Bastardo Mujeriego
Vol. 4 Epílogo 1. Un verano increíblemente despreocupado y divertido
Las vacaciones de verano, que habían sido tan emocionantes, pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Un día, ya en la recta final, Himari-chan fue la primera en invitarme al festival de verano que se celebraba en un santuario cercano. Sin embargo, poco después, recibí el mismo mensaje de Mizuho.
Ambas invitaciones coincidían perfectamente, y aceptar la de una mientras rechazaba la de la otra probablemente sería motivo de otra discusión entre ellas, algo que quería evitar a toda costa. Así que les propuse que fuéramos los tres juntos, en armonía.
¿Tal vez a esto se le podría llamar «indecisión»? Pero no, podía afirmar con seguridad que no lo era. Para mí, tanto Mizuho como Himari-chan eran igual de importantes. No había ninguna diferencia entre ellas. Mizuho era mía, y Himari-chan también. Cuando invité a ambas a mi casa para hablar, les transmití sinceramente este sentimiento. Aunque sorprendidas, ambas aceptaron mi propuesta con una sonrisa irónica.
—De verdad, Shinji-kun, no tienes remedio.
—Haa~, ya entendí que eres así. Pero si vamos a hacer esto, entonces tendrás que encargarte de nosotras dos como corresponde. ¿Entendido, Shinji?
Desnudas, ambas usaron sus pechos para envolver mi miembro, que ya había descargado muchas veces en sus cuerpos, y con dulzura lo exprimían entre sus pechos.
Al reflexionar, no podía recordar la última vez que había asistido a un festival. Quizás nunca lo había hecho con amigos. Mientras me dejaba llevar por la ternura de la rusa que me estaban haciendo y el calor de sus mamadas, haciendo charcos blancos de semen en sus escotes, no pude evitar sentirme agradecido por la relación que habíamos construido juntos.
Desde el día en que tuvimos nuestro primer trío, había estado teniendo sexo con ellas cada vez que teníamos tiempo. Era algo tan placentero que prácticamente lo hacíamos a diario. En mi habitación, en la suya, incluso después de ir a la piscina municipal, terminamos haciéndolo en un hotel del amor; y en una ocasión, en el aula de preparación de arte de la escuela.
La conexión entre nosotros, tanto física como emocional, se había fortalecido increíblemente. Era como si hubiéramos estado juntos durante décadas, comprendiendo a la perfección nuestros deseos y pensamientos.
Quería que este verano lleno de momentos vibrantes junto a ellas nunca terminara. Pero, al mismo tiempo, sentía curiosidad y emoción por todo lo que vendría después de estas vacaciones. …Con esos sentimientos encontrados, el día del festival finalmente llegó.
Esa noche, esperaba frente al torii [1] del santuario a que ellas llegaran. Las linternas estaban encendidas, y los puestos de raspados y algodón de azúcar llenaban el recinto. Había una gran multitud, desde familias hasta parejas jóvenes.
—Perdón por la tardanza, Shinji-kun. Me tomó más tiempo prepararme de lo esperado.
—Ya estamos aquí. Ah~, subir estas escaleras de piedra con getas[2] es más complicado de lo que pensaba. ¿Eh? ¿Por qué te quedaste con esa cara tan rara?
El sonido de las geta resonó sobre el pavimento de piedra, y al girarme para verlas, me quedé inmóvil, hipnotizado por la escena.
Allí estaban Mizuho y Himari-chan, ambas vistiendo yukatas con un diseño a juego, aunque en colores diferentes. Siempre eran lindas, pero esa noche estaban especialmente deslumbrantes. Sus yukatas [3] y obis [4] les sentaban perfectamente, y sus peinados recogidos de manera elegante les daban un aire maduro. Himari-chan lucía refinada y encantadora, mientras que Mizuho, con su caminar grácil, parecía más recatada de lo habitual.
—¡Oye! ¿Qué significa esa cara?
Mis palabras, o la falta de ellas, hicieron que Mizuho se molestara un poco, y terminé prometiéndole que le invitaría un raspado para compensar.
Después de eso, recorrimos juntos los alrededores del santuario. Frente a los puestos, ambas miraban con entusiasmo infantil, brillando de emoción. De un lado a otro, sus geta resonaban mientras elegían a cuál ir. Entre la multitud, sus yukatas destacaban tanto que varios jóvenes volteaban a mirarlas. Aunque yo caminaba justo detrás de ellas, no podía evitar sentirme algo nervioso por esas miradas.
Les compré raspados, algodón de azúcar, y en lugar de peces dorados, que les daba pena atrapar por miedo a que murieran, jugamos a pescar pelotas de goma.
—Ah, por cierto, hermana, ¿sabías que Ta-kun logró entrar en el equipo titular?
—¿Eh? ¿De verdad? No lo sabía. Ya veo… Vaya, qué bien. Se ha esforzado mucho.
Fue en ese momento cuando me enteré de que su amigo de la infancia, Inukai-kun, a pesar de estar en segundo año, había conseguido un puesto en el equipo titular de fútbol. Mientras las dos sonreían emocionadas, me uní a su alegría.
—Pero bueno, —dijo Mizuho de repente—, digo, ya que estamos aquí, ¿por qué no sacamos una fortuna los tres?
Himari-chan también asintió, pensando que era una buena idea.
—¿Eh? Shinji, ¿por qué esa cara?
—Es verdad. ¿Te pasa algo, Shinji-kun? ¿Te duele el estómago? ¿Quieres descansar un rato?
Sin querer, mi expresión se tornó sombría, y ambas se dieron cuenta. Cuando les confesé la razón, se quedaron mirándome con incredulidad.
—¿Qué? ¿Que siempre te sale una mala fortuna? ¿Es en serio?
Y, como era de esperarse, mi suerte no falló: obtuve una mala frotuna. Mizuho no pudo disimular su sorpresa, mientras que Himari-chan, más comprensiva, me acarició la cabeza con ternura. Por cierto, ellas sacaron la mejor fortuna. …Y, según dijeron, especialmente las predicciones sobre el amor eran muy buenas, aunque ninguna quiso decirme exactamente qué decía.
Luego, los tres atamos juntos nuestras fortunas a una misma rama. Según la lógica de Mizuho, de esa manera, la suerte positiva de sus buenas fortunas podría contrarrestar mi mala suerte.
Intentamos hacer moldes de figuras, compramos takoyaki [5] y también manzanas caramelizadas. Himari-chan suspiró preocupada por ganar peso con tanta comida, mientras Mizuho le aseguró que la comida de las ferias no contaba. Así, disfrutamos el festival al máximo.
El tiempo pasó rápidamente, y finalmente llegó el momento culminante: el espectáculo de fuegos artificiales.
El santuario estaba ubicado en una pequeña colina, desde donde se podía ver perfectamente los fuegos artificiales que lanzaban desde la ribera del río al pie de la montaña. En el claro detrás del recinto del santuario, ya se había reunido una multitud, todos mirando en la misma dirección.
—Mizuho, Himari-chan, aquí hay un espacio libre, —dije.
—¡Wah, espera un momento! … Uf, —respondió Mizuho mientras se abría paso.
—Hay muchísima gente… —comentó Himari mientras miraba alrededor con curiosidad.
Me coloqué detrás de ellas para evitar que las empujaran en medio de la multitud.
Poco después, las luces del claro se apagaron de golpe.
—Ah, parece que va a empezar, —dijo Mizuho.
Tal como dijo, el primer fuego artificial ascendió al cielo con un silbido. Al estallar, iluminó la noche con una gran flor amarilla.
—¡Guau…! —exclamaron Mizuho y Himari al unísono, sus voces perfectamente sincronizadas.
La luz de los fuegos artificiales iluminaba sus rostros, que brillaban como si estuvieran llenos de magia. Más que las luces en el cielo, me quedé embelesado mirando a ambas.
—…Ups.
En ese momento, alguien pasó detrás de mí y me empujó hacia adelante. Sin querer, mi cuerpo tocó ligeramente la espalda de Himari-chan. Puse una mano en su hombro y le susurré al oído:
—Himari-chan, perdón.
—No te preocupes, estoy bien, —respondió.
Poco después de ese intercambio, sentí algo cálido presionándose contra mi entrepierna. Era el trasero de Himari-chan, cubierto apenas por la delgada tela de su yukata. Su movimiento era sutil pero claro contra mi entrepierna: frotaba suavemente la raya de sus nalgas, de un lado a otro.
Incluso con tanta gente alrededor, no era necesario estar tan pegados. Tampoco fui yo quien decidió presionar mis caderas contra las nalgas de Himari-chan. …Eso solo podía significar una cosa. Con las orejas y la nuca enrojecidas, me acerqué al oído de Himari-chan y le pregunté:
—…¿Pasa algo, Himari?
—……
Ella permaneció en silencio, pero incluso a través de su espalda podía sentir que su respiración estaba ligeramente acelerada.
—¿Quizás es que te dieron ganas de tener sexo?
—…Sí.
—Guau, y lo admites… Himari-chan, eres una pervertida.
En el claro, donde los fuegos artificiales ascendían y sus vibraciones resonaban en el estómago, Himari-chan era la única con la cabeza gacha. Sus dedos arañaban ansiosamente la tela de mis pantalones por detrás, y su trasero, sin cambios, se frotaba sugestivamente contra mi entrepierna.
También comencé a sentirme excitado.
Quería cogerme a Himari-chan. No podía esperar para hacérselo. Su cuerpo también estaba en celo, ansiando el sexo conmigo. La prueba de ello eran las fuertes feromonas que emanaba de su nuca.
Parecía que no podríamos aguantar hasta que terminaran los fuegos artificiales.
Pero ¿era realmente necesario aguantarse? A mí me gustaba Himari-chan, y a ella también le gustaba yo. Si queríamos coger, ¿por qué no hacerlo?
—Mizuho, un momento.
—…¿Eh? ¿Qué pasa?… Ah.
—¿Puedes ser nuestra pantalla por un momento?
—…Sí.
Mizuho, al ver que mi entrepierna estaba pegada al trasero de Himari-chan, comprendió inmediatamente lo que quería decir. Entonces, se colocó en una posición que bloqueaba la vista de nuestros cuerpos a los ojos de los demás.
—Gracias. Después de Himari-chan, también te lo haré a ti también, Mizuho.
—…Sí… Por favor, cógeme también, Shinji. Tómame con tu polla.
Ambas estaban cada vez más sumergidas en el placer que obtenían del sexo conmigo. No había razón para que se negaran a que se las metiera. Incluso yo tenía esa certeza arrogante.
Mientras todos los demás estaban distraídos mirando los fuegos artificiales, comencé a prepararme para tener sexo con Himari-chan en secreto. Levanté cuidadosamente la parte de atrás del yukata de Himari-chan, saqué mi pene cuando me bajé la cremallera de los pantalones y lo deslicé a través de la abertura de sus bragas.
—Hauh… ♡.
El erótico gemido que Himari-chan hizo al metérselo fue silenciado por los fuegos artificiales consecutivos y los aplausos de la multitud.
El interior de Himari estaba increíblemente caliente y daba una sensación como derretida. Solo con estar dentro, mi polla parecía estar a punto de derretirse. Mantuve los movimientos de mi cadera al mínimo y fijé mi mirada en los fuegos artificiales. También le dije a Himari-chan que mirara los fuegos artificiales.
—Huuh… ♡. Mmm… ♡. Mmm… ♡.
—Himari-chan, baja el volumen, tu voz es demasiado alta.
—Pe-peroo…♡. Mmm…♡. Mmm…♡. Mmuh…♡. Es que tu polla se siente tan bien… ♡. Haa, mmm… ♡.
Básicamente, el claro estaba en la oscuridad, excepto por la luz de los fuegos artificiales. Todos estaban mirando hacia arriba, así que nadie prestaba atención a las mitades inferiores de los demás. A menos que fueran muy observadores, solo pensarían que éramos una pareja que se abrazaba demasiado.
El sexo en medio de una multitud era extremadamente emocionante. Aunque solo podía moverme ligeramente, el placer de sentir el coño de Himari-chan exprimiendo mi pene hacía que corriera una corriente eléctrica por mi espina dorsal.
No solo yo, también la expresión de Himari-chan se había vuelto erótica y derretida.
—Voy a correrme dentro, Himari-chan. Aprieta el coño.
Cuando hice la declaración, Himari-chan asintió con la cabeza. En el siguiente momento, las paredes vaginales que envolvían mi pene se apretaron aún más, y eyaculé.
—Aaah… ♡♡♡. Ah ♡♡♡. ~~~~ ♡♡♡.
El semen, pesado y espeso, salió con fuerza.
Mientras eyaculaba, una lluvia de fuegos artificiales explotó en el cielo, y las chispas se dividieron en chispas más pequeñas que explotaban a su vez. Algo similar estaba sucediendo en nuestras mentes.
Después de todo, Himari-chan había sido llevada al orgasmo en público y yo me había corrido dentro de ella. Después de hacer algo así, definitivamente no podría volver a la normalidad. Solo podría vivir conmigo. Fue tan emocionante que no podía dejar de eyacular.
Después de inyectarle una gran cantidad de semen en el útero de Himari-chan, saqué mi polla. La inteligente Himari-chan, sin que se la dijera, apretó su coño en el momento de la extracción para retener el semen dentro. Ahora tendría que llevar mi semen fresco en su estómago hasta que llegara a casa. Le volví a poner correctamente la parte de atrás del yukata y la ayudé a ponerse de pie, luego llamé a Mizuho.
Mizuho cambió de lugar con Himari-chan en silencio.
Al igual que su hermana gemela, Mizuho también había sido llevada más allá del punto de no retorno por mí. Me sentí extático y también le metí mi polla.
—Ah…♡.
En el momento en que mi polla entró suavemente dentro de ella, sus hombros temblaron.
Los fuegos artificiales continuaban explotando en el cielo. Comencé a mover mi cadera lentamente.
—Haauh…♡. Mmm…♡.
Mi polla estaba caliente. A pesar de la extraña posición, estaba bien metido hasta el fondo. Algo succionaba la cabeza de mi pene. Seguramente, el útero de Mizuho estaba dándole la bienvenida a mi pene a su manera. De repente pensé que, si eyaculaba sin protección, sería malo.
Después de todo, si seguíamos teniendo sexo sin protección todos los días, no sería extraño que Mizuho y Himari-chan quedaran embarazadas. …Mientras pensaba en eso, sin darme cuenta, puse mis manos en los hombros de Mizuho y las usé para presionar su cuerpo ligeramente hacia abajo.
Con las manos presionando sus hombros desde arriba y la cabeza de mi polla presionando la abertura de su útero desde abajo, no podría evitar que me corriera dentro incluso si quisiera. …Pero, oh, bueno, no importa. Mizuho no mostraba ninguna intención de escapar, y si quedaba embarazada, sería una prueba de que me amaba.
—Ah… Ah, guh…♡.
—Aguanta, Mizuho. Si gritas, todos sabrán que eres una pervertida que tiene sexo en público.
—Mmm… ♡. Huuh… ♡. Oh… ♡. Mmmoh, oh…♡.
—Ah, se te cae la baba por la boca. Qué vergüenza. Eres tan linda, Mizuho.
La cabeza de Mizuho, como la de una marioneta cuyas cuerdas se habían roto, cayó hacia adelante. Mis manos, presionando los hombros de Mizuho, aumentaron su fuerza. Himari-chan, junto a su hermana siendo violada por mí, estaba de pie con una expresión lánguida y llena de placer.
En ese momento, sin pensarlo mucho, miré hacia el otro lado y vi a una chica que no conocía, parada ahí. ¿Habría venido sola a ver los fuegos artificiales? No había amigos o parejas a la vista. Y, a pesar de que estaban en pleno espectáculo de fuegos artificiales, por alguna razón, la chica estaba cabizbaja y no se podía ver su expresión. Al ver que sus orejas estaban completamente rojas, le susurré.
—Oye, tú.
—¡Ah…!
—¿Sabes lo que estamos haciendo?
—……
La chica llevaba ropa casual con una falda larga, en lugar de un yukata. Me dio la sensación de que era más joven que yo. Si había venido a este festival, probablemente vivía por aquí.
—Estamos copulando ahora mismo. ¿Te resulta más familiar si lo llamo sexo? —Le expliqué a la chica.
—……
—Has estado mirando, ¿verdad? Cómo cogíamos.
—…Ah, um…
—¿Has estado mirando?
—…Sí-sí.
Tenía una voz adorable. Con su mano izquierda, agarraba el hombro derecho que se veía desde su blusa de manga corta. Aunque estaba cabizbaja, se podía ver que tenía una cara bien proporcionada y pestañas largas. Su hermoso cabello negro llegaba hasta la cintura. Su piel estaba extrañamente húmeda por el sudor, pero no era por un golpe de calor.
Mientras observaba atentamente su estado, continué susurrando.
—¿Has tenido sexo antes?
—Eh… ¿Se-sexo…? No, yo nunca he…
—Ah, eso es una pena. Pero mira, ¿no parece que nos estamos divirtiendo mucho?
Si una chica ve la expresión de Mizuho mientras me la cojo, debería entender que no es que la esté forzando. Y, por supuesto, cualquier chica querría probar el placer que provoca esa expresión.
Le hice la propuesta como si fuera algo natural.
—¿Te gustaría que te hiciera lo mismo que a ella?
—¿Eh…?
Ella levantó la vista sorprendida y me miró.
Pero eso fue claramente un error para ella. Al hacer contacto visual, se congeló como una rana a la que acecha una serpiente.
Sus ojos, que deberían haber sido firmes, estaban llenos de miedo. Y efectivamente, era más joven que yo. Si vivía por aquí, podría ser una estudiante de menor grado en mi escuela. Si es así, ¿a qué club pertenecería?
—¿Tienes un teléfono? ¿Intercambiamos contactos?
—Eh, ah, um…
—Vamos, sácalo.
Mientras tenía sexo con Mizuho, también flirteaba con otra chica. Era mi primera vez ligando, así que no estaba seguro de si este método funcionaría, pero por suerte, ella obedeció y sacó su teléfono. Parecía no saber cómo usarlo y tardó un poco en hacerlo.
Después de intercambiar nuestras IDs de contacto, volví a centrar mi atención en el sexo con Mizuho.
—Aah… tu coño se siente increíble, Mizuho.
Susurré, no solo para Mizuho, sino también para la chica de al lado.
Inhalé profundamente el olor de Mizuho desde su coronilla, que estaba justo debajo de mi cabeza, y continué cogiéndomela con movimientos mínimos.
La chica de al lado parecía estar muy perturbada y no podía moverse del lugar. Probablemente estaba confundida al encontrarse de repente con esta escena y no sabía qué hacer. Ternurita.
—Mizuho, voy a correrme, así que trágatelo en tu útero. …¡Ugh!
Eyaculé. En presencia de una chica desconocida que sabía que estábamos teniendo sexo, eché mi semen en el útero de Mizuho mientras ella permanecía de pie. Al igual que con Himari-chan, salió una carga espesa y abundante.
Cuando saqué mi polla de Mizuho, noté que la chica de al lado tembló ligeramente.
Luego, unos minutos después, los fuegos artificiales terminaron. Mientras yo me guardaba el pene en los pantalones y fingía no saber nada, tanto Mizuho como Himari-chan agarraban el dobladillo de mi camisa con un significado profundo, lo que dejaba claro que habían tenido sexo.
—Chicas, ¿quieren que vayamos a un hotel?
Cuando les susurré, ambas asintieron al mismo tiempo.
Montamos en la ola de gente que salía del claro para buscar un hotel cercano y las llevé conmigo.
Sin embargo, cuando miré brevemente hacia atrás, la chica de antes seguía inmóvil en su posición original, sin moverse en absoluto.
Luego, los tres nos dirigimos a una habitación de un hotel del amor, nos desnudamos y, olvidando palabras y razón, cogimos como animales. Puse los cuerpos de Mizuho y Himari-chan uno encima del otro, penetré sus vaginas gemelas alternativamente y eyaculé dentro de ambas. Abrí las cortinas, presioné sus pechos contra la ventana y miramos la vista nocturna desde arriba mientras las penetraba desde atrás. Hice que Mizuho chupara mi pene mientras Himari-chan me daba un beso negro. Nos calentamos en una bañera con burbujas, salimos del agua y nos besamos y cogimos en posición del misionero por turnos.
Finalmente, después de cubrir a ambas con mi semen, tomamos una foto conmemorativa. Delante de mi teléfono, ambas abrieron sus coños, que estaban llenas de semen, y sonrieron lascivamente mientras hablaban.
—Vamos, mira, por favor… ♡. Mi hermana y yo nos hemos convertido en propiedad de Shinji-kun… Nos encanta tanto el sexo como él. Estaremos juntos para siempre ♡.
—Somos propiedad de Shinji. Nuestros coños serán solo de él para siempre… Ah, la polla de Shinji está volviéndose aún más grande. Es realmente irresistible… Sí, tengamos sexo vez más ♡.
…Ahora, ambas son completamente mi propiedad, para siempre.
Los recuerdos de las vacaciones de verano, llenos de sexo con ambas, se convirtieron en algo invaluable en mi corazón.
El final de las vacaciones de verano estaba cerca. Y cuando terminaran, llegaría el segundo semestre.
Seguramente habría nuevas oportunidades de encuentro allí.
Mientras esperaba con ansias, rocíe mi semen sobre los cuerpos de Mizuho y Himari-chan.
[1] Estructura tradicional japonesa que suele marcar la entrada a un santuario sintoísta. Es uno de los elementos más emblemáticos del paisaje cultural de Japón y simboliza la transición de lo mundano al espacio sagrado del santuario.
[2] Tipo de calzado tradicional japonés que se asemeja a sandalias con una suela elevada. Se utilizan generalmente con ropa tradicional como el kimono o el yukata, aunque también pueden ser usadas con ropa casual en ocasiones especiales, como festivales o eventos culturales.
[3] Prenda tradicional japonesa que se asemeja al kimono pero es más ligera, informal y está hecha de algodón o lino. Es ideal para el verano y se utiliza principalmente en festivales, eventos culturales o al visitar onsen (baños termales).
[4] Cinturón que se utiliza para asegurar el yukata o el kimono alrededor del cuerpo.
[5] Popular plato de la comida callejera japonesa. Se trata de unas bolitas de masa hechas a base de harina de trigo, rellenas principalmente con trozos de pulpo cocido (tako, en japonés). Estas bolitas se cocinan en moldes especiales de hierro con forma de semiesfera, que les dan su característica forma redondeada.
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