Remake Our Life!

Vol. 8 Capítulo 3. Camino Parte 1

Cuando llegó junio, el calor húmedo y pegajoso comenzó a envolver los alrededores de la universidad. Mientras me iba acostumbrando poco a poco al canto de las cigarras, volví a visitar el laboratorio de investigación audiovisual.

—Voy a convertirme en productor. —Como de costumbre, declaré aquello con una taza de café absurdamente caliente frente a mí.

—¿Es lo que mencionaste antes? O sea, que ya tomaste la decisión de convertirte en un comandante.

Asentí y respondí con un simple «así es».

—Quizás ya lo sepas, pero ser productor suena como un trabajo prestigioso, lo que atrae a todo tipo de oportunistas y farsantes. Si hablamos de un productor en el ámbito cinematográfico, su rol está bien definido, pero cuando se trata de trabajar con creadores individuales, hay quienes terminan haciendo tareas como preparar la comida o cuidar a sus mascotas. Es difícil explicarlo en términos generales.

Ya había tenido experiencia con eso cuando trabajé en la creación de juegos bishoujo. Recuerdo haber visitado la casa de un ilustrador que no podía encargarse ni de sus propias necesidades y haberme visto obligado a sacar la basura y pagar sus facturas. No fue una mala… no, en realidad, no fue una buena experiencia en absoluto.

—Teniendo eso en cuenta, ¿qué tipo de productor quieres ser? Primero, quiero escucharlo.

Respondí sin dudas.

—Básicamente de videojuegos, pero no quiero limitarme a un solo género. Tal como mencionó usted, profesora, creo que seré un oportunista o un farsante.

La profesora estalló en carcajadas de inmediato.

—¡Jajá! Vaya determinación. Bueno, si lo haces con pleno conocimiento de ello, no tengo objeciones.

No hubo ninguna crítica en particular.

Cuando se piensa en la labor de un productor, es evidente que cuanto más amplias sean sus conexiones y su campo de acción, mejor. Hay problemas que no pueden resolverse dentro de una misma industria, pero que podrían solucionarse fácilmente al extenderse a otro sector.

Sin embargo, si esas conexiones se vuelven demasiado turbias, uno termina convirtiéndose en el tipo de persona sospechosa a la que la profesora se refería. Aun así, debería existir una manera de evitarlo. De hecho, hay productores que manejan con éxito una variedad de géneros sin caer en lo cuestionable.

—Aun así… —La profesora adoptó una expresión seria—. Si intentas abarcarlo todo, el camino será difícil. ¿Lo entiendes, verdad?

—Sí, al menos me lo imagino.

El trabajo de productor es increíblemente ambiguo. Hay quienes, mientras hacen tareas similares a las de un director, se ocupan de múltiples aspectos de la gestión, convirtiéndose en una especie de superhombres. Y también están aquellos que solo se centran en la administración del presupuesto y delegan todo lo demás a otras personas.

Hay quienes llegaron a decir que, una vez conformado el equipo, el trabajo del productor estaba un 80% terminado.

Por eso, no había una fórmula exacta para mejorar las habilidades de un productor. Cultivar una sensibilidad para elaborar presupuestos, adquirir nociones sobre los costos del mercado o aprender a gestionar horarios eran habilidades necesarias, pero no dejaban de ser solo una parte del trabajo.

Todo debía obtenerse a partir de la experiencia propia. Era un oficio sin manual de instrucciones.

—Esa ambigüedad es algo que debes definir por ti mismo. Estás a punto de adentrarte en la complicada tarea de crear tu propio trabajo, Hashiba.

No se trataba de recibir órdenes desde arriba, sino de idear un proyecto y hacer que las personas se movieran a su alrededor. Ese era el papel de un productor. Para hacerlo posible, era necesario convertirse en alguien con credibilidad, logros y poder de persuasión.

—Hashiba, estás haciendo el debugging del juego que Succeed está desarrollando ahora, ¿no? —La profesora dio en el clavo al mencionar exactamente en qué estaba trabajando yo.

—Sí. Llevo tiempo revisando correcciones en la aplicación.

—Es un excelente material de aprendizaje. El debugging es un tesoro de conocimientos. Hay una diferencia enorme entre hacerlo mecánicamente y analizar cada caso para absorber su esencia. Aprende bien de ello.

Asentí en silencio. Al principio, también pensaba que el debugging era solo un trabajo menor, pero luego me di cuenta de que era una gran oportunidad para comprender la estructura y el diseño del juego. Incluso comenzaron a surgirme ideas sobre cómo planear mis propios proyectos.

¿Me habrán asignado esta tarea precisamente con eso en mente?

Horii-san no solía dirigirse a nosotros directamente, pero cuando lo hacía, siempre compartía comentarios interesantes. Como también parecía conocer a la profesora, pensé que tal vez estaba observando mi desarrollo.

—Horii-kun tenía cualidades de director desde sus días de estudiante. Era alguien que pulía meticulosamente su trabajo, así que yo me encargaba de la coordinación para equilibrar las cosas.

—Vaya… así que esa era la distribución del trabajo.

Era cierto que Horii-san no era del tipo que lideraba con una voluntad imponente. Aun así, ahora era productor y tenía el rol de supervisar el desarrollo en el campo.

—Las personas crean obras, pero al mismo tiempo, las obras crean personas. Horii-kun es un buen ejemplo de ello. Ha ido absorbiendo experiencias poco a poco y transformándose hasta llegar a ser quien es hoy.

—Es interesante. Cambiar a través de lo que uno crea, a pesar de tener una personalidad diferente en un inicio.

—Así es. Por eso, Hashiba, no trates de forzarte a encajar en un molde. Lo mejor para ti será avanzar naturalmente hacia lo que realmente te motive.

Respondí con un «de acuerdo». Aún no tenía claro qué tipo de persona era yo, pero…

La profesora Kanou sonrió con diversión mientras decía:

—Cuando uno trabaja como profesor, a veces cae en la ilusión de que es alguien importante. Y más aún si es profesor universitario, ya que es fácil dejarse llevar.

—Pero en realidad usted sí que es una persona importante. No es un trabajo al que cualquiera pueda acceder.

—Bueno, en cosas así también influyen las circunstancias y la suerte. No soy tan grandiosa como la gente cree. —La profesora dejó escapar una risa autocrítica—. Pero, si uno realmente reflexiona sobre el acto de enseñar, pronto se da cuenta de que quien está aprendiendo en realidad es uno mismo. Enseñar significa adquirir conocimientos y habilidades al nivel de poder transmitirlos a otros. En otras palabras… ¿entiendes lo que quiero decir?

—¿Que si quieres aprender, deberías enseñar a los demás?

La profesora asintió.

—Exactamente. En cualquier relación entre personas, no existe una situación en la que solo una parte se beneficie. Por muy pequeña que sea la diferencia, ambas siempre reciben algo. Por eso, que tengas ahora la oportunidad de enseñarle algo a Takenaka es muy significativo, Hashiba. —Al mencionar su nombre, la profesora sonrió con picardía—. ¿Qué te parece? La chica es interesante, ¿no?

—Sí… Gracias a ella, he recibido varios estímulos.

Frizcop: Ay, cochinón.

Al principio, pensé que era simplemente el tipo de persona bulliciosa que animaba el ambiente. Pero esa impresión estaba desapareciendo poco a poco.

A veces llegaba tarde, lo cual era un pequeño defecto, pero tenía una gran capacidad para llevar a cabo su trabajo. Además, su agilidad mental hacía que conversar con ella fuera fluido y agradable. A veces decía cosas disparatadas debido a su falta de experiencia, pero con el tiempo, eso también disminuiría.

—¿Oíste lo de la presentación?

—Sí. Por lo que me dijo, preparó materiales y pidió que le dieran 30 minutos de repente.

La profesora sonrió con ironía.

—Me dejó sin palabras. En todos mis años aquí, jamás había visto a un estudiante de primer año hacer algo así. Y encima, lo que quería era que la dejara conocerte. Me pareció divertidísimo. —La profesora se encorvó ligeramente, riendo con un tono casi travieso. Estaba claro que Takenaka-san le caía bastante bien.

—A pesar de eso, originalmente tenía un nivel de dibujo lo suficientemente alto como para entrar en una universidad de arte solo con su talento. Es increíble que haya decidido venir al departamento de estudios audiovisuales.

—¿Eh…?

Por un momento, dudé de lo que había escuchado.

—Lo que yo sabía era que Takenaka-san había intentado varias cosas, pero que ninguna le había salido bien…

—Sí, al parecer también toca el piano y cantó en un coro. En la secundaria estuvo en el club de arte y participó en concursos, donde llegó a ganar premios.

Me quedé sin palabras. ¿Qué clase de superhumana era ella?

—Y aun con todo ese talento, decidió que no podría ganarse la vida en ese ámbito. Así es Rio Takenaka, la nueva estudiante de primer año.

—Es una persona increíblemente prometedora…

Un productor no necesita habilidades artísticas, literarias ni vocales. Pero, por supuesto, tenerlas nunca está de más y otorga una credibilidad inmensa al momento de hablar sobre esos aspectos.

Si ella se convirtiera en productora manteniendo las habilidades que ya tenía, sin duda se volvería alguien de gran influencia.

—Exacto. Tener a alguien así como compañera, observándote todo el tiempo, hace que te esfuerces aún más, ¿no crees?

—Ah… sí.

En ese momento, por fin lo entendí. Comprendí lo que la profesora estaba tratando de hacer conmigo.

Era lo mismo que yo había hecho con Shinoaki y Saikawa: colocar a una persona con aspiraciones justo detrás de alguien con más experiencia, no solo para que lo admire, sino para que también le genere presión y lo impulse a esforzarse aún más.

La profesora estaba aplicando exactamente la misma estrategia conmigo.

¿Así que alguien así viene pisándome los talones…?Me estaba empujando a crecer a través de la enseñanza, mientras que al mismo tiempo, el miedo y la presión de ser superado me obligaban a avanzar. Qué mujer más aterradora…

La profesora seguía sonriendo con una expresión maliciosa. No dijo nada, pero seguramente estaba pensando algo como: «Ahora es tu turno de preocuparte.»

Después de eso, seguimos conversando sobre diversos temas: el futuro de la industria del contenido, el juego en el que estaba trabajando como debugger , el arte de liderar a las personas.

Para cuando me di cuenta, la charla se había extendido mucho más de lo planeado.

Miré el reloj, le di las gracias y me levanté de mi asiento.

—Ah, por cierto. —La profesora me llamó justo cuando estaba por irme—. ¿Koh-kun sigue bien? ¿Aún sigue con el trabajo de medio tiempo?

—Eh… ¿Koh-kun? ¿Quién es…? Ah. —Mientras repetía su pregunta, de repente lo recordé—. Se refiere a Matsuhira-san, ¿no?

—Sí, Matsuhira Koh. Nosotros lo llamamos por su nombre, así que supongo que no te diste cuenta.

Pensé que, de hecho, era más raro que todos lo llamaran por su nombre, pero luego recordé que en la casa compartida también nos llamábamos de la misma manera.

—Sí, está bien. Me ha ayudado mucho. Es una persona increíblemente competente, ¿no es así?

Dije lo que realmente pensaba. Desde que comencé mi trabajo de medio tiempo, había aprendido muchas cosas de él. Como yo nunca había tenido un «senpai» a quien seguir, su existencia me parecía aún más impresionante.

Seguramente, la profesora también estaría contento, o al menos eso pensé.

—Así es, es muy talentoso… demasiado. Y por eso mismo, me preocupa. —Para mi sorpresa, mostró una expresión de inquietud.

—¿Le preocupa?

—A pesar de cómo se ve, el chico tiene un lado frágil. No es que haya algo específico que puedas hacer por él, pero… tenlo en cuenta.

—Cla-claro…

No esperaba esa reacción.

Ahora que lo mencionaba, recordé que, en una conversación anterior, había notado una ligera sombra en su expresión. Sin embargo, había sido algo momentáneo y no especialmente memorable. Solo lo recordé ahora que la profesora lo mencionó.

De todos modos, lo tendré en mente.

Si la profesora se tomaba la molestia de decirlo, sería apresurado asumir que no había nada de qué preocuparse. La próxima vez que ocurriera algo, intentaría recordarlo.

—Hashi, haz la siguiente pregunta.

Frente a mí, Kiryu-san tenía una expresión seria. El traje que llevaba, que no le quedaba para nada, ya era suficiente para hacerme querer reír, pero su cara de concentración lo hacía aún peor.

—A ver… entonces, ¿cuáles son las características de esta laminadora[1]?

—¡Bien! ¡Gracias por preguntar! La laminadora de gran formato que maneja nuestra empresa es un modelo profesional que soporta tamaños de hasta A0 [2] y minimiza la entrada de aire durante la presión con su sistema de alta temperatura de… de…

—Sistema de laminado de endurecimiento instantáneo por alta temperatura.

—¡Sí, eso! Gracias a ese sistema, es un producto que los clientes pueden utilizar con un solo toque, por lo que lo recomendamos ampliamente. Como accesorios, incluye bolsas retort [3] y empaques al vacío que… eh… ¿cómo era?

—Son de película endurecida, muy valorada por su resistencia al desgarro.

—¡¡Ah, sí, eso!! ¡¡Rayos, ya no puedo más, no me acuerdo de nada!!

Kiryu-san se agarró la cabeza y empezó a revolcarse en el suelo. Ignorando su comportamiento exagerado, abrí tranquilamente la novela ligera que tenía en la mano.

—Oye, Hashi… ¿por qué terminé en una empresa de películas fotográficas y ahora estoy explicando sobre vinilos?

—No lo sé, ¿no te lo explicaron bien en el examen de ingreso?

—Te lo digo con total seguridad: ¡¡para nada escuché algo de eso, en absoluto!!

Solté un suspiro.

—Entonces, es tu culpa. Vuelve a leer el folleto.

Cuando lo rechacé, Kiryu volvió a retorcerse delante de mí.

—¡No quiero! ¡No quiero! ¡No entré a esa empresa para vender monstruos de vinilo como estos! ¡¡Si de vender vinilo se trata, preferiría productos delgados de 0.03 mm, al menos me interesarían más!!

—¡Ese chiste, de verdad, que no lo digas en la empresa! ¡No me hago responsable si te echan por acoso en un solo golpe! —Solté otro suspiro. ¿Cómo podía vivir toda su vida improvisando así?

Kiryu Takashi, de veintitantos años, quien se aferró a la universidad como estudiante de investigación hasta el último momento, finalmente consiguió un trabajo esta primavera.

Al parecer, tenía la intención de huir hasta el final, pero sus padres y su novia lo acorralaron en serio, así que terminó aceptando el empleo a regañadientes.

Aun así, como siempre había sido un estudiante destacado en el departamento, los profesores lo recordaban bien, y logró entrar en una empresa de primera categoría en el país que comercializaba películas y productos químicos.

…Sin embargo.

—Tuve mala suerte que justo redujeran el departamento de fotografía, ¿verdad?

Con la digitalización en auge, la industria en su conjunto había empezado a reducir la producción de películas fotográficas.

La empresa a la que entró Kiryu-san no fue la excepción, y en lugar de ser asignado a la división de películas como se esperaba, fue trasladado a un departamento que manejaba impresoras comerciales y laminado con recubrimientos de vinilo.

—No sé nada de impresoras. De verdad, ¿cómo se supone que voy a lograr que me guste esto?

Daba un poco de pena, pero no había nada que hacer.

—¿Por qué no compras una impresora y pruebas a imprimir algunas imágenes eróticas que te gusten, Kiryu-san? Quizás así te interese.

—Ya lo hice con la de la empresa. Mi jefe me regañó muchísimo.

¡¿Lo hiciste?! ¡¿Y encima con la impresora de la empresa?!

De cualquier forma, Kiryu-san quería practicar su discurso de ventas, así que últimamente me usaba como cliente de prueba. Pero como no le interesaba el tema, cometía errores con los términos y no recordaba nada, lo que hacía que su futuro pareciera incierto.

—Por cierto, ¿por qué sigues leyendo novelas ligeras sin parar, Hashi? ¿Siempre te gustaron tanto?

Delante de mí había una pila de novelas ligeras, todas con notas adhesivas marcando páginas y con anotaciones sobre los puntos que me llamaban la atención.

—Es para prepararme para la revisión del manuscrito. Incluso con solo las novelas ligeras populares de ahora, tengo que leerlas bien para no perderme los criterios de revisión.

Aunque, en mi caso, era más bien una revisión del pasado.

En mi mundo original, diez años adelante, las obras que nacían de los sitios de publicaciones de novelas dominaban, y los géneros populares ahí eran los más vendidos.

Pero en este mundo del pasado, los sitios de publicación aún no se habían popularizado, y era común que las obras ganadoras de premios noveles fueran éxitos directos. En cuanto a los géneros, no era necesario que fueran fijos como fantasía, comedia romántica, batallas o poderes sobrenaturales para que pudieran venderse.

Así que, para mí, en lugar de buscar una similitud entre lo que se estaba vendiendo, prefería identificar los puntos fuertes de cada cosa y buscar lo que podría aplicar en las obras de Tsurayuki.

—Hashi, realmente te metes mucho en las ilustraciones de las novelas ligeras y solo escuchas canciones de Nico Nico Douga, es impresionante.

Aunque eso también era parte de la revisión.

Sin embargo, al revisar las tendencias pasadas, me di cuenta de que las obras que eran exitosas en el futuro también compartían muchas similitudes, y fue un hallazgo interesante.

Lo que tenían en común era que tenían un tema claro. Un resumen fácil de entender. Un público objetivo bien definido. Había más, pero esos fueron los aspectos que más me llamaron la atención.

Es cierto que hay razones claras por las cuales algo se vuelve popular.

A veces, cuando las cosas no venden, es fácil culpar al momento histórico. Es lo más fácil, y así se evita que el daño sea mayor.

Pero si culpas a la época, después ya no te apoyará. Se alejará y nunca volverá a tu vida.

Tengo que asegurarme de hacer todo lo que pueda.Junto a Kiryu-san, que luchaba con el folleto de la impresora, volví a concentrarme en leer una novela ligera.

—Oye, Hashi.

—¿Estás practicando tu discurso de ventas? Entonces, hazlo después.

—No es eso.

Kiryu-san, que se había movido hasta mi lado, me miró fijamente.

—¿No te gustaría ir a algún lado?

—No.

—Pensando en ello, no hicimos nada en la Golden Week[4], y cuando me di cuenta, ya era junio. Creo que el verano llegará rápido si seguimos así.

Aunque ya era un adulto, él seguía entrando al club como si todavía fuera estudiante.

—No voy a ir. Hay muchas cosas que hacer, además, ya creamos recuerdos de la vida estudiantil en el viaje a Shirahama.

—¡Eso fue un recuerdo de mi época estudiantil! ¡Lo que quiero ahora es descanso como un adulto trabajador cansado! ¡Es completamente diferente!

—No tengo tiempo. Y Kiryu-san, tú tienes cosas que hacer antes de ir a jugar, ¿no? Aún tienes que practicar el discurso de ventas, y también te asignaron tareas de ideas para nuevos negocios, ¿cierto?

—¡No quiero! ¡No quiero ver a un Hashi tan lógico! ¡Por favor, ven a jugar conmigo! —Finalmente, comenzó a moverse de manera exagerada frente a mí. ¿Realmente no le importaba que su traje se arrugara?

—¡No seas tan egoísta! Al final, voy a tener que contarle a tu novia y que te regañe para que…

Mientras decía esto, sentí la presencia de alguien detrás de mí.

Al voltear, allí estaba.

—¿Hashiba-kun…?

Yurika Hiyama, quien había logrado graduarse y conseguir empleo este mismo año, estaba de pie con un traje similar al de Kiryu-san.

—¿¡Eek, Yu-Yurika-san!? —Al ver su figura, Kiryu dio un salto hacia atrás.

—¡Hiyama-san, justo a tiempo! Regaña duramente a tu novio y…

Estaba a punto de pedirle, pero fui interrumpido por un grito.

—¡Waaaah! ¡Hashiba-kun! ¡¡Yo también la estoy pasando mal en el trabajo!! ¡¡También quiero salir a jugar!!

Con una actitud completamente diferente, Hiyama-san empezó a hacer un berrinche similar al de su novio. Mientras observaba atónito, Kiryu-san me dio una palmada en el hombro y dijo:

—Lo entiendes, ¿verdad…? La vida es dura.

—¿Y tú de qué estás tan orgulloso?

Así, por iniciativa de los exalumnos del club de arte, se organizó un viaje de un día al norte para comer mariscos. Inicialmente se había planeado con alojamiento, pero debido a los altos costos y el tiempo limitado, se optó por hacerlo por el día.

—Realmente lo siento… No debería haberme comportado de esa manera tan vergonzosa…

Mientras organizaba el viaje, Hiyama-san continuaba disculpándose.

—Está bien. Pero que incluso tú, Hiyama-san, te hayas visto tan presionada… La vida de oficinista es así.

—Así es… —Suspiró Hiyama-san y dijo—: El trabajo es divertido, tiene su satisfacción. Pero las relaciones humanas… hay que pensar en tantas cosas innecesarias, y eso se convierte en un estrés que se acumula. Es tan molesto que incluso me odio a mí misma por ello.

Realmente parecía estar cansada de todo.

Hiyama-san, que siempre había sido la voz de la razón en el club y encargaba de mantener a raya a Kiryu-san, se veía completamente agobiada, y eso hacía que el trabajo en oficina pareciera un verdadero túnel oscuro. Yo mismo había estado sumido en fantasías sobre trabajar en un puerto pesquero de Hokkaido durante mi tiempo en una empresa explotadora.

De todas maneras, el viaje no era en vano, o eso esperaba.

—En principio, los asistentes serán: Hiyama-san, Kiryu-san, Kawasegawa, Tsurayuki, Shinoaki, Nanako y yo. Eso es todo.

—Sugimoto no puede venir por su búsqueda de empleo, Kakihara está de descanso por trabajo, Saikawa-san está abrumada con tareas, pero los demás todos asistirán… Ah, y Hikawa al final no pudo venir.

—Él es así, parece que está saliendo con su novia.

Cuando lo llamé, me habló felizmente durante unos 30 minutos sobre su relación antes de decirme que no podía asistir.

—Es bonito, ¿no? Las parejas de estudiantes… Nosotros, en nuestra época de estudiantes, por culpa de ese tonto que no se decidía, todo seguía siendo como una extensión de nuestra amistad, y cuando comenzamos a salir, pronto tuvimos que enfrentarnos a trabajos y nos quedamos sin tiempo. ¿Qué demonios le pasa a ese chico?

Eso es algo que hablaba de Kiryu-san, y de verdad, ¿qué demonios le pasa? Bueno, al menos parece que pensó bien en lo que quería hacer al conseguir un empleo, así que eso estuvo bien.

Después de eso, Hiyama-san siguió murmurando sus quejas hacia Kiryu-san con tono divertido, y luego se alejó con paso pesado para regresar al mundo de los adultos. Yo solo podía quedarme observando su espalda triste.

Después de confirmar la disponibilidad de todos, la fecha para el viaje se fijó para el viernes de esa semana. Originalmente, ese día tenía turno en mi trabajo, así que llamé a Matsuhira-san para cambiarlo.

Ah, ¿un viaje de un día? Qué bien, que lo disfrutes, —dijo Matsuhira-san, aceptando la modificación del turno con gran facilidad.

—Gracias, perdón por avisar tan tarde.

—No pasa nada, ahora mismo no tenemos mucho que hacer. De hecho, si fuera la próxima semana, habría estado más complicado.

—¿La próxima semana tiene algo importante?

Matsuhira-san se detuvo un momento, y luego dijo:

—Ah, parece que Horii-san aún no te ha dicho. De verdad que siempre le gusta hacer ese tipo de cosas, ¿eh?

—Oh, ¿será que es algo grave? —pregunté rápidamente.

No, no es algo grave. Pero creo que es mejor no decirlo ahora, así que también te lo mantendré en secreto, —dijo él, aumentando aun más mi curiosidad.

—Ahora me has dejado más intrigado.

No es algo malo para ti, así que tranquilo. Bueno, hablamos el lunes entonces, —concluyó Matsuhira-san con una risa.

Siempre con la misma voz clara y fluida. Antes de escuchar lo que dijo la profesora Kanou, probablemente no habría pensado en nada en particular, pero ahora, me preguntaba qué podría haber detrás de esa voz.

¿Dónde estará su punto débil?Ahora me preocupaba por lo que podría haber detrás de esa forma de hablar.

—Matsuhira-san, sabes…

—¿Hm? ¿Qué pasa?

…No, era un tema raro para preguntar. Lo que la profesora había dicho era, simplemente, que si llegaba el momento, lo mencionaría.

—Ah, um, ¿qué sería un buen souvenir para ti?

—Jajá, que sea algo dulce, por favor.

La profesora Kanou, aunque traviesa a veces, era una persona muy valiosa que siempre pensaba en nosotros, los estudiantes. Aunque solo sea una suposición, creo que tiene una naturaleza que la hace preocuparse por las personas con las que se relaciona, que no puede dejar a nadie sin atención.

Así que seguramente, al mencionarme a Matsuhira-san, había alguna razón detrás.

Por ahora, simplemente debo tratarlo de manera normal.

Aunque le estaba dando vueltas en mi mente, decidí no profundizar demasiado.

Y llegó el día del viaje.

Frente a la estación Kishi, la minivan conducida por Kiryu-san estaba allí, y todos los miembros del club de arte estábamos reunidos. Aunque faltaban solo 5 minutos para la hora de la cita, todos llegaron puntuales.

—Como era de esperar, son muy responsables.

Eché un vistazo rápido a mi móvil. Había recibido un mensaje corto de Takenaka-san lleno de emoticonos diciendo «Paisen, por favor, ten cuidado y disfruta.» Y me había pedido que le enviara una foto, así que se la enviaría después.

—¿Ya estamos todos~? Si alguien se marea, puede comprar pastillas para el mareo en la farmacia. Y también, hasta el área de descanso no hay baños, así que usen los del supermercado antes de llegar… y además…

En el lugar de reunión, Kiryu-san, con las manos en la cintura, explicaba con inusitada energía todo lo relacionado con las reglas y preparativos para el viaje. Normalmente, solíamos ser Hiyama-san o yo quienes hacíamos estas explicaciones.

—Está muy entusiasmado, ¿verdad? —Cuando le hablé a Hiyama-san, que estaba a mi lado, ella respondió:

—Es que está feliz de que todos hayan venido. Al parecer, pensaba que solo seríamos nosotros dos y quizás una persona más, así que cuando escuchó que seríamos siete, se emocionó y fue corriendo a alquilar la furgoneta.

—Jee… —Pensé que tenía un lado bastante adorable.

—Fwuaaah… Kyoya, yo no tengo que conducir ni nada, ¿verdad? —Tsurayuki me preguntó con una cara de sueño extremo.

—Kiryu-san conducirá en el camino de ida, y en el regreso probablemente me toque a mí. ¿Te quedaste escribiendo hasta la mañana?

—Sí. Pensé en corregir de una vez los puntos que me señalaste, así que escribí unas cincuenta páginas desde la noche, pero después ya no pude más por el sueño.

—Eso suena agotador… Bueno, puedes dormir en el auto. —Cuando se lo dije…

—Entendido. —respondió con un gran bostezo y se metió de inmediato en el asiento trasero.

—Estoy deseando leer tu libro, Tsurayuki-kun.

Ante las palabras de Shinoaki, asentí. Ya habíamos compartido la información sobre cómo estaba apoyando a los tres, incluida Nanako.

Había la esperanza de que, al hacerlo de esta manera, pudiéramos darnos cuenta de algo nuevo y, además, evitaba que uno solo sintiera el peso de la responsabilidad.

—Parece que ha encontrado en qué enfocarse. Ahora solo queda dejarlo en sus manos.

Después de comparar algunas novelas ligeras populares con el trabajo de Tsurayuki, identifiqué algunos puntos clave y se los expliqué.

Se trataba del flujo emocional y los momentos de catarsis, aspectos que él, por supuesto, ya debía conocer, pero parecía que recibir comentarios de otra persona había sido útil. Es algo que suele pasar: cuando uno está escribiendo, hay detalles que simplemente pasan desapercibidos.

—¿Y tú, Shinoaki? ¿Cómo va el boceto de la ilustración de la portada? ¿Ya tienes algo definido?

—Sí, he preparado varios bocetos. Cuando los termine, te los mostraré, Kyoya-kun.

Con el permiso del editor a cargo, también me involucré en el trabajo de ilustración de novelas ligeras de Shinoaki. Ella tenía tendencia a hacer composiciones con una perspectiva más lejana, así que le expliqué las diferencias con otras obras y traté de orientarla hacia planos un poco más cercanos.

Bueno, Shinoaki parece estar bien.

De hecho, el hecho de que apenas hubiera objeciones de la editorial nos tenía algo inquietos. Pero mientras ella estuviera satisfecha con el resultado, no habría mayores complicaciones.

—Bien, entonces, ¿nos subimos también?

Cuando vi que los demás volvían del supermercado, me comencé a dirigir hacia el auto también.

—Oye, oye, Kyoya. —Mientras me alejaba, Nanako me llamó—. Ahm… Lo escuché de Eiko, pero…

Al oír que la información venía de Eiko, es decir, Kawasegawa, sentí un ligero aire de inquietud.

Nanako y Kawasegawa, a raíz del asunto de la canción del festival escolar, se habían vuelto muy cercanas, o más bien, se habían convertido en buenas amigas. A pesar de que sus personalidades eran completamente distintas, según Kawasegawa,

«Nos llevamos bien porque coincidimos en muchas cosas sobre ti, Hashiba.» Al escuchar eso, no pude evitar sentirme inquieto.

—¿De parte de Kawasegawa? ¿Sobre qué?

—La chica de primer año con el apellido un poco complicado… Eh… ¿Cómo era?

—¿Te refieres a Takenaka-san?

—¡Sí-sí! ¡Esa misma!

Asentí, aunque en mi mente solo podía pensar:

Vaya… así que terminamos en este tema.

Seguramente, Kawasegawa le había contado a Nanako sobre aquel encuentro fortuito que tuvimos junto Takenaka-san en las calles de Namba.

Si solo se trataba de eso, no había problema, pero lo más probable era que la historia estuviera adornada con algunos detalles adicionales o interpretaciones propias de Kawasegawa.

Si empieza con eso de «otra chica más», va a ser un fastidio.

Justo cuando pensaba eso, Nanako continuó:

—He oído que es una chica linda… Y que más que ser tu fan, es como tu aprendiz. ¿Qué significa eso exactamente?

Bien, ahí estaba la confirmación. Kawasegawa lo había contado con lujo de detalles. Y más importante aún, «aprendiz» era una palabra que ni siquiera había aparecido antes en todo esto.

—Le interesa aprender sobre producción audiovisual y planificación de proyectos, así que solo respondo sus preguntas cuando me las hace. No es mi aprendiz ni nada parecido.

—Pe-pero, ¿eso no hace que estén más cerca?

—¡Para nada! Hoy mismo hemos estado en actividades separadas. Ni siquiera ha venido con nosotros.

…Para ser sincero, había mostrado cierto interés en venir, pero me alegré de haber sido firme al negarme.

—Bueno, ya es hora. Nanako, sube al auto.

Nanako me dirigió una mirada insatisfecha mientras hacía un «Uuuh…» como sonido de protesta, pero terminó subiendo al auto. De verdad, esto me preocupaba. ¿Qué le habría dicho Kawasegawa exactamente?

Justo en ese momento, la fuente del problema se acercó.

—Te costó manejar la situación, ¿eh, «Paisen»? Parece que te estabas divirtiendo.

—Por favor, deja de llamarme así.

Eiko Kawasegawa, con su habitual expresión indiferente, me miraba.

—¿Y qué fue exactamente lo que le dijiste a Nanako? Está completamente confundida.

—Para que lo sepas, solo hablé desde una perspectiva neutral. Lo de que es tu aprendiz fue simplemente una observación externa. Lo demás es imaginación y fantasía de Nanako.

—Puede que sea así, pero…

Aunque sonara arrogante decirlo, Nanako claramente sentía algo por mí. Ya me lo había dejado claro. Aun así, yo había decidido que, por el momento, debía enfocarme en el trabajo creativo. Por eso, mi respuesta a sus sentimientos seguía en pausa.

Por eso, no era que no entendiera la reacción ambigua de Nanako. No es que no la entendiera, pero…

—Solo es una compañera de primer año que mostró interés en lo que hago y me pidió que le enseñara. Así que simplemente accedí a ayudarla.

Ante mis palabras, Kawasegawa dejó escapar un gran suspiro. Luego habló otra vez.

—Entiendo tu manera de pensar, pero de verdad, cada vez me irrita más.

—…Lo siento.

Sin embargo, Kawasegawa y yo ya habíamos hablado varias veces de este tipo de cosas. Y cada vez, su respuesta siempre había sido:

—Tienes que ser más firme.

Aun cuando me decía «¿Por qué no simplemente lo aclaras de una vez?», yo seguía sin tomar una decisión, por lo que no tenía forma de refutarle.

Si a eso se sumaba que ahora estaba llevándome bien con una linda estudiante de primer año, no era raro que ella terminara perdiendo la paciencia conmigo.



[1] Una laminadora es una máquina que recubre documentos, carteles o materiales impresos con una película plástica para protegerlos del desgaste, la humedad y la suciedad. Puede ser de calor o presión y se usa en oficinas, imprentas y escuelas para conservar y reforzar papeles importantes o gráficos.

[2] El tamaño A0 es el mayor de la serie A de papel según la norma ISO 216, midiendo 841 × 1189 mm. Se usa en planos, carteles y gráficos de gran formato. Su superficie es un metro cuadrado y cada tamaño siguiente (A1, A2, etc.) se obtiene dividiendo en mitades.

[3] Las bolsas retort son envases flexibles de múltiples capas diseñados para resistir altas temperaturas y presiones en el proceso de esterilización térmica. Se usan para alimentos y productos farmacéuticos, combinando la durabilidad de las latas con la flexibilidad del plástico, permitiendo una mayor vida útil sin necesidad de refrigeración.

[4] La Golden Week en Japón es un conjunto de festividades que ocurre a finales de abril y principios de mayo. Incluye varios días festivos nacionales, como el Día de la Constitución, el Día del Verde y el Día de los Niños, siendo una de las épocas de mayor viaje y ocio en el país.


¡Quieres discutir de esta novela u otras, o solo estar al tanto? ¡Entra a nuestro Discord!

Gente, si les gusta esta novela y quieren apoyar el tiempo y esfuerzo que hay detrás, consideren apoyarme donando a través de la plataforma Ko-fi o Paypal.

Anterior | Índice | Siguiente