Bastardo Mujeriego
Vol. 4 Capítulo 12. Himari, sexo sudoroso consumida por los celos y el deseo de posesión
Es un caluroso y húmedo día de verano, con las cigarras sonando fuera. Hoy estaba de nuevo en mi habitación, por la mañana, sudando y cogiendo con Himari-chan.
—Ah… ♡. Aaah… ♡. Seto-kun… ♡. Eso es… ♡. Increíble… ♡.
Yo estoy tumbado de espaldas en la cama con Himari-chan encima de mí, en posición de vaquera inversa con un buen vistazo de ella de espaldas. Cuando yo movía las caderas, Himari-chan soltaba gritos de profunda excitación. En esta posición, es fácil apretarle las tetas mientras me la cojo, y la sensación de que su piel sudorosa se vuelve resbaladiza y su peso amplifican la sensación de que estoy cogiendo con una chica viva de verdad.
Frizcop: Claramente una frase que diría una persona normal y sana.
—Huah… ♡. Ah, aaah, ah ♡. Es asombroso ♡. Es increíble, de verdaad… ♡. Ah… ♡.
Himari-chan sólo ha sido capaz de articular solo un limitado número de palabras desde hace un tiempo. Parecía que de verdad le gustaba mover las caderas lentamente en esta posición.
Hoy es un día seguro, o eso fue lo que dijo Himari-chan, por lo que lo estamos haciendo sin protección. Cada vez que muevo las caderas, mi vara de carne se desliza fuera de su apretado coño y sale cubierto de un pegajoso líquido blanco que ha rebosado desde lo más profundo de su interior.
Apreté por detrás las firmes tetas de Himari y jugué con mis dedos con sus pezones erectos.
—Haa… ♡. Eso es ♡. Es increíble… ♡. Es realmente, realmente increíble ♡. Me estoy volviendo loca… ♡.
Encima de mí, Himari-chan meneaba sus caderas de manera impaciente, y su coño aprieta mi polla con gran fuerza. La parte trasera de su coño chupa mi glande en busca de semen, y si no tengo cuidado, podría explotar.
Hago mucha fuerza entre mis piernas para contener mi eyaculación, olfateando las feromonas que suben por la nuca de Himari-chan, mientras le pongo un chupetón en su suave y blanca piel.
—Aah… ♡.
Ya llevamos mucho tiempo cogiendo con este conjunto. Lo que estamos haciendo es como un reto de resistencia para ver cuánto tiempo podemos tener sexo con la misma ropa. Los dos dijimos que podríamos aburrirnos si siempre nos limitáramos a tener sexo de la misma forma, así que sería bueno hacerlo así de vez en cuando. Pensamos que sería otro precioso recuerdo de las vacaciones de verano.
Las manos de Himari-chan, que habían estado frotando y acariciando mis muslos desde antes, finalmente se superpusieron a mis manos que estaban frotando sus tetas.
—Ha, ah ♡. Nngh ♡. Kuu… ♡.
—Himari-chan, ¿se siente bien frotar tus propias tetas?
—Se siente bieeeen ♡. Frotar mis tetas junto con Seto-kun ♡. Que me frotes los pechos mientras tu polla se mueve dentro de mí es increíbleee ♡.
—Tu cuerpo está empezando a convulsionar, ¿no será que te estás corriendo solo por tus tetas?
—No-no lo sé ♡. Pero, ah ♡. Aaahh ♡.
Las chicas pueden correrse sólo con sus pechos si quieren. Como hombre, eso no es un placer que pueda experimentar, pero los gemidos que deja salir Himari-chan tienen un tono que me dice que es una gran experiencia.
—Oye, Seto-kun, ya es la hora…
—¿Nn?
—Para que eyacules, ¿verdad? Quiero que te corras dentro de mí. Vas a hacerlo, ¿verdad?
—¿No quieres que lo haga fuera? Lo estamos haciendo sin protección, podrías quedar embarazada, ¿o no?
Le pregunté, con conocimiento de causa, a pesar de haber eyaculado dentro de su vagina muchas veces en el pasado.
—¡No, está bien! ¡Quiero que te corras dentro…! ¡Si lo haces fuera, me voy a enfadar!
—Si tanto lo pides, Himari-chan, entonces no tengo otra opción. Entonces, voy a rociar tu útero con semen, así que asegúrate de tomarlo hasta el final.
Pongo otro chupetón en la nuca de Himari-chan y echo el líquido lleno de mis genes en las profundidades de su vagina empapada y derretida.
—Hnn ♡. Mmmm~~~~ ♡♡.
—¡Uaah…!
Nos corrimos al mismo tiempo, y desde la posición de vaquera al ravés, Himari-chan y yo levantamos nuestras caderas como si hiciéramos un puente juntos.
Después de haberme aguantado durante tanto tiempo, el impulso al correrme fue tremendo. Podía sentir el espeso semen brotando sin interrupción de mi pene, que latía con fuerza como otro corazón. Todo estaba siendo tragado profundamente por el estómago de Himari-chan.
También hoy hemos completado hasta el final el acto de la reproducción, que puede dar lugar a una nueva vida, portadora de los genes de Himari-chan y míos. Incluso si hoy es un día seguro, todavía hay una buena probabilidad de que ella quede embarazada. Aun así, no pudimos reprimir nuestro deseo de copular. No hace falta decir ahora cuánto placer conlleva copular de manera tan seria.
—Haa… haa… Himari-chan…
—Ah… ♡. Ah… ♡.
Coger realmente se siente bien. Obtienes tanto placer que tu mente se queda en blanco.
Si sólo quieres correrte, la masturbación está bien. Pero cuando te corres con tu pareja en el sexo, no sólo obtienes placer físico, sino que también te invade una abrumadora sensación de felicidad.
Tanto Himari-chan como yo nos corrimos bastante duro, y luego nos relajamos simultáneamente. Las caderas que habían estado aguantando en el aire cayeron, y en ese impulso, mi polla que se había introducido en el coño de Himari-chan se salió de él.
—Haa… Seto-kun, mi barriga está llena… ♡.
Himari-chan se acarició el bajo vientre y murmuró embelesada. Una vez que nuestros genitales se han separado, la evidencia de mi amor por ella permanece en su estómago.
Cuando puse mi mano delante de la cara de Himari-chan, ésta se metió mi dedo en la boca y empezó a lamerlo y chuparlo pegajosamente.
—Hm… mmm… ♡.
A medida que teníamos más y más sexo, el pensamiento de que esta chica era mía se hacía más fuerte día a día. Y la propia Himari-chan se volvió más y más devota a mí día a día.
Después de hacer el amor de esa manera, Himari, que estaba a mi lado en la cama, me preguntó:
—Oye, Seto-kun, ¿está bien si me quedo a dormir hoy también?
Ahora, Himari-chan y yo teníamos puesto nuestro traje de nacimiento. Pero solo para estar seguros, una toalla envolvía nuestras cinturas.
—Por supuesto. ¿Pero se lo has dicho a la gente de tu casa?
—Sí. Que me voy a quedar a dormir en casa de una amiga.
Con el fin de tener sexo conmigo, incluso mintió a sus queridos padres, pero Himari-chan estaba sonriendo. Las chicas que aprenden a tener sexo con hombres degeneran en comportamientos cada vez más así. …Pero eso es sólo en relación con su familia y la sociedad, para mí, Himari-chan será siempre la mejor chica que he conocido.
—Oye, Himari-chan.
—¿Qué pasa, Seto-kun?
—Me gustas.
—A mí también me gustas. Me gustas mucho.
Así que siempre pienso en ella, imagino las palabras que quiere que le diga y le susurro que la quiero con todo mi corazón. No escatimo en sexo para hacerla sentir que está en un sueño. Si hay algo que ella quiere que haga, lo hago.
—¿Estás listo para una ducha ahora?
—Sí. …¿Pero podemos quedarnos así un poco más?
Himari-chan acerca su cuerpo al mío y susurra con voz dulce mientras aprieta sus suaves tetas contra mí. Su pelo, mojado por el sudor del sexo, es muy sexy. Soy el único que conoce esta expresión de su cara.
Después, juntos intentamos bajar las escaleras para ir al baño. Permanecimos juntos mientras bajábamos las estrechas escaleras de una casa muy corriente. Pero eso hizo que me pusiera caliente otra vez antes de llegar al baño.
—¡Ah, Himari…! ¡Tienes el coño tan apretado! ¡Tus gemidos de placer son de lo más lindos…!
—Hyah ♡. Ah♡Ah♡Ah♡Ah♡. Me estoy corriendo ♡. Me corro ♡. Tu polla ♡. Tu polla ♡. Hace que mi coño se corra ♡. Ah♡Ah♡Ah♡Anh♡.
En el pasillo frente a la entrada, bajando las escaleras, volvimos a ponernos calientes. Tenía a Himari a cuatro patas sobre el suelo de madera y cogíamos sin control, como perros en celo.
La puerta principal estaba abierta. En el improbable caso de que alguien viniera a visitar esta casa y abriera la puerta, la escena de Himari-chan siendo violada estaría a la vista, con mis caderas golpeando sus nalgas.
—Hah, hah, oye, Himari-chan, ¿te gusto?
—¡Me gustas! ¡Me gustas! ¡Me gustas! ¡Claro que me gustas!
—¿Cuánto?
—¡Mucho! ¡Más que a nadie! Aaah ♡. Ah♡Ah♡Ah♡Ah♡Ah ♡. ¡Te quiero más que a mi hermana y más que a Ta-kun! ¡Ah! ¡¡Aaah! ♡♡.
En el momento en que Himari-chan gritó el nombre de Inukai-kun y dijo que yo le gustaba más que él, disparé mi semen en su útero. Soy la persona más importante para Himari-chan. Cuando pensé eso, una carga gruesa, muy espesa brotó de la punta de mi polla.
—Oye, Himari-chan…
—Haa…♡. Haa… ♡. Haa… ♡. Haa… ♡.
—Tú también me gustas.
—Haa… ♡. Haa… ♡. Sí… ♡.
Le froté las tetas en el pasillo frente a la entrada, mientras me corría dentro de ella.
Después de que finalmente logramos movernos al baño, nos abrazamos y nos dimos un beso mientras nos duchábamos. Luego, cuando al fin nos vestimos, Himari-chan dijo que me prepararía la cena.
—¿……?
—¿Eh? ¿Te pasa algo, Himari-chan?
A veces, como cuando abría el refrigerador o veía las toallas colgadas en el baño, sucedía algo así. En esos momentos, Himari-chan mostraba una expresión muy fría y sombría cuando creía que yo no la veía. Sin embargo, yo no entendía —o, mejor dicho, fingía no entender— la razón de su actitud.
Ella había notado que en el refrigerador había recipientes con comida que su hermana gemela, Mizuho-san, me traía, o que había algunas toallas que Mizuho-san había dejado en el lavabo del baño cuando las traía para ayudarme, porque yo solía ser desorganizado con las tareas del hogar. Pero mientras Himari-chan no mencionara nada al respecto, yo tampoco iba a decirle nada.
Desde que he estado teniendo una relación tanto con Himari-chan como con Mizuho-san, me he estado turnando para traerlas a mi casa, cogérmelas a las dos como loco con mi polla y convertirlas en mis mujeres. Les susurro dulces piropos a cada una de ellas, y las ayudo a deshacerse de sus respectivos complejos y a desarrollar un sentido de la autoestima. …Las hago dependientes de mí, para que, si alguna vez descubren que las estoy engañando a ambas, no puedan desprenderse del placer que tienen grabado en el cuerpo.
Cuando le dije eso sin hacer notar que lo sabía, Himari-chan me miró con una sonrisa.
—Espera un momento, Seto-kun. Te prepararé una comida deliciosa.
Después de terminar su comida, Himari-chan se puso aún más agresiva y voluntariamente chupó mi polla y me hizo una mamada y una paja con las tetas.
—Soy yo, ¿verdad? Yo soy a la que más quieres, ¿verdad, Seto-kun?
Le acaricié suavemente el pelo cuando me preguntó, y en lugar de contestar, la acaricié y la acaricié y la hice correrse tanto que ya no pudiera mantenerse de pie porque las caderas no tenían fuerzas.
Durante el entrenamiento del club de natación, Mizuho y Himari se pelearon. Takumi se enteró por cotilleos, no por ellas, sino por boca de sus compañeros del club de fútbol.
Cuando escuchó eso en el vestuario, la expresión y el tono de Takumi se volvieron notablemente tensos.
—…¿Cómo? ¿De qué hablas? —preguntó con incredulidad.
—¿Que de qué hablo? ¿No te has enterado? Es sobre tus «esposas».
El compañero que le contaba la historia parecía asumir que Takumi, dada su cercanía con las hermanas, debía estar al tanto. Sin darse cuenta de la mirada dura que Takumi le dirigía, el compañero seguía limpiando la tierra de sus zapatos deportivos sucios, tomando el asunto a la ligera.
Ignorando la parte de «tus esposas», Takumi respondió de forma brusca:
—…No, no he oído nada. Mejor dime rápido qué pasó.
—Bueno, no fue una pelea como tal, o eso creo… Ah, y esta información es de Nishiguchi, de natación. ¿La conoces? Es de primer año. Últimamente me habla mucho… ¿Crees que le guste?
—Te dije que no me importa. …Cuéntame rápido.
Takumi contuvo su impulso de alzar la voz mientras intentaba sacar más información. Según su compañero, era cierto que Mizuho y Himari habían tenido algo parecido a una discusión en la piscina durante las prácticas de su club. Sin embargo, los compañeros presentes no habían escuchado la causa de la pelea.
Por lo visto, más que una discusión, Himari había estado cuestionando a su hermana Mizuho de manera un tanto agresiva. Aunque fue un intercambio breve, si no hubiera sido por la intervención de Sumika Kanai, la situación podría haber empeorado, o eso relataba Nishiguchi, la fuente de su compañero del equipo de natación.
…«Parece», «supuestamente»… todo lo que Takumi escuchaba era de segunda mano. Mientras oía la historia, un intenso desconcierto lo invadía.
¿Himari cuestionando a Mizuho? ¿Himari, y no Mizuho? …¿Por qué? ¿Siquiera es eso posible? ¿Cómo…?
Incluso Takumi, que las conocía desde hacía más de una década, nunca había presenciado una escena en la que ella, tan dócil y con poca habilidad para imponerse, confrontara a Mizuho de esa manera. Las hermanas, al estar siempre juntas, habían tenido algunas peleas, pero solían ser por tonterías, como cuando Mizuho se comía por error algún postre que Himari había guardado con mucho esmero.
En esas ocasiones, era típico de Himari no ser capaz de reprender a su hermana con firmeza y acabar llorando en silencio. De no ser así, solía acudir a Takumi, llorando y diciendo: «Ta-kun, mi hermana…», buscando su consuelo. Al menos, así había sido hasta ahora.
Por eso, Takumi pensó que debía tratarse de un error, algún malentendido que se había exagerado como en un juego de teléfono descompuesto. …En realidad, consideraba que todo el asunto de la discusión entre Mizuho y Himari era probablemente un error. Después de todo, siendo el amigo de la infancia que había cuidado de ellas durante tanto tiempo, le parecía extraño que no se lo hubieran contado.
—……
—¿Eh? ¿Qué te pasa, Takumi? —preguntó un compañero de equipo al notar su expresión.
—Nada. ¿Qué me va a pasar? Bah, si pelearon, seguro harán las paces en nada, —les respondió a sus compañeros de clase, ocultando su inquietud y mostrando la típica actitud de chico despreocupado.
—Vaya, sí que lo tomas a la ligera, —dijo el otro.
—¿Eso crees?
Justo entonces, otro de sus compañeros se acercó y les habló.
—Oigan, chicos, ¿por qué no vamos a cenar a algún restaurante? Tengo hambre.
—Oh, suena bien. ¿Vienes también, Takumi?
En el fondo, Takumi quería declinar la invitación y regresar a casa cuanto antes, pero siendo alguien que sabía adaptarse al ambiente y tenía muchos amigos, la opción de decir que no ni siquiera pasó por su mente.
¿Mizuho y Himari peleándose…? ¿Por qué no me dijeron nada?
En realidad, deseaba verlas cuanto antes para entender la razón de esa discusión y, de paso, averiguar el motivo de la reciente frialdad que había notado en ellas. Cuando hace poco le había enviado un mensaje a Mizuho para invitarla al festival de verano, solo había recibido una breve respuesta de «Lo siento». Cualquier otra excusa, como que estaba ocupada o el hecho de que hubieran peleado recientemente, habría sido comprensible. Pero una respuesta tan corta y fría, sin más explicaciones, dejaba a Takumi sin saber qué pensar. Él le había respondido con un «Bueno, entonces será en otra ocasión», y la conversación se había detenido ahí.
Ahora que recuerdo, hoy ninguno de sus padres está en casa, ¿verdad? Están ellas solas… ¿Estarán bien?
Ese pensamiento lo llenó de ansiedad. Aun así, después de haberse mostrado tan tranquilo ante sus amigos, no podía admitir que quería irse por la preocupación que sentía por sus amigas de la infancia.
En realidad, en la casa de Mizuho y Himari se estaba desarrollando una situación importante en ese momento, pero Takumi nunca llegó a enterarse. Al final, estaba destinado a permanecer al margen, incapaz de darse cuenta de lo que realmente era importante para él.
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