Remake our life!
Vol. 6 - Prólogo
Empecé a tener sueños aterradores a menudo.
Desde que volví a este mundo de hace 10 años, me despertaba de vez en cuando con pesadillas, sudando a mares y con lágrimas en la cara, lo que me quitaba toda la energía. Aunque durmiera, no podía recuperar las fuerzas, lo que ocurría muchas veces.
“…Ah, otra vez el mismo sueño…”
Y durante los últimos días, había tenido pesadillas seguidas. Aliviado de que fuera sólo un sueño, poco después llegaba una sensación de agotamiento. Junto con una repetida respiración agitada, los recuerdos de los sueños volvían a mí, paso a paso, atormentándome. El contenido era siempre casi el mismo.
Tsurayuki siempre está ahí.
Se despide de mí y se aleja, con una mirada triste. Es un recuerdo de aquel día de lluvia. Cuando intento llamarle, mis pies se vuelven de repente demasiado embarrados para caminar, y poco a poco él desaparece, y pronto se hace de noche sin nadie alrededor.
Lamentando terriblemente haber perdido a Tsurayuki, me siento en el lugar, me desplomo en el barro, y luego lucho en el barro hasta hundirme.
Mientras decía “Lo siento, lo siento, Tsurayuki”.
“Tsurayuki…”
Sigo pensando en él, aunque ya no esté aquí.
¿Cómo debo hacer para evitar ir a ese futuro no deseado? Mi encuentro con Saikawa, las circunstancias de Shinoaki, y el regreso de aquel que se fue. Seguía tratando de averiguar cómo hacer que funcionara.
Y ahora, finalmente estaba a punto de llegar a la entrada.
El regreso de aquel que había estado haciendo historias con nuestro equipo durante mucho tiempo.
Ese que se había ido por mis actos, su resurrección.
Finalmente, estoy en el punto donde puedo llevarlo a cabo.
“Sin embargo…” Fuu, dejo escapar un suspiro.
¿Funcionará realmente? Todas las medidas que tengo en mente son sólo teóricas. No sabré qué pasará si las pruebo realmente hasta que llegue el momento. Por otra parte, también es posible que la situación empeore aún más si tomo medidas.
Soy una persona malvada que manipula a todo el mundo. Tengo pesadillas porque me carcome la conciencia.
Ya he perdido a mi amigo por mis propias acciones. Ahora estoy a punto de hacer algo que lo dañará.
Debería haber estado preparado. Debería haber sido capaz de actuar sin vacilar, porque, aunque fuera por mi ego, tenía que creer en él. Debería haber decidido seguir adelante, aunque ya no se me considerara una buena persona… se suponía que lo era.
Aun así, la vacilación seguía persistiendo bajo mi conciencia. Se manifestó como pesadillas.
“No soy nada bueno, soy…”
Sufrí cuando lo tenía, y sufría después al recordarlo.
¿El regreso de Tsurayuki realmente acabaría con este sufrimiento? Un fuerte suspiro y el sudor resbalando por mi frente llevaron mi consumida mente al límite.
“¿Hmm…?”
Toc toc, hubo un golpe bajo y tenue en la puerta.
“Kyouya-kun… ¿estás bien? ¿Puedo entrar?”
Era la voz de Shinoaki.
“Ah, lo siento… de acuerdo, entra.”
Cuando respondí, la puerta se abrió suavemente.
“Te escuché gritar hace un momento, así que me pregunté qué estaba pasando.”
Debió de ser mi voz de cuando me desperté.
Pensé que lo había mantenido bajo control, pero puede que haya gritado algo en mi sueño.
“Lo siento, sólo he tenido un mal sueño.”
Shinoaki puso cara de preocupación.
“Otra vez… fue ese sueño.”
Tras decir eso, se acercó a mi lado y se sentó.
“Supongo que estás cansado… porque has estado muy ocupado últimamente.” Frota suavemente mi espalda y dice palabras amables.
“…Gracias. Pero ya estoy bien.”
La verdad es que no, pero no podía dejar que me siguiera mimando.
La traté como un peón, aunque fuera por el bien de la producción futura. Hice que todos soportaran la carga de las dificultades, diciendo que, si hubiéramos trabajado juntos para crear algo, se habría resuelto pacíficamente, para crear el futuro como debía ser.
“Vas a ir a casa de Tsurayuki-kun, ¿verdad?”
Asiento ante las palabras de Shinoaki.
“Lo siento, en realidad, me hubiera gustado que vinieras, Shinoaki…”
Cuando le dije, ella negó con la cabeza.
“Es un momento difícil para la producción. No se puede evitar.”
Se rió cuando dijo eso.
“Además, ahora disfruto dibujando. Así que estoy feliz.”
No sé si lo que estoy haciendo está bien o no…
Lo único bueno es que, como acaba de decir, está feliz haciéndolo.
Me pregunto qué tipo de cosas estará haciendo Shinoaki.
Hasta ahora, el trabajo de Shinoaki y su equipo ha sido un completo misterio.
Estaba deseando y a la vez temiendo ver los resultados.
En cambio, nuestro trabajo estaba todavía a mitad de camino, o mejor dicho, ni siquiera había llegado a la entrada.
Para ser sincero, estoy impaciente. Pero nada avanzará si nos impacientamos.
No hay otro camino que avanzar con constancia, un paso tras otro.
“Bueno, me voy a levantar.”
“Sí, entonces…”
Shinoaki dijo.
“Ah…”
Me abrazó suavemente y envolvió mi cuerpo en sus brazos.
“Haz lo que puedas, Kyouya-kun.”
“…Sí.” No pude resistir la gentileza y la calidez de Shinoaki, ni siquiera un poco.
Tal vez me quedé allí sentado durante lo que me pareció un minuto. Shinoaki me acarició suavemente la espalda.
“Bien, entonces.” Dijo, saludó ligeramente con la mano y volvió a su habitación.
“Shinoaki…”
Me sentí patético. Me avergonzaba de mí mismo por estar enterrado bajo su bondad, y también de mí mismo por no preocuparme por ella.
Shinoaki debería estar ya preparada para afrontar otra batalla en solitario. No puede pedir la ayuda de nadie, sólo puede esforzarse hasta el límite. Incluso si yo intentara darle palabras de simpatía, inevitablemente saldrían vacías, porque nadie podría entender su dolor.
A pesar de esa soledad, la afronta con fuerza. Con su amable sonrisa y su voz suave, rompe una tras otra las barreras que se interponen en su camino.
Me pregunto qué puedo hacer yo por esa preciosidad.
Me pregunto si sólo estoy haré que todo se vuelva aún más doloroso.
“Qué pesadilla… todo esto.” Me golpeo las mejillas con ambas manos para despertarme.
Yo no soy el único que sufre. No, todos están sufriendo más que yo. Pero no es momento de ser un malcriado.
Voy a recuperar a Tsurayuki. Ese brillante talento que se perdió debido a mi estúpida negligencia. Haré lo que sea necesario.
Miré mi reloj y vi que faltaba una hora para que me levantara. Vamos a prepararnos, a despertar a Nanako y a ponernos en marcha.
El lugar al que ir, por supuesto, ya está decidido.
Es donde está Tsurayuki.
Me cambio rápidamente de ropa y reviso mi equipaje.
“Muy bien…”
Después de todos los preparativos, hoy vuelvo a enfrentarme al armario.
Respiro profundamente y lo abro.
Un número aterrador de notas adhesivas amarillas.
Es un escenario que describe mi futuro, nuestro futuro.
Es a la vez un amasijo de ego y un indicador que señala el camino hacia el futuro.
Despegué el que estaba justo en el centro y lo miré fijamente.
“Haz que Rokuonji Tsurayuki vuelva a la universidad.”
Las palabras, especialmente las escritas en negrita, encendieron un fuego en mi interior.
“Hagamos esto.”
Enderezo mi espalda, miro al frente y bajo lentamente las escaleras.
Sentí el calor de la nota adhesiva en mi mano mientras la agarraba con fuerza.
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