracias a estos esfuerzos, la “comida” fue engordando, ya no se quejaban y el número de personas de las que podían encargarse cada día aumentó.

Este año, sin embargo, se dio cuenta de que algunas “comidas” habían empalidecido. Las súcubos pensaron que las comidas diarias estaban agotando las fuerzas de la “comida”, así que decidieron encontrar una manera de comer con ellos moviéndose lo menos posible, pero fue en vano. La “comida” se volvía cada vez más pálida, y empezaron a producirse muertes repentinas como ésta, una tras otra.

Era como si estuvieran en primera línea de una plaga, y sin embargo los súcubos no se contagiaban. No había nada más que pudieran hacer, y estaban en un aprieto.

“Si al menos pudiéramos conseguir algunos “proveedores” extra, creo que los demás podrían descansar lo suficiente…”

Miró a Bash como insinuando: “Si aumenta el número de personas, podremos salir de la situación actual”. Pero, por supuesto, no había manera de que Bash pudiera entender su intención.

“Si no podemos esperar refuerzos, entonces tendremos que conformarnos con las fuerzas que tenemos.”

“Lo sé, ¿verdad?”

“Los orcos no se enferman. Desconozco de enfermedades. Pero si así se curan los ogros, ¿por qué no intentarlo?”

“¿Es… en serio? Pero si es una maldición, no funcionará.”

“Hmm…”

Zell, que había estado de pie sobre la mesa y sólo daba algunos asentimientos, volvió a mirar a Bash.

“No puede ser, porque mi polvo no funciona con las maldiciones, ¿sabes? Si se curó, es porque estaba herido o enfermo.”

¿Entonces qué es? Todos los presentes inclinaron la cabeza, y entonces llamaron a la puerta. Quien entró fue Venus, que había estado haciendo la ronda por las instalaciones con los guardias.

“Señorita encargada de la instalación Nion, los niños que han estado enfermos… ejem, cuando se les ha espolvoreado o hecho beber el polvo de hada, todos mostraron una mejora dramática cuando se les administró.”

“Cuéntame más.”

“Sí, en primer lugar, dijeron que su color había mejorado, su malestar general y el dolor en las rodillas, caderas y otras articulaciones habían desaparecido, y su visión era más clara. Decían que “era como si hubiera vuelto a los viejos tiempos”. Algunos de ellos estaban tan animados que se ofrecieron a ayudar con la “comida” inmediatamente.”

“¿Y?”

“Yo misma y otros miembros del personal probamos la comida, y era tan sana como si acabáran de llegar a las instalaciones.”

Cuando miró, la cara de Venus estaba bastante resplandeciente. Al parecer, también había participado en las ayudas.

“Ya veo, pero si la enfermedad sólo se curó con el polvo de hadas, es posible que vuelva a aparecer.” Nion tenía una mirada complicada, pero finalmente asintió con la cabeza como si se hubiera decidido. “No creo que funcione, pero mientras no sepamos la causa, sería divertido probar la estrategia de los ogros…”

Aunque sabía que era una medida desesperada, no tenía más remedio que intentarlo primero, ya que no tenía otras ideas. Eso fue lo que Nion pensó y giró la cabeza hacia Bash.

“Espero que se quede aquí un tiempo más, Sir Bash, y vea cómo van los resultados.”

“No, todavía tengo que irme del país…” 

En cuanto a Bash, honestamente quería irse pronto. No había razón para que se quedara ya que resultó que no podría ver lo que buscaba.

“¡De ninguna manera! ¡Me aseguraré de obtener resultados! ¡Por favor, deme más tiempo! ¡Sólo deme una oportunidad más!”

“…Sí, entiendo.” Sin embargo, cuando era persuadido por una mujer y estando tan cerca de su enorme escote, no pudo hacer nada.



[1] Background music. La musica (por lo general instrumental) que se escucha de fondo en una serie o videojuego.

 

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