El Maestro del Valiente

Capítulo 72 – Banquete (III)

 

Conrad Heisenberg, un antiguo mago de la corte del Reino de Thane.

 

En términos de cantidad de poder mágico, ningún otro hechicero se compararía a Leticia, mientras que Tiara no tendría rival en términos del número y control de la magia que podría utilizar. Sin embargo, él era un genio hechicero que se decía era comparable a Tiara, la renombrada Gran Sabia, en lo que se refería al conocimiento de la magia.

 

La mujer que fue su mejor discípula era Sarah Ferrule.

 

“…Si no mal recuerdo, ella fue una de los tres que sobrevivió a la caída de Thane hace casi cuarenta años.”

 

Leticia asintió a las palabras de Alfred.

 

“Sarah Ferrule… ese es un nombre que me trae recuerdos.”

 

¿Se refería al nombre de la mujer? Tan pronto como oyó el nombre salir de la boca de Raúl, Leticia, que había estado de buen humor hasta entonces, entrecerró los ojos. Luego abrió la boca cuando vio que tanto Wynn como Cornelia no parecían saber nada de la persona llamada Sarah Ferrule.

 

“Onii-chan, cuando fuimos juntos a ver una obra el otro día, te dije que el Rey Demonio descendió usando a Melvick IV, el rey del Reino de Thane, como un recipiente.”

“Sí.”

“Él fue el “Santo de la Espada” de una generación anterior.”

 

Wynn recordó la trágica historia que ocurrió en el Reino de Thane, aquella que Leticia le había contado hace unos días.

 

Cuando el Rey Demonio surgió del cuerpo de Melvick IV, el rey héroe del Reino de Thane, la nieta de Melvick IV, milagrosamente solo tres personas sobrevivieron: Un hechicero de la corte, una sirvienta y la nieta del rey Melvick IV, quien aún seguía siendo solo un bebé.

 

“Cuando el Rey Demonio surgió, hubo quienes estuvieron y sobrevivieron en ese lugar cuando sucedió, y uno de ellos fue Conrad Heisenberg, que era el mago de la corte. Y una de las que sobrevivió bajo su protección fue la madre de Tiara, que era la princesa del Reino de Thane, y la otra fue una sirvienta, Sarah Ferrule.”

(Estoy algo confundido, en algunas partes decía Tiara era bebé, mientras aquí dice que fue la madre.)

“Según recuerdo, la “Apóstata”.”

 

Alfred añadió a la explicación de Leticia como si recordara.

 

“Así es. ¿Ya lo sabías, Alfred?”

 

Alfred asintió a las palabras de Raúl.

 

“Bueno… como era de esperar. Una mujer enloquecida a la que el Gran Templo de Emerdia le concedió el título de ‘Santa’, la tercera persona de la historia en recibirlo, mientras sacrificaba un gran número de sus seguidores a sus espaldas.”

“Ahora que lo pienso, oí una historia similar. Según recuerdo, la historia de cómo el Valiente Mavis derrotó a los sacerdotes paganos que ofrecían sacrificios todas las noches y rescató a la gente que estaba cautiva…”

 

Cornelia interrumpió mientras escucha la historia de Raúl y Alfred. Aquella historia era uno de los episodios más famosos de la historia de Mavis el Valiente, tan conocida que hasta Wynn la había escuchado.

 

“¿Acaso entre esos sacerdotes paganos, por casualidad, se encontraba Sarah Ferrule?”

“Eso es lo que se cuenta. Sería un escándalo que uno de los Santos a los que el Sumo Sacerdote les concedió tal honor estuviera realizando rituales de sacrificio, ¿verdad?”

“Fue en un momento en que las fuerzas de la Alianza Continental Anti-Demonios se vieron superadas en número. Emerdia, que estaba en control, encubrió el incidente causado por Sarah, que fue nombrada Santa por el mismísimo Sumo Sacerdote, también llevado a cabo por un grupo de personas que creían en el paganismo. Si la iglesia es buena para una cosa, es para ocultar hechos que les podría perjudicar.”

 

Dijo Raúl con una mueca de desprecio al retomar la historia de Alfred.

 

“Y por cierto, si se pretendía que Letty había derrotado al sacerdote pagano, se podía esperar mucha más fe en el Valiente y en el templo, así como muchas más donaciones.”

 

“Mientras sea en nombre de Dios, vale lo que sea,” escupió Raúl.

 

“Pero ¿qué te hizo traer el nombre de esa Apóstata, Sarah Ferrule? Ya que ella está…”

“Yo…”

 

Cuando Alfred le preguntó a Raúl, Leticia abrió la boca no dejándole hablar. Sin decir nada, volvió su mirada hacia Wynn y dudó. Cuando él se dio cuenta de esto, miró su cara y asintió sin pronunciar ninguna palabra tampoco. Leticia asintió y abrió la boca mientras miraba al frente.

 

“Yo maté a Sara Ferrule. Aplasté al grupo que la seguía, y la maté, ya que era la líder. Ese día, en ese lugar…”

 

***

 

La Punta de la Capa, tallada por las olas, se había convertido en un precipicio. Ahí yacía tranquilo un pequeño santuario de piedra. No se sabía hacía qué deidad estaba consagrado. Una anciana sacerdotisa vestida con una sencilla túnica blanca sagrada estaba rezando en silencio en el santuario.

 

“Damos a la iglesia y rezamos a Dios, pero ¿qué han hecho ellos por nosotros? Nada, nada han hecho…. Ni el pueblo, ni el ejército, ni el país, ni Dios. A mí me quitaron la familia que amaba y perdí el hogar en el que nací. No encuentro palabras para aliviar a los que han perdido su razón de vivir. La verdad es que yo estoy igual que ellos. He perdido mi razón para vivir en este mundo. Pero hay personas que escuchan mis palabras, derraman lágrimas y me confían sus vidas. Por eso lucho, aunque sea de forma imperdonable. Porque esa es la razón por la que vivo…”

 

La anciana sacerdotisa Sarah Ferrule había estado rezando al Dios en el que creía, luego se levantó en silencio y le habló a Leticia, que esperaba que terminara su oración.

 

Si no hubiera sabido que era una psicópata que había sacrificado cientos de creyentes a un dios malvado, su gentil sonrisa sería una visión digna de ser llamada la de una santa.

 

***

 

Si cerraba los ojos, todavía podía recordar vívidamente la escena de ese día y su imagen.

 

“Últimamente, había tenido la sensación de que algunos remanentes estaban moviendo ficha en mi país otra vez.”

“¿Remanentes?”

“En realidad, el legado de Conrad Heisenberg ha sido robado.”

“¿Qué?”

“La líder fue aplastada, pero parece que la organización seguía activa. No me di cuenta de que aún estaban ganando poder, y muy rápido, hasta que fue muy tarde.”

 

“Es mi culpa, lo siento,” dijo Raúl, inclinando la cabeza. La expresión de Leticia era una de preocupación mientras miraba a Raúl.

 

“Disculpen… ¿qué es exactamente este legado de Conrad Heisenberg?”

 

Cornelia le preguntó a Raúl, levantando su mano derecha.

 

“Es un registro experimental de magia de invocación escrito por el antiguo mago de la corte del Reino de Thane, Conrad, y robado por la Apóstata Sarah Ferrule. Cuando maté a Sarah, se me confió a mí.”

“¿Acaso dijiste magia de invocación?”

“Yo nunca había oído hablar de ello.”

“Bueno, nosotros cuatro lo escondimos.”

 

Raúl miró a Leticia. Siguió hablando, sin apartar su mirada de ella, que estaba reflexionando en su lugar.

 

“Letty, Tiara, Liara y yo. Cuando matamos a Sarah, los cuatro hablamos y decidimos qué hacer con este legado de Conrad.”

 

No podían confiar en ese mismo templo que estaba manejando los asuntos bélicos. Muchos de los altos elfos, quienes eran los “Guardianes del Árbol del Mundo”, también tenían conocimientos de magia, por lo que existía la posibilidad de que algunos abrieran accidentalmente el sello.

 

Por lo tanto, se decidió que quien lo mantendría a salvo sería el Santo de la Espada de cada generación, que sólo seguiría el camino de la espada, pero…

 

“Lo mantuve bajo estricto control con gente buena y de confianza…”

 

Sabiendo que algo andaba mal, Raúl se apresuró al lugar donde escondió el legado y se encontró con los cuerpos de sus hombres tendidos frente a él, cruelmente masacrados. 

 

Fue el trabajo de alguien considerablemente hábil.

 

“Raúl, ese legado de Conrad, ¿qué esa magia de invocación?”

“Bueno, no sé cómo explicarlo…”

 

Raúl cruzó los brazos e inclinó la cabeza.

 

“Conrad se basó en información que sólo es conocida por la familia real de cada país, o por personas importantes, de que el Rey Demonio descendió usando el cuerpo de Melvick IV, el Rey Héroe de Thane, como recipiente.”

 

Si el Rey Demonio podía usar carne humana como recipiente, él podría traer a otros seres superiores haciendo lo mismo, ¿no es así?

 

Conrad secuestró a Liara Thane, que estaba protegida por el Gran Templo de Emerdia y se había convertido en una sacerdotisa. Usando a Liara, que heredó la sangre de Melvick IV, que incluso fue llamado el Rey Héroe, como recipiente, haría venir a un dios o espíritu superior y usaría su poder para destruir al Rey Demonio y salvar el alma del Rey héroe.

 

Después de muchos experimentos humanos y verificación, Conrad estaba a punto de realizar el ritual sacrificando a la hija de su línea de sangre, pero fue detenido por Leticia, que apareció justo a tiempo.

 

Cuando Conrad se enteró de que el Valiente había aparecido para oponerse al Rey Demonio sin recurrir a ningún sacrificio y que se llamaba Leticia von Mavis, decidió sellar la magia de invocación que había creado, pero…

 

“Fue Sarah Ferrule, la sirvienta a la que salvó la vida, la que mató a Conrad y le robó la investigación.”

 

Sarah y la princesa que aún era un bebé se refugiaron en el Gran Templo de Emerdia, donde se dedicó a su fe y estudió magia como la discípula principal de Conrad. Al mismo tiempo, viajó a las regiones afectadas por los demonios y salvó a muchas personas.

 

Finalmente, el Gran Templo de Emerdia reconoció sus logros y le otorgó el título de Santa antes de morir, pero…

 

“El verdadero propósito de Sarah era estudiar a los demonios y la magia para poder vengarse.”

“Y para conseguir esa venganza, ¿mató a Conrad, el hombre que le salvó la vida y fue su mentor en la magia?”

 

Cornelia, que había estado escuchando en silencio la historia de Raúl, preguntó, y Raúl asintió.

 

“Para la luz, la oscuridad. Para cada demonio, hay un espíritu. Y así como hay un héroe contra un rey demonio, cada cosa tiene su contraparte.”

 

Wynn y Cornelia escuchaban atentamente a Raúl mientras hablaba, cerrando los ojos y eligiendo sus palabras.

 

“Entonces seguramente hay algo que serviría como la contraparte de la diosa Anastasia, quien se dice creó este mundo. Lo contrario a la creación es la destrucción. En otras palabras, Sarah Ferrule pensó que podría haber un dios que gobernara la destrucción.”

“Sarah trató de convocar a ese dios de la destrucción.”

 

Leticia, que había estado reflexionando sobre las palabras de Raúl hasta entonces, tomó la palabra.

 

“Pero si se pudiera convocar a un dios de la destrucción, ¿siquiera estaría dispuesto a escuchar lo que tenemos que decir?”

 

Cornelia interrumpió en un tono algo inseguro. Cuando se invocara a ese Dios de la destrucción, solo por como sonaba, ella no creía que fuera a ser algo que los humanos pudieran manejar. Más que eso, otra existencia similar se sumaría a la del Rey Demonio. Leticia respondió a la pregunta de Cornelia.

 

“Muchas de las personas que siguieron a Sarah eran del norte o refugiados. Sarah vio la desesperación de la gente en los países del norte que habían sido destruidos por los demonios. Escuchó sus deseos e intentó hacer realidad los suyos. Las personas que perdieron su lugar de nacimiento, sus seres queridos, sus familias, y todo lo que siempre habían querido, creían que un nuevo mundo nacería después de que el actual fuera destruido por el Dios de la Destrucción.”

“Supongo que lo perdieron todo, perdieron la esperanza de vivir y estaban desesperados de vivir en este mundo.”

 

Dijo Raúl mientras dejaba escapar un suspiro.

 

“Pero ¿acaso todos querían eso? No creo que sea correcto tratar de destruir el mundo involucrando a la gente que no lo quería también.”

 

Leticia asintió a las palabras de Wynn.

 

“Sí. Así que los aplasté. Maté a Sarah.”

“Bueno, con solo un humano como recipiente, no creo que puedan convocar algo tan grande como un Dios de la Destrucción que pueda rivalizar con Anastasia, la Diosa de la Creación, y creo que el Dios de la Familia fue lo mejor que pudieron hacer, pero es una amenaza que podría destruir el mundo. Aunque no está claro si el Dios de la Familia también tendría el poder de destruir al Rey Demonio.”

 

Dijo Raúl y se encogió de hombros.

 

“En otras palabras, la idea de los seguidores de Sarah Ferrule era que, si ellos iban a ser destruidos por el Rey Demonio de todos modos, sería mejor ser destruidos por el Dios de la Destrucción para que no hubiera secuelas y el mundo renaciera. Eran un grupo con ese tipo de pensamiento.”

“Mira que creer en el Dios de la Destrucción… Es una historia difícil de procesar.”

 

Mirando su taza de té, Cornelia dejó escapar un pesado suspiro.

 

Una enseñanza de salvación que comienza con la destrucción. Era una idea difícil de aceptar para cualquiera de los presentes.

 

“¿Es ese el tipo de pensamiento que tienes cuando lo pierdes todo?”

 

Wynn miró a Leticia, que estaba sentada a su lado como por reflejo. Él era huérfano. Sin embargo, fue afortunado de haber sido acogido en el “Nido del Pájaro Errante” y haberla podido conocer.

 

Él y Leticia estuvieron separados una vez, pero ahora estaban uno al lado del otro, como lo estaban en ese entonces. La persona más importante para Wynn. Si él perdiera a Leticia, ¿tendría acaso esos mismos pensamientos?

 

“No lo sé, pero al menos en esa época, la gente que vivía en esa parte, en los países del norte, estuvo desesperada hasta tal punto. Les hizo querer destruir el mundo y empezar de nuevo. Pero no creo que la gente que está haciendo esto ahora tenga ese tipo de deseo. Es sólo una corazonada que tengo.”

 

Cuando dijo eso, Raúl se bebió el resto del té de un solo trago.

 

“Pero en cuanto al legado de Conrad Heisenberg, que Raúl y los demás han estado ocultando, es un gran problema. Es un asunto internacional.”

“No hay excusa para eso.”

“El Imperio necesita tomar medidas inmediatas. Me debes una grande, ¿entiendes? Raúl-kun.”

“Lo sé. Lo sabía, y tenía que hacértelo saber. Hablaremos de ello más tarde. Mientras tanto, Letty. Si realmente están tratando de hacer lo que Sarah intentó, probablemente tú y yo debamos estorbarles.”

 

◇◆◇◆◇

 

Después de salir de los aposentos privados de Alfred, Wynn y Leticia fueron invitados por Cornelia a visitar sus aposentos privados en la parte trasera del Palacio Imperial. De camino a la habitación, aún se podía escuchar los sonidos provenientes del salón. Ya era bastante entrada la noche, pero el banquete no se dejaba de ser un evento.

 

“El santo de la Espada Raúl Orto Lyon, ¿verdad? Me gustaría haberlo visto.”

 

Mary, la sirvienta que preparó el té y los productos de panadería para los tres, dijo con una voz un tanto alegre cuando oyó hablar de Raúl por Cornelia.

 

“Cuando Leticia-sama hizo su regreso triunfal y Raúl-sama vino a nuestro país, Cornelia-sama estaba enferma, así que no pude ir a ver la ceremonia de regreso.”

“…Lo siento.”

 

El tono de voz de Mary estaba acompañado de una profunda decepción, así que Cornelia se disculpó con ella. Leticia y Wynn soltaron una risa. Querían alegrar el oscuro ambiente después de escuchar la historia de Raúl antes.

 

“Al principio usaba ‘Lowe’ como alias. Y luego me pidió que nos enfrentáramos en un duelo, así que eso hicimos, y era en realidad Raúl-sama. Me sorprendió mucho.”

“Raúl supo de Onii-chan durante la ceremonia, y todo el tiempo que estuvo en la Capital Imperial no paró de decir que quería conocerlo y luchar contra él. Incluso cuando llegó el momento de volver a Lyon, insistió en que no se iría hasta que lucharan. Al final, Liara lo arrastró a la fuerza por el cuello y se lo llevó de vuelta.”

“¿Eh? ¿De verdad?”

 

La imagen de Raúl siendo arrastrado por el cuello por una mujer apareció en la cabeza de Wynn. Para Wynn, la imagen del Santo de la Espada, el hombre más fuerte del continente, se estaba desmoronando.

 

“Estoy segura de que hay mucha gente que anhela a Raúl-sama, el único varón del grupo, ya que el Valiente, la Santa y la Gran Sabia son mujeres. Además, es el príncipe del gran país de Lyon, es alto y delgado, y tiene la apariencia de un hombre inteligente…”

“Sí. Estoy segura de que Mary tiene razón, con unos ojos que combinan dignidad y dulzura, tiene el aire de un héroe.”

 

Cuando Cornelia dijo eso, Mary levantó la voz y dijo “¡Lo sabía!”, lamentándose no haber podido haber visto su fascinante apariencia con sus propios ojos. A un lado, Wynn y Leticia inclinaban la cabeza.

 

“¿Qué…? ¿Y eso?”

 

A su lado, Wynn y Leticia dijeron algo confundidos. La primera impresión de Wynn sobre Raúl fue más fuerte cuando lo vio como Lowe que cuando lo vio en el banquete. Alto y delgado, y tenía un cuerpo bien entrenado, aunque con el cabello de alguien de a quien no le importa su apariencia y una barba poco cuidada.

 

“Hay muchas mujeres que admiran a Raúl-sama, incluyéndome a mí. También diría que hay mucha gente que secretamente tiene un retrato de él. Ahora que lo pienso, un retrato de Raúl-sama fue presentado a Cornelia-sama como candidato para su cónyuge antes. ¿Les gustaría verlo?”

“Huh. Ese tipo, aunque ya tiene a Liara, también a Cornelia-san…”

“Bueno, bueno, es el príncipe heredero de un gran país.”

 

Dijo Leticia, que había puesto una voz plana, mientras Cornelia hacía una expresión preocupada.

 

Mientras tanto, Mary salió apresuradamente de la habitación y volvió un momento después con un cuadro enmarcado.

 

Parecía ser una de las pinturas que vieron Wynn, Leticia, Cornelia y Locke cuando los cuatro tomaron el té juntos hace mucho tiempo.

El impacto del retrato de Royce fue demasiado fuerte en ese momento, comparada con la de los otros candidatos a cónyuge, y parecía que el retrato de Raúl fue incluido en esa lista.

 

“Este es.”

 

Mary presentó un retrato sobre la mesa y todos lo miraron.

 

Había una mirada fría en sus ojos, y una apariencia bien cuidada. Se dibujó a un joven con una nariz recta y una sonrisa generosa en su boca.

 

“En efecto… es Raúl-sama.”

“Bueno… ciertamente sería popular entre las chicas.”

 

No estaban seguros de qué decir. En el caso del retrato siendo dibujado de esta manera, se podía ver el estilo de un héroe reflejado en el “Santo de la Espada”.

 

Después, se divirtieron hablando del retrato del Conde Royce Elstead que se había mostrado antes (a diferencia de esa vez, era fácil hablar de él ahora que era su jefe y lo conocían), y se enteró del banquete de hoy por Leticia y Cornelia. Fue un buen rato.

 

Mientras tanto, en la oficina privada de Alfred, se hizo un acuerdo secreto para una alianza militar entre el Príncipe Heredero del Imperio de Lemmrousell y el Príncipe Heredero de Lyon.

Se decidió que el Príncipe Heredero Alfred visitaría pronto el Reino de Lyon para firmar el tratado, y que la Princesa Heredera Cornelia haría una visita de cortesía al Reino de Lyon para promover la amistad entre los dos países.

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