El Maestro del Valiente
Capítulo 124 - Posesión divinaSarah Ferrule fue una gran personalidad
a quien se le concedió el título de Santa antes de su muerte, pero su poder
mágico no era tan grande.
Originalmente, solo era una
sirvienta ordinaria en el Reino de Thane. Más tarde, la siguiente en ser canonizada
Santa fue Liara Thane, quien acompañó al Valiente Leticia en su viaje. A
diferencia de ella, Sarah no podía utilizar una magia curativa casi milagrosa.
La razón por la que Sarah fue canonizada como Santa fue por sus logros salvando personas.
Pero tras la superficie, ella era
una apóstata, una seguidora del paganismo.
El objetivo de Sarah Ferrule era
invocar al Dios de la Destrucción, destruir el mundo, incluyendo al Rey
Demonio, y luego reconstruirlo desde cero.
Para ello, robó la investigación
de Conrad Heisenberg, que le salvó la vida y fue su mentor en magia y
aprendizaje.
Cuando se dio cuenta de que el
poder del Dios de la Destrucción no podía ser aceptado por un recipiente
humano, ideó dos métodos.
El primero consistía en matar a
los que poseían poder mágico y extraerles el corazón, del que se decía que era
la fuente del poder mágico. A continuación, secaba y pulverizaba el corazón y
lo mezclaba con diversos productos químicos para elaborar una poción que
aumentara gradualmente el poder mágico de la persona que la tomara. La otra era
crear una poción para suprimir el poder mágico del usuario.
Para hacer de su propio cuerpo un
recipiente sobre el que descendiera el Dios de la Destrucción, Sarah seleccionó
a aquellos que poseían poder mágico de entre sus seguidores que se habían
reunido para admirar su ostensible santidad. Luego los mató como sacrificios y
tomó sus corazones.
Ahí mezcló y tomó una poción para
amplificar el poder mágico, aumentándolo gradualmente.
Luego hizo una poción para suprimir
el poder mágico.
Los que tenían un fuerte poder
mágico también ostentaban una fuerte resistencia al poder mágico de los demás.
Sarah, que había aumentado su
poder mágico también, necesitaba una forma de suprimirlo para que el Dios de la
Destrucción pudiera tomar su cuerpo.
“Ya veo… la razón por la que secuestraron a tantas personas
capaces de usar magia en la Capital Imperial era para reunir gente con poder
mágico.”
Wynn recordó el incidente que provocó Reynard, en el
cual se involucró por el secuestro de la señorita Azalea, la hija del Conde Baymond.
En ese momento, a Azalea y a los demás que se
convirtieron en víctimas de Reynard se les extrajo el corazón y se manipularon
sus cuerpos para convertirlos en sus fieles servidores.
El hermano de la hija de Reynard, Mónica, a quien
Wynn había conocido antes, también había sido asesinado por Reynard y su corazón
extraído.
El padre de Lino, un boticario, descubrió que las
medicinas incautadas por el pelotón de Royce, que supuestamente habían sido
recogidas por Reynard, eran materiales utilizados para crear una droga que
suprimía el poder mágico.
Ahora mismo, el cuerpo de Reynard estaba envuelto
en una luz roja pálida.
“Esa figura…”
Era el mismo fenómeno que sucedía
cuando Leticia manifestaba su poder como el Valiente, envuelta en un pálido
brillo dorado.
“…Oiga, Señor. Me gustaría hacerle
una pregunta, ¿qué quiere hacer con todo ese poder?”
A pesar de que los rayos y el viento
que chocaban contra la barrera, Mito, que estaba arrodillado en una postura
para proteger su cuerpo, preguntó a Reynard con voz tranquila a pesar de la
situación.
“El poder del Dios de la
Destrucción. Es ciertamente un poder tremendo. Sin embargo, el Rey Demonio, quien
iba a ser desafiado con este poder, ya ha sido destruido, y esta fuerza ya no
es útil para el mundo. ¿Qué podría querer hacer yo con un poder tan excesivo en
mis manos?”
“¿Qué es lo que quieres?”
Reynard miró con desprecio al
viejo enano Creador de la Espada.
“Hay conocimientos frente a mí
que no he estudiado. Magia que no conozco. Magia que nadie ha visto nunca.
Entonces, ¿por qué no alcanzarla? ¿Qué razón hay para no recrearla? No podría
permitir que una gran sabiduría quedara enterrada sin ser notada en el flujo
del tiempo.”
“¿Qué, por esa razón?”
“Sí. Pero lo que dices es cierto…
esta magia fue inventada para derrotar al Rey Demonio. Ahora que ese ser ha
sido destruido, es necesario experimentar para ver si esta magia realmente
tiene tanto poder. Verificaré cuanta destrucción puede hacer. El resultado…”
Reynard cortó allí sus palabras. Luego
levantó la comisura de la boca y sonrió, y dijo.
“No me importa si el mundo se
destruye.”
“Ese poder desconocido también te
destruirá a ti.”
“Tch, tch… No me importa. Sólo quería
realizar con mis propias manos aquella magia que ni Conrad Heisenberg ni Sarah
Ferrule pudieron llevar a cabo.”
Dijo Reynard sin tapujos a las
palabras de Mito.
Y con esas palabras, la luz roja
que se liberó hizo volar el cuerpo del hombre que había estado rezando a los pies
de Reynard.
“Tch… Vamos, voy a demostrar que
tengo el poder del Dios de la Destrucción y que me he convertido en una
existencia que supera incluso al Rey Demonio.”
La luz roja que rodeaba el cuerpo
de Reynard se volvió aún más brillante. Un carmesí resplandeciente que
recordaba al jade rojo.
Sin embargo, el brillo era más
escalofriante que hermoso.
Los ojos de Reynard brillaban con
un amarillo intenso.
“¡Vamos, Valiente! Puedes luchar
conmigo…. Al vencerte a ti, la mujer que derrotó al Rey Demonio, habré superado
al gran Conrad Heisenberg.”
Leticia, con un brillo dorado en
su cuerpo, se adelantó.
“¡Letty!”
“Ustedes pueden encárguense de
los otros.”
Frente a Wynn y Mito, que estaban
a punto de incorporarse, el suelo se movió como si se elevara, y de él
aparecieron varias estatuas de piedra.
“¡Gárgolas!”
Era una estatua de piedra que se
movía, conocidas como famosos guardianes entre los aventureros especializados
en explorar las ruinas del antiguo Reino de Rentheim.
Esta estatua de piedra con
poderes mágicos, que se asemejaba a la forma de un demonio, volaba libremente
por el aire y cortaba a los enemigos con sus afiladas garras.
Era la primera vez que Wynn veía
una real, aunque había oído hablar de ellas de Oort y a otros especializados en
la exploración de ruinas.
“Liara. Cubre a todos.”
Dijo Leticia sin apartar la vista
de Reynard, con la espada todavía mirando hacia abajo, como de costumbre.
“También te cubriré.”
“No te preocupes, no creo que lo
necesite.”
“De acuerdo.”
Liara asintió a las palabras de
Leticia y corrió hacia uno de los pilares para cubrir a Wynn, Mito y Abel.
Apoyando su espalda en el pilar,
evitaba que les atacaran por la espalda.
“¡Todos, por favor, asegúrense de no alejarse
demasiado!”
Supieron inmediatamente por qué Liara había
gritado.
“¡Uf!”
Abel intentó atrapar el ataque de la gárgola con su
espada, pero este fue más pesado de lo que parecía, lo que le hizo perder la
postura. Las afiladas garras de la gárgola fueron directas al hombro de Abel, y
justo cuando estaba a punto de ser rebanado…
¡Gan!
Hubo un sonido como el de dos objetos duros
chocando entre sí, y las garras de la gárgola fueron detenidas.
Una luz blanca, del tamaño de la palma de la mano, flotó
sobre el hombro de Abel.
“¿Qué es esto?”
“¡Abel, detrás de ti!”
Gritó Wynn al ver que otra
gárgola se acercaba por detrás de Abel, que había dejado de moverse, inseguro
de lo que había pasado.
Sin embargo…
¡Gan!
Otra pequeña luz que apareció detrás
de Abel ahuyentó también esa acometida.
“Te lo suplico. Gran Diosa Anastasia.
¡Sé la luz que frustra el mal, cumple mi deseo y mi voluntad! ¡Escudo de luz!”
Era la magia de Liara que sacaba
su poder de la diosa Anastasia.
El escudo, hecho de escamas de
luz, era una magia que se materializaba y se convertía en un escudo a voluntad
dentro de la vista de Liara.
Incluso el fuerte golpe de una gárgola
sería repelido.
“Tengan cuidado. Las gárgolas
están hechas de piedra, así que sus ataques son muy pesados. Si les caen encima,
morirán.”
Mientras desviaba las garras de
la gárgola con su alabarda, Mito aconsejó a Wynn y Abel.
“¡Ojalá nos hubiera dicho ese
consejo antes!”
Abel renunció a defenderse con su
espada y sujetó el escudo en la mano izquierda con ambas manos.
Pensó que el escudo reforzado con
hierro sería capaz de soportar el fuerte ataque de una gárgola si lo sujetaba con
ambas manos.
“Pero, ¿qué se supone que debo hacer con ellas? ¡No
servirá de nada si lo único que hago es defender!”
El único que podía empuñar la pesada alabarda era
Mito, que gracias a su fuerza física había conseguido destrozar una de las gárgolas.
“¡Eei! ¡Tendrás que defenderte como una tortuga
hasta que yo pueda ayudarlos!”
“¡Maldita sea! ¿En serio?”
Abel levantó desesperadamente su escudo para
protegerse mientras levantaba la voz como si estuviera a punto de llorar ante
las palabras de Mito.
“¡Abel-san! Por favor, ve al pilar opuesto al mío.
De esa manera, no tendrás que preocuparte por ataques traseros.”
“Sí, así les será más difícil alcanzarme…”
Mientras decía eso, se arrastró hacia el pilar.
Con la voz de Abel a sus espaldas, Wynn trató de
hendir su espada en el cuerpo de la gárgola.
Pero no pudo cortarla.
El cuerpo de la gárgola, que estaba hecho de piedras
imbuidas de poder mágico, sólo recibió un ligero rasguño de la espada de
caballero de Wynn, sin importar que estuviera encantada.
Wynn abandonó la idea y se retiró rápidamente hacia
atrás.
Es imposible cortarlas con una espada.
Antes de poder cortarlas, la hoja de la espada se doblaría
o se mellaría.
Fue entonces cuando los ojos de Wynn captaron el
estilo de lucha de Mito.
El viejo enano estaba usando la parte del hacha de
la alabarda para golpear y destruir a las gárgolas en lugares delgados, como el
cuello y las extremidades.
¡Ya veo!
Wynn levantó su espada como para
clavarla en la gárgola que volaba por el aire y se acercaba.
Apuntó a la base del brazo.
Se lanzó hacia abajo con gran
fuerza, esperando rebanar a Wynn con sus afiladas garras.
Wynn se agachó ante el ataque y dio
un corte con toda la fuerza posible a la base del brazo de la gárgola.
Concentró su fuerza solo en la punta
de la espada.
El plan de Wynn funcionó, y desde
donde la punta de la espada había atravesado, el brazo de la gárgola se había
resquebrajado y rodado hasta el suelo con un fuerte golpe.
Sin embargo, la gárgola, movida
por el poder mágico, no sintió ningún dolor a pesar de que su brazo fue cortado
de su cuerpo.
Así las cosas, atacó con el brazo
que le quedaba y Wynn volvió a distanciarse.
Esta es era misma estrategia que
utilizó cuando luchó contra la hormiga reina y atravesó su duro caparazón.
La experiencia de aquella vez
seguía viva.
Utilizando la fuerza de su
oponente, multiplicó muchas veces el poder de su ataque.
Finalmente, tras repetidas
embestidas, la gárgola perdió ambos brazos, el cuello y una de sus alas.
Ahora ya no podía volar.
Tampoco podía blandir sus
afiladas garras.
Como muñeca mágica, la cabeza de
la gárgola era sólo un adorno, y aunque la perdiera, sus sentidos de la vista y
el oído seguirían intactos, pero si sólo perdiera las piernas y el cuerpo, lo
único que quedaría sería golpearla directamente.
“¡Toma esto!”
Wynn dio una patada a la gárgola en el abdomen, y
ésta cayó hacia atrás.
Luchó por levantarse, pero le sería imposible
ponerse de pie sola.
Bien, la primera.
Una gárgola menos de la que preocuparse.
Creo que puedo encargarme de ésta. ¿Y Letty?
Con una idea de cómo derrotar a las gárgolas, Wynn
se sintió más relajado y dirigió su atención a la inusual batalla que se
desarrollaba en el altar.
Estaba asombrado.
El brillo dorado del cuerpo de Leticia y el brillo
carmesí del cuerpo de Reynard chocaban entre sí.
El interior de las barreras mágicas de Liara los protegía,
pero el otro lado ya no era seguro que ningún ser vivo pusiera un pie ahí.
Los gruesos pilares estaban llenos de grietas, y el
suelo parecía haber sido agujereado por algo. Los relámpagos que brotaban entre
los pilares eran cada vez más numerosos e intensos.
“¡¡¡Ooohhhhhh!!!”
Cuando Reynard ondeó la mano en la oscuridad,
innumerables balas de luz roja que flotaron en el aire volaron hacia Leticia.
Leticia puso su poder mágico en su espada y cortó
las balas de luz roja, creando a veces sus propias balas de luz para
interceptarlas.
Entonces, de repente, acortó la distancia entre
ellos y ensartó el torso de Reynard.
“Gah…”
El ataque de Leticia seguramente alcanzaría a Reynard,
mientras que el ataque de Reynard ni siquiera rozó a Leticia.
“¿¡Por qué!? ¿¡Por quéeeee!?”
Junto con el gran grito de Reynard, una bola de luz
roja más grande que las otras fue disparada.
Sin embargo, Leticia esquivó los proyectiles que le
disparó a corta distancia desviando su trayectoria con una pequeña bola de luz
que creó y, mientras que Reynard lanzaba otra pequeña bola de luz roja, su
brazo fue cortado.
“¡Gyaaaaah!”
Reynard gritó y retrocedió.
“¿Po-Por qué? No lo entiendo. ¿Por
qué…?”
La diferencia de poder entre
Leticia y Reynard era evidente, aunque el brazo derecho cortado de Reynard se
regeneró inmediatamente debido al poder del Dios de la Destrucción que extraía.
“Reynard. Es cierto que el poder
del Dios de la Destrucción que invocaste es tremendo. Pero el problema eres tú como
recipiente. Incluso si aumentas tu poder mágico, un recipiente como tú no
podría extraer suficiente poder ni para destruir al Rey Demonio.”
Mientras Reynard caía de rodillas,
con las fuerzas mermadas, Leticia le habló mientras se ponía delante de él con
aire de serenidad.
“Pero puedo extraer el poder de
Dios infinitamente. Tú eres un ser humano. Hay un límite en la cantidad de
poder que puedes mantener. Tiene que haberlo, ¿no es así?”
“Sí.”
Es cierto que, como ser humano,
Leticia también tenía un límite en su fuerza física.
Cuando las fuerzas de Leticia se
agotaran, el poder de Reynard podría superar al suyo.
Sin embargo, Leticia no sentía
que pudiera perder contra Reynard.
Porque….
“Pero, verás, hay una gran diferencia entre tú y
yo. Una gran y crucial diferencia.”
“¿Una diferencia?”
“Sí, y esta diferencia radica en la experiencia de
combate.”
Los ojos de Reynard se abrieron como platos.
“Yo he luchado en docenas, cientos incluso, de
batallas. He destruido miles, decenas de miles de enemigos. Es natural que haya
una gran diferencia entre tú y yo, que has pasado todo el tiempo estudiando.”
“Qué-Qué tonteria…”
En ese momento, Reynard comprendió que no podía
vencer a Leticia.
Era por la diferencia de experiencia en combate que
mencionó la chica.
Por mucho poder que obtuviera del Dios de la
Destrucción, la experiencia de combate no le vendría de la misma manera.
Entonces… ¿me estás diciendo que ni siquiera puedo
recrear la magia para derrotar al Rey Demonio, y mucho menos superar a Conrad
Heisenberg?
Su desesperación brotó ante esas palabras.
Y el miedo a la persona tan absolutamente fuerte
que estaba frente a él.
O tal vez el espíritu de Reynard ya estaba a punto
de romperse por el Dios de la Destrucción en este momento.
“…No… ¡No lo admitiré, no pienso hacerlo!”
Entonces miró a su alrededor con los ojos
inyectados en sangre.
¡Algo! ¡Algo! ¡Piensa en una forma de derrotar al Valiente!
Luego Reynard sonrió al notar algo.
“…Kukuku, ¡ajajaja! ¡Todavía no! Esto todavía no ha
terminado. ¡No puedo dejar que termine! ¡Valiente, conseguiré la magia para
destruir al Rey Demonio, obtendré más poder y superaré a Conrad Heisenberg y a
ti!”
Con esa declaración, Reynard volvió a crear una
bala de luz roja.
Sin embargo, a diferencia de antes, las balas de
luz roja no eran esféricas, sino que adquirieron la forma de una lanza.
“Es inútil.”
Al ver esto, Leticia se preparó mientras aplicaba poder
mágico en su espada.
Su intención era derribar la lanza voladora.
“Kukuku. ¡Vas a lamentar haberme subestimado!”
El grito de Reynard volvió a resonar en la sala.
La lanza de luz roja fue arrojada a gran velocidad.
“¡Eh!”
La lanza de luz roja no voló hasta Leticia, que se
estaba preparando…
“Gah…”
Detrás estaba Mito, que corrió para cubrir a Abel, y
cuyo corazón había sido perforado.
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