La Historia del Héroe Orco

Capítulo 40. El Héroe contra Carrot de la Voz Sibilante

 

No tenía ni idea de lo que estaba pasando.

Recibió la carta y llegó al árbol sagrado justo cuando iba a empezar el discurso. Creía que no había llegado tarde. Pero por alguna razón, alguien más que Silviana estaba bajo el Árbol Sagrado.

Por alguna razón, Carrot estaba manteniendo en su lugar a Silviana por la pierna. Por alguna razón, Gagan había sido partido por la mitad y estaba muerto. Por alguna razón, Nazar estaba ocultando su verdadera identidad y se hacía llamar Errol.

Los tres parecían estar peleando, pero no había forma de que Bash entendiera lo que estaba pasando. No entendía nada de nada.

“¿Qué está sucediendo?”

“No lo sé… pero por lo que parece, probablemente sea una pelea de amantes.”

Hablaron por lo bajo.

Sin embargo, Zell parecía tener un presentimiento. Después de todo, para él era necesario su compañera de confianza.

“¿Una pelea de amantes?”

“Leí sobre esto en un libro que vi hace mucho tiempo. Decía que los humanos y la gente bestia se baten en duelo cuando compiten por aquellos que aman.”

“¿…Quieres decir que Carrot y Silviana tuvieron un duelo? Si es así, ¿por qué están Nazar y Gagan aquí?”

“Probablemente, a Carrot le gustas tú, jefe. Por eso retó a Silviana, que se llevaba bien contigo, a un duelo. Naturalmente, ganó Carrot, pero entonces aparecieron Gagan, al que le gusta Carrot, y Nazar, al que le gusta Silviana, ¡y se batieron en duelo! Ganó Nazar. Las otras dos aún están luchando por su supervivencia. Aunque no hay manera de que un hombre pueda vencer a la hermana Carrot, así que el ganador está decidido.”

Ella era una maestra en deducir lo que había sucedido a partir de solo ver la escena. La gente la llamaba “Zell, la detective”. Aunque la verdad, en sus manos, todos los casos se enmarañaban aún más. Por supuesto, una pelea de amantes no entraba tanto en esa categoría.

“Ya veo.”

Pero a Bash le convenció su razonamiento. Era tan complicado que sólo entendía la mitad, pero era sabido que, si dos orcos querían que una mujer fuera su esposa, matarían al otro y la tomarían. Si tales peleas de amantes ocurrían incluso entre humanos, entonces encontrarse con este tipo de situaciones no sería raro.

“Pero Nazar es un ridículo. La princesa te ama a ti, jefe.”

“No me sorprende, es una mujer muy atractiva.”

Normalmente, habría estado enfadado con Nazar por intentar meterse con la chica que él intentaba conquistar, pero Bash tenía una gran deuda con él. Le debía una gran deuda en forma de revista, un tesoro de los humanos. Sin esa revista, él y Silviana nunca habrían llegado a este punto de su relación. Además, esta noche se acostaría con Silviana y la convertiría en su esposa, así que podía dejar todo esto de lado de una manera relajada y madura.

“¿Qué vas a hacer?”

“Salvar a Silviana y pagar mi deuda con Nazar.”

Mataría dos pájaros de un tiro. Si conseguía deshacerse de Carrot, podría hacerle quedar mejor ante Silviana, y además podría saldar su deuda con Nazar. Por lo tanto, Bash se movió. Se movió hacia el frente, protegiendo a Nazar, que estaba atrapado en el encantamiento de Carrot y sólo esperaba morir.

“Carrot.”

“Sí, he estado esperándolo, Sir Bash.”

Mientras decía esto, Carrot estaba vestida con un traje que era veneno mortal para los ojos de Bash y para su vida. Era el traje más popularizado de las súcubos. Debajo de ese traje folclórico, un cuerpo que haría salivar a cualquiera estaba a punto de derramarse. Si Bash no fuera virgen, habría sido succionado a ella y le habría dado a la ganadora lo que quería. Pero este no era el caso. Bash cortó su mirada con una voluntad de hierro y se dirigió a Silviana.

“Levanta tu pie.”

“¿Qué?” Carrot tenía una expresión de asombro en su rostro, pero inmediatamente volvió su mirada aguda y fuerte. “No, no lo moveré.”

(N/T: Me disculpo, tuve un error en el capítulo pasado, pensando que en esta parte se referían a Nazar, pero en realidad era a Silviana. Para cuando lean esto, ya habré corregido lo anterior.)

“¿…Por qué?”

“Como ya habrá notado, Sir Bash, esta mujer le ha estado engañando. Planeaba acercarse a usted para que cuando la tocara, haría un escándalo de que la había forzado a acostarse con usted, y planeaba implicar a toda la raza orca en esto.”

“…Mm…”

“El Héroe Orco atrapó entre sus garras a la princesa de la Gente Bestia. Aunque solo sea una mentira de la princesa, la realeza de la Gente Bestia lo avalará. Porque ellos odian a los orcos. Y quieren exterminarlos si es posible.” Carrot agarró a Silviana por el cabello y le levantó el rostro. “¿No es cierto?”

Silviana sonrió irónicamente mientras ponía una expresión distorsionada de dolor.

“¡…Es mentira! ¡Sir Bash, yo no profeso más que adoración hacia usted! ¡Es solo que esta mujer está enamorada de usted y está celosa de que nos llevemos tan bien!”

Entonces, Zell volvió a susurrar en el oído de Bash.

“Supongo que mi suposición era correcta después de todo.”

“Ya veo.”

El poder de las revistas era algo aterrador. No sólo atrajo a Silviana, a quien él había apuntado, sino también a Carrot, a quien no tenía intención de apuntar. Pasaba lo mismo durante la guerra. Con una espada mágica o una herramienta mágica que no pudieras manejar, también dañaría a tus aliados sin saberlo.

“¿Cómo puedes decir una mentira tan descarada y tan fácil de descubrir…?”

“Lo-Lo siento, ¿o es que estás enfadada porque he dado en el clavo? ¡Mire aquí, Sir Bash, esta es la prueba! ¡Esta puta está tratando de engañarlo!”

“Sir Bash, no la escuche. Ella es solo una princesa mentirosa que intenta jugar con el Héroe de otro país y trató de engañarlo, y también está el príncipe humano que piensa que los demás son juguetes… después de todo, nadie en la Alianza de las Cuatro Razas considera a los orcos y a los súcubos como personas. Por eso es que juegan de esta manera con nosotros.”

Fue un comportamiento patético… En efecto, la actitud de Silviana dejaba mucho que desear. Esa no era la actitud de un perdedor. Era un acto que no sería de extrañar si llevaba a su muerte, ya que con él socavaba al ganador con falsedades. El hecho de que Nazar se hubiera hecho llamar Errol también lo veía como una falta de respeto como pretendiente.

“Sir Bash. Yo tengo la intención de luchar para restaurar el orgullo de todas las razas de la Federación. Por favor, tome mi mano y luche conmigo.” Dijo Carrot y le tendió la mano. Sus amplios pechos temblaron y se agitaron, lo que resultaba muy doloroso para los ojos. Tal vez esta fuera la forma de proponerse de los súcubos. El otro día, cuando le pidió que luchara con ella, ¿también se lo estaba proponiendo?

“A decir verdad, no tenemos mucho tiempo. Así que le daré una explicación detallada y la estrategia más tarde. Primero, matemos a esta mujer mentirosa y al chiste de príncipe y salgamos de aquí.”

Pero la respuesta de Bash era obvia. Lamentaba haberle dado tantas expectativas, pero él iba casarse con Silviana, y tenía una gran deuda con Nazar. No podía matarlos.

“Eso es algo que no puedo hacer.”

“¿Eh?”

Fue difícil para Bash ver la expresión de sorpresa de Carrot. ¿Acaso era esa la mirada que él tenía cada vez que era rechazado?

“¿¡Por qué!? ¡Pero si el otro día dijo que lucharíamos de nuevo hombro con hombro!”

“Tengo una deuda con este hombre.”

“¿¡Una deuda…!?”

“Así es.”

“¿¡Entonces lo acepta!? ¿¡Acepta el estado actual de las cosas!?”

“¿Qué hay de malo en el estado actual de las cosas?”

Era una pregunta honesta.

“¡Los súcubos se mueren de hambre ahora, incluso nuestros niños se mueren de hambre! ¡Con los orcos pasa lo mismo! ¡De hecho, después de la guerra, muchos guerreros abandonaron el país porque no estaban satisfechos con el reinado del Rey Orco! ¡Muchos guerreros orgullosos! ¡Incluso Gagan, que había alcanzado el rango de capitán, abandonó el país porque no podía permanecer en él ya que no podía ni siquiera acostarse con una mujer! ¡Me dijo que estaría dispuesto a convertirse en mi esclavo si sólo pudiera acostarse con una! ¡A una súcubo como yo! ¡Y este es el resultado!”

Bash inclinó ligeramente la cabeza ante el repentino cambio de tema. En efecto, puede que los orcos fueran más pobres que en el pasado, en comparación con la época de la guerra. Si le preguntaras si los niños se morían de hambre, no te lo negaría. Pero los niños ya se morían de hambre de antes. Había sido así desde la guerra. También era cierto que muchos guerreros se convirtieron en orcos vagabundos porque lamentaban la situación actual. Muchos abandonaron el país orco porque no podían seguir las decisiones del rey orco y no podían aceptar su derrota.

“Entiendo los sentimientos de Gagan, pero…”

Sabía cómo se sentía Gagan. El orco azul fue de los primeros en convertirse en un orco vagabundo y abandonar el país. No preguntó el por qué, pero sabía que la razón por la que los orcos dejaban el país era por la batalla o por las mujeres. Incluso Bash querría ser esclavo de Carrot, si no fuera fuera virgen, o no estuviera en un puesto de responsabilidad como era ser Héroe, o si Carrot no fuera una súcubo, para que cuando perdiera su virginidad con ella, no se convirtiera en un guerrero mágico. Y Gagan luchó, perdió y murió para poseer a Carrot. Era un acto de desobediencia al código del Rey Orco, pero era un acto muy propio de un orco, y un final apropiado para un orco.

“Eso es lo que significa ser derrotado.”

“…Ya veo. Usted es el Sir Bash de siempre, y ha venido hasta aquí con determinación…”

Determinación. Sí, Bash vino aquí hoy para cogerse a Silviana. Su posición como princesa era perfecta para ser la esposa de un Héroe, y él podría regresar a su país con dignidad. Cuando llegara a su país, Silviana estaría embarazada de un hijo. Siendo una mujer Bestia, debería ser capaz de dar a luz a cinco o seis hijos. Y Bash sería capaz de acostarse con ella sin ninguna vergüenza.

“No importa lo que yo diga, ¿será imposible hacerlo cambiar de opinión?”

“Así es.”

“¿…Incluso si le digo que el Rey Demon Gediguz va a volver?”

“Incluso con eso.”

Era una forma extraña de decirlo, pero, aunque Gediguz estuviera aquí y ahora, la determinación de Bash seguiría siendo la misma. La derrotaría y se quedaría con Silviana.

“Entiendo… aunque sigamos caminos diferentes, lo respeto como guerrero.”

“Yo también te considero una guerrera digna de respeto.”

“Aunque tenga que derrotarlo, no abandonaré mi camino.”

“…Ya veo…”

En cuanto a Bash, era un proceso sencillo. Si un orco quería conseguir a una persona del sexo opuesto, lucharía por ella y la consiguiría. Si Carrot deseaba tener a Bash y lo desafiaba a una pelea, Bash se enfrentaría a ella y ganaría esa pelea.

“Antigua comandante en jefe del primer batallón de la Reina de la Nación Súcubo, Carrot de la Voz Sibilante.”

“Antiguo guerrero de la Compañía Boulder, Reino de los Orcos. Bash, el Héroe Orco.” Bash dijo su nombre, lo dijo con el mayor de los orgullos. Luego gritó. “¡Graaaaaaaaaaaooo!”

El grito de guerra de Bash comenzó la batalla.

Una batalla uno a uno entre un orco y una súcubo. Nazar creía sinceramente que Bash no tenía ninguna posibilidad. Por muy fuerte que fuera Bash, y aunque fuera considerado el más fuerte de todas las razas, un hombre era un hombre. Además, el encanto de Carrot era tan poderoso que un hombre tan resistente a la magia como él ni siquiera podía moverse, aunque hubiera tomado todas las contramedidas posibles. Siendo encantado en un instante por Carrot, ya estaba imaginándose como lo montaría, dranando su energía y dejándolo seco en el lugar. Nazar tenía la intención de salvar a Bash si llegaba a eso. Estaba dispuesto a mirar hasta el final, pero no podía dejarlo morir. Pero eso no sucedió.

¿Qué demonios está pasando…?

Bash había comenzado a luchar, sin frenar, y mucho menos detener, sus movimientos.

¡No me digas que ha anulado completamente el encanto…!

No parecía que Bash estuviera afectado por nada. Tampoco parecía que llevara ningún equipo especial. Pero sería imposible que se moviera con tanta agilidad sin hacer algo para anularlo.

…De todos modos, tal vez podamos ganar si sigue así…

Para cuando Nazar tragó saliva, Bash estaba muy cerca de Carrot y lanzó un golpe con su puño a su encantador rostro. Golpeó con una violencia abrumadora que haría añicos una gran roca si golpeara bien.

“¡Hmph!” Carrot golpeó con su propio puño desde un lado, y lo contrarrestó, chocando ambos. Y entonces, sin desafiar la fuerza del choque anterior, soltó un golpe de cuerpo como una guadaña. El puño de Carrot, delgado y pequeño, pero fuertemente cerrado, se clavó en el costado de Bash.

Cualquiera que lo viera podría dar cuenta de lo fuerte que fue el gancho. La estocada en forma de gancho de las artes marciales de los súcubos penetraba en la piel y los músculos, destrozaba los huesos y perforaba los órganos internos, y un solo golpe podía ser mortal. Sin contar que ella era “Carrot de la voz sibilante”. Era la mejor súcubo. Si una persona promedio recibiera el golpe, la mitad superior de su cuerpo podría quedar destrozada. Así de fuerte era su magia de fortalecimiento corporal

“¡Goaaaaaaaah!” Sin embargo, a Bash no le importaba eso. No importaba cuánto potenciara ella sus puños con magia de fortalecimiento corporal, el daño infligido a Bash era insignificante.

“¡Haaaaaaaaah!” Carrot podía o no ser consciente de esto, pero siguió lanzando con precisión sus puños contra el cuerpo de Bash. Puños hacia delante, puños hacia atrás, patadas giratorias, golpes de codo, patadas con la rodilla, patadas a la rodilla, patadas en salto, golpes en caída con el talón… Atacó a Bash con combinaciones fluidas sin interrupción. Pero si eso fuera todo, no se habría llamado artes marciales de súcubos.

Carrot saltó. Movió sus dos alas, esparciendo polvo a su alrededor. Doble patada en salto, golpe de ala, golpe en caída con el talón invertido… Los golpes continuos, que serían imposibles de replicar no sólo para humanos y gente bestia, sino también para orcos y ogros, golpeaban fácilmente partes a las que normalmente era difícil de apuntar. Si un artista marcial humano hubiera visto esto, habría exclamado con admiración y se habría preguntado por qué no había nacido súcubo.

“¡…!”

Eran unas artes marciales bastante ingeniosas, pero lo único que conectó bien fue el primer golpe de gancho. La guardia de Bash era sólida, y cada golpe a sus puntos vitales era bloqueado, y cada vez lanzaba un contraataque. A pesar de su apariencia como de estar alejando una mosca, estos contraataques aleatorios eran precisos y exactos. Y Carrot predijo que, si los recibiera de frente, sus huesos recibirían tal impacto que lo más probable era que sufrieran un daño casi irreparable. La única manera era realizar paradas a cada uno, pero incluso eso requería la delicadeza de un desactivador de bombas. Bash estaba abrumando a Carrot, tanto ofensiva como defensivamente. La súcubo fue rápidamente arrinconada.

“¡Ggh!” Pronto, el puño de Bash penetró en las defensas de Carrot, golpeando profundamente su abdomen, y salió despedida hacia la zona de la entrada.

“Gebohaa…” Una gran cantidad de sangre y vómito salpicó todo el lugar. Las piernas de Carrot temblaron y cayó sobre una rodilla. Nunca bajó la guardia. También se había puesto una barrera mágica. Pero aún así, sus huesos se rompieron y terminó regurgitando todo lo que tenía en el estómago.

“…Ejeje.”

¿Cuántos años hacía que no vomitaba sangre por un ataque? Nazar no la había visto hacerlo desde la vez que luchó contra Liscia.

“Así que realmente me golpeó, ¿no?”

“Por supuesto.”

Carrot se levantó ante la respuesta de Bash. Nazar la miró y la envidió. Debía estar llena de sentimientos puros. Después de todo, el “Héroe Orco” no luchaba por diversión o en una pelea de bar, sino en serio. Como guerrero, no había mayor honor que éste.

“Pero es realmente una pena… parece que el tiempo se está acabando.”

Mientras Carrot murmuraba eso.

“¡!”

¿Cuándo ocurrió? Bueno, lo más apropiado era decir “antes de darse cuenta”. Así que, antes de que se diera cuenta, una mujer estaba de pie junto a la súcubo.

“…” Iba vestida con una túnica de color negro azabache que parecía consumir incluso la oscuridad, y tenía un cráneo de cabra en la cabeza, una mujer de piel pálida y alta. Miró a su alrededor, vio a Bash apretando los puños y a Carrot arrodillada, escupiendo sangre, y ladeó la cabeza.

“¿Vaya? ¿Sir Bash también será nuestro enemigo?”

“Sí, no pude convencerlo.”

“Ya veo. Qué pena… si tus trucos no funcionaron, no podremos hacer nada…”

“Discúlpame. Soy una súcubo orgullosa. Por lo tanto, nunca usaría mi encanto con alguien a quien tengo en tan alta estima.”

“Ya veo.”

La mujer tenía dos cuernos en la cabeza y unas negras ojeras. En su mano había un bastón pegajoso, y la oscuridad goteaba de la punta de este como si fuera lodo. Todos en el lugar reconocieron su aspecto. Nazar dijo su nombre. El nombre de la maga que, como estrecha colaboradora del Rey Demon Gediguz, había arrojado a todos sus enemigos a las sombras.

“¡Poplática, el Vórtice de la Sombra…!”

Era una maga démona.

“Entonces, ¿lo conseguiste?” Le preguntó a Carrot sin siquiera mirar a Nazar y a Bash.

“Sí. Aunque me interrumpieron…”

“No sé cómo sobreviviste luchando contra Bash sin el encanto.”

“Supongo que es porque siempre he sido así de buena, ¿eh?”

“Qué gracioso.” Poplática dejó caer su mirada al suelo con una media sonrisa. “Aún así, lamento que hayas pasado por eso.”

Notó que las sombras en el suelo se hacían más grandes. Como si algo se acercara desde el fondo del suelo, las sombras se agitaron y las cubrieron.

“Pero todavía hay una posibilidad.”

“Bien.”

Y entonces, con un estallido, la oscuridad se las tragó a ambas.

“¡Esperen!”

Nazar gritó y corrió, pero ya era demasiado tarde. Cuando la oscuridad desapareció, no había nada. Sucedió en un instante. Pero era de esperar. Carrot dijo que no tenía mucho tiempo, pero no había señales de que fuera a moverse, ni mostraba signos de dirigirse a la salida. Aunque su enemiga natural, Thunder Sonia, también estaba en este palacio real. Probablemente estaba planeando usar el “Cruce de Sombras” de Poplática para escapar desde el principio.

“Entonces, ¿no hay forma de seguirlas?” Nazar se detuvo y murmuró para sí mismo.

El Cruce de Sombras era una magia que podía decirse era el secreto de la Magia de los Démones. Se movían de sombra en sombra en un instante. No podía transportar a un gran número de personas a la vez, y parecía haber muchas restricciones para establecer entradas y salidas, pero no tenía rival cuando se trataba de enviar un pequeño número de personas de élite a un área local. Era la cúspide de la magia que sólo un puñado de magos démones podía utilizar.

La distancia a recorrer sería normalmente más corta, pero el “Cruce de Sombras” de Poplática era diferente. Era bien conocido el episodio de la fuga del ogro “Gardner, el Berserker”, que había sido atrapado en lo profundo de una fortaleza de la Gente Bestia, hacia fuera de los muros del castillo. No era descabellado suponer que Carrot ya había escapado fuera de su alcance. Entonces sería mejor explicar la situación a aquellos que pudieran haber oído la conmoción y venir aquí. En algunos casos, Bash sería sospechoso de algo más. Nazar pensó en esto y relajó los hombros.

“Sir Bash, en primer lugar, yo les contaré a todos sobre lo que…”

Nazar se dio la vuelta y vio a los dos, un hombre y una mujer, que se miraban fijamente.

 

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