Isekai Monster Breeder


Capítulo 121 - El Palacio del Dragón

Puku Puku Puku Puku.
Usaba magia de buceo para sumergirme en el océano.

Muy bien.
El monstruo tortuga estaba… ¡allí!

Oye.
¡Tómatelo con calma al menos un poco!

Cuando me zambullí en el mar, el monstruo tortuga ya parecía estar nadando muy por delante de mí.

(¡Kraken, ayúdame!)

Por primera vez, la oportunidad de jugar un papel activo fuera de sus habilidades se presentó.

Puede parecer poco atractivo, pero si te montas en el Kraken, podrás moverte más rápido de lo que puedes nadar por tu cuenta.

Usé mi habilidad Contacto y el Kraken vino a mí.

Muy bien.
Ahora sólo tengo que aferrarme al cuerpo de este amiguito y…

¿¡Qué demonios!?

Nururururu.
Nururururu. Nururururu.

El cuerpo del Kraken, con su superficie cubierta de membranas mucosas, es resbaladizo y no hay de donde agarrarse.

“Kraken… eres…”

Es una mala elección a pesar de que esta es una gran oportunidad para él.

Lo único que tiene a su favor es el “Aumento de fuerza (grande)”.

A partir de ahora, te llamaré “Aumento de Fuerza (grande)”.

“¡Kyukiiiii~!”

Tal vez pudo leer mis pensamientos.
El Kraken, cuya cara estaba tan roja como la de un pulpo, parecía furioso a primera vista.

“¿¡Eh!? ¡Espera…!”

Ahí es donde ocurrió algo aún más inesperado.

No importa lo que yo pensara, el Kraken usó sus tentáculos para agarrarme con fuerza.

“¡Nngyaaa~!”

El Kraken continuó siguiendo al monstruo tortuga a súper velocidad.

Ugh… ¡Esto es asqueroso!

¡Los tentáculos viscosos del Kraken están jugando con cada parte de mi cuerpo!

Ah, sí.
Creo que acabo de descubrir lo que es ser una mujer caballero caída en desgracia.

Mujer Caballero-san.
Hasta ahora, siento haber dudado del “Puede que con tu boca digas que te desagrada, pero tu cuerpo lo siente, ¿verdad?”.

¡Esta sensación viscosa es realmente nada menos que desagradable!

Honestamente no creo que haya ninguna demanda por este tipo de fanservice…

~~~~~~~~~~~~

“¿Hmm...? ¿Ya llegamos...?”

Entonces...
Debo haber estado en los tentáculos del Kraken durante unos diez minutos.

De repente, liberado de los tentáculos del Kraken, eché un vistazo a mi entorno.

“¿¡Qué-Qué demonios es esto!?”

En ese momento, me quedé sin palabras.

El Palacio del Dragón[1].
Es el Palacio del Dragón.

Tiene unos 30 metros de altura.
Puede ser un poco pequeño para llamarlo un palacio, pero es asombroso que tal estructura haya sido construida en medio del mar.

¿Por qué demonios habría un edificio aquí?
¿Por qué?

Fue justo después de que tuve mis dudas.
Las puertas del Palacio del Dragón se abren lentamente, como si me invitaran a unirme a ellas.

“…Bienvenido al Castillo de la Sirena.”

Lemis Littlefold.
Sexo: Femenino
Edad: 321

Una chica se me acercó.

¿Lemis...?
Entonces, ¿eso significa que esta es la rumoreada demonio que tiene el poder de controlar el clima…?

Es baja.
Medía menos de un metro y medio.

Su rostro era joven, y a pesar de su edad de 321 años, se sentía igual que Ciel.

“Encantada de conocerle. Me llamo Lemis. Lemis Littlefold. La gente de aquí dice que soy Lemis la Princesa Sirena. Supongo que usted es el benefactor de la Pequeña Tortuga.”
“Ah, sí. Creo que es probable que ese sea el caso.”
“He estado esperando conocerlo.”

Oh, vaya.
Francamente, Lemis-san era una chica excepcionalmente hermosa.

Si pudiera llevarla de vuelta a la tierra, sería llamada “Una chica hermosa de las que aparecen cada mil años” o algo así, y todo tipo de medios de comunicación estarían hablando de ello.

“¿Eh? ¿Podría ser que tengo algo en la cara?”
“¡No-no! ¡Para nada!”

Desde el último incidente con la Emperatriz Dragón Kururu, he tenido una desconfianza personal hacia las princesas y emperatrices.  

Sabía que una chica con el atributo de princesa tenía que ser bonita.

“Adelante, pase. Me gustaría recompensarlo, Souta-sama, por haber salvado a la Pequeña Tortuga.”

Ya entiendo.
A pesar de tener un rostro amable, Lemis-san es una renombrada demonio que una vez fue comandante de división del ejército del Rey Demonio.

Si eres alguien a quien le preocupa la seguridad, no deberías de aceptar la invitación.

Pero, sin embargo.
Quien no arriesga, no gana.

No quiero desperdiciar la oportunidad que he conseguido de acercarme a una chica hermosa.

Con ese pensamiento en mente, entré en el Palacio del Dragón, o una versión modificada, el Castillo de la Sirena, mientras prestaba atención a lo que me rodeaba.



[1] El palacio del dragón, según un cuento japonés, es el lugar al cual Urashima Taro fue llevado luego de salvar a una tortuga.