La Historia del Héroe Orco
Capítulo 28. Propuesta
Mientras
se celebraban las finales, Primera estaba en la sala de espera rezando a Dios.
Tal
vez por lo que rezaba era por la suerte de Bash, pero no tenía ningún deseo
específico sobre lo que quería que sucediera.
Pero sólo rezaba.
Durante
un rato, la antesala estuvo en silencio.
No
se oía el zumbido de la arena.
Sin
que Primera lo supiera, ni la propia arena era muy bulliciosa.
Unos
momentos después, un silbido de vítores le indicó que el combate había
comenzado.
Hubo
unos cuantos vítores más.
No
duró mucho.
Pero
con cada ovación, los hombros de Primera temblaban.
Pronto,
escuchó una fuerte ovación que sacudió incluso la sala de espera.
Supo
inmediatamente que el combate había terminado.
Primera
cruzó las manos y rezó.
Seguía
sin saber por qué rezaba.
¿Su
oración habría sido oída o no?
La
puerta de la sala de espera se abrió con un estruendo.
En
la puerta estaba Bash.
El
orco entró en la antesala.
“Eh…”
Dejó
escapar una pequeña voz.
Al
mismo tiempo, con un ruido seco, sus hombreras se cayeron.
Los
cierres se habían saltado.
Ya
fuera porque sus grebas se habían roto, o quizás porque se habían caído en algún
sitio, una de sus piernas estaba descalza.
Pero
ahí no acababa.
La
espada en la mano derecha de Bash también estaba rota por la mitad y había
perdido su hoja.
“Ah…”
Primera
miró a Bash con una sensación de alivio, pero también de disculpa.
Había
perdido.
Por
culpa de su inexperiencia como herrera.
“Perdiste,
¿verdad?”
“Sí…”
Bash
asintió con un tono de decepción que ella nunca le había visto hacer.
Sin
embargo, Primera pensó que esto era lo mejor.
Ella
no le servía a Bash debido a su falta de experiencia.
Sus
armas y armaduras no sólo estaban lejos de ser perfectas, sino que eran
juguetes comparadas con lo que llevaban los otros luchadores.
No
había forma de que hubiera ganado.
No
había forma de que ella recibiera tal honor.
El
segundo lugar no era en absoluto un resultado apropiado para Primera, pero
seguía siendo mejor que ganar.
Se
sintió aliviada.
“Lo
siento”
“…No
hay nada de qué lamentarse. El espíritu de Donzoi era real. Si no lo hubiera
atacado en serio, mi orgullo saldría herido también.”
Al
mismo tiempo, se sintió frustrada.
Si
sólo hubiera sido capaz de forjar un mejor equipo…
Si
hubiera sido capaz de forjar una mejor armadura, del tipo que pudiera resistir
el poder real de Bash….
No
pudo evitar pensarlo.
Si
hubiera sido más hábil, podría haber evitado que Bash tuviera que decir algo
así.
“¿Qué
vas a hacer ahora?”
“Cierto…
probablemente iremos a otra ciudad.”
En
cuanto a Bash, podría continuar su búsqueda de una esposa en otro pueblo.
Este
era un pueblo de enanos, esa era la verdad.
Sin
embargo, acababa de desperdiciar la mayor y más segura oportunidad de todas: el
Festival del Armamento.
Entonces
no había razón para quedarse en este pueblo.
Después
de todo, la mayoría de la gente de este pueblo eran enanos.
Algunas
de las mujeres no eran malas, pero básicamente no eran del agrado de Bash.
“Ya…
veo…”
Primera
se mordió el labio inferior al escuchar eso.
Él
no pudo ganar porque ella no era lo suficientemente buena.
Si
ese era el caso, la promesa que hizo antes del encuentro no podría cumplirse.
Primera
tenía sentimientos encontrados.
Se
sentía aliviada y decepcionada a la vez, pero al mismo tiempo, sentía que sería
extraño que renegara de la promesa que hizo si él ganaba el torneo.
“¿Te
irás pronto?”
“Sí.
Ya no tengo nada que hacer en este lugar.”
Dijo
Bash, y giró sobre sus talones.
Después
de esto, probablemente recuperaría la espada que quedó en la casa de Primera y
se embarcaría en otro viaje.
“¡Oye!”
Primera
llamó a Bash a su espalda.
Algo
en ella le gritaba que no lo dejara ir tan fácilmente.
Por
eso gritó con determinación.
Era
consciente de que se saltaría algunos pasos, pero lo dijo.
“¡Déjame…
déjame ser la persona que arregle tu equipo por el resto de mi vida!”
Era
una propuesta a la manera de los enanos.
Hacer
armas para el guerrero con el que pasarías el resto de tu vida.
Quiero
que seas mi compañero de vida en el campo de batalla.
Estas
eran las palabras de los enanos en tiempos de guerra.
Si
los tiempos de paz seguían, nacerían palabras diferentes, pero sólo habían
pasado tres años desde que la guerra terminó.
Primera
sólo conocía esas.
“Hasta
ese momento.”
Y
por supuesto, Bash tampoco conocía esas palabras de propuesta.
Aunque
si hubiera estado esa hada molesta aquí, haría un alboroto y le diría “¡Ahora! ¡Es
lo que estabas esperando!”…
Desafortunadamente,
no había ninguna Zell aquí.
“Ya
veo… tienes razón… alguien tan bueno como tú, yo no…”
Los
hombros de Primera se desplomaron y asintió débilmente, haciendo que Bash se
sintiera algo incómodo.
Era
natural que la hermosa chica estuviera deprimida por su derrota.
¿Qué
debía hacer?
¿Debería
decir algo para consolarla?
“Si
mi espada se rompe, vendré a pedirte ayuda.”
Después
de mucha deliberación, lo que Bash pronunció fueron estas palabras.
“¡…!
¡Lo haré! ¡Hasta entonces, me aseguraré de poder forjar una
espada con la que estés satisfecho!”
Primera
levantó la vista y asintió repetidamente.
No
estaba muy segura de lo que había dicho Bash, pero creía que le había mostrado que
aún había una posibilidad.
“Entonces…”
“Sí…”
La
espalda de un gran hombre que aguantó su egoísmo, pero nunca se quejó hasta el
final, y le enseñó lo que era realmente importante…
“Gracias…
No dejaré de esforzarme…”
En
la solitaria sala de espera, Primera renovó su determinación.
◆◆◆
“¡Jefe!
¡Gracias por tu duro trabajo! ¡Vaya, no pensé que perderías! ¡Pero, si hablamos
de fuerza, tú dominaste! ¡Aunque así son las reglas de esta arena, así que no
hay nada que hacerle! ¡Y parece que el señor Donzoi ha peleado bastante con
estas mismas reglas! ¡Si ese es el caso, entonces fue cuestión de suerte! ¡Siendo
así, jefe, no es de extrañar que algunas veces ganes y otras veces pierdas!”
Cuando
Bash abandonó la sala de espera y salió, fue atacado por un monstruo adulador.
La
aduladora utilizó su avanzada técnica de dar vueltas alrededor de Bash,
elogiándolo y consolándolo, y finalmente lo abrazó en el hombro.
Era
Zell.
“Pero
es una pena. Si tu equipo hubiera sido un poco más fuerte, podrías haber ganado…”
“Sí,
eso es cierto. Pero estoy seguro de que el honor de Donzoi ha sido restaurado saliendo
victorioso sobre mí. Puede volver a nuestro país con una gran sonrisa en su cara.”
“El
jefe Donzoi estaba aturdido, probablemente porque no creía que pudiera ganar…”
Zell
estuvo viendo el combate desde las gradas de los espectadores.
Por
cierto, fue ella quien les informó de que Donzoi estaba en la misma unidad que
Bash.
“¿Qué
vas a hacer ahora? ¿Vamos a continuar la
búsqueda de una mujer en esta ciudad?”
“No,
vamos a ir a otra.”
“Hmm…”
Zell
también sabía que las esperanzas de Bash de encontrar una mujer en el Foso de
Do Banga no eran las más altas.
Al
menos, cuando estuvo en la ciudad humana o en la ciudad elfa, solía mirar a la
gente (a las mujeres) en el camino con ojos más llenos de expectación,
esperanza y lujuria.
Incluso
cuando buscaba una esposa potencial aquí, en su rostro había miradas sutiles
que decían: “no está mal, pero…”.
Si
tuviera que ser sincera, diría que él era más feliz cuando miraba el escote de
Primera.
Supuso
que los enanos no eran sus favoritas.
Pensando
en ello, no parecía tan decepcionado después de salir de la arena tras la
derrota.
Pensó
que debido a que sus expectativas eran más bajas de lo habitual, su decepción
también fue menor.
“Bueno,
eso es cierto.”
Si
ese era el caso, sería mejor que se fueran de la ciudad lo antes posible.
Había
muchas más mujeres que serían adecuadas para Bash.
“Pero,
¿a dónde deberíamos ir ahora?”
En
ese momento, una sombra se puso delante de Bash.
“¡Sir
Bash!”
Armadura
de metal y una espada ancha.
Un
aspecto ligeramente diferente entre muchas personas vestidas de forma similar.
Un
joven con cabeza de lagarto.
Él
era Taid Nail.
Tomó
la mano de Bash, con lágrimas en los ojos.
“¡Justo
ahora… justo ahora, todos los esclavos fueron liberados…!”
“¿…?
Ya veo…”
“Yo,
uuh… sniff, yo-yo estoy profundamente conmovido… por qué, uuh, alguien como Sir
Bash participaría en tal festival, que… que… yo, yo casi me convierto en un
esclavo… Estuve ahí, así que sí… incluso la última batalla… sniff…”
“Mmm…”
Taid
Nail sollozaba demasiado como para que su historia pudiera ser mínimamente entendible.
Pero,
al parecer, el joven lagarto había descubierto lo que Bash quería pedir cuando
ganara.
Pero
debió haberse desilusionado.
Debió
desilusionarse al descubrir que el Héroe Orco no tenía suerte con una mujer.
“Um,
Sir Bash, ¿qué va a hacer después de esto?”
“Hm.
Estoy pensando en dejar esta ciudad por ahora. Aunque no tengo ninguna pista sobre
dónde ir después…”
“¿¡No
tiene pistas sobre dónde ir después!? Si ese es el caso, ¡me gustaría que
viniera a mi pueblo! ¡Seguro que será bienvenido por todos!”
Taid
Nail dijo esto con alegria, pero Bash puso una cara amarga.
La
Gente Lagarto era una raza que se llevaba bien con los orcos.
A
diferencia de con las Hadas, no había hecho equipo con ellos durante la guerra,
pero la Gente Lagarto, que era buena luchando en zonas acuáticas, participaban
a menudo en las operaciones.
El
propio Bash no tenía una mala impresión de ellos.
Creía
que era confiable estar hombro con hombro con ellos como compañeros de armas.
“No,
esto no es un viaje de turismo. No podemos tomar un desvío.”
“Sí…
cierto…”
Sin
embargo, considerando el propósito de este viaje, no podría estar de acuerdo.
Porque
la Gente Lagarto eran una raza fea para los orcos. Incluso más que los enanos.
Como
mínimo, sólo los más osados los considerarían aptos para relaciones sexuales.
Bash,
por su parte, no quería a una Mujer Lagarto como esposa, y no quería procrear
con una.
Incluso
si hubiera una mujer que aceptara la propuesta de matrimonio de Bash.
(Frizcop:
No habrá la sensual doncella argoniana para nosotros.)
“Si
pasara algo como lo de aquí, entonces podría pensar en ir allí…”
“Algo
como lo de aquí…”
Taid
Nail ladeó la cabeza.
Por
desgracia, nunca había oído hablar de orcos esclavizados.
Sin
embargo, la palabra “festival” le vino a la mente con las palabras “algo como
aquí”.
“¡Ah!”
“¿Qué
sucede?”
“No,
no creo que esto tenga nada que ver con usted, Sir Bash.”
“¿Mm?”
“Escuché
que el compromiso entre Inuella, la tercera princesa de la Nación de la Gente Bestia,
y Acónito de la Nación Elfa ha sido decidido oficialmente, y la Nación de la Gente
Bestia parece estar de humor festivo.”
“Ya
veo.”
Era
realmente irrelevante.
Los
hombros de Bash se desplomaron.
Pero
Bash era el único que pensaba así.
Aunque Zell tuvo una
idea.
“Jefe…
¡eso es!”
“¿Qué?”
“Préstame
tu oreja un poco.”
Zell
le susurró. Era un susurro de hada.
“Cuando
ves algo bueno en otra persona, ¿no te pones un poco celoso y quieres copiarlo?”
“Mm.”
Pensó
en el incidente en la tierra de los elfos.
Tras
la fallida propuesta de matrimonio de Bash, “Último Aliento” había conseguido
una esposa elfa.
Y
él sintió envidia.
Mentiría
si dijera que no quería imitarlo.
Los
elfos eran monógamos, por lo tanto, se rindió…
“Tal
vez algo similar ocurra en la tierra de la Gente Bestia.”
“¿Y
con eso te refieres…?”
“¡Qué
bruto, jefe! ¡Escucha, si la princesa se casará, eso significa que habrá un auge
de actividad matrimonial con diferentes razas en la Nación de la Gente Bestia!”
“¡!”
En
el futuro se produciría un auge de matrimonios interraciales.
Ciertamente
no era imposible.
Bash
miró a Zell.
El
hada tenía una mirada de suficiencia en el pecho.
Nunca
antes había pensado que la capacidad de esta hada para reunir información y
detectar los objetivos del enemigo a partir de ella fuera tan fiable.
“Zell.
Me alegro de que estés conmigo en este viaje.”
“¡Oye,
no te pongas tan sentimental!”
Zell
le dio una palmada en el hombro a Bash.
Bash
volvió a darle las gracias a Zell y se volvió hacia Taid Nail.
“Gracias
por la información. Creo que me dirigiré al País de la Gente Bestia…”
“…”
Taid
Nail asintió.
Sin
embargo, a la luz de la actual charla secreta, se tomó la libertad de adivinar
que debía de haber una razón para ello.
Porque
de quien estaba hablando ahora era de Bash.
Él
era un verdadero héroe que liberó a los esclavos orcos cautivos de la nación
enana y defendió su orgullo.
“¡Entiendo!
¡Me alegro de que mi información le haya sido útil!”
“Algún
día, cuando acabe este viaje, visitaré tu pueblo.”
“¡Sí!
¡Lo recibiré con los brazos abiertos!”
“¡Nos
vemos luego!”
“¡Buena
suerte!”
Así,
Bash emprendió su viaje.
Un
viaje a la tierra de la Gente Bestia.
◆◆◆
Durante
los días siguientes, la nación enana del Foso de Do Banga bullía con las
conversaciones sobre el Festival del Armamento.
Los
esclavos orcos habían estado cautivos desde la guerra.
Un
guerrero esclavo luchó por recuperar su libertad y su orgullo.
El
Héroe Orco acudió a su rescate.
El
Héroe, con la ayuda de la hija del Demonio de la Guerra, ascendió por el Festival
del Armamento y se enfrentó al guerrero esclavo.
El
Héroe puso al guerrero a prueba, y el guerrero la superó.
Así,
el guerrero recuperó su libertad y su orgullo y volvió a su país…
Tales
versos se cantaron por todas las tabernas, y los enanos brindaron por la
hombría y el orgullo de los orcos y su maravillosa batalla.
Los
mercaderes que habían esclavizado a los guerreros orcos fueron expuestos por su
maldad y huyeron del Foso de Do Banga.
El
Coliseo quedó desierto, pero los enanos, a los que les gustaba ganar dinero,
acabarían volviéndolo a la vida.
“Pero…”
Ahora,
cuando los enanos de la taberna hablaban de ello, se les ocurrieron dos
preguntas.
Una
es qué pasó con el héroe.
Después
de conceder la victoria al Guerrero en la arena, se quedó atrás y desapareció.
No
envió a los guerreros liberados de vuelta a su país, ni se quedó en el Foso de
Do Banga.
Sin
embargo, para entonces, el incidente del bosque Siwanasi también había llegado
al Foso de Do Banga, por lo que pensaron: “Él es un Héroe. Probablemente fue al
siguiente lugar para proteger el orgullo de los orcos”.
“La
hija del Demonio de la Guerra es esa Primera, ¿no? No creo que esa niña presumida
haya podido ser de mucha ayuda al Héroe.”
La
otra era sobre Primera, que ayudó al Héroe.
“No,
fue Bash, el Héroe, quien puso en su lugar a Primera. La historia es que
Primera cambió de opinión después de ser regañada por un Héroe tan grandioso
como él.”
“¿En
serio?”
“Sí.
La prueba es que Primera se convirtió en aprendiz de Barabara, a quien odiaba.
No, es más que solo su aprendiz. Trabaja en silencio sin decir una sola palabra
de queja, aunque le griten todos los días. Su entusiasmo es tan grande que el
otro día, en un bar, Barabara dijo: “Yo tampoco puedo permitirme el lujo de dormirme
en los laureles”. Fue ese Barabara Do Banga, ¿sabes?”
“Ja…
supongo que el Héroe le habrá dado una buena lección…”
Sí,
para cumplir su promesa a Bash, Primera se convirtió en aprendiz de Barabara, el
herrero más destacado del Foso de Do Banga.
Estaba
trabajando en su formación como herrera sin quejarse, sin compararse con los
demás ni hacerse ver más grande de lo que era, como había estado haciendo hasta
ahora.
Todavía
había quien decía que su sangre, la sangre de su madre, no servía.
Sin
embargo, eran menos los que la calumniaban, ahora que había prestado su fuerza
al Héroe y seguía trabajando duro.
“Oh,
y hablando del diablo.”
Ella
visitaba la taberna una vez cada tres días.
Se
suponía que los enanos bebían todas las noches y volvían a trabajar en la forja
después de beber, pero ella venía una vez cada tres días.
Nunca
venía sola.
Siempre
traía una mujer con ella.
“Oh,
¿y viene con su hermana Carmela?”
“Solo
recientemente.”
La
primera vez que Primera visitó a Carmela fue el día después de que terminara el
Festival del Armamento.
Primera
visitó el taller de Carmela con una botella de vino en la mano.
Nadie
sabía qué palabras intercambió después con Carmela.
Sin
embargo, al verlas juntas en el bar y bebiendo alegremente, nadie hubiera
pensado que habían tenido un largo resentimiento.
“Así
que, el Héroe Orco acabó con la pelea de las hermanas Do Banga después de todo.”
“¿Eso
se puede hacer?”
“No
seas tonto. Él lo hizo porque es el Héroe, y es una cosa que solo el Héroe
puede hacer.”
Los
dos enanos se rieron y sostuvieron sus cervezas en las manos.
Levantaron
sus copas en la derecha y las golpearon contra las copas del otro.
“Por
el Héroe Orco.”
Levantaron
las copas en su izquierda y las chocaron.
“Por
los hijos de Do Banga”
Levantaron
las dos últimas copas y las golpearon entre sí.
“¡Salud!”
La noche en el Foso de Do Banga seguía llena de bullicio y ruido.
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