Maestro de Nada
Capítulo 265 - Desastre en el laberintoLa
señorita Amarilith volvió al cabo de unos diez minutos. Llevaba en la mano una
tela de aspecto muy caro… Era una capa.
“Por
desgracia, no está hecha de materiales de dragón.”
Dijo con una risa. Puede que estuviéramos en la capital imperial, pero eso no significaba que tuvieran capas de dragón por ahí. Aun así, lo que llevaba en la mano parecía bastante impresionante. Era de color blanco puro.
“Las
fibras son hermosas. ¿De qué está hecha?”
“Está
hecha de la tela de arañas que viven en los campos de nieve.”
“¿Arañas?”
“Sí. Arachne
de las nieves. Son mitad araña y mitad humano.”
“Ya veo…”
Siempre
pensé que esos semihumanos eran lindos. No es que se lo vaya a decir a Daniela.
Además, tendían a ser bastante viciosos en este mundo. Al fin y al cabo, eran
monstruos. A veces me preguntaba qué pasaría si fuera posible comunicarse. Sin
embargo, eso no era realista.
“¿Son
bonitas?”
“¿Asagi?”
Pero
tenía curiosidad. Ni siquiera la promesa de una mirada furiosa de Daniela pudo
detenerme.
“¿Hmm?
Los Arachne de las nieves son machos.”
“…”
Pero yo
pensaba que los arachnes eran hembras. ¿Quién los nombró?
“Bueno,
se dice que son atractivos. Tal vez deberías tener cuidado de que no te quiten a
Daniela.”
“No me
sirven otros hombres.”
Dijo
Daniela rotundamente. Aunque esas palabras me alegraron, la mirada pétrea de
sus ojos amortiguó un poco el efecto.
En
cualquier caso, recogí la capa y la miré. Me pareció agradable. Así que esta
textura era el resultado de las telarañas de algún niño bonito…
Era
mejor no pensar en ello.
Independientemente
de su origen, era un producto de gran calidad.
“¿Cómo
es en términos de protección contra el frío y los ataques físicos?”
“Es lo
mejor que tengo, actualmente. Debe ser cálida y muy duradera. También es
impermeable y no se ensucia con facilidad.”
“Nunca
iba a insistir en una capa de dragón, pero realmente hay otras buenas, ¿eh?”
Mi
primer conjunto completo había sido de dragón, y me había ayudado en muchas
batallas. Así que, en cierto modo, había degenerado mi idea de lo que era confiable.
Tendría que arreglar eso. Íbamos a recorrer mazmorras. Tendríamos que usar todo
lo que pudiéramos, sin importar de qué estuviera hecho, si queríamos
sobrevivir.
“La llevaré
entonces.”
“Gracias.
Son dieciocho de oro.”
“Eso es
bastante barato.”
“No, es
sólo que el dragón es caro.”
Ya veo,
ya veo. No había mucha gente que pudiera luchar y ganar contra esas cosas. No
sólo eso, sino que ni siquiera había tantos dragones por ahí. La mayoría de los
aventureros se las arreglaban con equipo hecho de monstruos ordinarios. Y dieciocho
de oro no era realmente barato.
“¡Gracias!”
Saqué
el dinero de mi cartera y se lo entregué. La señorita Amarilith lo contó
cuidadosamente y luego me ofreció la capa con una gran sonrisa en su rostro.
“Por
cierto, ya que necesitabas esto, ¿se van de la ciudad?”
“Sí.
Vamos a investigar el pueblo del sur. Tendremos que volver una vez para hacer
un informe… pero después… no lo hemos decidido exactamente.”
Miré a
Daniela y ella asintió. Ya lo resolveríamos cuando termináramos la investigación.
“Entonces,
puede que no volvamos a vernos.”
“Puede
ser. Pero estamos muy agradecidos por todo lo que has hecho.”
“Oh,
déjalo. Para mí son sólo negocios.”
Dijo
con una risa avergonzada. Dudaba que alguien más hubiera sido capaz de reparar
mi equipo. Y lo mismo ocurría con esta capa. En cierto modo, tenía que
agradecerle mi posición en el torneo.
“Gracias.
Intentaremos volver si podemos.”
“Ya
veo. Quizá el negocio vaya lo suficientemente bien como para que tenga una
tienda más grande para entonces. Entonces no tendrán problemas para encontrarme.”
Me
ofreció su mano y la estreché. Las manos de los artesanos siempre eran más
grandes de lo que parecían.
Luego
me puse la capa y saqué la capucha de debajo de ella. El color me sentaba bien.
Cuando terminé, miré a un lado y vi a Daniela despidiéndose de la señorita
Amarilith.
“Adiós
entonces.”
“¡Sí,
tengan cuidado!”
Cerramos
la puerta y dejamos atrás Soledad. La mejor sastrería de la capital.
Aconsejaría a cualquier nuevo visitante de la ciudad que le eche un vistazo.
Estoy seguro de que encontrarán algo perfecto para ellos.
□ □ □ □
Ahora,
estábamos totalmente preparados. No se dejó nada sin hacer. Compramos lo que
necesitábamos.
Incluso
teníamos pociones para hacer frente a posibles amenazas.
“Entonces,
lo último sería ir a aceptar la misión en el gremio.”
“Sí.”
Investigar
el Laberinto de Reserentrible. Puede que ni siquiera se nos permita entrar en
la ciudad si no la aceptamos. La seguridad sería bastante estricta allí en
estos días. Lo último que querían era que mercaderes y viajeros entraran.
“No te
he hablado de esto, Asagi, pero me encontré con una situación similar una vez, estos
“desastres de laberinto”.”
“¿De
verdad?”
Me dijo
Daniela mientras caminábamos hacia el gremio. Al parecer, a esto lo llamaban “desastres
del laberinto”. Los núcleos de las mazmorras que se encontraban en las
profundidades estaban preparados para reaccionar de determinadas maneras. En
cuanto lo tocabas, se activaba la trampa. No había suficientes estudios de
casos para poder predecir lo que ocurriría. Pero Daniela me aseguró que todos
serían malos.
“Esta
mazmorra está especialmente cerca de la capital imperial. Y muchos mercaderes y
aventureros se reunieron en esta ciudad. Por eso el daño es tan inmenso.”
“Entonces,
tendremos que ayudar a la gente mientras lo investigamos.”
“No, no
creo que eso sea importante.”
“¿Eh?”
Pero si
la mazmorra estaba invadiendo un pueblo con una gran población, entonces
seguramente habría gente que está herida, si no peor.
“Los
residentes son muy conscientes de los peligros de vivir cerca de una mazmorra.
No van a pedir ayuda una vez que los colmillos se vuelvan hacia ellos.”
“Eso
puede ser cierto, pero…”
“De
hecho, se les hace firmar un acuerdo de este tipo antes de mudarse allí.”
“Ya veo…”
El
peligro y los negocios iban de la mano. Supongo que era cierto sin importar
dónde estuvieras. Daniela se rio y continuó.
“Además,
es probable que los residentes sean duros. Seguro que ya están intentando sacar
provecho de esto.”
“Jeje.
Supongo.”
Los
comerciantes nunca dejaban pasar una oportunidad de hacer dinero. Quizás había
muchas cosas interesantes que descubrir allí. Sentía una mezcla de emoción y
aprensión.
“Entonces,
¿cómo fue ese “desastre del laberinto” cuando te lo encontraste?”
“A ver…
fue hace casi treinta años. Además, el pueblo estaba justo encima de la
mazmorra. Nadie la había conquistado, y se tragó a muchos aventureros durante
años. Esos fueron los rumores que me atrajeron a ella. El desastre ocurrió
justo antes de mi llegada.”
Hace
treinta años… Daniela todavía parecía joven. Tendría casi treinta años en años
humanos. Sin embargo, parecía más cercana a mi edad.
“Era un
pueblo normal. Había un muro de protección y casas dentro… Y la mazmorra estaba
en el centro. Y de repente la mazmorra salió disparada hacia el cielo.”
“¿Qué
dices?”
“Sí. Se
convirtió en una torre gigantesca.”
Era
difícil de imaginar. ¿El pueblo se convirtió en una torre? Mucha gente debe
haber muerto. Todas esas casas… Podrías abrir tu puerta un día y encontrarte de
repente frente a un monstruo.
“¿Qué
pasó después de eso?”
“Yo y
muchos otros Aventureros entramos en la torre… pero los monstruos eran
demasiado fuertes… Y entonces tuve que rendirme y retirarme.”
“Es
importante saber cuándo retroceder.”
“No
valía la pena arriesgar mi vida, sí. No he oído ninguna noticia al respecto
desde entonces, así que probablemente siga allí. Sin conquistar.”
Una
ciudad con una torre gigante… Sonaba bastante interesante. Pero, bueno,
prioridades. Tal vez esta torre sería algo que podríamos considerar después de
ganar algo de experiencia.
Mientras
escuchaba la historia de Daniela, el gremio se hizo visible. Ahora sólo
teníamos que aceptar la misión y salir de la ciudad.
“…¿Hmm?”
“Oh,
hola.”
Cuando
abrí la puerta, Lemon y la gerente estaban allí de pie.
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