Remake Our Life!
Vol. 8 Capítulo 4. Trampa Parte 2
Cuando llegué al escritorio de Horii-san, él sacó una silla auxiliar y me indicó que me sentara.
—Perdón por llamarte de repente.
—No hay problema. ¿De qué se trata?
Horii-san hizo clic en una carpeta en su PC secundario y me mostró su contenido.
Dentro había una gran cantidad de ilustraciones, documentos con nombres y otros detalles, y una hoja de cálculo con una lista de datos.
—¿Conoces «Brain: The Darkness», el juego que lanzamos el año pasado?
—Sí, es un RPG de simulación en el que Sasami Kurase estuvo a cargo del diseño de personajes. Tiene una ambientación de fantasía medieval mezclada con elementos de civilización mecánica.
Su nombre abreviado era «BTD». Su sistema de juego era bastante exigente en los niveles difíciles, pero su popularidad creció gracias a la belleza de sus ilustraciones y se extendió especialmente en el mundo del fanart [1]. Yo mismo había comprado varios doujinshis sobre el juego.
—Exactamente. Hemos decidido hacer un fanbook de ese juego, y quería pedirte ayuda con eso.
Me indicó que abriera un archivo de documentos ubicado en el nivel superior de la carpeta. Al hacerlo, encontré dentro una propuesta de proyecto enviada por la editorial.
—El año pasado hicimos un fanbook con materiales del juego, como documentos de ambientación y arte conceptual, pero no fue suficiente para incluirlo todo en un solo volumen. Por eso decidimos hacer una segunda parte.
Tal como lo explicaba, el esquema de páginas del libro mostraba que muchas de ellas contenían ilustraciones inéditas que no se habían publicado antes.
Sin embargo, eso solo cubría la primera mitad del libro. La segunda mitad consistía casi en su totalidad en ilustraciones originales creadas especialmente para el fanbook.
—Hay muchas ilustraciones de artistas invitados, ¿verdad?
—Sí, dado que ha habido tantas creaciones en el mundo del fanart, decidimos reunir una buena cantidad de ellas. La editorial recopiló muestras de artistas cuyo estilo encajaba con la estética del juego, pero…
En ese momento, finalmente comprendí cuál sería mi tarea.
—Ah, o sea que mi trabajo es clasificar estas ilustraciones, ¿cierto?
Horii-san asintió ante mi comentario y añadió:
—Exacto. Pero, en realidad, tu responsabilidad será un poco mayor.
—¿Mayor…?
Con una sonrisa, Horii-san continuó:
—Aquí hay cerca de 200 artistas en total, pero quiero que los reduzcas a unos 50. En otras palabras…
—¿Yo me encargaré de la primera fase de selección?
Horii-san asintió enérgicamente.
—Guau… sí, eso suena a una gran responsabilidad.
Básicamente, mi criterio decidiría qué artistas recibirían un encargo oficial de Succeed y cuáles no. Para algunos, trabajar en un proyecto oficial podría ser un gran honor. Precisamente por eso, debía hacer esta selección con mucho cuidado.
—En cuanto al tiempo… Bueno, digamos que tienes dos o tres días. Si en algún momento dudas o necesitas reflexionar sobre algo, no dudes en consultarme.
—Entendido. Intentaré terminarlo a más tardar mañana.
Así comenzó esta importante y exigente selección.
Aunque llamarlo «selección» sonara formal, en realidad mi tarea consistía en revisar las ilustraciones y los perfiles de los artistas para decidir cuáles encajaban con la estética del juego y cuáles no. Luego, Horii-san haría la selección final con base en mis clasificaciones.
Afortunadamente, ya había jugado el título y tenía un buen conocimiento sobre qué tipo de ilustraciones podían gustarle a los fans. Por eso, el proceso de selección en sí no me resultaba tan complicado.
Sin embargo, en el fondo de mi mente, seguía pensando en Shinoaki.
Entre tantos ilustradores, ella acabaría convirtiéndose en alguien especial, sin duda alguna. Pero, si yo no manejaba bien la situación, su trayectoria podría tomar un rumbo diferente al que esperaba, o tal vez no se desarrollaría de la forma en que imaginaba.
Necesitaba escuchar la opinión de alguien más, aunque fuera un poco.
—Horii-san, ¿usted ha estado haciendo este tipo de selección desde hace mucho tiempo?
—Sí, desde hace bastante. Como también dibujo ilustraciones de vez en cuando, a menudo me han encargado hacer selecciones y asignaciones desde hace años.
—¿Asignaciones…?
Ese era precisamente el punto que me tenía preocupado.
—Sí. ¿Algo te preocupa en particular?
—Justamente sobre la asignación de trabajos, tengo algunas dudas…
Poder escuchar la opinión de un profesional era una oportunidad valiosa, aunque me sentía un poco incómodo aprovechándome del trabajo para hacer preguntas personales.
Sin embargo, Horii-san me tendió la mano.
—Si está relacionado con esta área, tal vez pueda ayudarte. Si no te molesta, dime qué ocurre.
—Muchas gracias. Verá… —Entonces, sin mencionar el nombre de la editorial, le expliqué la situación de Shinoaki, incluyendo la petición de la empresa, mi juicio al hacer el encargo y las dificultades que habían surgido.
Cuando terminé, Horii-san asintió con comprensión.
—Ya veo… Hablamos de Blue Planet. Si ha dibujado tanto para ese proyecto, es normal que tenga un gran apego a él. No es un problema fácil.
Parecía que Horii-san también conocía el trabajo del grupo Kuroda, por lo que tenía una idea general sobre las ilustraciones de Shinoaki.
—Como fui parte del equipo que aprobó los bocetos iniciales, me preocupa cómo manejar esto…
—Hashiba-kun, no tienes por qué asumir una responsabilidad mayor de la que te corresponde. La perspectiva de quien hace un encargo y la de quien lo recibe no siempre coinciden. Es casi imposible comprender por completo los sentimientos y las sensibilidades de otra persona.
Su razonamiento era claro y lógico, y de algún modo me ayudó a despejar la sensación de culpa. Pero, aun así, no podía dejar de pensar que, si yo no me hubiera involucrado tanto, tal vez las cosas habrían sido diferentes.
Si había alguna solución y yo podía hacer algo al respecto, estaba dispuesto a intentarlo, fuera lo que fuera.
—En especial porque el problema no es el trabajo en sí, ¿verdad? Parece más bien que, con un pequeño cambio, todo podría fluir mejor. Por ejemplo… —Horii-san asintió, como si de pronto se le ocurriera algo—. Tal vez sería bueno cambiar un poco de enfoque.
—¿A qué se refiere exactamente?
Cuando hablaba de cambiar de enfoque, lo primero que se me ocurría era modificar el entorno en el que dibujaba o cambiar las herramientas que usaba, pero nada más. A estas alturas, alterar la composición de la ilustración sería demasiado complicado. Entonces, ¿qué otra cosa podía hacer?
—Me refiero a que pruebe trabajar en algo diferente al encargo de la novela ligera. ¿Qué le parecería hacer una ilustración para este fanbook, por ejemplo?
Fue una propuesta completamente inesperada.
—¿Eh? E-eso suena increíble, pero… ¿está seguro?
—Sí. Por lo que he visto, parece ser una ilustradora con un gran sentido de la atmósfera. Si Shino-san está de acuerdo, me encantaría contar con su trabajo.
Era una oportunidad sorprendente. Pero, en efecto, si lo pensaba bien, antes de que la editorial comenzara a hacer ofertas al azar, incluir a Shinoaki como candidata no era una idea descabellada.
—Muchas gracias. Hoy mismo se lo comunicaré.
No era algo que yo pudiera rechazar por mi cuenta, así que decidí confirmarlo con Shinoaki.
—¿Hashiba-kun, estás actuando como su productor? —De repente, Horii-san soltó esa pregunta.
—No, bueno… No es algo tan grande como eso. Solo la estoy apoyando.
—Pero, por lo que escuché antes, parece que te estás involucrando bastante en su carrera.
Ante su comentario, entendí que no era momento de restarle importancia a mi papel.
—Tiene razón. Lo siento. En efecto, estoy tratando de producir su trabajo.
—Ya veo. Entonces, por eso mismo querías aprender sobre producción.
Aunque era una razón que surgió después, en el fondo no estaba equivocado.
—Sí. Algún día quiero crear cosas junto a todos. Por eso estoy estudiando producción.
Horii-san asintió varias veces, satisfecho con mi respuesta.
—Es un motivo muy noble. Tener compañeros con los que puedas compartir ese sueño es algo valioso.
Sus palabras me sonaron familiares. Parecía haberlas escuchado en algún otro momento.
—Pero, aunque ya lo debes intuir, ten cuidado. Crear algo junto a buenos amigos implica que la relación entre ustedes no siempre será la misma. Como mencioné antes, parte del trabajo de un productor es tomar decisiones frías para lograr el mejor resultado posible. Y si entre esas decisiones se ven involucrados tus amigos… entiendes lo que quiero decir, ¿verdad?
—Sí. A pequeña escala, ya he pasado por algo similar antes.
Horii-san dejó escapar un leve suspiro y murmuró:
—Ya veo… —Luego, con una expresión seria, añadió—: Aki Shino-san es una ilustradora con un gran talento. Si sigue creciendo, tiene el potencial de llegar a escenarios muy grandes. Pero cuanto más grande sea el escenario, más fuerte será la caída si tropieza.
—…Sí.
—Lo siento, creo que hablé de más. Dejémoslo aquí.
Era un consejo muy valioso. Pero, al mismo tiempo, era un pensamiento aterrador.
Convertirse en productor significaba experimentar el dolor. Al escuchar las palabras de Horii-san, comprendí aún más que esa afirmación era innegablemente cierta.
Cuando trabajé en la creación de juegos doujin, sin darme cuenta, experimenté ese dolor. La herida se abrió de golpe y estuve al borde del colapso. Si no hubiera tenido aquella experiencia de viajar al futuro, probablemente habría quedado como una cáscara vacía.
Ahora que había tomado la decisión de seguir adelante, estaba una vez más enfrentándome a un gran desafío.
¿Qué significaba realmente producir a alguien? El futuro y el presente, que finalmente se habían conectado, hacían que mi cuerpo y mi mente temblaran.
El diseño de personajes de una gran obra que algún día sería anunciada por Succeed Soft: Akishima Shino.
Ahora mismo, se presentaba ante mí un camino que podría ser el inicio de todo.
◇
La selección de ilustraciones terminó sin problemas, y entre los 15 artistas seleccionados, Shinoaki fue incluida.
Por supuesto, aún faltaba hacer las ofertas formales, y ya se habían preparado candidatos de respaldo en caso de que alguien rechazara la propuesta. Sin embargo, en el caso de Shinoaki, su posición era privilegiada, ya que, si aceptaba, podía empezar a trabajar de inmediato.
Después de terminar mi turno en el trabajo, regresé a casa y me dirigí directamente a la habitación de Shinoaki.
Como esperaba, su trabajo en los bocetos aún avanzaba con dificultad. Aunque su actitud no parecía haber cambiado mucho, en sus palabras se notaba un leve matiz de disculpa por el retraso que se estaba acumulando.
—Shinoaki, tengo que hablarte sobre otro trabajo.
No le dije abiertamente que era para que se distrajera del encargo actual, pero en cierto modo, también lo pensaba así.
Shinoaki no era alguien completamente ajena a los videojuegos y, además, ya tenía cierto conocimiento sobre «BTD» gracias a su experiencia en ilustraciones de fanart. Por eso, la explicación del proyecto fluyó sin dificultades.
—Oh, suena interesante.
Su reacción tampoco fue negativa.
En el caso de las novelas ligeras, el trabajo implicaba ilustrar la portada y varias ilustraciones adicionales, lo que significaba una carga considerable. En cambio, el encargo para «BTD» se resolvía con una sola ilustración, además de que era un trabajo que incluía escenarios, un área en la que Shinoaki destacaba.
No parecía haber muchas barreras que impidieran aceptar el trabajo, pero aun así…
—Pero, si todavía no terminé el encargo de la novela ligera, ¿realmente está bien aceptar esto?
Como era de esperarse, Shinoaki estaba preocupada por el hecho de que aún no tenía claro el final del proyecto de la novela ligera.
Sin embargo, justamente en situaciones como esta era donde yo podía intervenir para encontrar una solución.
—No te preocupes, yo me encargaré de coordinar el calendario.
Todavía quedaban más de dos meses antes de la fecha de entrega. Además, como conocía bien la situación interna del proyecto, podía manejar las negociaciones y los ajustes con facilidad.
Si bien la programación del lado de la editorial no era mi responsabilidad, el editor encargado confiaba en mí hasta cierto punto. Si no estuviera lo suficientemente informado sobre el proyecto, ni siquiera me habrían dejado manejar esto.
Gracias a esa confianza, pude impulsar activamente la propuesta.
Tal vez eso fue lo que terminó de convencer a Shinoaki, porque finalmente dijo:
—Entonces, aceptaré el trabajo. Me emociona.
Así, pasamos a la fase de revisión de los detalles del proyecto.
◇
Después de terminar de hablar con Shinoaki, regresé a mi habitación.
Una vez que la otra conversación llegó a su fin, era momento de pensar en mi propio asunto: el contenido de mi proyecto.
—Proyecto, proyecto… hmm…
Dejé de teclear en el teclado, donde estaba tomando notas, y volví a organizar mis pensamientos sobre la idea en cuestión.
Algo inesperado, algo que rompiera con las convenciones establecidas. Esos eran, en términos generales, los criterios que Horii-san había establecido como tarea.
No debía ser un proyecto para un juego de consola. Si ese fuera el caso, él lo habría dicho claramente y no se lo habría encargado a unos novatos.
Por lo tanto, seguramente se trataba de algo que no sería bien recibido por los actuales desarrolladores.
Es decir, algo que tenía demanda, pero que nadie se atrevía a hacer o no podía permitirse hacer.
—Con eso, creo que puedo reducir bastante las opciones.
El sonido de las teclas volvió a llenar la habitación. Empecé a unir los puntos de los temas que había escrito en viñetas, transformándolos en un solo texto. Cuando estaba elaborando un proyecto, esta era la parte que más disfrutaba. A medida que las ideas difusas se convertían en una línea clara, mi mente también se ordenaba, y la dirección a seguir se volvía más nítida.
En el armario, había notas adhesivas que marcaban mis próximos pasos.
Después de completar la transformación de Kyoya Hashiba, su «platinización», el siguiente objetivo aún era un sueño inalcanzable, reflejado en una nota que decía:
«Crear un juego con todos.»
Todavía no tenía claro si ese «algo» sería un videojuego, una animación o algún otro tipo de contenido.
Pero ahora, el «juego» que había estado incubando desde el principio comenzaba a tomar una forma más definida ante mis ojos.
—Por fin… creo que logré conectar algunas piezas.
Aunque los caminos que tomábamos eran diferentes, todos seguíamos avanzando hacia el día en que anunciaríamos nuestro proyecto. Lo que en un principio parecía un objetivo lejano, ahora estaba al alcance de la mano.
Y sin embargo, me sentía inquieto. Sabía bien que mi experiencia era escasa y que no era alguien confiable todavía. Pero, más allá de eso, había una sensación persistente de que estaba dejando atrás algo realmente importante.
—¿Realmente seré capaz de hacerlo?
Mientras el camino no estuviera completamente claro, la incertidumbre no desaparecería.
Lo único que podía hacer ahora era seguir apoyándola, estar a su lado.
Ponerlo en palabras era fácil, pero llevarlo a cabo era increíblemente difícil. Las palabras que Horii-san me dijo hace poco volvieron a mi mente:
«Crear algo con amigos cercanos significa que la relación no podrá seguir siendo la misma para siempre.»
¿Eso significaba una ruptura? ¿O una evolución? De cualquier forma, lo cierto era que las cosas nunca se mantendrían iguales.
¿Cómo afrontaría Shinoaki esa realidad? ¿El camino que estaba tomando la llevaría a aquel futuro en el que dejó de dibujar?
«Shino probablemente sea tan frágil como fuerte.»
Recordé las palabras de Kuroda.
A pesar de haber prometido protegerla en aquel entonces, aún no entendía qué era exactamente esa fragilidad.
Quería conocerla mejor. Trabajar con ella, hablar con ella, comprender desde la raíz cómo una creadora tan excepcional daba vida a sus obras.
Sentía que algo verdaderamente importante nos estaba esperando más adelante.
Hasta que este mundo alcanzara aquel día dentro de diez años…
Hasta entonces, lo único que podía hacer era seguir avanzando.
[1] Fanart es arte creado por fans, inspirado en personajes, películas, series, videojuegos o libros. Puede ser dibujos, pinturas, digital, esculturas, etc. Es una forma de expresión y tributo a obras populares, compartido en redes sociales o convenciones.
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