Remake Our Life!
Vol. 8 Capítulo 5. Premium Parte 1
El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos.
El caluroso verano recorrió todo Osaka y, antes de darnos cuenta, julio estaba llegando a su fin.
El único gran cambio en la vida en la casa compartida fue que la comida se volvió completamente veraniega. Platos fríos como somen [1] y udon [2] se volvieron notablemente populares, así que, para evitar el agotamiento por el calor, comenzamos a prepararlos con más frecuencia.
Sin embargo, solo por este día, la mesa estaba llena de platos más elaborados, como frituras y carne asada.
—Bien, para celebrar la finalización de la corrección del debut de Tsurayuki como autor de novelas ligeras… ¡salud!
Todos alzaron sus voces con entusiasmo, gritando un fuerte «¡Salud!».
En términos editoriales, «corrección» se refería a la etapa en la que se habían corregido todos los errores tipográficos y gramaticales, y ya no quedaban más revisiones por hacer. Aunque todavía quedaban trabajos de diseño antes de la impresión, desde el punto de vista del autor, el proceso estaba completo.
En otras palabras, Tsurayuki había alcanzado un gran hito en su camino como escritor.
—¡De verdad, muchas gracias a todos! ¡Por fin… por fin soy un autor de novelas ligeras!
Con una expresión un tanto aturdida, Tsurayuki miró hacia el vacío. Y tenía sentido. Había estado escribiendo durante años, soñando con convertirse en escritor, superando fracasos y, finalmente, había logrado aferrarse a esa oportunidad.
—Sí… bueno… eres increíble. Te felicito. —Nanako, con un ligero puchero, le dirigió unas palabras de elogio.
—¡Jajá, me alegra muchísimo escuchar eso de ti! ¡Gracias, Nanako!
—¡Agh, qué raro se siente! ¡Reacciona como siempre y ponte a discutir conmigo!
Pero al menos por hoy, Tsurayuki parecía dispuesto a aceptar los elogios sin problemas.
—De verdad es asombroso… Al final, Tsurayuki-kun se ha convertido en un escritor, ¿eh?
—¡Gracias, Shinoaki! Y bueno, espero que lo tuyo también salga bien.
Al escuchar sus palabras, Shinoaki asintió varias veces.
Así es. En cuanto al trabajo de ilustración de Shinoaki para la novela ligera, de alguna manera se había logrado definir el boceto para la portada. Sin embargo, todavía había muchos aspectos del proceso que seguían sin estar claros.
Ojalá el éxito de Tsurayuki sirva como motivación para ella…
Yo seguía apoyando a Shinoaki como hasta ahora. El editor a cargo nos había
dicho que, mientras la ilustración de la portada estuviera lista, podríamos
manejar con más flexibilidad el resto de los materiales. También estaban
dispuestos a reorganizar el calendario de trabajo, así que nuestra
prioridad absoluta era completar la portada lo antes posible.
—Ooye, Kyoya.
—¿Hmm?
Nanako tiró ligeramente del dobladillo de mi ropa.
—Lo siento mucho por interrumpirte cuando estás ocupado, pero ya quiero hacer el video de aquella canción… ¿Podrías darme algo de tiempo?
—Sí, por supuesto. Es la canción que querías subir en solitario, ¿verdad?
Nanako asintió.
—Sí. Gajiberry P no ha avanzado mucho desde entonces. No quiero presionarlo, así que pensé en subir esta canción en solitario mientras espero.
El gran proyecto colaborativo en el que trabajaban avanzaba únicamente en la parte de Nanako, mientras que Gajiberry P, que tenía la parte más importante, casi no progresaba en lo suyo.
Como quedarse esperando sin hacer nada no parecía una opción, Nanako decidió aprovechar la oportunidad para lanzar una canción original en solitario.
—Bueno, él también trabaja en otra cosa además de la música, así que es comprensible. Entendido.
Se suponía que en el futuro él se dedicaría por completo a la música, pero en esta etapa todavía era difícil que se mantuviera solo con eso, por lo que seguía trabajando a medio tiempo en un local de karaoke mientras seguía con sus proyectos.
—Gracias. Entonces, te pasaré los datos de la ilustración y la grabación de prueba. Una vez los hayas visto, coordinemos cómo será el video.
—Entendido, los revisaré de inmediato.
Últimamente, Nanako usaba ilustraciones de fanarts en los videos de sus canciones en solitario. Yo no había intervenido en ese aspecto, ya que ella misma se encargaba de contactar a los artistas y obtener su permiso para usarlas en los videos.
—Hahh, rayos, ojalá él subiera la canción más rápido. Nos la pasamos reuniéndonos para discutir detalles, pero casi no avanzamos.
Al parecer, Gajiberry P vivía en la zona norte de la ciudad, por lo que solían encontrarse en algún punto intermedio, como Namba o Shinsaibashi, para sus reuniones. Sin embargo, la mayoría de esas reuniones terminaban en largas conversaciones triviales, sin que hablaran a fondo sobre la canción.
—Bueno, en este tipo de proyectos es comprensible, ya que cada quien tiene su propio ritmo.
—¿Será así…? Mañana me volveré a reunir con él, así que intentaré presionarlo un poco.
Pensé que era admirable cómo Nanako había aprendido a manejar esas situaciones por sí misma. Antes, era muy tímida y evitaba tratar con extraños, pero ahora lograba hacer avanzar las cosas sin ayuda.
Si este gran proyecto colaborativo resulta bien, Nanako podrá crecer aún más.
Las expectativas sobre lo que vendría en el futuro solo seguían aumentando.
—Cuando tenga el libro listo, lo primero que haré será dárselo a todos ustedes. ¡Así que escriban reseñas y ayúdenme a promocionarlo! —Dijo Tsurayuki con entusiasmo.
—Si es aburrido, prepárate porque te pondré solo una estrella.
—¡Ja! ¡Puedo ver claramente un futuro en el que lloras de frustración mientras me das cinco estrellas!
Nanako le respondió como de costumbre, y tanto Shinoaki como yo los observamos.
Me pregunté si este equilibrio que habíamos mantenido durante tanto tiempo empezaría a desmoronarse pronto.
Tsurayuki será el primero en graduarse. Luego, si todo va bien, será Nanako. Y después…
Poco a poco, el futuro de la casa compartida empezaba a volverse más claro.
Aquella escena que solía imaginar con melancolía pronto se convertiría en realidad.
Estaba cada vez más cerca.
◇
Era un viernes por la tarde a principios de agosto.
Takenaka-san y yo nos encontrábamos en la situación más tensa desde que comenzamos a trabajar en Succeed. Estábamos en la sala de reuniones junto al departamento de desarrollo. Normalmente, en ese espacio amplio solo se utilizaban unas pocas sillas, pero ahora estaba casi completamente lleno de gente.
—Pa-Pa-Pa-Pa-Paisen, yo-yo-yo ya no sé qué estoy diciendo, diciendo, diciendo, diciendo… —Dijo ella, tan nerviosa que parecía sacada de un meme de algún manga famoso de baloncesto. Intenté calmarla por el momento.
—No van a matarnos ni nada por el estilo, así que tranquila.
—¿E-e-en serio? ¿La-la gente de este lugar no son nuestros enemigos, verdad?
—Si lo fueran, ni siquiera se habrían tomado la molestia de escucharnos.
Eché un vistazo rápido a aquellos «enemigos».
Todos los desarrolladores presentes eran personas con las que ya nos habíamos familiarizado desde que comenzamos a trabajar. Cada uno tenía su propia forma de tratar con nosotros, pero en general eran amables, fáciles de hablar y no había nadie extremadamente desagradable.
…Sin embargo.
Hoy no será tan fácil.
Lo que le había dicho a Takenaka-san antes había sido, en parte, una mentira para tranquilizarla.
En el mundo del desarrollo, las ideas y proyectos eran como el alma misma del equipo. Al menos, yo lo veía de esa manera.
Aunque nuestro proyecto fuera idea de simples estudiantes, si este no tenía sustancia, si no tenía alma, no dudarían en…
Ni se tocarán el corazón antes destrozarlo.
Era inevitable que nos vieran como simples aficionados. Aun así, habíamos preparado nuestras armas para la batalla. Después de todo, llevábamos mucho tiempo en este viaje porque nos apasionaban los videojuegos. No habíamos venido hasta este campo de batalla solo para ser derrotados sin más.
—Ya casi es la hora. Comencemos.
Horii-san echó un vistazo al reloj y se dirigió a todos en la sala. Las luces se atenuaron y la pantalla del proyector descendió en silencio.
La luz se centró en mí, el primero en presentar. Con el puntero en mano, iluminé las cuatro esquinas de la pantalla para comprobar que todo funcionaba correctamente.
Bien, sin problemas.
Intercambié una mirada con Matsuhira-san, quien estaba a cargo del equipo, y tomé una gran bocanada de aire. Frente a la fila de «enemigos», abrí la boca y comencé a hablar.
—Soy Kyoya Hashiba, del Primer Departamento de Desarrollo, equipo de debugging . Me gustaría empezar con la presentación del proyecto.
La primera diapositiva apareció en la pantalla, proyectándose con claridad.
Con determinación, empecé mi exposición.
◇
Mismo día, tres horas después.
Ya era por la tarde, y el calor había disminuido. Takenaka-san y yo estábamos desplomados en los cojines de la sala de descanso de la empresa, completamente agotados.
—Sabía que serían duros, pero… los de desarrollo se lo tomaron en serio a otro nivel.
—Totalmente… Paisen, yo ni siquiera recuerdo qué dije al final…
La reunión de planificación había transcurrido de manera «totalmente fluida».
La estructura fue sencilla: primero presentamos nuestro proyecto, y luego pasamos a la ronda de preguntas y respuestas. Durante la presentación, la sala permaneció en silencio, pero en cuanto comenzó la segunda parte, todo se volvió muy animado. El nivel de seriedad con el que abordaron las preguntas nos dejó exhaustos.
Aun así, creo que logré mostrar algo que realmente me representa…
Más allá de lo que pasara en el futuro, al menos había podido compartir la idea que tanto deseaba.
El proyecto era un juego de aventuras. Principalmente para consolas, pero con una mecánica en la que el avance del juego requería el uso de una aplicación móvil vinculada. Los jugadores tendrían que progresar en ambas plataformas para alcanzar el final del juego.
Los proyectos de Succeed, en los últimos tiempos, habían estado completamente centralizados en una sola plataforma, sin incluir elementos que requirieran la participación activa del usuario. Por eso, pensé que al vincular el juego con un teléfono móvil, podría ofrecer una experiencia de juego diferente.
Pero, más que nada, lo más importante para mí era que este fuera un juego bishoujo.
Originalmente, Succeed había sido una desarrolladora de este tipo de juegos, y aunque ya se había enfocado en consolas, aún se conservaba cierto vestigio de su pasado. De hecho, a veces se decía en broma que sus títulos recientes «carecían de elementos de juegos bishoujo».
Aunque la empresa parecía querer desprenderse de esa imagen, pensé que podría aprovecharlo a mi favor y desarrollar un juego que resaltara el atractivo de sus personajes.
No tenía la intención de hacer que la historia fuera el punto central. La idea era que el juego garantizara un final feliz, mientras que el foco estuviera en la interacción con los personajes y en la experiencia de comunicación uno a uno a través del modo teléfono.
El concepto era disfrutar de gráficos en alta definición en la consola y, al mismo tiempo, intercambiar mensajes de texto en la aplicación del teléfono. Una forma de jugar más inmersiva y tridimensional.
Por supuesto, una historia densa y un mundo lleno de detalles también tenían su atractivo, pero con la cantidad de títulos que ya iban en esa dirección, pensé en diseñar algo que los jugadores realmente quisieran probar, algo que captara su interés.
Sí, este proyecto era tanto la idea que me hubiera gustado ver en Succeed en ese momento, como una propuesta para el futuro de los videojuegos.
Lo era, hasta que…
—Nos hicieron preguntas por todos lados: cómo se controlaría el enlace con la aplicación móvil, cómo se reorganizaría el motor de juego al no haber precedentes, los costos de desarrollo y de personal… Nos destrozaron.
Las primeras etapas de un proyecto deberían permitir total libertad creativa. Luego, llega la parte en la que se estudia si es viable o no. Por eso, cuando recibí comentarios sobre aspectos técnicos que desconocía, no tuve problemas en reconocerlo y aprender de ello.
Pero hubo dos críticas que no podía aceptar.
—Decir que jugar en dos plataformas sería molesto para los usuarios, y que volver a los juegos bishoujo a estas alturas es anticuado… esas sí que no las paso.
En cuanto a lo primero, si simplemente se implementaba sin más, era lógico que algunos usuarios lo consideraran una molestia. Pero el punto era diseñarlo de manera que resultara divertido e interesante. Además, si en lugar de un teléfono móvil se usaba una consola portátil, ya había precedentes de sistemas similares. Descartar la idea sin siquiera intentarlo significaba rechazar de entrada un sinfín de géneros.
Y sobre lo segundo… Sí, el comentario venía del hecho de que la empresa había trabajado antes con juegos bishoujo. Pero los géneros no pasan de moda. Aunque las obras envejezcan, los géneros siguen vivos. Precisamente por eso había ideado un sistema innovador, pero si lo rechazaban sin siquiera probarlo, entonces nunca nacerían nuevos proyectos.
Si me daban argumentos sólidos, estaba dispuesto a aceptarlos. Pero si lo único que recibía eran burlas basadas en prejuicios, entonces era imposible que surgieran nuevas ideas.
—¡¡Exactamente!! —De repente, Takenaka-san se levantó de golpe y empezó a defender apasionadamente mi proyecto—. ¡Yo también lo pensaba! ¡Succeed sacaba juegos bishoujo súper interesantes, así que no entiendo por qué no intentar aprovechar eso! Además, el hecho de cambiar al teléfono según la escena tiene que ser algo muy divertido, así que decir que es molesto… ¡¡Eso no tiene sentido!!
—Gracias. Pero bueno, nos hicieron pedazos.
—¡Eso es porque…! Bueno, no quiero que suene mal, pero… ¡los de desarrollo no tienen buen ojo para esto!
—Oye, oye, ¿estás bien?
Takenaka-san había comenzado a criticar abiertamente a los desarrolladores, así que me puse a mirar alrededor con algo de preocupación.
—¡Está bien! Es que, me di cuenta de algo. Hay como una especie de alergia a las ideas nuevas que flota en el ambiente, como si estuviera en el aire. Y eso es lo peor. ¡¡Por eso creo que Horii-san dijo lo que dijo!!
Yo también lo sentía de la misma manera.
Lo que Horii-san buscaba no era tanto que nuestros proyectos fueran aceptados de inmediato, sino que, al presentar ideas descabelladas como jóvenes creativos, ayudáramos a abrir un camino para el cambio. Más que querer aprobar un proyecto en sí, parecía que su intención era sacudir un poco el ambiente conservador y cerrado del equipo de desarrollo.
Y, en realidad, creo que lo logramos. Mi propuesta, aunque fue recibida con cierta cautela, junto con la de Takenaka-san, agitó bastante las cosas.
—¡Además, Horii-san y Matsuhira-san dijeron que tu proyecto era increíble, Paisen! ¡Ese es el mejor indicio de que estabas en lo correcto!
Sí, justamente eso era lo que buscábamos en esta reunión. Y si esos dos, que parecían los cerebros detrás de todo, nos estaban elogiando, podía considerarlo un éxito en cierto sentido.
Pero…
—Bueno, para mí, esta vez fue un gran aprendizaje.
—¿Eh? ¿Por la reacción de los de desarrollo?
—Más bien, por la propuesta que tú presentaste.
En realidad, la idea que Takenaka-san había planteado era la verdadera representación de lo que yo quería lograr: una propuesta construida sobre nuevas perspectivas.
—¡No-no, para nada! ¡Mi proyecto no es nada comparado con el tuyo, Paisen! Es más bien algo raro, como que nadie lo entendería… —dijo, rascándose la cabeza con timidez.
Sin embargo, yo pensaba que su propuesta era justo lo que podía abrir un gran agujero en el desarrollo.
Ella había propuesto un juego de novela visual diseñado específicamente para smartphones, con una interfaz de pantalla vertical a pantalla completa y una experiencia de juego uno a uno. En un momento en que los teléfonos móviles convencionales aún dominaban el mercado, su idea de aprovechar al máximo el smartphone como plataforma demostraba una visión impresionante. Además, el uso de la pantalla vertical permitía mostrar a los personajes en gran tamaño, y su concepto estaba tan bien pensado que incluso aquellos con mentalidad más rígida dentro del equipo de desarrollo lo elogiaron.
Para alguien como yo, que ya conocía el futuro, proponer algo así era algo natural. Pero que ella, en este momento, tuviera la capacidad de ver más allá y considerar seriamente el uso del smartphone demostraba una increíble visión de futuro.
—Aun así, lo que más me llamó la atención fue la parte visual.
—Bueno, pero esa parte sí que fue destrozada… jajajá.
Takenaka-san había planteado que, dado que su proyecto sería completamente digital, no tenía sentido considerar la impresión en papel. Por eso, propuso usar ilustraciones con una paleta de colores basada en RGB[3], con colores primarios intensos, en lugar de los tonos más apagados que se usaban tradicionalmente en los medios impresos. Además, esas ilustraciones las había hecho ella misma.
Diez años en el futuro, los ilustradores que trabajaban con ese tipo de estética serían ampliamente reconocidos. Pero en ese momento, el uso de colores específicos RGB aún estaba lejos de considerarse un estándar.
Así que cuando ella defendió con total confianza su idea diciendo: «Esto es lo que viene en el futuro», sentí como si me hubieran dado una bofetada. Incluso yo, que ya conocía el futuro, me sorprendí. Para los miembros más conservadores del equipo, debió de ser como si estuvieran viendo a un extraterrestre.
—Bueno, al final lo que importa son los resultados… Horii-san y Matsuhira-san dijeron que hacía falta un poco más de argumento para convencer, y yo también sentí que tenían razón.
—¡No-no es cierto! —Me encontré poniéndome de pie sin darme cuenta.
—¿Eh? ¿Pa-Paisen…? —Takenaka-san se estremeció un poco, sorprendida por mi reacción.
—Lo que tú presentaste… puede que ahora mismo haya muchas personas que no lo entiendan, pero sin duda es algo que más adelante será la norma.
Las ideas realmente innovadoras nunca son aceptadas de inmediato. La historia lo ha demostrado una y otra vez: todo lo que hoy es un estándar alguna vez fue rechazado o ignorado en sus inicios.
Por eso, los pioneros son tan valorados. Y lo que ella había propuesto en esta época tenía un enorme significado. Quería que lo comprendiera.
—A mí me impactó muchísimo. Cuando dijiste: «La impresión tiene límites de color, así que el futuro está aquí», sentí que estabas viendo directamente lo que estaba por venir.
Dudé por un momento si debía decir eso. Después de todo, mis palabras implicaban que yo ya conocía el futuro. Pero no podía quedarme callado. Si Takenaka-san hubiera sido alguien con reconocimiento, si en vez de ella lo hubiera dicho alguien como Steve Jobs, toda la industria de la impresión habría sido descartada en ese mismo instante. Y la realidad es que el futuro ya se estaba moviendo en esa dirección.
—Por eso… quiero que tengas más confianza en ti misma. No dejes que la oposición te detenga. Necesitas la fortaleza para seguir adelante con tus ideas. —Sin poder contenerlo, la miré fijamente a los ojos y le hablé con total sinceridad—. Lo siento… creo que me dejé llevar. —De repente, me invadió la vergüenza y aparté la mirada.
Me había dejado llevar demasiado al hablar con una compañera más joven. Pero lo que tenía frente a mí era, sin duda, el futuro. Y si pensaba en lo que le esperaba a ella más adelante, entonces…
—A-ajajá… ajajajá.
Takenaka-san parpadeó varias veces y mostró una sonrisa tímida que parecía una risa nerviosa. Pero luego…
—A-ah, este… Paisen…
—¿Eh? ¿Qué pasa?
Abrió la boca para hablar, pero enseguida bajó la mirada con timidez. Su voz, normalmente enérgica, se redujo a un susurro apenas audible.
—Yo, bueno… siempre, haga lo que haga, me han dicho una y otra vez que lo que hago es raro, que no se entiende…
—¿Te refieres a las cosas que has creado?
Ella asintió con un «sí» y continuó:
—Tanto lo que he hecho como lo que he dicho. Me gustan las cosas nuevas, lo que nunca antes se ha visto. Por eso siempre he querido crear algo así. Pero cada vez que lo intentaba, solo me decían que no se entendía, nunca que era interesante… —Dijo todo eso de un tirón y luego levantó la cabeza.
Su rostro estaba completamente rojo. Sus ojos, ligeramente húmedos, mostraban una expresión que no era la habitual en ella.
—Um… por eso, que alguien me reconozca de frente así por primera vez… y que sea precisamente Hashiba-san, a quien tanto respeto… yo… —Volvió a bajar la mirada, avergonzada.
—A-ah… b-bueno, me-me alegra, sí… —Mi respuesta fue tan torpe que seguramente cualquiera habría querido intervenir y corregirme.
Había expresado con total sinceridad lo que pensaba. No me arrepentía en absoluto de haberlo dicho y estaba seguro de que mi reacción había sido la correcta.
Pero aun así…
Creo que activé algún interruptor extraño…
De repente, ya no me llamaba «Paisen», sino por mi apellido. Y al referirse a sí misma se sentía diferente. No podía explicarlo bien, pero su forma de comportarse era distinta a la habitual.
Si Kawasegawa hubiera estado allí, sin duda me habría dirigido una mirada despectiva, habría suspirado profundamente y habría dicho «Por eso siempre te estoy diciendo que eres descuidado, Hashiba.»
Sí… lo siento…
En algún lugar del set de grabación, donde seguramente estaba trabajando en ese momento, ella debía haber estornudado con fuerza. Yo, en silencio, me disculpé ella en mi mente.
◇
Cuando regresé al departamento de desarrollo, Matsuhira-san me llamó de inmediato y me dirigí a la sala de reuniones.
Imaginé que sería para hablar sobre la propuesta que acabábamos de presentar, y efectivamente, el tema era ese.
—Antes que nada, felicidades por su trabajo. Debió haber sido bastante difícil, ¿no?
Me agradeció por el esfuerzo y yo, sinceramente, le devolví el gesto con otro agradecimiento.
—No, para nada. Ah… ¿puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto. Ya me imaginaba que querrías preguntar algo. —Matsuhira-san me sonrió con su habitual expresión serena.
—Esta reunión de planificación fue para que aprobaran tu propia propuesta, ¿verdad, Matsuhira-san? —Le pregunté directamente.
En la reunión, primero presenté mi propuesta, luego Takenaka-san expuso la suya y, por último, fue el turno de Matsuhira-san.
Mi propuesta tenía varios puntos cuestionables, pero al menos fue aceptada como una idea viable. La de Takenaka-san, aunque no funcionaba del todo como un proyecto concreto, destacaba por su originalidad y frescura.
Y finalmente, la propuesta de Matsuhira-san tomó lo mejor de ambas ideas y, además, estaba completamente respaldada con argumentos sólidos, convirtiéndola en un proyecto impecable.
Como resultado, su propuesta fue lo suficientemente convincente como para que la dirección la revisara y comenzara a considerar su desarrollo real. Teniendo en cuenta que provenía de un estudiante, se podía decir que era una gran victoria.
Sin embargo, desde un inicio, la estructura de esta reunión de planificación había sido un poco irregular.
No es que me molestara haber sido utilizado, pero al menos quería saber qué había ocurrido.
—Antes que nada, déjame decirte esto. —Matsuhira-san se levantó con calma y comenzó a hablar—. No vi sus propuestas desde un costado, ni las usé como un trampolín para que aprobaran la mía. No hubo ninguna intención de aprovecharme de ustedes. Eso habría sido una falta de respeto.
—Sí, lo entiendo.
De hecho, aunque tanto Takenaka-san como yo habíamos consultado algunas cosas con Matsuhira-san, fue en la misma reunión donde escuchó nuestras propuestas en su totalidad por primera vez.
—Partiendo de esa base, debo decir que, en cierto grado, ya tenía una idea de lo que ustedes presentarían.
—Sí, imaginé que así sería.
Después de trabajar con él durante varios meses, había llegado a la conclusión de que Matsuhira-san era una persona increíblemente estudiosa, con una mente flexible y abierta.
Por eso, seguramente había previsto las ideas que se nos ocurrirían a nosotros. Y gracias a eso, logró combinar perfectamente nuestras propuestas sobre la integración entre consolas y teléfonos inteligentes, al tiempo que cubría de manera precisa los posibles problemas prácticos que podrían surgir en su implementación.
—Pero eso no fue porque los subestimara, sino todo lo contrario. Fue porque tenía expectativas en ustedes.
—¿Expectativas…?
—Sí. Para ser honesto, estoy bastante frustrado con el estado actual del departamento de desarrollo.
Instintivamente, miré a mi alrededor. Aunque estábamos en la sala de reuniones, justo al lado estaba el departamento de desarrollo al que se refería.
—No te preocupes. Todos ya saben que tengo mis reservas respecto al equipo de desarrollo. —Rio con soltura antes de continuar—. Por eso quiero que sean mis aliados. Me gustaría que se unan a mí y a Horii-san en los nuevos proyectos que estamos por iniciar.
—¿Te refieres a ese proyecto en particular?
—Eso también, pero sería mejor que lo pienses como algo más grande. —Matsuhira-san me miró con determinación. A pesar de su expresión amable de siempre, había en él una firmeza que no dejaba lugar a dudas.
—¿Tienes intención de terminar la universidad?
—¿Te refieres a la Universidad de Artes? Sí, ese es mi plan.
Los ojos de Matsuhira-san parecieron brillar por un instante.
—Si solo sigues allí por obligación, entonces deberías dejarla de inmediato. La universidad solo vale la pena mientras sigas obteniendo algo útil de ella. —Habló de forma directa, sugiriéndome que abandonara la universidad sin rodeos—. De hecho, yo mismo estoy considerando dejar la mía.
—¿Eh? ¿Hablas de la Universidad de Kyoto…?
Dejar una universidad de ese nivel no era algo que cualquiera haría.
—En mi cuarto año, siento que estoy perdiendo el tiempo. Afortunadamente, ya aprendí todo lo que quería, así que dependiendo de cómo vayan las cosas en el trabajo, podría tomar esa decisión. —Mientras yo intentaba procesar lo que decía, Matsuhira-san continuó sin detenerse—. El trabajo que hacen los estudiantes de la Universidad de Artes aquí tiene un fuerte componente de pasantía gracias a la influencia de Horii-san. No significa una contratación inmediata, pero sin duda es una gran ventaja en el proceso de selección.
No podía decir nada. Me había dejado sin palabras con cada una de sus afirmaciones.
Entonces, lanzó la frase definitiva.
—¿Y tú qué opinas? Creo que valdría la pena que lo intentaras.
Sentí cómo se me oprimía el pecho.
Había llegado hasta aquí. Había entrado en la empresa de mis sueños, había sido reconocido por quienes trabajaban en ella y ahora incluso recibía una invitación para formar parte de su equipo.
Debería haber sido un momento abrumadoramente feliz. Después de todo, desde el principio, este lugar había sido uno de mis grandes objetivos.
Sin embargo…
—Es una oferta increíblemente valiosa, pero… me gustaría rechazarla.
—¿Puedo preguntarte por qué?
Asentí y comencé a hablar.
—Al participar en esta reunión de planificación y recibir evaluaciones sobre mi trabajo, también me di cuenta de que aún me falta habilidad. Esa es la razón principal.
—Puede sonar un poco arrogante, pero… ¿la evaluación de Horii-san y la mía no fueron suficientes?
—No, al contrario. Me hizo muy feliz. Pero… —Recordé la reunión y luego continué—. Quiero tener la capacidad de convencer incluso a quienes son escépticos conmigo, hasta el punto de dejarlos sin palabras.
La expresión de Matsuhira-san cambió. Se veía completamente serio.
—En esa reunión, tanto Horii-san como tú evaluaron mi propuesta de manera justa. Pero, en términos de posiciones, estaban en un papel más inclinado a dar opiniones favorables.
Si consideramos el objetivo general de romper con viejas costumbres, en esa reunión, tanto Takenaka-san como yo contábamos con cierto respaldo.
Sin embargo, aquellos con una mentalidad más tradicional dentro del equipo no expresaron tantas opiniones positivas. Si no tengo la fuerza suficiente para hacer que incluso ellos digan «esto es interesante», será difícil seguir adelante en el mundo de la planificación y el desarrollo.
—Por eso quiero ser más fuerte. No solo en conocimientos, sino porque aún hay muchas cosas que quiero hacer en la universidad.
Desde que entré a la universidad ha pasado bastante.
Conocí a compañeros y estudiantes de cursos mayores, aprendí muchas cosas más allá de las clases, y también me di cuenta de todo lo que todavía me falta por aprender. Además, incluso entre los estudiantes de cursos menores, tuve encuentros interesantes, como con Takenaka-san.
Y sobre todo, estaban mis amigos de la «Generación de Platino». Tsurayuki, Nanako y, por supuesto, Shinoaki. De ella, aún no sé muchas cosas, y quiero conocerla más.
No solo de ella, también de todos los demás. Quiero convertirme en alguien que pueda apoyarlos desde la raíz.
—Quiero seguir en la universidad. —Por eso, rechacé con firmeza la opción de abandonar mis estudios para ingresar a la empresa.
Matsuhira-san escuchó en silencio todo lo que yo tenía que decir, pero eventualmente…
—…Después de todo, sigo sintiendo envidia de ti. —Me sonrió con una expresión amable.
—¿Eh?
—El ambiente universitario y los amigos… Yo no tengo algo que me llene tanto como para hablar de ello con tanta pasión. —Al decir eso, Matsuhira-san parecía un poco melancólico.
Por lo que había contado antes, parecía ser una figura atípica dentro del departamento de desarrollo. Aunque tenía a Horii-san como un aliado fuerte, probablemente también tenía muchos oponentes.
Enfrentaba esa situación adversa con su talento y su personalidad, imponiéndose de alguna manera. Era una persona fuerte, pero quizás, en su interior, tenía cierta fragilidad.
Ah… ya veo.
Finalmente, comprendí un poco lo que la profesora Kanou me había dicho. Me había preguntado cómo alguien tan fuerte podía tener un punto débil, pero la verdad era que estar aislado dentro de un grupo era algo que podía afectar profundamente a cualquiera.
Tal vez, lo que realmente necesitaba era alguien que estuviera de su lado.
—Lamento haber rechazado tu propuesta, Matsuhira-san.
—No pasa nada. Para mí también fue una conversación repentina. Pero… —Me miró directamente a los ojos y dijo—: Si en algún momento cambias de opinión, vuelve a hablar conmigo.
—Sí-sí.
Era una persona realmente fuerte.
Lo confirmé en ese instante.
—Bien, eso es todo lo que quería hablar. Volvamos al trabajo.
Respondí con un «sí» y, mientras me dirigía a la salida, de repente recordé algo.
—Ah, por cierto… —Con algo de curiosidad, le hice una pregunta—. ¿Matsuhira-san, te gustan los videojuegos?
Era la misma pregunta que Horii-san me había hecho durante la entrevista.
En aquel entonces, no entendí su verdadera intención ni el porqué del momento en que la hizo. Era un misterio total. Pero ahora, tenía curiosidad por saber cómo respondería Matsuhira-san.
Pensé que contestaría enseguida, pero…
—…… —Su expresión se endureció ante mi pregunta.
A veces, uno hace preguntas con ligereza, pero luego se da cuenta de que hubiera sido mejor no haberlas hecho. Como cuando se trata de temas personales, equipos deportivos favoritos o religión.
Sin embargo, con el tiempo y la convivencia, uno aprende naturalmente qué temas evitar. A menos que seas alguien sumamente despistado, esos temas «prohibidos» se esquivan casi por instinto.
Pero, de vez en cuando, hay preguntas que resultan ser tabú sin que nadie lo espere. Preguntas que, más tarde, te hacen preguntarte a ti mismo: ¿Era realmente un tema tan delicado?
Y, en ese momento, yo me encontraba exactamente en esa situación. Vi con mis propios ojos cómo Matsuhira cambiaba de expresión.
—Oye, Hashiba-kun.
—Sí-sí.
—¿Crees que cuando algo te gusta, puedes amarlo por encima de todo lo demás, sin importar qué?
No entendí qué quería decir.
A mí me gustan los videojuegos. Por eso, aunque el trabajo en Succeed fuera más exigente que un empleo común, nunca me había parecido pesado.
Claro, depende de con qué lo compares, pero en la mayoría de los casos, el simple hecho de que te guste algo te da el impulso necesario para seguir adelante.
—Sí, sí lo creo. Cuando algo te gusta, eso se convierte en una fuente de energía. —Respondí con confianza, pero…
—Yo no lo veo así. —Matsuhira-san rechazó mis palabras con un tono inusualmente firme—. El gusto por algo es efímero. Puede dar fuerza en un momento, pero una vez que la pasión se enfría, todo se acaba.
Su tono de voz era tan serio que me hizo preocuparme. Para ser él, parecía inusualmente alterado, como si hubiera perdido un poco la calma.
Y, quizás dándose cuenta de ello, eventualmente prosiguió.
—Perdón, terminé poniéndome demasiado serio. —Sonrió, tratando de suavizar la conversación.
—Ah, no… Soy yo quien debería disculparse.
Por su tono, sentí que había tocado un tema delicado.
No tenía intención de preguntarle más al respecto, y si alguna vez llegaba a enterarme de la verdad, no sería por simple curiosidad.
Aun así, no dejaba de preguntarme… ¿Por qué alguien que había entrado a esta empresa por su amor a los videojuegos reaccionaría así ante esa pregunta?
Matsuhira-san era, sin duda, el senior ideal. Si terminaba entrando a Succeed, seguramente querría trabajar a su lado.
Sin embargo, su respuesta a la pregunta de hace un momento me dejó una sensación extraña.
Justo cuando intentaba reflexionar más sobre ello, un sonido electrónico salió repentinamente de mi bolsillo. Era el tono de notificación de un correo.
—¿Eh? Un correo… Disculpa, voy a revisarlo.
—Está bien, yo volveré primero.
Matsuhira-san salió silenciosamente de la sala de reuniones.
Al mirar la pantalla del teléfono, vi que el mensaje era de Nanako.
«¿Podrías venir a Shinsaibashi lo antes posible?»
Era un mensaje sorprendente. En el título incluso estaba escrito «Urgente».
—¿Eh? Pero si ya es…
Justo estaba terminando mi jornada laboral. Si marcaba mi salida con la tarjeta de tiempo y me dirigía directamente allí, como Shinsaibashi estaba cerca, no tendría problema en llegar.
—¿Qué querrá Nanako…?
Si realmente fuera una emergencia, en lugar de un correo, me habría llamado. Así que, en cierto sentido, el hecho de que me avisara de esa forma significaba que no era algo tan urgente.
Pero eso solo aplicaba si tenía la posibilidad de hacer una llamada. Quizás no me llamó porque, aunque quisiera, no podía hacerlo.
Hoy no parecía haber horas extras programadas. Podía irme sin causar problemas al departamento de desarrollo.
—¡Um, disculpen, me retiro por hoy! —Decidí irme. Volví a mi escritorio y me preparé rápidamente para salir.
—Ah, yo también voy con…
—¡Lo siento, tengo que ir a un lugar, nos vemos! —Ignoré a Takenaka-san, que intentaba detenerme, y rápidamente tomé el ascensor para dirigirme a la estación.
Hoy era un día inusual. Habían pasado demasiadas cosas.
Tuve la tensa reunión de planificación, luego Takenaka-san me tomó por sorpresa, y por si fuera poco, Matsuhira-san me preguntó si había considerado dejar la universidad.
En medio de todo esto, llegó un mensaje de Nanako. No era una emergencia como tal, pero el tono del mensaje dejaba claro que quería que fuera lo antes posible. Además, hasta ahora, nunca me había escrito algo así en un correo.
Definitivamente, tenía un mal presentimiento. Solo podía esperar que todo fuera una falsa alarma.
[1] El somen es un fideo japonés fino hecho de harina de trigo, generalmente servido frío con una salsa para mojar llamada tsuyu . Es una comida ligera y refrescante, especialmente popular en verano. A veces se acompaña con cebolla verde, jengibre o huevo rallado para darle más sabor.
[2] El udon es un fideo japonés grueso hecho de harina de trigo, con una textura suave y masticable. Se sirve caliente en caldo dashi o frío con salsa para mojar. Es versátil y puede acompañarse con tempura, carne, huevo o cebolla verde, siendo un plato reconfortante en cualquier estación.
[3] Los colores RGB (Rojo, Verde y Azul) son un modelo de color aditivo utilizado en pantallas digitales. Al combinar diferentes intensidades de estos tres colores, se pueden crear una amplia gama de colores. Cuando los tres están al máximo, forman el blanco; cuando están en cero, crean el negro.
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