Bastardo Mujeriego

Vol. 2 Capítulo 8. ¡Sexo casual con Hitomi y Aya!

 

Las chicas resultaron ser sorprendentemente fáciles. O tal vez es que yo tenía talento para ello. Empecé a sentir si una chica aceptaría, aunque fuera un poco forzoso o si debería retroceder. De alguna manera, logré hacer de Itabashi-san, mi compañera de clase, mi amiga sexual. Pero no fue suficiente. Quería conectarme con más y más chicas, tener sexo con ellas y acercarme a ellas.

…Bueno, ¿está mal querer acercarse y luego tener sexo con ellas? Ya qué, de cualquier manera, qué más da.

En fin, quería más. Quería conectarme con más chicas y convertirme en una presencia inolvidable para ellas. Es lo que había decidido. Ya no quería vivir solo, conteniendo el aliento en un rincón del salón de clases.

—Ah ♡. Hii ♡. Ohh ♡. Nohh ♡. Ohh ♡. Ohh ♡. Ohh ♡.

Hasta ahora siempre había pasado las tardes solo, pero hoy volvía a tener sexo con una chica. Mi compañera seguía siendo Itabashi-san. Mientras empujaba por detrás en la cama, podía ver claramente mi barra de carne encajando perfectamente en su coño algo carnoso. Empujar mi polla en el resbaladizo coño de mi compañera de clase y mover mis caderas vigorosamente se sentía irresistiblemente bien.

—¡Ku…!

El placer que subía por mi columna desde mi polla entumecía incluso mis molares. Involuntariamente apreté los dientes y, luchando, miré un poco hacia el techo. Luego, aseguré la cintura de la deportista y bien tonificada Itabashi-san con ambas manos y moví mis caderas imprudentemente. En ese momento, uno de los «espectadores» al lado de la cama tímidamente hizo una pregunta.

—¿Se-Seto-kun? ¿Qué está ocurriendo? Y Tomoko, ¿qué le estás haciendo?

—¿Eh? ¿Que qué estoy haciendo? Bueno, estamos teniendo sexo.

—…¿Eh? —Aya Shiomi-san, quien hizo la pregunta, escuchó mi respuesta y se quedó allí con la boca abierta, congelada.

Lo siento, pero no quiero que me pregunten cosas tan obvias que se pueden entender con sólo mirar. En este momento, estoy ocupado encargándome del coño de Itabashi-san y mi polla, preparándome para eyacular. Si bien no dije eso explícitamente, incapaz de prestarle más atención a Shiomis-san, me volví hacia la chica que me estoy cogiendo y me concentré en el sexo.

—Ah. Ah. Ah. Ah. Ahn. Seto-kun. Ah. Seto-kun. Se siente bien. Se siente demasiado bien. Ah. Ah~. Ah~.

Abracé a Itabashi-san por detrás. Masajeando suavemente sus pechos que se desbordaban de mis palmas, penetré con movimientos de pistó su coño, que tomaba la forma de mi polla con cada movimiento. Muy pronto, el semen ascendió rápidamente.

—…¡Uugh! ¡Guh!

—Hii ♡. Hii ♡. Hyah ♡. Huu~ ♡. Huu~ ♡. Huu~ ♡.

Lo que le estaba haciendo a Itabashi-san en este momento probablemente sería difícil de entender para Shiomi-san, que solo estaba mirando. Entonces, una vez más, respondí la pregunta anterior de Shiomi-san.

—Shiomi-san.

—…¿¡Eek!? ¿¡Qué-qué!?

—En este momento, estoy eyaculando dentro de Itabashi-san.

—¿¡Eh, eh, eh!?

—¿No lo entiendes? Actualmente estoy eyaculando semen de mi polla dentro del coño de Itabashi-san. Y ella también está llegando al clímax gracias a ello. Ambos nos corremos durante el sexo.

—Uh…

—Vamos, Itabashi-san. No sigas simplemente corriéndote. Explícaselo a Shiomi-san.

—Si-shiii ♡. —Instada por mí, Itabashi-san, con la lengua aparentemente enredada por acabar de correrse, logró hablar—. E-el shexo se shiente bieeeen ♡.

—Sí, sí… Espera, ¿eso es todo? No creo que eso transmita mucho, ¿sabes?

—Pe-pero esh que ♡. Te digo que she shiente bien. Sniff ♡.

—Oh vamos. No tienes que llorar solo porque te sientes bien.

—¡Esh que, ia te dije que she shiente bien! El shexo con Sheto-kun es increíble… ♡.

—Sí, ya entiendo. Lo entiendo, así que no te enojes. Buena chica.

—Uuh~~ ♡.

Mientras eyaculaba semen en el útero de Itabashi-san, acaricié suavemente su cabello corto, tal como ella a menudo quería que hiciera. A pesar de su tendencia habitual a actuar como una hermana mayor con los demás, era vulnerable en situaciones que excedían su capacidad. Le gustaba que la mimaran y, al mismo tiempo, era cariñosa. Comprender la personalidad de otras personas es algo natural a medida que continúan entrelazando sus cuerpos. Quizás, en lugar de construir relaciones durante muchos años, puedas aprender más de un solo ejemplo de sexo.

—Oye, vamos a hacerlo una vez más~… ♡. —Itabashi-san, que había mejorado su estado, pareció olvidar que hoy no estábamos solos. Mientras acariciaba mi mejilla con la palma de su mano, me miró con los ojos húmedos. Sintiendo que yo también quería eyacular dentro de Itabashi-san una vez más, seguí empujando según su petición—. Hyah ♡. Oh, okuh ♡. Asombroso ♡. Está palpitando ♡. Sigue saliendo ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡.

—¡Uahhh…! ¡El coño mojado de Itabashi-san, lleno de sus jugos de amor y mi semen, se siente tan resbaladizo y delicioso…!

—Polla ♡. Polla ♡. Tu polla se siente bien ♡. Seto-kun ♡. Me encanta ♡. Me encanta tu polla ♡. Ah ♡. Ah~ ♡.

Organicemos un poco la situación.

Estamos en mi casa, en mi habitación. Hay cuatro personas dentro. Yo en la cama, Tomoko Itabashi-san siendo cogida por mi polla, Aya Shiomi-san viendo nuestra escena de sexo al lado de la cama y Hitomi Yatsuzuka-san.

—Ah…

—……

Mientras Shiomi-san observaba cómo lo hacíamos con una expresión de asombro, cubriéndose la cara con ambas manos, Yatsuzuka-san ha estado en silencio, con los ojos muy abiertos, observando con sus ojos más abiertos que al inicio.

Hoy es sábado y la escuela está cerrada. A diferencia de mí, que estoy en el club de los que se van a casa, los tres miembros del club de tenis practicaron por la mañana, así que nos reunimos en mi casa por la tarde. El pretexto para hacerlo fue una simple sesión de estudio. Honestamente, ahora que convertí a Itabashi-san en mi amiga sexual, atraer a Shiomi-san y Yatsuzuka-san a esta casa no fue una tarea difícil.

No, «atraer» suena mal. No tengo absolutamente ninguna intención de hacerles daño. El hecho de que esté teniendo sexo con Itabashi-san no es mi culpa. Todo comenzó cuando, durante nuestra sesión de estudio, Shiomi-san preguntó: «Por cierto, últimamente Tomoko y Seto-kun se han estado llevando súper bien, ¿no?». Entonces respondí honestamente que nos habíamos hecho amigos sexuales. Cuando Shiomi-san no lo creyó, naturalmente lo llevó a demostrarlo con sexo real.

Desafortunadamente, como no había condones, tuvimos que tener sexo sin protección, lo cual a estas alturas ya se volvió algo normal.

—Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ahhh ♡. Mmmooh ♡. Oh ♡. Ohhhh ♡.

Mi polla está extendiendo la hermosa hendidura rosada de Itabashi-san. Con cada empujón de caderas, se escucha un sonido de carne contra carne.

—¡Oh, qué locura, el coño de Itabashi-san está súper apretado…! ¡Siento que voy a echar semen muy espeso…! Shiomi-san, Yatsuzuka-san, asegúrense de observar atentamente mientras me corro dentro de Itabashi-san, ¿de acuerdo?

—…¿¡Hyoe!?

—¡Sí-sí, entendido!

—¿¡Hi-Hitomi!?

Shiomi dejó escapar un grito de sorpresa y Yatsuzuka respondió con una voz muy entusiasta. Ambas están sentadas en seiza sobre la alfombra. En la mesa detrás de ellas hay vasos de jugo que les di como un buen anfitrión y notas y libros de texto distribuidos para los cuatro. En un rincón de la habitación están sus mochilas y los estuches de raquetas.

—¡Oh, me corro! ¡Voy a eyacular! ¡Itabashi-san! ¡Voy a echarlo todo dentro, así que corrámonos juntos!

—De… acuerdo ♡. ¡Me corro ♡! Me corro contigo, Seto-kun ♡. ¡Me corro ♡! ¡Me corro ♡! ¡Me corro ♡! ¡Me corro ♡! Ah ♡. Ah ♡.

Justo antes de alcanzar el clímax, agarré las muñecas de Itabashi-san, acerqué su cuerpo hacia mí e intensifiqué mis embestidas aún más.

Los pechos de Itabashi-san con una textura voluminosa se balancearon, esparciendo gotas de sudor brillante. Los pliegues de su vagina se aferraron a mi miembro como si escurrieran un trapeador, y finalmente no pude contener la necesidad de eyacular.

—¡¡Uf, uhhh!! ¡Ya me corro…!

—Ah ♡. Ah… ♡. Me-Me corro… ♡. Por el sexo con Seto-kun… Él me está llenando de su leche… ♡. Me corro… ♡.

Los dos nos corrimos simultáneamente. Empujé mis caderas con gran vigor, empujando el semen intensamente caliente desde la punta de mi glande, vertiéndolo en el útero de mi compañera de clase, una chica que siempre irradia una brillante sonrisa en el salón de clases.

Colocando mi palma sobre el abdomen de Itabashi-san, pude sentir mi pene pulsando profundamente en su interior.

El sexo es verdaderamente lo mejor. Es una herramienta de comunicación cien veces más elocuente que las palabras. Conectar nuestros genitales así de profundo, corrernos simultáneamente y dejar la mente en blanco: aquí es cuando la gente realmente se entiende mutuamente.

Antes de darme cuenta, estaba entrelazando mi lengua con la de Itabashi-san.

—Churu ♡. Jururu ♡. Juuu… ♡. Chupa ♡.

—¿Eh…? ¿Esos son besos…? ¿Es algo tan sorprendente como eso…? A-Ajajá… no puedo creerlo.

Ciertamente, Shiomi-san podría tener razón. Lo que Itabashi-san y yo estábamos haciendo era más que un simple beso; fue un acto sexual de lengua a lengua. Como moluscos que se aparean, entrelazando nuestras secreciones y deslizándolas unos contra otros, una corriente directa de placer fluyó hacia nuestros cerebros.

—E-es asombroso, Tomoko-chan… Esto es lo que es tener sexo con un hombre. —Junto a Shiomi-san, Yatsuzuka-san tragó audiblemente.

Yo todavía estaba eyaculando suavemente. Itabashi-san agarró con fuerza mi vara con su vagina, bebiendo el semen en su útero, pero un exceso de semen que no terminaba de quedarse en su interior fluía hacia atrás y se escapaba ligeramente de la unión de nuestros cuerpos.

—Pwuah… ♡. Seto-kun… ♡.

—…¿Fi-finalmente terminaron?

—Nn… ♡. Chu… ♡.

—¿Ustedes dos seguirán haciéndolo?

Frente a Shiomi-san y Yatsuzuka-san desconcertadas, Itabashi-san y yo continuamos besándonos persistentemente, haciendo gala de nuestro placer como para mostrarlo. 

 

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