Remake Our Life!
Vol. 8 Capítulo 1. El Gremio Parte 2
Pensé que me atraparía la hora punta de salida, pero como salí un poco antes, pude sentarme al lado de Takenaka-san en el tren de regreso. Ella también había alquilado un cuarto cerca de la universidad, así que parecía que empezaríamos a cruzarnos más a menudo durante los trayectos diarios.
Estuve sentado durante 10 minutos, luego otros 30 minutos hasta la estación más cercana desde Abenobashi. Siempre lo pienso, pero la distancia entre la universidad y el centro de la ciudad es realmente lejana. Tal vez algún día termine considerando mudarme.
—Fuaah~~~… vaya, qué sueño tengo~.
Takenaka-san, que había estado cabeceando a un lado, dijo esto con un gran bostezo.
—Parece que tienes sueño. Si quieres, cuando lleguemos a la estación, te despierto para que puedas dormir.
Takenaka-san respondió con entusiasmo:
—¡Gracias! —Y luego, curiosa, me preguntó—: ¿Usted no tiene sueño, sensei?
—Yo… no tanto. Más bien, lo que siento es más nerviosismo.
—¿Nerviosismo?
—Sí. Después de todo, era una empresa y una industria que siempre había admirado.
Una compañía de videojuegos. No era la vieja empresa en la que trabajaba, que apenas se mantenía a flote, sino una que representaba la reunión de mis ideales. Además, las personas allí eran muy competentes, y podía ver que eran el tipo de gente con la que realmente quería trabajar. Era ese tipo de lugar.
Aunque era un trabajo a medio tiempo, ya había llegado al punto en el que me permitían formar parte de ese lugar. Naturalmente, eso me ponía muy nervioso, y durante todo el día, mi mente estuvo completamente tensa.
—Por eso no sentí cansancio ni sueño. Bueno, tal vez después de llegar a casa me agote todo de golpe.
Takenaka-san, mientras asentía y decía «¿Es así?», respondió:
—Para mí, la verdad es que la empresa es bastante conocida y me parece increíble, pero no estaba tan nerviosa como usted.
—Eso es… impresionante. Eso quiere decir que no te intimidaste.
Pensé que, en lugar de no poder hacer nada por estar demasiado nervioso, sería mejor poder mantener una sensación más tranquila, como la que ella tenía.
—Es que no soy una persona muy conocedora del mundo. ¡Además, más que eso, estaba emocionada por otra cosa!
—¿Otra cosa?
—¡Claro, estaba mucho más emocionada por conocerlo a usted, sensei, más que por el trabajo en Succeed! —Me miró con los ojos brillantes, genuinamente emocionada.
—Oye, Takenaka-san.
—Sí, ¿qué pasa, sensei?
—A ver, como ya me sugeriste seguir hablando sobre esto, ¿qué te parece si dejas de llamarme sensei por ahora…? …¡¿Qué pasa ahora?!
Aunque solo le pedí que dejara de llamarme de esa forma tan vergonzosa, de alguna manera Takenaka-san empezó a mirarme con los ojos algo vidriosos y con una expresión triste.
—¿No le gusta? Pero para mí, no pensaba en llamarlo de otra manera que no fuera sensei…
…En serio, me hubiera gustado que hubiera pensado en otras opciones.
—No sé, pero como sea, podrías llamarme simplemente «Hashiba-san» o senpai[1], o algo así, ¿no?
—¿Eh…? Eso suena demasiado común…
—Yo creo que está bien que sea algo simple…
—Está bien, lo entiendo. Entonces, al menos me pensaré otro apodo. Tengo 30 segundos para decidirlo, ¿te parece?
—¿Eh, claro?
No entendía por qué pedía algo tan especial, pero accedí si con eso dejaba de llamarme sensei.
Takenaka-san se quedó pensando con los brazos cruzados durante 30 segundos, murmurando «um… um… » y finalmente dijo:
—¡Ya está! ¡Lo tengo! ¡«Paisen[2]»! ¡¡Eso es!!
—¿Paisen…?
—¿Qué tal? Es más cercano que «senpai» y tiene un toque especial. ¡Por favor, déjeme llamarlo así, paisen!
—Paisen, eh… Hmm…
Así que ya no sería «sensei», sino «paisen». Me recordó a una broma de unos comediantes antiguos, y creo que también era un apodo entre los actores de doblaje.
—Bueno, está bien, eso me sirve.
—¡Hurra! ¡Entonces a partir de ahora le llamaré «paisen»! ¡Le voy a hacer muchas preguntas, así que prepárese, paisen!
—Bueno… dentro de lo que pueda responder, sí.
Asentí, empujado por su entusiasmo, y ella levantó el puño y celebró con un «¡Hurraaa!».
Así que esto es lo que pasa… pero…
Hasta ahora, solo las personas cercanas a mí habían evaluado lo que hacía. La producción y el trabajo tras bambalinas siempre fueron algo opacado.
Aunque últimamente han surgido contenidos que dan visibilidad a esos roles, sigue siendo un lugar en las sombras, donde no hay posibilidad de ser el centro de atención.
Sin embargo, ahora había alguien que, al final, había seguido ese camino y había llegado a un punto en el que casi lo alcanzaba. Eso era algo que me daba confianza y, sinceramente, me hacía feliz.
Pero…
Eché un vistazo rápido a su rostro.
La impresión inicial había sido tan fuerte que había dejado su apariencia en segundo plano, pero al verla nuevamente, me sentí algo avergonzado, pues era realmente hermosa.
A diferencia de Saikawa, ella tenía una actitud alegre y refinada que la hacía ser atractiva, el tipo de chica que probablemente es popular.
No podría no sentirme contento al escucharle decir que me admiraba o que estaba feliz de conocerme. Porque yo, en el fondo, era un hombre agotado casi llegando a los 30…
De-debes calmarte, no debes emocionarte… sí.
Miré al frente para tranquilizarme. Después de todo, ella admiraba mi trabajo, no a mí como persona.
Además, aún estaba lejos de mi meta. Apenas había prometido que seguiría mi camino para convertirme en productor, para acercarme un poco más a mis sueños. No podía dejarme llevar por estas emociones tan rápido.
Debía mantener la calma…
—Espera, ¿eh, eeeh? —Sentí algo cálido en mi hombro. Cuando me giré para ver qué era, entendí de inmediato, quedando desconcertado.
—Ahh, paisen, disculpa… estoy demasiado cansada, ¿me dejas descansar un poco en tu hombro hasta la estación? —Dijo eso y, sin defensa alguna, se apoyó en mi hombro, comenzando a dormir profundamente.
Je, ¡¡jejé, mente en calma, mente en calma…!!
Con su aliento tibio y cálido sobre mi hombro, me sentí un poco mareado, pero me forcé a mantener la calma, mirando por la ventana oscura con una mente tan serena como un monje.
◇
Así terminó mi primera noche trabajando a medio tiempo.
La mañana siguiente, cuando pensaba en contarle a todos en la casa compartida sobre mi trabajo a medio tiempo, el primer tema de conversación en la mesa del desayuno fue…
—¡Oye~, escucha, Kyouya!
Una queja de Tsurayuki.
—Mira, yo pensaba que tenía confianza en lo que escribía, ¿sabes? Trataba de hacer los textos legibles, con partes interesantes y manteniendo un buen ritmo. No esperaba una calificación perfecta, pero pensaba que estaba bastante bien, ¿entiendes?
—Sí-sí, claro que entiendo.
—¡Gracias! Bueno, si tú lo entiendes, entonces me siento mejor. Quiero decir, ¿sabes? Quiero crear algo con personas que entienden eso.
—Aunque, por lo que veo, tú ya te habías rendido antes.
—¡Cállate! ¡Ya volví, así que todo bien! Pero, ¡mira lo que tengo aquí!
A pesar de la interrupción de Nanako, Tsurayuki sacó un montón de papeles del sobre.
—¿Qué es esto?
—Este es mi primer borrador. Lo que te estoy mostrando son los comentarios del editor, las correcciones en rojo.
Eso era lo que se llama una «devolución», ¿no?
En los borradores de novelas ligeras, por supuesto, no todo se termina en el primer intento. Hay escritores que entregan borradores casi perfectos, pero lo común es hacer varias revisiones, con el segundo y tercer borrador, y seguir corrigiendo hasta que la obra esté terminada.
Por eso, no es raro que haya cambios grandes en el primer borrador. He escuchado que muchos trabajos se manejan con esta expectativa.
—¿Así que te pusieron un montón de correcciones en rojo?
Tsurayuki asintió en silencio mientras se rascaba la cabeza.
—¡Sí! ¡Todo, desde la forma de escribir las frases, hasta la colocación de las escenas, los contenidos… casi todo volvió lleno de correcciones rojas! ¡Es normal que pierdas la confianza con algo como eso!
—Claro…
Bueno, al parecer era exactamente eso.
—No es que no quiera corregirlo ni nada por el estilo. Sé que tengo que arreglar lo que está mal y ponerme al nivel profesional donde aún no llego. Pero… no sé, es duro, la forma en que lo escribieron.
Nanako tomó el montón de hojas y las hojeó rápidamente, soltando un pequeño grito.
—Eh, esto da miedo.
—¿Qué dice?
Nanako señaló el lugar en cuestión.
—Tiene una gran cruz en toda la página y solo dice: «Vuelva a leer esto detenidamente».
—Wow, eso sí da miedo.
Si al menos hubieran dado instrucciones específicas para corregir, sería más fácil. Pero que te digan que todo está mal y que lo releas… eso destrozaría el orgullo de cualquiera.
—Ah, eso fue duro, pero en los últimos capítulos… escribieron que ni siquiera los iban a leer por ahora y que mejor arreglara la primera mitad.
—Ugh… hasta a mí me está empezando a doler el estómago.
Tsurayuki dejó caer los hombros, completamente abatido.
Era obvio que estaba bastante deprimido, tanto que hasta daba un poco de pena.
ientras todos se sumían en el desánimo, Shinoaki miraba a Tsurayuki con expresión preocupada.
—Shinoaki, oye, ¿qué pasa? No has dicho nada.
—Ah, bueno… es que, aunque ambos estamos trabando en novelas ligeras, parece que es algo completamente diferente. —Shinoaki respondió con su sonrisa habitual.
—¿Eh? ¿En tu caso no es así con las correcciones en rojo?
—No, a veces me piden que corrija algo, pero son detalles pequeños. Por lo general, me dicen que está bien y me elogian.
—¿E-en serio…? Qué suerte tienes, Shinoaki.
Tsurayuki, con una expresión de desesperación, se sostuvo la cabeza.
—Oye, Kyouya, creo que ya… no puedo más. He hecho todo lo posible, pero yo…
—Vamos, anímate. Que hayan leído todo con tanto detalle significa que tu editor está muy comprometido. En realidad, eres afortunado.
Recordé una conversación que tuve con un guionista que tenía experiencia escribiendo novelas ligeras en mi trabajo anterior.
Según él, había editores que solo te daban cumplidos suaves sin ofrecer correcciones, y cuando te tocaba alguien así, toda la responsabilidad recaía en ti, lo que hacía que el trabajo fuera mucho más difícil.
Es cierto que, a primera vista, un editor que hace muchas correcciones puede parecer complicado de tratar. Pero mejorar la calidad de esa manera asegura que la valoración como autor suba. A largo plazo, salvo que seas un genio, eso es mucho mejor.
—Por eso, aunque sea difícil, es mejor que te esfuerces aquí. Seguro que también están evaluando si eres un autor capaz de mejorar la calidad de tu trabajo.
—¿E-en serio…?
Parecía que Tsurayuki finalmente había logrado cambiar de actitud.
—Bu-bueno, entonces intentaré esforzarme un poco. Es verdad, como dices, Kyouya, si pienso que me están haciendo poner los pies en la tierra después de ganar el premio para novatos, me dan ganas de seguir adelante.
—¡Eso, eso! Si lo haces con la mentalidad de que no vas a rendirte, seguro que todo saldrá bien.
—¡Entendido, lo haré! Voy a superarlo, crearé algo bueno y los haré aceptar mi trabajo. —Finalmente, la chispa volvió a los ojos de Tsurayuki.
Bueno, si aún está en la etapa de quejarse con todos, todavía se puede considerar que no es nada grave. El problema es cuando se guarda todo para sí mismo y no dice nada, eso puede llevar a incidentes como el de antes.
No quiero volver a pasar por algo así nunca más.
Yo mismo, y todos nosotros, necesitamos mirar más allá, sin depender unos de otros. Si podemos hacerlo, no volverán a ocurrir cosas tan tristes.
—Ah, por cierto, Kyouya… —Nanako habló, como para cambiar de tema—. Quería consultarte algo sobre una colaboración.
—¿Eh? Pero, ¿no habías respondido ya a eso?
Desde esta primavera, a Nanako le habían estado llegando varias propuestas de colaboración en Nico Nico Douga. De hecho, hace poco me había pedido consejo sobre una de esas ofertas, y le había dado mi opinión junto con algunas sugerencias para su respuesta.
Así que pensé que se refería a ese asunto, pero…
—No, no es sobre eso. Es que me llegó otra propuesta diferente.
—¿Ya te llegó otra? ¡Eso es increíble!
Parece que Nanako se estaba convirtiendo en una cantante bastante popular. Si le seguían llegando propuestas una tras otra, tal vez ya era momento de que empezara a ser más selectiva con sus colaboraciones.
—Era una persona llamada Gajibery P, —dijo Nanako.
—Ya veo, ¿Gajibery…? —Repetí el nombre que Nanako había mencionado y, justo después, levanté la voz con todas mis fuerzas—. ¡¿Eeeeh?! ¡¿De Gajibery P?!
—¿Eh? ¿Qué-qué? Sí, pero… ¿qué pasa con eso?
Nanako y los otros dos también se sorprendieron por mi reacción.
Es que esa persona… en diez años, va a convertirse en alguien increíble.
Originalmente, él subía canciones de Vocaloid en Nico Nico, pero un sello discográfico interesado le pidió que produjera a un grupo de idols, y a partir de ahí, sus canciones comenzaron a ganar mucha atención.
En el futuro del que yo venía, ya se hablaba de que aparecería en la competencia musical de fin de año.
N@NA también era una gran estrella, pero si hablábamos de alguien salido de Nico Nico, Gajibery P era una figura carismática igual o incluso más que ella.
Ah, pero ahora todavía no debe ser tan famoso, ¿no?
Recordaba que sus canciones de Vocaloid empezaron a superar el millón de reproducciones de forma consecutiva alrededor de finales de 2008. Hasta entonces, aunque suene mal decirlo, no había tenido mucho éxito ni actividades destacadas.
Por eso, era natural que los demás no entendieran mi sorpresa.
—Bueno, es que… Gajibery P escribe buenas canciones. Por eso me acordé del nombre.
—¿En serio? Yo no estoy muy enterada, así que me preguntaba quién sería.
…Sí, todavía tenía ese nivel de reconocimiento.
—Pero, si no es mucho problema para ti, Nanako, creo que sería bueno aceptar la colaboración. Seguro que en el futuro será una buena conexión.
—Hmm, ya veo… —Nanako inclinó la cabeza con duda, pero finalmente dijo—: Bueno, si tú lo recomiendas, Kyouya, supongo que podría intentarlo. —Parecía que había decidido pensarlo de manera positiva.
—Pero al final tienes que decidirlo por ti misma, ¿de acuerdo? No porque yo lo haya dicho.
—Siií, eso lo decidiré después de escuchar bien sus canciones.
Exacto, si se volvía demasiado dependiente de mí, eso podría causar problemas más adelante. Mi papel debía limitarse a dar consejos; de lo contrario, le estaría quitando su autonomía.
—Parece que todos están esforzándose a su manera, ¿eh? —dijo Shinoaki con una sonrisa.
—Sí, seguro que todo lo que hemos hecho hasta ahora está empezando a dar frutos.
Ahora era mi turno de volverme más fuerte para poder guiar al grupo.
Decirlo es fácil, pero otra cosa es si puedo hacerlo o no.
Tal vez la experiencia en Succeed me sería útil, pero eso dependería de cuánto me esforzara.
◇
Después de terminar el desayuno, todos volvieron a sus tareas como de costumbre. Yo tenía un turno de medio tiempo por la tarde, así que, aunque era un poco temprano, decidí prepararme y salir de casa.
Mientras caminaba desde el borde del río hacia la estación, recibí una llamada.
—Es Kawasegawa, —me dije.
Imaginé que debía tener algún asunto que tratar, así que presioné el botón para contestar.
—¿Hola? ¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo?
Entonces, una voz inusualmente baja respondió del otro lado.
—¿Acaso no puedo llamarte si no tengo ningún motivo?
No pude evitar soltar una risa.
—¡Oye! ¿Qué es tan gracioso?
—Perdón, perdón. ¿Y bien?
Kawasegawa, que nunca fue buena con la tecnología, casi siempre me llamaba solo cuando tenía algo que decir. Sin embargo, cuando dejamos de trabajar juntos en proyectos y cada uno comenzó con sus propias actividades, de repente empezó a llamarme de vez en cuando.
Por eso ya le respondía sin pensarlo con un:
«¿Hola, Kawasegawa? ¿Qué pasa? ¿Algo ocurrió?»
Y, con un gran suspiro, ella me decía:
«¿No puedo llamarte si no tengo algún motivo?»
Desde entonces, Kawasegawa comenzó a llamarme así, incluso sin tener nada importante que decir.
— Eres buena persona, pero también dices cosas bastante malintencionadas, —comentó ella.
—Eh… sí, supongo que no puedo negarlo.
Después de todo, me divertía ver cómo reaccionaba, así que incluso yo reconocía que no era precisamente el más santo.
— Bueno, lo que quería decirte… —empezó Kawasegawa.
Resultó que su llamada era para consultarme sobre su trabajo de medio tiempo. Como me había contado antes, trabajaba como asistente de dirección en una productora de cine. Según me dijo, había tenido algunas sorpresas en el trabajo.
—Nada de lo que estudié como estudiante sirve de verdad en el campo.
Aunque había aprendido cierta terminología y métodos en sus clases, al enfrentarse al trabajo real, descubrió que la aplicación práctica y las especificaciones variaban según el lugar, por lo que esos conocimientos no representaban ninguna ventaja.
—Pensé que, como ya había estudiado estas cosas en la universidad, podría ayudar sin problemas… pero fui ingenua. Tengo que volver a aprender todo desde cero.
—Vaya… eso suena duro.
—Bueno, estudiar me gusta, así que está bien. Lo más complicado es el ambiente de trabajo.
—¿El ambiente? ¿Es malo?
Al escuchar esto, Kawasegawa suspiró profundamente.
—Sí. Bueno, considerando la situación, era de esperarse.
La productora de cine donde trabajaba tenía el potencial de crear películas de nivel para estrenos en cines.
Sin embargo, con el cine japonés sumido en una recesión, no se encontraban en una situación que les permitiera producir solo obras de ese nivel. Por eso, empezaron a trabajar en comerciales, que aún tenían demanda, pero el personal que originalmente estaba en la empresa para hacer cine comenzó a expresar públicamente su descontento.
—Entiendo cómo se sienten, pero que lo demuestren abiertamente es el problema, ¿no?
—Exacto. Por eso, el ánimo entre los empleados más jóvenes se ha ido apagando cada vez más.
Al parecer, de los tres empleados que habían ingresado al mismo tiempo que Kawasegawa, dos ya habían renunciado.
—¿Y tú también estás un poco desanimada? —pregunté, pensando que, con esta situación, quizá también le afectaba.
—¿Yo? Para nada. Más bien, si voy a renunciar, prefiero hacerlo rápido. No quiero que me metan en el mismo saco.
Parece que no había motivo de preocupación en ese sentido.
—De hecho, últimamente lo digo directamente: «Si hay algún trabajo de dirección que nadie quiera hacer, dénmelo a mí». Todavía no me han dado nada, pero si sigo insistiendo, puede que eventualmente ocurra. No quiero perder oportunidades por quedarme de brazos cruzados.
Era, sin duda, la Kawasegawa de siempre.
—¿Y tú qué tal? ¿Te está yendo bien en la empresa de videojuegos?
Le conté que, por el momento, la primera impresión había sido muy buena.
—Eso suena bien. Que incluso exista la posibilidad de trabajar ahí a tiempo parcial suena como una buena empresa. Si mi compañía quiebra, tal vez te pida que me recomiendes.
—¿Tú, Kawasegawa, en una empresa de videojuegos?
—No es tan raro, ¿sabes? He escuchado que últimamente hay más juegos que le dan importancia a la dirección cinematográfica.
Pensé que, con esa amplitud de miras, no era de extrañar que existiera la Kawasegawa que había conocido en el futuro. Quizás, incluso en el futuro que me esperaba, la vería trabajando en una empresa de videojuegos.
—Entonces, parece que tú tampoco tienes de qué preocuparte. Me alegra.
—¿Te preocupabas por mí?
—Por supuesto. No voy a olvidar esas palabras tuyas cuando dijiste que necesitabas ayuda.
Sinceramente, esas palabras me tocaron el corazón.
—…Gracias.
—No hay de qué. No nos guardemos las cosas dentro. Hasta luego.
La llamada se cortó de forma repentina. Yo retomé mi camino hacia la estación.
A pesar de que ella había sido la estudiante más destacada de nuestra carrera, ahora enfrentaba duras realidades en un entorno que, en teoría, debería haber sido su camino de élite en la producción audiovisual. Lo triste era que había cosas que no podía solucionar solo con esfuerzo personal.
—Pero estás esforzándote, ¿eh, Kawasegawa?
En una situación que podría haberla sumido en el pesimismo, ella estaba buscando la manera de avanzar a su manera. Eso, sin duda, también me daba valor a mí.
Al ver cómo todos encontraban sus propias oportunidades de éxito y hablaban del futuro con entusiasmo, había sentido, en el fondo, un poco de tristeza.
Pero al escuchar sus historias, me di cuenta de que, como era de esperarse, todos tenían sus preocupaciones y obstáculos, y aun así, intentaban seguir adelante.
Me avergoncé de estar detenido en un lugar tan insignificante.
—Voy a esforzarme. Todavía me falta mucho camino.
Ahora que había conseguido un entorno donde podía adquirir habilidades, debía esforzarme al máximo para avanzar lo más rápido y seguro posible.
De verdad quería convertirme pronto en algo auténtico, en alguien que Takenaka-san pudiera admirar de verdad.
[1] Un senpai (先輩) es una persona de mayor experiencia o antigüedad en un contexto, como una escuela o trabajo. Se utiliza para referirse a alguien que guía o asesora a quienes son más jóvenes o nuevos, conocidos como kouhai (後輩), quienes aprenden de ellos.
[2] Paisen no es nada más que la palabra «senpai» pero con las sílabas al revés.
¡Quieres discutir de esta novela u otras, o solo estar al tanto? ¡Entra a nuestro Discord!
Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de la plataforma Ko-fi o Paypal.
0 Comentarios