Bastardo Mujeriego
Vol. 7 Capítulo 5. Desvistiendo los Yukatas de las Universitarias y un Trío para Arrebatarlas
Había llegado la segunda noche de la estancia de Nanoka Rokujo y Saschiko Morimine en la posada de aguas termales que aparecía en la película, acompañadas por Masahiko, miembro del mismo club universitario. En apenas treinta horas, Nanoka y Sachiko ya habían establecido una relación física con un joven bastardo mujeriego que se alojaba en la misma posada con sus amigas sexuales. Ante ellas, vestidas con yukatas y comiendo inquietas, Masahiko también parecía incómodo.
Mierda… de alguna manera ambas parecen más sensuales que ayer. No ha pasado tanto tiempo desde que llegamos, ¿por qué será?
Las mujeres son criaturas que ganan sensualidad cuanto más tienen sexo con un hombre. Es el mismo principio por el que una doncella enamorada se vuelve radiante de belleza, pero Masahiko, siendo virgen, desconocía esa ley natural.
Mientras tanto, las chicas no podían olvidar las palabras que el bastardo mujeriego de Shinji les había dicho al despedirse: «Nos vemos luego».
¿«Luego» significa…?
¿Que después nos veremos con Seto-kun…?
¿Significaría que tendrían sexo otra vez?
Pero él ya tenía compañía. No parecía adecuado que descuidara a esas dos solo para estar con Nanoka y Sachiko.
Por cierto, en ese momento, Shinji había regresado a la habitación de sus amigas sexuales, donde ellas lo habían alimentado solícitamente con unos «Ah~n» antes de lanzarse rápidamente al sexo de nuevo. Para alguien tan sexualmente insaciable como él, poco importaba que el número de mujeres con el que cogía al día hubiera aumentado de dos a cuatro. De hecho, como si ya hubiera calentado, se lanzó con aún más vigor sobre los cuerpos de la gal y la estudiante de honor, ambas cerca de sus bandejas de comida y aún vestidas con sus yukatas, devorándolas con su polla.
Antes de que la sirvienta de la posada llegara a recoger las bandejas, Shinji ya había dejado su semilla en cada una de sus amigas sexuales. Mientras él sonreía suavemente y decía «Gracias» a la sirvienta, el esperma que acababa de liberar nadaba abundantemente en los úteros de Rurina y Sumika, quienes permanecían arrodilladas sobre los cojines zabuton [1] .
Mientras disfrutaba de un encuentro digno de una luna de miel con sus amigas sexuales, aún tenía tiempo de sobra para invadir los cuerpos de las universitarias. Vaya muestra de su naturaleza promiscua y despreocupada.
…No, en realidad el problema no era que Shinji fuera un bastardo mujeriego. Masahiko también podría haber hecho lo mismo. Proteger y marcar con su semilla el útero de la hembra que le gustaba para que no se la quitaran era algo natural para un macho en estado salvaje. Aunque estuvieran en habitaciones separadas, el hecho de que Nanoka y Sachiko hubieran venido con él a una posada de aguas termales significaba que, incluso con un poco de insistencia, podría haber llegado a tener relaciones con ellas. Al menos, eso es lo que Shinji sin duda habría dicho.
«Si podían tener sexo, ¿por qué no lo hicieron?», habría preguntado él.
Por supuesto, Shinji tenía la intención de cogerse de nuevo a Nanoka y su amiga después. Pero eso no significaba que no valorara a sus parejas sexuales existentes. Cuando se trataba de coger mujeres, él no perdía el tiempo. En cuanto la sirvienta se fue, les arrancó los yukatas a Rurina y Sumika, dejándolas desnudas. Entonces, comenzó con Rurina en una posición estilo «sexo de frente de pie», haciéndola gemir primero.
Fue en ese momento cuando la misma sirvienta que había visitado la habitación de Shinji llegó a la de Masahiko.
—Disculpen~. Oh, ¿ya terminaron de cenar? ¿Puedo recoger los platos?
—Ah, sí, por favor.
La sirvienta recogió los platos con eficiencia. Mientras tanto, Shinji acababa de derramar su semen dentro del coño de la gal Rurina. Su vigor no había disminuido; al contrario, se había recuperado gracias la comida llena de los frutos de la montaña.
Incluso Rurina, que normalmente era reticente, estaba tan fascinada por tan vigorosa cogida que, mientras él le llenaba con su semen, susurraba apasionadamente en su oído: «Te amo. Te amo.».
—Bueno… ¿entonces qué hacemos? ¿Jugamos a las cartas? —dijo Masahiko después de que la sirvienta se fuera.
En realidad, lo que debería haber dicho era: «Vamos a coger». La única forma de recuperar a las chicas que estaban a punto de ser seducidas por ese chico más joven era demostrarles su hombría a través del sexo.
Por ejemplo, después de cogerse a Rurina, Shinji había presionado el cuerpo de Sumika contra la pared y la había «educado» con una penetración de pie, clavando su glande en el cuello uterino. Sumika, la estudiante modelo de cabello negro, había sido elevada por su polla hasta quedar de puntillas, con las piernas estiradas, gimiendo de placer mientras jurado mentalmente su sumisión a Shinji y su polla.
Nanoka y Sachiko, decepcionadas porque Masahiko solo sugiriera jugar a las cartas, no se negaron para no herirlo. Con sus cuerpos aún ardientes de despertar sexual, jugaron a las cartas con él.
Aunque Masahiko, en el fondo, también se sentía perturbado por la sensual presencia de sus cuerpos de mujer ocultos bajo la delgada tela de los yukatas, se había corrido hace un rato y no podía hacer nada más. Justo cuando contuvo el aliento al ver los seductores muslos de Sachiko sentada en seiza , Shinji —que ya había terminado de inseminar a Sumika—, mientras olfateaba el olor de las axilas de Rurina y Sumika, se había dejado a una masturbación con los muslos, apretando su polla entre ellos. Mientras Masahiko evitaba mirar el escote de Nanoka mientras ella tomaba sus cartas en el juego, Shinji estaba siendo masturbado por Rurina y Sumika con una paja doble entre sus pechos.
El juego de cartas de Masahiko, Nanoka y Sachiko había generado cierto ambiente divertido a medida que pasaba el tiempo. Pero, sin duda, el encuentro sexual mucho más intenso era el de Shinji con sus dos amigas sexuales, quienes cambiaban de posiciones y estilos sin cesar.
Y alrededor de las nueve de la noche, Shinji ya las había dejado completamente exhaustas de tanto coger. Después de arreglarles los yukatas a Rurina y Sumika, las acostó suavemente en el futón y salió de la habitación, dejándolas dormir plácidamente.
Y entonces…
—Haah, me rindo, me rindo. Ustedes dos tienen demasiada buena memoria…
—No es solo memoria, es cuestión de atención y concentración.
—Sí, sí. Yo soy más relajado, por supuesto. …Bueno, ¿qué hacemos ahora?
—Mmm, pues ya hicimos casi todos los juegos que conocemos… ¿Qué deberíamos hacer?
—…¿Eh? ¿Alguien llegó? ¿Otra vez la sirvienta?
Justo cuando habían terminado de jugar a Memory, se escuchó un golpe en la puerta de la habitación de Masahiko. Sachiko se levantó para abrir, y al otro lado estaba Shinji.
—Ah…
—Buenas noches, Sachiko-san. Vine a visitarlos.
—U-uh, sí.
Al ver el rostro de Shinji, Sachiko se ruborizó y comenzó a comportarse con timidez.
—Oh, pero si es Seto-kun. ¿Dónde están las otras dos?
—Ajajá… En realidad, ya se durmieron. Soy el único que sigue despierto.
—Vaya, pobrecitas. Bueno, pasa. ¿Verdad, Morimine?
—¿Eh? Ah, sí, claro. …Pasa, Seto-kun.
—A-ah, Se-Seto-kun. Bienvenido.
Nanoka también sintió que su corazón se aceleraba al ver a Shinji. Como una adolescente tímida, bajó la mirada mientras se arreglaba el dobladillo de su yukata y se peinaba suavemente con los dedos.
La aparición de un solo joven había cambiado por completo el equilibrio de poder en la habitación en un instante. Los cuerpos de Nanoka y Sachiko comenzaron a secretar feromonas incitantes, pero, por supuesto, no era para Masahiko.
—Oye, Seto-kun, ¿quieres usar este cojín?
—Seto-kun, ¿no tendrás sed?
Nanoka y Sachiko competían activamente por la atención del joven, como si fueran mujeres tratando de impresionar a un host popular comprándole botellas. Mientras observaba la escena, Masahiko no pudo evitar pensar: Vaya, conmigo son sarcásticas y críticas, pero con alguien más joven son tan solícitas…
Los universitarios habían estado disfrutando de una animada charla con Shinji, pero este, aprovechando los descuidos de Masahiko, comenzó a acosar sexualmente a Nanoka y Sachiko de manera descarada. Aunque el joven les apretaba los glúteos a través de los yukatas frente al otro chico, o las abrazaba por la cintura y les levantaba la barbilla para besarlas mientras Masahiko miraba hacia otro lado, ellas solo se ruborizaron y aceptaron sus avances sin mostrar el más mínimo rechazo.
Pasó aproximadamente una hora, y ya eran alrededor de las diez de la noche.
—Bueno… Es hora de que me vaya a los baños termales. Ayer fueron Rokujo y Morimine, así que hoy me toca a mí, ¿verdad? ¿Seto-kun, vienes conmigo?
—Ah, yo ya me bañé hace rato. Adelántate, Masahiko-san.
—¿En serio? Podría ser una buena oportunidad para que los hombres nos llevemos bien, ¿no? …Ah, bueno, está bien. Entonces me voy. Rokujo, Morimine, les aviso cuando salga.
—Sí-sí.
—De acuerdo, Masahiko-kun.
Masahiko se levantó del cojín y se dirigió hacia los baños termales mixtos. Ni siquiera consideró la posibilidad de bañarse con las chicas. Sin saberlo, había cometido el error de dejar a sus dos amigas íntimas solas en la habitación con un depredador sexual con apariencia de herbívoro. Era como ofrecerlas en bandeja y decir: «Por favor, sírvete».
Por supuesto, el joven Shinji no iba a desaprovechar la «generosidad» que Masahiko le había brindado.
—Bueno… Entonces, ¿por qué no tenemos sexo hasta que regrese Masahiko-san? Después podemos bañarnos los tres juntos.
—Sí-sí.
—Está bien.
Seto desató con confianza el obi de su yukata, revelando ante las universitarias su miembro viril, capaz de erectarse a voluntad. Nanoka y Sachiko contuvieron la respiración al ver su palpitante polla. Cumpliendo su deber como mujeres, también desataron sus obis mientras permanecían sentadas en los cojines.
—Así que Sachiko-san lleva púrpura y Nanoka-san amarillo… Sí, les queda muy bien.
Al escuchar eso, se ruborizaron aún más y hasta agradecieron, demostrando hasta qué punto el sexo había definido su relación. «Una chica enamorada se vuelve más hermosa»; y eso se debía a que buscaban mejorarse a sí mismas para gustarle a la persona que amaban. A partir de entonces, estas universitarias siempre estarían conscientes de la ropa de vestir, la ropa interior, el maquillaje y el peinado que prefería Shinji.
No sabían cuánto tiempo tendrían hasta que Masahiko regresara, pero era mejor ser rápidos. Se quitaron solo la ropa interior, dejándose puestos los yukatas.
Shinji se colocó detrás de las dos, que estaban apoyadas contra la pared con las manos, y primero, para saborear a Nanoka, agarró sus nalgas suaves y perfectas —sin una sola mancha ni imperfección— e introdujo su larga y erecta polla dentro de la vagina de la universitaria.
—Fuaah ♡. Aahh… ♡.
—Ah… No importa cuántas veces te lo meta, tu coño es increíble, Nanoka-san.
El arma grotesca y monstruosa que crecía entre las piernas de ese chico que parecía mucho más inofensivo que Masahiko se deslizó profundamente dentro de la vagina de la chica. Como Shinji también llevaba puesto su yukata, la escena parecía la de un samurái envainando su espada.
Aunque era más joven que Nanoka, el cuerpo masculino de Shinji claramente tenía una contextura muy diferente al de ellas. Sus brazos y piernas eran robustos, con abdominales y pectorales bien definidos. Al parecer, tener sexo con chicas a diario era suficiente para moldearse así.
Nngooh ♡ . Nngooohh ♡ . Ahí está ♡ . La polla de Seto-kun ♡ . Dentro de mí otra vez ♡ . Es tan increíble cuando se trata de sexo ♡ . ~~~ ♡♡ .
Las rodillas de Nanoka temblaban, sacudiéndose con espasmos. El placer de la penetración hacía que chispas saltaran en su mente, y su lengua se escapaba de su boca.
Y esto ♡ . Puedo sentir la forma de su polla incluso mejor que la vez anterior ♡ . Hasta los detalles más pequeños ♡ . Nngoh ♡ . Así es la forma de la polla de Seto-kun ♡♡ . Es increíble ♡ . Tan genial ♡♡ .
Siempre se dice que el verdadero valor de un hombre no está en su apariencia, estatus o riqueza, sino en su interior, en su carácter.
Pero más importante que eso era su habilidad en el sexo.
La polla y la técnica de Shinji habían cautivado por completo a Nanoka.
Con cada embestida, sentía cómo el glande de su miembro raspaba las paredes de su vagina, pliegue por pliegue. Después de veinte años de vida, era la primera vez que descubría que un órgano de su cuerpo podía sentir tanto placer, y hasta le conmovía.
Los embates de Shinji le abrían nuevas puertas. Ya no le importaba esconderse de Masahiko, ni mostrar su rostro de placer al lado de Sachiko. Solo quería que él le enseñara más sobre la alegría del sexo.
—Nngoh ♡. Oh, oh, oh, oh ♡♡. ¿¡Fuguuuh!? ♡♡♡. ¡¡Fuhh!! ♡. ¡¡Fuhh!! ♡. ¡¡Fuhh!! ♡. Oh ♡. Oh, oh, oh, oh ♡♡. Me, me corrooo ♡♡. …Haah ♡. Haah ♡. Haah ♡. Haah ♡. Oh ♡.
El sonido de sus caderas golpeando retumbaba en la habitación tradicional con tatami. Hace poco, ese mismo espacio había sido testigo de un tranquilo juego de cartas entre Masahiko, Nanoka y Sachiko, pero ahora se había transformado en un lugar de lujuria que rivalizaba con los cuartos de un club de intercambio.
Ah, ah, Nanoka-chan hace sonidos y caras tan sensuales… Yo también quiero…
La expresión de Sachiko, quien esperaba en la misma posición que Nanoka, apoyada contra la pared, era de anhelo. Después de hacer correrse a Nanoka varias veces, Shinji retiró su palpitante polla de dentro de ella y se lo metió a Sachiko.
—Siento haberte hecho esperar, Sachiko-san.
—¿A-aun no te corriste? Gracias, Seto-kun…
—Ah, ah, pero aún no te has corrido dentro de mí…
—Lo-lo siento, Nanoka-chan. Yo seré la primera que reciba su semen esta vez. …¿¡Nngooohhh!? ♡♡.
—Ah… qué bueno está este coño. Las dos son increíbles… Da gusto cogérselas.
Nada más meterla, Sachiko, con las piernas temblorosas y jadeando con voz quebrada, ya había apretado con avidez su coño caliente rogando por su corrida.
—Nngoh ♡. Oh ♡. Tu pollaaa ♡♡. Seto-kun ♡. Nnniiiih ♡♡. Hoo, ohhh ♡♡. Fuuh ♡. Fuuh ♡. Fuuh ♡. …¡Aah, no-no la saques!
—Sí ♡. ¿Otra vez te corres? Qué bien ♡. Rápido, rápido ♡♡. ¿¡Fugguuhh!? ♡♡.
—Fuuh… Carajo, qué buenos están los coños de las dos. No sé en cuál correrme.
—Seto-kun, en el mío ♡. Córrete dentro de mí ♡.
—¡El mío es mejor! ¡Apretaré fuerte con mi coño para que te sientas bien! ♡. Vamos, por favor ♡♡. Por favor ♡♡.
—Oh vaya… A la que se queda sin polla le daré con los dedos. Tendrán que conformarse con eso.
—Ahhh ♡. Ah, ah, ah, ah, aahn ♡♡.
—Nnggooohh ♡. Oh, oh, oh, oh, oohn ♡♡.
—Ah… qué bien se siente. Es como si se me derritiera la polla…
Mientras las dos bellas universitarias le suplicaban, el joven siguió cogiéndoselas sin parar. Alternaba entre las vaginas de Sachiko y Nanoka, saboreando la diferencia de texturas.
Sachiko y Nanoka habían aprendido a contraer sus coños con habilidad, rivalizando entre ellas por ser la que lo hiciera correr dentro. Esta competencia había enseñado a ambas a apretar mejor, y la polla de Seto encontraba aún más placer en sus cuerpos.
Pan, pan, pan, pan, pan, pan, pan. Dochu, dochu, dochu, dochu, dochu, dochu, dochu. Mientras Masahiko se relajaba en el baño, ellos se entregaban a una intensa sesión de sexo que culminó en un orgasmo simultáneo de los tres.
—¡¡¡¡Guuuuh, me voy a correr!!!!
—¡¡¡Ah, aaaaaahhhh ♡♡♡♡.!!!
—¡¡¡¡Me corroooooo ♡♡♡!!!!
Los tres alcanzaron el clímax de manera explosiva. En el momento de la eyaculación, Shinji había clavado profundamente su polla en la vagina de Nanoka. Su miembro pulsó violentamente con un byuru, byuru, byururu , llenando su útero con la mitad de su semen antes de sacarlo y metérselo a Sachiko —que se había estado masturbando con sus dedos— para derramar el resto de su esperma.
—¡Uohhh, ohhh! Aah~~… qué placer…
—Haah ♡. Haah ♡. Haah ♡. Haaaa… ♡.
—Ngh ♡. Hii… ♡.
Aunque había dividido su eyaculación entre ambos coños, la cantidad de semen que Shinji producía era simplemente anormal. Incluso la mitad era suficiente para convertir el útero de las bellas universitarias en una piscina de esperma.
—Si el semen se cae y Masahiko-san se da cuenta, tendremos problemas. Así que aprieten bien la entrada de sus coños para evitarlo.
Ellas obedecieron obedientemente. Aunque sus piernas temblaban tanto que casi cayeron al suelo después de una sola ronda, sellaron sus vaginas con fuerza —haciendo un kyu ♡ —, encerrando dentro de sí su espeso y viril semen.
Ah, esto es… ♡. Siento el semen nadando dentro de mi vientre… ♡. Como si Seto-kun me estuviera abrazando para siempre… Me está poseyendo desde dentro de mi cuerpo…
¿Qué hago?… Seto-kun cada vez me parece más atractivo… Nunca había sentido estas palpitaciones en mi vida. ¿Realmente seguirá queriendo verme después de que nos vayamos de la posada? Debo asegurarme de que me contacte…
Shinji les ordenó que se ajustaran los obis del yukata, aun sin la ropa interior.
—Total, vamos a seguir cogiendo después, ¿para qué necesitan ropa interior?
Luego levantó deliberadamente los faldones de sus yukatas para verificar si estaban obedeciendo sus órdenes.
—Ah… ♡.
—Nn… ♡.
—Bien, no se está derramando. Mantengan la fuerza en sus coños un rato más.
—De-de acuerdo… ♡.
—Haa… ♡. Haa… ♡.
—Ahora, chicas, ¿pueden limpiar mi polla con la boca? Es delicada, así que tengan cuidado de no lastimarla.
—Sí… ♡. Chu ♡. Chuuu ♡♡.
—Entendido… ♡. Nchuuu ♡♡.
—Fuuuh, es increíble…
Después de que las dos universitarias chuparon su polla hasta dejarla brillante, le ajustaron el obi del yukata. Frente a ellas, que ahora entendían perfectamente la relación de dominación entre macho y hembra, el joven Shinji ladeó la cabeza con una sonrisa.
—Umm, Masahiko-san tarda mucho. Pensé que ya habría vuelto. Voy a regresar a mi habitación un momento y luego nos encontramos en los baños termales, ¿de acuerdo? —dijo Shinji antes de salir de la habitación de Nanoka y Sachiko.
Minutos después, Masahiko regresó y se encontró con las dos chicas, quienes —recién penetradas y aún más sonrojadas y cálidas que después de un baño— parecían irradiar una energía peculiar.
—¡Oiigan, ya salí! ¿Hmm? ¿No huele raro en la habitación…?
—¡E-es tu imaginación, Igarashi-kun! ¡No huele a nada en absoluto!
—¡Sí, es tu imaginación, Masahiko-kun! …¡Ah, pero mejor abramos la ventana por si acaso!
—Aparte, ¿por qué tienen la cara tan roja? Parece que hicieron ejercicio intenso o algo así…
—¡Exacto! ¡Eso fue! ¡Solo estábamos jugando y apretujándonos un poco!
—¿Haah? Por mucho que lo digan, eso suena falso. …¿Ah? Por cierto, ¿dónde está Seto-kun?
—Bueno… Seto-kun volvió a su habitación…
Nanoka y Sachiko, balbuceando y tratando de salir del paso, se ajustaban nerviosas los pliegues de sus yukatas.
Por muy despistado que fuera Masahiko, quizás notaría que bajo sus yukatas sus pezones estaban erectos y sin sostén. Más aún, podían sentir el espeso y abundante semen que el miembro de Shinji había depositado dentro de ellas, luchando por fecundar sus óvulos. Si no hubieran estado en sus días seguros, sin duda habría sido un strike de fertilización. Al pensarlo, sus instintos femeninos se excitaban salvajemente, y sus cuerpos —ya despertados al placer del apareamiento— entraban en un celo aún mayor.
Quiero coger, quiero coger, quiero coger, quiero coger. Quiero que Seto-kun me coja aún más. Lo de antes no fue suficiente. Quiero que me haga perder el conocimiento con esa polla suya.
Seto-kun, Seto-kun. Ya quiero verlo de nuevo. Mi coño y mi útero lo extrañan. Quiero oír su voz también. Quiero que me llene por dentro mientras me acaricia. Seto-kun.
Ardían.
Querían su polla.
Querían que su miembro vigoroso las convirtiera en estúpidas incapaces de pensar.
Sus cuerpos ya habían descartado a Masahiko como un hombre incapaz de satisfacerlas. …Y aun así, seguían hablando con él porque eran genuinamente amables y valoraban su amistad.
Qué maravillosa amistad.
Aunque reconocieran a Shinji como el dueño de sus cuerpos pervertidos, pretendían mantener su amistad con Masahiko sin cambios. …Mejor aún, ahora que ya no podían verlo como un interés romántico, su relación podría continuar como siempre.
Porque Igarashi-kun es…
Porque Masahiko-kun es…
…Un amigo muy importante.
Si el solitario Shinji hubiera oído esto, sin duda habría sentido envidia de su amistad.
En cualquier caso, tras terminar la conversación con Masahiko, ambas se dirigieron al baño termal. …Por supuesto, con la intención de que su joven amo les diera una segunda ronda.
[1] Cojín tradicional japonés para sentarse en el suelo. Generalmente es cuadrado, mide entre 50 y 70 cm de lado y varios centímetros de grosor. Se utiliza en meditación (como base para el zafu ), en actividades cotidianas sobre tatami e incluso en ceremonias y espectáculos como rakugo o eventos de sumo.
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