Remake our life!
Vol. 5 Epílogo - He decididoLa
reunión era por la tarde, pero todos se habían reunido ya desde temprano.
“Hashiba-san,
bienvenido de vuelta. Gracias por tu duro trabajo.” El saludo de Saikawa perdió
por fin algo de su torpeza.
“¿Vaya? ¿Has tenido alguna clase hoy? No, son las vacaciones de verano, ¡gajaja!” Hikawa estaba bromeando.
Como
era el día después de volver de nuestro viaje, nos sentíamos algo cansados.
“Fuwaah…
Kyoya, entonces de qué se trata esta importante charla…” Nanako aún parecía
somnolienta.
“¡Es
que veiene un nuevo miembro! ¡Me reiría si fuera algo así!” Dijo Hikawa en broma,
“¿De
verdad? Si es así, yo preferiría que fuera una mujer”.
Saikawa
se lo tomó en serio y agarró firmemente el brazo de Nanako, que estaba a su
lado.
“Hashiba,
deja de perder el tiempo y dilo ya.” Kawasegawa estaba tranquila como siempre.
Pero sólo hoy, parecía que me cubría las espaldas.
“De
acuerdo, se los diré.” Aclarando mi garganta, “He decidido un concepto para el
video… el qué vamos a hacer.”
Después
de una pausa. “Ooh”, todos levantaron la voz.
“¡Bien~!
¡Ahora esto me dará una pista para escribir una canción~!” Nanako se alegró y
levantó las manos.
“¡Yo
también puedo solidificar la imagen de Meku-chan!” Saikawa apretó sus manos en
puños y asintió vigorosamente.
“Entonces,
¿cuál es el concepto?” Hikawa parece curioso y espera mis palabras.
El
lugar se calmó. Miré a Kawasegawa. Ella permaneció en silencio y asintió ligeramente.
“Entonces
lo diré.” Respiré profundamente. Las palabras de Kuroda volvieron a mí una tras
otra.
Tú también
eres un sinvergüenza, un bastardo y un escandaloso que rebaja a la gente con
tal de obtener resultados.
Tiene
razón. Tiene la boca llena de razón.
Siento
náuseas cada vez que recuerdo la magnitud de lo que he perdido. Apuñalé a gente
inocente por todas partes, acumulando pecados.
Al
darme cuenta de esto, cambié mi visión del mundo.
Hay una
serie de rutas en la vida, y las cosas se mueven a través de una serie de
elecciones.
Me di
cuenta de esto durante este viaje en el tiempo. Así que decidí ponerme en medio
y observar cómo cambia el mundo en el entretejido de las personas que forman
parte de los eventos.
El
montón de notas adhesivas en el armario es una masa de mi ego. Trato a las
personas como un marco, las manipulo y trato de llevarlas al “mundo ideal” que
quiero.
Pero
eso no es la felicidad para mí. Esa la dejé en el futuro y volví aquí.
Como
dijo Kuroda. Él estaba dispuesto a sacrificarlo todo para crear una obra. Si
finalmente pudiera crear una obra maestra, todo encajaría en ella.
Creo
que es una solución. Pero no una solución absoluta.
Este
es el principio de mi solución, Kuroda.
Con
este movimiento, decidí una nueva ruta.
Una ruta
en la que todos encontrarán la felicidad y yo me convertiré en un demonio.
“Me
recordaron una vez más lo más esencial del género del vídeo.”
Para
ser precisos, no es sólo el vídeo.
A todo
lo que en este mundo tiene el concepto de tiempo.
“Este
será el concepto del vídeo que haremos.”
Creo
que es necesario.
En el
tiempo despiadado y sin corazón, nos da color y posibilidades.
“Lo que
necesitamos. Es… una historia.”
◇
Es
verano. Hace calor.
Aquí
hace un calor especial. Puede que se deba a que es una zona de cuencas, pero
también puede que se deba a que la zona es una serie de amplias tierras bajas.
Hace
sol y calor desde desde la mañana.
Ayer
volvió a hacer calor. Los auxiliares estuvieron desbrozando el jardín e incluso
se tomaron un descanso porque se quemaron un poco con el sol. No creo que ellos
deberían trabajar al aire libre en un día como éste, pero por lo visto no tenían
otra opción porque es lo que están obligados a hacer por contrato.
¿Por
qué no deshierbo el jardín yo mismo? Eso es lo que he pensado, y he estado
arrancando malas hierbas desde esta mañana.
De
todos modos, no hay nada que hacer, y eso está bien. Antes, cuando tenía un
poco de tiempo libre, lo utilizaba para otra cosa, pero ya no es el caso.
A media
tarde había terminado de arrancar toda la hierba y la metí en una bolsa de
basura, que resultaron ser dos bolsas de 8 litros, así que la llevé a un
contenedor cercano y acabo de volver.
“Vaya,
¿ya has vuelto?”
Desde
el fondo de la casa, escuché la voz de mi madre.
“Ya
estoy aquí. ¿Por qué preguntas?”
“Papá
me ha dicho que mañana tiene una reunión con los profesores y que debes
saludarlos cuanto antes. Me dijo que te dijera eso también.”
“…Sí,
lo entiendo.” Respondí, tomé aire y negué con la cabeza.
Hay un
gran sol en el cielo.
El
verano en Osaka era caluroso, pero el verano en Saitama era igual. Y era
molesto. La temperatura no debería ser tan diferente, pero creo que la humedad
es mayor aquí.
“…Lo
terminé recordando otra vez.” Sacudo la cabeza. La sacudo una y otra vez.
He
decidido no recordar más esos días, pero todavía los recuerdo de vez en cuando.
Sólo han pasado unos tres meses, así que quizá sea de esperar.
“Mamá,
voy a salir un momento. Volveré por la tarde.” Dije más alto para que pudiera
oírme en la casa y me dirigí al garaje.
Me subo
a la moto que compré en Osaka y arranco el motor.
Pensaba
dejar también la moto allí. Pensé en hacer eso para olvidar, porque tengo
demasiados recuerdos, y esos recuerdos son más bien dolorosos.
“…Al
final, terminé arrastrándola.”
Todo
esto, para ir a tirarlo todo limpiamente, fue un completo fracaso.
He
dejado una montaña de asuntos pendientes. Me doy cuenta de que soy un ser
humano sin remedio.
“A ver
a dónde voy… Bueno, no hay ningún sitio al que ir.”
De
momento, me dirijo hacia el instituto.
La zona
donde se encuentra mi casa está cubierta de campos de arroz por todas partes.
Como su nombre indica, el paisaje de Kawagoe cambia al cruzar el río. Este lado
es un paisaje rural, mientras que el otro es una zona residencial y comercial.
Cuando
era niño, odiaba que la escuela estuviera tan lejos de mi casa. Sobre todo, me
sentía incómodo cuando me dejaban y me recogían. Ni siquiera tenía libertad
para jugar con mis amigos.
Tanto
la secundaria como el instituto eran las mejores de la ciudad.
No
recuerdo mucho de la secundaria. Tampoco recuerdo apenas el instituto. El único
alumno de último año con el que me llevaba bien se salió por varias razones.
“¿Cómo
te va, senpai?”
Me
presentaron este bar a través de un conocido. Aquí conocí a mucha gente
divertida aquí.
Una
persona que se graduó en una famosa universidad nacional pero que andaba por
ahí viviendo un estilo de vida hippie.
A la
inversa, un presidente que sólo se graduó de la secundaria pero que tiene más
de 200 empleados con un extraordinario sentido de la gestión.
Una
mujer que le gustaban las hostess[1] y se gastaba el
dinero como loca, pero que se había espabilado y había montado un negocio de
éxito de Hosts en la dirección opuesta.
Al ver
a los adultos que acudían a estos lugares, no pude evitar pensar que la gente
que trabajaba en casa de mis padres podían ser respetables también, pero se
veía aburrido.
Así que
me fui de casa, preparado para ser desheredado por mis padres, y busqué un
camino hacia la Universidad de Artes. Donde habría otros idiotas como yo.
Pero se
acabó. Y cómo se acabó.
No hay
que pensar más en lo que dejé atrás.
Llegué
a un gran espacio abierto. El sol aún brillaba con fuerza, me quité el casco y
respiré profundamente.
El
sudor cae por mi cara gota tras gota. Me entra en los ojos y me duele.
Incluso
después de haberlo limpiado con el brazo, sigue persistiendo en mi mejilla,
bajando por mi cuello y empapando mi camisa.
Aunque
mi mente lleva mucho tiempo muerta, mi cuerpo sigue moviéndose con viveza.
Es
irónico. Cuando quería que mi cuerpo se moviera, se derrumbaba y se detenía,
pero a fuerza de descansar porque no tenía nada que hacer, mi fuerza y mis
reacciones volvieron al mismo nivel que tenían en el instituto.
Ahora
soy como un robot que se levanta por la mañana, limpia la casa y hace las
tareas. Las únicas partes de mi vida que parecen humanas son cuando monto en
bicicleta y voy de aquí para allá sin tener dónde ir y sudar como un termómetro
en respuesta a la temperatura.
Y hoy,
incluso ahora, sigo siendo sensible a la temperatura. Me sigo preguntando con
mi cerebro podrido qué significa todo esto.
Y
entonces se repite. Lo mismo. Como un tópico, desde que llegó el verano. Como
para reafirmar que este infierno viviente, este suave infierno, continuará.
Por
enésima vez, el sudor se acumuló en mi frente. Me la limpié con la palma de la
mano y tomé aire.
“…Hoy
vuelve a hacer calor.”
[1] Las Hostess son en
definitiva chicas de compañía que trabajan en los clubs para conversar con los
clientes y conseguir que estos quieran permanecer en el local durante el mayor
tiempo posible, consumiendo si puede ser, cosas caras.
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