Yuusha-sama no Oshishou-sama

Capítulo 58 - Primer día (I)

“Sí, realmente se ve increíble,” murmuró Wynn para sí mismo. Ya había estado antes en el palacio de Lemmroussell, pero aún así se veía grande e imponente. Miró las puertas que estaban ante el corazón del imperio: la residencia del Emperador. Estaba en medio de una amplia plaza, rodeado de lujosas mansiones de la nobleza. Las residencias de ricos mercaderes y caballeros se alineaban en las áreas exteriores del distrito de los nobles. Era una zona a la que los ciudadanos de a pie tenían dificultades para acceder. En el pasado, Wynn había pasado por esas calles y puertas muchas veces mientras entregaba cartas.

Clang Clang

“¡Oh, lo siento!”

El sonido de una campana detrás de él hizo que Wynn volviera a la realidad. Se disculpó con el conductor mientras se apartaba del camino de un carruaje. Este pasó junto a él y entró en el recinto del palacio. Wynn continuó mirando a las puertas hasta que le dolió el cuello.

Está bien, no hay necesidad de estar nervioso.

Wynn apretó el puño para levantar el ánimo y se dirigió hacia las puertas abiertas.

Es sólo que no siento que pertenezca a ese lugar. Supongo que tendré que acostumbrarme a ello en algún momento.

Puede que lo haya anhelado toda su vida, pero una vez que Wynn pasara por las puertas, estaría entrando en un mundo más allá de lo que jamás se había imaginado. Era un plebeyo de pies a cabeza, así que incluso las puertas eran un gran obstáculo.

Uno por uno, brillantes carruajes dorados pasaron junto a Wynn mientras él dudaba en dar su siguiente paso. En cada uno de los grandes carruajes se exhibían de manera prominente emblemas o banderas familiares muy elaborados. Estaban a todo un nivel por encima de los carruajes de los mercaderes que normalmente lo pasaban por las calles. La primera vez que vio uno, pensó: ¿No es demasiado brillante? Pero estaba a punto de entrar en un mundo en el que esos carruajes eran la norma.

Parece que tengo que acostumbrarme a esto. No es como si pudiera quedarme aquí todo el tiempo.

Wynn se armó de valor y comenzó a caminar. Después de unos pasos, se detuvo de nuevo.

La última vez, vine con Leti, así que no me perdí, pero ¿qué hago ahora?
Detrás de la puerta había un resplandeciente sendero bordeado de innumerables hojas perennes a ambos lados. Siguió el camino hacia una amplia plaza. Agua brotaba de una fuente en el centro. Hombres y mujeres de todas las edades —Wynn asumió que eran sirvientes— Se apresuraban y corrían por la plaza. Como Wynn, no iban en carruaje mientras se dirigían hacia el palacio. Wynn suspiró, aliviado de que no fuera el único que caminaba. Pensó que todos los demás irían en un carruaje. Había oído que no todos los que trabajaban en el palacio eran aristócratas, aunque no pudo liberarse de su ansiedad hasta que lo vio por sí mismo. Ahora que lo confirmaba con sus propios ojos, pudo relajarse.

Brotes verdes comenzaban a dislumbrarse en los árboles aledaños al sendero. Las flores florecieron. Los pájaros cantaban felices. Todos eran signos que marcaban la llegada de la primavera. Wynn sintió una brisa fresca en su cara. Cerró los ojos durante un rato, disfrutando de los melodiosos trinares. Se había preguntado si los pájaros dentro del castillo sonarían diferente, pero estaba contento de saber que el alegre canto de estos era el mismo tanto dentro como fuera del castillo.

Parecía como si un verdadero bosque creciera a ambos lados del camino. Quizás era mejor llamarlo una arboleda, ya que ciertamente fue cultivada por los jardineros del palacio. Ocasionalmente se podían ver edificios entre los árboles, escondidos del observador casual. Wynn se detuvo para admirar cada edificio que veía, haciendo oooh y aaaah antes de continuar.

Esta era su segunda vez en el palacio. Leticia lo había traído aquí la primera vez, pero no había tenido la tranquilidad para disfrutar de su entorno. En ese momento, él simplemente había caminado directamente a través de la plaza y entrado en el palacio.

Este diseño me recuerda a la Academia de Caballeros.

Finalmente, llegó a las murallas del castillo por segunda vez en su vida. La puerta de entrada al castillo era más pequeña que la principal.

“Por favor, detente. Más allá de este punto se necesita permiso para adentrarse portando armas. Por favor, ponga su nombre en este libro de registro.”

Wynn caminó hasta la pequeña estación de guardia, donde un Guardia Imperial estaba ocupado recibiendo invitados.

“Entiendo.”

“Wynn Bard... Oh, puede ser que usted sea...”

El guardia bajó la vista al libro de registro y luego volvió a mirar a Wynn.

“He oído hablar de usted. Tiene permiso para llevar armas dentro del palacio. Por favor, entre.”

“Muchas gracias.”

Nerviosamente agradeciendo al guardia, Wynn entró en el castillo. Sin saberlo, varios Guardias Imperiales le miraban con ojos críticos mientras se alejaba.

>¿Ese es el Maestro del Valiente? ¿El que se convertirá en el caballero guardián de la princesa Cornelia?

¿En qué está pensando el Príncipe Alfred, permitiendo que un niño desconocido esté tan cerca de la soltera princesa? ¿Qué hará si pasa algo?

El caballero guardián de la princesa debería haber sido elegido de la Guardia Imperial, que poseía pedigríes conocidos. Sus miradas se llenaron de envidia y curiosidad al ver al joven entrar en el castillo.

***

“Ha pasado un tiempo, Sir Bard.”

En cuanto entró, una mujer llamó a Wynn.

“Oh, usted fue la que me guió la última vez....”

“Soy Mary, una sirvienta que sirve a la princesa Cornelia. Parece que ambos servimos al mismo amo. Estoy deseando trabajar con usted.”

La sirvienta, Mary, comenzó a caminar, señalando a Wynn para que la siguiera. Parecía ser dos o tres años mayor que él. Se comportaba con un aire de refinamiento, algo inusual para una sirvienta. ¿Podría ser que hubiera sido una dama de una familia noble? Mientras caminaban por las serpenteantes salas, Wynn observó la elaborada decoración. Desde los pilares, pasando por los techos y las paredes, todo se unía como una única obra maestra ornamentada.

“Si me permite preguntar, creo que le habían dado el uniforme de la Guardia Imperial. Sin embargo, usted todavía lleva puesto el uniforme de estudiante. ¿Por qué es así?”

“Bueno, sigo siendo un estudiante.... y cada vez que miro el uniforme... ¿Cómo debería decirlo...? Se siente más y más como si no lo mereciera.”

“Este es el palacio interior. Pocos pueden siquiera poner un pie en este lugar. La ropa que usas refleja tu estatus aquí, así que por favor recuerde usar el uniforme la próxima vez.”

“Entiendo.”

“Por favor, intente acostumbrarse. Puede parecer extraño al principio, pero mejorará con el tiempo.”

“¿Así de fácil?”

“Así de fácil.”

Mary le dio una sonrisa de reojo a Wynn.

“Si no lo hace, será un problema cuando tenga que acompañar a la princesa durante sus deberes oficiales.”

“Umm, ¿Mary? Puedo llamarte Mary, ¿verdad? ¿También tendré que acompañar a la princesa durante sus deberes oficiales?”

“Por supuesto. Como su caballero guardián, su deber es proteger a la princesa. Sin embargo, hay Guardias Imperiales que también son responsables de proteger a Su Alteza, así que rara vez tendrá que hacerlo usted. Sin embargo, a diferencia de la Guardia Imperial, nadie más que Su Majestad y Su Alteza puede darte órdenes.”

“N-No entiendo del todo lo que acabas de decir...”

“Cualquiera en la familia real puede dar una orden a la Guardia Imperial, pero sólo el emperador y la princesa pueden darle órdenes a usted.”

Con una sonrisa amarga, Mary lo llevó a una habitación dentro del palacio interior.

“Esta habitación es para su uso personal. Para ser más precisos, es para los Caballeros Guardianes de la Princesa Cornelia.”

¡Tengo una habitación dentro del castillo interior!

“Por lo tanto, por favor, póngase rápidamente su uniforme.”

Wynn miró lo que llevaba puesto. Su uniforme de caballero de la academia era apropiado para llevar a las ceremonias, pero eso era todo. El diseño era barato, y el uniforme de Wynn estaba bastante gastado. Pensó que sería de mal gusto aparecer en eso junto a Cornelia. Dentro de la habitación había una gran mesa redonda de madera y una silla de aspecto lujoso. También había una estantería vacía.

“En este momento eres el único que se queda aquí, así que la habitación está un poco vacía. Pero tarde o temprano, a medida que se recluten más Caballeros Guardianes, la habitación estará más amueblada.”

“Esto fue diferente de lo que imaginaba... pensé que estaría trabajando desde fuera del castillo.”

“Normalmente, así es como se opera.”

Wynn abrió una puerta en la habitación, donde vio cuatro camas.

“Sin embargo, si es necesario, puede usar estos aposentos para dormir.”

Whoa. ¿Cómo podría relajarme aquí?

Puede haber sido una sala de guardia, pero aún así era una sala digna de un palacio. El dormitorio era mucho más grande que los dormitorios destinados para el descanso a los hijos de los nobles.

“Su Majestad no está disponible en este momento, así que permítame mostrarle otros lugares.”

Las palabras de Mary sacudieron a Wynn de su asombro por el tamaño de la habitación. Miró hacia atrás y vio a Mary saliendo de la habitación.

“¿Hay algún lugar donde pueda entrenar también?”

“Por supuesto. La Guardia Imperial también está entrenando allí. Por aquí, por favor.”

Mary lo sacó de la sala de guardia y lo llevó por otro pasillo. Caminaron por largos pasillos sinuosos y se acercaron a una ventana. Muy lejos de esta, vieron una estructura en forma de cuenco donde varias personas entrenaban con sus armas.

“Esta es una de las muchas áreas de entrenamiento. Bajo tierra, también encontrará un lugar para probar hechizos mágicos más peligrosos.”

“Creo que me voy a perder...”

Mary se rió del desaliento de Wynn.

“Bueno, tendrá que verlas tarde o temprano.”

“Supongo que tendré que hacer lo mejor que pueda—”

“¡Eh, tú!” La voz de un joven interrumpió a Wynn. Parecía tener unos veinticinco años, y era un poco más alto que Mary. Cabello castaño claro y ojos con una cara de aspecto inocente.

“No pareces un noble, ¿pero te dejan entrar en el palacio interior? Perfecto. Mi sirviente parece haberse perdido.”

Había una bolsa de cuero abultada a sus pies.

“Mira a tu alrededor. Es un castillo espléndido. Apto para un rey, si se me permite decirlo. Pero ahora mismo, este tamaño es sólo una molestia.”

“¿Huh?”

Cada una de sus palabras estaba puntuada con extravagantes sacudidas de sus brazos.

“Me nombraron mago de la corte esta primavera, pero el equipaje que tengo que llevar es demasiado pesado. Yo soy un erudito. Es indigno de mí realizar trabajos manuales. Me gustaría convertirte en mi sirviente.”

El mago señaló a Wynn.

“Sirvie— ¿Eh? ¿¡Un sirviente!?”

Los ojos de Wynn se movieron, pero no encontraron a nadie más que a él como blanco del dedo. Sus ojos se encontraron con los de Mary. Debieron confundirlo con un sirviente ya que caminaba con una sirvienta.

“Este personaje es el caballero guardián de la princesa. Ni siquiera a un noble se le permite darle órdenes.”

“Gracias por venir a ayudarme. Estoy seguro de que sería horrible si llegara tarde en mi primer día.”

¡Él solo lo ignoró! El pensamiento cruzó las mentes de Wynn y Mary.

“Por lo tanto, me ayudarás a llevar mis pertenencias.”

“Como he dicho...”

“Sí, sí, lo entiendo.”

El mago asintió con la cabeza mientras acercaba una palma abierta a la cara de Mary, interrumpiéndola.

“Por supuesto, no le estoy diciendo que lo haga gratis. Permítanme presentarme: Soy el vizconde Raymond von Hoffman. Puede que no lo parezca, pero tengo conexiones con el Marqués Cliffdorf, así que estoy seguro de que le conviene conocerme personalmente. Oye, tú eres muy atractiva.”

Raymond tomó la mano de Mary.

Los Cliffdorfs dominaban gran parte del reino. El hecho de que Raymond fuera un vizconde con conexiones con los Cliffdorf era un testimonio de su influencia. La sonrisa de Mary se congeló cuando Raymond agarró su mano.

“Muy bien. Le ayudaremos con sus pertenencias, Vizconde Hoffman.”

Encogiéndose de hombros, Wynn tomó la bolsa de Raymond. Ciertamente era un poco pesada. Wynn podía ver por qué el mago delgado tenía problemas.

“Um, Sir Bard.”

“Está bien. Su Majestad tampoco ha regresado todavía, así que podemos volver inmediatamente después de ayudarlo.”

“Qué amable de tu parte. ¿Piensas robar las cosas de adentro? Los plebeyos tienden a tener los dedos pegajosos.”

“¿No cree que está yendo demasiado lejos, Vizconde Hoffman? ¡No hay tales matones en el palacio interior!”

La voz de Mary se volvió áspera, indignada por las acusaciones arrogantes de Raymond. Sin embargo, Wynn la retuvo.

“Cálmese.”

Mary se disculpó en silencio con Wynn.

“¿Su amo emplea comúnmente a sirvientes tan maleducados? Será mejor que recuerdes tu lugar. Hablando de eso, ¿qué están haciendo mis sirvientes? No puedo dejar que los plebeyos se encarguen de esto.”

La mirada de Raymond volvió a Mary. Se acercó a ella con una amable sonrisa.

“Oh, claro, no he tenido el placer de oír tu nombre.”

Trató de envolver su brazo alrededor del hombro de ella, pero Mary se alejó suavemente.

“¡Hey!”

“Tengo trabajo que hacer. Por favor, no retenga a Sir Bard por mucho tiempo.”

Con un brusco asentimiento, Mary se dio la vuelta y caminó por los pasillos. Raymond la vio marcharse antes de volver a Wynn.

“Entonces, ¿adónde llevo esto?”

“Tch,” Raymond chasqueó su lengua, “Es por aquí.”

Wynn siguió a Raymond por los pasillos.