La Historia del Héroe Orco

Capítulo 54. Compromiso

 

La mujer se marchó y pasó la noche. Bash tenía grandes heridas, pero el polvo de hadas le ayudó a recuperarse sin incidentes. Todos permanecieron en silencio hasta el día siguiente.

Zell y los gemelos rememoraban la feroz batalla que acababan de presenciar. Bash pensaba en la batalla de antes y en cómo podría haber ganado. No sólo estaban en silencio, sino que ninguno de ellos se movió ni un centímetro.

Bash y el grupo se pusieron en marcha en cuanto amaneció. A medida que se alejaban, volvió la emoción y Ludo abrió la boca. Recordó la pelea entre Bash y la mujer, y dijo que creía que podría vencerla en el futuro, pero que ahora mismo le sería por completo imposible. El hada buena conversadora, que sabía escuchar, fue capaz de entablar una animada conversación sacando a colación casos pasados, lo que hizo que la emoción de Ludo fuera aún mayor.

Silenciosos estaban Bash y Luka. No había ninguna razón en particular por la que el orco no hablara. Sin embargo, no había duda de que estaba recordando los pechos de la mujer, que temblaban cada vez que se movía durante la batalla, y tenía una sonrisa en la boca.

Luka, en cambio, mantenía una expresión preocupada en el rostro.

Mientras tanto, acababan de atravesar el bosque. Al final de la zona abierta había un valle, con un río que fluía por debajo. El río era lo suficientemente extenso como para que llegara al fondo del valle, y se podía seguir el sonido del agua mientras caía. Debía de ser debido a las continuas lluvias.

“¡Ah, éste debe de ser el río donde te caíste, Jefe! ¡Si remontamos este río, podremos volver a donde estábamos!”

“¡Tienes razón!”

Bash y Zell se comenzaron a dirigir río arriba sin dudarlo. Sin embargo, los dos ogros se detuvieron en seco.

“Maestro, aquí es donde nos despedimos.”

“¿Despedirte de quién?”

“Vamos a regresar a nuestra tierra natal. El país de los ogros está río abajo…”

“Ya veo.”

“Maestro, realmente quiero seguirte y continuar mi entrenamiento, pero… después de la batalla de ayer, me di cuenta que no estoy en un nivel donde puedas siquiera enseñarme, maestro…” Ludo estuvo sonriendo hasta ese punto. Pero entonces su cara se arrugó y exclamó. “Estaba tan frustrado. No sólo que no podía seguir la pelea de mi maestro, ¡sino que ni siquiera estaba calificado para participar…! A pesar de que intentaba vengarme, ¡ni siquiera fui tomado en consideración…! ¡Al fin lo comprendí!” Ludo miró a Bash con los ojos llorosos. “Estoy seguro de que lo sabía desde el principio, maestro. A mi nivel, ni siquiera estoy cerca de aprender técnicas… por eso tuviste que entrenarme de la forma en que lo hiciste, ¿verdad?”

“Sí, así es.”

Normalmente, le habría asegurado que eso no era cierto, pero esta vez, Bash lo comprendía. Como era de esperar, Ludo era demasiado débil. Lo que se redujo a la cuestión de si podría ganar o no.

“Voy a entrenar desde cero hasta que pueda vencerla… ¡o al menos hasta que los adultos de mi país me reconozcan como hombre!”

“Mientras haces eso, ella podría morir a manos de alguien más.”

“No creo que alguien que puede luchar a la par contigo, Maestro, muera tan fácilmente… y… bueno, sabía que mamá era increíblemente fuerte, así que estaba seguro de que la habrían matado con tácticas rastreras. Estaba seguro del todo, pero después de ver la pelea entre ella y tú, Maestro, sé que no es así, así que ya no tengo prisa.”

“Entonces, ¿no deberías dejar de buscar venganza?”

“Pero es cierto que mató a mamá… y además, si no tuviera un objetivo, nada me inspiraría.”

Dijo Ludo y se rio, con la cara de alguien que intenta forzar una sonrisa luego de llorar. Y como para empujar a Ludo, Luka dio un paso adelante.

“Um, señor Bash.”

“¿Sí?”

“Gracias por todo esta vez.” Luka dijo unas palabras e inclinó la cabeza. Luego levanta la vista, movió inquieta las manos delante del pecho y miró a Bash de arriba abajo. “Bueno… dejando de lado el tema de la venganza, después de unos años más, cuando yo crezca, ¿me tomaría como su esposa?”

“Mmm…” Bash pensó un poco ante esas palabras. Después de unos años más… en otras palabras, ahora mismo no se casarían. Era un así llamado compromiso, pero Bash no estaba familiarizado con el concepto. “Por supuesto…” Por lo tanto, asintió de buena gana. Como estaría libre durante esos años, calculó que, aunque se topara con una elfa, podría casarse.

“¡Qué alegría! ¡Gracias!”

Al ver a Luka sonriendo feliz, Bash también sonrió. Si ella era mitad ogro y mitad humana, seguramente sería una mujer hermosa que le atraería a Bash. La idea de tener una mujer así como esposa era suficiente para que el corazón se le hinchara de ilusión. Pero Luka era demasiado pequeña ahora para siquiera imaginarla. Pero si era hija de Lula Lula, aunque fuera adoptada, sería una esposa perfecta para Bash, el Héroe Orco.

“Si es sólo por unos años, entonces podría ir con ustedes al país orco, ¿verdad? Aunque no pueda tener hijos ahora, no estaría mal esperar a crecer lentamente en su país.”

“No, porque he recibido cierta información. Voy a ir a la tierra de los démones también.”

Bash dijo esto bastante rápido. Porque lo importante no era poder tener una esposa, aunque fuera un secreto. Lo importante era perder la virginidad en este viaje. Y por extensión, no convertirse en un guerrero mágico. Por lo tanto, sería indignante dejar de viajar aquí.

“Bueno, supongo que es así…”

Zell asintió con la cabeza con cara de no entender del todo. Sin embargo, Zell era un hada y Bash era un orco, y como tales, no se preocupaban por los detalles.

“¡Bueno, el Jefe puede tener muchas esposas! Además, si la pequeña Luka tiene que lidiar sola con el Jefe, por mucha sangre de ogro que tenga, ¡no va a durar mucho!”

“Mm.”

Luka, que todavía era muy joven, no conocía el significado de esas palabras. 

Pero los ogros tampoco eran una raza que tuviera un sistema monógamo de matrimonio. Cuando oyó que Bash necesitaba muchas esposas, no lo cuestionó especialmente.

“¿…? No lo comprendo del todo, ¡pero haré todo lo posible por entrenarme para ser su esposa en mi país y así no avergonzarlo ante los demás!”

“¡Sí!” Bash asintió con una sonrisa expectante.

Así, Bash ahora tenía una prometida. Era su primer logro desde que comenzó este viaje. Aunque llamarlo paso era decir mucho, y no tenía relación con la consecución del objetivo. Pero sin duda era un paso más hacia el ideal de Bash.

Pero el viaje de Bash continuaba. Para alcanzar su verdadero objetivo, se dirigiría al País Demon. Recordando los pechos saltarines de la espadachina con la que luchó por el camino…

Pocos días después de la partida de Bash, la Nación Súcubo estaba envuelta en una atmósfera sombría.

La larga lluvia había cesado. Lo que quedaba, sin embargo, eran los escombros de los disturbios, el orgullo súcubo embarrado y el santuario destruido.

El santuario era un lugar importante para los súcubos. Desde hacía mucho tiempo, se les había enseñado a protegerlo, y habían obedecido. Aunque no se habían transmitido los detalles de para qué servía, había muchos súcubos que lo consideraban un objeto de fe.

Y eso se había perdido.

Los súcubos eran una especie relativamente corta de vista. Por lo tanto, podían olvidarlo todo en unos pocos años. Pero sea como fuere, la mayoría de los ellos tenían ahora el mismo aspecto que el día en que aceptaron la paz tras perder la guerra.

Especialmente, Curly Kale, la reina súcubo, parecía especialmente deprimida. Lo que los súcubos habían defendido durante tantos años se había perdido en su generación. Incluso había perdido a sus subordinados, que llevaban muchos años con ella, por culpa de sus descuidadas instrucciones. El remordimiento le había hecho sentirse bloqueada, y sus finas arrugas habían aumentado.

“Haa…” Había bajado la guardia porque la guerra había terminado. Fueron demasiado descuidados. En algún lugar de su mente, pensaba que no podían caer más bajo.

Estaban equivocados. Lo sabían, ¿no? La derrota atrae a la derrota. Fue porque habían perdido, porque el presente era doloroso, por lo que lo único que podían hacer era aceptarlo.

No sabía los detalles de por qué el santuario había sido destruido. Según un informe de los exploradores, que fueron enviados de nuevo porque el grupo de exterminio aun no regresaba, al parecer los que mataron a los súcubos y asolaron el santuario mostraban signos de haber luchado con Bash. No sabían cómo terminó la batalla. Sin embargo, los únicos cuerpos que había eran los de los súcubos que custodiaban el santuario, y no estaban los cadáveres de Bash ni de sus acompañantes.

A la luz de esto, era probable que Bash hubiera arrasado unilateralmente al enemigo y los hubiera dejado marchar o se los hubiera llevado con él después de violarlos a todos. Normalmente, habría querido que las cabezas de los perpetradores fueran entregadas a los Súcubos, pero era costumbre de los orcos llevarse de vuelta a las mujeres derrotadas. Era inevitable. Más bien, Curly Kale sólo podía estar agradecida. Si ese perpetrador se hubiera quedado sin control, habría acabado todo de una forma mucho peor.

Sir Bash, se fue diciendo que podría hacer nada, pero aun así se encargó del villano que atacó el santuario… Viendo solo la situación, no era difícil ver que Bash y el invasor pudieran ser cómplices. Pero el orgullo de Curly Kale no era tan superficial como para hacer tal inferencia. Incluso si ese fuera el caso, sería una justa represalia de Bash, que casi fue comido en la Nación Súcubo. Tendría que ser perdonado.

Bueno, eso aparte, la situación actual en la Nación Súcubo tras la marcha de Bash era terrible. Era una suerte que no hubiera habido daños en los “alimentos” debido a los disturbios, y que el suministro de alimentos tuviera un poco más de margen gracias a la disminución del número de personas que podían permitirse comer. Sin embargo, no era algo de lo que pudieran alegrarse, y el hecho de que la situación alimentaria fuera desesperada no había cambiado en absoluto.

“Su Majestad, un mensajero solicita audiencia.”

En ese momento, Nio, una ayudante cercana, llegó con tal informe.

“¿Un mensajero? ¿Quién es en un momento como este? Me lo comeré si se trata de alguna tontería…”

Dijo Curly Kale como para desahogar su frustración. La derrota atrae la derrota. Pensó que, en las circunstancias actuales, no había forma de que le llegara ningún buen requerimiento.

“Vaya, qué miedo. ¿Entonces debería irme a casa?”

Con estas palabras, un joven entró en la habitación. La Reina Curly Kale conocía su nombre.

“¿¡El príncipe Nazar Gainius Grandorius…!?”

“Esta es la primera vez que nos conocemos. Reina Súcubo, Curly Kale.”

Dijo Nazar, pero Curly Kale ya había visto a este hombre varias veces desde lejos. Era el hombre más famoso entre los humanos. ¿Cuántas veces durante la guerra había soñado con capturarlo y devorarlo hasta la muerte mientras lloraba?

Si ahora estuvieran en plena guerra, habría dicho: “Te has entregado en bandeja de plata”, y sus hipnotizadores ojos mágicos habrían brillado, y lo habría succionado hasta dejarlo seco y enviado sus huesos y su piel, pegajosos de saliva y demás, de vuelta con los humanos. Pero ahora no. No era la Curly Kale que no sabía lo que le pasaría si se metiera con Nazar, el príncipe humano. Así, al menos, dijo de forma altiva.

“¿No piensas que es grosero entrar así, tan de la nada?”

“Lo siento. A decir verdad, todavía no soy un emisario oficial siquiera…”

Entrar subrepticiamente a la habitación de un súcubo era como pedir que te comieran. Sin embargo, seguíamos hablando de Curly Kale. Ella no era una mujer que caería en un anzuelo tan obvio.

“Entonces, ¿qué pretendes hacer? Si quieres hablar, podemos ir a la sala de audiencias.”

“Esto es lo que vengo a decir.”

Nazar chasqueó los dedos. Entonces, más de una docena de hombres entraron corriendo. Al parecer, llevaban varios días viajando y no se habían bañado, y la sala se llenó de una abundante fragancia masculina. Nio, un miembro del séquito de la reina, la olió y se apresuró a preguntar a Nazar.

“¿Qué? ¿¡Qué está pensando!? Metiendo a estos hombres tan sigilosamente en la habitación de la Reina Súcubo…”

“Oh, discúlpenme. Fui muy grosero con las señoritas, ¿no? Pero…”

“¡No es cuestión de ser grosero o no! ¡Pero es como si fueran bichos de verano acercándose al fuego! Resguárdalos mientras tengamos paciencia. Oh, mira, estoy babeando…” Nio también era una orgullosa súcubo. Sin embargo, desde que su querida hermana murió el otro día, había perdido el apetito debido al dolor. Pero cuando estaba hambrienta y le ponían un festín sobre la mesa, no podía contenerse.

“Oh, ya comprendo. Ya veo. Lo siento. Sin embargo, a esto es a lo que he venido hasta aquí.” Nazar no comprendía la angustia de semejante vista para los súcubos. Pero comenzó a explicarse con su habitual expresión distante. “El otro día, supe por alguien que los Súcubos sufren actualmente una terrible escasez de alimentos, así que vine aquí con suministros de socorro.”

“¿Por alguien…?”

“Sí, no puedo revelar su nombre, pero de esta persona he oído que están en extrema necesidad. Por lo tanto, me apresuré a venir aquí tras solicitar voluntarios.”

Curly Kale tenía la imagen de un hombre en su mente. El hombre que llegó a la Nación súcubo hacía apenas unos días e inspeccionó la situación de los alimentos…

Sir Bash, no sólo eliminó a los villanos… sino que incluso nos dio comida…

Obviamente no hubo tiempo para que Nazar reuniera voluntarios para venir aquí después de que Bash abandonara el país, pero a Curly Kale no le importó. Esto se debía a que ella creía que Bash estaba aquí por esa razón. Bueno, con las piernas del Héroe Orco, apenas podría llegar a tiempo… pero en realidad fue por las acciones de Carrot.

“Te lo agradezco, príncipe humano.”

“No. La razón original de todo esto es porque algunos de nosotros odiaban a los súcubos. Y ahora que la guerra ha terminado, debemos apoyarnos.”

Nazar miró por la ventana allí. Vio los “comedores”, el orgullo de los súcubos.

“He oído rumores, sin embargo, de que los súcubos tienen problemas administrando su suministro de alimentos. No sabía si era correcto enviar a voluntarios a semejante lugar de muerte, aun si es en este tipo de situación…”

“Eso es…” La frente de Curly Kale rompió a sudar frío.

“Por cierto, el otro día, hice que un agente secreto conocido mío inspeccionara en secreto el lugar.”

“…”

Las palabras también le trajeron a la mente a un hombre. Ese hombre estaba inspeccionando los comedores y fue tratado de forma terrible y escandalosa por los súcubos. Ya no podía levantar el rostro ante esto.

El informe de Bash debía haber sido terrible. Estaba segura de que Nazar vino a quejarse de ello. Probablemente preparó el festín para declarar: “No tienen disciplina, así que voy a llevarme esta comida”. A los humanos les gustaba ese tipo de cosas. Si quisiera, incluso podría quitarles la “comida” que tenían ahora.

“…”

Aunque así fuera, no había excusa para lo que le hicieron a Bash. Por eso, Curly Kale miró a Nazar con expresión desesperada. Tenía que rogarle, a la manera humana de inclinarse, que al menos les permitiera seguir teniendo la “comida” que tenían ahora. Podría herir el orgullo súcubo, pero teniendo en cuenta que era la última tarea para la inadecuada reina, no sería tan malo. Con ese pensamiento en mente, Curly Kale intentó levantarse de su silla.

“En una palabra, le pareció maravilloso.”

“¿Eh…?” Ante las palabras de Nazar, se sentó de vuelta en la silla.

“La comida es suntuosa, las camas son cálidas, y el trato no es lo que uno esperaría que se le diera a un preso. Tienen un poco de sobrepeso, lo cual es preocupante, pero también hacen ejercicio adecuadamente. Parecen estar bien instruidos en cómo tratar una enfermedad que recientemente ha empezado a ser un problema en el país humano.”

“Sí-sí. Por supuesto. No queremos que nuestra preciada comida muera, ¿verdad?”

“Los otros súcubos también parecen estar bien educados. Pensé que podríamos ser atacados por algunas personas cuando entramos en el país, así que traje una escolta, pero no fue necesario. He oído que los últimos días han sido un poco ruidosos, pero por lo que puedo ver, los súcubos son lo suficientemente racionales”

“Por supuesto que lo son. Somos súcubos orgullosos. Nunca atacaríamos a nuestros invitados.” Dijo Curly Kale y se secó el sudor frío que le corría por el cuello. Ahora estaba tranquila, pero justo antes del motín, había muchas posibilidades de que eso ocurriera.

“Para ser sincero, estaba preocupada hasta que llegué aquí. Porque yo, como varón, no tomé parte en la batalla contra los súcubos. Sólo he oído a la gente hablar de ustedes… He oído que son como la versión femenina de los orcos…”

“…Ya veo. Y no se equivoca.”

“El otro día también me enteré de que los orcos son una raza mucho más orgullosa de lo que había imaginado, y decidí visitarlos yo mismo, pensando que lo mismo ocurriría con los súcubos, y estaba en lo cierto.”

“…”

Normalmente, se habría enfadado con él por compararlos con los orcos. Pero el otro día, no sólo intentaron comerse a su querido Héroe Orco, sino que incluso este los salvó. ¿Cómo podría siquiera contradecirle? Los súcubos de hoy eran unas bestias no mejor que un orco.

“Incluso si predicamos nuestro orgullo, eso no significa que hasta el último de los nuestros vaya a seguirlo. Tiene suerte, señorito. Si le hubieran pillado en medio del camino, le habrían hecho pedazos, ¿sabe?”

“Para eso están los guardias. Si esas personas sin orgullo “débiles”, no costará deshacerse de ellos.”

“Pero no veo a esa escolta.”

“Si me muestro, me suelo causar problemas, así que me meto en alguna habitación y uso una máscara como siempre.”

“Hmm.”

Curly Kale asintió con un gesto despreocupado. Parecía que había aprendido el arte de protegerse como es debido, aunque no había recibido ningún informe debido a los recientes conflictos. Si ese era el caso, miró a los hombres alineados detrás de Nazar. Si se atenían a la conversación actual, estos hombres eran…

“¿Así que los niños de allí son “suministros de socorro”?”

“Sí. Estos 20 son los que se han ofrecido como voluntarios para ser “comida” para los súcubos.”

“¿Quieres decir, que los podemos comer sin dudarlo?”

“Sí. Sin embargo, son voluntarios, no condenados. Por favor, prométame que serán tratados en consecuencia.”

“No sé a qué te refieres con “en consecuencia”. ¿Qué clase de trato especial quieren?”

Al oír estas palabras, uno de los veinte se adelantó. Un hombre calvo con la cara llena de cicatrices. Su aspecto era tal que se notaba a simple vista que había vivido la guerra. Además, sus rasgos faciales no eran muy buenos para los estándares humanos; en una escala del uno al diez, era el peor con diferencia. Pero en estándares súcubos, era un buen chico que serviría bien.

“¡Yo quisiera tener una súcubo por esposa!”

Pero ese “trato especial” no se podía cumplir. Curly Kale sacudió la cabeza con una mirada triste.

“Lo siento, pero en nuestro país no podemos casar a un hombre y una mujer como hacen los humanos. Siento que te hayas ofrecido voluntario, pero vas a tener que tratar con diez personas cada día… Y para que lo sepas, los súcubos no pueden tener hijos humanos.”

“¡Lo dije mal! ¡Estoy feliz con tener a una linda súcubo que quiera besarme!”

El hombre se puso a mil cuando escuchó el número diez. Se le pusieron los ojos inyectados en sangre. Curly Kale no sabía por qué, pero parecía excitado por alguna razón.

“Eso significa, en esencia, que quieres que lo comamos como a la comida normal, ¿verdad?”

“¿Así sería? A mí nunca me han comido, así que no lo sé.”

“¿No sería grosero?”

“No, no a mi parecer.”

“Hmm.”

Ella pensaba que a los seres humanos no les gustaba ese tipo de cosas. Eso era lo que pensaba Curly Kale, pero como estos eran humanos que se ofrecieron por cuenta propia para ser la fuente de alimento de otra especie, probablemente no tuvieran un sentido común normal.

“¡Con permiso!”

El siguiente hombre que llamó la atención era un hombre de aspecto sombrío. En una palabra, su olor corporal era muy fuerte. Entre este grupo de gente que no parecía haberse bañado en varios días, su olor corporal era extraordinariamente fétido. Su boca también olía de alguna manera. Por supuesto, desde el punto de vista de un súcubo, era un aroma apetitoso.

“Si no ponen cara de asco durante el “proceso”… bueno, si pueden fingirlo por último, por favor, que tengan una cara de felicidad…”

“No hay forma de que pongamos una cara de asco mientras nos dan de comer, ¿verdad? Cuando se los estén comiendo, estoy segura de que estarán encantadas y felices.”

“¿Ah, de verdad?”

“Sí, así será. Pero sí… entonces, ¿lo que estás diciendo es que también quieres que te coman como lo hacemos normalmente?”

Curly Kale no tenía ni idea de por qué este hombre sugeriría tal cosa.

Ella no lo sabía. No sabía que había muchos humanos que perdieron su trabajo y se convirtieron en bandidos después de la guerra, en lugar de casarse, o que se vieron obligados a vagar por el mundo. Y no sabía que muchos de ellos no eran tomados en serio por las mujeres humanas. Los que estaban allí eran todos aquellos que no sólo no les habían dado una oportunidad, sino que también habían sido rechazados por las mujeres de otros países.

“Yo…”

Entonces, uno tras otro, los hombres hablaron de sus deseos. Los humanos decían: “Vaya, qué audaz”, pero la súcubo decía: “En resumen, quieren que los coman normalmente, ¿no?”.

“Entonces, ustedes realmente vinieron aquí para ser nuestra “comida”, ¿verdad?”

“Sí-Sí.”

Cuando todos terminaron de presentarse, la voz de la Reina Súcubo era muy baja. Sus ojos también eran muy fuertes.

Los Súcubos eran enemigos naturales para los hombres. No importaba lo fuerte que fueran, ni siquiera podrían resistirse a un súcubo de clase baja con sólo ser encantados. Los hombres no podían más que temblar cuando eran apuntados por súcubos de clase alta entre ellos.

Francamente, eran derrotados por sus deseos sexuales. Intentaron por todos los medios casarse con una de las mujeres bestia con motivo de la boda de la tercera princesa, pero nadie les tuvo en cuenta, y tras un largo viaje y sin dinero, acabaron convirtiéndose en bandidos, pero cuando pensaron que pronto serían derrotados y morirían, recibieron una invitación de Nazar. No les importaba si los súcubos tenían problemas o no. Antes de morir, querían pasar un buen rato, incluso si fuera con súcubos. Sólo con ese pensamiento, vinieron hasta la Nación Súcubo.

En otras palabras, intentaron tratar a los súcubos como si fueran prostitutas. La Reina Súcubo vio a través de sus malas intenciones. Lo pensó, y se enderezó involuntariamente.

“…” Podría fácilmente comerlos hasta la muerte aquí y ahora. La reina enderezó su postura. Entonces, inclinó la cabeza con elegancia humana. “Gracias por su ayuda, humanos. Yo, la humilde reina súcubo Curly Kale, en nombre de todos los súcubos hambrientos, les damos las gracias.”

Curly Kale levantó la vista y sonrió suavemente. Los hombres se quedaron atónitos, pero poco a poco sus rostros esbozaron una sonrisa y soltaron una risita. Después de la guerra, rara vez una mujer les había regalado una sonrisa que no fuera falsa, o una sonrisa siquiera. Para ellos, la sonrisa de Curly Kale era demasiado brillante. También era demasiado deslumbrante ver a una mujer vestida con un traje tan erótico sentada tan cómodamente.

“En cuanto termine esta audiencia, les llevaremos a sus habitaciones. Por favor, siéntanse libres de pedir cualquier cosa a quien esté cerca. Nio. Lleva a estas personas a los comedores.”

“¡Sí, señora!”

Ante las palabras de Curly Kale, Nio salió de la habitación con los hombres. Estos miraban ahora por encima del hombro las nalgas de la súcubo, pero pronto aprenderían que ser la “comida” a diario era un trabajo mucho más duro de lo que creían. Pero no cabía duda de que serían felices durante un tiempo.

“Le estoy verdaderamente agradecida, príncipe Nazar, por reunir a estas veinte personas como “comida” con tan poca antelación.”

“No, yo lamento que haya sido tan poco. Cuando vuelva a casa, pondré en la agenda un apoyo en toda regla. Espero que no espere demasiado, porque no va a ser fácil allí.”

“No puedo agradecerle lo suficiente sólo por ese sentimiento.”

“…Jaja, es una sensación graciosa que una súcubo me hable tan formalmente.”

“Los súcubos sólo tratan tan formalmente a aquellos a quienes realmente respetan.”

“Es un honor.” Nazar rió suavemente y dijo como si de repente se acordara. “Pero hay alguien más a quien me gustaría que agradecieran aún más que a mí.”

“¿Y a quién sería?”

“No puedo decirle su nombre… pero digamos que es un hombre orgulloso.”

“Oh.” Curly Kale entendió lo que Nazar estaba tratando de decir y rompió la síntesis. “Sí, por supuesto. Mi súcubos le asistirán con todas sus fuerzas si así lo desea.”

Curly Kale recordó al Orco verde que se encontraba en el país hace apenas unos días. Estaba segura de que nunca ha habido, ni habrá, un orco que haya hecho tanto por los súcubos. Los orcos eran por naturaleza una raza sucia y codiciosa. Pero un solo guerrero orgulloso podía aumentar enormemente su valor como raza.

“Incluso si pone a los súcubos en peligro…”

El santuario de los súcubos fue destruido. Pero las palabras de los súcubos de antaño no se habían perdido. La historia no se había perdido. El orgullo no se perdería. Entonces, quedaría grabado el nombre de la reina que recompensó al héroe sin par junto con el estigma de la reina que permitió que se destruyera el santuario.

“Los súcubos siempre devuelven los favores.” Curly Kale rio de forma hechizante


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