¡Supervivencia en otro mundo con mi Ama!
Capítulo 148. Partida de exploración hacia las ruinas
Nuestro destino es el Gran Páramo de Omit. El objetivo es encontrar las escrituras adelianas antes de que sus enseñanzas fueran modificadas. Me acompañan Isla, la Srta. Zamir, varios aventureros, la Gran Dragona Grande, y las arpías Pirna, Ygrett, Eyja y Capri.
Grande y Pirna pueden volar, lo cual es conveniente, pero evidentemente ni yo, ni Isla, ni la Srta. Zamir, ni los aventureros podemos hacerlo. Por eso tuve que construir una góndola que nos transportara.
—¿Cómo se te ocurrió esta forma tan peculiar?
—Pensé en reducir la resistencia al aire, claro.
Frente a Grande y a mí se encontraba un objeto robusto con forma de misil, para decirlo de forma simple. Tenía un cuerpo aerodinámico en general, con ventanas redondas de vidrio en algunos puntos para mirar al exterior. También le añadí cuatro alas estabilizadoras, aunque no estoy seguro de cuán efectivas serán.
Para ser sincero, parece más un juguete que un vehículo funcional: una especie de cohete o nave espacial. Está construido principalmente de madera para hacerlo lo más ligero posible.
Tiene una puerta trasera para entrar, y en el interior hay ocho asientos. Los asientos están equipados con resortes de suspensión para prevenir el mareo, aunque no tengo idea de cuán efectivos serán. Le pedí a Grande que hiciera lo posible por no sacudir demasiado la góndola.
—¿Vamos a volar en esta cosa…?
—¿Te sería imposible?
—No, puedo intentarlo.
—Bien, añadiré peso suficiente.
Fijé ocho pesos de 50 kg cada uno, un total de 400 kg, a los asientos utilizando cinturones de seguridad. Intenté reducir el peso tanto como fue posible, pero si la góndola se desintegra en el aire, estaremos perdidos. Además, no podía hacerla demasiado delgada, ya que debía garantizar su durabilidad, lo que también la hacía bastante pesada.
—Mmm, es bastante pesada. Pero… —dijo Grande, mientras retiraba sus brazaletes protectores y los guardaba en el bolsillo de su falda.
Hoy Grande llevaba una camiseta de cuello halter y una minifalda. Me enteré el otro día, cuando Danan, Sir Leonard y yo estábamos conversando en la mansión del señor, que un sastre de Erichburg había confeccionado esta ropa especialmente para ella.
Resulta que esa misma mañana, mientras yo dormía, se habían apresurado a encargar ropa usando las telas que traje como recuerdo. Especialmente Grande, que solía llevar una armadura tipo bikini por falta de ropa de su talla, consiguió que le confeccionaran rápidamente esta camiseta y falda a partir de ropa prefabricada.
Por sus enormes garras en manos y pies, Grande no puede usar ropa con mangas, y debido a sus alas, solo puede llevar prendas con la espalda descubierta. Tampoco puede usar pantalones, así que naturalmente solo lleva faldas. En cuanto a la ropa interior, solo puede usar tangas, pero como no puede atar los cordones por sí misma, alguien tuvo que ayudarla a ponérsela hoy.
—Mmm. —Grande agarró el asa de la góndola con forma de cohete, desplegó sus alas y flotó suavemente en el aire—. Umu, parece que funciona. Voy a volar un poco con esto.
—Sí, ten cuidado.
Grande comenzó a volar con la góndola en forma de cohete cargada con los pesos. Desde mi perspectiva, parecía manejarla sin problemas, sin tambalearse. Por cierto, hoy Grande llevaba ropa interior blanca. Su falda era tan corta que era difícil no notarlo. Aunque, sinceramente, no había nada particularmente sensual en ello.
—La góndola ya está lista…
Ahora faltan los suministros y los aventureros. Si vamos a quedarnos por un tiempo prolongado, puedo plantar un campo en el lugar. Pediré que preparen semillas y plántulas para los cultivos. Mientras tanto, Grande estuvo sobrevolando el cielo un rato, alejándose un poco y regresando después. Una vez que aterrizó, decidí ir con ella al almacén de suministros del Ejército de Liberación.
—¿Qué tal? ¿Crees que podrás volar largas distancias?
—Si vuelo por mucho tiempo, se me cansan los brazos.
—Lo haremos con calma. No quiero sobrecargarte, Grande, y más importante aún, si resbalas y caes, todos moriremos, incluyéndome.
En caso de emergencia, tengo un paracaídas que reduce la velocidad de caída. Se puede desplegar tanto desde dentro como desde fuera. Tendré que probarlo más adelante. Sería un problema que no funcionara en el momento crítico.
Entramos en Erichburg por las puertas de la ciudad desde el dormitorio de Grande, situado fuera de los muros, y nos dirigimos al almacén de suministros. Allí nos encontramos con Melty.
—Melty.
Al escucharme, Melty volteó, mostrando una suave sonrisa. Con sus cuernos rizados cubriendo su cabeza, parecía una amable mujer bestia con rasgos de oveja. Sin embargo, esos cuernos no son de oveja, sino de demonio.
—¿Kosuke-san? ¿Eh? ¿Has terminado las pruebas?
—Por ahora hemos completado la prueba de vuelo. Aún no hemos probado el sistema de descenso. Creo que sería demasiado para Grande hacer varias pruebas seguidas, así que mejor le dije que tomemos un descanso para hacer un pedido.
—¿Un pedido?
—Quiero que prepares semillas y plántulas para los cultivos. Si nos quedamos mucho tiempo, eso nos ayudará a no preocuparnos por los suministros.
—Ya veo. Entendido, me encargaré de ello.
Melty sacó una libreta de su bolsillo y comenzó a escribir con un bolígrafo. Por supuesto, ese bolígrafo es algo que fabriqué yo. Un día se lo regalé a Melty, ya que se quejaba de lo complicado que era usar una pluma de tinta.
Le encantó tanto que me pidió cien más. Desde entonces, he estado fabricándolos regularmente. Aunque a veces es complicado escribir en ciertos tipos de papel de este mundo, en general, los bolígrafos han sido bien recibidos por su conveniencia. El problema es que, al parecer, nadie más que yo puede hacerlos.
Para ser más preciso, podrían hacerse, pero considerando la producción en masa y el costo, parece ser inviable. Los materiales que uso incluyen hierro, madera y material de limo. Aparentemente, el material de limo puede servir como sustituto del plástico o como base para tinta. El limo es sorprendente.
—Hablando de eso, ¿cómo van los arreglos para los aventureros?
—Oh, ya están listos. Organicé una misión que comenzará en tres días, cuando los suministros estén preparados.
—Aventureros. ¿Qué tipo de personas son?
—Son de confianza. Los conozco bien. Tú e Isla también los conocen.
—…¿Podrían ser Shumel y su grupo?
—Sí, pero…
—Oh… Entonces tendré que reconstruir la góndola.
Shumel es una oni roja, y sus dos compañeras de equipo también son una oni roja y una cíclope. Todas son mujeres, pero al pertenecer a la raza oni, son mucho más altas y corpulentas. No están gordas, ni siquiera un poco, pero son simplemente enormes.
—Grande, ¿puedes manejar más peso?
—¿Mmm? Creo que hay espacio de sobra para más peso.
—Aparentemente, nos acompañarán tres onis.
—¿Hmm…?
—Son tres mujeres musculosas, como una vez y media mi tamaño.
—Eso suena pesado.
—Sí. Quizás tengamos que aumentar el tamaño de la góndola.
—¿No sería mejor si pudiera convertirme en dragón de alguna manera?
—¿Puedes hacerlo en tres días?
—¿Tal vez si me concentro…? —Grande inclinó la cabeza hacia un lado. Sí, es adorable. Pero…
—Yo reconstruiré la góndola, y tú trabaja en la transformación a dragón.
—Umu.
—Um… Lo siento, Kosuke-san. No lo pensé bien.
Melty se disculpó conmigo con una expresión de arrepentimiento, pero negué con la cabeza y respondí:
—No, no creo que tengamos otra opción. La competencia y fiabilidad de Shumel y las demás hacen que valga la pena. En realidad, fui ingenuo por no preguntar antes y no prever esto. Además, la góndola no se desperdiciará; quizás con unas modificaciones sea suficiente.
Como góndola para transportar hasta ocho personas de estatura normal, su rendimiento es perfecto, así que no hay problema. Después de las modificaciones, la góndola podrá llevar a seis personas: tres onis y tres humanos. ¡Estará bien, aunque puede que sea un poco estrecho!
☆★☆
Al final, logré modificar la góndola con éxito. Creo que estaremos algo apretados, pero está dentro de lo aceptable. No hubo problemas para conseguir los suministros. ¿Y Grande? ¿Habrá logrado transformarse en dragón?
—Fue imposible.
—¿No pudiste?
—Siento que estoy cerca.
—Ya veo.
—Umu.
No podía culpar a Grande, que disfrutaba felizmente de sus panqueques con una sonrisa tranquila. Estoy seguro de que, si la regañara, esa expresión de felicidad se convertiría en una de tristeza, y no puedo hacerlo. No yo, al menos.
—Si volar ya no es una opción, podemos viajar en carreta y a pie. Tomará más tiempo, pero no hay de qué preocuparse.
—Sí, creo que está bien viajar despacio.
—Exacto, no hay necesidad de apresurarse.
—Así podremos tomarnos nuestro tiempo y disfrutar del viaje, ¿verdad?
—……
Isla, quien también disfruta de los panqueques con una sonrisa apacible, junto con las arpías Pirna, Ygrett, Capri y Eyja, asienten silenciosamente con la cabeza.
—…Cuanto antes, mejor, ¿no?
—Sí, cuanto antes comiences, antes avanzarán las cosas, así que apresúrate lo más que puedas, ¿de acuerdo?
—Pensándolo bien, llegaremos pronto, y si las cosas se prolongan demasiado, podríamos cambiar de estrategia.
—¡Exacto!
Sylphy, Melty y las demás protestaban contra el equipo de expedición, que insistía en priorizar la seguridad y aceptaba que el viaje tomara más tiempo. ¡Deténganse! ¡No peleen por mí!
—Incluso si están bromeando sobre tomarlo con calma, la seguridad debe ser lo primero. Si parece demasiado complicado, consideraremos viajar por tierra.
—Eso es. No solo somos nosotras y Grande-san, sino también Kosuke e Isla. Si caemos, estamos acabados.
—Yo tengo un paracaídas, por si acaso.
Murmuré mientras sorbía mi té después del desayuno. El paracaídas había sido probado tras el incidente para garantizar su seguridad. No debería haber problemas.
—Bueno, no es que quieran caer en picada, así que, si las cosas se ponen feas, simplemente bajen al suelo.
—Umu, déjenlo en mis manos.
Grande, con crema en toda la boca, resopló con determinación. Ah, demonios, qué desastre. Le limpié la boca pegajosa con una servilleta.
—Grande tiene un ambiente diferente cuando interactúa con Kosuke… en comparación con cuando interactúa con nosotras.
—No, no es eso. Cuando lo miro, siento un calor profundo en mi corazón.
—Cuando Kosuke trata a Grande-chan, parece más como si estuviera cuidando a una niña o a una hija, en lugar de a una mujer.
—Es muy paternal.
—Bueno, es solo que Grande es la única que necesita que la cuide. Ustedes son tan independientes que no dejan espacio para que las atienda de esta manera.
A mis palabras, Sylphy y las demás se miraron entre sí. Sí, no empiecen a derramar comida o bebida de repente por las comisuras de la boca. Es demasiado evidente.
—Ese tipo de cosas llegarán con el tiempo, algún día.
—Gnunu.
—Kuh, me siento derrotada.
—Es hora de que tomemos la iniciativa.
—Cierto.
—No sean tan desesperadas… Eso es un poco exagerado.
—Yo prefiero consentir a Danna-san en su lugar…
—¿…..?
Sylphy y Melty fruncían el ceño con frustración, mientras que Isla y las demás mantenían una conversación inquietante. Sí, Eyja tiene algo en su presencia que me da ganas de cuidarla, al igual que a Grande. Definitivamente me trataré de cuidar de ella durante esta expedición.
☆★☆
—¡Oye, jefe, cuánto tiempo sin verte!
—Cuánto tiempo.
—Cuánto tiempo. Por favor, cuida de mí esta vez.
Shumel y las demás estaban esperando en la puerta sur de Erichburg, el punto de encuentro. Al frente estaba Shumel, la oni roja que había luchado con nosotros como miembro del Ejército de Liberación. Detrás de ella estaban las integrantes de su grupo: otra oni roja y una cíclope. Aún no sabía sus nombres.
—Ha pasado un tiempo. ¿Cómo han estado?
—Nada mal. Y este que me hiciste está genial.
Shumel sonrió y, con un movimiento de sus dedos, golpeó ligeramente el gran garrote dorado que llevaba, produciendo un sonido metálico.
—Hace tiempo que no las veía a ustedes dos. Por cierto, no recuerdo haber oído sus nombres.
—¿Ah? ¿De verdad?
—Ahora que lo mencionas, puede que tengas razón. Como ya te conocíamos, asumí que te los habíamos dicho. Mi nombre es Tozume, encantada de conocerte.
—Yo soy Bella.
La cíclope, que cargaba un gran mazo de madera, y la oni roja, que llevaba un enorme hacha, se presentaron. Tozume resultó ser la cíclope de actitud tranquila, y Bella, la subordinada oni roja. Haré un esfuerzo por recordar sus nombres.
Nota del traductor: Según Kosuke, los cíclopes como Tozume son diferentes a la raza de los «uni-ojos» como Isla. Los cíclopes tienen una constitución similar a la de los oni, y el autor utiliza distintos términos: kanji para los "uni-ojos" y katakana サイクロプス para los cíclopes. Desde ahora, para evitar confusión, usaré uni-ojo para la raza de Isla, cuando se mencione. Si alguien tiene alguna idea mejor, también los leo.
—Por cierto, ¿dónde están las carretas? No iremos a pie, ¿verdad?
Shumel, apoyando su mano sobre la punta del triturador dorado antes de clavarlo en el suelo, miró a su alrededor. Sí, no importa cuánto busques, no hay ninguna carreta.
—No usaremos carretas. Y tampoco iremos a pie.
—¿Hmm?
—Por ahora, salgamos de la puerta.
Salimos juntos por la puerta sur y nos desviamos rápidamente hacia el césped al costado del camino.
—Kosuke-dono, ¿cómo es posible que no usaremos carretas ni caminemos…? —preguntó la Srta. Zamir, la mujer lagarto que llevaba una lanza de hoja larga al hombro, inclinando la cabeza con curiosidad.
—Vamos a viajar en esto. —Respondí a la pregunta de la Srta. Zamir mientras sacaba la góndola para seis personas. Parecía completamente un juguete con forma de cohete.
—¿Esto es…?
—Bueno, es algo así como un vehículo. Ha sido probado para garantizar la seguridad, así que no debería haber problema. De hecho, es completamente seguro.
Abrí la puerta del cohete para mostrarles el interior. Dentro había seis asientos. El asiento para la Srta. Zamir, debido a su cola, parecía más un taburete, pero no me quedó otra opción.
—…¿Eh?
—Vamos, vamos… Solo suban. Ustedes tres se sentarán aquí, aquí y aquí, por razones de equilibrio de peso. También, como pueden ver, no hay mucho espacio, así que tomaré sus armas por seguridad.
—Está bien.
Aunque la Srta. Zamir parecía un poco reacia, las chicas del grupo de Shumel entregaron obedientemente sus armas. Finalmente, la Srta. Zamir cedió también.
—¿Todas tienen puesto el cinturón de seguridad? Excepto la Srta. Zamir, claro.
—Sí, ya lo hice.
—Sí-sí, lo hice…
—Yo también.
—Oye, ¿qué tipo de vehículo es este?
—……
La Srta. Zamir debió percibir algo porque comenzó a ponerse inquieta. Jajajá, impresionante. Tiene buena intuición. Pero ya era demasiado tarde.
—Grande, cierra la puerta, por favor.
—Umu.
—Cierren la puerta, por favor.
—Entendido, déjamelo a mí.
La puerta trasera, o más bien la compuerta, se cerró, y escuché el sonido de Grande subiendo al techo.
—O-oye, ¿puede ser que…?
—¡Bien, despeguemos, Grande!
—¡Nojaaaaaa!
Hubo un leve crujido de madera. Poco después, una sensación indescriptiblemente suave me hizo cosquillas en el estómago. Parece que el avión despegó sin problemas.
—Grande, ¿el peso está bien?
—Sí, no hay problema. ¡Arpías, no se queden atrás!
—¡Déjenlo en nuestras manos!
—No importa contra cuántos dragones compitamos, no nos retrasaremos.
—……
—Sean muy cuidadosas.
Las voces que venían desde afuera eran verdaderamente reconfortantes. Shumel, quien estaba sentada a mi lado, estaba temblando; su rostro rojo había perdido todo color.
—Je-jefe… ¿Pu-puede ser que esto es…?
—Sí, estamos volando. Solo disfruta del vuelo.
Le sonreí mientras respondía. Al escuchar mi respuesta, Shumel tomó un respiro corto y luego…
—¡¿Nnooooooooooo?!
—¡Jajajajá, cuánta energía tienes!
El expreso dragón surcaba los cielos mientras el grito de Shumel resonaba en el fondo. Sí, lamentablemente ya no estamos a una altitud a la que podamos descender fácilmente. Así que, quiero que te rindas y lo aceptes.
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