Maestro de Nada
Capítulo 391. Instalación Cero - Mistmaria
Gracias a los esfuerzos de todos, la marea estaba ahora del lado de los humanos. Bueno, éramos una mezcla de diferentes razas. Los autómatas no sólo luchaban contra los humanos. También había ogros, lobos del bosque y lobos de las nieves. Sólo esperaba que no fuera una alianza temporal.
“Daniela contactó conmigo y me dijo que ibas a abrir un camino a Mistmaria.”
“Sí. Creo que está debajo del lugar en el que aparecí cuando llegué aquí por primera vez.”
“¿Y por qué piensas eso?”
“Mis instintos.”
Realmente pensaba que estaban relacionados. Pero realmente era sólo una sensación.
“Hmm… Supongo que tendré que creerte por ahora.”
“Si resulta que estoy equivocado, tendremos que poner todo este lugar patas arriba. Así que vale la pena la apuesta.”
Cuando miré hacia abajo, vi que Matsumoto corría hacia la colina. En cuanto al lugar al que había sido teletransportado… allí. Era el fondo del campo de batalla. Sí, tenía que estar en lo cierto.
El ejército humano estaba dando vueltas y destruyendo las máquinas que creaban la niebla. Pero seguía siendo difícil ver cuando había zonas donde la niebla era espesa y lugares donde no lo era. Aun así, los ogros y los lobos estaban derribando a los autómatas a gran velocidad. Los soldados humanos corrían detrás de ellos.
Así que parecía que ahora podía dejarles la lucha a ellos. El enemigo seguía siendo muy superior en número, pero podían mantenerlos a raya. Además, Rachel y Lemon también estaban allí. Y por supuesto, también estaban Yamato, Yunagi y Beowulf.
Tenía que detener la Red Karma mientras tanto. En otras palabras, detener la Nova.
Así que hice que Rachel avisara a Daniela y a los demás para que se dirigieran a la colina del fondo, y luego me dirigí yo mismo hacia ella.
“Te dejo el resto a ti.”
“Mmm. Ve y aplástalo.”
Le hice un gesto con el pulgar hacia arriba y aceleré. El viento de platino y jade atravesó el campo como un meteoro. Al mismo tiempo, saqué la Tempestad de Schwarz del brazalete hueco. La sostuve como si tensara una flecha en un arco y, con la mano izquierda sobre la hoja, envié una oleada de magia de agua. La hoja se volvió líquida, alargándose y haciéndose más fina.
Apuntaba a mi antigua colina. Y entonces lancé la espada, justo donde la niebla se derramaba.
La velocidad de la Tempestad de Schwarz había sido potenciada por Patas del Dios Lobo, y salió disparada hacia la colina como si fuera succionada.
Yo había creado este movimiento, que se llamaba “Estilo Kamiyashiro - Hoja de Agua Fusión Azur”. Incluso entre mis movimientos más llamativos, éste llamaba mucho la atención. Una vez que aterrizó en su objetivo, la hoja de agua se liberó con una explosión.
“Sí. ¡Rompe y vuela!”
Mi mano derecha seguía estirada mientras cerraba el puño. Cuando el agua se liberó, la energía de color azul se expandió, volando todo en el área. Por supuesto, no había aliados cerca. Sólo autómatas.
Descendí en el lugar de la explosión que había destruido a tantos Autómatas, pero tenía activadas Patas del Dios Lobo para poder hacer volar toda la niebla y el polvo.
“Así que realmente era aquí…”
Bajo mis pies, no sólo estaban los restos de un pasadizo, sino la entrada abierta de una instalación de elfos antiguos. La instalación Cero, Mistmaria.
□ □ □ □
Los autómatas se arremolinaron a mi alrededor con fuerza, pero los destruí con un gran barrido de mi espada. Al mismo tiempo, pude ver a Daniela, la Gerente y Matsumoto corriendo hacia mí.
“Ah, llegas tarde.”
“Lo siento. Nos detuvimos para ayudar a unos soldados.”
Eso era inusual para Daniela.
“Eran los hombres de la fortaleza.”
“Oh… ¿Así que están aquí? ¿Están bien?”
“Les va bien.”
“Es bueno saberlo.”
No podía evitar desear que todos los que conocía sobrevivieran.
“Señor Asagi. ¿Es esto?”
“Mistmaria. Estaba justo debajo del lugar al que fui convocado.”
“Huh… Qué coincidencia.”
Murmuró la Gerente mientras miraba dentro del agujero. Era como volver a tus raíces. Una sensación muy extraña. Sin embargo, no creía que fuera una coincidencia.
“Bueno, creo que podemos confiar en Rachel para encargarse de las cosas aquí. Tenemos que bajar por este túnel y destruir esa maldita máquina mágica. Eso debería detener la energía que está siendo enviada a través de la vena del dragón. La guerra habrá terminado.”
“Y no habrá más invocaciones.”
Por supuesto, esa era nuestra principal razón para estar aquí.
“Me entristece pensar que tal vez nunca vuelva a ver a nadie de mi hogar. Pero tal vez encuentre la forma de regresar mientras viva.”
“Gerente… Sí, hagamos lo que podamos.”
“¡Haré lo que pueda!”
Matsumoto también apretó el puño. Me hacía sentir mucho mejor cuando estos dos estaban con nosotros.
Ahora, era el momento de hacer este trabajo.
“¡Muy bien, vamos entonces!”
Asentí a las palabras de Daniela y con una renovada determinación, bajamos corriendo hacia Mistmaria.
□ □ □ □
Caímos en el agujero oscuro. Pero en este punto, ninguno de nosotros era el tipo de persona que se inmutaría por esta altura.
“«Luz».”
Matsumoto utilizó su magia de luz para iluminar el túnel. La dirigió hacia el suelo para que pudiéramos ver en todas direcciones, y luego tomó la delantera mientras caíamos.
“Es cegador…”
“Podrías habernos avisado.”
“Oh… Lo siento por eso…”
Aunque tenía las mejores intenciones, el Héroe fue reprendido por las dos mujeres. Qué triste.
“Yo estoy agradecido por la luz.”
“Gracias…”
“Bueno, en realidad no me importa. Porque tengo Ojos Nocturnos.”
“…”
Aun así, si iba a haber luz, no tenía por qué usarlos. Así que desactivé Ojos Nocturnos y en su lugar usé Ojos del Dios Lobo.
“Señor Asagi. Tus ojos acaban de pasar de un verde amarillento a plateado.”
“Hacen eso, aparentemente. Nunca se sabe… Ah, ya casi hemos llegado.”
Podía ver el suelo liso a través de Ojos del Dios Lobo. No estaba ni a un kilómetro de distancia. Así que envolví mis piernas en suaves vientos y lo extendí para ralentizar el descenso de todos.
“Bastante impresionante.”
“Uno de mis pocos talentos.”
En realidad sólo funcionaba así porque era bastante estrecho. Y “Aprendiz de Todo, Maestro de Nada” me había dicho que era posible. Era una habilidad única que me decía si mis ideas eran posibles o no. Pero yo tenía algunas ideas equivocadas al respecto.
Para mí era una habilidad bastante útil que reproducía imágenes en mi cabeza y me enseñaba a utilizar cualquier herramienta que tomara. Sin embargo, se trataba de la visualización de cálculos realizados en el cerebro. ¿Qué pasaría si lo utilizara así? Era como predecir el futuro.
Me había centrado demasiado en el nombre. Y a veces había dejado que las reacciones de los demás me afectaran. Esto me había hecho sentir que era una habilidad más bien mediocre.
Tardé mucho en comprender lo asombrosa que era. Pero ahora sólo sentía gratitud.
“Por fin hemos llegado…”
Había algo muy reconfortante en volver a tener tierra bajo los pies. Mientras suspiraba aliviado, una voz tranquila sonó desde el pasadizo al que Matsumoto dirigía su luz.
“¿…Qué ha sido eso?”
“Shhh.”
Matsumoto se llevó un dedo a los labios y cerró los ojos en señal de concentración. Mi respiración se hizo más tranquila mientras yo también escuchaba. Sí, parecía la voz de una persona.
“¿…No?”
“Alguien está diciendo «no» una y otra vez.”
Así sonaba. La palabra “no” resonaba silenciosamente desde las profundidades de la oscuridad.
“No-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no-no.”
“¡¡…!!”
De repente, fue como si las palabras se dijeran justo al lado de mi oído, y jadeé. Cuando me volví hacia un lado, vi que el aire se había desgarrado y un hombre pálido con el pelo platino desgreñado se asomaba a través de él.
“No. No eres tú.”
“¡Qui-quién eres… tú…!”
“Tú… no eres un dios.”
Eso fue todo lo que dijo, y entonces el desgarro en el espacio se cerró de nuevo.
¿Era… la Nova?
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