Bastardo Mujeriego

Vol. 4 Capítulo 11. Himari, la esposa, se da cuenta del amorío con la hermana

—Oye, Seto-kun, ¿eso es todo para la colada? ¿No queda nada más?

En una mañana fresca para ser pleno verano, el sonido de las pantuflas resonaba en mi casa, donde vivía solo.

—Eh… sí, creo que eso es todo. Tal vez.

—¿Cómo que «tal vez»? ¡Tienes que estar seguro!

Quien me reprendía era Himari-chan, vestida con una camiseta y unos pantalones cortos. Llevaba en brazos la ropa sucia que yo había acumulado. De pie junto a la mesa del comedor, con expresión de disculpa por mi falta de habilidades domésticas, observaba cómo ella hacía las tareas del hogar.

—Es verano, así que hay que lavar la ropa más seguido.

—Sí, entendido. Lo haré mejor la próxima vez… ¿te ayudo?

—No, Seto-kun, tú puedes sentarte. Francamente, serías un estorbo.

Recientemente, su hermana mayor me había dicho algo parecido. Al ver que ambas se parecían en eso, no pude evitar pensar que, efectivamente, eran hermanas.

—Está bien, ya voy, ya voy.

—Jejé, buen chico.

Cuando me senté obedientemente en la silla, Himari-chan sonrió con satisfacción. Canturreando con su dulce voz, caminó en sus pantuflas hacia el baño.

A pesar de que me dijo que me quedara sentado, realmente me sentía culpable por dejarle todo el trabajo a ella. Así que me levanté, saqué la aspiradora del armario y comencé a pasarla por la alfombra y el suelo de madera.

—¿Vas a limpiar? Gracias, Seto-kun.

—De nada.

Que Himari-chan me diera las gracias por limpiar mi propia casa era un poco irónico, aunque extrañamente, simplemente escuchar su «gracias» y responderle hacía que la fresca mañana se sintiera aún más agradable.

—¡Oh, Seto-kuun!

—¿Qué pasa, Himari-chan?

Desde el baño, Himari-chan me hablaba mientras yo estaba en la sala. Para no interrumpirnos con el ruido de la aspiradora, nuestras voces naturalmente subieron de volumen.

—Um, verás, el detergente se está acabando…

—Ah, ¿en serio?

—¿Tienes de reserva?

—Pues, si no hay más ahí, probablemente no.

Al escuchar mi respuesta, apenas alcancé a oír a Himari-chan murmurar algo como, «Entonces tendremos que ir de compras».

¿Que por qué Himari-chan me estaba ayudando con las tareas domésticas por la mañana de esta manera? Desafortunadamente, la razón no es porque empezara a vivir con ella. La verdadera razón es simplemente porque ella se quedó a dormir en mi casa después de acostarnos anoche.

Ayer por la tarde, le pedí a Himari-chan que fuera mi modelo para un dibujo, y después fuimos a un café y charlamos, y por la noche no teníamos suficiente de qué hablar, así que la invité a casa y tuvimos sexo directamente en mi habitación. Después de coger, yo no quería que se fuera a casa, y parecía que Himari-chan tampoco quería irse. Así que creo que fue algo muy natural pedirle que se quedara a dormir.

—Seto-kun, hoy es el día de la basura, así que no lo olvides, ¿sí?

—Ah, sí, claro.

Gracias al recordatorio de Himari-chan, subí al segundo piso y vacié el contenido de la papelera de mi habitación en una bolsa de plástico. Vivía solo, así que la cantidad de basura era mínima. Sin embargo, si le hubiera dicho a Himari-chan que prefería acumular un poco más antes de tirarla, probablemente se habría molestado. Así que, siguiendo sus instrucciones, llevé la basura al área de recolección.

Era cierto que la mayoría de la basura eran pañuelos y condones usados la noche anterior con Himari-chan, algo que no debería dejar en casa en pleno verano. Al llegar al área de recolección, me encontré un poco inclinado en gesto de respeto hacia la basura, sintiéndome vagamente triste por el semen que no había terminado dentro del estómago de Himari-chan. Pensaba en ello con un poco más de ironía debido a que, después de usar los condones, habíamos cogido sin protección como de costumbre.

Frizcop: Pero wn… cómo no vas a querer botar eso como máximo al día siguiente…

—Ya estoy de vuelta~.

—Bienvenido, gracias por ir a tirar la basura.

Desde el baño, Himari-chan asomó la cabeza para darme la bienvenida con una cálida sonrisa, incluso tras una salida de solo unos minutos. Después de quitarme las sandalias y entrar a la casa, me acerqué hasta donde ella estaba, junto a la lavadora, y la abracé repentinamente por la espalda.

—Ah… oye, estoy en medio de la colada. Además, aún es de mañana…

—Estoy de vuelta.

—…Sí, bienvenido, Seto-kun.

Con una expresión tierna, Himari-chan rozó su cabeza perfumada de champú contra mi mejilla. Respirando profundamente el aroma, acaricié sus muslos suaves, que sobresalían de sus pantalones cortos.

—Ah… mmm ♡.

Fue un sonido suave, apenas audible, pero el tono sensual de su voz convirtió el aire fresco de la mañana en una atmósfera espesa y dulce.

—Himari-chan, ¿acaso te acabas de excitar?

—…No, cómo crees. …Eres malo, Seto-kun.

—¿No te apetece un beso?

—…Sí, me apetece.

Con nuestros deseos en sintonía, comenzamos a besarnos suavemente, de forma dulce y pausada.

—Hm… ♡. Chuu…♡.

Cada vez que mordía los labios carnosos de Himari-chan, el aliento que se escapaba de su preciosa nariz me hacía cosquillas en el labio superior. Puedo sentir cómo la zona donde nuestra piel se toca en un abrazo se vuelve rápidamente sudorosa.

—Puah… ♡. Haa…♡.

—Gracias por la comida, Himari-chan.

—Sí, gracias por la comida…♡.

—¿Quieres repetir?

—Por supuesto…♡.

Estábamos tan felices y cómodos que terminamos besándonos hasta que la lavadora se detuvo.

—Nnhaa… ♡. Oye, Seto-kun.

—¿Hm?

—¿Por qué sigues acariciando la barriga?

Cuando me estaba ahogando en el narcótico placer del beso, Himari-chan me preguntó. Era porque había estado acariciando debajo de su ombligo durante el beso. A ella no le importaba, pero parecía preguntárselo.

Le conté la razón.

—Es porque ayer me corrí un montón aquí~.

—…Ah.

—Pensé que fue lindo que quisieras tener sexo conmigo a pesar de que ya no me quedaran condones, Himari-chan.

—Pero, eso es porque…

Himari-chan confesó honestamente que «quería sentirme bien con la polla de Seto-kun», aunque sus ojos húmedos miraban hacia abajo.

Influenciada por un mujeriego podrido como yo, Himari-chan se está volviendo cada vez más traviesa, y es muy linda. Viéndola tan tímidamente, afloran en mí sentimientos encontrados de deseo sexual y cobijo que hacen que mi núcleo se caliente.

—Oye, ¿podemos coger otra vez?

—Eso no va a poder ser por ahora.

—¿Eh?

—No me vengas con ese «¿Eh?», Seto-kun. No pongas esa cara.

Mis intenciones fallaron, y Himari-chan me rechazó firmemente. Mientras me preguntaba por qué, ella colocó su dedo índice sobre mis labios.

—Tenemos que tender la ropa, o si no, quedará medio mojada, ¿sí?

—¿Eh~?

—Vamos, no seas caprichoso.

La sonrisa de Himari-chan parecía reflejar un toque de ternura maternal. A pesar de que las chicas pueden ser influenciables, resulta que son mucho más firmes y decididas que chicos como yo. Era un asunto complicado de entender.

Después de eso, tendí la ropa en el balcón junto a Himari-chan. Y una vez terminadas las tareas de la casa, finalmente llegó el esperado momento del sexo.

—…Ah ♡. Seto-ku, ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡.

Aunque lo había estado esperando por menos de dos horas, mis bolas estaban hirviendo de semen por verterlo dentro de Himari.

El lugar donde estamos conectados es el cuarto de baño. Decidimos tomar una ducha fría antes de hacerlo, pero cuando comenzamos a lavar el cuerpo del otro, no pudimos contenernos y empezamos a hacerlo ahí mismo.

—Ah, nnuuuhh ♡. Seto, kun ♡. Asíii ♡. No puedo lavarte así ♡.

—Haa, haa, haa, de todas formas, no va a servir de mucho con lo que vamos a hacer! ¡Así que no importa, Himari-chan!

—Sí-sí lo sé, pero ♡. Haahh ♡. Tu-tu polla está tan dura ♡.

Tenía a Himari a cuatro patas sobre los azulejos del baño y se lo hacía por detrás a lo perrito.

Habíamos estado lavando nuestros cuerpos, así que ella y yo estábamos cubiertos de burbujas de jabón por todas partes.

Por supuesto que esas burbujas son resbaladizas, pero la vagina de Himari-chan, donde yo estaba metiendo mi polla sin condón, era aún más resbaladiza. Además, como estamos teniendo sexo mientras nos duchamos con agua fría, el calor en su coño es aún más notable. Cuando movía mi polla erecta de atrás adelante en su interior, sentía como si mi vara por completo se hubiera derretido.

—Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Me encanta esto ♡. Seto-kun ♡. Seto-kun ♡. Ah ♡. No puedes ♡. Seto-kun, no sigas con eso ♡. Si te pones a frotar ahí con tu polla… ah ♡. Auuuuh ♡.

—Ah… ¡estás tan apretada! ¡Voy a correrme, Himari-chan!]

—Nnoh ♡. Ho ♡. Nnghoooh ♡.

—Esto es una locura… ¡Mi mente se está quedando en blanco…!

Después de entregarnos al sexo sin protección en el baño, Himari-chan y yo decidimos hacer nuestros deberes de verano como estudiantes. Sentía que algo no estaba bien, como si hubiera algún error, pero tal vez solo era mi imaginación. En realidad, creo que yo he estado «fallando» desde hace mucho tiempo.

—Eh… Himari-chan, ¿cómo se despeja esta raíz cuadrada?

—¿Eh? ¿Cuál?

—La de este problema.

—Umm, veamos… esto es así.

Himari-chan y yo abrimos el mismo cuaderno de problemas de matemáticas y nuestros apuntes, y nos ayudábamos mutuamente en las partes que no entendíamos. Himari-chan, que era mejor en ciencias que yo, respondía a mis preguntas apartándose el cabello de la oreja y asomándose para mirar mi cuaderno.

Por cierto, tanto Himari-chan como yo estábamos en ropa interior. Yo llevaba solo unos bóxers y una polera sin mangas, mientras que Himari-chan vestía un conjunto de sostén y bragas de color verde pastel. Cuando intentábamos estudiar, el calor se volvió tan insoportable que el aire acondicionado ya no daba abasto, así que decidimos decir, «Entonces, estudiemos así». …La culpa no era de nosotros, sino del verano japonés, que últimamente se había vuelto demasiado caluroso.

—Aquí haces esto, y en este de aquí, así… ¿Lo entendiste?

—Ah, claro. ¿Así?

—Sí, así.

La manera de enseñar de Himari-chan era muy precisa, y avanzábamos mucho más rápido que si estudiara solo. Tener a la vista sus pechos, envueltos en su lindo sostén, su ombligo adorable, y su tierna sonrisa me ayudaba a relajarme. Además, cuando resolvía un problema difícil, ella me premiaba dejándome frotarle las tetas, o incluso dándome un beso. Era el ambiente de estudio perfecto.

Al avanzar hasta un punto razonable del libro de ejercicios antes del mediodía, decidimos tomar un descanso.

—Uf… todavía queda mucho por terminar…

—Buen trabajo, Seto-kun.

Sentado en la alfombra del salón, con el respaldo apoyado en el sofá, observé cómo Himari-chan, en ropa interior, me sonreía y me acariciaba la cabeza suavemente.

—Ah… eso se siente bien, Himari-chan.

—¿Quieres que lo siga haciendo?

—Sí…

—Jejé, qué remedio, entonces.

Aunque ella decía eso, parecía que en realidad le gustaba que yo le pidiera ese tipo de cosas o que dependiera de ella. Quizás era un reflejo de su rol habitual de «hermana menor». Por eso, yo también solía actuar de manera un poco caprichosa, como si fuera un niño frente a ella.

—Oye, Seto-kun.

—¿Hmm…? ¿Qué pasa, Himari-chan?

—Sabes, tu polla se está haciendo más grande.

—Ah, ¿de verdad?

Estuve un rato aturdido mientras ella me acariciaba el pelo con sus manos delgadas y femeninas.

Como señaló Himari-chan, inconscientemente, mi polla estaba formando una gran tienda de campaña, las erecciones pueden ocurrir no sólo cuando estás excitado, sino también cuando estás extremadamente relajado, y este era el caso esta vez. Pero bueno, se me pasaría si me dejaba llevar, pensé distraídamente, y entonces Himari-chan me susurró al oído.

—…¿Quieres tener sexo?

Su voz en un pequeño susurro, pero tenía un tono muy dulce, y llegó directamente a mi cerebro. Comprendí enseguida que no era yo quien quería hacerlo, sino Himari-chan.

Pero sería mezquino señalarlo ahora. Así que asentí con sinceridad.

—Sí, quiero hacerlo.

—Entonces, no hay nada que se le pueda hacer…

Himari-chan murmuró con voz alegre, sin sentir en absoluto que fuera una molestia —distinto de cómo lo había dicho recién— y luego se puso a horcajadas encima de mí, que estaba sentado en la alfombra y apoyado en el sofá detrás de mí. Ella seguía con el sujetador puesto y se acababa de sacar las bragas, colgando solo de una pierna y enganchadas en el tobillo de la otra.

A horcajadas sobre mí, las caras mirando a la del otro, Himari-chan me bajó los bóxers con ambas manos. Mi pene, que ya no tenía nada que lo contuviera, rebotó arriba y abajo y apuntó al techo.

Con una expresión de fascinación en la cara, Himari-chan me hizo cosquillas en el cuello de mi pene con sus dedos, como si le estuviera haciendo cosquillas al cuellito de un gato.

—Aah, se está poniendo grande otra vez. El pene de Seto-kun es un chico malo. ¿A quién me recordará?

—¿No te has vuelto un poco más juguetona que antes, Himari-chan?

—Vamos, no es así. …Mmm ♡. Chyuh ♡. Ham ♡. Si me volví más juguetona que antes, no es por mi culpa.

—Ajajá, lo siento, lo siento. Me disculparé, así que no te enfurruñes.

—No me estoy enfurruñando. …Ah ♡.

—Guau… oh, genial… tu coño está tan caliente…

Cuando Himari se puso de rodillas, bajó las caderas por su cuenta e invitó a mi vara de carne a entrar en su hendidura. Sería ridículo siquiera contar cuántas veces nos hemos unido de esta forma. El sexo se ha convertido en nuestra forma de comunicación básica.

Mi polla se hunde cada vez más en la pegajosa y al mismo tiempo caliente mucosa vaginal. Para ser sincero, sólo esto ya es suficiente placer para eyacular.

—¡Ghh…! Se siente tan bien que mis caderas parecen flotar por sí solas. ¿Y tú, Himari-chan?

—Nn… ♡. Yo también, mi cabeza está en las nubes por la polla de Seto-kun. Ejé, ejejé ♡.

Himari-chan cruza sus manos detrás de mi cuello. Yo agarro firmemente su cintura. Y ambos comenzamos a mover nuestras caderas al mismo tiempo.

—Oooh ♡. Ngoohh ♡. E-esto es increíble ♡. Tu polla es increíble ♡.

—¡Ggh…! ¡Voy a correrme pronto…!

—Sí, vamos a corrernos ♡. Corrámonos juntos ♡. Seto-kun ♡.

—¡Uuah…!

—~~~¡! ♡♡.

Ambos nos corrimos al mismo tiempo en menos de cinco minutos. Mientras eyaculaba dentro de la vagina de Himari-chan, realmente me dieron ganas de chupar sus pechos, así que me apresuré a levantar el sujetador verde pastel que podía ver delante de mí y chupé los pezones rosados que se escondían debajo de él.

—Huah… ♡. Seto-kun… ♡.

Himari-chan pronunció mi nombre embelesada, acariciándome el pelo con ambas manos mientras todo su cuerpo y sus paredes vaginales se crispaban en pequeños espasmos.

—¿Seto-kun? Prepararé el almuerzo, ¿de acuerdo?

—Oh, ¿estás segura?

—Sí, por supuesto.

Himari-chan, que fue a pararse delante de la nevera, me miró mientras yo me iba a duchar de nuevo y me limpiaba la cabeza con una toalla de baño, y sonrió.

Una vez más, mirando hacia atrás en nuestro comportamiento desde la noche anterior hasta aquí, es nada menos que el de maniacos. Anoche cogimos hasta que se nos acabaron los condones, luego tuvimos un montón de sexo sin protección, luego nos levantamos por la mañana, limpiamos e hicimos la colada, luego cogimos en el baño, luego hicimos los deberes, y luego cogimos otra vez.

Ahora ella llevaba una polera que le presté encima de la ropa interior y el cabello recién lavado recogido en una coleta. Personalmente, creo que es agradable ver tantos lados diferentes de Himari-chan, ya que tiene que cambiarse de ropa con frecuencia debido a que tenemos sexo en pequeñas dosis.

No voy a decir que no cuando se ofrece cocinar el almuerzo para mí.

—Gracias. Entonces, aceptaré tu oferta… ¿Eh? ¿Himari-chan, te pasa algo?

—…No, nada.

—¿……?

Hice una expresión de extrañeza porque, al abrir el refrigerador, Himari-chan se había quedado inmóvil hasta que le hablé. Antes de que pudiera preguntar de nuevo por qué, ella se giró hacia mí con una sonrisa.

—¿Qué te gustaría comer, Seto-kun? Si tienes alguna petición, puedo hacer lo que quieras. Aunque no lo parezca, yo también soy bastante buena cocinando, ¿sabes?

En la frase de Himari-chan, sentí un matiz especial en la palabra «también», pero decidí hacerme el desentendido.

—Ah, ¿entonces podrías hacer hamburguesas?

—Sí, déjamelo a mí.

Disfruté cada bocado de la comida que Himari-chan me había preparado.

Después de que nuestras barrigas estuvieran llenas, nos echamos una siesta juntos, luego volvimos a tener sexo, hicimos un poco de deberes y volvimos a tener sexo una vez más. Himari-chan actuaba con más pasión que por la mañana, y yo le respondía lo mejor que podía. Luego, al anochecer, era hora de que se fuera a casa.

—Oye, Seto-kun…

Después de ponerse los zapatos, Himari-chan me miró a los ojos y susurró mientras estábamos en la entrada, tras haber estado unos diez minutos besándonos.

—¿Qué pasa, Himari-chan?

—…Bueno, tengo una petición un poco extraña.

—¿Una petición tuya? Haría lo que fuera, entonces.

—…Entonces, ¿podrías decir que te gusto?

—¿…? ¿Por qué?

—…¿No quieres?

—Nada de eso. Me gustas.

Dije esas palabras con sinceridad. Entonces, Himari-chan mostró una expresión de alivio y me sonrió.

—A mí también me gustas, Seto-kun. Me gustas mucho.

Después de decir eso, Himari-chan se acercó y me dio un abrazo mientras me besaba nuevamente.

Entonces, rechazó mi propuesta de acompañarla hasta la estación, sin razón aparente, y salió por la puerta.

…¿Qué le pasó a Himari-chan? Hay algo extraño en su actitud…Mientras recordaba su comportamiento, que me había parecido un poco raro, abrí la nevera para tomar algo de comida rápida como cena. Fue en ese momento cuando se me ocurrió la posible causa.

…Definitivamente fue mi hermana.

Himari caminaba sola de regreso a casa, con el cielo teñido por el atardecer, y en su mente repasaba la imagen de cuando abrió la nevera de la casa de Seto.

No hay duda. Esa forma de ordenar los vegetales… sólo mi hermana lo haría así. Mi hermana estuvo en la casa de Seto-kun…

Aunque se suponía que él evitaba las tareas domésticas, la nevera estaba sorprendentemente bien abastecida. Además, cuando Himari la abrió, experimentó una extraña sensación de déjà vu al ver su contenido. …No era una prueba concluyente en términos racionales, pero su intuición como hermana gemela y, más allá de eso, como mujer, le decía que no estaba equivocada.

No sabía cómo había ocurrido, pero tenía la certeza de que Mizuho, su hermana mayor, había visitado la casa de Seto al menos una vez. Para Himari, eso ya no era una suposición, sino un hecho. También explicaba el comportamiento extraño que había notado en su hermana últimamente.

Entonces, una vez confirmada esta certeza, ¿qué iba a hacer Himari?

Lo normal sería enfadarse. De hecho, estaba muy enojada. Aunque su ira era difícil de notar a simple vista, pues no estaba acostumbrada a enojarse, Himari estaba más furiosa que nunca.

¡No… esto no puede ser!Sin embargo, curiosamente, su enojo no estaba dirigido hacia Seto por haber sido infiel. ¡Es injusto… es injusto, hermana!

Sí, el blanco de su ira era su propia hermana, la que había puesto sus manos en el hombre que Himari amaba. …La culpa de la infidelidad no era de Seto, sino de Mizuho. Seto había logrado calar tan profundamente en el corazón de Himari en tan poco tiempo que ella estaba dispuesta a culpar a su hermana antes que a él.

¿Qué voy a hacer? Si esto sigue así, Seto-kun… ¡Mi hermana me va a arrebatar a Seto-kun!

Frizcop: Obligada a mandarse un School Days, matando a la hermana y decapitando a Seto. No veo otra solución.

No podía permitirlo.

Tenía que hacer todo lo posible para evitar que eso ocurriera.

La ansiedad de no querer ser abandonada por Seto.

El deseo de que él sólo tuviera ojos para ella.

¡Después de todo, yo soy la que más quiere a Seto-kun…!

Sentía que era su deber consolar a ese chico solitario.

El corazón de Himari, ya envenenado por Seto, anhelaba ser la mujer perfecta para él, sin importar sus propias necesidades.


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