Remake Our Life!

Vol. 8 Capítulo 4. Trampa Parte 1

En julio, con el fin de la temporada de lluvias, llegó un calor abrasador que parecía quemar la piel.

A diferencia del calor húmedo en la zona donde estaba la universidad, en el distrito de edificios donde trabajaba, la sensación era aún peor: además de la humedad, el sol parecía arder con mayor intensidad. En cualquier caso, era una época difícil para quienes tenían que caminar al aire libre.

—Hace un calor insoportable… —murmuré sin darme cuenta.

El calor era tan sofocante que hasta hablarlo en voz alta se sentía inevitable. Caminaba desde la estación del metro hasta la empresa, con el sudor escurriendo por mi espalda.

—¡Paisen, buenos días!

Escuché una voz animada detrás de mí. Era Takenaka-san, quien me saludaba con su usual energía. Como siempre, llevaba una combinación de colores llamativa en su ropa, pero de alguna manera, lograba que le quedara bien.

—Buenos días. A pesar de este calor, sigues con mucha energía, ¿eh, Takenaka-san?

—¡Por supuesto! ¡Esa es mi mejor cualidad!

No es que fuera su única cualidad, pero era cierto que era difícil imaginarla sin su energía habitual. Tener a alguien tan animado alrededor influía positivamente en el ambiente. Sin duda, un buen generador de ánimo era un tesoro en cualquier grupo.

—¡Hoy es finalmente el día del anuncio, ¿verdad…?!

—Sí, ¿qué será lo que nos dirán?

Desde el fin de semana pasado, Horii-san nos había mencionado que habría un anuncio importante.

Aunque, en realidad, yo ya había escuchado de eso antes, ya que Matsuhira-san me lo había comentado con antelación.

Mientras caminaba, pensaba en la posible noticia y, sin darme cuenta, ya estaba frente al edificio.

Bueno, Matsuhira-san me dijo que no sería nada malo, así que no estoy preocupado…

Aun así, viniendo de Horii-san, seguramente había algún propósito detrás de esto. Con una leve sensación de tensión, di un paso dentro del edificio.

Nada más llegar a la oficina, Takenaka-san y yo fuimos llamados a la sala de reuniones, tal como estaba previsto. Al llegar, Matsuhira-san ya estaba allí y nos indicó que tomáramos asiento.

—Como te dije antes, no es nada extraño ni desagradable, así que puedes tomarlo con emoción. —Matsuhira-san, quien ya conocía la situación, nos sonreía con tranquilidad mientras nos esperaba.

Aunque nos habían dicho que no era una mala noticia, esperar sin saber qué iba a suceder era suficiente para generar ansiedad. Para alguien que odia frases como «Quería decírtelo, pero mejor te lo diré después», este tipo de situaciones debían ser un auténtico infierno.

—¡¿Qué-qué-qué-qué haré?! ¿Y si me despiden por mala conducta?

—Eso es absolutamente imposible, quédate tranquila.

—Jajá, sí, tienes razón, es imposible.

Matsuhira-san y yo respondimos al mismo tiempo.

Llevaba tres meses trabajando allí, y aunque yo aún estaba encontrando mi lugar, Takenaka-san se había convertido en la mascota no oficial del departamento de desarrollo. No solo trabajaba duro y tenía talento, sino que además su energía y carisma influían positivamente en todo el equipo.

Tal como dijo la profesora, es un verdadero diamante en bruto…

No era común que recomendaran a un estudiante de primer año para un ambiente profesional como este, pero viendo la situación actual, estaba claro que no se habían equivocado al elegirla. En cualquier caso, que la despidieran era impensable.

Sin embargo, si no era sobre un despido o un cambio de área, ¿de qué se trataba?

—Bien, gracias por esperar. Vamos a empezar.

Mientras pensaba en eso, Horii-san, la persona encargada del anuncio, entró en la sala de reuniones.

Nos pusimos de pie de inmediato, pero él rápidamente nos hizo un gesto con la mano de: «No, no, tranquilos, siéntense.» Según Matsuhira-san, a Horii-san no le gustaban las formalidades innecesarias.

Nos sentamos de nuevo y, sin perder tiempo, Horii-san comenzó a hablar.

—Los llamé porque quiero pedirles algo. Para no hacerlos esperar más, iré directo al grano. Hashiba-kun, Takenaka-san.

—Sí.

—¡Sí!

Ambos respondimos al unísono, y él asintió antes de continuar.

—Quiero que los dos piensen en una propuesta de proyecto. Tienen dos semanas. A principios de agosto haremos una reunión de planificación dentro del departamento, así que preparen una presentación con sus ideas para entonces.

Me quedé boquiabierto.

—¿Eh…?

No pude decir nada más, pero Takenaka-san, en cambio, saltó de su asiento con sorpresa.

—¿¡Eeeeh!? ¡¿De verdad podemos proponer un proyecto?! ¡Pero si yo soy una novata total! ¡¿Aun así está bien?!

—Por supuesto. De hecho, esta vez queremos la perspectiva de alguien sin experiencia. —Horii-san nos entregó unas hojas en tamaño A4 mientras hablaba—. El propósito de esta competencia de propuestas es obtener nuevas ideas. Como saben, nuestra empresa, Succeed Soft, tiene una trayectoria considerable en el desarrollo de software. Nuestra fortaleza es la amplia experiencia en la creación de juegos, desde PC hasta juegos de consola. Sin embargo, esa misma experiencia nos ha hecho un poco conservadores y cerrados a nuevas ideas.

Las hojas contenían información detallada sobre los productos que la empresa había lanzado hasta el momento, además de datos sobre las ventas y la recepción de los títulos más recientes.

—Si solo reunimos ideas dentro del equipo de desarrollo, inevitablemente habrá sesgos. Por eso, queremos que ustedes propongan proyectos desde una perspectiva completamente nueva.

Pasamos las páginas del documento y encontramos una sección con consideraciones para la planificación de la propuesta.

—Pueden consultar cualquier material disponible en la empresa, así como hacerme preguntas a mí o a Matsuhira-san, —continuó Horii-san—. Sin embargo, no deben hacer preguntas a otros miembros del equipo.

Luego, explicó los detalles sobre el formato del proyecto.

El formato era libre. Podíamos incluir imágenes o basarnos más en el texto, dependiendo de nuestra preferencia. Se permitía el uso de audio y video solo como material de apoyo en la presentación, pero no como música de fondo. Además, la propuesta debía estar en un formato compatible con diapositivas y no exceder las diez páginas.

—No es necesario hacer una presentación demasiado extensa, —dijo Horii-san—. Si pueden transmitir la idea de manera clara y atractiva, diez páginas serán más que suficientes.

Justo cuando terminó su explicación, Matsuhira-san levantó la mano.

—Tengo una pregunta. ¿Yo también debo presentar una propuesta?

Horii-san asintió con firmeza.

—Sí. Queremos comparar tu proyecto con el de los recién llegados, así que agradeceríamos que también participes.

—Ya veo… Entendido.

Por un momento, me pareció ver una ligera sonrisa en el rostro de Matsuhira-san.

—Bien, entonces tienen dos semanas para trabajar en sus ideas. Si alguna de sus propuestas es seleccionada, la persona responsable del concepto se integrará oficialmente al equipo como miembro clave. Así que den lo mejor de sí mismos.

Así fue como nos asignaron esta tarea.

Hasta ahora, solo nos habíamos dedicado a hacer debugging y recopilar información, pero de repente nos asignaron una tarea crucial. Honestamente, los nervios estaban por las nubes.

—Pa-Pa-Paisen, ¿qué-qué-qué hacemos? ¡Yo nunca he pensado en una propuesta antes! ¡¡Lo más parecido fue en el festival cultural de la preparatoria, cuando hicimos la casa del terror con desafío de crepas picantes!!

Eso sonaba interesante, pero…

—Aun así, en aquella ocasión preparaste una presentación y la defendiste frente a la temible profesora Kanou, ¿no? Seguro que puedes hacerlo.

—E-eso fue porque… en ese momento solo tenía en mente el deseo de conocerte, Paisen…

Me sonrojé un poco al escuchar eso directamente. Al final, lo que necesitábamos era esa misma pasión y motivación.

—Bueno, no te preocupes, seguro que nos irá bien.

—¡Espera! ¡¿Acaso ya tienes experiencia en esto, Paisen?

—No, en absoluto. Quería decir que estamos en la misma situación.

—¡Qué impacto! —exclamó Takenaka-san mientras se sujetaba la cabeza. Era imposible aburrirse con ella cerca—. Paisen, he oído algo muy interesante.

—¿De qué se trata?

—¡Es un truco secreto para hacer que aprueben una propuesta!

Había algo sospechoso en su ambiente, pero como lo decía con tanta confianza, decidí escucharla.

—Primero, tienes que aprovechar tu encanto natural.

—¿Qué quieres decir con eso…?

—¡A qué más! ¡Este cuerpo que hasta hace poco era de una estudiante de preparatoria! ¡Todos estos desarrolladores cochinos y viejos verdes son 100% vulnerables a esto!

Ah, ya entendí por dónde iba.

—Así que, cuando hagamos la presentación, puedo usar una blusa con un escote un poquito más pronunciado… O tal vez dejar caer algo y agacharme a recogerlo… Ya sabes, cosas que les gusten a ellos… Oye, Paisen, ¿me estás escuchando?

—Takenaka-san, ¿de verdad crees que está bien hacer algo así?

Su expresión se torció poco a poco, hasta que dejó escapar un gemido.

—¡Vamos! ¡No seas así! ¡Era solo una broma ligera! Obvio que no creo que todo se resuelva con eso, ¡pero es que así como estamos no se me ocurre ninguna forma de ganar!

Al menos el ambiente se relajó un poco.

—Pero esto es una oportunidad, —dije con firmeza—. Una muy importante para nosotros.

—¿Una oportunidad…?

—Claro, —dije, asintiendo—. Horii-san mencionó que el departamento de desarrollo de Succeed es muy conservador. Yo mismo he notado eso muchas veces.

Especialmente con las aplicaciones móviles que desarrollábamos. Dentro de la empresa, trabajar en ese sector se consideraba una «mala jugada». Los proyectos estrella siempre eran los juegos de consola, y todo lo demás se veía como algo de menor importancia.

Horii-san quería romper con esa mentalidad. Y por eso, nos había dado esta oportunidad a estudiantes sin experiencia en planificación.

—Por lo tanto, lo que no debemos hacer aquí es presentar una propuesta de juego que simplemente esté bien estructurada. Eso es, sin duda, lo menos necesario.

—Entonces, ¿qué es lo que están buscando…?

Sonreí y respondí:

—No lo sé.

—¡¡Aaaaaahhh!! ¡¡Paisen, mi Paisen me está haciendo bullyng con una sonrisa radiante!! ¡¡Esto es abuso de poder!! ¡¡Lo demandaré!!

Me sabía un poco mal por Takenaka-san, pero la chica reaccionaba como un juguete que suena cuando lo golpeas. Era gracioso.

Antes de que se vuelva costumbre molestarla, mejor explico las cosas.

Le mostré mi teléfono y dije:

—Creo que la pista está aquí.

—¿En el celular…?

Esta vez no sonreí, simplemente asentí con seguridad.

Mientras me bamboleaba en el autobús desde la estación de Kishi, seguí dándole vueltas a la propuesta.

—Mejor ordeno mis pensamientos desde el principio. —Sentía que mi mente estaba a punto de enredarse, así que decidí repasar los fundamentos antes de seguir pensando.

Yo conocía el futuro. Eso, por supuesto, era una ventaja. También debía ser un factor clave a la hora de desarrollar una propuesta.

Desde esa perspectiva, el año 2008, donde los teléfonos de tapa aún dominaban, pero los juegos seguían estando monopolizados por las consolas, podía considerarse la víspera de una revolución inminente.

Entonces, ¿bastaba con hacer una propuesta que anticipara esa revolución?

—¿Presentar una propuesta centrada en dispositivos móviles, diseñar un sistema de monetización y desarrollar un juego basado en ello…?

Sin duda, en esta época sería algo novedoso. No sería una idea creada por inercia o costumbre, sino una que realmente mirara hacia el futuro. Tal como decía Horii-san, esa era la clase de propuestas que buscaban.

Pero, ¿realmente eso era lo correcto?

—Al final, solo estaría dependiendo de mi conocimiento previo…

Aunque supiera cuál era la respuesta definitiva, ¿qué sentido tenía adelantarme a ella? Quizás si el momento lo ameritara, pero en este caso, lo que realmente se estaba poniendo a prueba era mi propia capacidad, la de Kyoya Hashiba.

Entonces, ¿no sería un error en sí mismo depender de mi conocimiento del futuro?

—…No usaré mi conocimiento del futuro esta vez. —Una vez tomada esa decisión, necesitaba replantear todo desde cero, sin pistas—. Lo que logre demostrar aquí determinará lo que suceda en adelante.

Quería romper con las costumbres. Si Horii-san, el jefe de desarrollo, nos había dado esta oportunidad con esa intención, entonces, aunque mi propuesta no fuera aceptada, al menos debía ser lo suficientemente interesante como para que pensaran: «Esto es algo distinto.»

Tenía que exprimir mi cerebro y reflexionar sobre todo lo que había experimentado hasta ahora y lo que quería hacer en el futuro.

Le mostré el teléfono a Takenaka-san como pista por dos razones.

La primera, en su sentido más literal: en comparación con las consolas, que ya tenían un concepto definido y estándares elevados de evaluación, las aplicaciones móviles aún eran un terreno en expansión y tenían más posibilidades de ofrecer ideas innovadoras.

La segunda razón era algo más personal.

—¿No habría alguna forma de conectar los juegos con algo inusual?

La idea de jugar en un teléfono móvil no era particularmente sorprendente. Desde hacía tiempo existían minijuegos, y con la llegada de los teléfonos de tapa a color y con mejor resolución, estos dispositivos ya comenzaban a ser considerados plataformas de juego.

Sin embargo, la evolución de ese concepto aún estaba en sus primeras etapas. Ya que existía un nuevo hardware con potencial, quería encontrar un concepto que pudiera nacer a partir de él. Estaba decidido a explorar todas las posibilidades dentro de Succeed en busca de pistas.

—He recibido una oportunidad que nadie más ha tenido… —Abrí las manos y las observé, como si quisiera confirmar lo que había obtenido.

Después de todo, yo no era alguien que debería estar aquí. Había recibido una increíble segunda oportunidad, un «reinicio» que normalmente sería imposible.

Entonces, quería justificar esa suerte con algo significativo. Algo que demostrara que el hecho de haber saltado en el tiempo tenía un propósito real.

Por eso, no podía depender solo de mi tramposo conocimiento del futuro. Debía encontrar una respuesta propia.

Aún no tenía ninguna idea concreta ni garantía de éxito, pero si no lo intentaba con todas mis fuerzas, no podría mirar a la cara a los demás, que estaban dando lo mejor de sí en este mismo momento.

Si no lo intento ahora, todo esto no tendrá sentido.

Apretando el puño en silencio, me llené de determinación.

Al día siguiente, después de regresar de la empresa con este gran desafío sobre los hombros, terminé sumido en pensamientos sobre un asunto completamente diferente.

—Parecía que todo iba bien…

Lo que me preocupaba era Shinoaki.

Desde que comencé a revisar y apoyar en las ilustraciones de la novela ligera, empecé a dar mi opinión sobre el trabajo de Shinoaki e incluso a hacerle sugerencias cuando era necesario.

Su nivel de exigencia con sus ilustraciones siempre había sido alto, pero ahora intentaba elevarlo aún más. En realidad, el trabajo que estaba haciendo ya superaba con holgura el estándar de una obra comercial, por lo que debería haber sido algo que pudiera abordar con tranquilidad.

Sin embargo, en ese momento, Shinoaki había caído en un bloqueo artístico bastante serio.

El trabajo de la novela ligera ya había pasado la fase de diseño de personajes y estaba en la etapa de composición de las ilustraciones. Observando las tendencias actuales, pensé que una composición en primer plano podría funcionar bien, así que lo propuse. El editor a cargo estuvo de acuerdo, diciendo que encajaba perfectamente con la demanda, y Shinoaki también asintió, por lo que seguimos adelante con esa idea.

Para no repetir los errores del juego doujin, tomé medidas para evitar que la composición se volviera demasiado sencilla por ahorrar tiempo. Se optó por un ángulo en vista cenital y trabajé bien las poses para mantener el interés de Shinoaki en la creación de la imagen. Pensé que habíamos encontrado un buen equilibrio que aprovechaba su gran habilidad, pero no resultó como esperaba.

—No puedo creer que me esté atorando tanto en esto…

Incluso para decidir una vista cenital, Shinoaki comenzó a explorar múltiples patrones, dividiendo los ángulos en segmentos minuciosos y creando varios bocetos. Para alguien sin conocimientos técnicos, todas las versiones parecían impresionantes, pero ella no parecía satisfecha con ninguna.

El editor a cargo sugirió que tal vez podríamos avanzar primero con una ilustración promocional diferente para evitar que se quedara estancada. Sin embargo, rechacé la idea, creyendo que interrumpir el flujo de trabajo en ese momento solo empeoraría la situación.

Mientras recordaba todo esto, llegué frente a su habitación.

—Shinoaki, ¿puedo pasar?

Después de tocar la puerta, escuché su habitual respuesta:

—Sí, adelante~.

Al entrar, la encontré completamente concentrada en la pantalla, dibujando más bocetos. Antes solía hacer los bocetos a mano, pero esta vez había decidido hacerlos en digital para cambiar un poco el ritmo de trabajo.

El dibujo digital no era un obstáculo para ella, ya que había adquirido experiencia con él durante la producción del anime. Por lo tanto, al menos en términos técnicos, no estaba atascada.

Sin embargo, el boceto aún no estaba decidido. Había varias capas acumuladas con fragmentos desechados, como rostros y cuerpos dibujados por separado, pero ninguno de ellos había sido desarrollado en detalle.

—Lo siento, no he logrado sacar un buen boceto… —Shinoaki se disculpó con un tono algo desanimado.

—No te preocupes, en todo caso, soy yo quien no ha podido darte una buena indicación…

El ambiente entre nosotros se volvió un poco incómodo.

—Por ahora, haré más bocetos para mañana. Luego podemos hablar nuevamente y decidir a partir de ahí… ¿te parece bien?

—Sí, por supuesto. ¿Está bien que nos reunamos en la tarde?

—Sí, está bien, —asintió Shinoaki, dando por finalizada la reunión.

—Bueno, no quiero molestarte demasiado, así que…

Justo cuando me disponía a salir y puse la mano en la puerta, ella habló.

—No me molestas en absoluto. En realidad, me ayudas mucho al revisar mi trabajo, Kyoya-kun. —Con su habitual tono suave y despreocupado, Shinoaki se preocupó por mí, sin mostrar en absoluto lo frustrada que estaba con su propio trabajo.

—Gracias, Shinoaki. —Pero en ese momento, su amabilidad me pesó un poco en el pecho.

Incluso después de regresar a mi habitación, seguí pensando en Shinoaki.

Revisé nuevamente el proceso hasta ese punto, tratando de identificar si había pasado por alto algo o si había sido descuidado en algún aspecto. Si encontraba algún error, podría corregirlo y evitarlo en el futuro.

Pero…

—No parece haber nada… nada en absoluto. —Me rasqué la cabeza y solté un gran suspiro.

La causa inmediata del problema era el encargo de la ilustración. Sin embargo, el proceso en sí no tenía fallos graves. Lo que ocurría era que la imagen ideal que Shinoaki tenía en mente y el contenido del encargo no coincidían, lo que la hacía incapaz de encontrar la mejor solución.

Era una de esas situaciones en las que nadie tenía la culpa, lo que, en cierto modo, lo hacía aún más cruel. Si hubiera una causa clara, simplemente eliminarla resolvería el problema, pero no era tan sencillo.

—Supongo que tendremos que replantearlo un poco…

Escribí un correo al editor explicando que estaba considerando una alternativa, incluyendo la posibilidad de modificar la composición. Sin embargo, sabía que esto no sería una solución inmediata.

Irónicamente, Tsurayuki y Nanako estaban progresando sin problemas con sus respectivos trabajos.

Tsurayuki, después de recibir aquel manuscrito lleno de correcciones en rojo, había logrado mejorar enormemente su calidad. Aunque se quejaba de mis sugerencias como «un simple lector», su espíritu competitivo lo impulsaba a encontrar nuevos desarrollos para la historia, y ahora solo quedaba afinarla hasta el último momento.

Nanako, por su parte, además de trabajar en las canciones que yo le había sugerido, había empezado a tomar la iniciativa por sí misma. Al pensar en la producción junto conmigo, había comenzado a considerar la idea de autoproducirse.

—Por ahora, los dos no parecen tener problemas… ¿no?

¿En qué había sido diferente?

Por supuesto, en ningún momento intenté establecer diferencias en la carga de trabajo o en la calidad entre Shinoaki y los otros dos. Me involucré de la misma manera con los tres, pero solo Shinoaki no lograba avanzar como esperaba.

Tal vez la razón por la que Tsurayuki y Nanako podían seguir trabajando sin dificultades no tenía nada que ver con mi ayuda, sino simplemente con su propio talento. Quizás lo que yo estaba haciendo no era más que revolver las cosas sin aportar realmente nada.

Pensamientos negativos empezaron a invadir mi mente.

—Ah… No, no. No debo pensar así. —Sacudí la cabeza, intentando disipar esas ideas.

Llamarlo «producción» podía sonar elegante, pero al final, influía directamente en el estado anímico de los creadores. Me di cuenta, una vez más, de que era una labor difícil y llena de presión.

—Es complicado… muy complicado. —Cada vez que abría la boca, solo salían suspiros y quejas. Si pensaba en el futuro, tal vez enfrentar dificultades desde el principio era mejor que tener éxito de inmediato. Pero si se trataba de Shinoaki, por supuesto, preferiría que todo saliera bien desde el principio.

Lo que más me afectaba era darme cuenta de que aún no entendía bien las tendencias y características de Shinoaki como artista.

—No importa qué trucos intente usar, probablemente no funcionarán…

Necesitaba conocer mejor a Shinoaki. No bastaba con unas cuantas conversaciones superficiales; tenía que entender su esencia. Pero, ¿cómo se supone que debía hacerlo?

Mi aprendizaje como productor había llegado repentinamente a su primera gran dificultad.

A medida que íbamos menos a la universidad, los lugares donde nos encontrábamos o quedábamos de vernos comenzaron a cambiar poco a poco hacia fuera del campus.

El cambio más evidente fue con Kawasegawa. Antes, cuando nos reuníamos a hablar, siempre lo hacíamos en la cafetería del campus, «Mirage». Pero ahora, el lugar había cambiado al izakaya [1] Toriyoshi, ubicado frente a la estación de Kishi.

Hoy nos habíamos reunido como una especie de celebración para aquellos que no bebieron durante el reciente viaje de un día.

—Estás bastante preocupado, ¿verdad?

Kawasegawa, que estaba sentada frente a mí, me miró directamente a la cara y dijo eso de inmediato. Sobre la mesa, tenía su trago favorito: un lemon sour[2] .

—¿Se me nota tanto en la cara…?

—Ojeras, piel pálida, ojos cansados a pesar de que dices que has dormido mucho… Podría seguir, ¿quieres que lo haga?

—No, gracias…

Rechacé educadamente su oferta y me tomé de un solo trago mi highball[3], servido hasta el borde.

Era cierto que últimamente no dormía bien. Si bien mantenía horarios regulares para comer cuando trabajaba, al llegar a casa muchas veces el cansancio me vencía y me quedaba dormido sin cenar.

—No voy a decirte a estas alturas que cuides tu salud, pero si llegas a desmayarte o algo, prepárate para lo que te espera.

Definitivamente, recibiría una reprimenda brutal.

—Por cierto, felicidades. No esperaba que te llegara un trabajo de dirección tan pronto.

Cuando lo mencioné, Kawasegawa pareció sonrojarse un poco y respondió:

—No es la gran cosa. Solo insistí en decirle a mi productor, que siempre me escucha, que si quedaba un puesto libre para dirección, yo lo tomaría. Y bueno, realmente hubo alguien que terminó hospitalizado por una fractura. Entonces dijeron: «No es un trabajo tan difícil, ¿por qué no lo intentas?». Eso es todo. —Habló aproximadamente un 30% más rápido de lo normal mientras explicaba.

La compañía de producción cinematográfica en la que trabajaba, de la que siempre hablaba con frustración por su estructura anticuada, estaba comenzando a cambiar poco a poco, gracias a ella y a otros empleados jóvenes.

Uno de esos cambios fue precisamente la oportunidad que le dieron para dirigir.

—Hay una sección de un video corporativo en la que quieren incluir una mini-telenovela, pero los directores veteranos no quieren hacerlo. Entonces, decidieron darle la oportunidad a los tres nuevos empleados, incluyéndome a mí. Por ahora, me estoy dedicando a leer el guion a fondo.

—Pero, en serio, es increíble. Si tú no hubieras hablado, nada habría cambiado.

Si Kawasegawa no hubiera tomado la iniciativa y hablado, la empresa probablemente seguiría igual. O en el mejor de los casos, si surgía una oportunidad, seguramente habría ido a parar a alguien más.

—Así es, por eso debería agradecerte.

—¿A mí?

—Me hiciste darme cuenta de que, sin una actitud proactiva como la tuya, donde actúas antes de pensarlo demasiado, nada cambia. Me sorprendió darme cuenta de que incluso la temeridad puede considerarse una forma de valentía.

No estaba seguro de si me estaba felicitando o criticando.

—Últimamente, me he dado cuenta de que solo con iniciativa no es suficiente para que las cosas salgan bien.

—¿Por Shinoaki?

Asentí ligeramente ante las palabras de Kawasegawa. Ya le había mencionado al inicio de la reunión que Shinoaki no estaba pasando por su mejor momento.

—No he hablado mucho con ella últimamente. Durante el viaje, se veía normal, parecía estar pasándola bien.

—Su actitud en el día a día no ha cambiado. Por eso sé que no es algo que haya ocurrido recientemente.

No parecía estar deprimida ni haber pasado por algo concreto que explicara su situación.

—Sabes… —Kawasegawa tomó un sorbo de su lemon sour y desvió la mirada hacia el techo—. Todavía no entiendo bien a Shinoaki.

—¿A qué te refieres con eso?

—Cuando interactúas con ella, es una buena chica, es responsable y, sobre todo, muy comprometida con lo que crea. No es común encontrar a alguien tan serio en su trabajo como ella. Como creadora, la respeto mucho. —Dejó su vaso sobre la mesa con suavidad y continuó—: Pero… siento que está ocultando algo. Algo negativo para ella. No tengo pruebas ni nada, podría ser solo una suposición mía. Pero si realmente es así, entonces ella ha estado viviendo con un equilibrio muy delicado.

—¿Así es como lo ves?

Ella asintió levemente.

—Casi todos tenemos un lado más oscuro, algo que no mostramos fácilmente a los demás.

—Sí, lo entiendo.

—Yo misma tengo muchas cosas así. Incluso las personas que son consideradas «buenas» suelen tener algo oculto. Pero en el caso de Shinoaki… realmente no se le nota nada de eso.

—Pero de ahí a decir que lo está ocultando… ¿no es una conclusión algo apresurada?

—¿Tú no lo has notado? Que Shinoaki es diferente a los demás.

Pensándolo bien, no podía negar que había algo en ella que la hacía distinta.

Cuando creaba, no parecía preocuparse demasiado por lo que opinaban los demás. Seguía sus propias reglas y sus emociones eran su mayor guía. Si llegaba a retrasarse, se disculpaba y trataba de compensarlo, pero incluso en esos momentos, había algo en ella que resultaba enigmático.

Sin embargo, no sabía exactamente qué era eso.

—No puedo decir mucho… Al final, es algo propio de Shinoaki.

—Yo también lo creo. No tengo ninguna queja con ella, nuestras interacciones siempre son agradables. De hecho, muchas veces me siento mal yo misma. Pero cuando pienso en qué pasaría si algún día ese equilibrio se rompiera… no puedo evitar preguntarme si hay algo que podamos hacer antes de que ocurra.

Me sorprendió escuchar a Kawasegawa hablar así. No era común que se expresara de esa manera.

Sin embargo, dado que Kawasegawa no era del tipo que se juntaba con otros estudiantes solo por costumbre, las únicas personas con quienes tenía una relación cercana basada en el respeto mutuo por su arte eran Nanako y Shinoaki.

Era natural que le preocupara la situación de una de sus pocas amigas.

—Estábamos hablando de tu trabajo y terminé desviando la conversación. Lo siento.

—No, no te preocupes.

No es que hubiera recibido un consejo directo, pero al menos había obtenido una nueva perspectiva sobre Shinoaki desde el punto de vista de Kawasegawa, lo que me hizo reflexionar aún más sobre el asunto.

Pasaron tres días más. La mala racha de Shinoaki seguía sin mejorar. Aunque intentaba despejar mi mente mientras trabajaba en mi empleo de medio tiempo, en el fondo no podía evitar pensar en ella.

—Matsuhira-san, aquí está la tabla de asignación del equipo de debugging . —Mientras mostraba la hoja de cálculo en la pantalla, le explicaba los detalles—. Tomé en cuenta la experiencia y aptitudes de cada debugger que mencionaste anteriormente, las cuantifiqué y las usé como base para distribuir las tareas.

Matsuhira-san solía asignarme tareas adicionales, como si fueran ejercicios extra. Esta vez, me había pedido que propusiera un sistema eficiente para gestionar el trabajo de debugging que estábamos liderando.

Después de revisar los informes de los diez miembros del equipo, presenté un informe en el que sugería asignarles juegos y escenas según sus habilidades específicas para optimizar el tiempo de trabajo.

—Sí, está bien elaborado. El análisis de cada debugger es bastante acertado.

—¡Gracias!

Ser elogiado por alguien tan competente como Matsuhira-san era un gran impulso de confianza.

Observar el rendimiento del equipo y proponer mejoras en la eficiencia era un buen ejercicio para desarrollar una visión global del trabajo. De hecho, según lo que me había dicho Horii-san, era común que quienes supervisaban a los equipos de debugging terminaran involucrándose directamente en el proceso de desarrollo como parte del equipo de producción.

En esto, la profesora Kanou tenía razón.

Pensé que, si seguía acumulando experiencia poco a poco de esta manera, tal vez el camino para convertirme en productor se iría despejando. Aquello me dio un pequeño respiro de tranquilidad.

Era mucho mejor encontrar de vez en cuando algún punto de referencia, en lugar de no tener ninguna pista en absoluto.

—Entonces, a partir de la próxima semana, probemos avanzar con esta tabla. Por cierto, ¿y Takenaka-san?

Sin decir nada, simplemente señalé con la mano hacia el asiento de ella.

Ahí estaba:

—Guee… boee… uuuuh… ideas… ¿No podrían salir algunas ideas…? Guuu… algo, ¡que salga algooo… uuh! —Emitía sonidos de desesperación, casi infernales, mientras gemía en su asiento—. Pa… Paisen… por favor, ayúdame… creo que probablemente voy a morir… Al menos, recoge mis restos si puedes… —Al notar nuestras miradas, nos dirigió una voz agonizante, como si estuviera en su lecho de muerte.

—Suena como si estuvieras a punto de vomitar otra cosa en lugar de ideas… —Matsuhira-san respondió con expresión de lástima.

—Bueno, yo tampoco he podido pensar en nada todavía, así que mi progreso no es muy diferente al de ella.

—Las buenas ideas no surgen tan rápido. Aún hay tiempo, así que tómatelo con calma.

—Sí, haré mi mejor esfuerzo.

—Solo asegúrate de no agotarte ni física ni mentalmente. Es importante prevenir el desgaste antes de que te afecte.

Asentí con un «sí». Matsuhira-san siempre estaba atento al estado físico y emocional de los empleados a medio tiempo como nosotros.

Una vez le pregunté por qué se preocupaba tanto, y me respondió con firmeza que, como líder, eso era algo natural.

En mi caso… es un aspecto en el que aún estoy muy lejos de lograrlo.

Quería ser capaz de manejar las cosas con la misma calma y seguridad que él lo hacía.

Mientras la observaba con admiración, de repente, sonó la llamada del teléfono interno en mi escritorio. Me apresuré a responder.

—Ah, Hashiba-kun. ¿Podrías venir a mi escritorio un momento?

Era la voz de Horii-san.

—Ya-ya voy. —Respondí de inmediato, informé a Matsuhira-san y salí de mi asiento.



[1] Un izakaya es un bar informal japonés donde se sirven bebidas (como cerveza, sake o shōchū) y comida para compartir (yakitori, edamame, sashimi, etc.). Similar a un pub occidental, pero con ambiente japonés. Ideal para reuniones sociales después del trabajo.

[2] Un lemon sour es un cóctel japonés refrescante hecho con shōchū (licor destilado), agua con gas y jugo de limón, servido con hielo. A veces lleva una capa de espuma de clara de huevo o yogurt en la parte superior. Popular en izakayas.

[3] Un highball es un cóctel sencillo hecho con whisky (generalmente japonés) y agua con gas, servido frío con hielo. Refrescante y ligero, es popular en izakayas y bares. A veces lleva un toque de limón o jengibre.


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