Maestro de Nada
“Oye, dime. ¿Hemos llegado demasiado tarde?”
Un hombre delgado y de aspecto algo tosco caminaba mientras
arrastraba un cadáver de orco y miraba con desagrado.
Tenía la mirada de un matón sádico.
“Esto es… asombroso.”
Esto fue murmurado por una mujer de cabello blanco. Me recordó
a un prefecto de escuela.
“Maldición. Me apresuré a venir aquí por órdenes de Virgil. ¡Y
para nada!”
Dijo una chica que llevaba un hacha grande.
“De hecho, parece que no podríamos haber venido… Seguramente él
puede lidiar con ello solo… Qué pérdida de tiempo…”
Dijo una mujer de lengua aguda mientras suspiraba. Era del
tipo lolita gótica.
“…”
Y había un hombre grande que permanecía en silencio. Parecía
el tipo de bruto que prefería luchar con los puños.
La última persona del grupo era una mujer atractiva; Daniela.
Era el grupo que Virgil había enviado. Les agradecí por haber
venido hasta aquí antes de decir:
“¡Bueno, son un grupo de personajes muy coloridos!”
Por supuesto, no incluí a Daniela en esa observación.
□ □ □ □
Había asumido que las cosas se moverían mucho más rápido con
estas seis adiciones, pero ese no era realmente el caso. Los orcos ya habían
luchado bastante cuando yo fui su único enemigo, y ahora había más de nosotros.
Comenzaron a retirarse cuando vieron esto, y tuvimos que perseguirlos mientras
huían frenéticamente al otro lado del valle. Los orcos habían preparado un
nuevo puente trayendo varios troncos. Esta vez era mucho más ancho, y era
evidente que estaba preparado para que pudieran atacar en mayor número que
antes.
“Entonces, ¿qué debemos hacer?”
Elena, la chica prefecta, me preguntó. Bueno, asumí que lo
estaba, ya que estaba mirando hacia mí. Pero yo no tenía ninguna autoridad
aquí. Era Virgil quien tomaba las decisiones.
“¿Por qué le preguntas a él? Es Virgil quien decide. ¿Acaso
eres tonta?”
Yo estaba feliz de que alguien viniera con mi misma opinión,
sin embargo, me preguntaba si no podría hablar un poco menos venenosa. Por
supuesto, me refería a Beatrice, que era la lolita gótica. Ella estaba
actualmente girando un parasol negro sobre su cabeza. Era una noche de luna.
“Bueno, volvamos entonces. Vamos, Drake.”
El matón sádico, también conocido como Dante, fue obedecido
silenciosamente por el gran hombre llamado Drake.
Tener tantos recién llegados a la vez dificultaba el
seguimiento de las cosas… Pero supongo que no importaba, mientras conociera a
Daniela. Sí. Eso es todo. Daniela lo era todo.
“Quizás deberíamos confirmar la dirección en la que se
dirigen.”
Charlotte, la chica del hacha de guerra, dijo mientras
estiraba el cuello para mirar al otro lado del valle. Entonces todos hicimos el
camino de vuelta. Aunque, yo también memoricé el lugar.
Después de eso, tomé la retaguardia mientras caminábamos por
el bosque. Había orcos muertos por todas partes. Cortados, desmenuzados,
desgarrados, quemados, enterrados, destrozados… Era el tipo de visión que sólo
podía describir como una especie de infierno. Si esto fue cosa de ellos, yo podría
esconderme a la sombra de Daniela como un gato y esperar a que esta batalla
terminara. Fue bastante aterrador.
“Oye, Asagi. ¿Acaso no parecías bastante capaz por tu cuenta?”
Charlotte me dijo, mientras caminaba hacia atrás.
“Bueno, sí. Al final estuvo bien estar solo. Pero me alegré de
que vinieran todos.”
“¡Ja! Nos halagas. Pero no dudo de tus intenciones. ¡Este es de
los buenos!”
Me señaló con el dedo. Me incliné ligeramente agradeciendo su
aprobación.
“Pero tal vez podrías habernos dicho con antelación… Había
deseado quedarme en el fuerte, pero me vi obligada a venir aquí. No hubiera
querido luchar contra estos sucios orcos.”
“Entonces, ¿por qué estás aquí? ¿No fue para participar en
esta misión de caza de orcos?”
Elena escuchó la queja de Beatrice y no la ignoró. Ella
realmente era la prefecta. Debe odiar las cosas que no consideraba apropiadas…
Pero en realidad, esto no tenía nada que ver conmigo. Así que en silencio les
deseé suerte y sólo hablé con Daniela.
“Daniela, ¿estás segura de que deberías haber dejado tu grupo
de magas?”
“Sí, está bien. Puse a una persona muy capaz en mi lugar.”
“Ya veo. Bueno, deben estar haciéndolo bien para poder
prescindir de ti.”
“Sí… eso espero…”
Aunque ella dijo que estaba bien, parecía haber un poco de
ansiedad. Incluso caminaba un poco rápido.
A medida que el bosque se hacía más denso, nos acercamos al
fuerte. El número de cadáveres de orcos también creció, y pudimos ver lo
salvaje que había sido la lucha aquí también.
Había varios aventureros con armaduras ligeras moviéndose
cautelosamente en el área. O bien estaban buscando sobrevivientes o estaban
explorando. Les saludé con la mano y ellos me los devolvieron con las manos
cansadas.
Era agridulce, pero nos alegró ver que estaban bien.
Poco después, los muros del fuerte se hicieron visibles. Ahora
había espinas saliendo de los muros. Qué extraño. Moriría si me cayera sobre
una de ellas.
“Hmm… debe ser el trabajo de uno de los usuarios de magia de
tierra. Será más difícil atacar las paredes ahora. No saldrías ileso si te acercaras.”
“Ah, sí. Es muy intimidante de mirar, pero también hay una
utilidad lógica.”
Bueno, eran bastante extremas estas adoradoras de Daniela.
Estos métodos revelaban mucho sobre sus personalidades.
La entrada del fuerte tenía dos montones de cadáveres de orcos
delante, casi como si una excavadora hubiera atravesado la nieve. Pasamos los
cuerpos y entramos al fuerte para descansar. Los que nos vieron regresar nos
saludaron con la mano felizmente. Fue un poco como un regreso triunfal, y me
sentí bastante bien por ello.
Y fue con tales sentimientos que me dirigí a la tienda de
Virgil, cuando un aventurero corrió hacia mí. Era Lauria, mi fan número uno.
“¡Asagi, bienvenido de nuevo!”
“Ah, gracias. Veo que también estás a salvo.”
Lauria rio felizmente. Una buena chica.
“¡Oh, pero estás empapado de sangre otra vez! ¡Limpieza!”
Su magia me limpió de la sangre de orco que empapaba mi pelo y
ropa. Fue realmente impresionante… Beatrice y Charlotte, que caminaban conmigo,
también abrieron los ojos con asombro.
“Gracias, Lauria. Me has salvado de nuevo.”
“Oh, esto no es nada. Pero lo más importante es que Virgil te
ha estado buscando. Está en la tienda con Angélica.”
Con Angélica. Eso significaba que la búsqueda iba a comenzar.
“Lo tengo. Iré de inmediato. Gracias.”
“¡Sólo estoy entregando el mensaje! ¡Nos vemos!”
Dijo rápidamente y luego corrió de vuelta a su tienda. Es una
persona recta. Tal vez tener fans como esos ayudaría a mejorar mi mala
reputación.
“Ohh… eso fue increíble. Esa magia.”
“Lo fue… pero podría habernos ayudado a nosotras también…”
Mis compañeras todavía estaban sucias. Me miraron con un poco
de reproche, pero no fue culpa mía. Ahora, aver a Virgil… pero primero…
“Gracias por venir. Espero que podamos luchar juntos de nuevo.”
Dije. No había podido ver mucho, pero todos eran brillantes.
Muy hábiles.
Las habilidades de Elena con la espada eran tan avanzadas, que
algunas de sus víctimas continuaron corriendo un poco antes de desmoronarse.
Beatrice luchaba con una lanza, no con su sombrilla[1],
y atravesaba los corazones de los orcos con precisión. No había mucho que decir
del hacha de Charlotte. Pero no había orcos que pudieran evitar con éxito esos
fuertes golpes.
La pareja de Dante y Drake también era aterradora de ver… los
rebanados, destrozados, asfixiados y golpeados… Debieron ser divertidos
compañeros de juego cuando eran niños.
“Hmph. Fuimos los refuerzos más innecesarios. Pero, bueno, lo
disfruté.”
“Sí. Fue tal como decían los rumores.”
“No te llaman Verdeplata por nada. Estoy bastante celoso.”
Dijeron. Y supongo que eso significaba que ahora nos
llevábamos bien en general. Bueno, tal vez no con Beatrice.
“Voy a volver al grupo de magas. Te veré más tarde.”
“Sí. Gracias, Daniela.”
“No fue nada. Yo pertenezco al lugar en el que tú estés. Sólo
estaba regresando.”
Ella dijo, y luego se dio la vuelta. Ah, ella era realmente
tan genial… Muy bien, tendría que seguir trabajando para no ser una vergüenza
como su compañero.
Me despedí de los otros tres y me dirigí a la tienda de
Virgil.
1 Comentarios
Gracias por los capítulos
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