Invocado por una diosa
—¡Oh~…!
Eisuke y los demás
exclamaron al unísono.
La amplia calle estaba repleta de puestos de comida a ambos lados. Aquí y allá, se oían las voces agudas de los vendedores, y mucha gente iba y venía por toda la calle. La escena era como las bulliciosas calles de un centro asiático.
—Esto es Balletta, una
ciudad que sirve de nodo donde se reúnen productos de todo el mundo, en parte
por su proximidad a la capital imperial. Es una ciudad muy bulliciosa con
muchos trabajadores inmigrantes.
—Gracias, Rukipedia.
—¿¡Cómo que Rukipedia!?
—Más que eso, está muy
tranquilo. Oye, ¿de verdad hay un Héroe aquí?
Al escuchar la opinión de
Serika con los ojos entrecerrados, Eisuke recordó las palabras que escuchó
ayer.
—Un Héroe de la justicia,
eh…
—¿…? ¿Qué pasa?
Marielle miró a Eisuke
mientras éste murmuraba en voz baja. Eisuke y Rukino se miraron.
—Bueno, es que ayer
escuchamos algo extraño… algo de que la persona que gobierna esta ciudad es un
Héroe de la Justicia que protege a los ciudadanos o algo así…
—Bueno, supongo que un
Héroe sería inherentemente un justiciero.
Serika respondió. Marielle
lanzó una mirada algo aliviada.
—¿¡No es maravilloso!? Si
es así, puede que ni siquiera tengamos que luchar, ¡y podríamos dirigirnos
fácilmente a la capital imperial!
—Estúpida, tarada, imbécil.
No tienes más que flores en la cabeza, ¿eh?
—¿¡Qué fue lo que dijo!?
Marielle se indignó ante
las abusivas palabras que le lanzó. Eisuke la miró fijamente.
—Tienes que aprender a
desconfiar de la gente. Ya estás hablando como si no existiera el mal, aún con
lo de ayer.
—Uhhh…
El humor de Marielle se
volvió gris. Ayer mismo habían repelido al Héroe Hiroto que se había acercado a
ellos haciéndose llamar Marc. Marielle, una buena persona, honesta hasta la
médula, tenía la tendencia a creer lo que le decía la gente.
—Y aunque fuera un Héroe de
la justicia, no me importaría. Voy a aplastar a cada uno de ellos.
—A-Aplastar aparte… si
podemos resolver los problemas discutiéndolos, sería mejor así.
—Qué bruto eres. Si
decidimos ponernos a hablar con los puños, no hay forma de que haya
comunicación.
—¡Eso ya no es discutir,
solo es hacer que la otra parte se rinda! ¡Si nos ponemos a pelearnos, ya no
será una discusión!
Marielle estaba
terriblemente molesta por la sed de sangre de Eisuke. Exhaló dándose por vencida.
—Eh… Independientemente de
lo que diga el Señor Eisuke, es necesario echar un vistazo al Héroe de esta
ciudad, ¿no es así? Hay mucha gente aquí, pero tratemos de no desviarnos y
buscarlo.
—Sí, claro. Eisuke, por
favor, abstente de actuar arbitrariamente…
…Cuando Rukino y Marielle intentaron
hacer entrar en razón a Eisuke… ni este ni las otras dos chicas estaban cerca
de ella.
—¡Y yo que estaba a punto
de decir que nos mantuviéramos cerca!
—¡E-Esto es malo, Rukino!
¡Si el Señor Eisuke vuelve a hacer algo imprudente…!
La imagen de Eisuke
comportándose provocativamente y causando problemas innecesarios apareció fácilmente
en las mentes de Marielle y Rukino, y la sangre se drenó de sus rostros.
—¡E-Encontrémoslo
rápidamente!
—Pe-Pero…
Las dos, consternadas,
vieron que un sinnúmero de personas se extendía frente a ellas como una
inundación…
Las mercancías que cubrían
las calles eran realmente variadas. Frutas, verduras y otros productos
alimenticios, ropa y otras necesidades de uso diario. También había piezas de
metal y otros artículos de uso desconocido. Serika se quedó mirando las
espaldas de Eisuke y Yui mientras caminaban, observando los puestos y carros
que se alineaban en la calle.
—Oigan, esperen. ¿De verdad
está bien que nos hayamos separado de Marielle y Rukino?
—Lalala, no te escucho.
Hasta que no le patee el culo al Héroe, no podré oírte.
—Este tipo es realmente… —Serika
estaba harta de que Eisuke se tapara los oídos. Era un mocoso problemático al
que, mientras pudiera pelear, todo le parecía bien. Exhaló con disgusto y
retiró la mirada de su espalda. …Y entonces su visión se desvió hacia otra
cosa.
Uno de los artículos que se
vendían en el puesto de un vendedor ambulante de accesorios y chucherías era un
peluche con forma de oso de aspecto adorable. Estaba hecho de tela de fieltro y
sus ojos tenían incrustaciones de bolas de cristal translúcido. Serika tragó
con fuerza.
¡¡Es… tan… bonito…!!
Los ojos de Serika estaban
clavados en él. Sólo con mirarlo se sintió tan emocionada que casi dejó escapar
un grito. Cuanto más lo miraba, más se daba cuenta de que el peluche era tal y
como le gustaban a ella.
—¿Qué estás haciendo?
—…Ah.
Serika volvió en sí ante la
pregunta del extrañado Eisuke. Inconscientemente se quedó mirando al animal de
peluche, que estaba a varios centímetros de su nariz antes de darse cuenta. Se esforzó
por permanecer en esa posición y devolver la pregunta con calma.
—¿Qué cosa?
—Bueno, no te hagas la
tonta. ¿Quieres eso?
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué
lo querría? ¿Qué te pasa? ¿Qué es lo que quieres?
—No te pongas tan a la
defensiva… y hazme el favor de apartar tu cara que está tan cerca de mí antes
de decirlo. Si lo quieres, cómpralo ya.
Mientras Eisuke decía esto
con el ceño fruncido, Serika le miraba con ojos algo reprobatorios.
—…Si lo compro, ¿no te
burlarás de mí?
—¿Qué?
—Quiero decir que… este
tipo de cosas no van con mi carácter.
Serika jugueteaba con las
puntas de su cabello. En efecto, dada la personalidad más adulta y la
apariencia perezosa de Serika, era sorprendente que prefiriera algo tan
infantil. Pero Eisuke no era el tipo de persona que se preocupaba por asuntos
tan triviales.
—No sé qué tipo de carácter
has desarrollado hasta ahora. Y además, no me gusta que la gente oculte cosas a
sus amigos, aunque sean cosas triviales.
Eisuke dijo indiferente.
Serika parpadeó y lo miró, y luego relajó su boca felizmente.
—…Suspiro, ya veo. Ya veo…
—Además, no hay nada de
raro con eso.
—¿Eh?
—La brecha entre una gal
normalmente sencilla a la que le gustan las cosas bonitas y es amable con los
niños y los animales, se aprecia más y es llamada una chica de corazón puro
desbordante de amor maternal.
—¡Te estás burlando de mí,
¿verdad?! —Serika dijo, enfadada, a Yui mientras esta le decía con cara seria.
—Señorita, si le gusta
tanto, por favor, no dude en comprarlo. —La dueña de la tienda, que llevaba una
túnica y un pintalabios oscuro, sonrió finamente a Serika mientras escuchaba
esta ridícula serie de intercambios—. Ese peluche también es un amuleto de
buena suerte. Tiene un hechizo para protegerla de los espíritus malignos.
—Y por supuesto eso no es
nada sospechoso.
Eisuke fue así de grosero a
pesar de seguir estando frente a la tienda. Serika, sin embargo, rompió en una
sonrisa y miró a Eisuke y Yui.
—Je, je… bueno, si es un
amuleto de buena suerte, no sería raro que lo comprara, ¿no?
—No estoy seguro de qué
decir a eso…. Haz lo que quieras.
—¡Lo compraré!
—Gracias por su compra,
jeje.
Serika levantó la mano
alegremente, y la dueña de la tienda le sonrió.
—…Ejeje, te dibujaré marcas
de corazón en los ojos cuando vuelva a mi habitación.
Serika rebosaba de alegría
con su peluche en la mano. Eisuke y Yui la observaban con ojos cálidos y medio
divertidos.
—Serika, eres tierna.
—Este es el tipo de cosas
que me recuerdan una vez más que es una mujer.
—…Sigues sin tener
delicadeza, Eisuke…
Yui miró fijamente a
Eisuke. Este frunció el ceño, sin entender lo que quiso decir.
—No sé de qué me acusas,
pero estoy seguro de que es de algo malo, ¿verdad? Pero en mi mente, más que
una mujer eres una…
Fue entonces cuando
ocurrió. Con un ruido sordo, Yui se topó con una figura que venía de frente.
—Oh,
lo siento… —Yui se disculpó rápidamente… pero luego miró a la persona y se
atragantó.
—¿…Haah? ¿Y tú qué te
traes, mocosa?
Pelo plateado y ojos tan
feroces como los de un depredador. Su cuerpo delgado y musculoso, con afilados
dientes caninos asomando entre su dentadura. Sobre todo… unas orejas brotaban
de la parte superior de su cabeza.
…Un medio bestia lobo. Un
hombre lobo, como se diría.
Balletta era un pueblo de culturas
mixtas debido a su próspero distrito comercial. Por lo tanto, las personas que vivían
en otros distritos con características físicas de animales vivían sus vidas de
la misma manera que los humanos ordinarios. No es que fueran especialmente
feroces o que no pudieran comunicarse. Eran casi iguales a los humanos.
Pero Yui lo percibió
inmediatamente. Quizás este hombre no era un maleante. Pero sus ojos y la
mirada de irritación en su rostro revelaban una personalidad feroz.
—Oye, mocosa. ¿Sabes con
quién te has topado…?
—Oye, lobo, ¿con quién
intentas pelearte?
Antes de que el hombre lobo
pudiera siquiera amenazarla, Eisuke estaba sobre sus talones con una mirada
aterradora. Yui y Serika pensaron que era varias veces peor que el hombre lobo
de aspecto rudo, pero no dijeron nada. El hombre lobo miró a Eisuke con los
ojos de un verdadero depredador.
—No sé si es porque estás
delante de ella o qué, pero te estás poniendo engreído, chico.
—¿No será acaso que no
quieres pelear conmigo? Si no confías en tus puños, entonces date la vuelta y
vete a casa, o si no es así, yo estoy siempre listo para pelear.
—¡E-Espérate…!
Serika estaba completamente
sorprendida. Eisuke, como no podía ser de otra manera, se estaba tratando de
pelear con el hombre lobo.
—¿Hablas en serio?
—Sí, hablo en serio, hablo
muy en serio. Si vamos a hacer esto, pongámonos a ello. Cuanto más hables, más
aburrida será la pelea.
Eisuke repitió sus
provocaciones. El hombre lobo se burló del atrevido muchacho.
—Keh, entonces me aseguraré
de que no vuelvas a abrir esa boca. Soy un buen lobo cazador, ¿sabes?
Antes de que se dieran
cuenta, el bullicio de los alrededores se había alejado, percibiendo el
ambiente tenso, y ahora había espacio suficiente para moverse. El hombre lobo
se agachó. Cuando abrió la mano, sus largas garras brillaron. Eran como
cuchillas. Pero Eisuke sonrió y dijo:
—Qué tonto. Yo soy mejor
cazando que los lobos. Supongo que mi reputación de «Cazador de Buscapleitos» se
quedó en el otro mundo.
—¡Tarado, me importa un
comino que seas un cazador de buscanosequécosaaa! —El hombre lobo saltó. De
inmediato, saltó hacia el pecho de Eisuke y blandió sus afiladas garras en
vertical. Su velocidad era como la de un misil.
Sin embargo, Eisuke lo
observó tranquilamente y giró su cuerpo hacia un lado. Con un mínimo de
movimientos, evitó fácilmente el ataque del hombre lobo. Las garras cortaron el
aire.
—¡Tsk, mierda!
El hombre lobo cambió
rápidamente de dirección y se lanzó de nuevo contra Eisuke. Este volvió a
esquivarlo sin problemas. A veces doblando la parte superior de su cuerpo, a
veces retrocediendo para distanciarse, y a veces se agachaba en diagonal. Evitó
todos los ataques del hombre lobo moviéndose en todas las direcciones.
—Qué, ¿qué-qué demonios es
ese tipo…?
—¡Ni siquiera suda! ¿¡Es
realmente humano!?
Las voces asombradas de la
multitud resonaban en los oídos de Eisuke. Pero para él, esto era como retorcer
la mano de un bebé. Después de todo, él solía ser el «Cazador de Buscapleitos»,
que llegó a enfrentarse a una docena de delincuentes con cuchillos cartoneros
que le atacaron a la vez, y los venció ilesos. Aún si tuviera suerte, las
garras del hombre lobo con suerte podrían sacarle un pedacito de diente.
—Oye, oye, ¿no que eras un
gran cazador? ¡Sé más serio!
—¡Cá. Lla. Te!
El hombre lobo se enfureció
ante la provocación de Eisuke, y se alejó de él. Luego, comenzó a correr en
círculos a su alrededor. Su velocidad aumentando gradualmente, y Eisuke fue rodeado
por las imágenes residuales del hombre lobo.
—¡Ja, ¿estás tratando de engañarme?!
Eisuke bromeó y mientras se
preguntaba de dónde vendría el hombre lobo hacia él. Este saltó a su espalda.
—Te tengo…
—¡Ahí tienes!
—¿¡Gugyah!?
…Pero su ataque sorpresa
fue completamente leído. Eisuke lanzó una patada hacia la espalda con todo su
cuerpo. La contra patada impactó con precisión al hombre lobo en la cara y lo
pateó hacia un lado.
—Gug, gah, ha…
Eisuke se acercó y se
agachó junto al hombre lobo, cuya conciencia se vio nublada por la dolorosa
patada. Con una sonrisa malvada, Eisuke se burló de él.
—Lástima, yo gano el
combate. Entonces, no vuelvas a hablarnos otra…
—O-Oye, tú, ¿qué estás
haciendo? ¡Suelta al hombre!
—¿Haah?
De repente, la voz de una
mujer sonó. Definitivamente estaba dirigida a él. Eisuke, que había agarrado al
hombre lobo por la oreja, se dio la vuelta con una mirada sombría. Pero en
cuanto vio a la mujer que le llamaba, sus ojos se abrieron de par en par.
Coletas rojas llameantes.
Una armadura de colores cálidos. Ojos perforantes que ardían con las llamas de
la justicia. Y… la magnífica espada que llevaba en la cintura. No había duda.
—¡Soy Kyoko la Heroína! ¡Si
te resistes, no tendré piedad! —Ella, Kyoko la Heroína, le habló a Eisuke con
voz digna.
—¡E-Es la Heroína!
La multitud aplaudió la
aparición de Kyoko. Sus ojos estaban llenos de expectación y admiración
mientras la miraban. Eisuke torció los bordes de su boca provocativamente.
—Je, tú eres el Héroe de la
justicia de esta ciudad, ¿no? Te advierto que fue él quien nos amenazó primero.
—¡Tú eres el que tiene la
culpa aquí, no importa quién seas!
—Ya me lo esperaba…
Serika se había quedado
sola, como si no importara lo que le pasara. Eisuke también se alegró de ver a
Serika, y se rio frívolamente de Kyoko, chasqueando los dedos.
—Ja, ¿entonces por qué no das
un golpe y tratas de atraparme?
—…De acuerdo. Si quieres
hacer eso, lo acepto.
Kyoko aceptó la declaración
de guerra de Eisuke y clavó su mano en el suelo.
¡Goooooooooooo!
Llamas surgieron de su mano
y la rodearon a ella y a Eisuke en un círculo con un radio de unos cinco
metros. El muro de llamas se elevó tanto que los ocultó a ambos del exterior.
La multitud estalló en un rugido de excitación.
—¡Aquí viene! ¡Es la
formación de llamas de Lady Kyoko!
—¿Formación de llamas?
Serika preguntó a uno de los
espectadores mientras Yui se mantenía erguida junto a ella, tratando de
vislumbrar la heroica figura de Eisuke.
—¡Así es, Lady Kyoko
siempre lucha dentro de ese anillo de llamas para mantenernos fuera de él!
…En el anillo de llamas,
Kyoko levantó su espada. Las llamas cubrían también la hoja de la espada, que
ardía en rojo.
—…Je, así que ese es tu
poder, ¿eh?
Eisuke se quedó con la boca
abierta. Su habilidad de Héroe era evidente. …El poder de manipular las llamas
a voluntad. Una habilidad simple, pero llamativa y poderosa.
—¿Quién diablos eres? ¿Eres
de mi ciudad natal con ese uniforme?
—Buena respuesta. Fui
convocado para derrotarte, soy sólo un estudiante de pre…
—¡Detenganseeeeee!
—¿¡Cómo!?
Rukino se precipitó de
repente por detrás y se lanzó contra el muro de llamas, ¡y Eisuke recibió un
golpe en la nuca! Eisuke enseñó los dientes, resentido.
—¡Oye, tú! ¿Qué demonios
estás haciendo, torpe caballero?
—¿¡Qué haces luchando en un
lugar como este!? ¡Ella es un Héroe de la Justicia, ¿no es así?!
—¡Me importa un bledo! ¡Ya
estamos en una pelea! ¡No puedo solo dar marcha atrás!
—¡E-Espera, por favor!
¡De-Dejen de pelear!
Kyoko se sobresaltó por lo
repentino de la situación y apagó la formación de llamas. Afuera estaba
Marielle, jadeando por aire. Llevaba una capucha y estaba intentando
frenéticamente llegar hasta Eisuke.
—¿Que está haciendo, Señor Eisuke?
¡Le dije que lo discutiríamos!
—Sí, por eso, discutirlo con
nuestros puños…
—¡Es suficiente!
—¿¡Pri-Princesa Marielle!?
Los ojos de Kyoko se
abrieron de par en par y se quedó mirando con la respiración contenida la
discusión entre Eisuke y Marielle.
*
* *
—…Una vez más, yo soy Kyoko.
Soy la Heroína que se ha tomado la libertad de gobernar esta ciudad.
Eisuke y su grupo fueron conducidos
a un edificio lujosamente amueblado. Era la mansión de Kyoko en el centro de
Balletta. Solía ser la finca de una prestigiosa familia noble, pero parecía
haber sido remodelada. En efecto, este era el centro de Balletta, que ahora estaba
controlada por Kyoko. Esta última le sonrió a Marielle con su pelo rojo
balanceándose.
—Princesa Marielle, veo que
está viva. Si lo hubiera sabido antes, al menos habría intentado esconderla en
esta ciudad…
—Ah, no, eso es…
—Muy amable y todo, pero no
veo que te estés poniendo del lado de la princesa y luches contra los otros
Héroes, ¿verdad?
Aparte de Marielle, quien
aún se preguntaba qué decir, las palabras de Eisuke tenían la intención de
provocar. Kyoko se rascó la mejilla con reproche.
—No me gusta admitirlo,
pero…. Al igual que ellos, yo tampoco quiero renunciar a este poder. Con él,
puedo llevar a cabo la justicia.
—¿Justicia…?
Marielle murmuró, y Kyoko continuó.
—…Siempre he anhelado estar
del lado de la justicia. Aparecer en la escena y vencer al mal. Claro que sé
que es un poco infantil. —Kyoko soltó una risita avergonzada. Apretó las manos
con fuerza y cerró el puño—. Por supuesto que estaba muy contenta de haber
podido usar este poder para derrotar al malvado Rey Demonio. Quiero proteger a
la gente de muchos más males. Y por lo menos, quiero proteger perfectamente el
área a mi alcance. Por eso estoy tratando de cuidar la paz de esta ciudad,
porque está a mi alcance.
—E-Eres una Heroína…
—Sí que eres una Heroína…
Serika y Yui estaban
realmente sorprendidas de ver a un verdadero Héroe por primera vez.
—Si pierdo este poder, no
podré proteger esta ciudad del mal. …Por favor, Princesa Marielle. Al menos espere
hasta que se resuelvan los incidentes actuales en este lugar.
—¿Incidentes…?
Las cejas de Eisuke se
movieron. Kyoko asintió.
—Sí. …Recientemente en esta
ciudad, unas «brujas» han estado apareciendo por la noche.
—¿Brujas…? —Las cejas de
Marielle se fruncieron.
—Últimamente han empezado a
aparecer mujeres con los ojos vacíos, que pierden el control y arremeten contra
los demás. Por comodidad, las llamamos brujas.
—¿…Será magia de lavado de
cerebro?
Preguntó Rukino
inquisitivamente, y Kyoko arrugó el ceño.
—Tal vez… pero sería
extraño si en realidad fuera magia de lavado de cerebro.
—¿Qué quieres decir? Pero,
¿qué tal si primero me explicas qué es eso de magia de magia de lavado de
cerebro?
Eisuke le preguntó a
Rukino. Rukino, o más bien Rukipedia, exhaló y comenzó a explicar.
—La magia de lavado de
cerebro es, como su nombre indica, una magia para lavar el cerebro a los demás.
Sin embargo, al ser una magia que controla la mente, las condiciones de
activación son bastante limitadas. —Rukino hizo un signo de paz—. La primera es
sencilla: debes activar la magia mientras tocas a la persona que vas a manipular.
La segunda es enviar la magia a un catalizador mientras la varita o la piedra
mágica está en contacto con la persona a controlar. Sólo están estas dos cosas
principales.
Toque directo o toque
indirecto. Limitado, parecía que también significaba que las condiciones eran
estrictas.
—Ya veo… nadie sería tan
estúpido como para dejarse tocar sabiendo que puede ser manipulada. Por cierto,
¿qué es una piedra mágica?
—Normalmente, la magia gira
en torno al mago, y se activa desde la mano o la varita del mago. Pero si una
piedra mágica es cargada de magia de antemano, la magia puede ser activada
centrándose en la piedra mágica aunque esté lejos.
Marielle respondió en lugar
de Rukino. Tras explicar la información de la premisa hasta ese momento, Kyoko
cortó la conversación.
—Yo también sospeché de la
magia de lavado de cerebro al ver que habían perdido la razón, pero… no hay
pruebas de que tengan nada que se parezca a una piedra mágica, y no hay
información de que estuvieran en contacto con nadie justo antes de que se
lanzaran a arremeter contra otros. En primer lugar, las piedras mágicas son
cosas muy valiosas, y teniendo en cuenta el número de víctimas, no creo que sea
posible que prepararan tantas piedras mágicas e hicieran una trastada como
ésta. —Kyoko se encogió de hombros como si no pudiera evitarlo—. Ahora, de
todas formas, he estado tratando de someter a las mujeres fuera de control para
que el daño no aumente…
—De acuerdo, entonces yo
atraparé al culpable.
—¿…Lo… dices en serio?
La expresión de Kyoko se
tornó de sorpresa. Eisuke le sonrió, con las manos en los bolsillos.
—Cuando atrape a ese
criminal, tendrás que pelear conmigo. Una vez que el caso se haya cerrado, no
tendrás más dudas, ¿verdad? Te venceré en una pelea y te enviaré de vuelta a
nuestro mundo. Bien, ¡está todo listo! ¡Salgamos a patrullar las calles!
—¡Espere, espere, Señor
Eisuke! ¡No puede decidir eso por su cuenta!
Eisuke salió rápidamente
del lugar, sin escuchar a Marielle. Yui y Serika, también atónitas, lo
siguieron. Marielle y Rukino fueron las únicas que se quedaron.
—Alguien… debería de
pararle los pies a ese chico…
—Lo-Lo siento mucho… Ese
chico es un tonto sin remedio que sólo está interesado en luchar contra Héroes…
Marielle se disculpó
rotundamente, y Kyoko dejó escapar una risa por lo bajo.
—No, está bien. …Además, él
no es en absoluto un rival para mí.
—…Eso es mucha confianza.
¿Tiene un plan secreto?
Preguntó Marielle
despreocupadamente. Pero Kyoko sacudió la cabeza.
—Porque la justicia siempre
prevalece.
Lo dijo con una sonrisa
perfecta, sin una sola nube de duda.
***
Esa noche. Aunque el número
de personas había disminuido en comparación con las del día, las calles aún no
estaban completamente desiertas. Eisuke, Yui y Serika caminaban juntos por la
calle principal de Balletta. Por supuesto, estaban patrullando por el caso de
las «brujas».
—Yui, si ves a alguien
sospechoso, dímelo enseguida. Pero si ves que es muy sospechoso, dispárale
entonces.
—Entendido.
—Oye, no digas que lo
entiendes tan a la ligera, no puedes dispararle, o nos aprehenderán.
Serika estaba harta de los
desvaríos de Eisuke. Los dos estaban tan desesperados por encontrar al culpable
del incidente que incluso eran los más sospechosos a la vista.
—Yui, actúas como si fueras
su perro fiel…
—Naturalmente. Soy el perro
fiel de Eisuke.
—No te estés llamando a ti
misma de esa forma.
—Entonces, soy una perra
obediente.
—¡Eso es aún peor! ¡No
andes diciendo eso con una cara tan seria! —Eisuke levantó la voz por lo que
dijo Yui, que soltó esa bomba con un tono tan plano.
—Entonces, ¿qué soy para
ti, Eisuke? ¿Tu novia?
—Creo que te estás dejando
llevar… No lo mencioné antes, pero para mí ustedes son más compañeras en las
mismas circunstancias que mujeres…
Serika miró de reojo el
perfil de Eisuke.
Compañeros en las mismas
circunstancias. Dio vueltas a la frase en su mente.
Serika era una
preparatoriana que había vivido relativamente bien en comparación con Eisuke y
Yui. Mientras mantenía sus habilidades bajo control, no solía verse expuesta.
De hecho, incluso utilizaba sus habilidades para facilitar las cosas cuando iba
ocasionalmente a la tienda o cuando se le hacía tarde. Era sobrehumana, pero
ordinaria al mismo tiempo. No estaba especialmente descontenta con esa vida tan
incongruente.
Sin embargo, estar
satisfecha no equivalía a no tener insatisfacciones. Había momentos en los que,
de repente, sentía una sensación de alienación en un rincón de su mente. No era
normal, era diferente a los demás, era realmente extraña.
—Oye, ¿qué pasa, Serika?
Serika, que estaba
distraída pensando en el pasado, fue sacudida de vuelta a la realidad. Eisuke y
Yui la miraban con curiosidad.
Eran los únicos dos amigos
que aceptaban a Serika tal cual era, aunque ella prefiriera cosas más tiernas y
fuera de lo normal, aunque mostrara sus habilidades extraordinarias…. Eran los
primeros amigos que había hecho sin tener que sentirse cohibida, amigos de
corazón.
Serika frunció el ceño y
sacó la lengua con picardía.
—¿Eh? ¡Solo estaba pensando
en qué amigo más tonto tengo!
—¿¡Por qué te burlas de mí
en tu mente!?
Serika se burló de Eisuke
con una sonrisa avergonzada y despreocupada.
…Pero entonces en ese
momento.
—Ah…
De repente, el cuello de
Serika se dobló hacia adelante con un tirón. Volvió su rostro, ocultando su
expresión.
—¿Serika?
Eisuke y Yui se extrañaron ante
el repentino cambio de humor de Serika. Eisuke trató de ponerle la mano en el
hombro.
Y Serika… desapareció.
—¿Eh…? —Eisuke se quedó
aturdido. Sin embargo, un escalofrío recorrió inmediatamente su columna
vertebral.
—¡Yui!
—¡Eh, hyah…!
Girando rápidamente sobre
sus talones, Eisuke cubrió a Yui con su brazo. Casi al mismo tiempo…
El brazo de Eisuke fue
pateado con gran fuerza.
…Serika le dio una patada.
—¿Qué está…?
Serika, sin dudar y sin
prestar atención al sorprendido Eisuke, le dio una sucesión de patadas a gran
velocidad. No le hizo daño gracias a su fuerte cuerpo, pero era su propia amiga
la que le estaba dando patadas. Y protegió a Yui como estaba, sólo podía defenderse
desconcertado.
—Oye, ¿qué clase de broma
es esta, Serika…? —Exclamó Eisuke, con la voz ronca.
…Sus grandes ojos oscuros
se habían quedado en blanco y habían perdido su luz.
—¡No puede ser, tú…?
…Se había vuelto una
«Bruja».
—¿¡Por qué Serika…!?
—¡No lo sé! ¿Cómo se
convirtió en bruja?
—Ah… Pe-pero, es algo
agradable estar protegida por los brazos de Eisuke ♡…
—¡Déjate de tonterías, ¿no
ves lo que está pasando?! ¡Comienza a buscar a cualquier persona sospechosa a
nuestro alrededor!
—¡Oh, sí, es cierto!
Eisuke consiguió dar
instrucciones a Yui, pero los continuos ataques de Serika no cesaron mientras
tanto. Intentaba pensar mientras recibía patadas lanzadas a velocidades
vertiginosas, y como para interrumpirlo, ella puso fácilmente sus piernas
alrededor del cuello de Eisuke y lo ahorcó con fuerza.
—¡Espera, Guoh!
Eisuke perdió el equilibrio
y cayó hacia atrás. Serika, que se había convertido en una bruja, seguía con
sus ojos vacíos y en silencio comenzó a estrangularlo con sus muslos.
—¡Carajo, la situación es
la que es, así que no lo podría considerar una recompensa ni nada…!
Eisuke tiró de sus
flexibles muslos con fuerza. Con un ligero movimiento, Serika se alejó de él y
volvió a desaparecer a gran velocidad. Entonces lanzó otra patada por sorpresa.
Eisuke chasqueó la lengua mientras daba una voltereta hacia atrás y la buscaba.
—¡No puedo verla en
absoluto…! Si Serika se convierte en nuestro enemigo, va a ser una molestia…
Por supuesto, sería fácil
para Eisuke crear una explosión y hacerla volar por los aires o destrozar el
suelo. Había muchas maneras de derrotarla. …Pero se trataba de Serika. No podía
permitirse ser brusco con ella. Justo cuando Eisuke estaba a punto de
reflexionar sobre cuál podría ser la causa…
¡Gooooooo!
Unas llamas corrieron como
una mecha hasta el suelo bajo sus pies. Serika, controlada, retrocedió. Eisuke,
sobresaltado, rastreó con la mirada el origen de las llamas.
Allí estaba Kyoko la
Heroína. Lanzó llamas de sus manos y le hizo apresurada una pregunta a Eisuke.
—¡Se ha convertido en una
bruja! ¿¡Cómo pasó!?
—¡No lo sé! ¿¡Realmente no
sabes la causa de todo esto!?
—¿¡No notaron nada raro en
su comportamiento!?
Eisuke siguió con la mirada
el movimiento de alta velocidad de Serika, dando vueltas frenéticamente a sus
pensamientos.
…Las brujas aparecen en
esta ciudad. Tengo que pensar en qué hizo cuando entró en esta ciudad… ¡hay
solo una cosa más que hizo, ¿no…?!
La patada de Serika llegó a
Eisuke desde el frente. Este atrapó la pierna con su antebrazo y gritó detrás
de él.
—¡Yui! ¡Ese extraño animal
de peluche que compró hoy para el almuerzo, ¿recuerdas dónde lo puso?!
Le preguntó bruscamente
Yui, que se quedó ligeramente perpleja. Sin embargo, respondió rápidamente.
—¡Creo que estaba en el bolsillo
de su pecho!
—¿¡En el bolsillo del pecho!?
¡Por favor, perdóname, Serika!
—¡Espérate, ¿qué es lo que
vas a hacer?!
—¡Voy a quitárselo! ¡Te
traeré de vuelta!
Eisuke detuvo a Kyoko, y se
agachó para a advertir a Serika, que se movía a un ritmo vertiginoso. Habiéndose
disculpado de antemano, deliberadamente, por un momento, mostró una gran apertura
a su espalda. Serika saltó para aprovechar la apertura.
—¡…!”
Eisuke se dio la vuelta de
inmediato y alcanzó el pecho de Serika con su mano izquierda mientras
presionaba su carne. Tiró del cuello de su camisa con mangas arremangadas y
acercó su cuerpo. Luego, sin darle un momento de pausa, arrancó con fuerza el
peluche junto con todo el bolsillo con su brazo derecho y lo lanzó lejos.
—¿…Eh?
La luz regresó a los ojos
de Serika. Todo su cuerpo se debilitó repentinamente, y cayó sobre el pecho de
Eisuke apoyándose en él. Eisuke por reflejo la sostuvo en sus brazos.
—¿…Eh? ¿…Qué? ¿Qué está…?
—¿Estás bien?
Los ojos de la confundida
Serika parpadearon al no poder asimilar lo que estaba pasando, y Eisuke le
preguntó. Serika, aún en los brazos de Eisuke, comprobó su estado, aturdida.
Finalmente, se dio cuenta de que su cuerpo estaba acurrucado contra el de
Eisuke. Se sonrojó y se alejó de él para apartarlo.
—¡Oye, i-idiota, ¿qué estás
haciendo?!
—¿¡Qué!? Si serás, ¡estabas
siendo manipulada…!
—¿Manipulada…? ¿Eh?
Serika levantó las cejas.
Aparentemente, no recordaba haber sido manipulada. Miró a su alrededor…
—…Ah.
—¿…Eh?
Los dos se congelaron al
mismo tiempo.
…La camisa de Serika, que
había sido arrancada por Eisuke, había dejado su pecho audazmente al
descubierto.
—¿¡Qué… qué… qué!?
El sujetador de Serika
estaba expuesto, revelando un sencillo diseño azul claro. El blanco y
deslumbrante escote de sus pechos se asomaba desde allí. En contraste con el
color del sujetador, la cara de Serika se puso roja como un pulpo hervido,
perdiendo la razón mucho más que cuando estaba en el estado de lavado de
cerebro.
—Uh… —Eisuke se apartó de
ella torpemente y volvió a mirar a Yui.
—…Yui.
—¿…Qué sucede…?
Le dijo Eisuke a Yui con
una mirada seria.
—Esta vez, es Serika la que
gana en atractivo sexual.
—Entendido.
—¡¡Nada de entendidoooooo!!
—¿¡Ugh!?
La patada voladora de
Serika estalló en la cintura del sin tacto Eisuke. Fue mucho más contundente
que cuando estaba en estado de lavado de cerebro.
—…Haa, de todos modos, me
alegro de que estés bien.
Kyoko exhaló, guardó su
espada y recogió el sospechoso peluche que Eisuke había tirado.
—¿…Y esto qué es?
—…Ah, es un peluche raro
que Serika le compró a una persona sospechosa. Sí, es una irresponsable.
—¡Tú eres el que me dijo
que hiciera lo que quisiera!
—Me encargaré de este peluche.
También pediré información al público sobre esta mujer sospechosa. Ustedes
pueden volver a la posada ahora mismo.
Dijo Kyoko con frialdad y
se fue. Al mismo tiempo, Marielle y Rukino se acercaron desesperadas corriendo
a ellos.
—¿E-Están todos bien?
—Sí-sí… yo estoy bien.
Serika se quedó perpleja
ante la preocupación de Marielle. Eisuke frunció el ceño.
—¿Cuál era el propósito de
esa mujer? ¿Por qué querría causar un incidente así en este pueblo?
—¿Propósito?
Yui ladeó la cabeza, y
Eisuke apuntó con la barbilla.
—Oh. Será porque en este
pueblo existe esa desagradable Heroína de la justicia. Es como cometer un
crimen justo delante de la comisaría.
Mientras Kyoko gobernara
esta ciudad como un Héroe de la Justicia, el mal del pueblo sería castigado por
ella. Así que, ¿por qué tomarse la molestia de causar tal maldad entre esta
gente?
—¿Fue alguien como nosotros
quien se rebeló contra los héroes?
—No, porque todo lo hizo a
medias. No es posible que una simple bruja ganara contra un Héroe. No importa
cuántas veces intentara luchar, sería una batalla perdida.
Señaló Eisuke. En primer
lugar, la premisa básica era que en este mundo se sabía que los Héroes eran
invencibles. Entonces, ¿por qué estarían tan dispuestos a no rendirse y crear
brujas una y otra vez?
¿Hmm…? ¿Batalla perdida…? Eisuke
se sintió de repente incómodo con su declaración.
—¿Tal vez… ganar no es su
objetivo…?
—¿Cómo dice?
Marielle preguntó. Rukino
también arrugó el ceño.
—¿Qué quieres decir?
¿Entonces cuál es el objetivo del culpable?
Eisuke se llevó el dedo a
la barbilla y guardó silencio. Se vio en una contemplación silenciosa. En
silencio, intentó recordar los sucesos de hoy, pero… intentar adivinar no
siempre llevaba a la verdad. Eisuke se angustió con una expresión de
preocupación en su rostro.
…En ese momento, como para
evitar que siguiera pensando, tiraron de su manga.
—¿Qué pasa, Yui? Estoy
concentrado ahora mismo.
Era Yui quien estaba
tirando de la manga de Eisuke. Esta señaló a Serika, que estaba medio paso
detrás de ella.
—Serika parece que quiere
decir algo.
—¡Un momento, Yui! ¡Ahora
no!
—…Hm… Dilo rápido. Puede
que sea interesante.
Eisuke miró a Serika con
los ojos entreabiertos. Esta se agitó nerviosamente. Abrió y cerró la boca un
rato, luego soltó un suspiro y dijo:
—Lo siento. Sigo sin
entender muy bien lo que pasó, pero gracias. Por… ayudarme.
Le dijo Serika a Eisuke,
con las mejillas teñidas de vergüenza. Parpadeando con una mirada curiosa, Eisuke…
—Haa… en serio, ¿realmente
eso no podía esperar hasta más tarde?
—¡Yo también lo pensé! ¡Es
culpa de Yui, ¿no?!
Respondió con un fuerte
suspiro. Hizo un gesto cortante con la mano a Serika, que estaba muy roja.
—No tienes que darme las
gracias, para eso están los ami…
¿…Darle las gracias?
Eisuke tragó saliva y
parpadeó varias veces. Sí, eso era. ¡Con esa única palabra, todo conducía a una
verdad…!
—¡Ya veo…! ¡Todo está conectado!
¡Serika!
—¿¡Hyah!? ¿Y-Y ahora qué
pasa?
Eisuke la agarró por los
hombros en un instante de emoción. Se rio vigorosamente y puso sus manos en los
hombros de Serika mientras esta no sabía qué estaba pasando.
—¡Estoy tan orgulloso de ser
tu amigo! ¡Te amo!
—Me amas, ¿¡qué, eh!?
—¡Señor Eisuke!
Serika quedó completamente consternada
por el impetuoso comentario de Eisuke. Incluso Marielle, que observaba desde un
lado, casi se le saltaron los ojos de la sorpresa. …Mientras que el verdadero
rostro de Yui estaba tenso por la desesperación.
—Eh, Eisuke… ¿la-la ama,
eh…? ¿Cómo…?
—¡Marielle! ¡Ya sé quién
está detrás de esto!
—¿¡Qué!? ¿¡En serio!?
—Sí. El criminal definitivamente
va a contactar con nosotros mañana. Esta vez es nuestro turno de engañarlo.
Eisuke sonrió. Marielle
sintió que su propia sonrisa amable se contraía ante la sonrisa malvada de él,
lo que le hizo sospechar si no era él la mente maestra detrás de todo el
asunto. …Tenía un mal presentimiento sobre esto. Sin romper su sonrisa en
absoluto, Eisuke la agarró por los hombros, ella se sintió aterrada.
—Así que, Marielle. Voy a
usarte como cebo un rato.
—…U-um… eso significa, por
cierto, que yo no tengo derecho a voto… Ah, bueno, haga lo que quiera… —Marielle
sólo pudo ceder ante la silenciosa presión de Eisuke.
***
—¡Es la mujer con la túnica
negra…!
A la noche siguiente. El
grupo de Marielle, que había retrasado su salida de Balletta durante un día,
escuchó el grito de Yui en la mansión de Kyoko. Yui escuchó el grito con su
habilidad.
—Parece que ha aparecido en
la calle principal. Se oye a los ciudadanos haciendo ruido.
—¡Por fin está aquí esa
desgraciada! ¡Voy por ella!
Eisuke se subió las mangas
de su chaqueta y se pasó el dedo por debajo de la nariz.
—¡Kyoko, tú quédate ahí con Marielle!
¡Yo iré a conseguir mi entrada para luchar contra ti! ¡Vamos, Yui, Serika!
Sin esperar respuesta, Eisuke
salió corriendo de la mansión con Yui y Serika. Marielle sonrió amargamente y
habló con Kyoko.
—Ah, ja, ja, ja… Siento que
sea un chico tan ruidoso, Lady Kyoko…
—No, pierda usted el
cuidado, no parecen ser malos chicos.
Kyoko respondió con una
sonrisa ligeramente amarga y le sonrió a Marielle como si acabara de recordar.
—Por cierto, princesa
Marielle, ¿no dijo en la comida que quería una pinza para el pelo?
—Eh, sí. Me preguntaba si
podría llevar el cabello como Lady Serika…
—Tengo una pinza para el cabello
que le quedaría muy bien. Por favor, espere un momento. Iré a buscarla.
Kyoko se levantó
felizmente. Marielle y Rukino se quedaron en la habitación. Sus rostros se
pusieron serios y asintieron la una a la otra como para darse ánimos.
—Mi señora…
—…Sí. Es hora de empezar la
operación…
***
Era de noche en la ciudad. Sin embargo, esta estaba
alborotada. La causa era una mujer con una túnica negra que se encontraba de
forma inquietante en el tejado de cierto edificio. Estaba sonriendo debajo de
su túnica.
—¿Son ustedes los que me han
estado espiando?
—Sí, sí lo somos. Pero eso ya lo
sabías.
Al igual que ella, Serika estaba en la azotea, con su
cardigan ondeando en la brisa nocturna en su cintura. Detrás de la mujer con
túnica, Yui sostenía una de sus pistolas.
—…Por favor, no te muevas.
—Oh, queridas, cuanta precaución.
Supongo que fui demasiado llamativa.
Serika también le lanzó una advertencia a la mujer de la
túnica, que permanecía distante a pesar del ataque de pinza.
—Sí, esto ya ha ido demasiado
lejos. Incluso me estuviste manipulando. Voy a hacerte pagar por eso.
—Aunque tu ropa interior era
sencilla.
—¿¡Yui!? ¡Lo dijiste tan de la
nada, ¿acaso estás siendo controlada?!
—Es que te has convertido en mi
rival.
Serika se aclaró la garganta, consternada por las mejillas
hinchadas de Yui con una mirada enfurruñada.
—De todos modos, he pasado por muchas
cosas gracias a ti. Te advierto que soy del tipo de persona rencorosa, ¿sabes?
Serika bajó las caderas y adoptó una postura de combate. La
mujer de la túnica se contuvo la risa ante su férreo comportamiento.
—Je, je, vaya, qué salvaje. Se
parece al novio de tu amiga. Creo que están empezando a parecerse un montón.
—Para, realmente detente, eso es
lo último que quiero oír que me digan.
—…Hablando de eso, me pregunto si
está por aquí. ¿Lucharán ustedes solas?
La mujer de la túnica miró alrededor. Serika sonrió ante su
comportamiento.
—Sí, vamos las dos. ¿Acaso ya le
tomaste cariño? ¿O el que se encariñó fue tu jefe?
—¿…Qué?
El tono de la voz de la mujer de la túnica cambó. Serika dijo
provocativamente.
—Digo que sólo eres una lacaya.
Actúas como si fueras el verdadero cerebro, pero es inútil. Sólo eres una bruja
a la que se le ordenó hacer esto. …Y él está en camino hacia el verdadero
culpable ahora mismo. …Mi pequeño amigo salvaje… —Mientras señalaba a la mujer de
la túnica, la sonrisa burlona de Serika era igual a la sonrisa de desprecio que
siempre tenía Eisuke,
***
Kyoko volvió desde el salón de la mansión, trayendo una
pinza para el cabello.
—Princesa Marielle, aquí está.
Por favor, tómela.
—¿De verdad está bien que la tenga…?
—Sí, parece que a mí no me queda
muy bien.
La pinza que trajo era una grande con cinta. Kyoko llevó su
mano al cabello de la reservada Marielle.
—Déjeme que se la ponga. En
realidad, siempre he querido hacerle esto a una chica más jo…
Mientras Kyoko hablaba.
…De repente fue agarrada firmemente por el brazo por Rukino.
—¿Qué-Qué pasa?
—…Lo siento. Él me dijo que
hiciera esto.
—¿Él…?
—¡Exactamente!
La pesada puerta se abrió de repente con un fuerte ruido.
El que pateó violentamente la puerta fue Eisuke, que se
suponía que había ido a atrapar a la mujer de la túnica. Los hombros de Kyoko
se agitaron conmocionados.
—¿¡Qué-Qué pasa…!?
—Pasa que vengo a atrapar a la
culpable, maldita desgraciada. Sabía que ibas a picar con la historia de la
pinza del pelo. No dejaré que le pongas esa cosa a Marielle.
Eisuke empujó a Kyoko y la alejó de Marielle. Kyoko lo miró
fijamente.
—¿¡Po-Por qué hacen esto tan
repentinamente!? ¿¡Qué pasó con la mujer de la túnica!?
—Me importa un bledo esa escoria
de cuarta. ¿Crees que no voy a aprovechar la oportunidad de pelear contigo
cuando la jefa de la chica de la túnica ya está aquí? —Eisuke esbozó una sonrisa sádica.
—¿¡De-de qué estás hablando…!?
—Estoy diciendo que tú eres la
verdadera mente maestra detrás de todo esto, Kyoko la Heroína.
—¿¡Qué!? —Kyoko parpadeó de forma poco
natural. Pero inmediatamente suspiró con disgusto—. …Basta de tonterías. Dime, ¿a
qué viene esta acusación?
—Ayer, cuando le preguntaste a
Serika sobre los animales de peluche. Dijiste: «Voy a pedir información a la
gente sobre esta mujer sospechosa». Pero en ese momento, yo dije algo así como:
«Persona sospechosa». ¿Cómo fue que supiste su género?
—¿¡…!? —El rostro de Kyoko se
contorsionó ligeramente ante la pregunta de Eisuke, pero sus ojos se volvieron
inmediatamente más intensos—. ¡Bu-Bueno, eso fue solo una corazonada!
—Ya, admito que pudo haber sido
una corazonada. Por eso no dije nada sobre eso. Pero sí fuiste capaz de ver a
todas las brujas, ¿no?
Kyoko tragó saliva. Eisuke levantó el dedo índice.
—La forma de activar la magia de
lavado de cerebro es tocando directamente al objetivo o… usando una varita o
una piedra mágica. Estas son las dos formas. Pero cuando a Serika le lavaron el
cerebro, nada significativo tocó su cuerpo. Así que, después de todo, el lavado
de cerebro en las brujas sólo pudo ser magia de lavado de cerebro activada por
medio de una piedra mágica que había sido cargada con magia de antemano.
—¡Pero, no se encontró ninguna
piedra mágica en ese momento…!
—¿Será por qué te la llevaste?
Kyoko se puso rígida ante la abrupta pregunta de Eisuke.
—Esos peluches de animales eran
los que tenían las piedras mágicas, ¿no?
Kyoko se atragantó ante las acusaciones de Eisuke.
—Dicen que el que calla otorga,
¿no? Me extrañó. Me preguntaba por qué tomaste una cosa tan peligrosa que podía
llevarte a ser manipulada y lo llevaste a casa en lugar de quemarlo allí mismo.
—¡…Pe-Pero! ¡Ninguna otra mujer
que se convirtió en bruja tenía algo así! ¿¡No lo recuerdan!?
—No, no los tenía, ¿verdad?
Porque tú se los quitabas.
Eisuke hizo retroceder aún más a Kyoko.
—Siempre que luchas, utilizas esa
«formación de llamas» que cubre el perímetro con un alto muro de llamas, ¿no es
así? Dices que es para mantener a los ciudadanos al margen, pero… es para
recuperar la piedra mágica que está unida a la bruja y que nadie pueda verte,
¿verdad?
Ese muro de llamas era lo suficientemente alto como para
ocultar a Eisuke. Debería ser fácil recuperar en secreto las piedras mágicas
que llevaban las mujeres después de que se convirtieron en brujas fueran
derrotadas.
—¡Te-Te equivocas! ¡Todo lo que
dices es especulación! ¡Si estás tan seguro, muéstrame la prueba!
—¡La prueba está en tu mano! —Eisuke señaló la pinza de pelo
de cinta en la mano de Kyoko—. Si encuentro una piedra mágica en esa cinta, ya no tendrás
excusas, ¿verdad?
—¡No…!
—Vi a través de todos tus planes.
Vas a convertir a Marielle en una bruja antes de que nos vayamos de aquí, y
luego te vas a deshacer de ella con el pretexto de que es por el bien del
pueblo. Ese era el plan, ¿no?
La cara de Marielle se contorsionó. Kyoko se mordió el labio
y se adelantó con un salto para replicar.
—¡Compré esta cinta en este
pueblo! ¡Por supuesto que existe la posibilidad de que contenga una piedra
mágica!
—Ya veo, así que vas a admitir
que hay una piedra mágica en ella. Hmm, buena forma de cubrirte… —Eisuke estaba impresionado con
sus respuestas. Pero resopló y la instó a seguir—. Entonces saca la piedra mágica
de esa cinta.
—¿¡Qué!?
—Lo sabremos cuando lo veamos. Tú
eres la única mente maestra posible.
Ante la provocación de Eisuke, Kyoko abrió la cinta a
regañadientes. …De ella, salió rodando una piedra parecida al cristal. …Era una
piedra mágica.
—No-No es una piedra mágica.
¿¡Qué es esto…!?
Exclamó Kyoko. Eisuke se rio, pero ahogó la risa al poco
tiempo.
—¡Kuku, jajaja! ¿Quieres decir que,
literalmente, estabas con el corazón en la mano?
La piedra mágica tenía una… marca de corazón grabada en
ella.
—¿No te diste cuenta? Esa niña
grande puso una marca de corazón en el ojo del animal de peluche. El peluche
que le quitaste ayer a Serika.
La cara de Kyoko se puso pálida.
—Dijiste que las piedras mágicas
eran caras. Si estás coleccionando piedras mágicas, qué harías con ellas… Yo
preferiría reutilizarlas. Pero vaya que coincidencia. ¿Tú que opinas?
Eisuke la miró con suficiencia, y Kyoko bajó la cabeza con
frustración. Esta actitud era la mejor prueba de que ella era la culpable. Al
ver esto, Marielle se quedó desconcertada junto a Eisuke.
—Pe-pero ¿por qué…? ¿Por qué
tomarse la molestia de manipular a alguien con una herramienta y luego derrotarlo
tú misma…?
—Porque quiere estar del lado de
la justicia.
—¿A qué se refiere…?
—Para ejercer el poder y ganarse
el aprecio y el respeto, hay que tener enemigos, ¿no? Ella creó sus propios
enemigos y pretendió estar del lado de la justicia.
—¡Pe-Pero eso es…!
El rostro de Marielle se retorció de decepción. La Heroína
Kyoko… no era aliada de la justicia ni nada de eso. Era una burla de Héroe que
creó un enemigo falso y lo derrotaba ella misma. Esa era su verdadera
identidad.
—Aah, me descubrieron. —Cuando levantó la vista, Kyoko
ya no sonreía con una sonrisa digna y justa… sonreía con una sonrisa retorcida,
espeluznante y hechizante—. Si no hubieran venido, nunca se habrían enterado. …Entonces,
ya saben lo que pasará ahora, ¿no? —Kyoko desenfundó su gran espada
de un tirón y…
¡¡Zuba!!
Su espada desató un corte contra la pared del edificio. Creó
un gran agujero en la pared, que cortó en un patrón entrecruzado. Desde allí,
Kyoko salió al exterior, al gran jardín. …Un flujo de la situación que invitaba
al campo de batalla. Eisuke se rio y se lanzó también, sin importarle su
inusual intención asesina.
—Sí, vas a matar a todos los
testigos, ¿verdad? Esto es demasiado prometedor y divertido.
—No podrás reírte por mucho
tiempo. Yo soy la justicia misma. …Y la justicia prevalecerá.
—¿De qué justicia hablas, payasa?,
sólo eres una villana. Bueno, no me importa mientras pueda luchar contra ti. —Eisuke transformó su desagrado
en una sonrisa y giró ligeramente los brazos para prepararse. Y finalmente, con
ojos helados, acerados, hirvientes y furiosos, miró a Kyoko—. …Pero Serika y Marielle son
mis preciadas amigas. No me gusta que las pongan en peligro. No voy a ponértelo
fácil, así que prepárate, perra.
Las miradas de Eisuke y
Kyoko se encontraron y saltaron chispas. Los ojos de Kyoko se entrecerraron
fuertemente y apuntó la punta de su espada hacia el cielo. En ese salvaje
momento, con un ¡Goo!, en la hoja de la espada, una llama roja brotó.
—¡Acabaré contigo de un
solo golpe!
Mientras Kyoko gritaba
esto, dos bultos ardientes de llamas fueron invocados en el cielo que se
oscurecía. Era como si fueran micrometeoritos. Si impactaran correctamente,
Eisuke y los demás se convertirían en tierra quemada.
—¡Cómetelos!
En respuesta a la orden de
Kyoko, la masa de llamas voló hacia Eisuke.
—¡Ja, así que acabarme de
un solo golpe! ¡No dejaré que hagas algo tan aburrido! ¡¡Ka!! —Se burló Eisuke.
Cruzó los brazos en el lugar y los balanceó. Con un movimiento de sus brazos,
creó una ráfaga de aire, que borró la masa en llamas sin dejar rastro.
—¿…Qué? —Kyoko levantó la
voz. Miró con detenimiento la escena que tenía delante. Pero no importaba
cuántas veces la viera, el hecho de que eso ocurrió seguía inamovible. Con un
movimiento de su brazo, Eisuke había apagado una masa meteórica de llamas, como
si hubiera apagado una vela con el aire de su mano. Eisuke sonrió burlonamente—.
¡Maldita sea…! ¡Entonces, ¿qué tal esto?!
Kyoko bajó la punta aún
ardiente de su espada en ángulo. Mientras Eisuke observaba con precaución,
chispas rojas bailaban por debajo de su visión.
—¿¡No me digas!? —Eisuke
giró rápidamente sobre sus talones y saltó hacia atrás…
—¿¡Eh!?
Sostuvo a Marielle, que
estaba detrás de él, en sus brazos, y saltó para lanzarla en diagonal hacia arriba.
Casi al mismo tiempo.
¡¡Goooooh!
Una columna de llamas se
elevó vigorosamente desde las pisadas donde acababan de estar Eisuke y Marielle.
—¡Estuvo cerca…!
Kyoko blandió aún más su
espada contra Eisuke, que sujetaba a Marielle por la cintura.
—¡Quémense hasta los
huesos!
—¡Kyaaaah!
Numerosas columnas de
llamas persiguieron a Eisuke y a Marielle. Con Marielle en brazos, Eisuke las
esquivaba acrobáticamente con sus habilidades físicas sobrehumanas. Los ojos de
Marielle estaban deslumbrados por la intensa sensación de estar flotando mientras
era arrastrada por los inagotables esquives de Eisuke.
—¡Mi-Mi señoraa! ¿¡Se
encuentra bien!?
—¡Deberías estar preocupada
por mí! ¡Soy yo quien la protege y evita las llamas!
—¡Ugh, bwah…! ¡No-No me
siento muy bien…!
—¡Eh, no vomites en mis
brazos, Marielle! —Eisuke saltó alto y aterrizó en la pared del edificio. Dio
otro salto como un resorte y cargó contra Kyoko—. ¡¡Ahora es mi turno!! —Eisuke
extendió su pierna derecha libre y arremetió contra Kyoko.
…Con un «Suka», la pierna
de Eisuke acabó pateando el cielo. El viento creado por sus fuertes piernas
sopló hacia abajo, y la figura de Kyoko se desvaneció.
—¿¡Era una ilusión…!?
—No, es un residuo de
calor.
La voz de Kyoko llegó desde
detrás de Eisuke. Este se dio la vuelta tan rápido como pudo: un tajo de llamas
se acercaba a él a corta distancia. Marielle gritó y cerró los ojos.
—¿¡Kyaah!?
—¡Con un… carajoo! —Casi por reflejo, Eisuke pateó
su pierna contraria hacia el tajo. La ridícula fuerza de la pierna de Eisuke
borró el corte de fuego en el momento en que explotó. Sin embargo, Eisuke
perdió el equilibrio por el retroceso y cayó hacia atrás con Marielle agarrada
a su pecho—.
¡Guha…! ¡Carajo, tienes que estar bromeando…!
Eisuke chasqueó la lengua y esquivó sólo agachándose.
Parecía que la habilidad de Kyoko para manipular las llamas podía incluso
manipular las ondas de calor para crear imágenes residuales de calor. El aire
que emanaba Kyoko brillaba con calor a su alrededor, e imágenes residuales de esta
con su espada en la mano aparecieron por todo el lugar. Más de cincuenta Kyokos
reían al mismo tiempo, no sólo diez o veinte.
—Tu poder es ciertamente
tremendo, pero cualquier ataque no tiene sentido si no acierta, ¿verdad? Es
como si los dos tratáramos de ver quién será golpeado primero, ¿no? —Eisuke miró a Kyoko, cuya boca
se torcía de forma hechizante, con una expresión severa en el rostro. Colocó
una mano en el hombro de Marielle y tiró de ella hacia atrás—. Marielle, así no estarás en
peligro.
—¿Qué…?
Marielle retrocedió ante las palabras de Eisuke. Todas las
kyoko residuales sostenían sus espadas en diagonal hacia atrás. Un tornado de
llamas envolvió los cuerpos de sus espadas.
—¡Toma esto!
Y todas ellas a la vez desataron un tajo de llamas. El corte
de llamas en forma de hoz golpeó a Eisuke como la garra de un monstruo. Eisuke
lo miró fríamente.
Extendió sus brazos y dejó de defenderse.
—¿¡Qué…!?
Frente a los ojos de Marielle, que se quedó sin palabras…
¡Gooooo!
Una abrasadora ráfaga de
llamas envolvió todo el cuerpo de Eisuke.
—¡Se-Señor Eisuke!
Gritó Marielle mientras la
tormenta de llamas se extendía como una torre. Kyoko se burló.
—¡Ja, ja, me preguntaba qué
ibas a hacer, pero no esperaba que te rindieras! Pues bien, ¡fue lo mejor! ¡Mis
llamas del juicio seguramente consumirán el mal! ¡Estas llamas son mi justicia!
¡Serás consumido junto con tus pecados! —La cínica risa de Kyoko resonó entre
las llamas…
—…Eso es demasiado, ¿no?
Entonces, ¿quién se iba quemar?
—¿…Qué?
El remolino de llamas se
apagó con una explosión de fuerza aún mayor. Kyoko miró sorprendida en ese
momento.
—¿¡Qué…!? ¿¡Cómo estás…
vivo…!?
Todo el cuerpo de Eisuke
estaba en llamas.
La silueta negra de Eisuke,
ardiendo en las llamas rojas como el loto, se acercó a ella con facilidad, que retrocedía
por reflejo. Eisuke sonrió entre las llamas.
—No voy a morir quemado
sólo porque me rodeen las llamas. Mi entrenamiento ya me ha llevado al borde de
la muerte.
El cuerpo de acero de
Eisuke, inamovible incluso contra una espada, era capaz de soportar el calor
extremo de las llamas con facilidad, al igual que el cristal resistente al
calor. El dolor de las quemaduras no apeló en absoluto a su sentido del dolor;
al contrario, las llamas ardían en los brazos y las piernas de Eisuke,
convirtiéndose en una parte de él.
—El juego consistía en ver
quién sería el primero en caer. No voy a perder, aunque me consuman tus llamas.
Si juegas demasiado con el fuego, ¡yo mismo te enseñaré el horror de sus
quemaduras!
Eisuke corrió hacia Kyoko,
todavía envuelto en llamas. Esta chasqueó la lengua y salió corriendo para
enfrentarse a él también. Al mismo tiempo, las otras Kyokos residuales pasaron
corriendo como soldados obedientes y atacaron a Eisuke a la vez. Un momento después
estaban a punto de blandir sus espadas por encima de la cabeza de Eisuke.
—¡Es inútil que uses
clones! ¡Se pueden ir todas al carajo!
Eisuke giró su brazo
izquierdo en un amplio tajo lateral.
¡Gooooooo!
La explosión de fuerza del
brazo de Eisuke y las llamas que se aferraban a este se mezclaron, creando un
torrente de llamas explosivas. Arrastradas por la tormenta abrasadora, todas
las imágenes residuales se extinguieron.
—¡Imposible…!
—¡Vamooooos!
Sin pausa, la patada de
Eisuke cubierta de llamas desencadenó un feroz choque con la espada de Kyoko.
Las llamas chocaron entre sí, y el calor de estas se liberó con la presión de
la espada.
—¡Tsk… no me subestimes!
Kyoko liberó un torrente de
fuego desde la palma de su mano izquierda, que no sostenía la espada. Las
llamas llegaron hasta la mejilla de Eisuke, que sacudió la cabeza y se agachó,
haciendo que las puntas de su pelo se hicieran polvo.
—¡Ja, eso no es nada!
Eisuke no se acobardó, e
inmediatamente lanzó un derechazo al pecho de Kyoko. Un golpe doloroso,
envuelto en llamas. Kyoko salió despedida hacia atrás por el calor y el impacto
del golpe.
—¡¿Guhaa…?! —Kyoko rodó por
el suelo. De alguna manera, usando su espada como soporte, se las arregló para
volver a levantarse… pero…
Eisuke ya corría hacia ella
a toda velocidad. En su pierna, una llama roja ardía para iluminar la oscuridad
del atardecer. Era… incluso más grande que cuando este recibió su ataque más
potente de llamas.
—¡No-No puede ser posible…!
…La pierna derecha de
Eisuke raspó furiosamente contra el suelo, creando una fricción que hizo que la
llama ardiera aún más. Creció tanto que podría engullir a Eisuke, y se elevaba
violentamente hacia los cielos para consumir a sus enemigos.
—¡La justicia sólo es ego
cuando te llamas su aliado! ¡No arrastres a mis compañeras a tu asqueroso delirio!
Eisuke dijo bruscamente y dio
un salto. Le plantó la pierna directamente y empujó con toda su fuerza. Como un
dragón, las llamas se arremolinaron y mostraron sus colmillos a Kyoko. El
rugido del dragón fue gritado en su lugar por Eisuke, que por supuesto lo decía
en serio. Su garganta tembló y rugió.
—¡¡¡Haaaaaaaaaaaaaa!!!
La flamante patada de
Eisuke estalló en su torso.
Kyoko salió despedida,
quemada por las llamas, y se estrelló contra la pared de su mansión; todos los
escombros envueltos en llamas. Un resplandor rojo ardía en sus retinas. Eisuke
volteó y aterrizó en el lugar. Sacudió la pierna para apagar el fuego restante
con viento, luego solo dijo:
—Llamas del juicio,
¿verdad? Si es así, tú eres la desgraciada que debe ser quemada primero.
***
¡¡Don, don don!!
Serika fue atacada por
balas de onda convocadas por la mujer de la túnica con su magia. Sin embargo,
moviéndose a gran velocidad logró esquivarlas sin problemas. La mujer apretó
los dientes de frustración ante la agilidad de Serika.
—¡Kuh…. qué velocidad…!
—¡Es hora de acabar con
esto!
Serika dijo ferozmente y
desapareció al instante de la escena. La mujer quedó consternada.
—Dó-Dónde es… ¿¡Guha!?
La inesperada patada de
Serika aterrizó dolorosamente en el costado de la mujer con túnica. Serika no
perdió la oportunidad cuando la mujer se tambaleó. Inmediatamente se dio la
vuelta y saltó frente a ella…
—¡Hyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Sin cesar y con una
velocidad cegadora, lanzó patadas a la mujer. Diez patadas, cien patadas, no, puede
que incluso fueran mil patadas… Patadas desatadas como una ametralladora
detenerse en ningún momento. Aun cuando la patada de una mujer pudiera ser
mucho más ligera, si se dieran cientos de patadas en pocos segundos, el daño
acumulado superaría con creces el de un solo golpe fuerte.
—¡Ga, wa…!
…Antes de que se diera
cuenta, la mujer se había desmayado en medio de aquel aluvión de golpes, con
los ojos blancos. Serika dejó de dar patadas como una lluvia de lanzas y se arregló
el cabello que se le había desordenado.
—…Ahh, estoy sudando. Aunque
lo bueno es que no estoy ni siquiera cansada.
Las palabras que dijo tan
lánguidamente eran solo las que una persona con sus cualidades podía decir.
Puede que ellas no fueran tan fuertes como los Héroes, pero no eran en absoluto
débiles, por supuesto. Ellas, como Eisuke, tenían mayores capacidades que el humano
promedio.
—Buen trabajo, Serika.
—Gracias, Yui. Perdona por hacer
que esperaras.
Serika levantó ligeramente
la mano mientras Yui corría hacia ella. Justo antes de la confrontación con la
mujer de la túnica, Serika se había ofrecido a hacer las paces con Yui. La
razón era sencilla. Serika miró de espaldas con una mirada gélida.
—Ese tonto vio mi brasier,
y todo por culpa de ella.
—Oh, ¿todavía estás enojada
por eso?
—¡Por supuesto! ¡Fui manipulada,
y más encima fui vista medio desnuda en público!
—Yo fui colgada en el aire
por un devorador de hombres y mis pantaletas terminaron expuestas.
—Ya no soporto este mundo…
—Y que se te vieran los
pechos es algo más trivial a cuando Eisuke se alegró cuando, aún con el cerebro
lavado, le apretaste la cara con los muslos.
—¿Eh?
—¡Qué tal, también se encargaron
de ese problema! ¡Buen trabajo!
Eisuke, que tenía agarrada
a la Heroína Kyoko por el cuello y la había traído, se acercó y le pidió a
Serika que chocara los cinco. Serika levantó la mano al nivel de su palma y…
—¡Masoquista!
—¿¡Y ahora eso por qué!?
Le dio una bofetada por
sorpresa. Eisuke lo evitó arqueando la espalda justo a tiempo.
—¡No me evites, pervertido
con fetiche de muslos!
—¡No tengo ni idea de a qué
te refieres con masoquista con fetiche de muslos! ¡Yui, ¿dijiste algo
innecesario, ¿no?!
—No se me ocurre que pudo
haber sido.
Yui se dio la vuelta. Había
estado de mal humor desde ayer.
Kyoko los miró con
resentimiento mientras decían tonterías. Tenía heridas frescas por todo el
cuerpo a causa del ataque de Eisuke. Ya no tenía ganas de luchar, sólo agachaba
la cabeza.
—¿¡Lady Kyoko…!? ¿¡Qué
demonios está pasando!?
—…Nos han engañado a todos.
—Era Marielle, con su belleza blanca y pura expuesta a la noche oscura, cuya
digna voz sonó entre los ruidosos ciudadanos.
—¿¡Princesa Marielle…!?
¿¡Por qué está aquí…!?
La aparición de Marielle
hizo que la multitud se agitara aún más. Marielle asintió ante el silencio que
se produjo, y dirigió su atención a Kyoko. En voz baja, habló.
—La aparición de las brujas
fue causado por la mismísima Heroína. Fue un crimen egoísta, cometido porque
quería que la adoraran como un Héroe de la Justicia.
—¡No puede ser…!
El pueblo se oía molesto.
No pudieron ocultar su sorpresa por el hecho de que la Heroína en la que
confiaban fuera la culpable de los incidentes. O, más que sorpresa, quizás
decepción o consternación.
—¿Cuántas veces hemos sido
traicionados por ellos?
Preguntó Marielle a los
ciudadanos. Sus ojos estaban nublados por la decepción y desenfocados. Eisuke
miró la espalda encorvada de Marielle y dejó las tonterías que estaba haciendo.
Se acercó a ella y le puso la mano en la cabeza de forma tranquilizadora.
—¿…Señor Eisuke?
—…Oye, Heroína. No creo que
todo lo que dijeras fuera mentira.
—¿Qué…?
Marielle e incluso Kyoko se
sorprendieron ante las palabras de Eisuke.
—Seguro que es cierto que
siempre has querido ser un Héroe de la Justicia. …Pero no era eso lo que
querías en realidad.
—¿Y… ahora qué estás
diciendo…?
—Te tomaste todas esas
molestias para encontrar a personas que te adoraran. Pero no era eso lo que tenías
que hacer: debiste haberte hecho amiga de alguien y que esa persona estuviera a
tu lado.
—… —Kyoko se mordió el
labio con un tono lastimero y bajo.
La justicia no era algo que
debiera ser buscado y reclamado para uno mismo. La justicia era el mayor elogio
que otra persona podía hacer de forma amistosa. Lo que ella debería haber hecho
nunca fue una demostración de fuerza: debería haber buscado una relación más
cercana, más íntima, con las masas.
—…Cometí un error, ¿eh? —Kyoko
exhaló con auto-mofa. Luego cerró los ojos—. Lo que realmente quería de la
princesa Marielle… como ustedes…
Entonces cortó sus palabras
y sus labios se juntaron con fuerza. Eisuke instó a Marielle. Marielle entendió
que significaba y luego asintió. Partículas de luz pálida de siete colores
surgieron, y un círculo mágico geométrico apareció a los pies de Kyoko.
—…Espero que esa soledad y
ese agujero en tu corazón se llenen en el otro mundo…
Eso fue lo mejor que
Marielle pudo hacer en ese momento para despedirse. Una bola redonda flotó en
el rabillo del ojo de Kyoko mientras la envolvía la luz. ¿Era un reflejo de la luz
o…?
***
…Esa noche.
Con un estruendo, llamaron
a la puerta de la posada de Eisuke. Este, que había estado en un sueño
superficial, fue despertado por el ruido.
—¿Hmm…? ¿A quién se le
ocurre venir a estas horas de la noche…?
De pie en la puerta estaba
Marielle, vestida con un negligé. La luz de la luna hacía que su pelo rubio
brillara fantásticamente… iluminando incluso su expresión melancólica.
—¿Qué pasa? Si tienes que
orinar, no pienso ir contigo. Pídele a Rukino que te acompañe.
—¡Se-Se está equivocando! ¡Por
favor, déjeme entrar!”
—¿Haa…? ¿Por qué?
—¡Só-Sólo déjeme entrar!
Eisuke invitó a Marielle a
entrar a la habitación antes de ser empujado por ella al entrar. Marielle se
sentó en la cama de Eisuke sin decir una palabra.
…Siguió un momento de
silencio. El único sonido en la habitación era el crujido de la cama de madera
en respuesta a los leves movimientos de Marielle. Eisuke, incapaz de aguantar
más, miró el rostro de Marielle con curiosidad.
—…Qué te pasa, eso es
desagradable.
—¿…Entonces me equivoqué?
—¿Ah? —Eisuke levantó las
cejas ante las palabras de Marielle.
—…Todavía no puedo creer
que Lady Kyoko fuera así. La invoqué con la esperanza de derrotar al Rey
Demonio, y le confié mi poder, pero ella era la clase de persona que haría algo
así…
Al oír la voz apenada de
Marielle, Eisuke se calló involuntariamente.
—Pensando en el pasado, en
primer lugar, ya fui traicionada por los grandes Héroes en los que confiaba, y
esto es lo que me ocurrió. Estoy segura de que ya me lo dijo antes, Señor Eisuke,
¿verdad? Me dijo que aprendiera a dudar de la gente. Después de todo, la gente…
no es de fiar, ¿verdad? —La voz de Marielle se escuchó casi como si la
exprimiera. Giró la cabeza y agarraba el dobladillo de su negligé, podías ver
el dolor y la tristeza en su rostro.
Eisuke le revolvió el pelo
y se sentó a su lado en silencio. Apoyó las manos en la cama y exhaló.
—…Al igual que con la
contraparte de las cosas, incluso las personas tienen la suya. Se trata de los
deseos que guardamos en nuestro corazón y de las cosas que escondemos. Tú
tienes el deseo de que te protejan, y por supuesto yo tengo el deseo de protegerte.
Tal vez en este momento también quiero empujarte en la cama y darte un abrazo.
—¿¡Cómo dice!?
—Estoy bromeando, idiota.
Estamos en medio de una conversación seria.
—Lo siento, ¿pero no fue
usted quien hizo esa broma sin ninguna delicadeza primero…?
La cara de Marielle se
arrugó, poco convencida. Se dio una palmada en la mejilla para enfriar el
exceso de calor, y Eisuke le dijo con voz cansada.
—No voy a decir que no
pensaba que fuera ese tipo de persona. La culpa es tuya por ser una idiota que
carece de imaginación. Si lo piensas, no deberías confiar en los extraños tan
fácilmente.
—Pero eso es…
—Entonces, solo elige a las
personas adecuadas en las que confiar.
—¿…Qué?
Marielle miró a Eisuke. Este
la miró a sus ojos de zafiro.
—Quiero aceptar todo de
esta persona, tanto por dentro como por fuera. Sólo puedes confiar en una
persona que te hace sentir así con todas tus fuerzas. Confiar significa tener
sentimientos por alguien sobre la base del tiempo y los recuerdos acumulados.
No es algo que esperes egoístamente de ellos.
—Tener sentimientos por
alguien…
Marielle recordó. Pensó en
Rukino, que siempre había estado con ella. Yui y Serika, que lucharon por ella
en respuesta a su repentina invocación. Y… Eisuke. El tiempo que pasó con ellos
se le vino a la mente de forma vívida. Debería creer en la gente, basándose en
ese tiempo insustituible.
—Déjame repetirlo con más
palabras. …Marielle, aprende a dudar de la gente. Intenta pensar bien en lo que
no ves. Y si puedes ver claramente a la otra persona … solo ahí confía en esa
persona con todo tu corazón. Cree en ti misma que quieres creer en los demás,
no en otros.
Eisuke sonrió suavemente.
Marielle había visto a
Eisuke sonreír muchas veces. Una sonrisa malvada, como si estuviera tramando
algo. O una sonrisa inocente e infantil, como si estuviera disfrutando de
verdad. Y luego estaban las sonrisas gentiles ocasionales, como ésta. Esa
sonrisa… a Marielle le encantaba.
Marielle apoyó su cabeza en
el hombro de Eisuke.
—¿…Marielle?
—…Mañana iremos finalmente a
la Capital Imperial…
Marielle miró a Eisuke por
encima de su hombro.
—¿…Vas a recuperar este
país de ellos?
Preguntó Marielle con un
tono de voz que expresaba confianza en él.
Luchar para demostrar su fuerza.
Aplastar a los fuertes por placer. Esa era la forma de luchar de Eisuke.
Por eso Marielle se atrevió
a preguntar. Preguntó si podía confiar sus propios sentimientos en las batallas
de Eisuke y que este los cuidara. Había derrotado a los tres héroes, Ken,
Hiroto y Kyoko, y le había dado esperanzas a Marielle.
«…Te echaré una mano hasta
que recuperes tu país por completo.»
Ella quería confirmar esas
palabras una vez más, así que le pregunto.
—Te echaré una mano hasta
que recuperes tu país. No dudes ni por un momento.
Eisuke respondió con una
sonrisa confiada. El corazón de Marielle se aceleró, sus labios se apretaron y
dejó escapar un pequeño chillido. La alegría, el coraje y el amor se agolparon
en su corazón y la impulsaron a actuar.
Marielle extendió el dedo
índice.
—…Señor Eisuke, usted también…
—¿Eh?
—Da igual, hágalo también.
Eisuke no entendía lo que
estaba pasando, pero hizo lo que le dijeron y sacó el dedo índice.
Las puntas de sus dedos se
tocaron con un golpe.
—Buenas noches, Señor Eisuke.
—Marielle, avergonzada, salió de la habitación.
—¿Qué? ¿Qué fue eso de
ahora?
Eisuke se quedó congelado
en la cama con la boca abierta.
¡Quieres discutir de esta novela u otras, o solo estar al día? ¡Entra a nuestro Discord!
Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de la plataforma Ko-fi: https://ko-fi.com/frizcop
0 Comentarios