Bastardo Mujeriego

Vol. 4 Capítulo 5. Cuando Mizuho fue tomada por Seto

Por las circunstancias del trabajo de mis padres, sabía que no tenía opción. Entendía que, siendo mantenido por ellos, no debería quejarme. …Pero, honestamente, vivir solo en una casa es bastante solitario. Mi casa no es especialmente grande, solo una vivienda común, pero por la noche, cuando el salón está a oscuras, los espacios vacíos se sienten extremadamente amplios y fríos. La verdad es que solo necesito mi habitación en el segundo piso, lo que hace que todo lo demás se sienta innecesario. Por eso, siempre he deseado una casa más animada. Cuando mencioné esto, Mizuho-san se rio divertida.

—Jeeh~, ¿en serio? ¿Sabes que yo comparto mi habitación con Himari? En ese aspecto, te envidio, Seto-kun.

Mizuho-san estaba frente a la estufa, moviendo hábilmente una sartén con carne de cerdo, goya y huevos, mientras ladeaba la cabeza pensativa. Tener a una chica en casa, cocinando en la cocina, era una sensación bastante agradable. Tanto Mizuho-san como yo seguíamos vistiendo nuestros uniformes de verano, al igual que cuando fuimos de compras. Sin embargo, ahora llevaba un delantal blanco simple sobre su uniforme, que había sacado de un armario en la cocina.

—Mizuho-san, te queda muy bien el delantal.

—¿D-de verdad? Es la primera vez que me dicen algo así.

—Sí, no sé bien cómo decirlo, pero tienes un aire muy hogareño, y eso es genial.

—Ajajá… Seto-kun, dices esas frases tan vergonzosas con tanta facilidad. No es que me moleste, ¿eh? Solo que no pensaba que fueras de ese tipo de persona, así que me sorprende un poco. Pero bueno, ya me estoy acostumbrando, aunque si exageras, podrías causar malentendidos, ¿sabes?

Estuve a punto de decirle que no era ningún malentendido, pero decidí no hacerlo. Desde la silla en el comedor, observé cómo las orejas y la nuca de Mizuho-san se habían puesto completamente rojas. No quería distraerla mientras cocinaba y que ocurriera un accidente.

Además, en lugar de sentarme sin hacer nada, debería ayudarla. Me levanté y caminé hasta su lado.

—¡……!

—Voy a poner los palillos y los individuales.

—De-de acuerdo.

—¿Está bien si tomamos té de cebada?

—Está bien.

Cuando me puse a su lado, el cuerpo de Mizuho-san tembló ligeramente, pero hice como si no lo hubiera notado. Claramente, ella estaba tensa por varias razones. Parecía mejor no hacer nada que pudiera sorprenderla de golpe por ahora.

Por supuesto, yo tenía la intención de hacer que Mizuho-san fuera mía esta noche. A pesar de que ya era de noche, no iba a cometer la estupidez de dejar que una chica que había entrado en la casa de un hombre que vive solo se fuera sin que ocurriera nada.

Sin embargo, lo que no quería bajo ninguna circunstancia era ser malinterpretado. No es que estuviera intentando arruinar la relación entre Mizuho-san, Inukai-kun y Himari-chan. Es cierto que envidiaba la relación entre ellos tres, pero eso no significaba que yo pudiera convertirme en el amigo de la infancia que ellos compartían. Incluso yo, que solía ser torpe para entender el contexto, sabía eso perfectamente.

Simplemente quiero ser amigo sexual de ambas. Si hago eso, aunque no sea tan bueno como Inukai-kun, podré tener una relación con ellas. Eso es todo, ni más ni menos.

Cuando empezó a oscurecer afuera, Mizuho-san se puso un poco inquieta, pero cada vez que intentaba mirar el reloj, yo le hablaba para distraerla.

—Mizuho-san.

—¿Eh? ¿Qué-qué?

—Jajajá, ¿por qué estás tan nerviosa? Relájate, siéntete como en tu propia casa.

—No-no te rías tanto, rayos.

Mizuho-san infló las mejillas mientras decía eso. Sin embargo, mi risa exageradamente alegre pareció aliviar un poco su tensión. Luego, seguimos preparando la cena juntos, y ella empezó a sentirse más cómoda, incluso haciendo algunas bromas ligeras.

—Muy bien, el champurú está listo.

—Oooh.

—¿Cómo que «Oooh»? Con eso no me dices nada, ¿eh?

—Se ve increíblemente delicioso.

—Bi-bien, eso está mejor… Pero, sólo con esto está un poco triste. Voy a preparar algo más, espérame, Seto-kun. Ah, ¿puedo usar lo que haya en el refrigerador?

—Claro, pero no hay mucho.

—Algo debe haber, ¿no? …Guau, es verdad, no hay nada. —Mizuho miró dentro del refrigerador y murmuró en tono sorprendido—. Creo que fue buena idea que viniera.

En algún momento, Mizuho-san dejó de preocuparse por el reloj. Al mismo tiempo, parecía haber relajado bastante su tensión. A pesar de lo poco que había en el refrigerador, ella, usando los restos de los ingredientes que habíamos comprado en el supermercado, comenzó a preparar más platos de acompañamiento con gran habilidad, tarareando suavemente mientras trabajaba. Solo viendo cómo lo hacía, me quedó claro que realmente era una excelente cocinera.

Y ahora, esa chica estaba cuidando de mí, de mí solamente.

—¡Listo, terminé! Sí, me quedó bastante bien.

Mizuho-san, orgullosa de su trabajo, sirvió una ensalada sencilla y un namul[1] de brotes de soja. Desde que mis padres se fueron a trabajar al extranjero, no había visto una mesa tan colorida.

Mizuho-san se sentó frente a mí en la mesa, aún con el delantal puesto. Ambos juntamos las manos y dimos las gracias por la comida antes de empezar a mover los palillos. Yo elogié la comida que Mizuho-san había preparado, dejándome llevar por lo que sentía.

—Si me elogias tanto, me voy a sonrojar…

—No, lo digo en serio, está buenísima.

Pensé que debía ser increíble poder disfrutar de una comida tan deliciosa todos los días. Realmente envidiaba a Inukai-kun. Él estaba en el equipo de fútbol, tenía muchos amigos y, además, tenía a una amiga de la infancia tan maravillosa como ella. Al decir esto con entusiasmo, noté que el rostro de Mizuho-san se ensombreció.

Tal vez había cometido un error al mencionar a Inukai-kun en ese momento.

—¿Mizuho-san?

—…No, no es nada.

Pero, claramente, era más que «nada». Se podía ver por su expresión.

Aun así…

—No te preocupes, Mizuho-san.

—¿Seto-kun?

—No es solo Inukai-kun quien está a tu lado.

—Ah…

Con una voz suave y una sonrisa, traté de tranquilizarla.

—Gracias, Seto-kun. Desde hace un tiempo, parece que solo recibo ánimos de ti —dijo, sonrojada y un poco avergonzada.

No importaba lo que Mizuho-san sintiera por Inukai-kun, en este momento, yo era el único que reflejaban sus ojos.

Después, me aseguré de no dejar nada en el plato que ella había preparado para mí. Cuando le agradecí por la comida tras terminar de comer, Mizuho-san me devolvió una sonrisa diciendo que no fue nada.

—Entonces, déjame recoger todo rápido, Seto-kun, solo espera un momento.

—Yo también te ayudo.

—No, más ayuda el que no estorba, mejor que te quedes sentado.

—¿Eh? Qué cruel…

—Ajajá.

Mizuho-san se paró en el fregadero, dejando correr el agua mientras limpiaba los palillos y platos. Afuera, ya era completamente de noche.

Aunque me dijo que me quedara sentado, me levanté sigilosamente, sin hacer ruido, y me acerqué por detrás.

—¿Se-Seto-kun?

—Mizuho-san…

Y entonces la abracé por la espalda, mientras esta llevaba puesto su delantal sobre el uniforme.

—Espera… ¿Qué estás haciendo de repente?

Aunque su voz sonaba nerviosa, no trató de empujarme ni golpearme. En ese momento, ya estaba claro que ella sería mía. O mejor dicho, seguramente Mizuho-san ya había previsto que esto podía suceder.

Con mi brazo derecho rodeándola, usé mi mano izquierda para cerrar el grifo. Luego, volví a abrazarla con ambos brazos. No opuso resistencia, y su cuerpo parecía tan débil que apenas tenía fuerzas. El aroma de su cabello recogido en una coleta lateral invadía por completo mis sentidos.

—Su-suéltame…

—No quiero.

—Pe-pero, yo…

—Me gustas, Mizuho-san. Me gustas de verdad.

—¿Eh…?

—¿No te habías dado cuenta? Me gustas como mujer.

Al susurrar eso en su oído, sentí cómo su cuerpo se tensaba.

Mizuho-san parecía una chica fuerte, pero en realidad, era muy frágil por dentro. Lo había descubierto poco a poco en el tiempo que habíamos compartido, y sabía que, si la presionaba, cedería.

—E-es que… eso es muy repentino…

—¿Acaso me odias, Mizuho-san?

Esa pregunta era difícil de responder. Como esperaba, ella vaciló.

—No me odias, ¿verdad? Cuando te besé, no pudiste odiarme, ¿verdad? Por eso viniste a mi casa, y por eso cocinaste para mí, ¿no?

—E-eso no es…

Era difícil que dijera que estaba equivocado, porque ella estaba aquí, en mi casa.

—Déjame besarte una vez más, solo una vez más, Mizuho-san.

—¿Eh?

—Aunque no me aceptes, con eso estaré satisfecho. Solo una vez.

—…¿De verdad?

Por supuesto que no era verdad. Pero Mizuho-san fue fácil de engañar. Eligió ser engañada por mí en lugar de seguir esperando a Inukai-kun, quien nunca la vería como una mujer.

Mizuho-san, con timidez, se giró hacia mí. Su cuerpo temblaba como el de un pequeño animal indefenso.

—Mmm…♡.

Y entonces, me robé sus labios. Mizuho-san cerró los ojos con fuerza y aceptó mi beso. Sus labios estaban cálidos y suaves.

—Mmm… haaa, haaa… Seto-kun…

—…¿Puedo hacerlo una vez más?

—Pero, tú… dijiste que solo una vez sería suficiente… Mmm ♡. Mmuh…♡.

Una vez que permitió el segundo beso, el tercero y el cuarto fueron mucho más fáciles. Con eso, Mizuho-san se convirtió en la chica que, después de ir a la casa de un chico que vivía solo, sin ser su pareja, le cocinó y además lo besó.

No había manera de que pudiera contarle eso a alguien. Y mucho menos a Inukai-kun.

El momento en que una chica comenzaba a caer cada vez más profundo en esta situación, era extremadamente excitante.

—Fwuah, no, para…

Cuando le toqué los muslos por debajo de la falda, Mizuho-san soltó una voz muy femenina y linda. La abracé y presioné mi polla, que estaba erecta bajo los pantalones, contra su estómago. Entonces los hombros de Mizuho-san temblaron y su resistencia se debilitó al instante. Enseguida supe que estaba asustada.

—No te preocupes, no tienes por qué tener miedo, Mizuho-san.

—Haa, haa, haa, …Aahn. No me toques así, de esa forma tan sucia, ah, ah, aaaah…

Mizuho-san es obviamente virgen, así que la «preparación» tiene que hacerse con cuidado.

—¡No, no, ahí no! Nadie me ha tocado nunca en ese lugar… Hyaaah ♡.

—Tienes una voz bonita. Déjame escuchar más de ella.

—¿Qué-qué es esto? ¿Por qué mi cuerpo reacciona así? ¿¡Ah, no, hyuuh!?♡♡.

El cuerpo de Mizuho-san tenía los mismos genes que el de Himari-chan, y sus debilidades eran similares. Masajeé suavemente todo su cuerpo y alivié su tensión. Si estaba demasiado tensa, puede que no sea capaz de meterle la polla hasta el fondo. Ya que esta es su primera vez, quiero que sea la experiencia más placentera posible.

—Ah, ah, nooo.

Mizuho-san, con el delantal sobre el uniforme, no parece entender lo que le estoy haciendo. Está apoyada en la cocina y hace un bonito cosquilleo cuando mi polla se frota contra ella. Me aprovecho de esta situación y sigo empujándola más.

Mi mano derecha toca sus bragas. El tacto pegajoso y caliente parece como si ella hubiera sudado profusamente; no es sólo debido a la estación.

—Fwuah, ah ♡. Ah ♡. Para. Aaah ♡.

—¿Sigues diciendo que no a pesar de estar en este estado? Tú también querías hacer algo así conmigo, ¿verdad?

—No ♡. No es así ♡. Ah, ah, ah ♡.

—Vamos, Mizuho-san, besémonos de nuevo.

—…Nnh ♡. Fwuauh…♡.

En cuanto le robo un beso, Mizuho-san levanta la mandíbula y ajusta la posición de su boca para ser más receptiva. No importan las palabras que pueda decir, esto es una prueba de que su cuerpo quiere que me la coja. El aliento de la nariz de Mizuho-san me hace cosquillas en el labio superior. Introduzco mi lengua en su boca, robándole incluso su primer beso profundo.

El rostro de Mizuho-san estaba completamente rojo. Mientras la besaba, la rigidez de su cuerpo comenzó a desvanecerse, y poco a poco su cuerpo se volvía más suave. Al abrazarla, podía sentir los rápidos latidos de su corazón que se transmitían desde su pecho. Las ganas de cogerme a esta chica y convertirla en mi amiga sexual afloran en mi entrepierna, haciéndome estar a punto de explotar.

En cuanto libero nuestro beso, miro profundamente a los ojos aturdidos de Mizuho-san y digo:

—Mizuho-san.

—Ha, ha... ha… Se-Seto-kun…

—Voy a tener sexo contigo.



[1] El namul es un plato tradicional coreano compuesto de verduras sazonadas y aderezadas. Generalmente, las verduras pueden ser crudas, cocidas, hervidas o al vapor, y luego se mezclan con varios condimentos como aceite de sésamo, ajo, sal, salsa de soja y semillas de sésamo. Los namul más comunes se preparan con brotes de soja, espinacas, zanahorias o helechos.


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