Sasaki y Pii-chan

Vol. 5 La Sucesión Real Parte 3

El tiempo voló después de la coronación de Adonis; siempre había un evento social u otro, y de repente me di cuenta de que habían pasado varios días. Pronto empecé a preocuparme por cuánto tiempo había pasado en el Japón moderno. A pesar del flujo temporal más lento allí, ya habíamos estado fuera por un buen tiempo.

—¿No sería prudente regresar a tu mundo pronto?

—Sí. Hemos estado aquí mucho tiempo, ¿eh?

Estaba discutiendo esto con Pii-chan en nuestra habitación en la corte. Este era básicamente la oficina de mi nuevo puesto como ministro interior. Un par de sofás y un escritorio, todos extravagantes, ocupaban la habitación de unos cincuenta metros cuadrados. Me recordaba al hotel de lujo que la Srta. Futarishizuka había conseguido para nosotros en el pasado.

No había nadie presente aparte del gorrión y yo. Mientras yo me sentaba en el escritorio, Pii-chan estaba posado encima de él. Se veía como una adorable bola de mochi con sus patitas pequeñitas escondidas debajo de él. Mi mente pintaba la imagen de él sentado en mi palma algún día en la misma posición; un sueño que nunca llegaría a realizarse.

—Pero ¿estás seguro de que deberíamos simplemente… volver así?

—Estará bien. Hemos puesto todo en movimiento para ellos.

El rey y el Conde Müller aún tenían agendas muy ocupadas. Ver a los dos esforzándose valientemente por restaurar la nación, renunciando al sueño, me hacía dudar; sentía como si estuviera huyendo. Pero Pii-chan tenía razón, y estaba preocupado por lo que estaba pasando en Japón.

Probablemente había pasado un día completo allí. Tal vez incluso más. Y aunque había tenido algo de tiempo libre del trabajo, probablemente debía estar pendiente de mi teléfono de la empresa. Aparentemente, los empleados de compañías extranjeras nunca revisaban su correo mientras estaban de vacaciones. Pero yo había estado inmerso en la cultura corporativa japonesa durante tanto tiempo que estar alejado de mi correo electrónico me estaba causando ansiedad.

—Personalmente, estoy preocupado por lo que está haciendo esa elfa.

—No llevará a cabo ningún tipo de ataque durante un tiempo.

—¿Por el asunto con la persona morada?

—Mirando hacia atrás, ciertamente apareció en un momento oportuno.

Esto marcaba dos victorias consecutivas para el Sabio de las Estrellas contra los grandes criminales de guerra. Los resultados hablaban por sí mismos; habían disuadido a la elfa, a pesar de que el Sabio de las Estrellas nunca reveló su identidad. Y yo, como el Barón Sasaki, había logrado intimidar a uno con mi hechizo de rayo láser. Tal vez Pii-chan tenía razón; eso sonaba como una razón más que suficiente para dudar. Además que de también ella había huido de la sala de audiencias cuando atacamos.

Todo esto me trajo una pregunta. ¿Por qué dos potencias como ellas se aliaron con el Imperio Ohgen? ¿No había solo siete en el mundo?

Ya había discutido esto con Pii-chan, pero él tampoco tenía pistas sólidas. Yo aún estaba poco familiarizado con este mundo, así que me resultaba difícil siquiera contemplarlo. Por ahora, todo dependería de los movimientos que decidieran hacer.

—Y si no regresamos, la hija de Julius estará preocupada.

—Hablando de Lady Elsa, —respondí—, ¿no deberíamos devolverla a su familia?

—Sí, estaba pensando exactamente lo mismo.

—Y considerando la situación, no puedo imaginarla en otro lugar que no sea al lado del rey.

—Creo que estás en el camino correcto. El castillo sigue lleno de actividad, pero una vez que las cosas se calmen, espero que Julius se ponga en contacto con nosotros. Cuando llegue el momento, podemos organizar otra farsa, tal como hicimos cuando la llevamos.

—Lady Elsa realmente está siendo colocada en una posición loca, ¿eh?

—Es el destino de todos los nacidos en familias nobles. Aun así, Adonis es una excelente elección. Y si se muda al castillo, podrá estar cerca de su padre también.

—El nuevo rey es bastante atractivo, ¿no? Y es sincero y genuino.

—También están cerca en edad. Lo consideraría un arreglo perfecto.

Mientras hablaba con Pii-chan, me levanté de la silla. Él también revoloteó en el aire, aterrizando en mi hombro y extendiendo sus alas, cuyas puntas apenas rozaban mi mejilla. La sensación era cosquilleante y me dio un toque de felicidad. Sentí el impulso de inclinarme hacia él. Aunque no lo haría, por supuesto. Probablemente lo asustaría.

—En realidad, hay una cosa más antes de irnos, —dije.

—¿De qué se trata?

—Es sobre el Príncipe Lewis…

Durante la batalla, había sido recuperado de Erbrechen, luego transportado a través de la guarnición de Geschwür hasta la fortaleza de las Llanuras Rectan sin sufrir daño. Lo había oído cuando fui a recoger al Sr. French durante todo el proceso de concesión de títulos.

Tal como el Rey Adonis les había instruido en el campo de batalla, los soldados habían cuidado bien de su hermano durante todo el trayecto de regreso. El hecho de que más de la mitad de ellos hubieran sido reclutados de dominios que apoyaban a Adonis probablemente contribuyó en gran medida a su obediencia. El intercambio entre los dos príncipes en esos momentos finales también había sido bastante conmovedor.

El rey y el Conde Müller también habían sido informados de estos desarrollos.

Pero en este momento, no sabíamos qué hacer con Lewis. Supuse que esperarían el momento adecuado y luego lo llevarían al castillo real. Probablemente estaban conteniéndose por ahora, con la corte aún en caos, pero sabía que el Rey Adonis querría a su hermano cerca.

—Como he dicho antes, incluso nosotros no podemos devolverlo a la normalidad. Esa es la naturaleza de la maldición.

—Cierto, lo recuerdo. Pero ¿qué pasa con Abadón?

—…Ah. Entiendo a lo que te refieres.

Todos ya estaban tratando al Príncipe Lewis como si estuviera fallecido. Incluso el gran sabio, que podía conjurar tantos hechizos como estrellas había en el cielo, no podía deshacer su transformación. Esta maldición de putrefacción era una perspectiva verdaderamente aterradora para los habitantes de este mundo. Pero teníamos opciones que iban más allá de su alcance.

Recordando todas las cosas extrañas que habían ocurrido a nuestro alrededor últimamente, dije:

—Creo que aún es demasiado pronto para rendirse con él.

—Entonces, ahora tenemos una razón para contribuir a este llamado juego de la muerte, ¿eh?

Aunque había afirmado que era una circunstancia excepcional, Abadón nos había dicho que una vez había revivido a alguien de entre los muertos. ¿No era plausible que pudiera devolver al príncipe una vez humano a su estado normal? Aunque sospecho que requerirá contribuciones significativas de nuestra parte , reflexioné.

—¿Estás seguro de esto? No tiene nada que ver contigo.

—No pude salvar al padre, así que no quiero rendirme con el hijo.

—Solo fuiste un espectador envuelto en nuestros asuntos.

—Oye, tú nos salvaste cuando el Kraken estaba enloquecido, ¿no?

—Esa amenaza se originó en este mundo.

—Bueno, como dueño de una mascota, no puedo evitar querer consentir a mi adorable pajarito.

Cuando lo dices así, no se me ocurre una buena respuesta. —Pii-chan asintió; Pii-chan, el que siempre tenía una respuesta para lo que decías.

Todavía estaba completamente metido en su papel de ave, así que, como siempre, no podía leer su expresión. De hecho, ni siquiera podía decir hacia dónde miraba. Pero de alguna manera, sentí como si su pequeño rostro se hubiera suavizado, solo un poco.

Un día, esperaba que fuéramos lo suficientemente cercanos como para que compartiera algunas historias pasadas del antiguo rey de Herz conmigo.

*

La magia del Sabio de las Estrellas nos sacó del otro mundo y nos devolvió al Japón moderno. Aterrizamos en la habitación del hotel que estábamos alquilando cerca de mi antiguo apartamento.

Eché un vistazo a la pantalla en el cabezal de la cama y vi que eran las siete de la mañana, dos días después de que saliéramos hacia el otro mundo. No había estado contando, pero eso significaba que habíamos pasado más de un mes allí. Pii-chan se dirigió de inmediato hacia el portátil en el escritorio, probablemente para calcular esta diferencia de tiempo más reciente.

Lo observé irse, luego revisé mi teléfono de la empresa; lo había dejado en la habitación. Una llamada perdida y un mensaje no leído, ambos de mi jefe. La llamada había llegado hace poco menos de una hora, y el mensaje se había enviado justo después.

Este último me indicaba que debía regresar a la oficina a partir de hoy. No incluía una razón. Eso me ponía muy nervioso.

—Pii-chan, parece que mis vacaciones terminaron ayer.

—¿Ya? Solo han pasado cuatro días aquí.

—Es un período de tiempo bastante bueno, ¿no?

—…¿Lo es? Recuerdo que trabajaste todo un día para uno de ellos.

—Bueno, es bastante común que te llamen durante unas vacaciones.

—Mucho de la situación laboral en este mundo sigue desafiando mi comprensión.

—Estoy de acuerdo en que las cosas están bastante ocupadas por aquí.

Sin muchas opciones, revisé el horario del día con mi ave mascota mientras me preparaba. Habíamos comido y dormido en el otro mundo, así que, a pesar de mi reluctancia, salí de inmediato.

—El trato a los plebeyos en mi mundo ciertamente no es un motivo de orgullo. Pero cuando observas la gestión de los individuos y su tiempo en este mundo, parece igual de malo.

—¿Podrías encargarte de explicar las cosas a Lady Elsa?

—Por supuesto.

Con la aprobación de Pii-chan, salí del hotel para ir al trabajo.

Hacía mucho tiempo que no me subía a un tren abarrotado, y era estresante. Tendría que poner más esfuerzo en dominar ese hechizo para ir al trabajo. Mi progreso hasta ahora no era muy prometedor. En la estación, me topé con alguien, recibiendo una respuesta de «apártate, viejo». Mis poderes como esclavo corporativo claramente estaban disminuyendo.

Pensé nostálgico que era muy parecido a cuando me mudé a Tokio por primera vez.

Finalmente, llegué a la oficina, y el jefe de sección me llamó de inmediato. Lo seguí al espacio de reuniones adyacente. La Srta. Hoshizaki y la Srta. Futarishizuka ya estaban allí.

Esta última, que había estado alojada en Karuizawa, probablemente había regresado a la ciudad por su cuenta cuando no volví después de un día completo en el otro mundo. La respetaba mucho en cuanto a cosas como esta.

Nuestras posiciones relativas eran las mismas de siempre —yo en medio de la Srta. Futarishizuka y la Srta. Hoshizaki— con el Sr. Akutsu al otro lado.

—Pido disculpas por llamar a los tres de sus vacaciones, —dijo el jefe, mirándonos a través de la mesa. Su habitual portátil estaba sobre el escritorio, listo para usarse—. Y, Sasaki, parece que tu cabello crece bastante rápido.

Naturalmente, mi cabello seguía creciendo, incluso en el otro mundo. Normalmente lo cuidaba mejor, pero con todo lo que estaba pasando, se me había olvidado. Aun así, no podría haber crecido más de un centímetro. ¿Y lo notó tan pronto como me vio? Eso es inquietante. Supongo que los chicos atractivos deben ser más sensibles a la apariencia de los demás, ¿eh? Nunca he tenido éxito halagando a la gente por cosas así, así que ni siquiera notaba pequeños cambios en los peinados de las personas.

Frizcop: Son los poderes gay del Sr. Akutsu.

Prometiendo tener más cuidado en el futuro, dije:

—¿De verdad, señor?

—Se dice que cuanto más promiscuo es alguien, más rápido crece su cabello, —murmuró la Srta. Futarishizuka—. ¿Qué opinas tú?

No podía decir si me estaba apoyando o simplemente dando más acoso sexual. Nostálgicamente, recordé haber oído algo así en mis días de secundaria.

—Deja de decir tonterías, —intervino la Srta. Hoshizaki—. Vamos a poner en marcha esta conversación.

—Tu cabello parece un poco más largo que cuando nos conocimos, —comentó la Srta. Futarishizuka.

—¿Y qué? Es mi elección dejarlo crecer.

¿Está dejando crecer su cabello? Me pregunté. Personalmente, creo que la longitud actual le queda muy bien.

—Con una apariencia excelente como la tuya, Srta. Hoshizaki, creo que cualquier peinado te quedaría bien.

—¿En serio? No sueles decir cosas así a menudo, Sasaki.

La Srta. Futarishizuka me había lanzado un salvavidas y yo había subido a bordo con entusiasmo.

Pareciendo rendirse con el asunto por ahora, el jefe de sección movió una mano hacia el portátil. Después de unos momentos, la pantalla grande fijada a una pared mostró una imagen.

—Quisiera llamar su atención a la pantalla.

A la instrucción del jefe, nosotros, los subordinados, nos volvimos para mirar la salida externa del portátil. Varios videos estaban reproduciéndose en una ventana maximizada, todos sin sonido. Al lado de cada uno estaba la fecha y el lugar en que se habían grabado. Todos estaban orientados hacia el cielo, por lo que básicamente eran una serie de rectángulos azules.

El tema de los videos parecía ser una especie de aeronave flotando muy alto entre las nubes. Su silueta era llamativa: angular, hecha por el hombre. Debido a su altura, ninguno de los videos mostraba detalles más finos. Era difícil incluso decir de qué color era.

Sin embargo, recordaba haber visto lo mismo. Hace unos días, después de mi pequeño enfrentamiento verbal con el jefe, había salido de la oficina y, mientras me dirigía al lujoso hotel que la Srta. Futarishizuka había reservado, había visto ese objeto exacto en el cielo despejado. Recordaba cómo, en ese momento, todas las personas a mi alrededor estaban sacando fotos con sus teléfonos.

—Los rumores sobre este extraño objeto volador han estado por todas partes últimamente, —explicó el jefe.

—También lo he visto en las noticias, —comentó la Srta. Futarishizuka.

Aunque sabía que el objeto existía, no me había dado cuenta de que era un tema de conversación tan importante. Después de todo, había estado tan ocupado en los últimos días. Además, este tipo de ocurrencias habían sucedido muchas veces en el pasado. Pensé que desaparecería rápidamente y que todos se olvidarían de ello. Así que me sorprendió bastante escuchar al jefe mencionarlo.

—Como pueden ver, hay informes de testigos en áreas de todo Japón. Y también se ha visto en otros países. Parece no haber un patrón sobre cuándo o dónde aparece, pero estamos recibiendo un flujo constante de informes desde el terreno.

—Aún no he visto el objeto real, —comentó la Srta. Hoshizaki.

—Yo lo vi cuando salí a almorzar el otro día, —respondió la Srta. Futarishizuka.

Parece que la gente lo estaba viendo bastante a menudo. Podía entender por qué había llegado a las noticias. Sería un infierno limpiar después de que algo sucediera.

—Me gustaría pedirles algo a los tres, —continuó el jefe—. Cuando escuchan las palabras objeto volador no identificado, ¿qué les viene a la mente? ¿Una clásica nave espacial estilo Adamski? ¿O una nave espacial de un anime de ciencia ficción?

¿Eh, qué? Pensé. El jefe se está saliendo del tema otra vez. Cada vez que hace esto, suele haber problemas esperando por nosotros.

—La forma verdadera de este objeto misterioso es…esto, —terminó, haciendo clic para pasar a la siguiente diapositiva.

Apareció una sola imagen, ocupando el centro de la pantalla. Según nuestro jefe, este era el mismo objeto volador. A diferencia de los videos de la diapositiva anterior, este estaba bastante ampliado. Mostraba el objeto angular y pálido considerablemente más visible contra un fondo negro absoluto.

Su resolución seguía siendo bastante baja; de hecho, podíamos ver los píxeles en este punto. Probablemente había sido recortada de una imagen más grande y ampliada.

Aun así, podíamos ver una silueta mucho más detallada que antes. No se parecía en lo más mínimo a una nave espacial Adamski. Si tuviera que decirlo, parecía más una de las naves espaciales que podrías ver en un anime. Me preguntaba cuán grande era. No se podía decir desde la imagen.

—¿Una imagen de un satélite espía? —dijo la Srta. Futarishizuka—. ¿Estás seguro de que deberías mostrarnos esto?

—No estoy seguro de a qué te refieres.

—¿Hackeaste uno de nuestros propios satélites? ¿O el de una nación aliada?

—Sugiero que no indagues más en el asunto. No solo pondría en riesgo tu seguridad, sino también la de Sasaki y Hoshizaki.

—Oh, muy aterrador.

Aparentemente, estaba pasando mucho por encima de nuestras cabezas. Esa era la razón por la que nos habían llamado, por supuesto.

—Espera, ¿qué quieres que hagamos al respecto, hmm? —preguntó la Srta. Futarishizuka.

—El fondo está completamente negro, —comentó la Srta. Hoshizaki—. Como si estuviera en el espacio o algo así.

—No «o algo así», —replicó la Srta. Futarishizuka—. Debe estar completamente fuera de la atmósfera.

—Quería pedirles a todos que hicieran una recopilación de información sobre este objeto volador no identificado, —dijo el jefe.

¿No pensará que estamos de alguna manera involucrados, verdad? Entendía que esa podría ser la conclusión obvia desde su posición, pero… Vamos, eso es simplemente absurdo. Y este es un trabajo para el Ministerio de Defensa, no para nosotros.

Realmente, honestamente no sabía nada sobre esto. Dudaba mucho que existieran naves espaciales en el otro mundo; o que pudiera obtener información de Pii-chan.

—Lo siento, —respondió la Srta. Futarishizuka, desconcertada—. ¿Primero una nave voladora y ahora un cohete tripulado? ¿Es por aquí por donde vamos?

—Nada en las regulaciones de la oficina decía algo sobre viajes al espacio , —coincidió la Srta. Hoshizaki—. ¿Qué tipo de paga extra recibiríamos? Parece un trabajo mucho más difícil que simplemente ir al extranjero.

¿Hoshizaki? Pensé. ¿Estás bromeando? ¿O lo dices en serio? Había una buena posibilidad de que fuera lo segundo, y eso me asustaba un poco.

Personalmente, esto era absolutamente inaceptable para mí. No podía imaginar cuánto tiempo pasaría en el otro mundo si fuera hasta el espacio . ¿Qué pasaría si volviera y todos los que conocía ya hubieran fallecido? No era difícil de imaginar.

—No se preocupen, —nos aseguró el jefe—. Me gustaría mantenerlos en Japón para esta investigación, al menos por el momento.

—¿Es una de esas órdenes de arriba otra vez, señor? —pregunté.

—Pueden pensar en ello de esa manera. Muchas otras agencias están ocupadas tratando de juntar toda esta información. Siento que la posibilidad de una intervención psíquica es baja, pero no lo suficiente como para descartarla completamente.

Ahora que lo pienso, tal vez ese nerd psíquico fuera capaz de crear una nave espacial. Y no se puede saber cuándo o dónde podría nacer alguien con un poder similar. En ese sentido, tenía que estar de acuerdo; no podía rechazar completamente la posibilidad de intervención psíquica.

Esa probablemente era la razón por la que se había llamado a la oficina. Si el jefe hubiera declinado, y resultara que sí que era un psíquico quien estaba moviendo los hilos, el Sr. Akutsu recibiría una regañina muy contundente.

Como resultado, nuestras vacaciones terminaron después de cuatro días, que se sintieron mucho más como tres.

—Justo cuando ese monstruo gigante finalmente desaparece, tenemos un OVNI en nuestras manos, ¿eh? No podemos tener un respiro.

Las palabras de la Srta. Futarishizuka, no dirigidas a nadie en particular, resonaron suavemente a través del espacio de la reunión.


¿Quieres discutir de esta novela u otras, o simplemente estar al día? ¡Entra a nuestro Discord!

Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de la plataforma Ko-fi o Paypal.

Anterior | Indice | Siguiente