Bastardo Mujeriego
Vol. 7 Capítulo 4. La Pérdida de la Virginidad de la Bella Universitaria Nanoka Frente a su Amiga
—…¿Mmm? ¿Quién será?
El chico detuvo el movimiento de sus caderas al escuchar que llamaban a la puerta de la habitación. Hasta ese momento, había estado copulando con sus amigas sexuales sobre los futones de la habitación tradicional de la posada.
Aunque, para ser exactos, sus amigas —Rurina y Sumika— ya estaban semiinconscientes. Las chicas, aún adolescentes, tenían una expresión de absoluto placer tras haber sido sometidas a un éxtasis demasiado intenso para sus cuerpos jóvenes, mirando al vacío con sonrisas felices.
Shinji acababa de eyacular y, como toque final, había presionado su erecta polla contra el útero de Rurina, frotándolo con fuerza. Ella, incapaz incluso de gemir siquiera, solo temblaba con pequeñas convulsiones en la parte inferior de su cuerpo.
Al oír los golpes, el chico retiró su larga y gruesa vara de la vagina de la gal, haciendo que Rurina soltara un último «¡Nngh…!♡♡» ahogado. Al perder el tapón que la contenía, su cuerpo se arqueó y un chorro de sus fluidos brotó con fuerza.
—¿Será que alguien de otra habitación vino a quejarse del ruido…? ¿Habré sido muy escandaloso? —A pesar de haber acabado de «destrozar» a las dos chicas, el joven se rascó la nuca con expresión culpable. Se cubrió ligeramente con un yukata sobre su piel desnuda y, con un esfuerzo de voluntad, logró calmar su erección.
Finalmente, abrió la puerta con seguro automático desde el interior con un clic.
—¿Sí? ¿Qué ocurre?
—Ah…
—E-emm…
—Oh, Satchiko-san. Y… ¿Nanoka-san, verdad? ¿Ya habían regresado ustedes dos?
—Sí-sí…
—Así es…
Aunque el chico hablaba con normalidad, para las universitarias que estaban frente a él era obvio lo que acababa de estar pasando; estaba cogiendo hasta hace un momento. Tan claro como el deseo que un hombre siente por el cuerpo de una mujer, el joven irradiaba un aura de intenso atractivo sexual.
Su cuerpo, más musculoso y definido de lo que esperaban. Su piel brillante por el sudor del «ejercicio» intenso. Y, sobre todo, el denso aroma a feromonas que solo alguien que había dominado a tantas mujeres podía desprender.
Las universitarias habían decidido venir aquí con determinación, pero ahora no se atrevían a explicar el motivo de su visita y se habían quedado calladas como gatos asustados.
—¿Qué les pasa, Sachiko-san, Nanoka-san?
—Se-Seto-kun…
—Auuh…
—Bueno… no es cómodo hablar aquí de pie… ¿Podría pasar a su habitación? Allí escucharé lo que quieren decirme.
El corazón de Nanoka y el de su amiga dio un vuelco.
Él lo había entendido todo.
No habría dicho algo así de otro modo.
Todas las intenciones de ellas como mujeres habían sido descifradas por él.
Las dos hermosas estudiantes universitarias, con rostros ruborizados, asintieron. Cuando Shinji también asintió, se dirigieron juntos a la habitación contigua que compartían.
Justo cuando la puerta de su habitación se cerró de golpe y el pestillo se accionó, Masahiko salió al pasillo.
—…¿Eh? Juraría haber oído sus voces ahora mismo… ¿Me lo habré imaginado? Bueno, aún queda tiempo para la cena, creo que iré a darme un baño.
Después de que Masahiko se marchara, por el pasillo aún se escuchaban levemente los gemidos sensuales de las chicas siendo penetradas por el joven.
*
—Nanoka-san, ¿has tenido alguna vez una relación?
—No-no…
—¿Y has tenido sexo?
—Ta-tampoco…
—Entonces eres virgen.
—¡¡~~~~Nngh!!
Sentada en seiza sobre el futón y aún con su ropa casual, Nanoka respondía a las diversas preguntas del joven Shinji.
Eran preguntas lascivas, como las de ciertos videos adultos que ella nunca había visto, pero que salían naturalmente de la boca de aquel joven de apariencia inocente.
Y, curiosamente, la boca de Nanoka respondía con sinceridad.
—Sí-sí, así es, eso es lo que soy…
—¿A qué te refieres «eso»?
—Yo-yo… so-soy virgen. Nunca he tenido un novio. —Sus orejas ardían. La vergüenza era casi mortal. El sonido de su corazón palpitando le retumbaba en los oídos.
Las manos de Nanoka, sobre sus rodillas en posición seiza , se apretaron en pequeños puños, arrugando su falda con fuerza.
—Mmm ♡. Ah ♡. Seto-kun ♡. Ahíi ♡. Se siente tan bieen ♡. —Mientras tanto, Sachiko, la amiga de Nanoka, estaba siendo acariciada por las manos del joven Shinji, quien la tenía abrazada por detrás mientras él se sentaba con las piernas cruzadas.
Shinji había hecho que la hermosa universitaria frente a él separara las piernas —que antes estaban recogidas en posición de piernas cruzadas— y ahora estimulaba con sus dedos su clítoris a través de sus bragas moradas. Ya se notaba una humedad marcada en la tela, siguiendo la forma de su coño.
Parecía que, para Sachiko en ese momento, la vergüenza de ser observada por Nanoka palidecía ante el placer que le provocaba el chico más joven. Con voz mimosa como la de un gatito, se entregaba por completo a él, adulándolo sin pudor.
—Sachiko-san. Saca la lengua.
—Sí ♡♡♡. Nngwe…♡. Rero ♡. Reroo ♡. Chuu…♡♡. Puhaa ♡♡. Mmm ♡. Chuuu ♡. Chuuu ♡. Chupa ♡♡. Chyurururu ♡♡♡♡.
La imagen de Sachiko obedeciendo cada orden y entregándose a un beso tan obsceno era irreconocible para Nanoka. Ya no era la chica recatada y reservada que conocía, sino una mujer que había descubierto por completo el placer de estar con un hombre.
Shinji, como si quisiera mostrarle a Nanoka «Este es tu futuro», derretía a Sachiko sin piedad. Mientras la besaba, desabrochó los botones de su blusa y dejó que sus grandes pechos, contenidos por el sujetador, se deslizaran fuera de la tela. Luego, sosteniendo su peso con las manos, comenzó a masajearlos con movimientos lentos y profundos.
—Mmm ♡. Puhah ♡. Seto-kun ♡. Chyururu ♡. Chyuuru ♡. Chum ♡. Nngh ♡. Así ♡. Me encanta que me toques así las tetas ♡♡. Chuuu ♡♡.
Sachiko está tan perdida en el placer… Definitivamente, él es muy bueno en esto.
—Sachiko-san. Dime con tus propias palabras qué quieres que haga ahora.
— A-ah, verás… Quiero que me toques sin el sujetador ♡. Que uses tus dedos para jugar con mis pezones, que los hagas pararse ♡♡.
¿E-Eh?… ¿De verdad se pone a decir algo tan vergonzoso?
—Entendido. …¿Qué te parece así?
—Nngh ♡. Nngh ♡. Sí-sí ♡♡. Hm ♡. Ajá ♡♡. Oh ♡. Nngh ♡♡.
¡Casi se corre solo de que le toquen las tetas! No puede ser… Es increíble…
—Ngh ♡. Me, me voy a correr ♡. Qué bien, ah ♡. ¿¡Nngh, ~~!? ♡♡♡♡.
Ante su amiga, Sachiko experimentó por primera vez en su vida un orgasmo solo por sus pezones. Su mente se llenó de descargas eléctricas, como si le hubieran aplicado un taser, quemando su racionalidad. Sus caderas se elevaron levemente del futón, temblando sin control. Dejó casi todo su peso sobre el chico que la sostenía, retorciéndose con movimientos sensuales mientras se dejaba llevar por la sensación.
—Hah ♡. Hah ♡. Haaah ♡. Hahih ♡. Hah ♡. Hah ♡. Haaah ♡.
—Sachiko-san…
—Ha ♡. Hii ♡. ¿¡Mmmh!? ♡♡. Ah ♡. Hih ♡. Oh ♡. Nnnoooh ♡.
—Sachiko-san, ¿te sentías bien? Oye, Nanoka-san también está mirando, deberías responderle.
—Ah ♡. Hih ♡. …Sí-sí, me sentí bien ♡. Demasiado bien ♡. Me hace tan ♡. Tan feliz ♡. Se-Seto-kun ♡. Un beso ♡. Bésame ♡.
—Qué insistente…
—Mmmhhh~~~~ ♡♡♡♡.
—Aahh… Sachikoo…
Tal vez había sido un error que Nanoka y su amiga llamaran a su puerta.
Nanoka ya no pudo contenerse y comenzó a tocarse entre las piernas. Para hacerlo aún más excitante, Shinji sacó su miembro de debajo del yukata. Ya estaba completamente erecto, palpitante, con cada centímetro lleno de sangre.
Luego, envolvió a Sachiko por detrás, mientras ella abría las piernas en forma de V.
—Ahí va…
—¿¡Nnnh, nnnnguuuh!? ♡♡♡♡.
—Dentro, está dentro… Ahh, qué rico, caliente y resbaladizo… Tu coño está feliz, Sachiko-san. ¿Recuerdas bien lo de ayer? Me alegra.
Shinji se unió sin esfuerzo a la bella universitaria. Y, como siempre, esto no era más que un «extra» después de haber estardo cogiendo con sus otras amigas sexuales. En la habitación de al lado, unas estudiantes de preparatoria yacían exhaustas y desnudas sobre los futones, también víctimas de sus actos.
Un incidente de violación a varias chicas en una posada que alguna vez fue locación de una película sobre crímenes horrendos. La única víctima, si acaso, era Masahiko, el amigo de estas chicas universitarias. Pero el crimen ocurría sin que él lo supiera.
—Ahh… qué rico. Tu cuerpo es tan ligero, Sachiko-san, es fácil empujar aun cuando vistes así.
—Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Seto-kun ♡. Ah ♡.
—Es increíble… Tu coño me aprieta tanto. Creo que tu cuerpo quiere derretirme la polla.
—Ah ♡. No ♡. Ah ♡. Aaahn ♡.
Mientras Shinji sacudía el cuerpo de Sachiko, los dedos de sus pies, cubiertos por calcetines, se movían sin control. La forma en que se curvaban era obscena. Su coño tragaba cada centímetro de su polla. Al cumplir con su propósito de ser penetrada por un hombre, su coño lloraba de felicidad.
A solo un metro de donde ocurría esa intensa penetración, Nanoka se masturbaba. Al principio había estado sentada en seiza con timidez, pero poco a poco había separado las piernas, mostrando sus bragas a Shinji mientras estimulaba su clítoris.
Mientras se cogía a Sachiko, Shinji le preguntó:
—Nanoka-san, ¿siempre te masturbas así?
—…Sí-sí… ¿Es raro?
—Para nada. Pero es una lástima que, siendo tan linda, solo te conformes con tocarte en vez de tener sexo.
—Ah ♡. Ah ♡. ¿E-en serio?
—Claro. Mira la cara de Sachiko-san. ¿No parece feliz de estar teniendo sexo? ¿Verdad, Sachiko-san?
—¿¡Ouuh!? ♡♡♡. Oh ♡♡♡. Ooh ♡♡♡. Seto-kuun ♡♡♡.
—¿Ves? Es así.
Sus embestidas se volvieron cada vez más fuertes y salvajes. El cuerpo de Sachiko rebotaba como si estuviera sobre un trampolín. Una de las chicas más populares de la universidad, ahora bajo el dominio de un chico más joven, se perdía en un éxtasis sin control.
Increíble… ¡Nunca había visto a Sachiko así…! ¡Seto-kun es asombroso…!
—Kuh… Ya casi estoy por correrme. ¡Sachiko-san, voy a llenarte el útero de semen, así que aprieta bien tu coño!
—De-de acuerdoo ♡♡. Entendido ♡♡. Nnnh ♡. Mmmh ♡♡.
—Ah, qué bien, perfecto.
Cuando Sachiko obedeció, los pliegues rosados de su interior se cerraron con fuerza alrededor de la gruesa polla del chico. Sus mucosas quedaron tan unidas que no había ni un milímetro de separación, casi fusionándose en uno. Sachiko parecía más enfocada en hacer que él se corriera que en llegar al clímax ella misma. Esa devoción en medio del desenfreno le pareció hermosa a Nanoka.
—¡Voy a correrme, Sachiko-san! ¡Tú también, córrete conmigo! ¡Hagámoslo ahora!
—¡Síii! ¡¡Voy a correrme!! ¡¿¡¡Me, me corrooo!!?! ♡♡♡♡.
—¡¡¡¡Kuuuahh!!!!
¡Byururururu! ¡Byurur! ¡Byururu! ¡Bichi! ¡Bichichi!
Era la primera vez que Nanoka presenciaba directamente una escena de eyaculación interna. Lo que había visto el día anterior había sido apenas un vistazo entre sombras.
El joven Shinji y Sachiko arquearon las columnas al mismo tiempo, mientras el semen a chorros golpeaba directamente el útero de Sachiko, que aún estaba en pleno orgasmo.
—¡¡¡Me corro, me corro!!! ♡♡♡♡. Aahhh ♡♡. Ah ♡♡. Me corro… ♡♡♡♡.
En el centro de la habitación, la joven gritaba con voz aguda, completamente perdida en el éxtasis.
Su ropa de estilo otoñal se había desordenado por completo, exponiendo sin pudor su cuerpo, un festín para cualquier hombre, temblando sin resistencia mientras su mente se perdía en un jardín de placer.
Su vagina y útero tragaban con avidez el semen que emanaba del pene, intentando memorizar activamente el olor, el sabor y el calor de «él», su nuevo dueño.
El joven Shinji eyaculó sin control. La cantidad era tan abrumadora que cualquier hombre normal habría quedado vacío después de un solo disparo.
Era un éxtasis sexual puro y absoluto. ¿Acaso existía alguien que, al presenciarlo, pudiera seguir pensando que el sexo era algo «malo»?
—Haah, haaah… Fue increíble…
El chico retiró su miembro de la vagina de Sachiko. El grotesco falo, parecido a una serpiente monstruosa, se deslizó fuera de la joven con un sonido húmedo, en un espectáculo casi místico.
El líquido mezclado de sus fluidos vaginales y semen cubría su polla, dándole un brillo obsceno.
—Yo-yo también… me sentí bien…
Sachiko, recuperando apenas un poco de lucidez, susurró esas palabras mientras Shinji la sostenía en sus brazos.
—Ahora… ¿lo harán ustedes dos, Nanoka-chan…?
Al escuchar la pregunta, Nanoka renunció a cualquier resistencia tardía. Cuando vio que la chica, aunque avergonzada, asintió con la cabeza, Shinji se despojó de su yukata y avanzó hacia ella, completamente desnudo.
*
Shinji desnudó a Nanoka poco a poco.
El rubor de la vergüenza en sus mejillas, su cuerpo desnudo y ardiente por el deseo, y su entrepierna virgen que nunca antes había recibido a nadie… Todo eso, en otro mundo, habría sido reservado para su futuro esposo.
Pero, siendo humana de carne y hueso, ni siquiera una santa podría resistirse a los deseos de la carne. Después de ver lo placentero que había sido para su amiga, Nanoka había sucumbido a la tentación de probarlo ella misma.
—O-oye, ¿no se ve raro…? —preguntó Nanoka con el rostro completamente rojo, mientras abría las piernas frente al chico. Su nerviosismo constante era la prueba más clara de que era virgen.
—Eres increíblemente hermosa, Nanoka-san.
—Ah… ♡.
Cuando el joven le acarició suavemente la mejilla, Nanoka se estremeció. Los latidos de su corazón eran tan fuertes que apenas podía escuchar los sonidos externos. Sin embargo, la voz de Shinji llegaba a sus oídos con una claridad penetrante.
—Mi polla también dice que quiere entrar en ti pronto, Nanoka-san.
—Ah… es enorme, de verdad ♡. Tan fuerte… ♡.
Aunque la sonrisa del chico era serena, su miembro erecto era despiadadamente rígido.
Nanoka solía ser del tipo de chica que protegía a Sachiko de hombres extraños, a menudo respondiendo con actitud fría a quienes se le insinuaban. Pero ahora, frente a la erección del joven, su expresión era la de una doncella enamorada por primera vez.
Hasta que no lo experimentara por sí misma, no podía entender verdaderamente lo que era el «amor». Nanoka siempre había sido de las que pensaba que las parejas empalagosas en el campus eran «vergonzosas». Sin embargo, ahora, ante la viril polla de Shinji, su cuerpo se arqueaba inconscientemente. Su instinto femenino ya sabía que ese miembro la haría sentir placer.
—No te dolerá, así que tranquila.
—Nanoka-chan, relájate para que Seto-kun pueda entrar bien. No te preocupes, él es muy bueno en esto. Seguro que te sentirás bien desde el principio.
—Cla-claro… ♡♡. Ah, ah… ♡♡.
—Aah… aquí voy, Nanoka-san.
La vagina virgen de Nanoka ya estaba lo suficientemente húmeda por la masturbación previa. Shinji ajustó hábilmente la fuerza y el ángulo, deslizándose dentro de ella con un slurp . Pronto encontró el himen, pero siguió abriéndolo poco a poco, invadiéndola por completo.
El joven Shinji había llegado a esta posada con dos compañeras de clase —sus amigas sexuales— para un viaje de apareamiento. Después de satisfacerlas con una intensa pasión, casi como un extra, había conquistado a una nueva mujer. Su miembro oscurecido y reluciente, que ahora sumaba dos nuevas «bajas», ya no conservaba ni un rastro de su pasado como novato; ahora tenía el rostro de un guerrero experimentado.
—Ah ♡. Hah ♡. Ngh ♡.
—¿Aun sientes que está muy estrecho? Si es así, abrázame fuerte.
—Sí ♡. Ah ♡. Ah… ♡. Esto, me hace sentir tan segura… ♡.
—Voy a levantar un poco más tu cadera, ¿de acuerdo?
—Sí-sí. …¿¡Ngh!? ♡♡♡. Pe-perdón, me salió un sonido raro…
—No pasa nada, Nanoka-chan. Las chicas hacen esos sonidos cuando se sienten bien. A mí también me lo enseñó Seto-kun.
Shinji empujó suavemente dentro del interior virginal de Nanoka. Le enseñó que, aunque su aspecto pudiera parecer intimidante, su polla no daba miedo en absoluto. Con movimientos rítmicos — ton, ton —, estimuló su interior, observando sus reacciones como un médico en una exploración, buscando sus puntos más sensibles.
—Aah ♡. Ah ♡. Ah ♡. Aaah ♡. Ngh ♡.
La boca de Nanoka emitía sonidos más dulces y espesos que la miel. Sachiko, queriendo apoyar a su amiga en su primera vez, se colocó detrás de ella y comenzó a acariciar sus pechos con suavidad.
Mientras Masahiko se bañaba, completamente ajeno a lo que ocurría, las dos universitarias a las que él era cercano y el chico más joven llevaban a cabo un trío. La escena que se desarrollaba aquí era mucho más erótica que cualquier video porno comercial.
Los embates de Shinji fueron ganando fuerza y velocidad gradualmente. Los ojos de Nanoka captaban con claridad cómo su miembro entraba y salía de ella.
Estoy teniendo sexo… El pensamiento cruzó su mente como si acabara de darse cuenta. Ya no soy virgen… Esta es mi primera vez… Siempre dije que sería con alguien que amara, pero… No había podido resistirse al deseo de tener sexo.
Pero no era culpa suya. Después de todo, como ser vivo, nadie podía oponerse a los impulsos de la carne.
En la mente de Nanoka desfilaron, como en una ráfaga, todos los eventos que la habían llevado hasta aquí. A lo largo de su vida, había conocido a muchos hombres, pero, por supuesto, esta era la primera vez que se unía a uno de esta manera.
Desde muy cerca, Shinji compartió sus impresiones sobre su vagina:
—Estás muy apretada, Nanoka-san.
—Ah… sí ♡. Yo también ♡. Ah ♡. Ah ♡. Ah ♡.
—Ven, acércate más.
—Nnguuuhh… ♡♡♡.
Shinji se puso por completo sobre Nanoka, enseñándole la seguridad de la posición del misionero. Sabía que, para dar placer a una mujer durante el sexo, no solo era importante la excitación, sino también hacerla sentir protegida.
Así, abrazada desnuda a un chico, el latido de mi corazón resuena… «tokun, tokun». Seguro que Seto-kun también lo siente… Nanoka se aferró al cuerpo del chico más joven que ella. Mientras su polla erecta revolvía su interior, experimentó una sensación como de abrazar un peluche gigante o de estar envuelta en una cálida manta. Una dulce oleada de placer, como nunca antes había sentido, la inundó por completo.
—Oh ♡. Oh ♡. Oh ♡. Oohnn ♡. Ngh-oh ♡. Oh ♡. Oh ♡. Oh ♡.
—Nanoka-chan… Tu cara cuando tienes sexo es tan linda…
Sachiko, incapaz de contener la emoción ante la expresión y los gemidos de su amiga haciendo el amor, se excitaba viéndolos. Mientras observaba cómo Shinji cogía con Nanoka, se masajeó los pechos y jugueteó con sus dedos entre las piernas. A pesar de haber recibido su semen en el útero apenas unos momentos antes, ya ansiaba otra ronda.
En ese lugar, solo quedaban dos hembras completamente enamoradas del joven bastardo mujeriego.
Seto-kun está abrazando fuerte a Nanoka-chan mientras mete y saca su polla… Yo también lo entiendo, Nanoka-chan. Se siente increíble. A mí me hizo lo mismo, y sentí como si mi cabeza explotara y mi bajo vientre se encendiera. Ah… es asombroso, Seto-kun es increíble ♡♡. Tan genial ♡♡.
Mientras tanto, en la habitación contigua a la que Shinji y las universitarias estaban teniendo el trío, Masahiko regresaba del baño.
Aún emanando vapor de su cuerpo recién salido de las aguas termales, se dejó caer sobre el tatami con su yukata y murmuró hacia el techo: «Ah… qué relajante…». Pero, en comparación, del otro lado de la pared, Shinji y las dos universitarias estaban alcanzando un nivel de placer mucho, mucho más intenso.
—¿Qué hago? Todavía queda bastante para la cena… Además, ellas dijeron que querían hacer algo por su cuenta hasta entonces, pero… ¿qué tendrán que hacer? —murmuró Masahiko mientras miraba al techo, espachurrado en forma de estrella.
A solo unos metros de distancia, Nanoka —inmovilizada bajo Shinji— también miraba el mismo techo mientras jadeaba con sonidos obscenos: «Ohh ♡. Ohooh ♡. Ohhhh ♡», siendo llevada rápidamente al orgasmo por la vigorosa polla que la penetraba.
—¿Me habrán excluido para ir a algún lugar solo ellas dos? —Masahiko soltó ese comentario para sí mismo, aunque, en realidad, no iba tan desencaminado.
En el mismo instante en que Shinji hacía correrse a Nanoka con su polla, Sachiko —quien se había estado masturbando— también alcanzó el clímax. Ambas gritaron de placer, sus hermosos cuerpos convulsionando violentamente. Habían llegado a un paraíso femenino que nunca antes habían experimentado.
—Haah… qué aburrido. Por las noches no hay mucho que hacer en unas aguas termales…
—Fuuuh… correrme adentro se siente muy bien, Nanoka-san.
Los suspiros de Masahiko y Shinji se sincronizaron. Mientras Masahiko estaba solo en su habitación, Shinji —con su polla enterrada hasta el fondo en el apretado coño de Nanoka— soltaba un suspiro de satisfacción mientras eyaculaba en chorros espesos.
La corrida del joven insaciable fue interminable. No se detuvo en unos pocos segundos, ni siquiera en diez o más. Nanoka sintió claramente cómo el semen golpeaba las paredes de su útero, manteniendo la mirada con Shinji. Luego, como si quisieran agradecerse mutuamente, iniciaron un profundo y apasionado beso.
—Oh, mierda. —Masahiko murmuró eso al darse cuenta de que, relajado tras el baño, su entrepierna se había puesto completamente erecta. Si alguien lo veía así, no sabía qué le diría Nanoka… y Sachiko, sin duda, quedaría decepcionada de él.
A pesar de estar solo en su habitación, Masahiko se incorporó ligeramente y miró a su alrededor, como para asegurarse de que nadie lo observaba. Luego, volvió a recostarse boca arriba, pero el deseo sexual, una vez despertado, no se calmaba fácilmente.
Ah… carajo, estoy demasiado caliente…
Durante el día, había actuado como si estuviera libre de deseos carnales frente a Nanoka y Sachiko, pero Masahiko, sin duda, también era un hombre en toda regla. Y precisamente por haberlo reprimido tanto, la reacción ahora era aún más intensa.
Mierda… necesito sacármela o no voy a poder calmarme.
Aunque modesto en comparación con el miembro sobredimensionado de ese joven bastardo mujeriego, el pene de Masahiko tenía un tamaño decente. Ahora, más erecto que nunca, levantaba claramente la tela de su yukata en la entrepierna.
Solo había una solución: masturbarse. Era la opción lógica para cualquier hombre que, a diferencia de unos pocos afortunados, no tuviera una mujer disponible para coger en cualquier momento.
Claro que, si cedía al impulso y se masturbaba, existía el riesgo de que ellas notaran el olor a semen después. Pero a pesar de considerar esa posibilidad, Masahiko finalmente comenzó a masturbarse.
—Uwah…
En el mismo instante en que empezó, una oleada de placer lo invadió. Ni siquiera necesitaba material: solo el roce de su mano derecha alrededor de su polla ya se sentía increíble.
—Mierda… esto es… carajo…
Quizás la excitación extra venía de la novedad de masturbarse en una posada, en lugar de su apartamento. O tal vez tenía que ver con haber pasado todo el día junto a dos bellezas como Nanoka y Sachiko. O incluso podía ser el impacto de haber visto a esas dos compañeras de clase de Shinji, tan hermosas que no tenían nada que envidiarle a sus amigas.
En cualquier caso, Masahiko se dejó llevar por la urgencia de masturbarse.
Pero lo que él no sabía era que, justo al otro lado de la pared, Shinji —recién terminado de coger con Nanoka— estaba enseñándole a Sachiko, en la misma posición, las delicias del sexo sin protección.
—Uaaaah~~~… qué bien se siente…
—Ah ♡. ¿¡Ahhhh!? ♡♡♡.
—Sachiko-san… tu coño está tan apretado por dentro… ahh~… es increíble.
Si alguien comparara los gemidos de Shinji en ese momento con los de Masahiko, la diferencia entre quien experimentaba placer real y quien solo se conformaba con una sombra de él sería obvia.
La cruel ironía era que, si Masahiko hubiera sido un poco más valiente y decidido, habría tenido infinitas oportunidades de llevar su relación con Nanoka y Sachiko más allá de la amistad. Pero en cambio, la virginidad que ambas habían protegido tanto —incluso de los hijos de papi de los clubes de ligue— terminó siendo arrebatada en esa posada por un joven sencillo al que acababan de conocer. Los hímenes de las dos bellas universitarias habían sido rotos por la polla de Shinji.
Claro que eso no significaba que su amistad con Masahiko hubiera desaparecido, pero con esto, él había perdido para siempre la oportunidad de ascender a la categoría de «hombre» en sus ojos.
—Los gemidos de Sachiko-san… solo al escucharlos siento cómo me llegan hasta la polla. No puedo parar de mover las caderas…
—Ah ♡. Ah, ah, ah, ah ♡. Seto-kun, más ♡. Máaas ♡. Ah, ah, ah, ah, ngh ♡.
Pero no había de qué preocuparse. Shinji se encargaría por completo de satisfacer sus cuerpos excitados. Mientras tanto, Masahiko, ajeno a lo que ocurría en la habitación contigua, apretó su erecta vara de carne y comenzó a masturbarse con movimientos rápidos, hasta eyacular directamente sobre un pañuelo de papel.
—¡Mierda, ugh!
Justo en el momento en que él llegaba al clímax, en la habitación de al lado…
—¡Voy a correrme, Sachiko-san! ¡Voy a correrme dentro por completo! ¡Saborea bien mi semen en lo más profundo de tu coño!
—¡Ah, aahh! ♡. ¡Ahí…! ♡. ¡Ah! ♡. ¡Me corro! ♡. ¡Me corro con tu polla, Seto-kun! ♡. ¿¡Me estoy corriendoooooo!? ♡♡♡.
—¡Aahh, tu coño aprieta tanto! ¡Tu útero me está succionando! ¡Me corro! ¡¡¡¡Guh, uuughh!!!!
—¡Ah, me corro…! ♡♡. ¡Me corro! ♡. ¡Me estoy corriendo~~~~! ♡♡♡♡.
Shinji y Sachiko, unidos por sus genitales, temblaban y se sacudían en espasmos, sumergidos en un placer abrumador del orgasmo.
El espeso semen que brotaba de la polla de Shinji se derramaba sin reservas en lo más profundo de Sachiko, fluyendo directamente hacia su útero. Mientras el líquido masculino se transfería de su cuerpo al de ella, ambos apretaban los dientes, jadeando con sonidos entrecortados: «Fuuuh… fuuuh…».
Mientras tanto, Masahiko, que ya había saciado sus deseos y entrado en su «modo sabio», murmuró para sí mismo en su solitaria habitación:
—Puf… ¿qué estoy haciendo? —Tras reflexionar un momento, tiró el pañuelo lleno de semen al inodoro y se lavó las manos. No pudo evitar sentir un poco de disgusto consigo mismo al darse cuenta de que, incluso estando en la universidad, no había podido resistir la tentación de masturbarse durante el viaje.
En ese momento, en una habitación tradicional de tatami, Nanoka —que acababa de perder su virginidad con Shinji— miraba fijamente su entrepierna y de donde había salido la polla de él, de la cual ahora rezumaba un líquido blanquecino y gelatinoso.
Ah… es increíble ♡. El semen de Seto-kun está saliendo de mí… A pesar de que nunca había tenido mucha interacción con hombres fuera de Masahiko, acababa de tener sexo con un chico que apenas conocía… y hasta le había permitido correrse dentro de ella. Sentía como si ya no fuera ella misma, pero la euforia post-orgásmica y el fuego que ardía en su cuerpo aún no se apagaban.
Mientras Nanoka observaba sus partes privadas, justo a su lado, su amiga estaba siendo violada por el insaciable joven.
—¡Ahhh! ♡. ¡Ah! ♡. ¡Ah! ♡. ¡Ah! ♡. Hm ♡♡. Seto-kun ♡. Se siente tan bien ♡♡. Tan bieeeen ♡♡.
Los tres en la habitación estaban completamente desnudos, sin una sola prenda de ropa.
Sachiko y Shinji habían cambiado de posición, ahora en una postura a lo perrito. Sachiko, casi postrada en el futón como en una reverencia, mantenía sus caderas altas —como la postura del gato en yoga— mientras Shinji las sujetaba con fuerza, empujando su polla dentro y fuera de ella con movimientos potentes y viriles.
—Nanoka-san.
—…¿Eh?
—Cuando haga correrse a Sachiko-san una vez más, será tu turno de nuevo. Descansa mientras esperas.
—…Sí. Sí, entiendo. Esperaré como dices, Seto-kun.
—¡Ahh, qué fuerza tiene tu coño! ¡Los pliegues se pegan… kuh…!
—¡Ahh! ¡Ah, ah! ♡♡. ¡Ngh…! ♡♡. ¿¡Mmmuuuhh!? ♡♡♡.
—Ah, ¿esta es tu zona sensible, verdad? ¡Perfecto! ¡Voy a frotarla con la cabeza…! ¡Para que tu coño se acostumbre a tanto orgasmo y podamos hacerlo aún más la próxima vez!
—¡Nwohh! ♡. ¡Ohhh! ♡. ¡Ohhh…! ♡♡♡.
La amiga de Nanoka se estaba convirtiendo, sin más, en el juguete sexual personal del joven, sometida a una embestida casi violenta. Nanoka observaba esa escena surrealista, como sacada de una fantasía, con mirada ausente.
Entonces, sus ojos se dirigieron hacia la ventana.
—Ah… la cortina estaba abierta. Deberíamos cerrarla.
Desnuda, se levantó y caminó hacia la ventana para correr las cortinas. Si alguien hubiera estado en el jardín, habría visto su figura hermosa, curvilínea y de gran trasero… pero su mente, todavía entumecida por el impacto de lo que acababa de vivir, ni siquiera procesaba ese riesgo.
Por un instante, la figura desnuda de una universitaria se reflejó en la ventana, pero desapareció en cuanto las cortinas se cerraron. Nanoka se acercó a Shinji y Sachiko, quienes seguían cogiendo, se arrodilló y abrazó al joven para besarlo. Así era como debía hacerse cuando él estaba «ocupado» con otra mujer, tal como le habían demostrado las otras chicas que habían compartido con él en el baño mixto la noche anterior.
Nanoka entrelazó su lengua con la de Shinji en un juego húmedo y sensual. Como si fueran moluscos apareándose, sus lenguas se enroscaron, y el calor de sus alientos escapó por sus bocas y narices.
—Mmm… hmmf ♡. Chyururu… ♡.
El beso lujurioso entre el joven y la universitaria se prolongó, generoso y sin prisas. Mientras tanto, las caderas de Shinji no dejaban de moverse, penetrando a Sachiko con energía. Su resistencia era casi monstruosa, como un auténtico demonio sexual, y tanto Sachiko como Nanoka habían caído completamente bajo su hechizo.
—Puhah… haah… ♡♡. Oye, Seto-kun, ¿no deberías volver con esas chicas?
—Ah, sí, claro que volveré. Pero ahora mismo las he dejado tan exhaustas de correrse tanto que se han desmayado. —Lo dijo con total naturalidad. Mientras hablaba, eyaculó dentro de Sachiko con un gruñido animal, llenando su útero con un torrente espeso de semen—. Ahh, esto es increíble… Podría hacerme adicto a correrme dentro de ti, Sachiko-san. Eres tan sensible… Tienes el mejor coño del mundo.
—De-deja de decir ese tipo de elogios…
—¿No te gusta que te halaguen? Pero es que es importante cuando te sientes bien al coger, ¿sabes? No hay nada en este mundo más placentero que un hombre y una mujer haciendo el amor.
Sachiko no respondió directamente al comentario, pero en el fondo sabía que tenía razón. Ante este éxtasis, los estudios universitarios, las actividades del club, todo lo que alguna vez le había importado, palidecía en comparación.
—Aquí tienes, Nanoka-san.
Al ver la erecta polla que Shinji le ofrecía, Nanoka tragó saliva como una gata o una perra en celo frente a un manjar.
La Nanoka de antes habría abofeteado a cualquier hombre que se atreviera a proponerle algo así. Pero esta vez, apartó su cabello con un gesto casual, abrió bien la boca y se acercó a su polla. Y así, comenzó a chupar con devoción la misma polla que acababa de violar a su mejor amiga.
Mmmn… ♡ . Esto está… delicioso… ♡ .
El miembro, cubierto de sus jugos y semen, fue devorado por Nanoka con voracidad, como si se tratara de un postre creado por un repostero de renombre. Shinji observó con ternura la escena, admirando cómo la chica seguía sus instintos femeninos al chuparlo con entusiasmo.
De pronto, atrajo hacia sí a Sachiko, quien aún se recuperaba débilmente, y comenzó a succionar sus pezones erectos, escondidos entre sus generosos pechos.
—Ah, haaa… ♡.
Sachiko, cuyos pezones eran mordisqueados suavemente por los dientes del joven, dejó escapar un gemido de placer mientras acariciaba su cabeza repetidamente. Así, los tres quedaron conectados: Shinji chupando los pechos de Sachiko, y Nanoka deleitándose con su polla.
Tanto del interior de Nanoka como del de Sachiko, el semen que Shinji había depositado antes goteaba lentamente. Cuando el joven volvió a eyacular en la boca de Nanoka, la obligó a tragarlo todo antes de tomar un breve descanso.
Todo esto había ocurrido antes de la cena.
—Nanoka-san, Sachiko-san, gracias. Fue increíble.
—Sí, yo también… ♡. Gracias por enseñarme todo esto sobre el sexo, Seto-kun ♡.
—¿Qué tal estuvo, Nanoka-chan?
—Bueno… mi coño todavía me hormiguea… y mi cabeza está como flotando. Los besos, que me tocaran los pechos… todo fue tan bueno. El sexo con un hombre es muy diferente a lo que imaginaba…
Los tres, ahora más unidos tras su experiencia sexual, continuaron conversando desnudos por un rato. Tan relajados estaban que perdieron la noción del tiempo. Fue Shinji quien primero notó la hora.
—Oh, ya es tarde. Debo regresar a mi habitación.
—Ah, cierto… Teníamos que cenar con Masahiko. Si vamos ahora, quizá tengamos tiempo de bañarnos y lavarnos…
—Entonces, ¿hasta luego? Nos vemos después.
—Sí.
—Nos vemos, Seto-kun.
Shinji les dio un beso de despedida a cada una antes de retirarse.
—Fue increíble, ¿verdad, Nanoka-chan…?
—Sí…
—Seto-kun dijo que nos volveríamos a ver…
—Mmm… ¿Crees que quiere repetirlo más tarde?
—¿Quién sabe…?
Susurrando entre ellas después de que él se fuera, las chicas se miraron, desviando rápidamente la mirada con vergüenza. En el fondo, deseaban seguirlo y continuar cogiendo, pero admitirlo en voz alta les daba demasiada vergüenza.
—¿Vamos a los baños antes de reunirnos con Masahiko?
—Sí-sí…
Tras limpiar su sudor en las aguas termales, Nanoka y Sachiko se encontraron con Masahiko para cenar. Él, que había cedido a sus deseos y se había masturbado en su habitación, y ellas, que habían sido penetradas y llenadas de semen por un chico más joven. Los tres universitarios comieron en silencio, sumidos en la vergüenza.
¿Quieres discutir de esta novela u otras, o simplemente estar al día? ¡Entra a nuestro Discord!
Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de la plataforma Ko-fi o Paypal.
0 Comentarios