¡Supervivencia en Otro Mundo con mi Ama!
Capítulo 203. Contacto con lo Desconocido: El Caso de la Tercera Hermana
Soy Kosuke. El castillo anda revuelto, pero a mí no me han llamado para nada en particular.
Y bueno, no es que tenga que estar presente para recibir a la superior de Ellen. Con que estén Sylphy, como líder del Ejército de Liberación, y Melty o Sir Leonard como sus asistentes, basta y sobra. Mi posición dentro del ejército es, en la práctica, la de número dos después de Sylphy, pero en realidad no ocupo ningún cargo oficial como Isla, Melty, Sir Leonard, Danan o la Srta. Zamir, que son capitanes, generales o responsables de distintas áreas.
Así que, aunque el castillo esté patas arriba, yo sigo tranquilamente ocupado con los trabajos que me han asignado.
—Mirada~…
—……
—Mirada~…
Mientras aguanto la mirada insistente de la princesa elfa, que me observa desde las sombras con una presión nada amigable. Jajá. Es lindo que mueva la boca y diga «Mirada~», ¿no? ¿No es adorable? Bueno, salvo por el detalle de que la mirada que me lanza no tiene nada de amistosa. ¡JAJAJÁ!
Entonces fijo mi vista en ella.
—¡……! —La princesa elfa se esconde enseguida, pero al hacerlo su cabello plateado con reflejos azulados tarda un instante más en ocultarse, delatando sin problemas quién me está observando. Es de pequeña estatura, así que no hay duda: se trata de Aquawill-chan, la tercera de las cuatro hermanas… aunque, como es mayor que yo, ¿supongo que debería llamarla Aquawill-san? En fin, no hay duda de que es ella.
Pienso en esto mientras planto semillas de hierbas medicinales en el huerto del patio del castillo, ya preparado con los bloques de cultivo. ¿Por qué demonios me estará vigilando? Bueno, si lo pienso con lógica, seguramente sea porque soy la persona más cercana a Sylphy. Quizás está convencida de que soy un Extranjero, pero aun así, como humano que soy, no debe confiar en mí.
Al fin y al cabo, desde su perspectiva, apenas han pasado unos días desde que su padre se sacrificó para mantenerlas con vida, tras ser perseguidos por la gente del Reino Sagrado. Y ahora, un humano se acerca a su hermana proclamando ser un Extranjero.
Su hermana pequeña… Sí, Sylphy es su hermana menor. Aunque, físicamente, Aquawill-san es similar a Isla: de complexión pequeña a mediana. Sin embargo, sigue siendo la hermana mayor de Sylphy.
—…¡Dulces!
—¡…..!
Con una invitación tan simple, sus largas orejas se asoman de inmediato desde las sombras, reaccionando con un leve temblor. Me preocupaba por ella, sobre todo porque es la hermana mayor de Sylphy, sin embargo, esta reacción me hizo dudar: ¿y si en realidad no me observa por preocupación hacia Sylphy, sino simplemente porque quiere ver si consigo algo de dulces? La sospecha me cruzó la mente, pero aun así, sigue siendo la hermana mayor de Sylphy.
Al mirar al cielo, noto que las arpías que antes revoloteaban ya se han calmado, y por la inclinación del sol calculo que se acerca la hora de la merienda. Llevo unos seis meses en este mundo, y aunque vivo sin relojes, ya aprendí a estimar la hora mirando la posición del sol. Claro, es solo un cálculo aproximado.
De todos modos, ya terminé de plantar las plántulas de hierbas medicinales que tenía preparadas, así que es buen momento para un descanso. Lo único que me queda pendiente es instalar una fuente de agua infinita. Pero será mejor consultarlo con Isla y decidir cómo organizar el suministro. Incluso si quisiera montar un sistema de riego automático, necesitaría que Isla fabricara las herramientas mágicas necesarias.
Así que hice una pequeña pausa. Saqué de mi inventario una toalla húmeda, me limpié de tierra las manos y la cara, y coloqué una mesa de madera con dos sillas en un espacio del suelo que no estaba destinado al cultivo.
—……
—……
Ambos nos quedamos mirándonos fijamente… ¡un duelo de miradas! Para cambiar la tensión, puse unos dulces sobre la mesa y la invité con una sonrisa. El dulce en cuestión era un nuevo parfait de fresa: crema batida dispuesta artísticamente y coronada con fresas de un rojo brillante, todo servido en un vaso que parecía una joya irresistible.
—¡Comamos juntos!
—¡……!
Por supuesto, preparé dos parfaits. Sería impensable compartir uno solo con ella. Además, en mi caso, si puedo hacer uno, todos saben que puedo hacer muchos más, y no quiero que eso se convierta en un problema. En este mundo no existe el concepto de «kyaa kyaa ufufufú» de una pareja compartiendo un parfait.
Aquawill-san, que hasta entonces me observaba desde las sombras, salió corriendo hacia mí… aunque se detuvo a medio camino.
—Ugh… —parecía incómoda de mostrarse abiertamente frente a mí.
—Bueno, bueno. Tal vez hablando logre entender lo que no comprendo solo con mirarte.
No sé si mis palabras lograron convencerla, pero aun con desconfianza, Aquawill-san tomó asiento. Luego aceptó la cucharilla del parfait que le ofrecí, murmuró un tímido «gracias por la comida» e hizo una pequeña reverencia antes de probar el postre.
—¡¡……!!
—Mmm, yummy, yummy. Está buenísimo.
El sabor de la crema dulce, la salsa de fresas y las fresas agridulces se mezclaban en mi boca, creando una armonía perfecta que llenaba el corazón de alegría. Me encantaba el equilibrio entre lo dulce y lo ácido. Estaba seguro de que incluso a quienes no les gustan los postres les agradaría.
—Entonces, ¿por qué Su Alteza me ha estado vigilando?
—……
En cuanto le hice esa pregunta, detuvo de golpe su cucharada y me miró directamente. Su expresión era, como poco, hostil. Desde luego, nada positiva.
—Eh… ¿acaso hice algo que ofendiera a Su Alteza?
—…Molestaste a If-aneesama.
—Oh…
Me quedé desconcertado al descubrir la causa de su actitud poco favorable. Bueno, sí, hice llorar a chándal rojo, pero fue porque ella insistió en fastidiar y yo simplemente la puse en su lugar. Puede que no me ganara muchos puntos con esa jovencita ingenua, pero lo que me había planteado era inaceptable, y no pienso retractarme de lo que dije.
Sin embargo, Aquawill-san parecía bastante racional: en lugar de limitarse a condenarme por haber hecho llorar a su hermana, estaba tratando de averiguar la verdad de la situación. Fumu.
—No sé cómo entiende Su Alteza lo ocurrido, así que si me lo permite, se lo explicaré desde mi punto de vista.
—…Y yo escucharé.
Aquawill-san asintió, y yo le conté con cuidado las circunstancias que llevaron a Ifrita —alias Chándal Rojo— a llorar. Le expliqué que sus ideas se alejaban demasiado de las del Ejército de Liberación, que su insistencia era tan radical que amenazaba con arrastrar no solo al clero, sino también a otros creyentes de Adel, al propio Ejército de Liberación y hasta al pueblo del Reino de Merinard a una lucha feroz. Y lo más importante: que tanto los creyentes como los nostálgicos de Adel eran esenciales, porque serían nuestro puente hacia el Reino Sagrado para poner fin a la guerra.
—Esa es la razón. De hecho, en la situación actual, seguir el consejo de Ifrita sería un sacrificio demasiado grande. Sé que mi decisión no coincide con lo que desean ella ni Su Alteza, pero no puedo aceptarlo.
—…Ya veo. Ahora entiendo por qué If-aneesama insistió en algo tan imprudente y fuera de lugar.
—Gracias.
—Dicho esto, creo que podrías haberlo explicado de una manera más conciliadora, como lo hiciste conmigo recién, en lugar de hacer llorar a If-aneesama.
—Mmm…
No pude evitar sentirme débil ante esas palabras. Era cierto: mi tono quizá había sido demasiado agresivo, producto de la manera en que defendí mi postura. Puede que incluso la haya mirado con condescendencia y le haya soltado algo como: «¿Qué dices, si no sabes nada del tema?».
—If-aneesama tiene un temperamento fuerte y explosivo, pero al mismo tiempo es alguien de corazón muy sensible. Te pido que seas un poco más considerado con ella. Por favor.
—Entiendo. Lo tendré presente.
Cuando me miró fijamente con sus hermosos ojos color aguamarina, me resultó imposible negarme. Era pequeña, sí, pero irradiaba una presencia que te hacía sentir incapaz de contradecirla. U-umu… ¿será este el carisma de la realeza?
—Sí, eres una persona recta y honesta, ¿verdad? Como era de esperarse del esposo de Sylphy.
Sonrió y volvió a comer su parfait. Esa imponente aura que hasta hace un instante hacía imposible tomarla a la ligera se desvaneció por completo, y en su lugar quedó una figura adorable, disfrutando de su postre.
—Mmm…
—¿Hmm? ¿Qué ocurre?
—No, no es nada
Negué con la cabeza ante la confundida Aquawill-san y regresé a mi propio parfait.
Al fin y al cabo, era de sangre real. Aunque pareciera tan joven, no era alguien a quien pudiera subestimarse. Pero, pensándolo bien… lo decepcionante era Chándal Rojo.
¿Quieres discutir de esta novela u otras, o simplemente estar al día? ¡Entra a nuestro Discord!
Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de la plataforma Ko-fi o Paypal.
0 Comentarios