¡Supervivencia en Otro Mundo con mi Ama!

Capítulo 188. Salida de la Fuerza de Ataque de Alta Velocidad

—¿Así que el entrenamiento ya terminó?

La noche después del entrenamiento de los fusileros, la pasé con Sylphy e Isla en la mansión del señor. Ya habíamos terminado de bañarnos, cenar, y estábamos disfrutando una copa relajante después de la comida.

—Sí, solo lo básico. Solo de pensar en la cantidad de munición usada en el entrenamiento, me da dolor de cabeza, —dije mientras tomaba un sorbo del hidromiel que Sylphy me había servido y soltaba un suspiro. El dulce aroma del hidromiel cosquilleaba mi nariz. Sé que cuando bebo esto, hasta mi aliento adquiere un perfume dulce y floral.

Bueno, así son los entrenamientos. No basta con disparar una vez al día y ya está. Pero tampoco hace falta disparar todos los días; basta con que practiquen intensamente cada uno o dos días, como hoy.

Cada caja de munición contiene 250 balas, así que si los 20 miembros del escuadrón de fusileros —que ha sido recientemente ampliado— disparan cuatro cajas cada uno, eso suma 20,000 disparos. Sin embargo, todas las vainas utilizadas durante el entrenamiento fueron recuperadas, lo que redujo el costo a la mitad. Además, las vainas están hechas de acero, no de latón, lo cual resulta mucho más económico.

¿Eh? ¿Que las vainas de hierro son difíciles de recargar? ¡Jajaja! ¡Con mi habilidad, eso no importa! No importa si el borde está deformado, si el cuerpo de la vaina está abollado, o si el acero es más duro. ¡Puedo recargarla perfectamente como si fuera nueva! Solo necesito pólvora y una bala. Aun así, no siempre se puede recuperar todas. Las vainas disparadas desde las tablas aéreas fueron especialmente difíciles de recuperar…

—El Departamento de Investigación y Desarrollo también está al límite, —comentó Isla, mirándome con su gran ojo mientras descansaba la cabeza sobre mi regazo. Al parecer, hoy adoptó la política de dejarse mimar en lugar de mimarme a mí. Sylphy también estaba acurrucada a mi lado, así que parece que ambas decidieron hoy tomarse un descanso para dejarse mimar.

—Por ahora, asegúrense de dormir bien. Yo les ayudaré con los plazos de entrega, así que si hay algo que pueda fabricar más rápido por mi cuenta, no duden en pedírmelo, ¿de acuerdo?

—Mmm, está bien. Prepararé la lista a primera hora de la mañana.

—Hazlo. Pero no te exijas demasiado, Isla. Tú tampoco, Sylphy. Lo más importante está por venir, y sería absurdo que llegaran exhaustas a esa etapa.

—Sí, lo sé. Por eso me aferro así a ti, Kosuke, para recuperar energías.

—Hmm, el poder de Kosuke…

Dicen que se están recuperando con una energía misteriosa. Es ecológico que puedan recargarse solo con pegarse a mí. Aunque, la verdad, también siento que yo mismo me sano al estar con Sylphy e Isla. ¿Será este un nuevo tipo de sistema de movimiento perpetuo?

—¿Has recibido información nueva de Ellen?

—No, al menos respecto al ejército del Reino Sagrado que viene desde su nación. Sin embargo, parece estar moviéndose bastante en lo referente al control de Merinesburg.

—Aunque esté haciendo movimientos… no significa que vayan a entregarnos el castillo en cuanto iniciemos el ataque, ¿verdad?

El número de soldados acantonados en Merinesburg, incluyendo a los guardias de la ciudad, debe rondar los varios miles. No creo que se pueda convencer tan fácilmente a todos ellos de rendirse ante nosotros.

Por cierto, la fuerza de ataque rápida que pondremos en marcha esta vez se compone de 20 bombarderos arpía, 20 fusileros bajo el mando de Jagira, unos 4.000 soldados de élite comandados por Sir Leonard y un grupo de magos liderados por Isla. Además, está previsto movilizar un contingente de 500 personas más, incluyendo al personal necesario para tareas de administración.

Después de eso, Danan liderará la fuerza principal, compuesta por 3,000 hombres, incluyendo ballesteros, infantería pesada y una unidad de exploradores formada por antiguos aventureros. Ah, y también habrá una unidad de prueba equipada con un prototipo de fusil mágico que operará en conjunto con ellos.

Básicamente, la idea es que una fuerza de ataque rápida de 500 miembros, dividida en grupos sobre tablas aéreas, se encargue de destruir fortalezas, murallas y portones que obstaculicen el avance de la fuerza principal. Luego, esta fuerza principal aprovechará esa brecha para arrollar las defensas enemigas ya debilitadas. Ese es el plan.

La fuerza de ataque rápida no esperará a que llegue el grueso del ejército, sino que avanzará de un objetivo al siguiente, utilizando su poder ofensivo para aplastar a las fuerzas del Reino Sagrado apostadas en cada base antes de que puedan organizar una defensa efectiva.

Intentaremos minimizar las bajas civiles en la medida de lo posible, aunque, inevitablemente, habrá víctimas.

—Parece que ella planea enviar a los soldados y generales de la facción dominante fuera de Merinesburg, por una u otra razón. Habrá patrullas a gran escala, entrenamientos en la montaña, misiones de suministro para las tropas del Reino Sagrado que vienen desde la capital, cosas así.

—¿Es seguro eso?

—No lo sé. Esa mujer hará las cosas a su manera. Aunque su relación con la corriente principal fuese débil, no deja de ser una santa de la religión de Adel. Si decide aprovechar al máximo su estatus como santa, probablemente podrá manejar la situación con algo más de margen.

—¿Será así, realmente?

Sylphy dice eso, pero yo no puedo evitar preocuparme. Cuando investigué a quién tenía el título de «Santa de la Verdad», descubrí que condenó a varios clérigos corruptos y aplastó con milagros divinos a quienes osaron atacarla con arrogancia. Pero, para mí, Ellen no es más que una chica frágil, tan delicada que parece que se rompería con solo tocarla.

—Eso es todo. En fin, no sé cómo terminará todo esto, pero no será algo amistoso, sin importar el desenlace. Lo único que podemos hacer es tratar de reducir las bajas lo máximo posible.

—Qué mundo tan cruel, ¿no?

—Odio decir que «no hay otra opción», pero esto es una guerra.

Entonces, Isla cerró su ojo y soltó un suspiro. No es como si Sylphy o Isla participaran en esta guerra por gusto. Sylphy lucha para recuperar a su familia y su país. Isla, para liberar a su pueblo perseguido del control del Reino Sagrado. Melty y la Srta. Zamir comparten los mismos ideales que Sylphy, y tanto Danan como Sir Leonard buscan vengarse del Reino Sagrado.

Claro que, más allá de esas razones personales, también hay un objetivo mayor: ayudar a los pueblos semihumanos que sufren bajo el yugo del Reino Sagrado y restaurar el antiguo Reino de Merinard.

¿Es la guerra el único camino para lograr esa meta? Creo que sí. Las ideologías entre el Reino de Merinard y el Reino Sagrado son simplemente irreconciliables.

El Reino de Merinard, donde humanos y semihumanos coexisten como razas humanas iguales, y el Reino Sagrado, que promueve la supremacía humana y esclaviza a los semihumanos… Son tan distintos en su visión del mundo que no hay espacio para el diálogo. El Reino Sagrado no nos escucharía, no tal como están las cosas ahora.

—Ojalá esta batalla sea suficiente para decidir todo de una vez.

—Yo también lo espero.

—Mmm, y yo.

Ya no queda otra salida que luchar. Así son las cosas. Aun así, no debemos caer en la resignación fácil de decir «no hay opción» o «es inevitable» mientras seguimos combatiendo en el fango.

☆★☆

Una semana pasó como un suspiro desde que regresé a Erichburg… y finalmente llegó el día de la operación.

—Siento como si al fin hubiera logrado remar contra corriente…

La moral de la Fuerza de Ataque Rápida estaba por las nubes. Un total de 500 personas montaban en 100 tablas aéreas, y verlas alineadas en formación era un espectáculo impresionante. El Departamento de Investigación y Desarrollo debe estar celebrando tras bambalinas, ya que no solo construyeron las tablas aéreas para esta fuerza de élite, sino también para la unidad principal encargada del transporte. Se esforzaron al máximo para entregar todas a tiempo. Que descansen en paz. Amén, amén.

Por cierto, yo soy el único a cargo de la logística de esta fuerza de ataque rápida. Pero llevo suficiente agua y comida para alimentar a la tripulación durante un día. Aun así, si yo me muriera de repente, todo el escuadrón quedaría en graves problemas.

Aunque, pensándolo bien, como no estoy destinado a entrar en combate directo por mi función de apoyo, ¿quizás podría regresar a Erichburg a tiempo si la situación se complica? ¿Podría arreglármelas para escapar? La verdad, creo que perder a Sylphy sería mucho más grave que perderme a mí. Sylphy es la líder del Ejército de Liberación, y es esencial para liberar a la familia real que permanece congelada, tanto en cuerpo como en alma, en el castillo de Merinesburg.

—Princesa, Kosuke-dono. ¿Sería posible reubicarse un poco más atrás, o al menos al centro de la formación?

La Srta. Zamir, que viajaba con nosotros, nos miró a Sylphy y a mí con sus ojos inalterables de reptil mientras formulaba su petición.

—No. De hecho, prefiero estar al frente de la línea.

—Considerando nuestras habilidades, lo lógico sería quedarnos detrás de los fusileros, quienes son más vulnerables y consumen mucha munición.

—……

Al recibir una negativa simultánea de parte de Sylphy y de mí, la Srta. Zamir soltó un suspiro y cerró los ojos resignada.

—No te preocupes. Mi nuevo tipo de barrera puede incluso detener el aliento de un dragón.

Isla, que también viajaba con nosotros, intentó animarla con ese comentario. Pero, en realidad, solo reforzaba lo que Sylphy y yo ya habíamos dicho: estábamos seguros con nuestra posición en el frente.

—Con este grupo, podemos abrirnos paso incluso si nos rodea un gran ejército del Reino Sagrado. Y si la situación lo requiere, yo también lucharé.

—No me gusta involucrarme en estas guerras entre razas humanas, pero si llegamos a ese punto, estaré encantada de escapar llevándolos a todos en brazos.

Melty, con una sonrisa, se acomodaba en el asiento trasero de la tabla aérea. Grande, que descansaba en el regazo de Melty con expresión soñolienta, parecía darle su aprobación silenciosa.

La Srta. Zamir, finalmente resignada, soltó otro suspiro y volvió a cerrar los ojos.

Nuestra tabla aérea estaba situada bastante al frente de la formación, justo detrás de las de los fusileros equipados con ametralladoras. Si llegábamos a toparnos con el enemigo, era muy probable que quedáramos atrapados en el fragor del combate.

Sin embargo, las arpías volaban por delante haciendo labores de reconocimiento, así que un encuentro por sorpresa era muy poco probable. Además, ellas —que actuaban como exploradoras— llevaban comunicadores gólem, por lo que si detectaban al enemigo, nos avisarían de inmediato.

—Las unidades de infantería y de apoyo de gobierno han terminado el pase de lista.

Mientras intentaba calmar —o más bien convencer— a la preocupada Srta. Zamir, la voz de Sir Leonard sonó a través del pequeño comunicador gólem instalado en nuestra tabla aérea.

—Los fusileros están listos.

—El escuadrón de bombardeo arpía también.

Al escuchar las transmisiones, Isla tomó el comunicador gólem y habló:

—Hmm. El Cuerpo de Magos está montado junto con los fusileros, así que ellos también están listos. Sí.

—Umu. Entonces, como estaba planeado, avanzaremos con las tablas aéreas de los fusileros a la cabeza. Todos mantengan una distancia segura entre sí y eviten cualquier tipo de accidente. Sería ridículo tener que retirarnos del frente antes siquiera de enfrentarnos al ejército del Reino Sagrado por culpa de un percance. El primer objetivo es Bobrovsk. ¡Fuerza de Ataque Rápida, en marcha!

A la orden de Sylphy, las cerca de cien tablas aéreas alineadas se elevaron al unísono y comenzaron a deslizarse por el aire. Al frente iban las tablas aéreas de los fusileros, equipadas con ametralladoras y acompañadas de magos; detrás de ellos, nuestras propias tablas aéreas, seguidas por las que transportaban a las arpías, y al final, las que llevaban a los soldados de élite.

La verdad, fue todo un reto enseñar a más de cien personas —incluidos los suplentes— a pilotar estas cosas… En mi mundo original, no habrían pasado ni el examen teórico para el permiso provisional. Sería casi un milagro si logramos evitar accidentes.

Por cierto, yo soy el piloto de nuestra tabla aérea. Por supuesto que lo soy. Naturalmente, la mía es una versión especial. Basta con ver el gatillo en la palanca de control para notarlo.

—Vamos a hacerlo.

Ya estoy preparado para disparar con mis propias manos si hace falta. Solo queda actuar.


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