El Maestro del Valiente

Capítulo 114 - El enemigo a la vista

 

La persona que fue conducida a la sala por el conde Riselman era Mito y un caballero que se estaba acercando a la vejez. Probablemente era el encargado que había estado vigilando la vieja fortaleza de Conrad Heisenberg.

 

“Wynn-dono, Valiente-dono. ¿Cabe la posibilidad de que me dejen escuchar su historia? Aunque, no se preocupen. El Santo de la Espada ha dado su consentimiento. Hay algunos asuntos problemáticos que no pueden contarle a nadie, ¿no es así? Debió ser una coincidencia que los encontrara aquí ahora. Aunque soy viejo, sigo siendo el Creador de la Espada. Tal vez pueda ayudarlos de alguna manera.”

 

Leticia miró a Wynn en busca de una respuesta.

 

“Si ha obtenido la aprobación del Príncipe Heredero, no hay razón para negarse. Además, es muy reconfortante contar con la cooperación de Mito-dono, que es conocido como el “Creador de la Espada”. Estoy deseando trabajar con usted.” Wynn estiró su brazo y estrechó la mano de Mito.

 

El conde Riselman, que esperaba a la entrada de la sala, presentó al encargado entrado en años a los tres.

 

“Leticia-sama, Wynn-dono. Este es el señor Gidman, encargado de la fortaleza de Conrad Heisenberg bajo la jurisdicción del Reino de Lyon.”

“Gracias por venir hasta aquí. Mi nombre es Wynn, escudero de la Primera Princesa del Imperio Lemmrousell.”

“Mi nombre es Gidman, así como me presentó el señor Embajador. Oí antes que dijeron “Creador de la Espada”, pero ¿realmente se refieren a este viejo enano? Y se me hace difícil creer que ella sea la princesa…”

“No, sí es cierto que Mito-dono es la persona con el título de “Creador de la Espada”, pero ella no es Su Alteza Imperial”. El Conde Riselman corrigió el malentendido de Gidman con una expresión sincera. “Esta es Leticia-sama, la tercera hija del Duque Mavis del Imperio Lemmrousell. Aunque es mejor conocida como el Valiente Mavis-sama.”

 

◆◇◆◇◆

 

¿Qué tan grande fue la conmoción que golpeó a Gidman? El viejo encargado, que supo la verdadera identidad de los tres, especialmente de Leticia, siguió mirándola durante un rato, incluso después de que el conde Riselman saliera de la habitación.

 

“…Así que usted es el Valiente-sama y ese es su maestro-dono. Y también pude conocer al famoso Creador de la Espada-dono. Con esto, podré contarle a mi esposa, a mi hijo y a mis nietos una buena historia.”

“Lo oímos de Su Alteza Real el Príncipe Heredero, pero la razón por la que le pidieron que viniera aquí es porque quiere que nos diga directamente lo que vio.”

“Sí.”

 

Al ver que Gidman se había calmado, Wynn rompió el hielo.

 

“Entonces, ¿puede contarnos una vez más?”

“Sí, señor. Pero no sé si puedo decirles algo más de lo que escribí en mi informe…” Gidman dijo, y comenzó a contarles lo sucedido.

 

El violento temblor que sacudió la vieja fortaleza de Conrad Heisenberg. Como las poderosas barreras puestas por la Gran Sabia, Tiara Scyrus Velfa, se rompieron, y la luz que vieron y que creyeron que era provenía de un intruso. Y que cuando su colega, que intentó ir a investigar y se acercó al edificio principal, su carne se comenzó a pudrir y perdió la vida. Así que, abandonando sus funciones en el campo, los encargados hicieron una evacuación apresurada. Leticia escuchaba con los ojos cerrados mientras Wynn intervenía de vez en cuando con preguntas. A los ojos de Wynn, la expresión de Leticia pareció volverse más severa.

 

“¿Qué hicieron después de evacuar?”

 

La barrera de la antigua fortaleza de Conrad Heisenberg se rompió, y los encargados que dirigían la montaña prohibieron inmediatamente la entrada a los habitantes de las ciudades y pueblos situados al pie de la misma. Además de no advertir que alguien se había acercado a la fortaleza, también perdieron a uno de los suyos. Peor aún, ni siquiera se pudo investigar la causa de la tragedia. La respuesta de la ciudad real de Lyon fue que lo mejor era tomar una decisión sobre el terreno y prohibir a cualquier persona, incluidos los encargados, entrar en las inmediaciones de la antigua fortaleza. El resultado fue la frustración de los encargados.

 

Finalmente, el propio príncipe heredero Raúl llegó con su ejército. Él pidió a Gidman y a los demás encargados que le mostraran el camino, e inmediatamente se puso a investigar. Después de que los encargados evacuaran al pueblo al pie de la montaña, se descubrió que había habido otro intruso aparte del demonio, y cuando siguieron sus pasos, descubrieron que algún tipo de organización estaba involucrada en el incidente. Sin embargo, ese fue el alcance de la información que Gidman y su equipo pudieron obtener, y los encargados, incluido Gidman, fueron devueltos a sus funciones en la fortaleza. Les dijeron que el castigo por el error garrafal de permitir la entrada de los intrusos a la fortaleza sería aplicado más adelante. Mientras limpiaban los escombros de la antigua fortaleza que se habían producido a causa del terremoto, esperaban noticias de la capital real, pero no hubo ninguna, y después de dos meses, finalmente recibieron respuestas.

 

“Explíquenselo en persona a las que están profundamente implicadas en este asunto. Se pidió que un representante de los encargados viniera a la capital y explicara la situación ocurrida en la vieja fortaleza.”

 

Gidman había venido a petición de la capital real.

 

Incluso si se va dictar un castigo, el incidente en la vieja fortaleza probablemente tendrá que ser completamente aclarado primero. Mientras tanto, comprobarán el carácter del encargado que ha sido asignado a este caso, y se hará una petición para que sea castigado solo. Con estos pensamientos en mente, Gidman partió con sus preocupados colegas a cuestas.

 

Cuando terminó de hablar, Gidman miró a Leticia.

 

“Oí que el crimen fue cometido por algún tipo de organización. Sin embargo, sobre ese violento terremoto que experimentamos, mis compañeros magos especulan que fue causado por las secuelas de la ruptura de la barrera de Tiara-sama. Después de todo, fue un temblor de tierra que hizo que el techo y las paredes de piedra de la vieja fortaleza se derrumbaran. Se necesita mucho poder para romper esas barreras. Y por el miasma que carcomía el cuerpo de mi colega, supusimos que los demonios estaban profundamente involucrados en este asunto.”

“Incluso las barreras de Tiara pueden romperse con una cuidadosa preparación. Hay pocos magos que puedan igualarla, pero, aun así, hay aventureros y magos que sirven al país que podrían tener tal habilidad. Es posible que esos magos trataran de romper la barrera con los de la organización que los invadió. ¿No es una posibilidad?” Leticia, que había permanecido en silencio hasta que terminó el relato, abrió la boca.

“Como sabrá, la razón por la que se envían caballeros como nosotros como encargados es para evitar el saqueo de la fortaleza y destrucción del legado de Conrad Heisenberg. En otras palabras, está claro que el objetivo no podía ser otro que el legado.”

“¿No habrá sido cosa de un aventurero o algún bandido que buscara robar?” Preguntó Wynn.

 

Se trataba de la antigua fortaleza donde un famoso mago solía alojarse y estudiar antes de su muerte. Si eres un aventurero especializado en buscar en ruinas, esta debía de ser una presa codiciada. Algunas de ellas tenían tesoros como herramientas mágicas, grimorios, y algunos otros objetos valiosos y caros, por lo que era imposible que no estuviera en el punto de mira de más de alguno. Sin embargo, Gilman negó con la cabeza ante la pregunta de Wynn.

 

“No hay manera de que así sea. En todo el reino, se ha pedido al gremio de aventureros que no se hable de la vieja fortaleza de Conrad Heisenberg. Si se descubre su ubicación, se compra el silencio a un precio razonable para que no se filtre al mundo exterior. De este modo, es poco probable que los aventureros pertenecientes al gremio intenten entrar en un edificio controlado por el reino. Sin embargo, todavía hay algunos que intentan romper la prohibición. Pero la mayoría de las veces, esas personas son inexpertas y sólo medio competentes. Y esa vieja fortaleza es un lugar difícil de intentar entrar para alguien con una habilidad ordinaria.”

 

Wynn y Leticia asintieron a las palabras de Gidman.

 

“De lo anterior se desprende que un mago aventurero tan impresionante como el que mencionó el Valiente no haría nada en contra de las instrucciones del reino o del gremio de aventureros. Ya tendría suficiente fama y fortuna sin tener que arriesgarse tanto. Además, debe haber un número limitado de magos de la corte al servicio del país que sean capaces de romper las barreras de Tiara-sama. Si fueran nombres tan importantes, sus movimientos siempre estarían vigilados de cerca. Por lo tanto, creo que es diferente.”

“Creo que podemos estar de acuerdo con lo que ha dicho.”

 

Gidman asintió, aliviado al ver que Leticia estaba de acuerdo.

 

“Pero, aunque el Gremio de Aventureros lo prohibiera, eso no detendría a un bandido. También era nuestro deber como encargados impedir la entrada de esa gente. Pero hay una cosa más. ¿Sabían? En este país, solía haber una organización pagana llamada los Apóstatas.”

“Yo soy la que mató a Sarah Ferrule, la líder en la que estos apóstatas creían.”

“Así es. Se pensaba que se habían disuelto tras la muerte de Sarah, pero se cree que quedaron algunos remanentes, aunque pequeños. Y en muchos casos, siguen buscando el legado de Conrad Heisenberg, como si hubieran heredado los deseos de su líder.”

“¿Siguen buscándolo? ¿Había algo más en el legado de Conrad Heisenberg que lo que se mantenía en la vieja fortaleza?”

 

Gidman asintió a la pregunta de Wynn.

 

“Parece que Conrad Heisenberg tenía varias bases de investigación, pero no las conocemos todas. La única persona que conocía todas ellas era Sarah Ferrule, que además fue su mejor discípula. Y ya hemos confirmado que algunas herramientas mágicas y grimorios sacados de centros de investigación que no conocemos se han esparcido y están en sus manos.”

“¿Así que creen que ellos son responsables del reciente ataque a la vieja fortaleza?”

“No.” Sin embargo, Gilman negó rotundamente con la cabeza en respuesta a la pregunta de Leticia. “Es cierto que la organización de los apóstatas, que en su día estuvo a punto de extinguirse, ha sido reconstruida y parece que vuelve a moverse, pero, aun así, no son lo suficientemente poderosos como para combatir el reino adecuadamente.”

 

Ellos eran aquellos que habían perdido a sus seres queridos, a su patria y a los seres que debían proteger, y se habían hartado del mundo. Lo que querían era destruir el mundo que existía ahora con el poder de Dios y dirigir un nuevo mundo. La creación después de la destrucción. Sarah quería tomar el legado de su mentor, Conrad Heisenberg, y hacerlo funcionar. Se decía que muchas personas estaban de acuerdo con esta idea. Había rumores que incluso algunos de los más famosos caballeros y generales del destruido país estaban entre ellos. Sin embargo, incluso con su fuerza combinada, sería extremadamente difícil que utilizaran suficiente magia para atravesar las barreras de Tiara. Necesitarían preparar los catalizadores y las herramientas adecuadas. Sin embargo, si hubiera un movimiento de esa magnitud, este movería una cantidad desmesurada de dinero y una gran cantidad de bienes. No había manera de que tal movimiento no fuera captado por las redes de información del reino, el gremio de aventureros y el gremio de comerciantes.

 

“Más tarde, los militares descubrieron que fueron los “apóstatas” quienes irrumpieron en el viejo castillo después de que los encargados hubiéramos evacuado. El momento del terremoto fue el adecuado para que lo hicieran. No hay duda de que hay una conexión entre los que rompieron la barrera y los apóstatas. Sin embargo, no creo que estos pudieran haberlo hecho solos. Pienso que fue obra de los demonios, como ya mencioné en el informe, que se rompiera la barrera, sucediera ese terremoto y se invadiera la vieja fortaleza.”

“Pero no vieron al demonio, ¿verdad? Si es verdad que hubo un demonio involucrado, eso implica que hay una conexión entre los apostatas y los demonios, ¿no?”

 

Gidman no tuvo una respuesta inmediata a la pregunta de Leticia. Cerró los ojos con fuerza y luego los abrió lentamente. Luego cruzó las manos con fuerza en su regazo.

 

“Una vez fui miembro de la Alianza Continental Anti-Demonios, al igual que usted. En ese momento, vi como otros soldados morían de la misma manera.”

 

En los ojos de Gidman había una clara mirada de miedo. Él había luchado en la guerra contra los demonios, y si se encontraba con vida ahora, era porque fue afortunado.

 

“El aire que tocó mi colega muerto en ese momento era miasma. Nunca he visto otra cosa como esa, que derrita la piel de uno, a excepción del miasma. Pero cuando pienso en la forma en que perdió la vida, y en los rumores que oí en el campo de batalla sobre lo que les ocurre a quienes se exponen a un fuerte miasma…”

“…No puedes dejar de pensar que hay demonios involucrados. ¿Es eso lo que piensas?”


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