¡Supervivencia en Otro Mundo con mi Ama!
Capítulo 206. Las Quejas de la Santa
—En primer lugar… ¿qué significa esparcir polvo aquí y allá antes de siquiera poner tus manos sobre mí? Además, hay una chica dragón. Y encima, escuché que ya intentaste algo con ella, ¡aunque la conociste después de verme a mí!
Ellen, de tan mal humor que casi podía escucharse un «punpun»*, me estaba reprendiendo. A Kosuke… quiero decir, ¿ya se había encontrado cara a cara con Grande?
(Frizcop: Onomatopeya japonesa de enojo o indignación.)
—¿Qui-quién te dijo eso…?
—Poizo-san.
—¡Esa malvada limo de burbuja!
Podía ver la cara de Poizo en mi mente. Lo malo es que no soy rival de ninguna manera frente a las tres chicas limo, incluyendo a Poizo, así que no podía tomar represalias de ninguna forma. Bueno, en realidad, solo Poizo tiene la osadía de agitar la escena así.
—…¿Todavía no le has puesto la mano encima?
Sylphy me miró con una expresión cálida y fresca. Para, no me mires con esos ojos…
—Santa, Kosuke puede ser bastante cobarde.
—Lo sé.
—No tanto después del primer movimiento, pero en ese primer paso debes empujar con todas tus fuerzas. Tienes que provocarlo repetidamente hasta llegar a la provocación descarada, o debes empujarlo tú misma al límite.
—Ya veo…
Al escuchar las palabras de Sylphy, la Santa-sama giró sus ojos carmesí, iluminados por un destello de lujuria poco digno de su título.
—E-eso no es… ¡E-espera! ¡Sylphie!
—Kosuke, es tu culpa. Si quisieras actuar, ya habrías tenido muchas oportunidades. No la hagas esperar demasiado.
—No, ¿saben qué? Ellen es la cabeza de la religión de Adel en esta zona, y es una santa. No puedo simplemente ponerle las manos encima así como así…
—Si dices eso, yo soy la líder del Ejército de Liberación y realeza del antiguo Reino de Merinard, ¿sabes? Isla es una maga de la corte, llamada prodigio del antiguo Reino de Merinard y jefa del cuerpo de magos del Ejército de Liberación, mientras que Melty no tiene un título especial, pero es un demonio con una misión secreta de proteger a la familia real. Las arpías ahora son la élite que forma el núcleo de la fuerza del Ejército de Liberación, e incluso Grande es como la princesa de los grandes dragones que habitan en lo profundo del Bosque Negro, ¿verdad?
No pude ni siquiera pensar en algo que decir.
—¿Cómo se supone que aceptes ponerle la mano encima? ¿Haremos una gran ceremonia de boda? ¿Cuándo será eso? ¿Después de que termine la guerra con el Reino Sagrado y el país esté en paz? ¿Vas a descuidarla hasta entonces?
—E-eso es…
—¿Qué pasa?
Me quedé sin palabras y dirigí mi mirada a Ellen; mis ojos se encontraron con sus ojos carmesí.
—Um… creo que depende de Ellen… decidir qué hacer.
—Eres débil de carácter, ¿verdad?
—Kosuke…
La mirada de Ellen se volvió desdeñosa, y Sylphy pronunció mi nombre con disgusto.
—¡Porque no hay remedio! ¡Estoy demasiado intimidado de tocar a una mujer hermosa como Ellen! ¡En primer lugar, según los estándares de mi mundo, es extremadamente inapropiado tocar a varias mujeres! He roto esa ética desde que llegué aquí, pero sigue siendo un obstáculo demasiado alto. La ética que desarrollé hasta alcanzar cierta edad no se cambia tan fácilmente, ¿saben?
Para empezar, soy un civil relativamente bien portado. No soy de los que tienen buena comunicación y juegan en equipo contra otros. Soy introvertido, y prefiero juegos de supervivencia donde hay que manejar situaciones difíciles con sabiduría y habilidad.
—Bueno… supongo que en el mundo de Kosuke es importante mantener ese tipo de ética.
—¿Verdad?
—Pero este mundo tiene su propia ética.
De repente, Ellen se apoyó sobre mí como si fuera a estirarse. ¡Oh, el peso cómodo y la suavidad…!
—Esa reacción indica que eres bastante honesto respecto a tus deseos… pero la barrera que te impide cruzar la última línea parece una película delgada y, sin embargo, innecesariamente resistente.
—Lo sé. Eso es lo que llaman ser un «pervertido de closet».
—¿De dónde sacas esas palabras, Santa-sama?
Además, creo que soy un poco diferente de un pervertido de closet. No pretendo que no me interesen los asuntos sexuales.
—De todos modos, lo entiendo. Me disculpo de corazón por hacerte esperar, Ellen, y me ocuparé de ello lo antes posible…
—Esta noche. Yo me encargaré de los preparativos, —dijo Sylphy.
—Entendido.
—Espera, espera, espera. Es demasiado rápido. ¿No es demasiado pronto? ¿Podemos relajarnos un poco más?
—No. Solo seguirías diciendo eso y posponiéndolo. Eso es lo que significa perder el valor.
Miré a Ellen como pidiendo ayuda, pero ella estaba sonrojada, con la expresión en blanco y la mirada ligeramente desenfocada. Esto no pintaba nada bien.
—De verdad, ¿estás segura? ¿Sobre varias cosas?
—No hay problema, ya hablamos de ello. Ya hemos entregado las escrituras al Arzobispo Deckard. Solo queda que Kosuke demuestre su valía con la corona de luminosidad o algo así después de la cena. Ah, esta noche, madre, mis hermanas, la santa y el arzobispo nos reuniremos para cenar. Lo siento, pero necesito que prepares la comida.
—Ah, claro.
Arzobispo Deckard… ese era el nombre del superior de Ellen, creo. Durante el día había mucho ruido, y debía haber llegado por esa hora. Así que, cuando terminaron de hablar, Sylphy y Ellen se acercaron a nosotros.
Frizcop: Fe de Erratas: El superior de Ellen es un hombre, no una mujer.
La razón por la que me pidió preparar la comida era mostrarle al arzobispo Deckard mi poder y, al mismo tiempo, prevenir un posible envenenamiento. Con la comida que sirvo, no hay riesgo de envenenamiento a menos que ponga el veneno en el momento. Las fuerzas principales ya habían sido eliminadas del castillo, pero no había manera de garantizar que no hubiera filtraciones.
Mientras pensaba esto, Ellen se levantó de repente y con energía.
—Voy a bañarme.
—Rápido… eso fue rápido.
—Si recuerdo bien, el incienso para mejorar el ambiente estaba entre los objetos confiscados a los sacerdotes corruptos de la corriente principal… Melty-san está a cargo de los objetos confiscados. Tal vez debería consultarlo también con Isla-san.
—No lo hagas. ¡Solo sé normal, solo sé normal!
Ellen salió de la habitación murmurando algo. Aaaaah… en serio, ese tipo de cosas son peligrosas; mejor no hacerlo. Esperemos que Melty e Isla tengan algo de conciencia. ¿Es imposible? Supongo que sí. Si es necesario, pediré ayuda a Lima. Si es Lima, seguro hará algo al respecto.
—…Eres muy atento con la santa, ¿verdad?
Esta vez, Sylphy parecía un poco insatisfecha. Oh, rayos…
—Debo confesar que me siento un poco nervioso. No es que esté inestable, pero los vaivenes son demasiado grandes o extremos…
—…Puedo entenderlo un poco. Yo sentía lo mismo antes de conocerte, Kosuke.
Al escuchar mis palabras, Sylphy suavizó su expresión de descontento y se puso seria. Parecía que antes no estaba en un estado de ánimo tan serio.
—¿Antes de conocerme? ¿Cambiaste tanto después de eso…?
No sabía mucho sobre Sylphy antes de que me conociera, así que realmente no podía percibirlo.
—Sí, creo que he cambiado. He cambiado porque puedo dejarme mimar por ti así, Kosuke.
Después de decir eso, Sylphy se inclinó hacia mí y apoyó la cabeza en mi hombro. Me hizo cosquillas el roce de su sedoso cabello plateado en la mejilla.
—He pasado mi juventud temprana como Sylphiel, la Bruja del Bosque Negro, con un sentido de misión de recuperar el Reino de Merinard y un deseo de venganza contra el Reino Sagrado. Pero después de conocerte, Kosuke, siento que he recuperado en gran medida mi estado de ánimo como simplemente Sylphiel, no como la Bruja del Bosque Negro.
—Ya veo.
No sabía si realmente lo entendía o no. Para mí, no sabía cómo lucía ni cómo se comportaba Sylphy como Sylphiel, la Bruja del Bosque Negro. Oh no… ¿fue esa tiranía implacable la que me aplastó la primera vez?
—Seguramente eso era más extremo que yo. Nací con el don de los ojos mágicos y mis padres me vendieron a la religión Adel antes de que siquiera pudiera recordarlo. Según lo que he escuchado, el interior de la religión de Adel es un entorno de poder e intriga, un condensado de la fealdad humana, y además… soy una belleza. Para proteger mi corazón, he estado usando la máscara de una santa durante mucho tiempo.
—¿¿¿???
—En otras palabras, una vez que empiezas a dejarte mimar, es un juego sin fin. No me sorprendería que trataras de aferrarte a él todo el tiempo.
—¿Qué… dijiste…?
Incluso Sylphy había empezado a dejarse mimar por mí y se había vuelto como una niña pequeña. ¿Qué demonios se supone que significa eso?
—Me duele.
—¿En qué estás pensando?
Sylphy, que había adivinado lo que yo estaba pensando y estaba temblando, me pellizcó la mejilla mientras me echaba una mirada fulminante. Su rostro se estaba tornando de un rojo brillante, y era sumamente adorable.
—Pero que Ellen también… no me lo puedo imaginar mucho.
Orgullo y arrogancia… ¿es demasiado decirlo? Ellen, la santa divertida, inexpresiva y con cierta actitud pomposa, dejándose mimar por mí más que la melosa Sylphy cuando ella se dejaba mimar… No podía imaginarlo en absoluto. Más bien, solo podía imaginarla rompiendo ligeramente su cara inexpresiva y pisándome mientras levantaba las comisuras de la boca. Sin duda tenía una actitud tipo S.
Mientras pensaba en eso, Sylphy de repente empezó a empujarme cada vez con más fuerza. No sabía qué había pasado, pero no resistí y terminé empujado al borde del sofá.
—Bien.
Entonces Sylphy se recostó en el sofá con la cabeza sobre mi regazo y emitió un sonido de satisfacción. ¿Qué demonios…?
—Si le diste una almohada de regazo a If-aneesama, ¿no crees que deberías darme una a mí también?
—Tienes razón. Es más, hasta te daré una palmadita especial en la espalda, Sylphy, como un extra.
—Umu. No hay problema. —Sylphy, con la cabeza acariciada, parecía satisfecha con el tono que uso con Grande.
Así pasamos un rato breve y apacible en el salón real, hasta que Melty vino a buscarme para que me preparara para la cena.
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