Bastardo Mujeriego
Vol. 6 Escenario Extra. Ruta del Cornudo de Madre e Hija - Ryoko Yamao & Reiko
El tiempo había pasado desde entonces.
Aunque hubo cierto desencuentro —un choque de sentimientos— a inicios del segundo semestre, lo superamos, y el vínculo entre Ryoko-chan y yo se fortaleció aún más.
Ella aún seguía saliendo con Kouta-kun, pero al mismo tiempo, mantenía nuestra relación de amigos con beneficios. Nuestra compatibilidad física había mejorado cada vez más, y las habilidades de Ryoko-chan en la cama habían avanzado a pasos agigantados.
Cuando la veía mover sus caderas sobre mí con esa perversión experta —algo impensable para la virgen que fue al principio—, no podía evitar pensar que siempre tuvo talento natural para esto.
En fin, hoy también estaba en su casa, cogiéndomela sin reparos.
—¿¡Nngoh!? ♡♡. Hmm ♡♡. Oh ♡♡. Me corro ♡♡. Me eshtoy corriendo ♡♡.
—¿¡Guh…!? ¡Tu coño me está apretando como loco…! ¿Tanto extrañabas mi polla? ¿Acaso estuviste pensando en ella todo el tiempo… incluso durante tu cita con Kouta-kun?
El modo en que me apretó al metérsela dejó claro lo caliente que estaba. Hoy, después de pasar la mañana en una dulce cita con su novio Kouta-kun, por la tarde ya estaba aquí, empalada por mí. …Kouta-kun y yo. No sé cuál de los dos ocupa más su corazón… pero en cuanto a su cuerpo, estoy seguro de que yo llevo la delantera.
Después de todo, él todavía no ha tenido sexo con Ryoko-chan.
Mientras empujaba mi pene en su hendidura, ella frunció el ceño, enfadándose.
—¡Por supuesto que no! ¡Yo no soy una chica tan pervertida!
—No, yo creo que sí que eres una chica muy pervertida. Si no, tu coño no estaría chupando tanto mi polla. …Mira, no puedo sacarla aunque lo intente. Tu útero ha bajado y está pidiendo semen.
—¡Es culpa de que tu polla sea demasiado grande, Shinji-kun! ¡Es culpa tuya porque eres demasiado bueno en el sexo, Seto-kun!
—Lo siento, no te enfades.
—¡Fuuu! ♡. ¡Fuuu! ♡. ¡Si vas a disculparte, hazlo bien y hazme sentir bien! ¡Hazme correrme muchas veces!
—De acuerdo. Jugaré contigo hasta que estés satisfecha.
—¡¡Ngaah, ahhhhh!! ♡♡♡.
Nos presionamos el uno contra el otro en la posición del misionero y la cama crujió violentamente. Ryoko-chan se aferraba a mí con ambas manos y piernas.
Las chicas dicen que tengo un gran apetito sexual, pero el de Ryoko-chan no se queda atrás. Al parecer, si pasa un poco de tiempo sin tener sexo, se vuelve insoportable. Como eso podría afectar a sus actividades extraescolares, es mi deber satisfacerla para evitarlo.
—¡Ryoko-chan! ¡¡Ryoko!! ¡¡Me voy a correr dentro!!
—Oh… ♡♡. Mmgh ♡♡. Sí, ah ♡♡. Haa ♡♡. Mmhaa ♡♡.
—¡¡Me voy a correr!! ¡¡Guuh!!
—¿¡Me corroo!? ♡♡. Aaah ♡. Mhooh, hmm ♡♡♡.
Mientras cuido el cuerpo de Ryoko-chan, descargo mi semen en su útero. Entonces, de todo el cuerpo de ella emana un aroma sensual que desprende feromonas. Es un aroma tan intenso que, al olerlo, la erección y la eyaculación se vuelven incontrolables. Las chicas que han descubierto el sexo lo desprenden inconscientemente. En comparación con otras chicas, Ryoko-chan puede que lo desprenda con especial intensidad.
Enterré mi nariz en su cuello, inhalando su aroma mientras mi polla palpitaba y seguía derramando espesas oleadas de semen dentro de ella.
—¡¡Nngh, guuuh…!! ¡¡El semen de Shinji-kun se siente tan bien…!! ♡♡.
—Oye, Ryoko-chan… ¿hablaste en serio con Kouta-kun después de eso?
—Sí-sí ♡. Hice lo que me dijiste. Le dije que esperáramos hasta la graduación para tener sexo ♡. Que teníamos estudios y el club…
—¿Y qué dijo?
—Parecía un poco molesto, pero… dijo que lo entendía ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. ¡¡Dentro de mí, el semen de Shinji-kun, está llenándome tanto…!! ♡♡♡.
Hasta la graduación, eh… Eso me daba tiempo suficiente para corromperla por completo y hacer que dejara a Kouta-kun. …Aunque, incluso si no lo hacía, su útero ya era mío. Mientras seguía estudiando, me encargaría de acostumbrar su cuerpo a mi semen, preparándola para que en el futuro pudiera cargar con mi hijo.
El uniforme de siempre colgado en la percha, los libros de entrenamiento y revistas de atletismo en el estante, los pequeños objetos en el escritorio y las estanterías… cada rincón de esta habitación respiraba la esencia de Ryoko-chan. En cada detalle se podía leer su vida cotidiana, su crecimiento como persona. Hasta las pequeñas manchas en la pared me hacían imaginar en qué estaría pensando, cómo sería su día a día.
Aunque yo no era su novio oficial, invadir su espacio privado de esta manera y teñir su vientre con mi semen me daba una satisfacción indescriptible.
—Ah… todavía sale. El ritmo no disminuye en absoluto.
—Hmm ♡. ¡¡Suu…!! ♡♡. ¡¡Fuu…!! ♡♡. ¡¡Fuu…!! ♡♡. ¡¡Fuu…!! ♡♡. ¡¡Fuu…!! ♡♡. ¡Shinji-kun, ¿por qué hueles tan pervertido?! Suuuu ♡♡.
Así como yo olfateaba su aroma, Ryoko-chan también inhalaba el mío, excitándose. Recordé haber leído que cuando dos personas se atraen mutuamente por su olor, es porque genéticamente son compatibles. Después de inhalar profundamente el olor del otro, nos besamos, intercambiando saliva.
—Nngh ♡. Reroo ♡. Chyururu ♡. Hamu… ♡. …Nngh ♡. Al fin se detuvo… cómo late tu polla, Shinji-kun…
—Sí, por fin terminé de correrme. …Aunque, Ryoko-chan… tu coño sigue apretándome con fuerza. Lo estás haciendo a propósito, ¿no? ¿Quieres que vuelva a correrme?
—…¿No te parece bien?
—Claro que sí.
Como era de esperarse, comenzó la segunda ronda sin siquiera sacarlo. Giré el cuerpo de Ryoko-chan mientras seguíamos conectados y empecé a cogérmela por detrás.
—Nnoh, hooh… ♡♡♡♡.
Antes de empezar a empujar, presioné mi cadera contra sus nalgas, haciendo que Ryoko-chan sacara la lengua y gimiera con voz quebrada. Su coño estaba tan caliente que casi sentí que mi polla se derretía dentro.
—¡Kuh! ¡Este coño está más ajustado a mi polla que antes!
—Oh ♡♡. Oh ♡. Hmm ♡♡. Oh ♡♡.
Con cada embestida, tan fuerte que resonaban golpes húmedos, las generosas tetas de Ryoko-chan se sacudían violentamente. Esas mismas que en el atletismo podrían ser una desventaja, ahora eran un espectáculo que solo avivaba mi lujuria.
Aunque su interior estaba empapado, sus carnosas paredes vaginales me la apretaban con una fuerza que hacía sentir cada centímetro. Con una conexión física así tan increíble, era obvio que ni Ryoko-chan ni yo podríamos volver atrás.
—¡Ah, mierda, mierda, mierda…! ¡Esto es demasiado bueno…!
—Me-me corro ♡♡. ¡¡Ah, aaaaah!! ♡♡. Hoh ♡♡. Ooohn ♡♡. Me corro ♡♡. Me corro ♡♡. Shinji-kun ♡. Tu polla también se corre ♡♡. Shinji-kun ♡♡. ¡¡Mmuuuhh~~~~!! ♡♡♡♡.
Por cierto, no éramos los únicos en la casa.
Abajo estaba la madre de Ryoko-chan.
Una mujer joven y hermosa, idéntica a su hija excepto por su cabello largo y un lunar bajo el ojo. Cuando llegué con Ryoko-chan, su madre asumió que yo era su novio. …Y fue Ryoko-chan la que sugirió dejarle la idea: «Es más fácil que explicar la verdad», me dijo.
—¡Ryoko-chan! ¡Ryoko-chan! ¡Ryoko! ¡¡Guuuuh!!
—¿¡¿¡Nnnghh!?!? ♡♡♡♡. No-no hagas eso… ♡♡. E-ese movimiento… Agarrarme de las caderas y… ♡♡. Ah, ohhh… ♡♡.
Su torso cedió, doblándose hacia adelante sin fuerza.
—¡Ryoko, voy a correrme dentro! ¡Abre tu útero para mí!
—…Mm ♡♡♡♡. Sí ♡.
Al obedecer mi orden, su cuello uterino se aferró a mi glande como un beso ansioso, esperando el empuje final que traería mi semen. Con la fuerza de un chorro de orina, solté mi carga.
—¡¡¡¡Guh, uh…!!!! ¡¡Gaaah…!!
—Ah, ah ♡. Me-me … me estoy corriendo… ♡♡♡♡. Lo siento, Kouta-kun… ♡♡. —Ryoko-chan, apoyaba el torso sobre el escritorio, con sus pechos aplastados como almohadas, le pedía perdón a su novio Kouta-kun. Pero ella no tenía por qué disculparse. Si su preciosa chica terminó en mis brazos, la culpa era solo de él.
—¡¡Ryoko!! ¡¿A quién le importa Kouta-kun?! ¡Tú me prefieres a mí, ¿verdad?!
—Sí… ♡. Me gustas, Seto-kun… ♡. Me he enamorado de ti… de cómo me haces sentir tan bien cuando lo hacemos… ♡.
—Bien, entonces la próxima vez lo haremos besándonos frente a una foto de Kouta-kun.
—Sí, hagámoslo… ♡.
Me senté completamente desnudo en la silla de escritorio de Ryoko-chan y comencé a cogérmela en la posición del misionero. Sus pechos grandes, aún marcados por el bronceado del uniforme de atletismo, se aplastaron contra mi pecho, transmitiéndome una suavidad increíble junto con la firmeza de sus pezones erectos.
Nuestros cuerpos estaban profundamente conectados, entrelazando lenguas con pasión.
—Mmmh… ♡. Chyuru ♡. Rerooh… ♡.
Con los brazos rodeándonos mutuamente, movimos nuestras caderas con fuerza, como si quisiéramos fundirnos el uno en el otro. En ese momento, no había espacio ni para un milímetro de distancia entre nosotros.
Ryoko-chan tragó la saliva que eché en su boca con un sonido húmedo mientras su coño se apretaba alrededor de mi polla.
—Puhah… ♡. Seto-kun, te amo… ♡. Te amo… ♡.
—Yo también, Ryoko.
Entre besos y miradas, nuestros cuerpos se calentaban aún más mientras declarábamos nuestros sentimientos por el otro. El movimiento de nuestras caderas estaba perfectamente sincronizado, como si fuéramos una sola criatura.
Y, por supuesto, no pude evitar correrme dentro de ella. Pero nuestro encuentro no terminó ahí.
—Hah ♡. Haah ♡. Seto-kun ♡. Más, más fuerte ♡. Ngoh… ♡. Ho, ooh ♡♡. ¡Enséñame más, hazme sentir aún mejor con el sexo…! ♡♡.
—¡Aah, claro que sí!
De vuelta en la cama, perdimos la noción del tiempo mientras cogíamos.
La penetré tantas veces que ya no sabía si el sudor que empapaba nuestros cuerpos era mío o suyo.
Y, sumergidos en el intenso placer del intenso sexo, ni siquiera escuchamos los pasos que se acercaban a la habitación.
—¿Ryoko, Seto-kun? Les traje jugo y dulces…
Escuché esa voz —que sonaba tan similar a la de Ryoko-chan— justo antes de que el picaporte girara.
—¿Eh…?
Era comprensible que la madre de Ryoko-chan se quedara paralizada al ver a su preciosa hija siendo empalada por detrás por un hombre.
—Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. ¡¡Aaaah!! ♡♡♡. Shinji-kuun ♡♡♡.
Pero Ryoko-chan ni siquiera se dio cuenta. Estaba demasiado ocupada gimiendo mientras su útero era golpeado.
—E-emm… ¿Qué están haciendo…?
—¿No es obvio? Estamos cogiendo.
—¿¿Co-cogiendo??
—¿Por qué se sorprende? Si un hombre y una mujer están a solas, es normal que tengan sexo, ¿no?
Para colmo, lo dije sin ningún remordimiento. Mientras seguía agarrando las caderas de Ryoko-chan y embistiéndola sin pausa, expliqué la situación como si fuera lo más natural del mundo.
—¿O será que vino disimulando que era una coincidencia?
—¡No-no es eso…!
—¿¡Nnaaaaahhh!? ♡♡♡♡. Sí, me corroooooo ♡♡♡♡.
—…¿¡!?
El grito de orgasmo de Ryoko-chan ahogó las protestas de su madre. Claro, yo había elegido ese preciso momento para hacer que se corriera.
—Oiga.
—¿Eh?
—Vamos a seguir cogiendo, ¿hasta cuándo piensa quedarse mirando? Si quiere, también puedo hacérselo a usted…
—A-ah, pe-perdón.
La madre de Ryoko-chan cerró la puerta. Ahora podía concentrarme en llenarla de semen sin reservas.
—¿¡Oohh!? ♡♡♡♡. ¡¡Hoooohh!! ♡♡♡♡.
—Ah~, me corro también. No puedo evitarlo. ¡La cara que pones cuando te lleno es demasiado excitante…!
Y justo mientras la madre de Ryoko-chan aún estaba al otro lado de la puerta, comencé a eyacular directamente en el útero de su hija.
—¡Guh, uuh! ¡Tu coño me está chupando hasta la última gota…! ¡¡Ahhh, esto es lo mejor…!!
Ahora que su madre ya sabía que estaba cogiéndome a su hija, no tenía por qué contenerme. Al contrario, hice que la cama crujiera exageradamente y la obligué a gemir aún más fuerte.
—¡Ryoko, ¿te gusta que te llene el útero de semen sin protección?!
—Sí ♡. ¡Me encanta! ¡¡Dame más…!! ¡¡Dame más de tu semen!!
Al menos, por esos gritos, su madre debería darse cuenta de que Ryoko-chan deseaba esto tanto como yo.
—¡¡Me estoy corriendo!! ¡¡Guughhh!!
Con el útero de Ryoko-chan apretándome con fuerza, descargué otra ronda de semen espeso dentro de ella. Bajo mi cuerpo, Ryoko-chan se retorcía, apretando los dientes mientras se corría sin control.
Y cuando terminé de eyacular, Ryoko-chan ya se había desmayado del placer.
—Uff… Ya me corrii…
—Hnn ♡♡. Ahaah… ♡♡.
—Parece que ya llegaste a tu límite, Ryoko. Tomemos un descanso.
Al sacar mi polla, un sonido húmedo de schlop resonó, seguido de un hilo de fluidos conectando aún nuestros genitales.
A pesar de haber eyaculado una buena cantidad, mi miembro seguía palpitando, venas marcadas y erecto, como si tuviera voluntad propia, exigiendo más de esta hembra. Pero por muy mía que fuera Ryoko-chan, sería cruel seguir usándola en ese estado.
Bajé de la cama y abrí la puerta. Como esperaba, allí estaba la madre de Ryoko-chan.
—¡¿……?!
—Disculpe, señora mamá de Ryoko… Ryoko-chan se corrió tanto que se desmayó. ¿Le importaría si uso la ducha mientras tanto?
El cerebro humano se bloquea cuando recibe demasiada información de golpe. Esta mujer jamás imaginó que, mientras ella estaba fuera, saliera el joven que se había estado cogiendo a su hija… y mucho menos que ahora aparecería frente a ella, aún con la polla dura al aire.
—E-emm… eso, eso es…
—Mmm, llamarla «señora» suena muy frío. ¿Cuál es su nombre?
—Reiko…
—Entonces, Reiko-san… ¿me guía hasta el baño?
—Eh, e-espera…
Le pasé un brazo sobre los hombros y, con mi erección aún palpitante, la dejé que me guiara hacia el baño.
*
—Nngoh ♡♡. Hoh, oh ♡. Oh ♡♡.
—Jajajá, Reiko-san, esos gemidos son increíbles… aunque un poco parecidos a los de Ryoko. ¡El eco en el baño los hace aún más excitantes! Mi polla no puede resistirse.
Un verdadero bastardo mujeriego actúa cuando el deseo llama.
Reiko-san —la madre de Ryoko-chan— tenía un cuerpo tan deseable que incluso a través de la ropa, parecía estar como invitándome. Así que, ya que estaba allí, decidí violarla también.
Después de dejar a Ryoko-chan tan exhausta, llevé a Reiko-san al baño. Con las técnicas depuradas de un bastardo mujeriego, acaricié su cuerpo curvilíneo hasta provocarle una calentura que solo yo iba a saciar. Aunque murmuró «no debemos» y «está mal», sucumbió fácilmente a la insistencia de un joven viril.
La desnudez de Reiko-san era tan hermosa y juvenil como la de Ryoko-chan, sin ningún impedimento para el sexo. Primero la hice correrse con mis dedos.
Como cuando me cojo a otras chicas, preparé metódicamente su cuerpo hasta reducir su racionalidad a escombros, para luego penetrarla sin freno. Empecé con ella de pie en la ducha. Al embestir mi polla de un solo golpe hasta el fondo, Reiko-san soltó un gemido gutural que retumbó en el baño.
—Hm ♡. Mmm ♡♡. Ooohn ♡♡. Increíble ♡♡. No lo sabía ♡♡. No sabía que el sexo pudiera ser tan salvaje ♡♡.
—Mire, no se limite a solamente dejarse hacer por una polla más joven; mueva más las caderas también. ¿O quiere que le destroce el útero como a Ryoko-chan?
Para que tomara conciencia de que yo me la estaba cogiendo, la violé sin pudor, haciendo que cada embestida resonara con fuerza. Al igual que con Ryoko-chan, Reiko-san era del tipo que se dejaba llevar fácilmente.
Creía conocer el atractivo de las mujeres mayores después de acostarme con profesoras recién llegadas, pero era la primera vez que me hundía en un coño tan empapado y maduro. La sensación era tan nueva que, una vez más, comprendí lo profundo que podía ser el sexo.
—No lo sabía, nunca había probado un sexo así ♡♡♡. Es totalmente distinto a que me lo haga mi marido ♡♡♡. Oh, oh, hm ♡♡♡. Qué profundo ♡♡. Hmmuuh ♡♡.
Y Reiko-san también parecía sorprendida por la frescura que era el sexo conmigo.
Sus enormes pechos, que superaban en tamaño a los de su hija, se movían de manera aún más dinámica que cuando había estado cogiendo con Ryoko-chan, chocando entre sí hasta producir un sonido perceptible. Este ruido resonaba en el baño junto con el impacto de mis caderas contra sus nalgas, creando una dulce sinfonía combinada con sus jadeos.
—Ahhh… este coño está tan apretado… ¿Acaso su marido no se la coge seguido? ¿Cuándo fue la última vez que tuvieron sexo?
—¡Aeh, no-no lo sé! ¡No me acuerdo!
—¿Tan atrás que ni lo recuerda, eh?… Eso es imperdonable.
—¿¡¿¡Hiiiigggghhh!?!? ♡♡♡♡.
—Ahora voy a penetrar su coño con mi polla y sobrescribir cualquier recuerdo de su marido. Prepárese.
Agarré a Reiko-san por las axilas, levantando su torso mientras frotaba la cabeza de mi polla contra su cuello uterino, dejando claro mi propósito.
—Ah, ah, ahhh…
—Justo como Ryoko-chan, este es su punto débil… cerca de la parte de detrás el ombligo.
—No, para… basta, por favor… perdóname…
—Ni lo sueñe. Aunque se niegue, Reiko-san, la obligaré a caer. A partir de hoy, será mi amante. Si no le gusta ser mi amante, también puede ser mi esclava sexual o mi manga sexual, no hay problema.
Por lo tranquila que era la casa y por cómo actuaba Ryoko-chan, supuse que Reiko-san y su marido no tenían una mala relación. Pero me importaba un carajo. Un hombre que no satisface a su mujer no merece ser llamado hombre.
Y en el momento en que me suplicó perdón con una voz temblorosa, Reiko-san ya había perdido ante mí. Era la prueba de que su instinto, más que nada, había percibido que si seguía corriéndose en el sexo, acabaría corrompiéndose.
—Mire, en el espejo se ve cómo la estoy penetrando, Reiko-san. Observe bien cómo se corrompe con la polla del amante de su hija. …¡¡Ha!!
—¿¡Hoh!? ♡♡♡♡.
—Cada embestida, cada golpe a su útero, lo haré lento…
—¿¡Ogyuh…!? ♡♡♡♡. ¿¡Fughhhhuhh!? ♡♡♡♡.
—…Prepárese mentalmente para ser mi amante, Reiko-san.
Como lo había declarado, me tomé mi tiempo para golpear una y otra vez el punto débil de Reiko-san. Al mismo tiempo, expandí su estrecha vagina, que hacía tiempo que no había sido usada por su marido, moldeándola a mi forma. El hecho de haber seducido a una mujer casada en nuestro primer encuentro demostraba que mi habilidad como bastardo mujeriego seguía perfeccionándose.
Reiko-san, inmovilizada en mis brazos, no tuvo más remedio que gemir y dejar que todo su cuerpo temblara al correrse. Mientras violaba a esta mujer tan erótica, que desprendía una sensualidad que las chicas de mi edad jamás podrían igualar, yo también me esforcé más de lo habitual.
—Fuuuh… Ya estoy a punto de correrme. Reiko-san, voy a llenarle el útero con mi semen.
—Hohh ♡♡♡. Hm ♡♡♡. Detente ♡♡♡. Pa-para ♡♡♡.
—¡Ah, me corro, me estoy corriendo. …¡¡Guuh!!
—Hiiguuuh ♡♡♡♡.
El final de mi agarre llego cuando, por supuesto, terminé con una corrida dentro de su útero. Si ya le había dejado mi semen a Ryoko-chan, era inevitable marcar también el útero de su madre con mi esperma.
*
—¿Ma-Mami? ¿Por qué estás desnuda…?
—Lo-lo siento, Ryoko… Yo también terminé teniendo sexo con Seto-kun…
—Puede llamarme Shinji, Reiko-san.
—Sí-sí. Shinji-san… ♡.
Sí, al final esta mujer tenía la misma tendencia sumisa que su hija. Ni siquiera pareció tomarse tan en serio el haber sido seducida por un hombre más joven. Ryoko-chan, por su parte, pareció intuir lo que había pasado y no culpó a Reiko-san. Más bien, su expresión decía: «Seto-kun, no se te puede dejar solo…».
En cualquier caso, así fue como le quité a Kouta-kun Ryoko-chan a y a su padre le quité a Reiko-san. Como el bastardo mujeriego que era, me encargaría de cuidar sus cuerpos en su lugar.
Habiendo corrompido con éxito a estas bellas madre e hija, inmediatamente comencé un trío con ambas. Después de enredar nuestras lenguas lascivamente, las hice jurarme amor besando la punta de mi polla.
—Mm… chu ♡. Tu polla es tan grande, Seto-kun… Cualquiera se convertiría en una de sus mujeres si fuera penetrada por algo tan poderoso, sin importar si es una señora mayor o no.
—Mami… te dejas llevar demasiado. Yo fui la primera en convertirse en la mujer de Seto-kun. Además, tú tienes a Papi.
—Pero… tu mami también tiene derecho a acostarse con un chico joven…
Arrodilladas frente a mí en la cama, los suaves labios de Ryoko-chan y Reiko-san envolvieron la cabeza de mi miembro por ambos lados. Era una escena que alimentaba demasiado mi superioridad masculina. Con ambas manos, acaricié sus cabezas al mismo tiempo.
—Entonces, como me las voy a coger a las dos al mismo tiempo de pie y por detrás, pónganse una al lado de la otra y apoyen las manos en la pared.
—Sí, Seto-kun ♡.
—Entendido ♡. Disfruta con calma de nuestros coños madre e hija ♡.
—Yo-yo primero ♡. Seto-kun, métemelo a mí primero ♡. Seguro que te hago sentir mucho mejor que Mami ♡.
—¡Eh, no seas egoísta, Ryoko! ¡Yo también quiero esa polla!
—Tranquilas, tranquilas, no peleen. Me las voy a coger a las dos, ¿de acuerdo?
Dicho esto, les mostré mi erecta y palpitante polla, y ellas la miraron embobadas. Con dos chicas con cuerpos tan hermosos y sensuales, honestamente podía cogérmelas cuantas veces quisiera. El orden no importaba demasiado.
—Mmm, bueno, empecemos contigo, Ryoko. Levanta el culo.
—Sí ♡.
Ryoko-chan, emocionada, se puso de puntillas. Como era bastante bajita, su coño quedaba justo a la altura perfecta para metérsela. Agarré sus caderas y apoyé el glande hinchado y palpitante en su hendidura empapada de jugos de amor.
—Vamos ♡. Seto-kun ♡. Hazlo ya ♡. …¿¡Nnnggoohh!? ♡♡♡.
—Uff… Meterla de golpe en tu coño hasta el fondo es lo mejor…
—Hm ♡♡. Ohnnn… ♡♡. Nwohooh, ooohh ♡♡♡.
—¿Qué tal, Reiko-san? ¿Qué opina de ver a su hija cogiendo con un hombre? Antes no pudo verlo bien, ¿verdad? A Ryoko le encanta que la empuje aquí bajo el ombligo y que raspe su cuello uterino justo aquí, ¿ve? Es igual que usted. Ahhh, su coño entero, desde la entrada hasta el fondo, se está moldeando alrededor de mi polla… Es de verdad increíble.
Al lado de Reiko-san, que tenía las manos apoyadas en la pared, mi polla entraba y salía de Ryoko-chan sin ningún reparo. Le mostraba sin pudor cómo podía coger con ella tan desinhibidamente ya que éramos su hija y su amante, grabándole hasta el fondo del alma que ambas, madre e hija, eran mis mujeres ahora.
—…Hmm ♡♡. Nunca había visto a Ryoko tan fuera de sí… ¿De verdad se siente tan bien que Seto-kun te lo haga así?
—Sí ♡♡. ¡¡Se siente tan bien, tan bien, tan bieeeen!! ♡♡♡♡. ¡¡Me corro…! ¡¡Me corro con tu polla!! ♡♡♡♡. ¡¡Aaaahhh!! ♡♡♡♡.
Las rodillas de Ryoko-chan temblaron violentamente mientras un chorro de sus fluidos salpicaba. Aproveché el momento para llenarla de mi semen.
—¡¡Guhh!!
Mis caderas chocaron contra su trasero, haciendo que las nalgas de Ryoko-chan ondularan. Fue increíble sentir cómo el semen que había estado acumulando este rato se derramaba directamente en su útero.
—Ufff… Ahora le toca a usted, Reiko-san.
—Sí, por favor ♡♡. Hazme perder la cabeza como a mi hija ♡♡. ¿¿¡Nnnggghhh!?? ♡♡♡♡.
—Ajajá, hasta los gemidos son iguales.
Si tuviera que compararlas, el coño de Ryoko-chan era más ajustado, pero el de Reiko-san tenía una sensación más cálida y pegajosa. Además, Reiko-san tenía un culo y unas tetas más grandes.
Y así fuimos a la habitación de la hija, donde me cogí a la madre de la misma manera. Para ser honesto, era increíblemente excitante penetrar a una mujer casada con alguien más, embutiendo mi polla una y otra vez en su coño hasta hacerla gritar. Después de llenar a Ryoko-chan, ahora presioné mi glande contra el punto G de Reiko-san, que ya estaba al borde del orgasmo, y descargué otro chorro de semen caliente en su útero.
Para Reiko-san, al parecer, el sexo conmigo fue su primera vez llegando al orgasmo vaginal y uterino a la vez. Después de que terminé de eyacular, ella me miró a mí y a mi polla con unos ojos de genuino enamoramiento por lo que le había ayudado a lograr a sentir.
Mientras lo hacíamos en posición de vaquera y yo enterraba mi cara en su escote, Reiko-san gemía con voz sensual, pero a la vez sus manos acariciaban suavemente la parte posterior de mi cabeza. Además, según parecía, desde que dio a luz a Ryoko, su cuerpo no había dejado de producir leche materna, y cuando chupé sus pezones, un poco de leche brotó lentamente.
Por más que eyaculara, mi deseo sexual seguía ardiendo sin control, pero ellas me aceptaron por completo.
—Oye, Ryoko, ¿te vas a casar con Seto-kun?
—¿Eh? ¿Por qué preguntas eso de repente? Mami, siempre tan precipitada…
—Es que, si lo hacen, podríamos tener sexo los dos todos los días.
—¡Ay…! La polla de Seto-kun es mía.
Mientras madre e hija hablaban, ambas me hacían una paja rusa; mi polla estaba en el paraíso. Era una escena muy entrañable.
Pero no podía quedarme para siempre. Aunque me daba pena, el atardecer se acercaba y pronto sería la hora en que el padre del hogar regresaría a casa. Justo cuando pensaba eso, Ryoko-chan dijo:
—¿Eh? ¿Acaba de sonarte el estómago, Seto-kun?
—Ah, sí, puede ser. No hemos parado de tener sexo desde el mediodía.
—Has eyaculado mucho dentro de nosotras, ¿verdad? Debes tener hambre.
—¡Ya se, Mami! ¿Por qué no le ofrecemos a Seto-kun que se quede a cenar?
—Qué buena idea. Ya que estamos, ¿por qué no pedimos sushi? Hace mucho que no lo hacemos.
Después de eso, las dos me hicieron eyacular una vez más, cada una en posición de vaquera, me bañaron en la ducha usando sus pechos como esponjas y, aceptando su amable invitación, incluso me quedé a cenar.
Cuando el padre de Ryoko llegó y me presentaron, se sorprendió al pensar que su linda hija había traído a su novio a casa.
Dentro de ese cálido ambiente familiar que hacía mucho no experimentaba, imaginé mi semen hirviendo dentro del útero de Ryoko-chan y Reiko-san, y me sentí profundamente feliz y satisfecho.
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