¡Supervivencia en Otro Mundo con mi Ama!

Capítulo 174. Una Sala de Reuniones Confusa

—Bueno… Espero verte pronto. ¿Lo estás esperando con ansias?

—Sí, estoy seguro de que ocurrirá. También tengo ganas de verte, Ellen.

—…Te perdono porque no pareces estar mintiendo. Yo también lo espero con ansias. Entonces… nos vemos.

—Sí, nos vemos.

Le digo esto a Ellen, quien parece reacia a terminar la conversación. Luego, me dispongo a cortar la comunicación del comunicador gólem…

—¡No le cortes!

—¡Espera un momento! ¡Todavía no cortes!

—Nosotras también queremos hablar contigo, ¿sabes?

—Oh… cierto, lo siento.

Las voces de Lima y las demás resonaron a través del comunicador gólem, y me apresuré a detener mi mano antes de cortar la conexión. Sí, ahora recuerdo que Lima le mencionó algo similar a Sylphy antes.

—Eres sorprendentemente frío, ¿no, Kosuke?

—Estabas tan absorto con la santa que te olvidaste por completo de nosotras. Muy típico de ti, Kosuke.

—Lo siento…

Me disculpé sinceramente. No tenía excusa alguna.

—Bueno, hemos escuchado toda la conversación y no tenemos dudas sobre lo que se ha decidido.

—La charla privada con la santa también es confidencial.

—Vaya, vaya… esto se puso candente, ¿eh?

—Ay… de verdad.

Bueno, considerando que estábamos hablando a través de Lima, no era de extrañar. Pero yo ni siquiera me había dado cuenta… Aunque, pensándolo bien, no es como si me avergonzara tanto de que me hayan escuchado.

—Nosotras también estamos esperando verte, Kosuke.

—Sí-sí, eso. Va a ser divertido, ¿verdad? Cuando vengas, te quedarás con nosotras, ¿no?

—Creo que sería un problema que te alojaras con la santa, considerando que no eres un emisario oficial del Ejército de Liberación.

En efecto. Hasta ahora, el Reino Sagrado no ha reconocido oficialmente al Ejército de Liberación como una «nación enemiga». Eso significa que, desde su perspectiva y la de los países vecinos, nuestras acciones todavía se consideran un levantamiento local y no las de un estado legítimo.

Si Ellen nos tratara como un grupo con el que puede negociar oficialmente, su posición dentro del Reino Sagrado y la de los nostálgicos se debilitaría drásticamente. Para ellos, eso podría interpretarse como traición.

—Sí, creo que me quedaré con ustedes. Aunque, existe la posibilidad de que Ellen haga arreglos para que me aloje con ella, así que no puedo asegurarlo.

—Ya veo… Lo espero con ansias.

—Sí-sí… Bueno, eres bienvenido aquí, ¿de acuerdo?

—Beth no es nada honesta. Yo estoy completamente de acuerdo.

Hablar así con ellas me trae recuerdos de aquella vida en las alcantarillas. Fue una época bastante cómoda, en cierto sentido. Aunque no tengo los mejores recuerdos de recorrer túneles oscuros, construir cosas con materiales limitados… y ser golpeado sin piedad en los entrenamientos de combate por Lima y las demás.

—Cuando vengas, Kosuke, quiero medir tu fuerza.

—No, paso. Yo no estoy en un rol de combate directo, ¿de acuerdo?

—Pero nunca está de más ser fuerte en caso de que algo pase, ¿no crees?

—Puedo entender la lógica, pero…

—Entonces, por cada vez que pierdas, te daré una buena exprimida, ¿de acuerdo?

—¿Qué? ¡Eso me da más miedo que una paliza!

Porque ustedes tres, y no es broma, son más peligrosas que todas las arpías juntas. ¡Me van a exprimir hasta dejarme seco!

—De-de cualquier forma, seguro iré pronto, así que trátenme bien cuando llegue, ¿sí?

—Déjamelo a mí, ¿creo?

—Yo me encargaré.

—Yo espero un regalito.

Poizo, qué descarada. Pero bueno, no es sorpresa que anden escasas de cosas materiales. ¿Qué debería llevar…? Bueno, creo que lo mejor será llevar una buena variedad de ingredientes. Lima y las demás tienen un apetito feroz, después de todo.

—Está bien, traeré algo para todas. Nos vemos, ¿sí?

—Sí.

—Te estaremos esperando.

—Hasta pronto.

Después de escuchar sus respuestas, esta vez sí operé el comunicador gólem y corté la comunicación. Solté un suspiro, luego abrí la gruesa puerta de la sala de comunicaciones y salí. Saludé a los presentes y regresé a la sala de reuniones, donde Sylphy, Isla, Pirna, Melty, Danan y la Srta. Zamir estaban reunidos, discutiendo algo.

Sobre la mesa, alrededor de la cual todos estaban congregados, había desplegado un mapa del Reino de Merinard. Al parecer, estaban buscando una forma de hacer llegar el paquete a Merinesburg rápidamente sin depender de Grande ni de mí.

—¿Cómo va el progreso?

—No sé a qué te refieres, pero la forma en que lo dijiste me incomoda, así que no lo hagas.

—Entiendo. Ahora en serio, dejando de lado si Grande acepta o no, ¿hay alguna otra opción para entregar el paquete lo más rápido posible sin que yo tenga que ir?

Ante mis palabras, todos guardaron silencio. Probablemente habían estado considerando opciones mientras yo hablaba con Ellen, Lima y las demás. Sin embargo, por sus expresiones, parecía que no habían llegado a ninguna buena idea.

—Al menos déjame acompañarte.

La Srta. Zamir se ofreció, pero Isla negó con la cabeza.

—Imposible. La reconocerían al instante. Melty-ane podría ocultarlo un poco quitándose los cuernos y usando una capucha, pero es mejor no intentarlo de nuevo. No sobrevivirá a otra vez.

Es cierto. No importa cómo se vista la Srta. Zamir, su apariencia delataría que es una semihumana. Isla quedaría descartada en cuanto alguien viera su rostro. Sylphy tampoco podría ir a menos que se cortara las orejas, lo cual sería absurdo considerando que es la líder del Ejército de Liberación. Melty ya logró infiltrarse una vez cortándose los cuernos, pero hacerlo de nuevo sería extremadamente peligroso para su vida.

Incluso con eso, yo mismo la detendría antes de que lo hiciera.

No. Antes de que Melty corra ese riesgo, prefiero diez mil veces ser yo quien se exponga al peligro.

—Lo más eficiente y menos peligroso sería que Grande me llevara solo a mí.

—¡Eso es… pero…! —Sylphy alzó la voz.

—En realidad, mientras no muera en el acto, estaré bien. Con todas las herramientas y materiales que tengo, no hay muchas personas que puedan mantenerme cautivo.

Para ser claro, las cuerdas, esposas y otros métodos de restricción no tienen ningún efecto sobre mí. A menos que me derriben de inmediato y me vendan los ojos, como aquella vez, puedo arreglármelas sin problemas. De hecho, después de eso, incluso encontré una forma de contrarrestar las vendas en los ojos: solo tengo que forzarme a abrirlos y guardar la venda en mi inventario. La única forma de dejarme realmente ciego sería hacerlo de manera física. La magia tampoco funciona en mí.

—Si alguien intentara retenerme, solo lo lograría con vigilancia constante de alguien como Sylphy, Melty, Danan o Sir Leonard, que tienen una capacidad de combate muy superior a la mía. Y más importante aún, este es el momento crucial, ¿no creen?

Si aquí abandonamos a la facción nostálgica, no nos quedará más remedio que enfrentarnos al Reino Sagrado en una guerra total y sangrienta. Ambos bandos sufrirían grandes pérdidas. Estoy seguro de que podríamos ganar, pero si la victoria es demasiado contundente, las complicaciones serían enormes… Sigo pensando que, tarde o temprano, necesitaremos negociar una tregua con el Reino Sagrado. Y cuando ese momento llegue, lo mejor será mantener abierta la vía de comunicación con la facción nostálgica, que es el nexo entre el Reino Sagrado y la religión de Adel. No hay forma de que podamos abandonarlos.

—No tenemos opción, Sylphy-ane. Aunque intentemos detenerlo, Kosuke irá de todos modos.

—Mmm…

—Supongo que no queda más remedio… Sylphy, en ese caso, nosotras nos encargaremos de lo siguiente. Mientras tanto, si hay movimientos militares en el continente del Reino Sagrado, tendremos que tomar acción.

Tras ser persuadida por Isla y Melty, Sylphy dejó escapar un pequeño suspiro. Aprecio que se preocupe por mí, pero esta vez, de verdad, no hay alternativa.

—Hay mucho por hacer: abastecimiento, aseguramiento de armas y proyectiles, organización de personal, planificación de los campos de batalla, reconocimiento… y recopilación de inteligencia. Danan.

—¡Sí!

—Trabaja junto con Melty en el reclutamiento y entrenamiento. La táctica básica será el combate defensivo. Además de entrenar ballesteros, también prepararás ingenieros.

—Entendido.

La adopción de ballestas, potentes armas de proyectiles, junto con granadas de mano de gran poder destructivo, sumado al bombardeo aéreo de las arpías, ha impulsado una rápida evolución en las tácticas del Ejército de Liberación.

Según lo que he oído, el Ejército de Liberación está utilizando defensas posicionales para frenar las embestidas enemigas, atacando con ballestas y balistas gólem, bombardeando con arpías y empleando rifles de cerrojo y francotiradores con armas mágicas para contrarrestar a las unidades de magos enemigas.

Por supuesto, los combates cuerpo a cuerpo con espadas y otras armas de corto alcance no desaparecerán por completo, por lo que se espera que los ballesteros tengan al menos un nivel básico de combate cercano. En un mundo ideal, lo mejor sería eliminar al enemigo antes de que llegara a sus posiciones, pero eso no es tan fácil en esta realidad.

De hecho, creo que lo más efectivo sería instalar un campo de minas frente al campamento, pero… las minas antipersonales que fabriqué siguen guardadas en mi inventario sin usar. Tendré que encontrar el momento adecuado para emplearlas.

¿Que si son armas inhumanas? No me importa. ¡En este mundo no existe ningún tratado que prohíba su uso, producción o posesión!

—Haré que vueles mañana a más tardar. Kosuke, habla con Grande.

—Entendido. Nos vemos pronto.

Con esas palabras de Sylphy, me dirigí a negociar con Grande para que me transportara. He estado dependiendo mucho de ella últimamente… Así que creo que es momento de compensarla de alguna manera. Me pregunto qué me pedirá a cambio.

Sea lo que sea, tendré que aceptarlo con sinceridad. Estoy sacándole mucho provecho a Grande, así que debo pagarle adecuadamente.

Por ahora, lo primero es encontrarla. Seguramente está enterrada entre los cojines de la sala de la mansión del señor o descansando afuera en su propio lecho, ya que hace tiempo que no regresa aquí… Haré mi mejor esfuerzo para dar con ella.


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