Bastardo Mujeriego

Vol. 7 Capítulo 2. La Inocente Universitaria Sachiko Cae en el Abismo del Placer en las Aguas Termales

Resolver un misterio requiere observar la situación desde una perspectiva amplia. Aunque lo que les ocurría a Nanoka y Sachiko no era precisamente un misterio, valía la pena analizar su entorno.

Nanoka y Sachiko compartían una habitación doble, solo para mujeres, mientras que Masahiko dormía solo en la habitación contigua, separado por una delgada pared. Ambas habitaciones tenían la misma estructura típica de un ryokan tradicional:

Desde el pequeño espacio de entrada donde se dejaban los zapatos, se accedía a un estrecho piso de madera que conectaba con el lavabo y una habitación de estilo japonés con suelo de tatami. Al fondo de esta habitación, había un área junto a la ventana separada por una puerta corredera de papel, donde se encontraban unas sillas y un pequeño refrigerador. Sin embargo, el refrigerador no contenía bebidas, por lo que, si se necesitaba algo, era necesario comprarlo en el vestíbulo. Aunque se trataba de un ryokan antiguo, el televisor había sido actualizado a un modelo de pantalla plana, cada habitación contaba con Wi-Fi, y se podía acceder a canales de pago si se hacía el trámite correspondiente. Además de eso, había un armario para los yukatas, un armario empotrado para los futones y una caja fuerte para guardar objetos de valor.

…Seguro la habitación de ellos es igual.

Masahiko ya dormía profundamente, agotado después de conducir por las montañas y relajarse en las aguas termales. Al verlo retirarse, Nanoka y Sachiko decidieron acostarse temprano también.

Pero apenas apagaron las luces y se acomodaron en sus futones con sus yukatas puestos, un sonido leve y extraño comenzó a filtrarse desde la habitación de al lado.

Giii, giii, giii, giii… Un crujido rítmico, como el gemido de una casa vieja. No era un poltergeist, por supuesto, sino el sonido de ese chico cogiéndose sin descanso a las dos chicas en su habitación.

Después de haber cogiendo en el baño al aire libre, el chico las tenía ahora boca abajo sobre los futones, sus culos alineados mientras su polla viril atravesaba sus coños empapados desde atrás. Cada embestida hacía temblar las tablas del suelo bajo el tatami.

Las chicas, completamente desnudas, gemían sin control, sus pechos rebotando con cada movimiento. Shinji las obligaba a repetir una y otra vez lo sumisas que eran, lo mucho que le pertenecían.

Sumika Kanai y Rurina Nobuoka. Dos polos opuestos —la estudiante modelo y la gal—, pero igualadas en que ambas se rindieron ante la polla de un perdedor solitario que nadie más había notado. Aquí, en la intimidad de las montañas, lejos de miradas indiscretas, incluso habían apagado sus teléfonos; una necesidad básica para los chicos de preparatoria. Solo existían el grosor, la longitud y la dureza de la polla que las destrozaba por dentro. Hasta Rurina, que frente a Nanoka y Sachiko había actuado como una rebelde, ahora no era más que una sumisa, conquistada por el miembro de Shinji.

—…¡Hm! ♡♡. …Hmm ♡♡. …Hm ♡♡.

—…Hm ♡♡. ¡Hmm~~~! ♡♡. Hmm~~~ ♡♡.

—Hmmm ♡♡♡. …Hm ♡♡♡.

—……♡♡. Hmm ♡♡. Hm ♡♡. Hm ♡♡.

No se escuchaban voces claras, pero la energía era inconfundible: la de un macho dominando simultáneamente a dos hembras.

…¿La-las chicas de la habitación de al lado… todavía están haciéndolo…? Aunque parecían más jóvenes que nosotras… ¿Vinieron aquí solo para hacer cosas pervertidas entre los tres? ¿Los chicos de ahora son así?

Solo escucho fragmentos, pero… suenan tan perdidas de placer… ¿De verdad el sexo se siente así de bueno con ese chico tan simplón?

Las chicas adolescentes estaban siendo llevadas al éxtasis en posiciones que Nanoka y Sachiko ni siquiera podrían imaginar. Besos interminables. Las chicas chorreándose mezclado con eyaculaciones profundas. Shinji —el chico de apariencia insignificante— cogía con ambas chicas donde no sabrías donde empezaba uno y donde terminaba el otro, sus pieles sudorosas brillando bajo la luz tenue mientras se hundían en un abismo de lujuria animal.

Sus manos marcaban sus cuerpos de pasión, y su polla —que ya había eyaculado más de diez veces— entregaba un placer sin fin en sus coños y úteros, mientras aun palpitaba con una rigidez sobrenatural —estar flácido no parecía ser un estado para él—, como si absorbiera la energía de sus compañeras. Las chicas, entre lágrimas, competían porque se las siguiera cogiendo, rogando por más embestidas incluso cuando sus cuerpos ya temblaban de sobreestimulación. Ese sexo tan animal e indecente que estos chicos estaban realizando superaba incluso las películas porno más hardcore: era sexo crudo, primal, sin filtros. Ni el actor porno más preparado ni la actriz más sexy podrían hacer otra cosa que no fuera ponerse pálidos al verlos.

Y para Nanoka y Sachiko, obligadas a escuchar cada gemido sofocado, era una tortura.

¡No puede ser, de verdad! ¿El sexo se siente tan intenso que gritas así? ¿Y Sachiko…? Parece que se durmió… ¿En serio no lo escucha?

Nanoka yacía de espaldas a Sachiko, fingiendo dormir… al igual que Sachiko. Ambas tenían los ojos desorbitados, las pupilas dilatadas.

¿Qué hago?… ¡Mi corazón late tan fuerte que no puedo dormir! ¡Alguien… ayúdeme! Pero por más que suplicara mentalmente, nadie vendría a rescatarla, claramente.

Finalmente, en un acto de desesperación, Nanoka deslizó sus dedos hacia su entrepierna.

Y al primer roce —incluso sobre la tela de sus bragas—, una descarga eléctrica le recorrió la espalda.

—¿¡¿¡Hm, mmmn~~~!?!? ♡♡. —Contuvo un gemido ahogado, curvando su cuerpo como un arco mientras sus hombros temblaban incontrolablemente.

Haaah, haaah… Ngh, me terminé corriendoo… . Una sensación cálida y difusa inundó su cerebro mientras todos los músculos de su cuerpo se relajaban. Permaneció sumergida en ese éxtasis postorgásmico, hasta que de pronto la invadió una ola de vergüenza y culpa al recordar que acababa de masturbarse en la misma habitación que su amiga. Di-Dios… ¿Sachiko no se habrá dado cuenta…?

No se atrevía a voltear, pero asumió que Sachiko estaba profundamente dormida. …O al menos, eso creía Nanoka. Porque en realidad, Sachiko también yacía despierta, con una mano acariciando sus pechos y la otra frotando su clítoris a través de la tela de sus bragas, tratando en vano de calmar el fuego pulsante entre sus piernas.

…Parece que no se dio cuenta. Entonces… solo un poco más… Ah, haaah ♡. E-estoy demasiado sensible ♡. Ah ♡. Nnnguh ♡♡. ¿Qué-qué me está pasando…? ♡♡.

Dos hermosas universitarias retorciéndose bajo sus futones, fingiendo dormir mientras se masturbaban. Sus cuerpos, afectados por el crudo espectáculo de apareamiento que presenciaron en el baño al aire libre, ahora despertaban como hembras por primera vez. Guiadas por instinto en lugar de la razón, sus manos pronto dejaron de ser sutiles y ni siquiera ellas mismas pudieron pararlas. Pronto Nanako y Sachiko comenzaron a jugar con sus cuerpos con cada vez más intensidad.

Casi sin excepción, los chicos que coincidían con ellas en clases o fiestas terminaban pensando: ¡Ay, carajo…! Quedaban estupefactos al descubrir que su universidad escondía semejantes bombones, y muchos se lanzaban al ataque sin dudar. Pero todos terminaban estrellándose contra un muro.

Si a esos mismos chicos les ofrecieran comprar videos de ellas masturbándose, no dudarían en gastar meses de sueldo de trabajos a medio tiempo. Y si les dijeran que podrían acostarse con alguna de ellas con solo humillarse y arrastrarse de rodillas… ¡lo harían sin pensarlo dos veces!

…Y sin embargo, ahí estaban: dos diosas insomnes, retorciéndose en silencio bajo sus yukatas, frustradas y necesitadas. Era un gran desperdicio. Un crimen contra la humanidad. Alguien debía salvarlas de esta agonía.

—……¡¡¡¡Hm!!!! ♡♡♡♡.

—Hm~~~~ ♡♡♡♡♡.

Al otro lado de la pared, las chicas de preparatoria volvían a gemir bajo las embestidas de ese maldito bastardo mujeriego. Nanoka, obligada a escuchar ese concierto de sexo, finalmente logró ahogar su frustración en un sueño intranquilo.

Y entonces…

—Mmm… …¿Eh?

Nanoka despertó nuevamente en plena noche.

La habitación tradicional del ryokan estaba en un silencio absoluto, sin ningún ruido extraño.

Entre el paisaje desconocido de la habitación y los recuerdos de los sucesos antes de antes de irse a dormir se superpusieron, y por un momento pensó que todo había sido un sueño.

—……

¿Realmente había sido un sueño?

Mientras daba vueltas en la cama pensando en ese tipo de cosas, se dio cuenta de que Sachiko no estaba a su lado.

—…¿Sachiko? Me pregunto dónde habrá ido… ¿Habrá vuelto a bañarse en los baños termales?

Nanoka se incorporó, notando que su cuerpo estaba ligeramente sudado de su sueño. Volver a dormirse así sería difícil, pensó.

Decidida, se levantó y se dirigió hacia el baño al aire libre, donde quizá estaría su amiga.

*

Quizá debí despertar a Nanoka-chan antes de venir…

Sachiko se había despertado un poco antes que Nanoka. Ahora, en el vestuario del baño al aire libre, justo antes de quitarse el yukata, lo pensó por un momento. Pero había venido sola precisamente para no molestar el sueño de su amiga.

El vestuario a medianoche estaba vacío, al igual que los pasillos por los que había caminado. Todas las cestas estaban vacías, así que era obvio que no habría nadie en el baño… a menos que, por supuesto, fuera mixto.

El hecho de que no hubiera considerado esa posibilidad era prueba de lo alterada que seguía por lo sucedido antes de dormir.

Al desatar el obi y quitarse el yukata, el sonido de la tela rozándose le pareció anormalmente fuerte. Sin pensarlo dos veces, se quitó también la ropa interior y, tomando solo una toalla, avanzó hacia los baños.

Bajo la tenue luz, su figura al verterse agua con el cubo sobre el cuerpo hubiera rivalizado con cualquier modelo de publicidad de ryokans o reportera de aguas termales. Como una flor blanca floreciendo bajo la luna.

Sumergió su cuerpo desnudo en el agua, desde los dedos de los pies hasta los hombros.

Y justo cuando el agua le cubría por completo los hombros, un chico le habló.

—Buenas noches.

—…¿Eh?

—Nos vimos antes, ¿verdad?

—¿¡Eh, qui-quién… desde cuándo estás ahí!?

—Desde cuándo… Desde el principio, claro…

Sachiko, sorprendida, se puso de pie de un salto y por reflejo. El chico estaba allí, tan tranquilo, con una toalla en la cabeza y sumergido en el agua. El movimiento hizo que el agua salpicara violentamente. Intentó cubrirse con la toalla, pero demasiado tarde: ya había cometido el error de salir del agua.

—¡Ah……!

Sachiko volvió a sumergirse bruscamente en el agua termal.

Aunque acababa de hacer el ridículo mostrándose tan perturbada frente a un chico claramente menor, el joven no pareció inmutarse. Con naturalidad, se presentó:

—Me llamo Shinji Seto. ¿Tú también llegaste hoy, señorita?

—¿Eh? ¿Ah, eh…?

—Encantado. ¿Cómo te llamas?

—Sa… Sachiko Morimine. …¿Eh?

—Vaya… Sachiko-san. Qué nombre tan bonito. —El chico sonrió.

Tenía un aura peculiar. La primera impresión de Sachiko había sido la de un muchacho corriente y nada llamativo, pero ahora, con esa sonrisa cercana, sentía algo extraño: como si pudiera colarse en el espacio personal de cualquiera sin provocar alerta, como si fuera una piedra inofensiva.

—Ci-cierto… Seto-kun, ¿verdad? Encantada… —balbuceó Sachiko, intentando mantener la compostura.

Como la mayor, no podía permitir que él controlara la situación. Por inofensivo que pareciera, era el mismo que había arrancado gemidos de placer de aquellas chicas.

Pero…

Aunque… no creo que intente hacer «eso» conmigo en nuestro primer encuentro, ¿verdad? Sachiko, usando su sentido común, juzgó así.

Quizá esto era lo que llamaban sesgo de normalidad.

No había lógica alguna que explicara por qué un lobo dejaría escapar a un indefenso cervatillo que se cruzara en su camino, no importaba si ya estaba satisfecho.

Con la misma sonrisa inocente, Shinji continuó conversando con Sachiko:

—Había otro chico y una chica contigo… ¿Son universitarios, Sachiko-san?

—Sí-sí. Los tres estudiamos en la Universidad de Joo.

—¡Vaya! La Joo es una universidad súper prestigiosa. ¡Deben ser muy inteligentes!

Los ojos de Shinji brillaban sin rastro de falsedad, como si admirara con genuino respeto a Sachiko y sus compañeros, incluido Masahiko.

—No-no es para tanto… ¿Y tú, Seto-kun? ¿A qué preparatoria vas?

—Bueno, yo…

Mencionó el nombre de su escuela, una preparatoria de cierto renombre que Sachiko reconocía. Era una preparatoria bastante decente. Con notas altas de esa escuela, perfectamente podría entrar en la misma universidad que Sachiko.

—Ya que estamos, ¿puedo hacerte algunas preguntas sobre los exámenes de ingreso y la universidad?

—Sí-sí, claro…

El chico comenzó a hacerle preguntas completamente fuera de lugar para dos desconocidos compartiendo un baño mixto.

—¿Cómo estudiabas para los exámenes cuando estabas en la escuela, Sachiko-san?

—Bueno… no hice nada especial, pero supongo que lo importante era tener horarios fijos para estudiar y descansar…

—Vaya, eso suena sensato.

Sin darse cuenta, Sachiko terminó conversando tranquilamente con Shinji mientras ambos estaban sumergidos en las aguas termales.

Estaban ambos desnudos, pero el agua cubría sus partes íntimas, así que no tenía por qué preocuparse. Si este chico más joven podía actuar con tanta naturalidad, ¿por qué ella seguía turbada? …Poco a poco, comenzó a relajarse… o más bien, fue domesticada por su labia.

—Huuu… qué buen baño.

—Sí-sí… es como si calentara hasta el alma…

—Haa, me está dando calor.

—¿Eh?

De pronto, Shinji se puso de pie.

El movimiento fue tan casual que a Sachiko le tomó un segundo reaccionar.

No hizo ningún esfuerzo por ocultar su grueso miembro de Sachiko —absurdamente grande para su rostro inocente— que colgaba entre sus piernas. Caminó por el agua hasta quedar junto a ella y se sentó a su lado como si nada.

—¿Eh?

—Ah, disculpa.

—Cla-claro…

—Sachiko-san… tienes la piel tan suave.

—¿¡Hyaa!?

—Guau… como pensé, es increíblemente tersa.

¿Qué demonios acababa de pasar?

Sachiko sintió cómo las manos de Shinji se cerraban alrededor de su cintura bajo el agua de las termas. En ese instante, una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo, obligándola a arquearse con el torso fuera del agua.

Los pechos de la siempre recatada y elegante Sachiko emergieron de la superficie, sus redondeces pálidas brillando bajo la luz mientras oscilaban con un temblor húmedo.

—Estas tetas son increíbles… tan blancas y con una forma perfecta… Se ven súper suaves. ¿Puedo tocarlas?

—Ah ♡. Ah ♡. Noo ♡.

—Las tocaré, entonces.

—¿¡Aauuhhh!? ♡♡♡.

—Ah~… Son aún más suaves de lo que parecían. —Shinji, arrodillado en el agua, tenía su mano derecha firmemente alrededor de su cintura mientras la izquierda masajeaba y amasaba sus pechos sin piedad. …En otras palabras, Sachiko estaba completamente a su merced.

¿Eh…? Me-me está tocando los pechos… ¿Pe-pero por qué…? Su mente, acostumbrada a verlo como «inofensivo», tardó unos segundos en procesar que esto era acoso sexual descarado. Pero para un bastardo mujeriego natural como Shinji, esos segundos eran más que suficientes.

Su mano derecha, posada en la cadera de Sachiko, le impedía moverse. Si intentaba levantarse, sus dedos se hundían en su carne, no con fuerza, pero sí con una precisión que le provocaba un hormigueo dulce y paralizante, haciendo que sus piernas se aflojaran y volviera a caer en el agua.

Mientras tanto, su mano izquierda trabajaba en sus pechos tan hábilmente que ella fácilmente podría decir que era un masajista experto o alguien acostumbrado a aplicar tratamientos de belleza del estilo, derritiendo su resistencia en segundos. Era la primera vez que un hombre los tocaba así, aunque en algún momento durante la secundaria o la preparatoria una de sus compañeras la había molestado.

—Ah, ah, ah, no-no puede ser…

—Oh, mira… Tus pezones ya están duros.

—Mientes, no-no es verdad…

—Estás temblando y con la cara roja, pero no te resistes… ¿Quiere decir que eres más pervertida de lo que pareces, Sachiko-san?

—Ah, ah ♡. No-no me susurres así al oído… Me-me hace sentir cosas raras… Aa, ahhn ♡. ¡No-no uses tus dedos para jugar con mis pezones! ♡♡.

Para Shinji, un experto en seducir, conquistar a una universitaria inexperta en minutos era pan comido.

Había venido a este viaje para coger con sus dos amigas sexuales que iban a su misma clase, pero las había dejado exhaustas después de correrse demasiadas veces. Así que, siendo el caballero considerado que era, Shinji las dejó descansar mientras él esperaba en las aguas termales… hasta que apareció una nueva «presa». Raro sería que ella no terminara cayendo ante sus venenosos colmillos.

Después de todo, solo había eyaculado unas diez veces hoy. Eso no era suficiente para dejarlo satisfecho. Shinji siempre estaba buscando nuevas amigas, y su polla necesitaba un agujero nuevo donde vaciarse.

—Sachiko-san…

—Hahh~ ♡. Hahh~ ♡. Hahh~ ♡. Haah~ ♡.

—Quiero que los dos tengamos sexo.

—Hahh~ ♡. Hahh~ ♡. Hahh~ ♡. Hahh~ ♡. Suuuuu… Hhmmm ♡♡.

—¿Has tenido sexo antes, Sachiko-san? Si no, no te preocupes por eso… Se me da bastante bien, ¿sabes? Te haré sentir muy, muy bien.

—Hohh ♡. Ohh ♡. Ohhh ♡.

Mientras susurraba en su oreja, su mano derecha acariciaba su cintura y sus nalgas, y sus dedos izquierdos jugueteaban con sus pezones erectos, haciendo que cada palabra le provocara escalofríos de placer.

Después de escuchar esos sonidos tan intensos de apareamiento antes de dormir, el cuerpo maduro de Sachiko, una universitaria en plena floración, ya estaba preparado.

Ninguna chica, por recatada e inocente que fuera, podía resistirse al deseo primario de «ser penetrada» que surgía desde lo más profundo de su ser. Cuando un macho dominante estaba presente, el instinto humano de apareamiento se despertaba irremediablemente.

Y Shinji, sin duda, era un macho dominante.

A simple vista, Masahiko, el compañero de viaje de Sachiko y Nanoka, parecía mucho más confiable. Pero la realidad era diferente. Si esto fuera un juego de rol, sería como encontrarse con un limo de nivel inicial que, inexplicablemente, tuviera estadísticas de nivel 99. …O mejor dicho, considerando el comportamiento de Shinji hasta ahora, quizás un goblin u orco sería una comparación más adecuada que un limo.

Shinji cambió de posición. De estar a su lado, pasó a colocarse completamente detrás de Sachiko, usando ambas manos para frotar sus pechos con firmeza.

—¿Copa H, más o menos?

—¿Có-cómo lo sabes…? Ah ♡. Ah ♡.

Sus manos, expertas en manejar pechos que desbordaban su palma, delataban una experiencia innegable al masajear los senos de la universitaria. Solo un hombre que lo hubiera hecho con numerosas mujeres podía tener esa técnica.

La forma en que Shinji-kun me toca… es increíble. Es mucho mejor que cuando lo hago yo sola al masturbarme… ♡. ¿Qué es eso duro que siento en mi trasero? ¿Se-será la polla de Seto-kun? Sachiko, con una erección presionando su espalda, se quedó paralizada, temblando como una ciudadana indefensa a la que apuntaban con una pistola. Su-su polla está tan caliente… Puedo sentirlo claramente incluso en el agua…

El glande marcado de un pene erecto que había conquistado a innumerables mujeres se adhería a la suave espalda de Sachiko.

Es enorme… ¿El sexo… es meter esto ahí dentro? E-es imposible. Me desgarraría por completo…

En ese momento, Masahiko —el chico que había venido con su amiga y ella en este viaje— había desaparecido por completo de los pensamientos de Sachiko. Al final, no eran más que compañeros del mismo club relativamente cercanos. Si a Masahiko le molestaba que otro hombre se la quitara, debería habérsela cogido antes.

Los hechos consumados son la ley suprema. Shinji —aun siendo tan joven— lo sabía, y por eso nunca dejaba escapar a una hembra que cruzara su camino.

—Sachiko-san, vuélvete hacia mí.

—…¿Eh? Mmm… ♡♡.

—…Ya nos hemos besado.

«Hemos», no. Él la había besado. A la fuerza.

Aprovechando el estado de embotamiento mental de Sachiko, el joven Shinji rápidamente le robó incluso su primer beso. Para la pura e inocente Sachiko, el impacto de ser besada por él fue aún mayor que el de tener sus pechos desnudos manoseados.

Mientras Sachiko permanecía aturdida, con las mejillas enrojecidas y sus largas pestañas parpadeando en confusión, Shinji le dio un segundo beso.

—Nn… ♡. Ah… ♡.

Los besos de Shinji eran tiernos.

—Ah… ♡. Chu… ♡.

Así que puede ser dulce cuando quiere… No es de extrañar que esas chicas se hayan enamorado de él , pensó vagamente Sachiko, su mente nublada.

Mientras mimaba los labios y la lengua de la bella universitaria con besos suaves, el joven Shinji deslizó su mano derecha hacia sus partes privadas. Allí también comenzó a acariciarla con delicadeza, usando las yemas de sus dedos índice y medio.

Ah… Está tocando mi coño. Si sigue así, terminaré teniendo sexo con él… Aah… Pero se siente tan bien. Cada lugar que Shinji-kun toca… todo se siente tan placentero… No puedo soportar este placer…

El cuerpo de Sachiko se aflojó por completo, y sus manos comenzaron a explorar instintivamente la piel del joven. Era el gesto propio de una hembra que busca a su macho. Las caricias de Shinji hacían que Sachiko sintiera su propio cuerpo más intensamente que cuando se masturbaba. Él… me entiende. Era inevitable que Sachiko pensara eso, incluso siendo la primera vez que lo veía.

Una universitaria de belleza que podría ganar concursos, acariciada por un chico más joven en un baño termal mixto al aire libre.

Sus pezones se endurecieron aún más, y los jugos de amor que salían de su entrepierna se mezclaron con el agua caliente. Cualquier remordimiento por hacer esto hacia al personal del ryokan fue arrasado por el torrente de placer que la inundaba.

—…¡Hm! ♡♡. ¿¡Mm~~!? ♡♡. —Mientras seguía siendo besada, el cuerpo de Sachiko se sacudió bruscamente. Al mismo tiempo, la superficie del agua salpicó con fuerza. Shinji había retorcido su clítoris con los dedos, haciéndola llegar al orgasmo.

La delicada mandíbula de Sachiko tembló, y una oleada de placer punzante recorrió su cuerpo hasta el fondo de sus dientes perlados.

En este punto, ya era completamente suya.

—Ponte de pie, Sachiko-san.

—…Sí.

—Apoya las manos en esa roca y levanta tu trasero hacia mí.

—…¿A-así?

—Sí, exactamente de esa manera. Tu coño tiene un lindo color rosado, Sachiko-san. Y tu ano también palpita…

—E-eh, Shinji-kun…

—¿Sí?

—¿De-de verdad vamos a hacerlo?

—Por supuesto, ¿qué, no quieres?

—Pe-pero es mi primera vez haciéndolo…

—No te preocupes. Yo sé lo que hago.

—No-no me refiero a eso. …Ah ♡.

Shinji agarró las nalgas de la universitaria. Su grotesca y erecta polla se alzaba amenazante contra el trasero de Sachiko, lista para tomar lo que deseaba.

—Bueno, entonces… comencemos. —El chico, con sorprendente cortesía, anunció su intención antes de hundir su erecta polla en el virginal coño de Sachiko, forzando su entrada en el estrecho pasaje que la universitaria había mantenido intacto hasta ese día.

—Uwah… ¡Dios, esto es increíble!

—¡Ah! ¡Ah! ¡Aaaaah…!

—Vamos, no duele tanto, ¿verdad?

—Uh, cierto. ¡Aah, aaaah! ♡.

Shinji conocía el truco para romper el himen sin causar un sangrado excesivo. Una técnica que había perfeccionado después de desflorar a varias chicas más jóvenes que él.

—Solo se pierde la virginidad una vez en la vida, así que asegúrate de saborear bien el momento.

—Ah, sí ♡. Haaaah ♡. Ah ♡♡.

—…Esta es la primera polla que entra dentro de ti.

—¿¡Nngoh!? ♡♡♡♡. Oh ♡. Nnnguuh ♡♡♡.

La gruesa polla de Shinji estaba ahora completamente enterrada en el coño de Sachiko. …Aunque, para ser exactos, su inexperiencia le impedía tragarse toda su longitud hasta la base. Cuando la cabeza de su miembro alcanzó el fondo, sus caderas aún no tocaban el trasero de la chica.

Podría empujar un poco más y meterla por completo… pero sería demasiado cruel hacerlo de una vez. El chico mostró misericordia. Observó cómo el cuerpo de Sachiko se estremecía, sus hombros y omóplatos temblando violentamente, y esperó a que los espasmos disminuyeran.

Mientras tanto, Sachiko…

Oh, oh, Dios . Está llegando a un lugar donde yo no había llegado antes . La punta de Seto-kun está… ¡golpeando ahí ♡♡ . Solo eso… ¡y mi mente ya se está quedando en blanco! . ¿Qué debería hacer…? . ¡Me estoy corriendo! ♡♡ . ¡Es mi primera vez y ya me estoy corriendo solo con su polla dentro…! ♡♡ .

Era una historia común: una chica recatada que, al entrar a la universidad, descubría el sexo con los hombres y cambiaba por completo. En ese sentido, Sachiko estaba en medio de esa transformación, su mente siendo reconfigurada por Shinji.

Coger . El sexo . Se siente tan bien . Así que así es como se siente . Por eso todos lo hacen . No lo sabía . No tenía idea ♡♡ .

Sus espasmos duraron tanto que Shinji finalmente preguntó desde arriba: «¿Estás bien?». Su cuerpo, hipersensible, reaccionó incluso a las vibraciones del aire causadas por su voz, enviándola a otro orgasmo.

—¿¡Hunngh!? ♡♡♡. ¿¡Nnnghuu!? ♡♡♡.

—Vaya, pareces tener mucho problema.

—Hm ♡♡. Mm ♡♡. Oh ♡♡.

—Pero te acostumbrarás pronto.

En lugar de embestir, Shinji se limitó a mover sus caderas unos pocos centímetros hacia adelante y atrás una y otra vez. Ese mínimo movimiento fue suficiente para destrozar lo que quedaba de la cordura de Sachiko. Su torso, que se había estado sosteniendo contra las rocas, se dobló aún más, su lengua colgando peligrosamente cerca de la superficie del agua termal.

Sus delgados brazos se aferraron a las rocas con desesperación, sus uñas bien cuidadas arañando la superficie en un gesto de placer involuntario.

—No deberías hacer eso, Sachiko-san. Podrías lastimarte esas uñas tan bonitas. —En ese momento, Shinji tomó su mano con decisión. Entrelazó sus dedos con los de ella desde atrás, ajustando ligeramente el ángulo de sus caderas mientras continuaba el movimiento rítmico—. ¿Y bien, qué tal así?

—Ohh ♡♡. Nnh ♡♡. Oh ♡♡. Oonnh ♡♡. —Sachiko, ahora completamente sumisa al placer que le daba el bastardo mujeriego, descubrió con asombro una faceta de sí misma que nunca antes había conocido.

¿Esta… esta es mi voz? Sueno como un animal…

—Nnohh ♡♡. Ohh ♡♡. Ohh ♡♡. Haoohh ♡♡. Aaauuuhh ♡♡. Ah ♡. Ah ♡.

Pero no puedo evitarlo… Cada vez que la polla de Seto-kun me golpea ahí dentro… Ah, mis pechos también se están moviendo… Es vergonzoso… pero esto se siente increíble… Apretó con fuerza las manos de Shinji, sus generosos pechos balanceándose obscenamente con cada embestida, mientras los gemidos escapaban de su boca sin control. Se siente tan bien… Tan bien, tan bien… Las manos de Seto-kun son cálidas… un poco ásperas, por ser de un chico… Ah, es tan placentero… Hacerlo así con un chico que acabo de conocer, en un baño termal al aire libre… es vergonzoso, pero se siente demasiado bien…

Para Sachiko, esto era como un segundo despertar sexual. Ella siempre había sido considerada reservada, incluso mojigata, pero ahora entendía de repente a esas chicas que coqueteaban descaradamente con los hombres y se vestían solo para eso.

Si algo podía hacerla sentir tan satisfecha y llena, entonces el sexo no podía ser malo. Era natural ceder ante un hombre que le tira los tejos, incluso si acababan de conocerse.

De hecho, Shinji, mientras continuaba penetrando su interior con su polla, murmuró:

—Yo también me siento increíble, Sachiko-san. ¿No crees que el sexo nos ayuda a entendernos completamente?

—Sí ♡. Lo creo ♡. Lo creo, Shinji-kun ♡♡♡. Ah ♡. Nnoh ♡. Oh ♡♡. Más ♡. Hazlo más fuerte, hazme sentirlo más ♡♡.

—¡A la orden!

—Aaaahhh ♡♡. Aquí vienee ♡♡♡♡.

Sachiko ya se había convertido en su «mujer». Al notar que su interior se adaptaba perfectamente, Shinji comenzó a moverse con más fuerza, clavando su grueso miembro como una estaca, haciendo que los senos de la universitaria se sacudieran sin control, mientras sus gemidos llenaban el aire sin vergüenza alguna.

Entre el vapor que subía, continuaron el intenso sexo a lo perrito de pie. Las estrellas parecían observar en silencio cómo Sachiko, ahora completamente entregada al placer, se convertía en una hembra sumisa bajo el dominio de un chico más joven.

—¡Ahhh…! Es increíble poder hacerlo en un lugar tan hermoso, con alguien tan hermosa como tú, Sachiko-san! ¡Estoy tan feliz de haberte conocido!

—Yo también ♡. Estoy feliz de haberte conocido, Seto-kun ♡. Estoy feliz de haber venido a este ryokan ♡. Aaahhh ♡♡. No-nos entendemos tan bien, ¿verdad? ♡♡. Ejejé ♡♡.

—¿Entonces serás mi amiga? ¡Así podemos seguir viéndonos!

—¿Se-seguir viéndonos?

—¡Y seguiremos teniendo sexo así! ¡Podemos sentirnos bien juntos!

—…Sí. Sí, está bien, Seto-kun ♡. Seguiré teniendo sexo contigo ♡♡. Quiero que me enseñes más ♡♡.

—¡Sachiko-san! ¡Kuh, uh…! ¡Ya viene…! ¡¡Me voy a correr!!

—¡Shinji-kun! Aaaahhhhmm ♡♡♡♡.

—¡Guuuh… Oohhh!

Shinji liberó su semilla caliente en lo más profundo del coño de Sachiko. Su polla, envuelta en las cálidas paredes de su vagina, descargó hasta la última gota de su espeso líquido, llenándola por completo.

Su polla explotó dentro de Sachiko, disparando su magma blanco como un volcán en erupción.

—¡Aahhh, es lo… mejor…!

Con cada contracción de su culo, chorros y más chorros de semen espeso se derramaban en el útero de Sachiko. Se había corrido dentro de ella sin siquiera preguntar si estaba en sus días peligrosos, pero eso no le preocupaba. Para él, ser un «bastardo mujeriego» significaba elegir siempre lo que más placer le diera a su polla. Si acaso la dejaba embarazada, simplemente aceptaría la responsabilidad.

—Fuuuh, fuuuh, fuuh… Aah… Todavía no para. Tu coño es demasiado bueno, Sachiko-san, no puedo dejar de correrme.

—Sí-sí… ♡. Ah ♡.

—¿Tú también te pudiste correr?

—Sí-sí que me corrí, Seto-kun ♡. Así que esto es lo que se siente llegar al clímax durante el sexo ♡. Ejejejé ♡. Me lo enseñó un chico más joven que yo ♡♡.

Los dos se miraron y sonrieron, disfrutando en silencio del éxtasis compartido, todavía conectados. Finalmente, Shinji desenfundó su miembro del apretado coño de Sachiko con un sonido húmedo.

—Mira aquí.

—¿Eh? …Oh.

—Esta es la prueba de nuestra conexión hasta hace unos momentos.

Un puente de líquido blanco y espumoso conectaba aún sus cuerpos, una prueba indecente de lo que acababan de hacer. La pervertida imagen le recordó a Sachiko, de manera innegable, que acababa de aparearse con este macho. Y entonces, volvió a darse cuenta de que ambos estaban completamente desnudos.

—Seto-kun…

—Sachiko-san.

—…Mmm ♡.

Con los labios entreabiertos, se inclinó hacia él y se besaron profundamente, abrazados.

Después de un largo y cariñoso beso, salieron del baño para limpiar sus sexos pegajosos antes de volver a sumergirse en el agua caliente.

—¿Eh? ¿Vives solo, Seto-kun?

—Sí, por el trabajo de mis padres…

—Vaya, eso suena solitario.

—Bueno, últimamente vienen muchas amigas, así que no tanto. ¿Y tú, Sachiko-san?

—Yo estoy en los dormitorios de la universidad. Aunque son más como apartamentos.

—Hmm.

Retomaron su charla casual, pero el ambiente entre ellos había cambiado. Ahora flotaba en el aire esa intimidad especial que solo existe entre un macho y una hembra que han compartido sus cuerpos.

¿Serán esas chicas con las que vino las amigas de Seto-kun? Dios… deben haberlo hecho montones de veces… Mientras se secaba el sudor con una toalla, Sachiko observaba de reojo a Shinji, quien no mostraba el más mínimo remordimiento por haberla tomado casi a la fuerza.

Después de haber sido llevada al éxtasis por él, hasta su rostro ordinario y discreto le parecía atractivo. …Después de haber sido llevada al éxtasis con tanta intensidad, cada vez que miraba su rostro —aquel rostro que debería parecerle ordinario y discreto—, ahora le resultaba increíblemente atractivo. Sachiko notó los fuertes latidos de su corazón acelerándose y no pudo evitar sonrojarse.

Para su pesar, en ese momento, Masahiko —quien había viajado con ellas— ya no tenía la más mínima oportunidad.

—Intercambiemos contactos después.

—Sí-sí… ♡.

No había olvidado la promesa que le hizo durante el sexo.

Así que esto no termina aquí… A partir de ahora, él también me hará sentir tan bien como a esas chicas… ♡. Aauh… ♡.

Mientras Sachiko luchaba por contener el fuego que le ardía en el rostro, Shinji la atrajo hacia sí, le levantó la barbilla con una mano y la besó.

—Hmm, uhn… ♡♡. Chu ♡♡. Haah… ♡♡. —Sentía cómo este chico la derretía por completo. Si él seguía haciéndola sentir así, nada más importaba. Cuando sus labios se encontraron y sus manos acariciaron sus pechos, su corazón se aceleró aún más, inundándola con una abrumadora sensación de estar viva. Al entrelazar sus lenguas, su mente se entumeció lentamente, y un gemido dulce escapó de sus labios—. Seto-kun… ♡.

—¿Sí? ¿Qué pasa?

—Na-nada, solo quería llamarte… ♡.

—Sachiko-san.

—¿Mmm?

—Nada… solo quería llamarte.

—Jejejé, qué tonto… ♡.

Como una pareja de enamorados, pronto sintieron el deseo de conectarse nuevamente. Salieron del baño y, sobre una toalla extendida en el suelo, se unieron en la posición del misionero.

—Ahhn ♡.

—Huff… entró más fácil que antes.

—…Ah ♡. Ah, ah, ah, ah ♡♡.

—Aahh~… tu coño se siente tan bien…

El joven empujó sus caderas contra las de la bella universitaria, esparciendo otra carga de su semen en lo más profundo de su vagina. Así, mientras seguía disfrutando de su viaje sexual con sus compañeras, había conquistado a una nueva presa.

Y todo este tiempo, una mujer había estado observando, conteniendo la respiración desde las sombras.

Era Nanoka Rokujo, la amiga de Sachiko.

Con el corazón palpitando, no podía apartar la vista de cómo Seto cogía con su amiga.


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