El Maestro del Valiente

Capítulo 83 - Planificación

 


“Son órdenes del capitán. Este tipo de organizaciones tienen todo tipo de conexiones, por lo que estamos tratando de infiltrarnos y obtener información.”

 

Lino y Wedge. Junto a ellos, dos pelotones de guardias imperiales y un mago de la corte. Un total de 23 personas aparecieron una tras otra desde las sombras que habían estado acechando desde una distancia. Debido a que un viejo mago de la corte los acompañaba, probablemente uso “magia de percepción reducida”. Magia avanzada que ocultaba a quienes les era lanzada la magia. Era una magia usada para mantener el perfil bajo el campo de batalla. Mientras miraba a los caballeros imperiales atar a los hombres heridos, Lino se encogió de hombros con una expresión lamentable en su cara como si hubiera mordido un insecto amargo.

 

“Nos usaron como cebo… aparte de mí, ¿qué iban a hacer si le pasaba algo a Su Alteza Cornelia?”

“Por supuesto. Nunca dejé de tener cuidado~. Por eso el capitán también pidió a los guardias de la Corte y al mago de la corte que estuvieran preparados para intervenir inmediatamente en caso de emergencia.”

“Pero ¿por qué el capitán se los pidió a los Caballeros de la Corte? Y ese de allí es Meissen-sama, ¿verdad?”

 

Wynn dirigió su atención hacia la dirección en la que se encontraba Cornelia. Los Caballeros de la Corte eran caballeros que tenían la tarea principal de defender la capital real y proteger a dignatarios importantes, aunque no fueran de la familia real. Aunque eran menos comparados con la Orden de Caballeros a los que Locke y Lino pertenecían, tenían a los caballeros de élite seleccionados a dedo de entre los Caballeros Centrales. Ciertamente Caballero de la Corte era un título que solo se le daba a la élite, y tal vez eran una fuerza excesiva para pelear contra unos matones de los barrios bajos, pero era Cornelia quien estaba involucrada esta vez; un miembro de la familia real. Entonces, era probable que los Caballeros de la Guardia Imperial, que tenían la tarea de proteger a la familia real, estuvieran ocupados con otros asuntos. Y Meissen, el líder de los magos de la corte. Con el pelo blanco puro, una barba y una nariz aguileña, era un peso pesado conocido incluso por los caballeros. Meissen se conocía con Cornelia, y ahora estaba hablando con ella en un lugar remoto.

 

“Los guardias imperiales son de procedencia noble. Se dice que son la fuerza más poderosa del imperio, pero en realidad parece que no tienen experiencia alguna en batalla… El capitán parece haber pedido con un mensajero expresamente que vinieran los Caballeros de la Corte.”

“¿Qué está pensando el vicecapitán Kelvin también? ¿De verdad quería atacar a Letty…?”

 

Wynn estaba un poco estupefacto, y Leticia, que en realidad había terminado cruzando espadas con Kelvin, miró a Wynn inclinando la cabeza.

 

“Um, pero ¿sabes qué, Onii-chan? Si él fuera realmente en serio, lucharía conmigo hasta la muerte, ¿no?”

“No, eso no es…”

 

Wynn se quedó sin palabras al intentar negarlo. En realidad, no podía negarlo. Aunque no lo expresó con palabras, Lino parecía sentir lo mismo al volver su mirada hacia Wynn.

 

 

Cornelia, mientras caminaba rodeada de Caballeros de la Corte que decían acompañarla al palacio imperial, era observada por Leticia, que caminaba delante de ella con sentimientos encontrados.

 

‘Esa expresión en la cara de Cornelia-san… nunca la había visto.’

 

Tras el intento de golpe de Estado, Leticia había estado en estrecho contacto con Cornelia, que era miembro de la familia real. Sentía que ella estaba comenzando a acercarse a Wynn y los otros. Pero, en ese momento, la expresión que flotaba en su rostro al momento de tomar la mano de Wynn cuando se la ofreció, aferrándose a ella… ¿y si Cornelia tuviese sus mismos sentimientos?

 

‘Sabía que podía pasar, pero… sigue sin gustarme.’

 

Seguía sin ser divertido que otras mujeres se interesaran por Wynn. O que Wynn se fijara en otras mujeres. Los pensamientos de Wynn a menudo iban dirigidos a Cornelia más que antes, ya que ahora era su sirviente. Era solo algo natural como su sirviente.  Después de todo, Wynn debía proteger a Cornelia. Pero ¿y Leticia? Sí, él se preocupaba por Leticia, pero no se podía negar que su relación seguía siendo algo así como la de un hermano y una hermana. Una relación que podía disfrutar hasta la saciedad, siendo ciertamente acogedora, pero también la hacía sentir impaciente. Leticia dejó escapar un pequeño suspiro.

 

“¿Qué pasa?”

“Sí-sí, es… no es nada.”

 

Wynn debió de notar el suspiro y preguntó atento. Aunque Leticia le contestó que no era nada, ella se alegró un poco de que a Wynn le importara, y eso iluminó sus oscuros sentimientos. Ella había estado deseando pasar mucho tiempo con él desde que se conocieron cuando tenía seis años en el Nido del Pájaro Errante. Pero debido al oráculo que la declaró El Valiente, aunque ella no lo quería, estuvieron separados durante cuatro largos años. Sin embargo, ahora era diferente. A diferencia de esos cuatro años en los que estuvieron separados, ahora se podían encontrar cuando quisieran. No tenía sentido preocuparse por ello. Eso en sí era un paso más allá en su relación actual… Con esa idea en mente, Leticia miró hacia adelante como si quisiera cortar la angustia que había estado experimentando hasta entonces.

 

◇◆◇◆◇

 

Esa noche. En una sala del palacio, Alfred estaba revisando una montaña de informes sobre su escritorio. Hacía mucho tiempo que su padre, el emperador Alexei, dejó de dedicar sus energías a los asuntos políticos. En la actualidad, el Príncipe Heredero, Alfred, se encargaba de todos los asuntos políticos, excepto los que requerían absolutamente la aprobación del Emperador. Revisaba la pila de documentos en su escritorio y sellaba acuerdos uno tras otro. Alfred estaba reduciendo constantemente la pila de documentos, cuando su mano se detuvo de repente en un informe en especial. La persona que presentó el informe fue el Conde Elstead. Era un hombre calvo, con sobrepeso y de mala reputación que era extremadamente incomible. El que también era el confidente de Alfred. El informe hablaba de un asalto a una aldea cercana a la frontera que se creía que fue llevado a cabo por un equipo de avanzada de Petersia, y que ocurrió antes del conflicto armado con Petersia del año pasado. El Condado Elstead, gobernado por Royce, se vio afectado al varias de las aldeas aledañas a la frontera con Petersia haber sufrido daños. Él había informado de los resultados de su investigación. Al leer el informe, Alfred estuvo de acuerdo con los puntos extraños que Royce había señalado, y ordenó a su asistente que le trajera algunos materiales de la biblioteca del Palacio Imperial.

 

La biblioteca del Palacio Imperial almacenaba todo tipo de documentos, desde publicaciones dentro y fuera del Imperio hasta documentos oficiales. Después de unos pocos minutos, Alfred dejó salir un pequeño jadeo, comparando el material traído por los libreros y el reporte entregado por Royce.

 

“Esto es…”

 

En muchas de las aldeas atacadas, había algunas personas que habían escapado del ataque yendo a las ciudades cercanas a hacer negocios. Al investigar con la colaboración de esos supervivientes, se comprobó que el número de cadáveres que quedaban era pequeño en comparación con el número de habitantes que vivían originalmente en cada aldea. Este fue el caso no sólo del Condado Elstead, sino también del condado Bresea, del Marquesado Rembrandt y del Marquesado Cliffdorf. Fue una incursión de Petersia que ni siquiera parecía tener como objetivo el saqueo. Si fuera parte de la estrategia de invasión, no habría ningún beneficio en matar a la gente desarmada que vivían en el territorio. Esto era especialmente cierto si se planeaba gobernar esas mismas tierras después.

 

“Hmm…”

 

Alfred dejó escapar una pequeña exhalación mientras se frotaba la frente.

 

‘No veo el propósito de esto… Petersia no es un país con la política de matar a todos los ciudadanos de naciones hostiles…’

 

Por ahora, dejaría la consideración de ese asunto para más adelante y miraría el siguiente documento. El siguiente documento era una petición de varios nobles. Era una petición que había sido enviada a Alfred muchas veces recientemente, uno que hablaba de la insatisfacción con el sirviente de la princesa, Wynn Bird. Él era un caballero plebeyo de origen desconocido, no era un típico caballero de la guardia trabajando para la familia imperial ni un Caballero de la Corte, los caballeros de mayor rango, quienes eran fuerzas clave en la defensa de la Capital Imperial. Además, era un asunto que preocupaba a la opinión externa de la familia imperial el que se uniera a un escudero del sexo opuesto cercano en edad a la soltera princesa imperial. Estas peticiones se habían ido entregando regularmente desde que Wynn fue nombrado sirviente. Sin embargo, Alfred se negaba a aceptar obstinadamente estas solicitudes, incluso rechazando aquellas que decía que “por qué no mejor, en lugar de tener solo a Wynn, seleccionar unos cuantos de entre los caballeros nobles para formar un cuerpo de guardia”. Algunas de ellas iban incluso cortésmente acompañadas de un borrador de quienes podrían conformar este cuerpo de guardia. En muchos casos, la propuesta de conformación incluía los nombres de los hijos de los mismos nobles que proponían la idea, así como el nombre de un pariente masculino de edad cercana a la princesa, como candidato al cargo de sirviente. Sus transparentes intenciones eran de hecho bastante impresionantes, tanto que para Alfred ya era una tontería seguir leyendo, pero cuando estaba en ello, la puerta de su habitación se abrió ligeramente. Un sirviente le informó de la llegada de un invitado. Cuando Alfred le dijo que lo hiciera pasar, la puerta se abrió y su hermana, Cornelia, entró lentamente en la habitación, con una actitud digna.

 

“¿Querías verme?”

“Sí. Me han informado de los disturbios de la noche. El viejo Meissen estaba preocupado. Es un hombre que ya está muy mayor, así que no hagas que su corazón pase tantos sobresaltos.”

 

Meissen había estado sirviendo a su familia desde la época del abuelo del emperador Alexei, y mientras se erguía como el líder de los magos de la corte, también era el consultor del emperador. Además, cuando Alfred y Cornelia eran jóvenes, también sirvió como su maestro.  Él rara vez salía de su despacho en la parte trasera del palacio, pero ese día lo hizo a petición de Royce. Y, en el camino de regreso a casa, regañó a Cornelia sobre de que no pudo hacer magia en una situación de emergencia. Aunque de lo único de lo que se quejó fue de ese hecho. Después de eso, dejó el asunto de lado y movió su atención hacia Wynn y Leticia.

 

Por cierto, el viejo Meissen vio como Cornelia se aferraba a la mano de Wynn, pero decidió no decir nada. Cornelia ya se había preparado para recibir los regaños.

 

“…¿Me estás escuchando?”

 

La voz de Alfred trajo a Cornelia de regreso de sus recuerdos de ese momento.

 

“¿Me has llamado aquí solo para eso?”

 

La sonrisa de Alfred se desvaneció ante la pregunta y miró a los ojos de su hermana, que estaba de pie frente a él con los codos apoyados en el escritorio y las manos cruzadas.

 

“No, tengo que pedirte un favor. Sé que está muy lejos, pero necesito que seas tú la que vaya al Reino de Lyon en mi lugar.”

 

Cornelia ladeó la cabeza ante ese comentario. En el pasado, Alfred y Cornelia habían planeado realizar una visita de buena voluntad al Reino de Lyon, pero debido a la oposición de algunos nobles, se decidió que sólo él visitaría el Reino de Lyon.

 

“Oficialmente, yo seré el que vaya. Pero en realidad, vas a ir tú.”

“¿Qué quieres decir?”

“No puedo decírtelo ahora mismo. Pero por ahora, sólo asegúrate de estar lista para ir a Lyon.”

 

Cornelia asintió mientras se quejaba por dentro. Sabía que su hermano estaba tramando algo cuando hacía esto. Sin embargo, al no decirle nada más que se preparara, era lo mismo como si la estuviera tratando como una niña.

 

Al ver a Cornelia con una mirada claramente insatisfecha, Alfred le entregó una de las peticiones de los nobles y que involucraban a su sirviente, Wynn Bird.

 

“¿Qué es esto?”

 

Cornelia, que miraba la petición con una expresión dudosa en el rostro, su cara se puso roja rápidamente y dejó el documento de golpe sobre la mesa del despacho de su hermano.

 

“¡Independientemente de que sea un muchacho de edad similar, ¿cómo puede ser una mancha para la autoridad del imperio y de la familia imperial el hecho de haber nacido como plebeyo?! ¡De ninguna manera, despedirlo sólo por esta razón es algo que yo, que lo aprobé como mi caballero, no permitiré!”

 

Incluso hoy, Wynn hizo todo a su alcance para evitar que sufriera cualquier daño sin tener en cuenta su propia seguridad. Con ese pensamiento en mente, Cornelia se inclinó hacia delante.

 

“Lo sé, lo sé.”

 

Alfred asintió con voz tranquila a su hermana, que estaba tan alterada, lo que no era habitual en ella.

 

“Cuando se trata de competencia y carácter, Leticia-sama ha respondido por él. Yo tampoco veo ninguna razón para despedirlo.”

 

Ciertamente, si el oponente podía usar magia, Wynn era tan bueno como un caballero ordinario. En comparación con la Guardia Imperial, que estaba compuesta por nobles con grandes poderes mágicos y los Caballeros de la Corte, que estaban compuestos por caballeros de élite seleccionados a dedo de la orden principal, su habilidad general era inevitablemente inferior. Sin embargo, cuando el poder mágico se les era bloqueado, el cual constituía la fuerza de los caballeros nobles, como en el caso del golpe de Estado, Wynn Bird mostraba su incomparable fuerza.

 

…Incluso hasta el punto de que se decía podía derrotar hasta al Valiente.

 

También en este vasto palacio imperial había lugares donde el poder mágico era sellado. Por ejemplo, mientras el emperador estaba en una audiencia con algún mensajero de otro país, una Barrera de Sellado era desplegada para evitar intentos de asesinato. En tales casos improbables, el éxito de Wynn estaba garantizado. En caso de que él no estuviera cerca, tendrían que dejarlo en manos de los caballeros de la Guardia Imperial y los Caballeros de la Corte. Sin embargo, podría darse el caso de que uno de esos mismos caballeros estuviera involucrado.

 

Por lo tanto, Alfred tenía la intención de crear un cuerpo de guardia para Cornelia, pero nunca accedería a una de las formaciones preparadas de antemano por los nobles. Por ahora, hasta que se estableciera oficialmente tal cuerpo de guardia, Wynn sería el único sirviente de Cornelia, pero no por eso habría que preocuparse por su fuerza. Después de todo, junto a él, había una fuerza absoluta que superaba la fuerza militar total del Imperio.

 

“Aunque tienen un punto sobre que es alguien del sexo opuesto con una edad cercana a la tuya. Si eso perjudica o no la autoridad de la familia imperial…”

“Eso es…”

 

Alfred se rio mientras levantaba la mano hacia Cornelia, que se quedó sin palabras cuando intentó discutir.

 

“Para eso está Leticia-sama, así que estará bien. Más bien, si es un problema tan grave, ¿no perjudicaría más al duque que a la familia imperial? Leticia-sama va con el sirviente Wynn, ¿no?”

“…Es cierto cuando lo dices así…”

“Una princesa imperial y una duquesa luchando por el amor de un hombre… sí, eso es interesante…”

 

Cornelia se quedó sin palabras por un momento mientras su hermano le sonreía, murmurando divertido.

 

“…¿De qué estás hablando?”

 

Ella apartó la mirada de Alfred y le respondió con voz débil. Sin embargo, inmediatamente se volvió hacia él y lo miró.

 

“Más importante, hermano.”

“¿Qué sucede?”

“Accederé a tu petición de ir a Lyon, pero en ese caso, tengo que pedirte un favor.”

 

Cornelia tenía una expresión seria en su rostro, y Alfred la miró, igual de serio.

 

“Quiero que se me trate como a una cadete de caballero como antes, no como a una princesa imperial cuando no se trate de asuntos oficiales.”

 

◇◆◇◆◇

 

Al día siguiente, Alfred había convocado al Conde Elstead a su despacho.

 

“Ha pasado mucho tiempo, Royce. ¿Has perdido algo de peso?”

“Sí, hago bien mis ejercicios todos los días, pero después del trabajo, mis comidas son bastantes sabrosas. Al fin y al cabo, siempre he creído que la gente estará sana cuando la comida sabe bien.”

“No, hay un límite para eso…”

 

Alfred suspiró. Él era un buen ejemplo de que no se podía medir a una persona por su aspecto, aunque la apariencia de este Conde Royce van Elstead que tenía delante, calvo, gordo como un sapo feo, del aspecto de un típico villano noble que aparece en cuentos y obras de teatro. Aunque circulaban rumores viciosos entre los nobles de la Capital Imperial y aquellos involucrados dentro del palacio imperial, su territorio era rico en grano, siendo el principal productor de este en todo el imperio, y nunca se había oído de una rebelión en sus territorios. Aunque, sobre todo, era cierto que la familia del conde estaba endeudada.

 

“Por cierto, Su Alteza, ¿qué tipo de asuntos nos atañen hoy?”

“Se trata de nuestro próximo viaje a Lyon.”

“Hmm.”

 

Royce se puso la mano en su carnosa barbilla y pensó durante un rato.

 

“Como sabes, se trata de una visita aparentemente de buena voluntad. Pero la verdad es que es con el fin de concluir una alianza militar. Ya he obtenido el consentimiento informal del príncipe heredero Raúl de allí. Después, yo mismo iré y firmaré el compromiso, y entonces se formará la alianza.”

 

Alfred cortó sus palabras en este punto, y de repente bajó el tono.

 

“Entonces, usaré esto para tender una trampa. El bando de Petersia no se creerá que es una visita de buena voluntad. Seguramente tomarán alguna medida.”

“¿Intenta averiguar quién trabaja con ellos?”

“Sí. Así que, oficialmente, fingiré que fui yo el que partió a Lyon, pero en realidad, enviaré a Cornelia.”

“En ese caso, ¿hay alguna necesidad de que Su Alteza Imperial Cornelia vaya a Lyon siquiera ahora mismo? Creo que incluso después de que todo haya terminado, será suficiente para realizar la alianza. Además, Su Alteza Imperial sólo tiene diecisiete años. No tiene edad para dedicarse a asuntos oficiales.”

“Sí, si es sólo para exponer al informante. Pero tarde o temprano, una batalla con Petersia es inevitable. Y quiero que Cornelia vea el mundo exterior. Quiero que gane experiencia. No pasa nada mientras se trate de alguien de la familia real, ya que de todos modos sólo se trata de firmar los documentos que la otra parte ha preparado. Además, las princesas son muy populares entre el populacho.”

“Bueno, eso es cierto. Si te enteras de que te visita una princesa de un país vecino, te llevarás una buena impresión en la mayoría de los casos.”

 

En un principio, las mujeres del Imperio eran consideradas finalmente figuras públicas al cumplir los dieciocho años. Hasta esa edad, aunque fuera una princesa imperial, sus palabras no representaban al imperio. Sin embargo, Cornelia no podía salir a negociar sin tener los dieciocho años. Era necesario que adquiriera experiencia sobre cómo comportarse y actuar en diversas situaciones de negociación. El asunto de esta alianza militar ya había sido discutido entre Alfred y Raúl, y el resto era una simple cuestión de firma.

 

Lo que Cornelia debía hacer era mejorar la imagen del Imperio ante los habitantes del Reino de Lyon. No era necesario las negociaciones políticas, pero era una buena oportunidad para que experimentara cómo comportarse como figura pública en otro país. Royce asintió como si estuviera convencido. Sin embargo, rápidamente reprimió su risa y sonrió, distorsionando su cara en una de un villano.

 

“Pero no me llamó para algo así, ¿verdad?”

 

Alfred asintió.

 

“Sí. Se trata de ellos. Ya los he colocado en la Capital Imperial también. Cuando todo comience, quiero que tomes el mando aquí.”

 

Royce asintió un poco mientras miraba el papel que describía el plan que Alfred le había dado.

 

“Ya veo. Para ser sincero, no me gusta demasiado. Bueno, admito que soy la persona más calificada para comandarlos. Ahora solo queda esperar que funcione bien.”

“Si no lo hace, no importa. No nos perjudicará en absoluto.”

“¿Usando a su hermana como cebo, señor?”

“Por eso él está aquí.”

“Ciertamente, si él dice que va a ir, hay una alta posibilidad de que ella definitivamente vaya.”

“Más bien, voy a pedirle que vaya esta vez. Es el país de Raúl-kun, que fue su compañero. No hay nada malo en que El Valiente vaya también, ¿verdad?”

“Es cierto. Pero también será peligroso, ¿sabe?”

“Creo que es una oportunidad que bien vale el riesgo.”

 

Cuando Alfred miró directamente a los ojos de Royce, éste dejó escapar un gran suspiro como si se hubiera rendido.

 

“Supongo que no tiene sentido pararse ahora. Voy a acelerar los preparativos. Por cierto, su alteza Cornelia nos ha enviado una solicitud para participar formalmente en la misión de la que yo y mi escuadrón nos encargamos actualmente.”

“¿De Cornelia?”

 

Alfred puso una expresión de duda.

 

“Umm… aunque voy a hacer que vaya a Lyon. ¿En qué estás trabajando ahora?”

“Ahora mismo, estoy en un caso de secuestro.”

“¿Secuestro? Eso es más un trabajo para los guardias que para los caballeros…”

“Sí, pero la hija del Conde Baymond ha sido secuestrada. Por eso nos llegó el trabajo.”

 

Los pensamientos internos de Alfred acerca de qué parte de ese incidente tocó la fibra sensible de su hermana salieron a la luz en su expresión. Royce sonrió.

 

“Parece que el sirviente Wynn estuvo involucrado en el caso de secuestro de cierta manera, y Su Alteza Imperial se interesó en él.”

“Así que…”

 

Al regresar la noche del día anterior, Cornelia estaba instando a Alfred a que se le tratara como cadete de caballero, como lo había hecho antes del golpe de estado. Probablemente fue por eso que envió la solicitud de involucrarse en el caso.

 

“Como dije antes, será una buena experiencia para ella ver el mundo con sus propios ojos. Si me pasa algo, la que se convertirá en la próxima emperatriz será ella.”

 

Alfred, que no cambió especialmente su expresión, dijo claramente.

 

“Eso es horrible, por favor, no diga eso, aunque sea una broma.”

“No es una broma. De hecho, no sé cómo será el futuro, y tal vez Cornelia muestre más aptitud para el trono que yo. En cualquier caso, pasará a realizar tareas oficiales tras realizar su ceremonia de 18 años. No importa el tipo de trabajo que sea, seguro que le será útil experimentar varias cosas mientras.”

 

Al decir esto, Alfred sonrió al noble que tenía delante y que, a pesar de su apariencia, no era como cabría de esperar.

 

“Por lo general, incluso puedes ser emboscado y atacado por matones al salir por ahí. Es concebible que me ataquen en algún lugar y pierda la vida también, ¿no?”

 

Royce se frotó la cabeza y movió su mirada de forma brusca.

 

“Como esperaba, se enteró igualmente.”

“Bueno…”

 

Royce no se sentía orgulloso de haber usado a la princesa como señuelo, ya que incluso se quedó sin habla. Alfred sabía que Meissen, el líder de los Magos de la Corte y jefe de la División de Magia de la Corte, era un viejo amigo de Zaunas y también de Royce. Según el Viejo Meissen, Cornelia no fue capaz de luchar usando magia cuando fue atacada por matones, sólo pudiendo ser protegida por Wynn. Debía haber tenido el pensamiento de que Cornelia no se lo perdonaría a sí misma. Ella era así. Podía ser por estar involucrada en este incidente, pero también debía tener un fuerte deseo de volver a entrenarse y ganar experiencia, ya que era una cadete de caballero.

 

“Bueno, no es mala idea dejar que gane algo de experiencia bajo tu mando. Pero, de nuevo, siempre podría presionar para que consiguieras una mejor asignación, ¿no?”

“No, hay algo que me molesta, así que lo dejaré así. Además, pensé que sería una buena oportunidad para mostrar a Su Alteza Imperial las luces y sombras de la Capital Imperial.”

“Ya veo. Si tú lo dices, lo dejaré como está. Por supuesto, cuando estés listo para ir a Lyon, tendrás que darle prioridad a eso, sin embargo. Por cierto, ¿qué es eso que te preocupa?”

 

Royce asintió y le entregó a Alfred el informe que había traído. Alfred miró rápidamente el informe y se detuvo de repente.

 

“¿Estás seguro de lo que está escrito aquí?”

“En cuanto a los barrios bajos, aún no hemos recibido ninguna confirmación, pero…”

 

El informe decía que varias personas que podían usar magia que vivían en la Ciudad Imperial habían desaparecido. Y también afirmaba que un caso similar estaba ocurriendo en los barrios bajos según lo que Locke informó ayer mismo.

 

“Hmm…”

 

Alfred resopló mientras se tapaba la boca con la mano.

 

“Hablando de eso, he estado mirando tu informe…”

“¿Informe? Ah, el asunto de que el número de cuerpos no coincida con el número real de residentes en el ataque a las aldeas.”

“¿Dices que mataron a todos los aldeanos para cubrir sus huellas?”

“¿Dice usted que el objetivo era secuestrar a los desaparecidos, y que los aldeanos fueron asesinados para ocultarlo?”

“Eso es lo que estás pensando, ¿no?”

 

En respuesta a la pregunta de Alfred, Royce asintió con una sonrisa en el rostro.

 

“La conmoción por los secuestros en la Capital Imperial comenzó a producirse con frecuencia justo después del enfrentamiento armado con Petersia. Me pregunto si hay algún tipo de relación entre ambos.”

“Pero, además, ¿qué sentido tenía sacrificar a tantas aldeas para atacar?”

“Si destruyes las aldeas, al menos puedes reducir el poder de los nobles en esa región. Además…”

 

Royce entregó otro informe a Alfred.

 

“Se trata de un informe sobre los casos de desaparición que se registraron en nuestro territorio en los últimos años.”

“Esto es…”

 

En comparación con los años anteriores, el número de personas desaparecidas había aumentado drásticamente de un año a otro.

 

“Y aquí están las cifras del condado Bresea y del marquesado Rembrandt.”

 

Después de todo, el número de ocurrencias había aumentado rápidamente, al igual que en el dominio del Conde Elstead.

 

“Sin embargo… en todos los territorios, el número de ocurrencias ha ido disminuyendo desde aproximadamente medio año antes del conflicto armado con Petersia.”

“Eso es probablemente porque cada uno de los señores reforzó su seguridad. Y, de hecho, los incidentes de los ataques a las aldeas empezaron a producirse después de que se reforzara la seguridad.”

“…Ya veo…”

 

Alfred asintió.

 

“Eso… parece que tenemos que investigar si todas las personas que desaparecieron eran personas que podían usar magia.”

“Desgraciadamente, no sabemos quiénes han desaparecido en el caso de los ataques a las aldeas, pero si se trata de un caso de secuestro en la ciudad, podemos investigarlo, así que haremos que lo investiguen ahora.”

“Hazme saber si encuentras algo.”

“Muy bien, señor.”

 

Royce se inclinó reverentemente. Y cuando giró sobre sus talones para salir de la habitación, Alfred lo detuvo en un tono como si se hubiera acordado de algo de repente.

 

“Por cierto, Royce. Voy a tratar de preguntarte, si fueras a ganar contra Leticia-sama, ¿cómo te propondrías hacerlo?”

 

Preguntó Alfred como si estuviera charlando. Sin embargo, a Royce no le sorprendió la pregunta. No sólo el Imperio, sino que era un asunto que cualquier persona involucrada en el núcleo de los asuntos militares de los países circundantes habría considerado al menos en cierta medida. Además, si te pones en primera línea, aunque sea una vez y ves su figura, no puedes evitar ser consciente de ello.

 

…Cuando El Valiente se convierte en el enemigo, ¿cómo debe tratarse?

 

Royce evitó dar una respuesta inmediata, fingió pensar un poco y abrió la boca.

 

“Sí, yo no haría nada.”

“¿Qué quieres decir?”

“También es un ser humano, así que morirá tarde o temprano si se la deja sola.”

“Eso es algo que tomaría mucho tiempo, señor.”

 

Alfred se rio. Es cierto que, aunque seas El Valiente con un poder extraordinario, mientras seas un ser humano, tienes un tiempo de vida humano. Al final morirás.

 

“Pero si no puedes esperar a ese momento…”

“También es una persona… si rompe su corazón, también lo hará su mente y sus sueños más anhelados, entonces se suicidará o algo así. Bueno, eso es lo que haría yo. Después de todo, recomiendo la primera medida. El mejor plan es dejarla sola.”

 

◇◆◇◆◇

 

En el sentido de que vivían el día al máximo, las personas que habitaban en los barrios bajos podían no ser muy diferentes de las personas que vivían en el nostálgico campo de batalla donde Kelvin pasaba todos los días. Él fue llevado a la sala más magnífica del edificio, donde el calvo lo llevó por primera vez, pensó eso mientras escuchaba el bullicio que venía de fuera. Además de los vendedores ambulantes y las voces de los niños, de vez en cuando se oían voces violentas y enfadadas de los hombres. Era un poco diferente del ajetreo y bullicio que se escuchaba en el campo de batalla, pero igualmente le hizo sentir nostálgico.

 

“Lo siento. Oí que se van a retrasar antes de llegar.”

 

El calvo dijo eso mientras le ofrecía una taza de madera llena de vino, como si pensara que Kelvin, que escuchaba con los ojos cerrados el clamor que llegaba de fuera, estuviera de mal humor después de haberle hecho esperar durante tanto tiempo.

 

“Está bien. Es bastante habitual que la gente importante llegue tarde.”

 

Desde el incidente del otro día, el trato del calvo a Kelvin había mejorado mucho. Quizás pensaba que le había salvado la vida, pero el calvo le preparó a Kelvin una habitación razonablemente espléndida incluso para los barrios bajos, y le servía bebidas de esta forma. Cabía la posibilidad de que hubiera vigilancia en la residencia, pero con la habilidad de Kelvin, a no ser que la persona fuera demasiado hábil, no sería capaz ni de verle la sombra, y él no tenía intención de moverse hasta que obtuviera alguna información. Así que, a su manera, Kelvin estaba disfrutando de la vida en los barrios bajos, donde el escenario era algo parecido al del campo de batalla. Tal vez por su actitud desenvuelta, hoy Kelvin había recibido una oferta de trabajo del calvo.

 

Podía sentir que el vino que se bebió era barato, pero con una fuerte concentración de alcohol. El vino era fuerte y sabía mal, pero, por el contrario, esto le recordó el sabor del vino que solía beber en el campo de batalla, lo que le hizo sentir nostalgia. Cuando se tomó el tiempo de beberse el vino vertido en la taza de madera, golpearon la puerta y entró un hombre que parecía ser el subordinado del calvo. Luego de decirle una o dos palabras a su jefe, el hombre se fue. Al mismo tiempo que el hombre se iba, el calvo miró a Kelvin.

 

“Aparentemente, ya llegaron.”


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