¡Supervivencia en Otro Mundo con mi Ama!

Capítulo 176. Especulación y Partida

Afuera del salón de reuniones se encontraba la Srta. Zamir. Estaba completamente armada, portando una gran lanza cruzada de cuerpo completo hecha de mithril, llamada Meteoro, y también llevaba una lanza corta de aleación de mithril colgada en la espalda.

—¿Desde cuándo está aquí…?

—He estado protegiéndolo desde atrás desde que salió de la mansión del señor. También está la arpía por allá.

—Oh…

Seguí la dirección de la mirada de la Srta. Zamir y vi a una arpía de plumas rosadas agitando las alas en nuestra dirección. Era Bron. Ni siquiera me había dado cuenta de su presencia. Ya me han secuestrado antes en Erichburg, así que supongo que han reforzado la seguridad incluso cuando salgo a hacer mandados.

—Lamento causar molestias.

—No es una molestia. Kosuke-dono es de suma importancia para nosotros.

—Hmm, ese trato ya se siente un poco pesado. Pero entiendo que no se puede evitar. Así que, desde el punto de vista de un hombre lagarto, ¿esas personas son de fiar?

—Sí… —Ante mi pregunta, la Srta. Zamir reflexionó un momento antes de responder—. El Reino Montañoso de Dragonis y la Orden de Dragonis en sí no son motivo de preocupación. Su fe y respeto por los dragones y sus jinetes son absolutos.

—Eso suena un poco aterrador.

—No hay nada que temer. Para ellos, Grande-sama y Kosuke-dono son casi figuras de la realeza. Eso significa que está siguiendo el mismo camino que el fundador del Reino Montañoso de Dragonis.

—¿Usted tiene alguna relación con ellos, Srta. Zamir?

—No. Mi hogar está en el Reino de Merinard. Pero para un hombre lagarto, es uno de esos lugares que uno quisiera visitar al menos una vez en la vida.

—Ya veo…

Al menos entendí que no parecían ser enemigos. Tendré que informar esto a Sylphy y Melty, sin duda.

☆★☆

—¿Reino Montañoso de Dragonis…?

Tras escuchar el informe de la Srta. Zamir y mío, Melty llevó una mano a su bien definida barbilla y se quedó pensativa. Sylphy también parecía preocupada, con los brazos cruzados mientras meditaba.

—Entiendo que Grande-san y Kosuke-san serán objeto de su fe. Sin embargo, si hablamos de relaciones entre países, es impensable que nos ofrezcan apoyo sin esperar algo a cambio. La cuestión es qué nos pedirán a cambio de su ayuda.

—En el peor de los casos… podrían pedir que les entreguemos a Grande y a Kosuke, por decir algo.

—Eso sería impensable. Eso sin duda causaría el disgusto de Grande-san y Kosuke-san. Y si las cosas salieran mal, podría derivar en una guerra. Si va por esa línea, podrían pedir algo como que Kosuke visite el Reino Montañoso de Dragonis, o que conviertan la cabaña de Grande en un lugar de peregrinación, o que tengan encuentros amorosos allí una vez por semana o al mes, o que incluso vuele sobre su lomo, cosas por el estilo.

Negando con la cabeza las palabras de Sylphy, Melty empezó a enumerar una serie de «posibles escenarios».

—Bueno, quizá solo quieran establecer un pacto de defensa mutua… pero sin importar lo que piense Kosuke, si él está en peligro, Grande-san entrará en modo frenesí en el campo de batalla. Para ese país, ya sería un gran honor poder combatir al lado de Grande-san. Después de todo, se trata de productos élficos, ¿no? Ese país puede usar dragones voladores como medio de transporte. No solo son fuertes militarmente, también son comerciantes excepcionales.

—Son literalmente comerciantes voladores… Es un excelente respaldo, o más bien, un buen socio con quien aliarse. Por lo que me contaron, ¿no es un país mayormente habitado por gente lagarto?

—Sí, se dice que hay mucha gente lagarto. Pero, por supuesto, también conviven humanos y otras razas. La realeza está compuesta por semihumanos con características de dragón. Se les conoce como Gente Dragón o Dragonianos.

—¿Y en qué se diferencian de la gente lagarto?

—Por lo que se dice, la diferencia no es tan visual como se esperaría. Por ejemplo, la forma semihumana de Grande-san se asemeja más a un humano. En ese país, hay muchos escamosos que parecen una mezcla entre hombre lagarto y humano.

—¿Escamosos?

—Así se les llama a las personas cuya piel tiene escamas en ciertas partes del cuerpo y extremidades, y que además tienen cola, como la gente lagarto.

—Ya veo…

O sea, son semihumanos con rasgos reptilianos, pero menos «lagarto» que alguien como la Srta. Zamir. Me da algo de curiosidad saber cómo se ven.

—Entiendo lo del Reino Montañoso de Dragonis. Entonces, ¿Grande aceptó ir a Merinesburg?

—Eso no fue un problema. Aún estoy viendo cómo organizar todo cuando lleguemos allá.

Lo ideal sería poder quedarme con Lima y las demás.

—¿Todo en orden?

—Me quedaré con Lima y las demás, ¿no? Supongo que solo depende de qué tan bien se lleve con ellas… o del lugar en sí.

—Oh…

Sylphy asintió, como si hubiera captado la idea. Como ella sabe que el escondite de Lima y las demás está en las alcantarillas, probablemente se imaginó varias cosas. Yo podría aguantar cerca de la entrada sin problemas, pero Grande tiene un olfato mucho mejor que el mío.

—Ah, y me marcho temprano mañana. Quiero llegar para el mediodía, que es cuando Lima hará contacto con Ellen para coordinar la comunicación.

Así podré avisarle a Ellen directamente que ya llegué, y ella podrá empezar a organizarse para reunirse conmigo. Por razones de seguridad, la única forma en que podemos transmitir información a Ellen es cuando nos comunicamos a través del comunicador gólem. Básicamente, ese es el único momento en que Lima y las demás pueden contactarla. Aunque… creo haber oído que la escoltan en secreto, ¿o no era así? No estoy seguro. En fin, no hay nada de malo en llegar temprano.

—Entonces… ¿estás preparado?

—Tengo todo lo necesario en mi inventario, ¿sabes?

Llevo conmigo las escrituras originales, el manuscrito y las notas traducidas en mi inventario para que nadie pueda robármelos. No puedo darme el lujo de perderlos, pase lo que pase.

—Ya veo… Entonces, supongo que hemos terminado por hoy, ¿verdad?

—¿Eh?

—Sí, eso parece. Aunque todavía es temprano y el sol sigue en lo alto.

—Espera. ¿De qué están hablando ustedes?

Sentí que algo no andaba bien, así que retrocedí instintivamente… y Melty se me acercó con rapidez. Miré a Danan en busca de ayuda.

—No hay problema con los asuntos políticos. Yo me encargaré de lo urgente.

¡El desgraciado desvió la mirada y volvió a concentrarse en sus papeles! ¡Tú, tú! ¡Esto no va a quedar así! ¡Cuando te pase algo similar, te voy a dejar tirado también! ¡Te voy a lanzar de una patada al desagüe si hace falta!

—Zamir, lo siento, pero ¿podrías decirle a alguien de las arpías que necesitamos reunirnos?

—Entendido.

La Srta. Zamir me lanzó una mirada de compasión antes de marcharse. ¡¿Cómo puedes abandonar tu deber como guardaespaldas así como así?! ¡Esto no está bien!

—Tranquilas, hablemos con calma. Mañana tengo que infiltrarme en territorio enemigo y cumplir con mi deber. No deberían preocuparse tanto por mi estado físicooooooo~~~.

…No fue tan grave como pensaba. Al final, solo estaban preocupadas por mí, sí.

☆★☆

A la mañana siguiente.

Gracias a que se contuvieron un poco, solo perdí alrededor del 25% de mi vida y resistencia máximas. Eso fue muy compasivo de su parte… hasta me dan ganas de llorar. Por cierto, ¿no podrían tenerme un poco más de piedad, como para que no bajen mis estadísticas máximas? ¿No es posible? Sí, ya veo…

Si como bien y descanso, con el tiempo se regenerarán, jajajá. En fin, se irán recuperando mientras Grande me lleva en su espalda.

—Kosuke, no bajes la guardia en ningún momento. Puede que allá no haya muchas personas que conozcan tu cara, pero Qubi sigue suelto. No creo que sepan que estamos en contacto con la santa, pero si lo supieran, no sería raro que hayan preparado una trampa. Lo repito: no bajes la guardia, —dijo Sylphy, observándome detenidamente.

—Lo sé.

Asentí ante sus palabras. Si me capturan otra vez por descuido, estaré poniendo en peligro a todo el Ejército de Liberación. Melty sería capaz de cortarse los cuernos de nuevo para infiltrarse, o algo igual de extremo. No quiero volver a cometer el mismo error.

—A estas alturas no sirve de nada decirte que no te acerques a la santa. Personalmente, no me molesta si ella va diciendo por ahí que eres un apóstol de Dios o lo que sea. Pero, por favor, no olvides que el lugar al que perteneces, Kosuke-san, es con nosotros, —añadió Melty.

—Lo sé.

También asentí ante las palabras de Melty. Ya había hablado con Ellen sobre eso antes. Mi prioridad son Sylphy y las demás. Si llegara el momento de tener que elegir, no dudaría en elegirlas a ellas.

—No tengo nada más que decir. Solo regresa sano y salvo, —dijo Isla.

—Por supuesto.

—No te preocupes. Yo estaré con él. Si las cosas se ponen feas, lo agarro entre mis brazos y volamos de regreso mientras arraso con todo lo que se cruce en nuestro camino, —dijo Grande con seguridad.

—Hmm. Cuento contigo, Grande. Protege bien a Kosuke.

—Umu.

Me sentí un poco aliviado al ver a Isla y Grande —que son de estatura similar— asentir con seriedad una frente a la otra. Aunque bueno… ayer formaron equipo para atacarme… jajajá, qué bueno que se lleven tan bien ahora.

—Danna-sama, asegúrate de regresar sano y salvo.

—¡Danna-sama! ¡No te olvides de traerme algún recuerdo!

—Po-por favor, ten cuidado… te estaremos esperando.

—Solo no te hagas daño, ¿sí?

Las arpías me rodearon mientras hablaban, y también me mostraron su afecto: me acariciaban con sus alas y frotaban sus cabezas contra mí. De verdad, gracias por contenerse ayer. Me harían muy feliz si en el futuro pudieran ser un poquito más suaves conmigo también.

—Bueno, me voy. Me estaré comunicando todos los días, por si acaso.

—Sí, cuídate. No te metas en nada raro.

—Ojalá dejaras de decir cosas que levanten tantas banderas…

Cuando dices eso, está clarísimo me voy a meter en algún embrollo. Todos miraron a Sylphy como si, sin saber realmente qué quería decir con «bandera», entendieran perfectamente lo que estaba diciendo.

—¡Yo-yo no tengo la culpa!

—No te preocupes. Solo que ahora tengo algo más con lo que molestarte.

Melty le sonríe a Sylphy, que está toda nerviosa. Definitivamente fue una sonrisa maliciosa. Se le notaba a leguas.

—No la molestes tanto…

Con una sonrisa irónica, saqué una góndola individual y subí. La había fabricado para cuando viajáramos solo Grande y yo.

—¡Me voy! ¡Cuídense todos!

—Sí, cuídate tú también, Kosuke. Vuelve pronto.

—Entonces, vámonos.

Grande despegó cargándome entre sus brazos, mientras Sylphy y los demás nos despedían con la mirada. Deberíamos llegar a las afueras de Merinesburg antes del mediodía. En realidad, solo voy a entregarles las escrituras, los manuscritos y sus respectivas traducciones, así que debería poder volver rápido.

Aunque… tengo el presentimiento de que voy a acabar metido en algún embrollo si lo pienso demasiado… Bing bong. No puedo evitar sentir que algo —o alguien— que me juntó con Ellen está moviendo los hilos con algún propósito.

Me pregunto qué pasará esta vez. Ojalá, por una vez, sea algo simple…


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