Isekai Monster Breeder
Mientras tanto, en ese momento.
Interior del “Castillo del Rey
Demonio” flotando sobre la costa de Salas.
En la Sala del Trono, que estaba
protegida por el más alto nivel de seguridad en el Castillo del Rey Demonio,
había un par de personas, un hombre y una mujer.
“Es todo lo que tengo que reportar,
Iblís-sama.”
Una era la comandante de la primera
división del Ejército del Rey Demonio, Rumil la Centauro.
Ella sola valía por mil hombres en una guerra.
Se rumoreaba que, si se tratara de
simple habilidad de lucha, podría incluso superar al Rey Demonio. Incluso se
decía que era el demonio más fuerte de todos.
“Rumil, no me gusta que me llames
así cuando estamos solos. Sobre todo, cuando eres la persona que más aprecio y
confío.”
El nombre de la otra persona era el “Gran
Sabio” Hyunckel.
Él era el segundo al mando del
Ejército del Rey Demonio y había sido la segunda persona en quien el Rey
Demonio más confiaba durante mucho tiempo.
De hecho…
El gran sabio Hyunckel no había
logrado revivir al Rey Demonio Iblís.
Hyunckel logró una “pseudo-resurrección
del Rey Demonio” transfiriendo su propio espíritu al cuerpo de Iblis.
“¿Así que el progreso de la
operación lleva un 38% de lo planeado? Eso no es bueno.”
“…Lo siento. La resistencia de los ‘héroes’
enviados por los dioses es más persistente de lo que se esperaba, y algunos de
ellos se resisten.”
El plan de Hyunckel para resucitar
al Rey Demonio podría perturbar seriamente el equilibrio del mundo.
Los dioses habían previsto la
Resurrección del Rey Demonio y habían enviado a los terrícolas a Adelhide como
héroes para derrotarlo.
“Esto se está volviendo un problema.
Rumil, tal vez debas seguir buscando a demonios de todo el mundo en nombre del
nuevo Ejército del Rey Demonio.”
“…Ha. Sí, señor.”
Con la mirada en su rostro como de
estar ahogando un bostezo, Hyunckel caminó hacia los dormitorios en la parte
posterior de la sala del trono.
Los desafíos del nuevo Ejército del
Rey Demonio se estaban acumulando y, de forma proporcional también lo hacía su
estrés por todo el trabajo.
Ir a verla a “ella” en los
dormitorios era el mayor placer para Hyunckel en estos días.
~~~~~~~~~~~~
La chica de los dormitorios había
sido crucificada y parecía tener heridas por todo el cuerpo.
Si tomas una comida, no sabes qué es
lo que pudieron echar.
Si duermes, no sabes lo que te
pasará mientras estés durmiendo.
Carolina decidió no arriesgarse y
durante casi una semana, no durmió, no bebió ni comió.
“Mwuajajaja. Todavía te ves
terrible.”
El cuerpo de un vampiro era más
resistente en cada nivel cuando se le comparaba con un humano, pero después de
más de una semana sin beber agua, cada parte de su cuerpo empezaba a gritar.
“¿Qué tal… Carolina? ¿Qué se siente
que tu cuerpo sea tocado por el ‘hombre que amas’?”
Hyunckel colocó suavemente sus dedos
en la mejilla de Carolina y le dio una humilde sonrisa.
Desde el día en que se conocieron,
Carolina había estado enamorada del Rey Demonio Iblis.
Ese sentimiento nunca se desvaneció
ni siquiera después de la muerte de este, y fue irremplazable para Carolina.
Así que cuando Carolina se reunió
con Souta, la reencarnación del Rey Demonio, se llenó de una inconmensurable
alegría.
(De verdad… este hombre es el peor
de todos…)
Era Hyunckel quien tenía
sentimientos que contrastaban con los que ella tenía por Iblís.
Había sido así desde que era miembro
del antiguo Ejército del Rey Demonio.
Por alguna razón, Hyunckel había
mostrado una inusual obsesión con Carolina.
No importaba cuántas veces ella
rechazara la invitación, no había ninguna señal de abandono por parte de él.
Finalmente, Hyunckel había llegado a
usar el poder del nuevo Ejército del Rey Demonio para tomar posesión de Carolina.
“Suficiente. ¿Puedes parar ya esta
terquedad tuya? Si dices que vas a ser mía ahora mismo, no tendría que mantener
esas ataduras, pero…”
Carolina tenía sentimientos
encontrados al ser tocada en la mejilla por el hombre que más amaba en el mundo,
poseído por el hombre que más odiaba en el mundo.
“…Quién querría… ¡que la tocara un hombre
como tú!”
Carolina le escupió a Hyunckel
mientras cortaba sus sentimientos por el hombre que amaba.
“Jaja. Eso no está bien. Que
impropio… escupirle a un hombre.”
Hyunckel sonrió extáticamente y,
pasando sus dedos por el escupitajo que Carolina le había lanzado, los lamió
felizmente.
Lamiendo su saliva sin pensárselo
dos veces, la entrepierna de Hyunckel se elevó majestuosa.
La acción de Hyunckel, tan extraña
como era, hundió el espíritu de Carolina en una desesperación insondable.
“…Me gustaría mucho destruirte ahora
mismo.”
Hyunckel no valoraba aquello que se
podía conseguir fácilmente.
Él quería el título de Rey Demonio y
a Carolina como mujer sólo porque era un “juego desafiante”.
“Dejaré la diversión para más tarde.
Nosotros los demonios tenemos mucho tiempo de sobra, ya sabes.”
Usar magia de lavado de cerebro
podría hacer de Carolina suya ahora mismo, pero depender de medios externos
sería menos interesante.
El tan esperado momento de Hyunckel
sería cuando el corazón de Carolina cediera de forma natural, rompiendo él su
espíritu.
(…Ayúdeme. Ayúdeme por favor, Amo.)
De hecho, a ella le gustaría gritar
esas palabras en voz alta, pero no quería que el hombre delante de ella se
molestara al darse cuenta.
Mientras mantenía su compostura,
Carolina rezó fervientemente.
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