Isekai Monster Breeder


Capítulo 140 - El Gran Sabio

Mientras tanto, en ese momento.
Interior del “Castillo del Rey Demonio” flotando sobre la costa de Salas.

En la Sala del Trono, que estaba protegida por el más alto nivel de seguridad en el Castillo del Rey Demonio, había un par de personas, un hombre y una mujer.

“Es todo lo que tengo que reportar, Iblís-sama.”

Una era la comandante de la primera división del Ejército del Rey Demonio, Rumil la Centauro.

Ella sola valía por mil hombres en una guerra.
Se rumoreaba que, si se tratara de simple habilidad de lucha, podría incluso superar al Rey Demonio. Incluso se decía que era el demonio más fuerte de todos.

“Rumil, no me gusta que me llames así cuando estamos solos. Sobre todo, cuando eres la persona que más aprecio y confío.”

El nombre de la otra persona era el “Gran Sabio” Hyunckel.
Él era el segundo al mando del Ejército del Rey Demonio y había sido la segunda persona en quien el Rey Demonio más confiaba durante mucho tiempo.

De hecho…
El gran sabio Hyunckel no había logrado revivir al Rey Demonio Iblís.

Hyunckel logró una “pseudo-resurrección del Rey Demonio” transfiriendo su propio espíritu al cuerpo de Iblis.

“¿Así que el progreso de la operación lleva un 38% de lo planeado? Eso no es bueno.”
“…Lo siento. La resistencia de los ‘héroes’ enviados por los dioses es más persistente de lo que se esperaba, y algunos de ellos se resisten.”

El plan de Hyunckel para resucitar al Rey Demonio podría perturbar seriamente el equilibrio del mundo.

Los dioses habían previsto la Resurrección del Rey Demonio y habían enviado a los terrícolas a Adelhide como héroes para derrotarlo.

“Esto se está volviendo un problema. Rumil, tal vez debas seguir buscando a demonios de todo el mundo en nombre del nuevo Ejército del Rey Demonio.”
“…Ha. Sí, señor.”

Con la mirada en su rostro como de estar ahogando un bostezo, Hyunckel caminó hacia los dormitorios en la parte posterior de la sala del trono.

Los desafíos del nuevo Ejército del Rey Demonio se estaban acumulando y, de forma proporcional también lo hacía su estrés por todo el trabajo.

Ir a verla a “ella” en los dormitorios era el mayor placer para Hyunckel en estos días.

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La chica de los dormitorios había sido crucificada y parecía tener heridas por todo el cuerpo.

Si tomas una comida, no sabes qué es lo que pudieron echar.
Si duermes, no sabes lo que te pasará mientras estés durmiendo.

Carolina decidió no arriesgarse y durante casi una semana, no durmió, no bebió ni comió.

“Mwuajajaja. Todavía te ves terrible.”

El cuerpo de un vampiro era más resistente en cada nivel cuando se le comparaba con un humano, pero después de más de una semana sin beber agua, cada parte de su cuerpo empezaba a gritar.

“¿Qué tal… Carolina? ¿Qué se siente que tu cuerpo sea tocado por el ‘hombre que amas’?”

Hyunckel colocó suavemente sus dedos en la mejilla de Carolina y le dio una humilde sonrisa.

Desde el día en que se conocieron, Carolina había estado enamorada del Rey Demonio Iblis.
Ese sentimiento nunca se desvaneció ni siquiera después de la muerte de este, y fue irremplazable para Carolina.

Así que cuando Carolina se reunió con Souta, la reencarnación del Rey Demonio, se llenó de una inconmensurable alegría.

(De verdad… este hombre es el peor de todos…)

Era Hyunckel quien tenía sentimientos que contrastaban con los que ella tenía por Iblís.

Había sido así desde que era miembro del antiguo Ejército del Rey Demonio.
Por alguna razón, Hyunckel había mostrado una inusual obsesión con Carolina.

No importaba cuántas veces ella rechazara la invitación, no había ninguna señal de abandono por parte de él.

Finalmente, Hyunckel había llegado a usar el poder del nuevo Ejército del Rey Demonio para tomar posesión de Carolina.

“Suficiente. ¿Puedes parar ya esta terquedad tuya? Si dices que vas a ser mía ahora mismo, no tendría que mantener esas ataduras, pero…”

Carolina tenía sentimientos encontrados al ser tocada en la mejilla por el hombre que más amaba en el mundo, poseído por el hombre que más odiaba en el mundo.

“…Quién querría… ¡que la tocara un hombre como tú!”

Carolina le escupió a Hyunckel mientras cortaba sus sentimientos por el hombre que amaba.

“Jaja. Eso no está bien. Que impropio… escupirle a un hombre.”

Hyunckel sonrió extáticamente y, pasando sus dedos por el escupitajo que Carolina le había lanzado, los lamió felizmente.

Lamiendo su saliva sin pensárselo dos veces, la entrepierna de Hyunckel se elevó majestuosa.
La acción de Hyunckel, tan extraña como era, hundió el espíritu de Carolina en una desesperación insondable.

“…Me gustaría mucho destruirte ahora mismo.”

Hyunckel no valoraba aquello que se podía conseguir fácilmente.

Él quería el título de Rey Demonio y a Carolina como mujer sólo porque era un “juego desafiante”.

“Dejaré la diversión para más tarde. Nosotros los demonios tenemos mucho tiempo de sobra, ya sabes.”

Usar magia de lavado de cerebro podría hacer de Carolina suya ahora mismo, pero depender de medios externos sería menos interesante.

El tan esperado momento de Hyunckel sería cuando el corazón de Carolina cediera de forma natural, rompiendo él su espíritu.

(…Ayúdeme. Ayúdeme por favor, Amo.)

De hecho, a ella le gustaría gritar esas palabras en voz alta, pero no quería que el hombre delante de ella se molestara al darse cuenta.
Mientras mantenía su compostura, Carolina rezó fervientemente.