¡Supervivencia en Otro Mundo con mi Ama!
Capítulo 218. No es Fácil Tomar un País
Aún pasará un buen tiempo antes de que el ejército del Reino Sagrado, al que hicimos retroceder, regrese a su tierra y su país se comunique con nosotros. Mientras tanto, nosotros —el Ejército de Liberación de Merinard— debemos preparar el lanzamiento del nuevo Reino de Merinard. No es una tarea sencilla.
En primer lugar, las fuerzas militares del Reino Sagrado y las guardias locales que ha impuesto mantienen actualmente la seguridad en el territorio. Por lo que me han contado, las guarniciones del ejército de liberación se encargan de la seguridad dentro de las ciudades y el ejército del Reino Sagrado vigila los alrededores. Además, la gobernanza política suele recaer en la cabeza de la religión de Adel: a un alto clérigo se le designa una ciudad importante y se le concede control sobre las aldeas vecinas. ¿Será esta una forma de gobierno propia de un Estado teocrático?
Sea como sea, si aspiramos a ser una nación debemos, ante todo, garantizar la seguridad de los ciudadanos y evitar que mueran de hambre. No es viable ni responsable derribar por la fuerza el sistema vigente sin ofrecer una alternativa; más aún en un mundo plagado de monstruos peligrosos y bandidos. La violencia manda en muchos lugares.
—Es imprescindible construir una red de información con los comunicadores gólem, una red de alerta con las arpías y una red defensiva aprovechando la movilidad de las tablas aéreas.
—También debemos replantear la localización de las fortalezas y desplegar nuestras fuerzas con mayor eficiencia. ¿No se completó el desarrollo del nuevo comunicador gólem para comunicaciones de área amplia? —añadió Melty a la declaración de Sylphy, dirigiendo la conversación hacia Isla.
—Uh-hum. Se ha terminado el equipo base para manejar múltiples canales simultáneamente. Si se combina con un amplificador de ondas mágicas para ampliar el alcance, podremos montar una vasta red de comunicaciones que cubra grandes extensiones. Sin embargo, Kosuke debe ayudarnos con la producción en masa a corto plazo: construir núcleos lleva tiempo.
—Nosotros también necesitamos la ayuda de Kosuke para reubicar fortalezas y aumentar la capacidad agrícola. Además, sería conveniente que nos ayudara a producir más tablas aéreas y a reforzar las defensas fronterizas.
—Yo querría su ayuda para erradicar a las fuerzas principales del culto de Adel en el país. Mis ojos, que distinguen la verdad, bastarían para desenmascarar a los sacerdotes corruptos; pero para despertar a los creyentes cuya visión ha sido cegada por las mentiras del dogma dominante, conviene contar con un apóstol de Dios a nuestro lado.
A partir de la intervención de Isla, Melty y Ellen se sumaron a la idea: insistían en que mi presencia era necesaria en múltiples frentes. Jajajá, tengo un solo cuerpo, por mucho que me pidan.
—¿No puedes dividirte como hacen Lima-san y las otras?
—No seas descabellada. Para la producción en masa puedo trabajar en movimiento si llevo un banco de trabajo conmigo; puedo fabricar mientras me desplazo o incluso antes de irme a la cama. En cuanto a reubicar fortalezas, la única solución práctica es derribar las existentes, recuperar materiales y reconstruirlas; y la labor de reeducación religiosa debería llevarse a cabo en los pueblos y aldeas circundantes.
Hablando con realismo, esa parece la única vía. Podríamos plantear la reconstrucción de las fortalezas como obras públicas para dar trabajo a la gente, pero eso puede dejarse para más adelante: primero hay que mostrar una mínima estructura y seguridad que confirme que somos capaces de gobernar.
—Entonces debería acompañarte en ese viaje. Si vamos a convertir a la gente del dogma principal a nuestra fe, sería mejor que fuéramos juntos: yo, como santa, y Kosuke, como apóstol de Dios. Además, podríamos comprobar si las guardias locales son dignas de confianza, —dijo Ellen con su habitual serenidad.
Sylphy, Isla y Melty no pudieron ocultar su decepción. En realidad, todas querrían acompañarme, pero Sylphy, en su papel de reina, no puede ausentarse de Merinesburg con frecuencia. Lo mismo ocurre con Melty, que prácticamente ejerce de primera ministra. E Isla, por su parte, está en pleno proceso de reorganizar a los magos de la corte, así que tampoco puede dejar la ciudad.
Ellen, en cambio, cuenta con el apoyo de figuras capaces como el Arzobispo Deckard y la Suma Sacerdotisa Katerina, quienes pueden hacerse cargo de Merinesburg en su ausencia. Por eso, ella es la única que puede unirse a mi viaje sin mayores problemas.
A propósito, el Arzobispo Deckard nos observaba desde lejos mientras tomábamos té, con el aire tranquilo de un anciano descansando en el porche, o algo así.
¿Y Sir Leonard? Él se había unido a las tropas encargadas de vigilar la retirada del ejército del Reino Sagrado; llevaba toda la mañana sobrevolando el área con una tabla aérea. Dijo que Danan estaba a punto de llegar a Merinesburg con el resto de las fuerzas y que le dejaría a él las tareas de reorganización. Qué hombre tan enérgico para su edad.
—Entonces, los que me acompañarán serán Ellen y la Srta. Zamir, uno o dos escuadrones de artilleros para escolta, y algunas arpías, ¿así está bien?
—Sí, me parece que así está bien. Tal vez Grande-chan también podría acompañarte.
—Ya sabes cómo es ella, va por capricho. Aunque no me siga desde el principio, aparecerá volando si le da por verme.
Aunque viajara conmigo, no podría prestarle atención mientras conduzco, y acabaría durmiéndose en la parte trasera de la tabla aérea. Si es así, mejor que se quede en Merinesburg, donde puede comer y descansar tranquila, y que venga volando cuando quiera verme. Si le doy mi ruta aproximada, me encontrará por su cuenta.
—¿Puedo intervenir un momento? —interrumpió el Arzobispo Deckard, acercándose con paso pausado.
Dado su amplio conocimiento como antiguo Sumo Sacerdote del Reino Sagrado, sería una insensatez ignorar su opinión. Sylphy asintió, invitándolo a hablar.
—Creo que sería prudente que no solo Ellen, sino también otro sacerdote de nuestra fe, te acompañara. Si vamos a reemplazar a los líderes incompetentes del culto de Adel, necesitaremos personal adecuado para ocupar sus lugares.
—Hmm… sí, tiene sentido.
—Podemos adaptar una de las tablas aéreas de transporte para uso de personal. Basta con modificar el vehículo de carga posterior; el conductor actual podría seguir operándolo.
Conducir una tabla aérea requiere cierta práctica, así que tiene razón: si ya tenemos personal entrenado, sería un desperdicio no aprovecharlo.
—Estoy de acuerdo. Sería conveniente llevar también algunos funcionarios civiles para que te asistan… Eso aumentará el número de acompañantes. Melty, ¿cómo va la designación de burócratas?
—Con la ayuda de Lady Eleonora, estamos nombrando funcionarios entre los antiguos servidores del reino de Merinard, miembros de los gremios y civiles competentes, como comerciantes establecidos en Merinesburg. Por ahora, los requisitos mínimos son saber leer y escribir correctamente y manejar operaciones básicas de cálculo. También estamos revisando la continuidad de aquellos que trabajaron bajo la administración del Reino Sagrado.
—Parece que muchos de ellos disfrutaron demasiado del dulce néctar que les ofrecía el cerdo blanco, así que su continuidad en el cargo no está resultando nada fácil… Es verdaderamente lamentable, —comentó Ellen, negando con la cabeza con una expresión de resignación.
Al parecer, no todos los miembros del clero del culto principal del Reino Sagrado eran corruptos, pero donde hay podredumbre en la cima, termina reuniéndose más de la misma calaña. Y los pocos decentes que había seguramente fueron contaminados por la influencia de sus superiores.
—Por ahora, nuestra prioridad será estabilizar internamente el país. Debemos enfocarnos en ello de inmediato. Melty y Ellen, encárguense de seleccionar el personal que acompañará a Kosuke. Kosuke, mientras tanto, prepárate para el viaje y ocupa tu tiempo en las reformas agrícolas de los alrededores de Merinesburg. Isla, asegúrate de reunir los materiales necesarios para establecer la red de comunicaciones y defensa.
—Sí, entendido.
—De acuerdo.
—Recibido.
—Hmm, comprendido.
—Bien, —dijo Sylphy, poniéndose de pie—. Entonces, manos a la obra. Si ocurre cualquier imprevisto, manténganse en contacto de inmediato.
Todos los presentes, incluyéndome, nos levantamos al mismo tiempo y comenzamos a movernos. Primero debía dejar en reserva la fabricación de las piezas para las tablas aéreas y los núcleos del equipo base de comunicaciones. Después, hablaría con Melty sobre el plan de desarrollo urbano, y a continuación, iniciaría la redistribución de terrenos dentro de Merinesburg y la reforma agrícola en las aldeas cercanas…. ¡Había tanto por hacer!
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