La ama tsundere y su sirvienta zorro

Vol. 2 Capítulo 9. El principio de todo

 

Tengo un sueño recurrente.

Lo único que puedo hacer es mirar, flotando en el aire, como si no pesara nada…

 

Innumerables fotografías estaban esparcidas por la habitación.

Sobre la mullida alfombra de pelos largos, sobre el elegante sofá con sus detallados bordados, sobre la mesa bellamente curvada, sobre la cama con dosel… Fotografías que originalmente habrían estado apiladas y amontonadas sobre la mesa, ahora estaban barajadas o tiradas por ahí, esparcidas aquí y allá.

Todas las fotos, metidas en sobres de papel mate de aspecto caro, mostraban a personas con sonrisas de autosatisfacción. Todas miraban fijamente a la cámara, y Lisa las miraba, evaluándolas.

…Una de estas personas debía ser elegida como su futura pareja.

Esta era la tarea que Lisa tenía ahora encomendada.

—¿Por qué tengo que hacer esto…?

Si ella decía que no podía elegir a ninguno de ellos, eso no haría más que añadir una nueva foto. Los posibles novios, elegidos por su amable —para disgusto de Lisa— tía, iban desde chicos de su edad hasta hombres de mediana edad.

—No puedo hacer esto… Ni siquiera sé lo que es el amor… —Lisa estaba perdida ante las innumerables fotos que estaban esparcidas. Había estado posponiendo el asunto porque no había nadie que le gustara, pero hoy era el fin de eso.

Sus padres, que eran muy tolerantes con Lisa, y su tía, que comenzó a hacer de intermediaria, empezaron a preocuparse por la percepción que el público tenía de ella. Así que no tenía escapatoria.

—No quiero seguir haciendo esto… —Murmuró y se mordió el labio. Unas lágrimas cayeron sobre una foto, haciendo que la cara de un feo hombre se pusiera aún más fea y distorsionada.

—Lisa, ¿te has decidido?

La puerta de su habitación se abrió sin que llamaran antes. Tal vez porque ya no recordaba su rostro, la figura de su tía se había convertido en una silueta negra.

—No… Tía… —Lisa, en el sueño, se enjugó las lágrimas y sacudía la cabeza como asustada.

Para Lisa, que nunca había sido consciente de sentimientos románticos ni nada parecido, esta tarea la percibía como una elección aterradora que determinaría su futuro.

Además, ninguno de los hijos de la nobleza elegidos como parejas era suficiente para conmover el corazón de Lisa; por el contrario, los candidatos que parecían tener una edad más cercana a las de sus padres despertó en ella un gran sentimiento de rechazo.

—Bueno. Hoy me prometiste una respuesta satisfactoria, ¿no?

Ignorando las palabras de su entrometida tía, dirigió su atención a sus padres que estaban detrás de ella. Se mordió el labio esperando que su expresión frustrada les diera alguna pista, pero ellos también estaban expectantes.

—……

Nadie dijo nada, sólo fluía el silencio. Lisa, incapaz de soportarlo por más tiempo, preguntó con una voz que parecía a punto de llorar.

—Padre, madre, ¿de verdad tengo que elegir entre estos?

Los rostros de los padres de Lisa estaban a contraluz y ella no podía ver sus expresiones mientras los miraba desde el aire. Sin embargo, parecía como si estuvieran sonriendo pacíficamente.

Tal vez temiendo que sus sentimientos no fueran comprendidos, Lisa en el sueño continuó apelando.

—Sólo tengo trece años. Conozco de amor y romance solo de los cuentos, y no creo tener esos sentimientos.

—…¿Acaso no nos amas? ¿Lisa? —El padre, escuchando el argumento de su hija, preguntó, preocupado.

—Eso es… —Ella había crecido sin ningún inconveniente, y por supuesto que amaba a su familia—. Pero el amor por la familia y el amor por un amante son dos cosas diferentes, ¿no? ¿No es así? —Preguntó Lisa, suplicante, pero sus padres se limitaron a sonreírse, como si estuvieran complicados.

—Cuando tienen la edad suficiente, es norma que las hijas de los nobles se casen con sus prometidos. Todo el mundo lo ha hecho.

—Padre, madre… sí que quiero elegir al hombre con el que pasaré el resto de mi vida. Pero es demasiado pronto para eso.

—No seas egoísta. Todo el mundo lo hace así. —Su tía la interrumpió acusadoramente y tomó la foto de la persona que Lisa menos quería elegir de entre las fotos de emparejamiento esparcidas por el suelo—. Vamos a elegir a esta persona. De hecho, ya le he llamado.

El rostro de Lisa se crispó ante la tensa sonrisa del noble, que tenía al menos treinta años más que ella.

—Vamos, Lisa…

—¡No, jamás! —Lisa gritó y salió corriendo de la habitación mientras las manos de sus padres la apremiaban.

¡Lisa! Sin volverse al oír la voz que la llamaba, atravesó la mansión a toda velocidad y escapó a la sala subterránea del tesoro. Haaah, haaah… Tras cerrar la pesada puerta y apoyarse en ella, Lisa se secó repetidamente las lágrimas de los ojos con el dorso de la mano y se agachó sin esfuerzo. …Es terrible… mi padre y mi madre no me entienden en absoluto… A lo lejos, pudo oír cómo su tía alzaba la voz histéricamente. Lisa bajó el rostro, se tapó los oídos y lloró en silencio.

El olor a polvo llenaba la sala del tesoro, que estaba casi sin tocar por humanos.

Sin embargo, cada uno de los objetos de la colección, que habían pasado de generación en generación en la familia Edelweiss, tenía su propia calidez y, al verse rodeada de ellos, Lisa empezó a recuperar la compostura.

……

Levantó la vista al oír el débil sonido de una voz desconocida que la llamó. Las voces de sus padres y su tía buscándola estaban ahora demasiado lejos para oírlas. No estaba segura de si habían renunciado a buscarla o estaban ocupados disculpándose con la persona del matrimonio concertado que había acudido a la mansión, pero parecía que le habían dado un respiro. Lisa, en su sueño, respiró aliviada mientras se levantaba perezosamente.

…Entonces fue sólo mi imaginación…

…No fue tu imaginación, Lisa…

La voz era baja, pero esta vez la oyó con claridad.

…¿Hay alguien ahí? —De repente, sintió la presencia de alguien en el tesoro supuestamente vacío y giró la cabeza. Encendió todas las luces de la habitación, pero lo único que había en la sala del tesoro era su sombra.

—…¿Podrías dejarme salir de aquí?

Escuchó una voz apagada que sonó como un susurro. Siguió la voz con la mirada y vio una vitrina cubierta por una fina capa de polvo. Lisa abrió el cajón de la vitrina y lo sacó, y se fijó en un viejo collar con motivos de zorros que estaba guardado con las joyas.

Cuando alargó la mano, pudo sentir el ligero calor del collar, aunque no lo había tocado.

Es como si estuviera vivo… Lisa parpadeó al sentir el calor como si fuera piel humana.

—…Es imposible, ¿verdad?

La gema roja engarzada en los ojos del zorro del collar brilló mientras ella lo tomaba en la mano con una sonrisa irónica en el rostro.

—No, eso no es cierto.

—¿¡El collar habla!? —Sorprendida, volvió a guardar el collar dentro del estuche.

—No, te estoy hablando desde dentro del collar del zorro celestial. Soy Shen Hu, un espíritu que ha estado sellado aquí durante mucho tiempo.

—¿El collar del zorro celestial…?

Los ojos del zorro del collar brillaron apagadamente mientras ella repetía las palabras que escuchó.

—Correcto. Es una reliquia de esta familia.

—…¿Y por qué habla…? —Agachada ante la vitrina, Lisa se quedó mirando el collar del zorro celestial.

Ya te lo he dicho. Porque estoy sellada. Pero con mi bendición como espíritu, esta casa está prosperando. Puedes estar agradecida por eso.

Entonces… muchas gracias… por eso…

Como para corroborar las palabras de Shen Hu en el collar, había una colección de joyas caras en una vitrina. Una de ellas era un anillo de compromiso, que también aparecía en el retrato de sus padres.

¡Kakaka! Lo entiendes. Bien, bien.

Los ojos del zorro del collar del zorro celestial parpadearon al compás de su risa.

Entonces, ¿me sacarás de aquí?

…No puedo hacerlo.

Lisa se negó rotundamente, y tras un momento de silencio, resonó un lamento exagerado.

…¿¡Po-por qué!?

…Si me preguntas, es porque estás sellada aquí, ¿no? Entonces no hay forma de que yo pueda romper ese sello. Puso la mano en la vitrina e intentó poner el cajón en su sitio.

¡E-Espera, espera! ¡Primero hablémoslo!

La voz detuvo a Lisa desde el interior del collar, pero ella cerró el cajón y puso la mano en el cierre.

No tengo nada de que hablar…

Estabas llorando, ¿verdad?

Lisa se sobresaltó tanto al oír esto que apartó la mano del cierre.

Veo que has tenido un mal día. Hablaré contigo. Déjame ser tu confidente.

Ante la oferta de Shen Hu, Lisa dudó un momento antes de tirar del cajón hacia ella y abrirlo de nuevo.

¿…Pero por dónde empiezo?

…Bueno, yo ya conozco bastante sobre ti…

…¿Qué quieres decir…?

Una risa alegre resonó desde el interior del collar.

No me extraña que te parezca raro. Bien, toca con la palma de tu mano este collar.

¿Así?

Cuando acercó la mano al collar tal y como le habían indicado, la superficie lisa y cerámica del collar tocó su piel. Era la primera vez que Lisa experimentaba esta sensación, pero de algún modo era reconfortante.

…Jojó. Así que te ves obligada a atender a una cita concertada con un hombre mucho mayor incluso que tus padres. Eso es desafortunado…

Lisa se sintió tan conmovida por esta verdad tácita y por sus palabras de simpatía, que involuntariamente tomó el collar y lo levantó a la altura de los ojos.

…¿Tú también lo crees?

Oh, sí que lo creo. Puedo ver por qué algunos hombres serían tan irresponsables como para casarse con una chica tan hermosa a una edad tan tierna. Los ojos del zorro brillaron y parecieron moverse como si estuviera mirando fijamente a Lisa. Entonces, ¿qué vas a hacer?

Me disgusta por completo. Pero él ya está en esta mansión…

¿Por qué no te reúnes con él solo para salvar las apariencias? Podrías ser grosera y hacer que te odiara allí mismo.

Lisa negó con la cabeza.

Esa… no es una buena idea. La presentación la organizó mi tía, y eso le causaría problemas tanto a mi padre como a mi madre.

¿Y no les parece molesto que andes por ahí corriendo así?

…Supongo… Lisa, ante un buen argumento, devolvió desanimadamente el collar a su posición original. Quiero a mi padre y a mi madre. Tampoco quiero molestarlos. Pero… No puedo tener un matrimonio concertado. Mientras expresaba sus verdaderos sentimientos como exprimiéndolos, escuchó un suspiro desde el interior del collar.

Entonces las cosas se complican. Pero cuando naces en la nobleza, no tienes más remedio que resignarte a tal destino… Aunque expresaba simpatía, la conclusión de Shen Hu no difería de la de sus padres y su tía.

…Supongo que es así. Todo el mundo lo dice. Mi padre y mi madre están destinados a morir antes que yo, por eso quieren encontrarme pareja y estar tranquilos cuanto antes.

Así es el amor paternal, ¿no?

También es porque comprendía sus sentimientos por lo que había guardado silencio hasta ahora.

Lisa se alegró de que Shen Hu lo comprendiera, pero al mismo tiempo continuó, ligeramente irritada por la falta de consideración de sus padres.

Pero, aun así, quiero que me dejen elegir libremente a la persona con la que pasaré el resto de mi vida. No puedo amar y pasar el resto de mi vida con alguien que es mucho mayor que yo.

Si se trata de una cuestión de apariencia, algunas razas viven más que otras. Puede que incluso tú envejezcas antes que él. Aunque no quiero pensar en eso.

Sólo había visto fotos, pero era posible que fuera un semihumano. Lisa, que se había hecho una idea de las palabras de Shen Hu, se disculpó sinceramente.

…Bueno… No había pensado en eso. Lo siento.

¿Qué? Yo ya perdí la cuenta, pero tengo más de mil años. Kakaka. Shen Hu, tal vez intuyendo la expresión de Lisa por el tono de su voz, o tal vez viéndola directamente, se rio alegremente. Pero al oír su inesperada longevidad, Lisa no pudo evitar replicar.

¿Tanto tiempo has vivido?

¿Acaso es tu primera vez conociendo a un espíritu?

¿Eh? ¿Qué? Yo pensaba que no eran más que historias de cuentos de hadas…

Se había relajado por completo con el tono de voz ligero de Shen Hu, pero ahora que estaba tratando con un espíritu, volvió a ponerse en guardia.

Jojó. ¿No te gustaría verme?

Eso es… Tenía curiosidad por ver cómo era la persona a la que había confiado sus sentimientos, que no había podido expresar durante mucho tiempo. Pero al recordar la declaración de Shen Hu, Lisa intuyó una trampa peligrosa y se alejó del collar. Espera. ¿No es así como intentas que rompa el sello?

Uy, parece que me descubriste. Pero bueno, es cierto.

…Pfft.

Lisa soltó una carcajada ante el tono juguetón de Shen Hu.

Pensé que eras un espíritu malo, pero eres sorprendentemente honesta.

Cuando Lisa respondió con una carcajada, Tojojó, Shen Hu dejó escapar un peculiar suspiro en su collar.

—Es desgarrador ver a una chica tan linda tan recelosa de una… Bueno, bromas aparte, ¿no te interesa una historia como esta? «Si llevas el collar del zorro celestial, puedes hacer realidad cualquier deseo una sola vez…».

—¿Eh?

—Puedo hacer realidad tus deseos. ¿Qué dices?

Como si leyera la mente de Lisa, Shen Hu cambió sus palabras y se repitió.

—¿Es posible que a mis ancestros también les cumplieras sus deseos…?

—No, esa es otra historia. Estás preocupada por ti misma, ¿no?

Desde el otro lado de la escalera, oyó la voz chillona de su tía. El enojo en su voz al decir el nombre de Lisa era claro.

—Oh, hablando del diablo…

El tono de voz de Shen Hu bajó mientras casi podía imaginársela tapándose los oídos mientras se agarraba la cabeza.

—…Qué debo hacer…

La voz de Lisa se apagó mientras hacía lo mismo que Shen Hu y se agachaba para esconderse.

—…Tendrás que ir a esa cita concertada o algo así…

—…Lo odio con toda mi alma. Es impensable que alguien no mucho mayor que mi padre sea mi pareja… —Sacudió la cabeza, indicando su rechazo.

—¿Entonces a quién preferirías?

—Eso es…

Le preguntó Shen Hu, y movió los labios, pero al mismo tiempo se dio cuenta de que no había respuesta por ninguna parte.

—Mientras permanezcas en esta casa, no podrás escapar de tu destino. Así es como todos lo han hecho…

Recordó haber oído esas palabras muchas veces. Pero Lisa tenía su propia opinión al respecto.

—Puedo ser parte de la familia Edelweiss, pero antes que eso, soy un ser humano.

—Si pueden entender esa lógica, puedes convencerlos. Mira, ya están en la puerta.

El sonido de tacones resonó cerca.

No hubo más llamadas, y supo que se acercaban directamente al tesoro.

—Eso es…

—Bueno, ¿qué vas a hacer? Yo podría hacer algo al respecto.

—¿De verdad…?

Se oyó el sonido de alguien intentando abrir la puerta de la sala del tesoro.

Sólo faltaban unos segundos para que la puerta se desbloqueara.

—Cómo uses mi poder depende de ti.

—……

Shen Hu estaba invitando astutamente a Lisa a unirse a ella. Lisa estaba empezando a considerar si debía responder o no.

—El poder de los espíritus es grande, porque pueden llegar a hacer cosas que los humanos no pueden ni comprender.

—¿Por ejemplo…?

Preguntó Lisa, y Shen Hu añadió pretenciosamente.

—Si me permites decirlo de una forma que se ajuste a tus deseos, sí. ¿Has pensado alguna vez esto, por ejemplo? Si no hubieras nacido de noble cuna, habrías sido más libre…

—Quieres decir…

Demasiadas para contarlas. A Lisa le habían dicho desde pequeña que debía ser así porque era así, y había renunciado a muchas cosas en su vida.

Siempre había actuado como la hija de un noble, que era lo que sus padres esperaban de ella, diciéndose a sí misma que tenía la bendición de tener suficiente comida, ropa y cobijo.

Sus padres la querían mucho y ella se esforzaba por estar a la altura de sus expectativas. Pero, por una vez, no podía estar de acuerdo con ellos. No podía obedecerles.

—En serio, ¿todo lo que tengo que hacer es llevarlo colgado del cuello? —Lisa desabrochó finalmente el cierre del collar ante la irresistiblemente seductora historia.

—Sí. Sólo tienes que ponértelo alrededor del cuello.

La fría cerámica le puso la piel de gallina cuando se colocó el collar alrededor del cuello.

—¡Lisa, abre! —Su tía llamó a la puerta con un grito.

—Lisa, ven aquí. Te están esperando.

—…

Lisa cerró los ojos para escapar de las palabras de su madre y se ajustó el cierre a la espalda.

—Está bien, está bien. No ha sido para tanto, ¿verdad?

—…Sí. Parece que está bien.

La voz de Shen Hu seguía resonando desde el interior del collar.

—Entonces dilo. ¿Cuál es tu deseo?

—Deseo…

«…Deseo ser libre.»

Tan pronto como dijo esto, el collar del zorro celestial brilló intensamente y la luz envolvió el cuerpo de Lisa.

El recuerdo de Lisa convirtiéndose en huésped de Shen Hu y ama del espíritu… el final del sueño fue interrumpido en este punto.

El mundo onírico se envolvió en una neblina blanca y Lisa flotaba en el aire como si nadara en él. Cuando la bruma desapareció, Lisa vio la casa desde fuera. El techo era transparente y podía ver el interior con claridad y viveza.

—Aah… —Lisa se tapó los ojos, sabiendo que ya no podía parar. En sus oídos, se oyó a sí misma, con la conciencia secuestrada por Shen Hu, gritando y maldiciendo a su tía y a su pareja de matrimonio concertado.

«…Quiero enamorarme de alguien y casarme con la persona que ame, como una chica normal.»

«…Estoy harta de no ser libre sólo por ser hija de un noble.»

Las palabras que pronunció Shen Hu mientras se apoderaba del cuerpo de Lisa eran todas las quejas y frustraciones que había acumulado. Como si leyera cada uno de sus pensamientos, Shen Hu utilizó la voz y el cuerpo de Lisa para confrontar a sus padres con sus verdaderos sentimientos, que nunca antes les había mostrado, utilizando las palabras más espinosas. Sus padres se horrorizaron cuando su supuestamente obediente hija se volvió contra ellos, y la madre rompió a llorar.

Su tía fue la única que se le enfrentó abiertamente, pero Lisa tiró cosas, destrozó la habitación preparada para la reunión de matrimonio concertado y salió corriendo de la mansión.

 

—…Otra vez ese sueño…

Lisa se despertó llorando, dejó escapar un suspiro con la garganta temblorosa y recorrió lentamente con la mirada la habitación de la posada a la que por fin se había acostumbrado.

Yo nunca quise decir eso…

Le dolía el corazón de ver a sus padres que quedaron tan tristes en ese mundo de sueños y recuerdos mezclados. Aunque habían pasado cinco años desde que se fue de casa, la escena la recordaba vívidamente como si fuera ayer.

Rayos, y tú ni siquiera consideras los sentimientos de la persona con la que duermes… Pellizcó la punta de la nariz de Shen Hu, que dormía plácidamente a su lado, pero no se despertó, y seguía con una expresión de felicidad en el rostro. Lisa dejó escapar otro suspiro y trató de levantarse de la cama, pero sus ojos se abrieron de par en par, asombrada.

…No estaba vestida…

Ha vuelto a «alimentarse» sin permiso…

Mordiéndose el labio con frustración, Lisa se puso rápidamente la ropa que había esparcida junto a la cama y salió de la habitación en silencio.

 

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