La ama tsundere y su sirvienta zorro en un viaje yuri para derrotar a los demonios
Vol. 2 Capítulo 19. Ejercicio de campo
El lunes siguiente, los participantes en el ejercicio de campo se reunieron en el segundo hangar del cuartel general de la Institución del Culto Sagrado.
Las puertas blindadas del hangar se abrieron, revelando una hilera de Soldatos y Lanzas Lugh aparcados en el interior.
—Entonces, ¿vamos a montarlos? —dijo Amira, con la voz llena de emoción.
—Eso parece, —respondió Lisa, volviéndose para mirar a Amira mientras se adelantaba.
—No veo al profesor Stefan y a los demás, —observó Milis.
En respuesta al comentario de Milis, dos unidades Chevalier estacionadas fuera del hangar comenzaron a encenderse, sus sensores en los hombros brillaron en verde antes de levantarse suavemente de sus posiciones de estacionamiento.
Las unidades de base blanca, acentuadas con azul en las articulaciones y los talones, revelaron sus formas completas cuando se pusieron de pie.
—¿Nos llamaron?
La cabeza de una de las unidades se movió como si observara a los estudiantes antes de que la voz de Stefan sonara por los altavoces.
Las unidades de propulsión a chorro acopladas a la parte trasera de los dos Chevalier empezaron a moverse, sincronizadas con el funcionamiento del reactor de éter.
Entre los dos Chevaliers, la unidad de Stefan estaba equipada con cañones mágicos y un cuchillo, mientras que la unidad de Miranda tenía un conjunto de estacas de hierro para lanzar.
Mientras los estudiantes observaban la activación de los trajes mecánicos por parte de los Ejecutores, contuvieron la respiración. Pero cuando los dos Chevaliers se detuvieron, estallaron los aplausos de los espectadores.
—Ya estamos todos aquí, —la suave voz de Miranda sonó por los altavoces, acallando los aplausos.
—Deberían poder ver las unidades en posición de aparcamiento. Desde la izquierda, son el Equipo 1, el Equipo 2, y a la derecha, las unidades designadas del Equipo 4. Cada mecha tiene una placa con su nombre. Recojan la suya y suban a su máquina designada.
Siguiendo las instrucciones de Stefan y Miranda, Amira y los demás se acercaron a la máquina del Equipo 4 para el ejercicio de campo.
—La tuya es un Soldato, ¿verdad, ama? Te queda muy bien, —comentó Shen Hu.
La máquina de Lisa era un Soldato, que también era el pilar de los Caballeros Sacros.
—La líder del equipo usa un Soldato, ¿eh?
La armadura y el diseño del casco de la máquina de Lisa se parecían a los de los Caballeros Sacros, con plumas de acero en la cabeza, como un casco. Compartía estas características con las máquinas del otro equipo.
Lisa asintió con expresión satisfecha y subió a su mecha. Sin embargo, Amira observó cuidadosamente las diferencias entre la máquina de Lisa y las de los otros líderes de equipo.
—…Pero esa no es un Soldato normal, ¿verdad? La tuya, Lisa-senpai, parece más preparada para el combate real, —observó Amira.
La unidad de Lisa tenía una armadura adicional en los hombros y las piernas, así como un equipamiento diferente. Iba armada con una espada larga, notablemente distinta de las otras unidades.
—Bueno, después de todo, Lisa tiene las mejores aptitudes para pilotar, —murmuró Milis. Mientras escuchaba el comentario de Amira, acarició suavemente las orejas felinas de la chica gato, luego saltó hacia la máquina de Amira, la Lanza Lugh, y aterrizó sobre su hombro.
El Soldato de Lisa, con su forma de armadura elegante y caballeresca, contrastaba fuertemente con la Lanza Lugh de Amira, que tenía un cuerpo corto y fornido.
—Amira, tenemos que darnos prisa o llegaremos tarde.
—¡Sí! —respondió Amira y rápidamente siguió las instrucciones, localizando la máquina que le había sido asignada y subiendo a la cabina según el procedimiento.
—Estaremos trabajando juntos desde hoy, —dijo a la máquina mientras se acomodaba en el asiento del piloto.
En el interior de la Lanza de Lugh, Amira echó un vistazo a los instrumentos de la parte inferior de la cabina y confirmó que la memoria estaba a cero.
—Lisa Edelweiss y Shen Hu, por favor, hágannos una demostración, —se oyeron las instrucciones de Miranda a través de los altavoces de la cabina del Chevalier.
—Entendido, —respondió Lisa con prontitud e inició la puesta en marcha del reactor de éter. Amira también concentró sus pensamientos en Lisa y simuló sus propias acciones después de esto.
Respiró hondo, concentró su conciencia en lo más profundo de sí misma e imaginó que creaba éter en su cuerpo. La imagen del éter fluyendo hacia la máquina a través de la palanca de control era similar a la del corazón humano bombeando oxígeno por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo.
—Ya es la hora, ama, —observó Shen Hu
—Sí, —asintió Lisa.
A través de los altavoces, resonaron las voces de Shen Hu y Lisa. El Éter empezó a fluir hacia el Reactor de Éter, y las agujas de los instrumentos debieron empezar a oscilar hacia el aumento.
A medida que el Éter llenaba el reactor, comenzó la circulación de Éter, y oyeron el sonido de la sangre negra —el aceite— que se inyectaba en los músculos de contracción mágica de varias partes.
«Salida del Reactor de Éter estable. Circuitos de control de Éter en marcha. Todas las articulaciones, desbloqueadas… Comprobación de funcionamiento, sin anomalías. …Sin problemas», la voz de Lisa resonó suavemente en el hangar.
Amira, concentrada y con la respiración contenida, no se perdió ni una palabra de la voz de Lisa, llena de la resonancia como si de un recital se tratara. Percibió el momento de la activación y abrió los ojos.
Mientras la luz parpadeaba en los ojos del Soldato, cuyo Éter había circulado, Lisa declaró la activación.
«¡Soldado, activado!»
«¡Lanza Lugh, aquí vamos!»
A la voz resuelta de Lisa se unió la de Shen Hu. Las dos máquinas, que habían estado en una posición plegada parecida a la de alguien que se abraza las rodillas, se pusieron en pie simultáneamente, y las expresiones de asombro se filtraron entre los estudiantes.
—Se mueven en perfecta armonía. —Milis, encaramada al hombro de la Lanza de Lugh de Amira, contemplaba la escena con expresión soñadora.
—Lisa-senpai, qué genial es… —Amira, en la cabina de la Lanza Lugh, miraba admirada al Soldato, que era como una demostración perfecta de Lisa.
«Oye, ¿a qué viene eso de «allá vamos»?»
«Es una cosa que hacía un piloto As.»
A través de los altavoces de los mechas, la conversación de Lisa y Shen Hu era débilmente audible.
«…Los altavoces siguen encendidos. Ustedes siempre van a su propio ritmo.» Stefan, algo exasperado, se rio y luego recuperó la compostura, escaneando a los estudiantes restantes con la mirada desde su máquina.
«Muy bien, ahora les toca a ustedes.»
—¡Sí! —Respondió Amira con energía y tiró de la manivela de la cabeza semiesférica de la Lanza Lugh hacia dentro.
—Milis-senpai, por favor, agárrate fuerte.
Cuando la escotilla se cerró y la cabina quedó bloqueada, Amira alzó la voz desde el interior. El rostro sonriente de Milis apareció en la pantalla de vídeo.
—Por supuesto, no te preocupes, no me caeré.
—Entendido.
Tras confirmar la respuesta de Milis, Amira deslizó los brazos por las palancas de control y colocó las piernas sobre los pedales.
—Lanza Lugh, activando.
Tras la activación de Amira, las demás Lanzas Lugh del hangar también se pusieron en marcha una tras otra. Guiados por los Chevaliers, iniciaron la marcha hacia las llanuras del sureste de la Ciudad Sagrada, donde tendría lugar el ejercicio de campo.
***
La marcha consistía en atravesar un bosque por el sur y dirigirse hacia las llanuras del sureste. La formación estaba encabezada por los Chevaliers pilotados por Stefan y Miranda, seguidos por los escuadrones del primero al cuarto. Cada escuadrón estaba liderado por un Soldato. Liderando la formación iba Lisa en su Soldato, seguida de Amira y Shen Hu en sus Lanzas Lugh.
Milis estaba sentada sobre la cabeza de la Lanza Lugh de Amira, con el ánimo visiblemente levantado mientras movía juguetonamente los dedos de los pies.
—Shen Hu, te estás quedando un poco atrás, —dijo Lisa, sin perder de vista las distancias entre los mechas.
—No es culpa mía, ama. En primer lugar, ¿qué pasa con esta máquina tan lenta? Es como una tortuga. Es como si hubieran recubierto las uniones magnéticamente. —Shen Hu se quejó.
—Son unidades de apoyo, así que son naturalmente más lentas.
El refunfuño de Shen Hu se encontró con una tranquila respuesta.
—No digas cosas irrazonables. Usar energía innecesaria agotará tu poder mágico.
—Teniendo en cuenta el tiempo de funcionamiento, es apropiado que las lanzas Lugh se asignen a los cadetes.
—Sí, Shen Hu. Deberíamos evitar quedarnos sin poder mágico antes de llegar a las llanuras del sureste.
—Ugh…
Al recibir una respuesta calmada de Amira y Milis, Shen Hu avanzó su máquina de mala gana mientras gemía.
—¿Qué ha pasado con ese entusiasmo de piloto As? Estabas tan emocionada al principio, —Lisa intentó animarle, pero Shen Hu suspiró y se lamentó.
—Nunca pensé que sería tan incómodo… Prefiero ir a tamaño gigante que montar en algo tan fatigoso…
—Sí, sí, ya vuelves a decir esas tonterías, ¿verdad?
—Tamaño gigante, eh…
Lisa respondió con su tono habitual, y Amira, que había estado escuchando su conversación, suspiró también. Al parecer, el suspiro de Amira llamó la atención de Shen Hu, que giró la cabeza de su Lanza Lugh para mirarla.
—¿Qué piensas, zagala? ¿Tú tampoco me crees?
—¿Creer en qué? ¿En que te haces gigante? ¿Es eso posible?
Preguntó Amira con una mezcla de duda y curiosidad. Shen Hu manipuló su máquina, haciendo poses innecesarias mientras empezaba a hablar.
—Bueno, claro que es posible. Volverse de tamaño gigante es algo de ensueño. Si aumentara la frecuencia de las «comidas» con mi Ama y consumiera mucho cada vez…
—Rechazado, —intervino Lisa, cortando enérgicamente las palabras de Shen Hu.
—¿¡Por qué no~!? —Un grito dramático resonó en la cabina y salió por los altavoces.
—Jejejé, sería interesante si Shen Hu pudiera hacerse gigante. Y que hiciera, «¡Roarrr!». —Milis, todavía encaramada al hombro de la Lanza Lugh de Amira, imitó la pose de Shen Hu.
—¿Qué es eso…? —preguntó con curiosidad Amira, que había estado observando a los dos a través de la pantalla.
—Es un cuento divertido que le gusta contar a Shen Hu. Es de la antigua era del calendario seika, así que tú aún no habías nacido, —explicó Milis.
—Bueno, no sólo Amira, la mayoría de la gente tampoco había nacido entonces, —añadió Lisa con un suspiro. De repente, Amira bajó el tono e interrumpió la conversación.
—…Un momento.
Los comentarios de Milis y Lisa hacían parecer que Shen Hu era un humano de la era del calendario antiguo.
—¿Qué pasa?
—¿Significa eso que Shen Hu nació en ese entonces?
Sorprendida por esta posibilidad, Amira preguntó, y Lisa respondió como si fuera lo más natural del mundo.
—Sí, eso creo…
—…¿Eh? Entonces, ahora mismo, ¿cuántos…?
—Dejé de contar a mitad de camino porque se puso muy problemático, pero a grandes rasgos, han pasado unos mil años más o menos.
—¿¡Qué!? —Amira se sorprendió por la declaración de Shen Hu.
—¿Eh? ¿No lo sabías? Shen Hu es un espíritu. —Sonriendo suavemente, Milis llamó a Amira a través del micrófono.
—¿¡U-un espíritu!?
—Sí, ¿no es inusual?
—No sólo inusual… quiero decir, guau. —Amira no pudo ocultar su sorpresa y murmuró emocionada.
—Cuarto pelotón, no hablen tanto. Se van a quedar sin poder mágico.
—¡Sí!
La voz de Stefan sonó por los altavoces y Amira sintió la atención de los demás alumnos. Lisa suspiró y bajó la cabeza dentro de la cabina.
—Nos han regañado, ¿eh?
—Sí, nos regañaron.
Milis bajó la voz como si estuviera reflexionando, pero a Shen Hu no pareció importarle en absoluto y se rio entre dientes.
—¿De quién fue la culpa?
—¡Lo siento!
Lisa suspiró en respuesta a la risa de Shen Hu, pero por alguna razón, Amira fue la que se disculpó.
—Bueno, no parece muy enfadado…
La carga, envuelta en cajas de madera y telas, estaba siendo introducida en el campamento. Amira, que lo confirmó a través de su monitor auxiliar de la Lanza Lugh, reconoció su llegada al destino y detuvo su mecha.
—Hemos llegado bien, —dijo.
La escotilla en la parte superior de la cabeza de la Lanza Lugh se levantó, y Milis se asomó a través de la brecha.
—Sí, hemos llegado. Gracias.
Amira cerró los ojos un momento mientras entraba el aire del exterior y entrecerró los ojos ante la luz del sol aún brillante. La brisa era algo más fresca que el aire del interior de la cabina, y el aroma a hierba y verano resultaba agradablemente refrescante. Amira respiró hondo varias veces, saboreando el aire fresco.
—Amira, bien hecho, —alabó Milis. Su dulce olor corporal su fundió con el aire fresco que se metió dentro—. ¿Acaso estoy pesada?
Amira, aún reaccionando al dulce aroma que se mezclaba con el aire fresco, respondió con determinación:
—¡No hay manera de que Milis-senpai sea pesada!
—Jejejé. Eres una niña tan buena, Amira, —dijo Milis mientras se levantaba y la abrazaba. La fuerza del abrazo empujó a Amira hacia su asiento. Sus orejas felinas se agitaron mientras respondía rápidamente al sonido de una puerta que se abría y cerraba del Soldato de Lisa.
—¡Oh, Lisa-senpai!
La puerta de la cabina del Soldato, que había sido puesto en posición de estacionamiento, se abrió, y Lisa desembarcó. Amira, liberada del abrazo de Milis, se precipitó hacia Lisa y la saludó alzando la voz.
—¡Buen trabajo!
—Gracias, Amira.
Lisa sonrió al ser recibida por Amira y descendió al suelo. Stefan y Miranda, que estaban encaramados sobre los hombros de los Chevaliers al frente de la fila, miraron a los estudiantes.
—Muy bien, ya estamos todos.
—Eh, ¿dónde está Shen Hu?
Las palabras de Miranda hicieron murmurar a Milis mientras miraba a su alrededor. La Lanza Lugh de Shen Hu había estado en una posición de estacionamiento un poco más lejos, pero no había rastro de ella.
—¡Iré a ver! —Anunció Lisa, que respondió rápidamente, y comenzó a subir a su Lanza Lugh.
—¿Podría haberse… quedado sin poder mágica? —Mientras revisaba la cabeza de la Lanza Lugh de Shen Hu, Amira le preguntó a Milis en voz baja—: Shen Hu es diferente a lo usual, ¿no es así?
Milis, también observando la situación, ladeó la cabeza con curiosidad.
Se esperaba que Shen Hu desembarcara rápidamente, pero no apareció. Presintiendo que algo iba mal, los estudiantes reunidos cerca empezaron a murmurar.
Sherry, que se había hecho más cercana a ellas en los baños, también miró a Amira con preocupación.
—Lisa y Shen Hu están tardando bastante.
—Sí, yo también debería comprobarlo.
La cabina no era muy espaciosa. Si Shen Hu estaba demasiado débil para salir por sí misma, podría necesitar ayuda. Amira se dirigió hacia la Lanza Lugh de Shen Hu también.
—¡Lisa, ¿está todo bien?!
Subió la Lanza Lugh y se acercó rápidamente a la cabina. Cuando se asomó al interior y gritó, Lisa, que parecía nerviosa, se volvió hacia ella con expresión de sorpresa.
—Ah… eh…
Lisa, agitada, emitió sonidos incomprensibles. Amira se dio cuenta de que su rostro se enrojecía rápidamente y se sintió incómoda, por lo que apartó la mirada.
—A-Amira… por qué… —Lisa tartamudeó.
—Sólo es una junior que se preocupa por su superior, kakaká.
Shen Hu, que había estado recostada en la cabina, se incorporó de repente y rio a su manera habitual.
—¡Es porque tú eres muy lenta! —Lisa, que había estado sentada sobre el muslo de Shen Hu a horcajadas, se levantó rápidamente y golpeó a Shen Hu en la cabeza.
—¡Gyah! —Shen Hu dejó escapar un sonido seco mientras se sujetaba la cabeza, gimiendo suavemente.
—¿…Pasa algo malo? —preguntó Amira, sin entender la situación.
—No, no es nada. Es ella que sigue diciendo cosas raras, —respondió Lisa, cubriéndose la cara con el brazo, con el rostro enrojecido y las orejas del mismo color.
—Ya veo, —dijo Amira. No sabía qué clase de broma había hecho Shen Hu, pero no parecía importante—. Me adelantaré, —añadió, dándose cuenta de que su ayuda no era necesaria.
Esa chica siempre está metiéndose con Lisa…
Sin embargo, no pudo evitar escuchar las sugerentes palabras de Shen Hu mientras hablaba en voz baja.
—Ahora, Ama, ¿podemos continuar con nuestra «comida»?
—…Oh, bueno, supongo…
Al escuchar su conversación en voz baja, Amira enarcó una ceja.
¿Tanta hambre tenía…?
Tenía sentido tener hambre después de un día de marcha con mechas y auxiliares, pero la gravedad de la situación, hasta el punto de interrumpir las actividades del grupo por una comida, le pareció extraña a Amira.
—Ahora, las tiendas están preparadas. Divídanse en sus respectivos equipos y empiecen a preparar la cena, —ordenó el instructor.
Las tiendas de los alumnos estaban alineadas en el campamento. El sol se había puesto por completo desde el cielo occidental, y la hoguera central donde estaban las tiendas iluminaba la oscuridad inminente.
Alrededor de la hoguera, estaban dispuestos todos los utensilios de cocina e ingredientes necesarios para la comida de esta noche. Sin embargo, cuando los estudiantes abrieron las bolsas de cáñamo que contenían verduras y arroz crudo, dudaron. Sólo bebieron un sorbo de agua y se miraron perdidos.
—Tengo tanta hambre que no puedo moverme…
—Yo sólo quiero dormir más que nada…
Era la primera experiencia de los alumnos manejando mechas y viajando largas distancias, y la mayoría estaba a punto de quedarse sin energía mágica.
—Dejen de quejarse y pónganse a trabajar. Tienen que valerse por ustedes mismos.
—Y para que lo sepan, no hay Manamita.
Dijo Miranda con frialdad, y Stefan añadió con una sonrisa irónica.
—Eeh… —La decepción resonó entre los estudiantes, y algunos de ellos se sentaron, abatidos.
—Estamos llegando a nuestros límites físicos…
—Yo sólo quiero descansar en la tienda…
Se escucharon débiles murmullos aquí y allá.
—Priorizar el sueño es su elección, pero no es recomendable. Si quieren rendir bien en el ejercicio de campo de mañana, necesitan comer adecuadamente. La marcha es sólo una parte del proceso, —aconsejó Miranda.
—……
Bajo el astuto consejo de Miranda, los alumnos empezaron a levantarse lentamente.
Amira, que había estado usando agua para calmar el hambre, recobró la determinación. Recogió los utensilios de cocina y los ingredientes para su propio equipo y se volvió hacia Lisa, que había estado apoyada contra la pierna del mecha.
—¡Lo haré lo mejor que pueda! Lisa-senpai, por favor, tú descansa.
Llevando una olla, una fiambrera y los ingredientes, intentó comenzar los preparativos. Después de transportar los ingredientes a la tienda, Lisa apoyó de repente a Amira de forma nerviosa.
—Amira, a ti te tiemblan las piernas. Siéntate de momento.
—Pero, Lisa-senpai, tú…
Sin negar la observación de Amira, Lisa le dio una sonrisa débil.
—Todo el mundo está casi sin energía mágica, ¿eh? —Milis rio con expresión preocupada mientras extendía utensilios de cocina e ingredientes sobre una sábana de repuesto cerca de la tienda.
—Como dijo la profesora Miranda, cuando comamos nos sentiremos un poco mejor, pero…
—Ah, ¿entonces es gracias a eso que Shen Hu no tiene problemas?
Lisa asintió con la cabeza a la pregunta suavemente divertida de Amira, pero luego se la quedó mirando con asombro.
—¿Eh? —Lisa dejó escapar un ruido extraño, parpadeando rápidamente.
—¿Qué…? ¿Dije algo…?
—De acuerdo entonces, haré un esfuerzo extra para preparar la cena para todos, —interrumpió Milis, interponiéndose entre Lisa y Amira. Tomó un cuchillo y verduras, lista para levantarse.
Al ver a Milis, cuchillo en mano, como una guerrera, Shen Hu, que había permanecido en silencio hasta entonces, se precipitó de repente hacia delante, con cara de nerviosismo.
—No, espera, Milis.
—¿Hmm? ¿Qué pasa, Shen Hu? —Milis parpadeó confundida, todavía sosteniendo el cuchillo.
—…¿Acaso sabes cocinar? —Sobresaltada, Shen Hu dio medio paso atrás y extendió la palma de la mano hacia Milis. La miró con expresión seria y formuló la pregunta.
—No, pero probablemente soy la que más energía tiene de todas.
—¡Yo también estoy bien! —exclamó Amira, queriendo ayudar a Milis. Lisa llevaba un rato en cuclillas, pero entonces levantó la cabeza como si recordara algo y miró a Shen Hu.
—…Oye, hablando de eso, Shen Hu, ¿sabes cocinar?
—¡Kakaká, he estado esperando esas palabras! Déjamelo a mí; ¡te vas a dar un gustazo! —La declaración de Shen Hu llamó la atención del tercer pelotón adyacente y de Stefan.
—Estás motivada, Shen Hu. Cuenta conmigo para mi parte también, —dijo Stefan, y los estudiantes del tercer pelotón dirigieron sus suplicantes miradas hacia ella también.
—¡Ja! Sus deseos son órdenes. Les enseñaré a todos un curry de verdad. Tarararán~♪. —Con una señal cantarina, Shen Hu produjo polvo de curry aparentemente de la nada.
—¿De dónde has sacado eso?
—No te preocupes por los detalles, ama, —dijo Shen Hu con una sonrisa, aceptando el cuchillo de Milis y mostrando sus impresionantes habilidades culinarias.
—¡Cuento contigo, Milis!
—¡Por supuesto!
Siguiendo las indicaciones de Shen Hu, Milis empezó a echar las verduras una a una.
—Eeh… ¿Qué está pasando…?
Las verduras parecían flotar en el aire antes de ser instantáneamente peladas y cortadas en trozos del tamaño de un bocado, aterrizando en la olla. Debajo de la olla, una llama brillante había brotado a la vida aparentemente de la nada, y el arroz, que había estado en una bolsa hace unos momentos, ahora estaba hirviendo a fuego lento en la fiambrera.
—Es increíble…
—Huele tan bien…
A medida que el aroma del arroz que se cocía se hacía más tentador, empezaron a surgir sonidos de admiración y esperanza entre los estudiantes.
—Entonces, ¿te has enamorado de mí otra vez, ama?
—Asi que también eres útil a veces.
—¡Kakaká! Puedes alabarme aún más.
Animada por la reacción de Lisa, Shen Hu balanceó los brazos enérgicamente y continuó cocinando simultáneamente en dos ollas.
Con carne cruda sustituida por carne enlatada, polvo de curry añadido, y más, la cena se completó más rápido que la comida de cualquier otro escuadrón.
Lisa y Amira ayudaron a servir, mientras Milis distribuía el curry a los miembros de cada escuadrón. Una vez que todos tuvieron su comida en la mano, expresaron su gratitud a Shen Hu.
—Debo subir mi evaluación de mi ama también.
—Tu evaluación se basa en los estándares de Lisa, por lo que parece.
Stefan disfrutó de su curry, mirando entre Shen Hu y Lisa con diversión.
—¡Mmm! ¡Delicioso! ¡Con esto, podrías abrir un restaurante de curry!
—¡Kakaká! ¡Que sigan llegando los elogios, todos!
Siguiendo a Stefan, los otros estudiantes empezaron a comer también.
—Ejejé, la cocina de Shen Hu es tan deliciosa. ¡Vamos a comer! —Al volver de servir, Milis se sentó al lado de Amira y empezó a comer.
—…Este podría ser el curry más delicioso que he comido…
—En efecto, puede ser. Está tan bueno que podría hacer que Shen Hu creciera y destruyera un castillo.
—¡¡De-li-cio-so!! —Milis imitó lo que Shen Hu hizo hace algún tiempo y soltó una risita mientras disfrutaba de la comida.
—A qué se refieren con eso… —Lisa, que las observaba a las dos con expresión exasperada, también parecía satisfecha con el sabor del curry—. Y ahora hablan de un castillo.
—Hmm…
Mientras Amira saboreaba el curry y miraba a su alrededor, Lisa soltó una ligera risita y le dio una palmada en el hombro.
—No tienes que hacerles caso.
Dado que se les estaba acabando el maná, los miembros del Tercer Escuadrón siguieron comiendo mientras pedían una segunda ración.
Después de que Shen Hu, que había exhibido sus habilidades culinarias y había recibido peticiones del Primer y Segundo Escuadrón, regresara, las ollas estaban casi vacías.
—¡Por cómo se lo devoraron, el curry más parecía una bebida!
—Parece que todo el mundo tenía bastante hambre, ¿eh?
Habiéndose llenado un poco, los estudiantes parecían ser aún más conscientes de su hambre. Al verlos lamer sus platos, Shen Hu y Milis intercambiaron miradas.
—Es estupendo que sea popular, pero esto no es suficiente.
—Ama, ¿cómo se siente tu estómago?
—Hmm… No es que me muera de hambre, pero definitivamente podría comer un poco más.
—¡Lisa-senpai, puedes comerte el mío! —Ante las palabras de Lisa, Amira le ofreció el último bocado de patata.
—No-no, así está bien. Deberías comértela tú, Amira.
—¿Estás segura? —Cuando Lisa declinó, Amira pareció un poco decepcionada y bajó sus orejas felinas, para luego llevarse la patata a la boca.
—…Pero Shen Hu…
—De acuerdo entonces, vamos a procurarnos algunas.
—¿Procurarnos?
Antes de que Amira pudiera preguntar más, Shen Hu y Milis ya estaban en movimiento.
—¡Profesor Stefan, Profesora Miranda! ¡Iremos a recolectar ingredientes a ese bosque!
—Milis, Shen Hu, van a hacer algo imprudente… —Miranda intentó detenerlas, pero las dos ya habían desaparecido en el bosque.
—Deberiamos haber establecido algunas reglas básicas de antemano. Aunque bueno, yo también quiero comer un poco más…
—Stefan.
Stefan, que pasó por alto sus acciones con una carcajada, se encontró con la aguda mirada de Miranda.
—De acuerdo. Yo asumiré la responsabilidad si pasa algo.
Entendiendo el mensaje que transmitía su mirada, Stefan respondió, y Miranda sonrió irónicamente mientras terminaba con elegancia los restos del curry especial de Shen Hu.
—Bueno, durante el reconocimiento a última hora de la tarde, no había señales de demonios. Si no se meten muy a lo profundo del bosque, deberían estar bien.
Shen Hu y Milis regresaron poco después de su partida.
—¡Todos, siento haberlos hecho esperar!
—¡Tuvimos una gran pesca!
Shen Hu y Milis se apresuraron a regresar al campamento, balanceando pequeñas criaturas verdes empaladas en las ramas de los árboles.
—¡Son Comehombres!
Estas pequeñas criaturas de origen vegetal, de unos 30 centímetros de tamaño, estaban ensartadas en grupos de tres en ramas. Lo que parecían las bocas de los Comehombres estaban cerradas, y estaba claro que ya no tenían vida. Cada una de ellas sostenía una rama con un comehombres ensartados que colgaban sin fuerzas.
—Oigan, oigan, que buena habilidad.
Stefan se levantó con expresión asombrada, examinando con interés a los Comehombres capturados.
—No debería haber tantos juntos… —Miranda parecía compartir el mismo sentimiento mientras examinaba a los Comehombres con desconfianza.
—Estaban cerca de una cosa que parecía ser su comida.
—Tenía un olor bastante fuerte.
Shen Hu y Milis respondieron mientras alineaban eficientemente los Comehombres ensartados en el marco de madera de la hoguera.
—¿Un olor fuerte…?
Miranda frunció las cejas, pensativa, mientras volvía a evaluar las heridas mortales de los Comehombres. Aunque estaban camufladas por estar ensartados en ramas, había débiles rastros de fragmentos de hielo, aparentemente causados por la magia de Shen Hu.
—Debía de ser su comida favorita.
Stefan se rio entre dientes mientras frotaba con el dedo la parte con forma de tentáculo de uno de los Comehombres. Tras olerlo y torcer los labios con desagrado, Stefan animó a Miranda a hacer lo mismo.
—…¿Podría ser Demon's Bay? Debería estar prohibido… —Miranda, que notó el leve aroma, arrugó la cara.
—¿Eh? ¿No se nos permite comerlo?
Confundida por el término desconocido, Milis ladeó la cabeza. Stefan negó inmediatamente la posibilidad y esbozó su habitual sonrisa mientras hacía un gesto a Miranda.
—No, está bien. Compartan un poco conmigo.
—Oh, sí, se los agradecería mucho.
Miranda, que recibía sus miradas, asintió. Amira, al notar que los labios de Miranda se movían ligeramente, aguzó el oído y logró escuchar lo que decía.
—Volvamos a comprobarlo hasta mañana por la mañana.
—Por favor, hazlo. Podría ser problemático si está relacionado con los demonios. —Stefan respondió a las palabras de Miranda sin apenas mover los labios.
¿Qué está pasando…?
—¡Amira! ¡Trae un poco de sal!
—¡Claro!
Aunque Amira se había quedado perpleja con las cejas fruncidas, rápidamente esbozó una sonrisa al escuchar la petición de Milis.
***
—¡Ahora, es el momento de los tan esperados Comehombres asados! ¿Están todos listos con sus platos?
—¡Sí!
Milis lanzó al aire las bien cocinadas brochetas de Comehombres.
—¡Haah!
Shen Hu saltó y troceó hábilmente los Comehombres asados. Cada plato se sirvió con carne recién asada.
—Esto se siente como acampar.
—Es realmente delicioso. Tiene una textura parecida a la verdura, pero sabe a cerdo.
Amira le dio un mordisco a la carne, asintió con la cabeza e intercambió sonrisas con Lisa.
—Como técnicamente es una planta, es rica en vitaminas.
—Efectivamente, tiene el sabor de la carne sin ser grasienta.
La carne de Comehombres, sazonada sólo con sal, era suave pero tierna, y con cada bocado surgía un sabroso jugo parecido al caldo de carne, que la hacía excepcionalmente sabrosa.
—Kakaká, parece que hasta Amira se ha dado cuenta de mi valor.
—No te dejes llevar.
—No lo reconoceré hasta que puedas hacer huevos pasados por agua como Dios manda.
Lisa y Amira respondieron simultáneamente a la orgullosa declaración de Shen Hu.
—Jejejé, a Amira le encantan los huevos pasados por agua cocinados suavemente, ¿verdad?
—Aunque estoy llena, ahora quiero uno.
Milis captó el comentario de Amira y habló soñadoramente, haciendo que Lisa tragase saliva audiblemente.
—Muy bien, está decidido, mañana comeremos huevos.
—¿Eh? ¿Puedes hacerlos? ¿Harás huevos?
Shen Hu aceptó alegremente, y Lisa parpadeó como sorprendida.
—¡En mi diccionario no existe la palabra «imposible», kakaká!
—Bueno, hay muchas cosas que son imposibles, ¿sabes…? —Lisa parecía desconcertada mientras respondía a la confiada afirmación de Shen Hu.
—Haré posible lo imposible para mi ama.
—Claro, claro. —Lisa dio una respuesta a medias, como siguiéndole la corriente.
—Jejejé, Shen Hu realmente quiere a Lisa, ¿verdad? Qué suerte. —Milis las observó con envidia, entrecerrando los ojos.
—Bueno, yo creo que tú harías mejor pareja con Lisa-senpai, Milis-senpai …
—¡Gracias, Amira! Y también te quiero mucho a ti. —Incapaz de contener sus verdaderos sentimientos, Milis dejó su plato a un lado y saltó sobre Amira.
—¡Espera, Milis-senpai!
—Jejejé, las orejas y la cola de Amira son tan cálidas. —Milis extendió sus manos hacia las orejas y la cola felinas de Amira, apretando suavemente y disfrutando de la sensación.
—Vamos a dormir cerca esta noche.
—Oh, um… —Amira se sintió dividida entre si realmente estaba bien y su deseo de complacerse en esto.
Eh, podría ser qué… De repente se le ocurrió que su preocupación hacia Shen Hu y la irritación en sus palabras eran debido a que podía estar celosa.
—Espera, ahora que lo pienso, me está entrando sueño ahora que estoy llena. —Lisa, aparentemente ajena a los pensamientos de Amira, parpadeó y ahogó un bostezo.
—Algunos chicos ya están en sus tiendas.
Milis bostezó y se estiró, y cuando terminaron de comer, Miranda, que había estado observando los alrededores, habló.
—Bueno, daré una simple señal para apagar las luces. Mañana empieza el entrenamiento de verdad. Descansen temprano esta noche.
—Sí~.
Teniendo en cuenta el entrenamiento que se avecinaba, se anunció que las luces se apagarían temprano. Los estudiantes, satisfechos tras saciar su hambre, entraron en sus respectivas tiendas.
Envuelta en una cálida manta, Milis jugaba haciendo siluetas de zorros en el techo de la tienda.
—El entrenamiento práctico de mañana será un simulacro en el que cada grupo luchará contra nuestros acompañantes, el profesor Stefan y la profesora Miranda…
A su lado, Amira murmuraba información sobre los ejercicios de campo, pero sintió la mirada de alguien y levantó la vista de sus apuntes.
—¿Aún no estás durmiendo, Amira?
—Sólo un poco más…
Usó el dedo como marcapáginas improvisado y lo deslizó suavemente entre las páginas de su cuaderno. Luego, sacó unos folletos sobre los ejercicios prácticos.
—¿Te he molestado con mi voz?
Al darse cuenta de que quizá no había sido lo bastante considerada, Amira se apresuró a preguntar, y Milis negó suavemente con la cabeza.
—No, pero me gusta oír tu voz seria.
—Gracias. Um, Milis-senpai …
Al contemplar la suave sonrisa de Milis, la somnolencia que había estado manteniendo a raya empezó a aparecer de nuevo. Amira apretó la lengua contra la parte posterior de los dientes mientras parpadeaba para mantenerse despierta.
—Quiero hacer un poco más de simulación para mañana, así que está bien si te vas a dormir primero.
—Claro, eres muy diligente, Amira. —Milis respondió y se metió bajo la manta. Con sólo su cara asomando, rodó sobre el regazo de Amira y la miró.
—Sólo tenemos un mes… Tengo que ponerme al día con Lisa todo lo que pueda antes de eso.
—¿Por qué no te unes oficialmente después de este período de prueba?
—Eso es… cierto, pero… si hago eso, estaré en grados diferentes de Lisa y los demás.
—Ah, ya veo. —Milis hizo un gesto como si entendiera la respuesta de Amira. Su pelo largo cosquilleó el muslo de Amira—. Quedarse atrás y esperar a que Amira nos alcance… No creo que Lisa permitiera eso, ¿eh?
—No me gusta esa idea.
Amira rechazó con firmeza la afirmación de Milis, que sonaba como una mezcla de broma y seriedad, y Milis asintió como si lo hubiera esperado.
—Jejejé, Amira, eres un poco como Lisa, ¿verdad?
—¿Ah, sí? —En respuesta a la mención del nombre de Lisa, Amira levantó la cabeza.
—Sí, te pareces un poco a ella. Esa sensación de no poder dejar las cosas en paz, ¿sabes? —Milis sonrió desde debajo de la sombra de su cuaderno, mirando a Amira.
—¡Oh! —Amira abrió mucho los ojos de repente en respuesta a la mirada de Milis y exclamó.
—¿Qué pasa?
Sorprendida, Milis levantó la cabeza del regazo de Amira, y ésta se puso en pie como si lo hubiera estado esperando.
—¡Tengo algo que quiero discutir con Lisa-senpai sobre la estrategia de mañana! ¡Vuelvo enseguida!
«…Volvamos a comprobarlo hasta mañana por la mañana.»
«…Por favor, hazlo. Podría ser problemático si está relacionado con los demonios.»
Repitiendo en su cabeza la conversación entre Stefan y Miranda cuando Milis y Shen Hu atraparon a los Comehombres, Amira se puso los zapatos y se dirigió hacia la tienda de Lisa y Shen Hu.
La conversación de la profesora Miranda y el profesor Stefan… Seguramente es algo que debería contarle a Lisa-senpai.
Los demás estudiantes ya se habían ido a dormir, y los alrededores estaban tranquilos y en silencio. Cerca de la hoguera que se estaba apagando, se podía ver la figura de Stefan, con un leve humo morado que se elevaba.
…Está de guardia… podría haber algo después de todo…
Con una vigilancia aumentada, Amira se acercó silenciosamente a la tienda de Lisa y Shen Hu. Todavía había una tenue luz proveniente de la lámpara mágica portátil en la tienda de Lisa, y se podían escuchar voces susurrantes desde dentro.
—Haa… se siente bien… —Entre el crujido de la ropa, la voz de Lisa, mezclada con suspiros, resonaba—. Nn, justo ahí… un poco más fuerte… ah, eso está bien…
Parecía que Shen Hu estaba haciendo algo, ya que la voz de Lisa sonaba cautivada.
—No esperaba que tuvieras tal habilidad…
—Kakakaká, mis habilidades son útiles de vez en cuando.
Amira, aprovechando la luz que se filtraba desde la tienda, entrecerró los ojos y vio a Shen Hu sentada en una postura como si estuviera montando a Lisa, quien estaba boca abajo.
…Oh, ¿le está dando un masaje? Amira notó que sus manos amasaban los hombros y la espalda, y suspiró aliviada.
—Realmente aprecio esto, especialmente después de estar apretada en ese asiento de piloto.
—Los viajes largos pueden ser bastante duros incluso para mí.
—Los ejercicios de mañana serán aún más duros. —La voz de Lisa, llena de un tono de ansiedad que no mostraba como líder de escuadra, dijo.
—Es cierto. Bueno, mientras derrotemos a Stefan, ganaremos.
—Pero nos enfrentamos a los Tercero y Cuarto Escuadrones… me pregunto si nuestro plan será suficiente.
Mientras Shen Hu se mantenía optimista, Lisa se mantenía serena.
—Tenemos un as bajo la manga: Milis.
—Pero no estará peleando ella como tal, sino dentro de un mecha, ¿verdad?
Lisa enfatizó el punto, y Shen Hu, de buen humor, rio y comenzó a trazar suavemente su palma a lo largo de la espalda de Lisa.
—Bueno, también tengo una estrategia. Espera con ansias mañana.
—¿De verdad? Entonces, ¿por qué no me hablas de esta «estrategia» ahora en lugar de esperar hasta mañana? —Mientras el masaje continuaba, Lisa continuó la conversación en un tono relajado.
—He estado esperando esas palabras.
—¿Eh…?
Shen Hu movió su cuerpo, acercándose más al rostro de Lisa, trazando sus muslos con la palma de su mano de una manera diferente al masaje, lo que hizo que el cuerpo de Lisa se tensara ligeramente, lo que Amira podía ver claramente incluso con la luz tenue.
Amira no podía ver el cabello dorado de Shen Hu, pero no se perdió los sonidos apagados y los susurros indistintos que escapaban entre ellas.
—Inesperadamente, usar poder mágico consume bastante energía. Incluso yo, aunque estoy en mejor forma que los demás, sigo acumulando fatiga. En ese sentido, incluso una pequeña «comida» aumentaría tanto la energía como la resistencia…
Shen Hu, levantando su parte superior del cuerpo, suplicó sinceramente a Lisa. Después de un momento de silencio, Lisa cambió su posición y se acostó boca arriba.
—¿Ese efecto también me alcanzará a mí?
—Por supuesto.
—Ya veo… —Lisa respondió con una sonrisa, pero todavía había algo de vacilación en su voz.
¿Entonces la comida de hace rato no fue suficiente?
Escuchando su conversación, Amira intentaba encontrar el momento adecuado para intervenir.
—…Pero, solo está la tienda, y alguien podría pasar…
Al darse cuenta de que alguien podría estar escuchando, Lisa miró a su alrededor.
—¿¡!? —Amira, tratando de retirarse de su posición de escucha indiscreta, pisó accidentalmente una ramita.
Uy…
Estuvo a punto de dejar salir una voz, pero logró cubrirse la boca apenas. Pero Lisa escuchó la rama al romperse, y dejó salir una voz aguda de reproche.
—¿¡Ha-hay alguien allí!?
—Oye, vamos.
Lisa estaba a punto de levantarse y salir de la tienda, pero de repente detuvo sus movimientos.
—¿Eh, ah?
Amira no entendía lo que había ocurrido, pero escuchó el sonido del cuerpo de Lisa colapsando al suelo.
—No piques el avispero, ama.
—Pe-pero, hubo un ruido…
Amira pensó que Shen Hu podría haber hecho algo a Lisa, pero dentro de la tienda, Lisa continuó la conversación como si nada hubiera sucedido.
—Si tuviera asuntos aquí, al menos llamaría, ¿verdad? De lo contrario, es solo tu imaginación.
—Espera, espera… —La voz de Lisa se hizo más suave, reemplazada por el crujido de la ropa—. Espera, Shen Hu…
—¿Qué pasa? ¿No estabas de acuerdo con la «comida»? —Shen Hu, apartando su cabello, miró fijamente a los ojos de Lisa.
—Bueno, sí, pero… Pero, si alguien nos ve o nos escucha en un lugar como este…
Mientras Shen Hu, con movimientos expertos, comenzaba a desvestir a Lisa, ella hablaba con vacilación. Quizás como una consideración para no pasar frío, también se expuso, sus pieles desnudas tocándose mientras se besaban.
—Mm… Mm…
Lisa cerró los ojos, moviendo ligeramente la cabeza mientras emitía una voz perpleja y seductora. A medida que Shen Hu cambió el ángulo de su beso para suprimir su voz, solo se podían escuchar respiraciones apagadas.
—Mira, haciendo esto, no tendrás que hacer ningún ruido. Si es necesario, ¿prefieres que te tape la boca? —Mientras mantenía el contacto visual con Lisa, Shen Hu continuó besándola.
—…Ah…
Lisa aceptó esto, enviando a Shen Hu una mirada encantada y lujuriosa. A medida que sus labios se encontraban y compartían saliva, respiraciones húmedas resonaban dentro de la tienda.
Las orejas de Amira no podían escapar de los sonidos, y estaba comenzando a concentrarse, decidida a no perderse los seductores gemidos de Lisa.
—Bueno, para mí sería más emocionante la posibilidad de que alguien nos vea.
Diciendo esto, Shen Hu, que había estado mirando afuera, se centró claramente en Amira. Al darse cuenta de que sus ojos se habían encontrado, Amira rápidamente se tapó la boca y negó con la cabeza.
—Eres una tonta.
—Tonta o no, siempre y cuando sea por mi ama, haría cualquier cosa, por más absurda que sea.
Mientras Shen Hu afirmaba la declaración de Lisa, su lengua seguía moviéndose por su piel desnuda. El cabello de Shen Hu había obstruido su vista, pero Amira no podía evitar concentrarse en los tenues sonidos de la ropa que se movía, sus besos húmedos y el calor de sus respiraciones entrelazadas.
Con «comidas»… ¿se referían a esto? Impulsada por la vista de su piel tocándose y sus labios entrelazados en un beso apasionado, Amira se acercó sigilosamente a la tienda.
—Aah…
—¿…Es aquí, ama?
—…Ah, no, un poco a la derecha…
Los sonidos de la respiración agitada de Lisa y Shen Hu se volvieron más agitados, confirmando su excitación. Mientras Amira quedaba cautivada por su aventura secreta, sintió que sus mejillas se calentaban y frotó inconscientemente el interior de sus muslos.
…Está haciendo más calor…
Una sensación de hormigueo comenzó desde debajo de su ombligo y se extendió por sus muslos internos. Amira estaba cautivada por la pasión de las dos, y sus mejillas se ruborizaron cada vez más mientras se retorcía, frotando sus muslos internos.
Lisa parece estar sintiéndose tan bien… Si toco aquí…
Solo imaginarlo hacía que su piel hormigueara, y una sensación desconocida parecía venir de todas direcciones. Tentada, Amira extendió su mano hacia su zona inferior en el calor del momento.
—Amira…
—¿¡Mmmph!?
Justo cuando la voz de Milis sonó cerca, los labios de Amira fueron repentinamente cubiertos.
—¿Qué estás haciendo en un lugar así?
—Milis-senpai … Yo-yo, solo estaba…
Antes de que pudiera explicarse, el dedo índice de Milis selló los labios de Amira.
—Shh… ¿Espiando, eh? Nunca supe que tenías esos intereses, Amira.
—No-no, no es así. Yo solo estaba…
—Jejejé… Lo entiendo. También quiero unirme ♪.
—¿Eh…?
Con pasos ligeros, Milis entró en la tienda de Lisa y Shen Hu.
—¡Mi-Milis…!
—También quiero unirme, ¿saben?
Poco después, Amira escuchó la voz sorprendida de Lisa y el tono indulgente de Milis sofocándola, seguidos de las voces apagadas de las tres y el débil sonido del agua.
Oh, esto está tan mal… pero no puedo dejar de escuchar…
Las orejas de Amira se movieron involuntariamente ante los dulces sonidos de ellas intercambiando saliva. No podía apartarse y continuó escuchando atentamente. Luego, sintió que alguien se acercaba por detrás.
—Tu cuerpo debe estar enfriándose.
—Ah, sí…
Mientras Sherry, que se había acercado, colocaba suavemente la palma de su mano en el hombro de Amira, Esta se dio cuenta de que su piel se sentía cálida. Presionó su mano contra su mejilla y dejó vagar la mirada.
—Hmm…
Desde la entrada de la tienda ligeramente abierta, se podían ver las tres figuras moviéndose sensualmente al otro lado. Sherry entrecerró los ojos, murmuró suavemente y susurró suavemente en la oreja de Amira, que tenía orejas de gato.
—¿…Es la primera vez que ves eso?
—Uh, bueno… sí…
Sorprendida por la actitud completamente tranquila de Sherry, Amira balbuceó y dio un paso atrás.
—Es la «comida» de Shen Hu, parece. Los espíritus no se alimentan de comida regular como nosotros.
—¿Lisa siempre… hace eso?
—¿Es algo que te interesa?
—Uh… um…
Mientras Sherry extendía la mano para ayudar a Amira a ponerse de pie, las orejas de la chica gato seguían enfocadas en los sonidos desde dentro de la tienda.
—Ese parece ser el caso. …¿Te interesa?
—Ah… Uh… um…
Al darse cuenta de que sus orejas la habían delatado, Amira se sonrojó y apartó la mirada. Sin embargo, Sherry rápidamente le tomó la mejilla y giró su rostro de nuevo.
—Si es así, Amira, yo puedo mostrarte… —Sherry cerró los ojos y acercó el rostro de Amira, plantando un beso en sus labios.
—Mmm… —Sintiendo la sensación de los labios fríos y suaves de Sherry, Amira no pudo evitar cerrar los ojos también.
…Dulce y delicioso…
Los labios de Amira, unidos a los de Sherry, crearon el mismo sonido dulce que emanaba desde dentro de la tienda. Amira movió sus labios como Sherry le pidió, acariciando suavemente su lengua.
—Jejé, Amira, tu lengua… es áspera, y se siente bien…
Sherry separó sus labios lo suficiente como para hablar mientras su lengua seguía provocando a Amira.
—Aah…
Amira dejó escapar un suspiro mientras una sensación de hormigueo envolvía su cabeza, y la mano de Sherry descansaba firmemente en su cintura.
—Quiero hacer más… Oye, ¿puedo entrar en tu tienda, Amira?
—Sí-sí…
Animadas por Sherry, entraron juntas en la tienda. El espacio confinado de la tienda hizo que Amira fuera muy consciente de lo rápido que latía su corazón. También podía escuchar los de Sherry en sus oídos.
—Sherry… —Su voz temblaba de anticipación, y sus ojos parpadeaban con frustración.
—Amira, ¿te gustaría besarme también?
El rostro de Sherry se acercó hasta que sus respiraciones se mezclaron suavemente, invitando delicadamente a Amira.
—……
Con un toque tímido, Amira acercó cautelosamente sus labios. Sus dulces alientos se acariciaron las narices, y la abrumadora alegría hizo que Amira se sintiera mareada. Besó los labios de Sherry con hambre.
—Mmm… Puedes hacer lo que quieras…
Mientras mordisqueaban los labios de la otra y exploraban diferentes lugares, Sherry respondía a los besos de Amira.
—Se siente tan bien… —Sherry cerró los ojos dichosamente, soltando suspiros eufóricos—. Amo tu lengua, Amira. Es áspera, así que quiero que me lamas más…
—Oh… Ahh…
Sherry besó profundamente a Amira, entrelazando sus lenguas. Amira se entregó a las nuevas sensaciones, sus mejillas ruborizándose con el placer embriagador.
—Quiero hacer más…
Mientras Sherry besaba apasionadamente a Amira, sus labios se presionaban profundamente.
—Mmm… Ah…
Amira, suavemente empujada por Sherry, envolvió sus brazos alrededor de la espalda de Sherry, buscando cada vez más intensamente la presencia de la otra.
Sus cuerpos se tocaban y frotaban uno contra el otro mientras se abrazaban amorosamente. Con cada cambio en la alineación de sus labios, escapaban dulces gemidos, y sus besos pronto envolvieron todo su ser.
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