El Maestro del Valiente

Capítulo 71 – Banquete (II)

 

Wynn, cuyos brazos estaban entrelazados con los de Leticia, fue sacado de la sala de espera de los sirvientes y caminaron por un corredor compuesto de piedra blanca y columnas de piedra elaboradamente talladas. Incluso en el pasillo, los nobles que habían sido invitados a la cena, así como sus asistentes y sirvientes que trabajaban en el palacio imperial, estaban ocupados yendo y viniendo.

 

Wynn caminó entre la gente, brazo a brazo con Leticia, quien llevaba un delicado vestido.

 

Todo el mundo se volteaba hacia Wynn y Leticia mientras ellos miraban hacia otro lado.

 

‘¡¿No estamos recibiendo demasiada atención!? Letty, ¿esto está bien?’

 

Las miradas de la gente a su alrededor se le clavaban como puñales. Wynn caminó por el pasillo en medio de la atención de la gente, con el corazón acelerado.

 

Ella solo sonrió de buen humor mientras caminaba, aunque Wynn estaba esperando que Leticia liberara sus brazos entrelazados, ella solo tarareaba una canción al son de la orquesta de la corte que se filtraba desde el salón de banquetes. En cuanto a Leticia, aunque no fuera exactamente a bailar con Wynn, le era divertido poder pasar tiempo con él vestida con tan hermoso vestido.

 

No fue un largo paseo por el pasillo, ya que era un cuarto adyacente al gran salón donde se celebraba el banquete, aunque era grande, pero a Wynn le pareció que había pasado mucho tiempo antes de que se pararan frente a las puertas dobles que conducían al salón.

 

Había dos guardias parados en la puerta frente al salón, como en una sala de audiencias, y le dieron a Wynn una mirada extrañada.

 

No es que los dos guardias no conocieran la cara de Wynn. Por el contrario, la cara de Wynn era bien conocida entre los que trabajaban en el Palacio Imperial.

 

Después de todo, actualmente él era el único sirviente de la Primera Princesa Cornelia.

 

Sin embargo, sólo un pequeño número de personas pertenecientes a la alta jerarquía en la corte podían entrar más allá de esta puerta. El rango de Wynn no le permitía pasar por ella.

 

Pero cuando la bella y noble dama, escoltada por Wynn en el costado, sonrió y asintió con la cabeza a los guardias, éstos se sorprendieron momentáneamente y quedaron fascinados del hecho de que la dama era Leticia. Abrieron rápidamente la puerta para ellos.

 

La enorme puerta se abrió y los ojos de Wynn fueron bombardeados con el hermoso mundo de los nobles.

 

Incontables mesas redondas alineadas con lujosos platos, y sirvientes del palacio, cargando bebidas, se movían ocupados, y, sin embargo, con gracia entre ellos.

 

Hermosas damas con sus diversos adornos y lujosos vestidos, y caballeros con sus acogedoras ropas, escuchaban la música y las canciones, bailando y charlando con la música de los músicos de la corte.

 

Era una cena organizada por el Emperador para dar la bienvenida al Príncipe Heredero del país vecino.

 

Fue una de las más grandes fiestas nocturnas que Wynn había visto.

 

“Es Leticia-sama…”

“Leticia-sama ha regresado.”

 

Las puertas se abrieron y los susurros de los que habían notado el regreso de Leticia al Gran Salón fueron como una onda a través de la sala.

 

Y por supuesto, las miradas de los alrededores también se dirigieron a Wynn. Leticia, con una sonrisa feliz en su rostro, entrelazaba sus brazos alrededor del brazo de Wynn.

 

Algunos asintieron aprobando el espectáculo, algunos estaban celosos, y otros…

 

Cuando Wynn y Leticia dieron un paso adelante, se abrió rápidamente un camino hecho por la gente.

 

Además, los hermanos reales, el príncipe Alfred y la princesa Cornelia, y Raúl, el invitado de honor del banquete, los recibieron con una sonrisa en sus rostros.

 

◇◆◇◆◇

 

‘…Esto no me gusta. ¡No me gusta!’

 

Su hermana seguía atrayendo toda la atención.

 

Los hombres que la rodeaban la miraban con atención, e incluso las mujeres la miraban con admiración. Su hermana menor tenía los brazos entrelazados con los de un hombre y una sonrisa en su cara, despreocupada y feliz.

 

Sí, estaba con sus brazos entrelazados con los de un hombre.

 

Sin embargo, los otros hombres que la rodeaban continuaban lanzando miradas ardientes a su hermana.

 

‘¡Y ese hombre! ¡Y ese de ahí también!’

 

Hasta hace pocos años, esas miradas, muchas de ellas, si no todas, en este, el Imperio Lemmrousell, estaban monopolizadas por Stacia, la hija mayor de la familia del Duque Mavis, quien estaba emparentada con la familia imperial y las más famosas familias.

 

Antiguamente, todo el mundo le susurraba al oído todo tipo de palabras. Le regalaban Adornos, incluyendo joyas brillantes, pinturas de artistas de renombre, vestidos hechos a medida por artesanos de primera categoría, y otros artículos que los nobles solteros le habían sido dados en montones cada vez que asistía a una fiesta nocturna.

 

¿Y ahora qué?

 

La que reunía a todos esos hombres solo por mirarlos era la hermana que no fue esperada por su padre y su madre.

 

Cuando era pequeña, siempre se enfadaban con su hermana menor porque ella nunca aprendía las lecciones del estudio o cualquier otra cosa, era una idiota, diferente a sus hermanos y hermanas. Mientras ellos estaban parados a un lado del escritorio, regaños como “¡¿Si sus hermanos y hermanas pueden con esto, por qué Leticia-sama no?!”, y siempre lo único que hacía no era nada más que mirar los rostros de los demás. La hermana despreciada. Con el tiempo, a menudo se escabullía de la mansión sin permiso, y era tratada como una infección hasta por los mismos sirvientes de la familia del Duque.

 

Su padre, Mavis Lektor, no envió a su hermana menor hacia la alta sociedad mientras esta aprendía. 

 

Su hermana, Leticia, era ahora una de las estrellas de este banquete, junto a Alfred, el príncipe heredero, su hermana la princesa Cornelia, e incluso Raúl, el príncipe heredero de Lyon.

 

No, en cuanto a la atención que atraía, ella ya había superado a los tres jóvenes de la realeza y a la familia real misma.

 

También había escuchado que Alexei, el Emperador del Imperio de Lemmrousell, quería que Alfred y Leticia se casaran. Sin embargo, con gran irreverencia, se dijo que Leticia se rehusó. Ella rechazó la petición del emperador, aun sabiendo el estatus que este poseía.

 

Probablemente el hombre con el que ahora estaba tomada del brazo era…

 

El padre de Stacia, el Duque Mavis Lektor, quería tener una conexión más profunda con la familia real. Sin embargo, cuando Leticia se negó a acercarse a Alfred, le pidió a Stacia que se acercara la familia real a cambio. Sin embargo, no hacia el príncipe heredero Alfred, sino hacia el segundo príncipe Neumann, el cual cuya madre era una concubina.

 

Neumann, el segundo príncipe, era el tercero en el orden de sucesión del imperio, donde se permitía la existencia de una emperadora, después de Alfred y Cornelia, que eran los hijos del emperador y su esposa.

 

El orden de sucesión al trono no era bajo en lo absoluto.

 

Pero el hecho de que eligiera que tratara con Neumann, el segundo príncipe, en vez de con Alfred, hería el orgullo de Stacia. Y su padre, Lektor, parecía que todavía estaba tramando un matrimonio arreglado entre Alfred y Leticia.

 

Se decía que el emperador Alexei quería que Leticia fuera la pareja de Alfred en el país, y si no, una princesa de algún otro país. Si quisieran fortalecer sus lazos con la familia imperial a través del matrimonio, el hijo mayor del Duque Mavis, Rails, tampoco tenía pareja fija. Si ese fuera el caso, un matrimonio entre la princesa Cornelia y Reils sería normalmente concebible, pero a diferencia de las mujeres de otras familias reales, las mujeres de la familia imperial no tenían muchos matrimonios políticos.

 

En muchos casos, el matrimonio de una mujer de estatus noble, como la familia real, la realeza o la nobleza, se trata como una transacción política, pero quizás porque los padres fundadores del Imperio Lemmrousell aquí fueron mujeres, no había habido casos anteriores de matrimonios forzados con parejas que no se ajustaran a los deseos de una mujer de la realeza.

 

La restricción que decía que a las princesas solteras no se les permite tocar a nadie más que al hombre que sería su futura pareja, con la excepción de sus familias. Sin embargo, a la inversa, la princesa tenía la opción de elegir quien sería su pareja.

 

Sin embargo, en la mayoría de los casos, el emperador elegía a su propia consorte entre las candidatas de buen origen familiar, por lo que al final sólo existía una estrecha cantidad. Sin embargo, comparadas con las mujeres de la realeza de otros países, se podía decir que eran bastante privilegiadas.

 

De todos modos, la premisa era que, si a la princesa Cornelia no le gustaba Reils, el matrimonio no se llevaría a cabo, así que no había lugar para las intenciones de Lektor allí.

 

Así que planeó el matrimonio de su hija mayor, Stacia, con el segundo príncipe, Neumann.

 

Incluso el mismo emperador Alexei también quería fortalecer sus lazos con el Duque Mavis, que pertenecía a una poderosa familia noble líder. Si las conversaciones con Leticia se rompieran y Alfred recibiera a una princesa de otro país como su consorte, sería lo suficientemente provechoso para la familia imperial que el Segundo Príncipe Neumann y Stacia se casaran.

 

‘¿Acaso soy solo un reemplazo de Leticia?’

 

Eso no le sentó bien a Stacia.

 

Era probable que la primera hija del duque se convierta en la cabeza de la familia Ducal si algo le pasaba a Rails, el primer hijo del duque. Incluso si no, había muchas casas que querrían asociarse con la casa ducal Mavis.

 

Como ella había sido la persona más notable en los círculos sociales, no podía permitir que Leticia le arrebatara su posición, ya que ella había sido despreciada durante tanto tiempo. Ni siquiera se le permitió entrar en la alta sociedad, ya que estaba acostumbrada a hacer todo tipo de excentricidades, como escapar de la mansión antes incluso de que anocheciera.

 

‘¡No puedo perdonar a Alfred-sama por no elegirme a mí, ni a mi padre por tratar de reemplazarme con Leticia!’

 

Stacia se inclinó ligeramente, y luego miró a Alfred, Cornelia, Raúl y Leticia, que estaban a punto de salir del Gran Salón, y a la espalda del otro joven cuyo nombre desconocía, mientras que sus sentimientos de celos solo crecían.

 

“Escúchenme, todo el mundo está siendo engañado por esa chica…”

 

Stacia murmuró casi escupiendo en voz baja, para que nadie pudiera oírla.

 

“Sí, tiene toda la razón, Stacia-sama.”

 

Pero había algo que respondió a ese murmullo.

 

“Su Majestad parece pensar que Leticia-sama es una pareja adecuada para ser la esposa de Su Alteza Alfred. Sin embargo, aun cuando es una mujer de inteligencia, fama y buena apariencia, se ha dedicado a un hombre de origen desconocido, que no tiene ni idea de qué tipo de licor está bebiendo. Muchos aristócratas de las familias nobles de la vieja estirpe opinamos que tal persona no es adecuada para ser la consorte del emperador. Así es… la persona más adecuada para ser la próxima Madre Imperial es alguien como Stacia-sama, que proviene de una familia noble y cultura.”

“Según recuerdo, usted es el Marqués Cliffdorf…”

“Me llamo Jade, hijo del Marqués Cliffdorf. Por favor, dele mis saludos a su padre el Duque Mavis, Stacia-sama.”

 

Sonrió con su rostro de buena apariencia e hizo una ligera reverencia con su mano derecha al pecho.

 

“La actual familia imperial brilla por su desdén hacia nosotros los nobles, como por ejemplo nombrando a plebeyos en puestos clave que antes ocupaban los nobles de pura cepa. Pero muchas de estas políticas no son la voluntad de Su Majestad, sino la de Su Alteza Imperial el Príncipe Heredero. Aunque nuestro respeto, los venerables nobles, por su Alteza Imperial el príncipe no está ni remotamente desgastado, muchos de los nobles que más aman al imperio se entristecen por el hecho de que un plebeyo inculto tenga una posición clave en nuestro país.”

 

Jade susurró mientras caminaba hacia Stacia.

 

En poco tiempo, la gente había sido alejada de los alrededores de Stacia y Jade. Para no parecer antinatural, los nobles que estaban bajo el mando del Marqués Cliffdorf guiaban a la gente lejos de ellos.

 

Pero Stacia no se dio cuenta de esto. Todo por sus celos hacia Leticia.

 

Y a medida que se enojaba con los otros hombres que no le prestaban atención, especialmente Alfred, Jade guiaba los sentimientos de Stacia para inflar aún más la ira hacia él.

 

“Si algo le sucediera a Su Alteza Real el Príncipe Alfred y a la Princesa Cornelia, Su Alteza Real el Segundo Príncipe Neumann subiría al trono como el próximo Emperador… Aunque él es un miembro de la familia secundaria, ya que su madre es una concubina, viene de la familia de un conde que está conectada a nosotros los Cliffdorf. Y si eso ocurre y el Príncipe Neumann es coronado Príncipe Heredero, y su pareja es usted, Stacia-sama, la hija del Duque Mavis, muchos nobles leales a nuestro Imperio estarán satisfechos. Por supuesto, eso si algo le pasa a Alfred-sama.”

“Cierto. En esta época de deterioro de las relaciones con Petersia, nadie está seguro, ni siquiera la familia real.”

“Sí. El año pasado, hubo incluso un intento de golpe de estado orquestado por Zaunas, que fue incluso aclamado como un héroe por el imperio. Incluso en el improbable caso de que algo suceda, nunca se sabe qué pasará.”

“En efecto. Incluso si es improbable, hay peligro acechando en cada esquina.”

“Ahora, en mi mansión, hay un grupo de estudio de verdaderos nobles que se preocupan por el futuro del Imperio. ¿Le gustaría unirse a nosotros, Stacia-sama?”

“Sí. Como noble de este país, es natural preocuparse por lo que pueda pasar.”

 

Los ojos de Stacia estaban algo aturdidos cuando miró el lugar donde habían desaparecido las cuatro personas (y una más) que habían estado llamando la atención, y había una luz tenue en ellos.

 

◇◆◇◆◇

 

Cuando Leticia trajo a Wynn de la antecámara, Alfred se negó a decir una palabra acerca de dejarlos a sus anchas, y luego los llevó a todos a una habitación en el Palacio Imperial. Debía ser una de las habitaciones privadas de Alfred.

 

En el centro de la habitación había una mesa redonda y cuatro sillas de palo de rosa, brillantes y pulidas con hermosas vetas de madera, muebles señoriales de buen gusto y un jarrón de porcelana blanca decorado con flores de temporada en una variedad de colores. Esta era una habitación que Alfred podía decir la usaba para entretener a sus invitados.

 

El Príncipe Heredero Imperial Alfred Lau Root Lemmrousell. Cornelia Lau Root Lemmrousell, Primera Princesa del Imperio. Raoul Orto Lyon, Príncipe Heredero del Reino de Lyon. Una noble imperial, Leticia von Mavis, hija del Duque Mavis.

 

Wynn estaba mezclado entre ellos.

 

Omitiendo a Leticia, por supuesto, él no sentía mucho nerviosismo estando con Cornelia, ya que eran compañeros de clase. Sin embargo, en esta situación, al tener delante personas tan imponentes como Alfred y Raúl, le hizo ponerse nervioso, como era de esperar.

 

Afortunadamente, debido a su posición como sirviente de Cornelia, Wynn estaría de pie detrás de su silla mientras ella se sentaba para estar cara a cara con Alfred y Raúl.

 

Como Cornelia era la princesa imperial, él tendría que acostumbrarse a estas situaciones, pero por ahora se sentía aliviado. Pero cuando se puso detrás de Cornelia, Leticia miró a Wynn con una expresión ligeramente insatisfecha en su rostro, así que él dudó y se mantuvo detrás de Cornelia y Leticia.

 

Cornelia, que había estado viendo la escena de forma algo divertida, le dio una pequeña sonrisa a Wynn, y este se la devolvió, un poco avergonzado.

 

Una vez que los cuatro estuvieron sentados, una sirvienta vertió té de una tetera de porcelana blanca en tazas. Luego le susurró algo al oído de Alfred, y después de asegurarse de que Alfred asintiera, salió de la habitación.

 

Cuando Wynn miró la parte superior de la mesa redonda, había cinco tazas de té. ¿Le sirvieron el té a Wynn, que estaba esperando como sirviente?

 

Mientras pensaba en esto, la sirvienta volvió a la habitación con un criado. Una silla estaba en la mano del hombre.

 

“La silla se colocará entre Leticia-sama y Cornelia.”

 

Los sirvientes se inclinaron ante todos ellos profusamente y salieron de la habitación como Alfred les había dicho que hicieran, dejando la silla.

 

“Wynn-kun, tú también siéntate. Es difícil beber el té de pie.”

“Sí, señor. Con permiso.”

“Ten, Onii-chan.”

 

Leticia le ofreció un platillo y una taza a Wynn.

 

“Este té es para ti, Onii-chan.”

“Gracias, Leticia-sama.”

 

Después de asegurarse de que Cornelia, su señora, asintiera, Wynn aceptó la taza.

 

“Es solo "Gracias”. ¡Deja de ser tan formal conmigo!”

 

Wynn le sonrió a Leticia, quien insistió en un tono bajo pero con fuerza.

 

“Gracias, Letty.”

“Sí.”

 

Leticia sonrió felizmente.

 

Para ser honesto, las manos de Wynn temblaban por la tensión de estar aquí, y le preocupaba hacer algún ruido mientras bebía su té, pero de alguna manera se las arregló para llevárselo a la boca sin problemas. 

 

Sólo había cinco personas en la habitación.

 

Wynn, que a todas luces tenía un estatus diferente aquí, pensó que debería dejarlos solos, pero luego de pensar eso, pensó en cómo Raúl se molestó en llamar a Wynn y Alfred le preparó una silla. Raúl entonces abrió la boca justo cuando Wynn puso el platillo y la taza sobre la mesa.

 

“Bueno… la razón por la que vine a este país es porque había algo que quería hacerle saber a Letty. Y decidí que sería bueno para los que están aquí saber esa información también, así que le pedí a Alfred que preparara este lugar para nosotros.”

 

Cuando dijo eso, Raúl miró todas sus caras y luego soltó una bocanada de aliento. Luego miró la cara de Leticia.

 

“Letty, ¿recuerdas a Sarah Ferrule… la “apóstata”?”

 

Los ojos de Leticia se entrecerraron rápidamente ante esa palabra.

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