El Maestro del Valiente

Capítulo 95 - El gremio de aventureros de Erz

 

A la mañana siguiente. Después de pasar la noche en la casa del Conde Elstead, Wynn y sus amigos desayunaron en la sala donde se celebró el banquete de la noche anterior, y luego decidieron abandonar la casa. Debían pasar por los túneles de las montañas Majil al reino de Lyon antes de que el ejército del Marqués Cliffdorf asediara Erz. Y al parecer Alfred, Royce y Kelvin habían ido al cuartel de la orden de caballeros privada del Conde Elstead para discutir sobre el futuro. Las esposas de Royce los acompañaron hasta la puerta.

 

“¿No temen que la ciudad de Erz se vea envuelta en la guerra? ¿O tienen alguna garantía de que saldrá indemne de todo este problema?”

 

Después de escuchar la historia de ayer, Cornelia preguntó a las esposas de Royce sobre lo que ella misma se había estado preguntando. Era imposible que Royce no les hubiera contado qué tipo de penurias se avecinaban a Erz. Pero incluso en el desayuno de esta mañana, no había ninguna señal de miedo o ansiedad en las chicas. Las esposas de Royce se miraron entre sí ante la pregunta de Cornelia. Y en nombre de ellas, la mayor de las esposas, una mujer de unos veinte años llamada Lila, respondió a la pregunta.

 

“Quién sabe, nosotras tampoco sabemos tanto. Aunque estamos seguras de que nuestro marido se encargará de ello, así que seguiremos con nuestra vida cotidiana como siempre hasta que él diga lo contrario.”

“Tienen plena confianza en el Conde, ¿verdad?”

“Por supuesto. Así que, Su Alteza, Su Excelencia, por favor, no se preocupen por nosotras y continúen con su viaje a Lyon. Estaremos orando con todo nuestro corazón para que su viaje sea seguro.”

 

Cuando las chicas inclinaron la cabeza en la puerta de entrada, las sonrisas que tenían no eran de cortesía, sino sinceras.

 

◇◆◇◆◇

 

“Primero necesitamos un mapa de las minas.”

 

Tras abandonar la mansión del Conde Elstead, Wynn y los demás preguntaron primero por el Gremio de Mineros. Al parecer, Royce se había puesto en contacto con el gremio de mineros de antemano, y les dieron un mapa de la mina sin ningún inconveniente.

 

“Vaya, qué demonios…” Mirando la copia del mapa que Wynn había recibido del personal del gremio, Locke murmuró de forma involuntaria.

 

Los túneles representados en la imagen eran tan intrincados como si fueran un hilo enmarañado. Había innumerables intersecciones, pero no estaba claro si estás estaban en una superficie plana, o si eran intersecciones tridimensionales con los niveles superiores e inferiores. Parecía ser que había muchas capas, ya que le dieron una gran cantidad de mapas.

 

“Es inútil. Este es el mapa más preciso que tendremos. Además, dicen que los túneles se siguen excavando y que cambian cada día.”

“No sé si podremos llegar bien a Lyon con esto…”

 

Cuando Wynn dijo esto, Locke se cubrió los ojos con la mano derecha a modo de visera y miró al cielo.

 

“¿Y… si nos perdemos estando por nuestra cuenta?”

 

Leticia, que había estado mirando el mapa al igual que Locke, miró a Wynn y le dirigió una mirada preocupada. De los seis, ella era la más versada en viajes.

 

“No me asusta la idea de estar perdida bajo tierra~.”

 

Cuando Lino se agarró la cabeza, Wedge, que estaba a su lado, asintió.

 

“He oído que los túneles que conducen a la frontera del Reino de Lyon ya han sido abandonados, así que no es que se sigan excavando y el camino vaya a cambiar. Pero Letty tiene razón, es un poco inquietante si estamos solos.”

“¿Por qué no pedimos al gremio de mineros que nos muestren el camino?”

 

Siguiendo la sugerencia de Cornelia, preguntaron al personal del gremio si podían darles indicaciones. Sin embargo, el gremio de mineros respondió que, si querían indicaciones para llegar a la mina abandonada, debían ir al gremio de aventureros y encontrar a algunos aventureros que supieran de minas abandonadas.

 

“¿Aventureros?”

 

¿Por qué tienen que ser los aventureros en lugar de pedirle a los mineros que nos guíen por las minas? Preguntó Leticia a Wynn con curiosidad cuando volvieron.

 

“Una vez que una mina ha sido abandonada, ningún minero baja por ella. Y en este caso, los túneles, que se dice están conectados con Lyon, han estado abandonados desde hace casi sesenta años.”

“Pero, ¿por qué los aventureros?”

“Se dice que los demonios a veces anidan en las minas abandonadas, y cada pocos años, los aventureros van allí para matarlos a gran escala. Por eso, el gremio de aventureros sabe más sobre los caminos de las minas abandonadas que el propio gremio de mineros, ya que todavía suelen tener los mapas que se utilizan para derrotar a los demonios en aquel entonces.”

“¿Eeh? ¿Hay demonios~?” Cuando Wynn le respondió a Locke, Lino frunció el ceño con disgusto. “Me pregunto qué tipo de demonios habrá… Espero que no sean muertos vivientes o algo así…”

“Es uno de los posibles demonios que podríamos encontrar.” Dijo Leticia.

“Si ha habido víctimas de algún accidente minero o algo así, podría haber muertos vivientes allí si en algún momento hubo contacto con miasma de los demonios.”

“Letty, ¿qué otros demonios se te ocurren?”

 

Preguntó Wynn, y Leticia ladeó la cabeza para pensar. 

 

“Tampoco es que yo haya luchado mucho en cuevas. Aparte de muertos vivientes, se me ocurren goblins y kobolds, que son demonios que suelen vivir en cuevas y minas abandonadas. En cuanto a bestias mágicas, diría que podría haber reptiles como las serpientes y los lagartos. También podría haber otros tipos de demonios como los insectos. Gusanos, escorpiones…. Entre las que no quiero encontrarme son las hormigas. Siempre son muchas…”

“¿Gusanos?”

“Demonios gusano.”

 

Wynn respondió a la pregunta de Lino. Los demonios gusanos eran demonios que se movían por el terreno, masticando la tierra y rocas por igual. Podían comer insectos, animales pequeños, animales grandes e incluso otros demonios. Buscaban sus presas mediante las vibraciones y los sonidos que se transmitían a través del suelo, y a veces atacaban asentamientos humanos. Sin embargo, los dientes de su boca que podían masticar piedras y su piel tan dura como la roca eran problemáticos, pero también era un monstruo que podía hacer ricos a los aventureros si eran lo suficientemente hábiles para esquivar sus ataques y romper su dura piel. El cuerpo de un gusano solía estar lleno de minerales. En particular, si el gusano viviera en una mina con vetas de oro, se podrían encontrar pepitas de oro en su vientre. Lino escuchó la descripción del gusano que hizo Wynn, y su asco a un bicho tan grande pareció desaparecer. Aunque eso no evitó que se le pusiera la piel de gallina.

 

“Por favor, dejemos el tema de los bichos de lado…”

“Estoy de acuerdo contigo en eso… Lino.”

“Pero los demonios con formas de insectos no se encuentran sólo bajo tierra, también hay bastantes otros lugares, ¿verdad, Onii-chan?”

“Sí. Creo que hay muchos demonios insecto en los bosques y las montañas bajas. Personalmente, no querría encontrarme con monstruos mosquito. El aguijón venenoso de una abeja es una molestia, pero si te ataca un monstruo mosquito, te chuparía los fluidos corporales aun estando vivo.”

 

Cuando Wynn aún trabajaba como aventurero, el Imperio emitió una vez una petición urgente a todos los aventureros miembros a través del Gremio de Aventureros de Simurgh. Los habitantes de una aldea fueron encontrados muertos durante la noche, reducidos a piel y huesos. La causa de esto fueron demonios mosquitos. Estos demonios con forma de insecto, capaces de volar y que actuaban únicamente por instinto, podían atacar a los viajeros que pasaban por las aldeas y las calles uno tras otro si no se les controlaba. Caballeros, soldados y aventureros pertenecientes al Gremio de Aventureros de Simurgh se adentraron en el bosque para buscar y derrotar a los demonios mosquito. Wynn nunca luchó directamente, pero vio los cuerpos de los soldados que fueron atacados durante el exterminio. Solo dejaban un cadáver al que se le había succionado los fluidos corporales, dejando sólo la piel y los huesos. Según otros soldados que presenciaron los ataques, los demonios mosquito esquivaban los ataques, introducían su enorme probóscide en el cuello de los pobres soldados y lo succionaban en un santiamén. Mientras el contenido de su cuerpo era succionado, sus gritos de desesperación a medida que se debilitaba más y más fueron un espectáculo macabro fuera de este mundo.

 

“Oye… Estás bromeando, ¿verdad? ¿En serio hay un demonio capaz de hacer algo así?”

 

Leticia lanzó una sutil mirada a Locke, que se había puesto pálido, probablemente imaginando lo que Wynn había dicho. Leticia debía de haber visto escenas así muchas veces antes.

 

“Yo… tampoco deseo que nos encontremos con un demonio bicho.” Cornelia, con los ojos llorosos, bajó los hombros y se estremeció.

“Me alegro de no haberme encontrado con un demonio así durante mi misión periódica de exterminio~.”

“Sí, así es…”

“Bueno, no creo que nos encontremos con monstruos mosquito en los túneles, como es de esperar. Sólo se encuentran cerca de los pantanos infestados de miasma.”

 

Wynn se rio mientras Cornelia, Locke y Lino se miraban y asentían entre sí.

 

“De acuerdo, Onii-chan. ¿Vamos al Gremio de Aventureros?”

“Bien. Preguntemos dónde está el Gremio de Aventureros de Erz y vayamos allí.”

 

Tras discutirlo, Wynn y Leticia se adelantaron a los demás. 

◇◆◇◆◇

 

El gremio de aventureros de la ciudad de Erz era un edificio de dos plantas, y aquí también se alzaba en el centro uno de los famosos campanarios de la ciudad. El edificio era de madera, como era típico en Erz, donde abundaba la madera, y el cartel del gremio de aventureros colgaba a la altura del segundo piso. Una vez dentro, encontrarías la recepción del Gremio de Aventureros en el primer piso y una taberna en la parte de atrás. La segunda planta servía como habitaciones privadas y posada. Naturalmente, era más pequeño que la rama oriental del Gremio de Aventureros de Simurgh. Sólo había cinco mesas en la taberna del fondo, y sólo dos grupos de aventureros alrededor de estas. Ambos grupos eran todavía jóvenes, entre los últimos años de la adolescencia y los veinte años.

 

Cuando Wynn entró y miró a su alrededor, los aventureros que habían estado bebiendo y comiendo les dirigieron una mirada de extrañeza. Wynn y los demás llevaban ahora camisas y pantalones sencillos, sin armadura. Sin embargo, Wynn, Locke, Lino y Wedge llevaban la misma ropa. Estaban vestidos de una manera que demostraba que no eran aventureros, sino que pertenecían a algún tipo de organización. Los aventureros parecían abiertamente incómodos, pero cuando Leticia y Cornelia entraron tras Wynn, se dieron la vuelta y las miraron con interés. Debieron reconocer de un vistazo que las dos chicas no eran chicas ordinarias. Miraron a Leticia en particular y se sorprendieron por la belleza que poseía. Un anciano que llevaba una banda en la cabeza los llamó, como si viera a Wynn, que lideraba el grupo y recorría el gremio, como representante.

 

“¿Son clientes? ¿O vienen por una petición?”

 

En Simurgh, el mostrador de recepción y la taberna eran atendidos por personas diferentes, pero en este gremio, un anciano parecía hacer ambas cosas. Puede que hubiera sido un famoso aventurero en el pasado, y los brazos que asomaban por su camisa arremangada seguían siendo bien musculosos a pesar de su avanzada edad, y había cicatrices de cuchillas en algunos lugares.

 

“Una petición. Buscamos un aventurero que pueda guiarnos por los túneles de la Mina de las montañas Majil.”

 

Al mencionar “Majil”, el anciano se volvió hacia Leticia y Cornelia, que estaban detrás de Wynn, con interés.

 

“¿Un guía para los túneles de las montañas Majil? ¿Qué querría un grupo de damas nobles en un lugar como ese…? No, esa fue una pregunta estúpida. Olvídenlo.”

 

Algunas peticiones a los aventureros eran confidenciales. El anciano no podía no conocer este tipo de situaciones, pero al ver a Leticia y a Cornelia, sus verdaderos sentimientos debieron salir de su boca. Inmediatamente se disculpó con Wynn y le invitó a pasar al mostrador donde estaba.

 

“Así que… una guía de los túneles de las Majil.”

“Sí, queremos pasar por los túneles de las Majil a Lyon.”

 

El anciano se aclaró la garganta mientras les mostraba el mapa del túnel que había obtenido del gremio de mineros.

 

“La mina abandonada… hmm. ¡Oigan, chicos! ¿Ustedes pueden tomar el camino a Lyon a través del camino de las minas abandonadas en las Majil?”

“¿Oh? ¿El túnel a Lyon? No seas tonto, viejo. Han pasado más de sesenta años desde que esa mina fue abandonada, ¿verdad? Los túneles de entonces eran bastante profundos en las montañas. Es demasiado profundo para nosotros…”

 

Los aventureros esperaban oír hablar de un trabajo bien remunerado traído por un noble, pero se desanimaron cuando oyeron que se trataba de guiarlos por los túneles hasta Lyon. El anciano dirigió su atención al otro grupo en la parte de atrás, pero el hombre que parecía ser el líder de ese grupo levantó las manos y negó con la cabeza.

 

“Hmm… así es como es.”

“Um… ¿acaso el lugar es realmente tan peligroso?”

 

Preguntó Wynn, y el anciano le miró con los ojos medio cerrados.

 

“¿Pensaban entrar en esa montaña sin saber nada…?”

“¿Acaso es… peligroso?”

“No estoy tan seguro de ello. La zona de los nuevos túneles, por donde se extiende el pueblo minero, está bien, pero la gente ya no se acerca a los antiguos túneles. Es fácil que los demonios aniden en cuevas como esos túneles.” El anciano miró por la ventana hacia las Montañas Majil. “Además, las Majil son el hogar de bestias como los osos y los lobos, así como de especies fantasmales como los dragones. No es un lugar en el que quieras aventurarte a menos que seas un aventurero experto.”

“Yo había oído que el gremio de mineros exterminaba regularmente a los demonios de los alrededores de la mina. Por lo tanto, los aventureros deberían de estar más familiarizados con los caminos de las minas abandonadas.”

 

El anciano asintió.

 

“De hecho, tenemos un mapa que muestra el camino hacia Lyon. Algunos de nosotros hemos estado allí antes, pero todos los más experimentados se han ido. Los que están aquí ahora son todavía jóvenes, y el gremio no puede dejarlos ir a las Majil.”

“¿Es ese el camino que el capitán quiere que tomemos?” Locke, que había estado escuchando el intercambio entre Wynn y el anciano, susurró a Lino a su lado. “Aunque Su Alteza Cornelia está aquí…”

“¿Será que el capitán está juzgando que está bien ya que Leticia-sama está aquí~?”

 

Leticia se encogió de hombros ligeramente.

 

“Es cierto, pero ni siquiera yo soy rival para un dragón de clase mayor.”

“Creo que nosotros podemos encargarnos de los demonios. ¿Es demasiado pedir que sea solo un guía? Hemos preparado una recompensa.”

“Ustedes son caballeros, ¿no?”

 

El anciano dirigió su atención a Locke, Lino y Wedge, que estaban detrás de Wynn conversando.

 

“Sí.”

“¿Pasa algo malo con eso?”

 

El anciano parecía reacio. Dos hijas de nobles y cuatro caballeros. Es cierto que el poder de combate de un caballero era muy superior al de un aventurero ordinario. Pero el anciano parecía estar preocupado por la juventud de Wynn y los demás. Wynn estaba a punto de abrir la boca cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando.

 

“Oye, viejo. ¿Ya puedo pedir algo de comer?”

 

Un hombre bajó del segundo piso. Probablemente tenía más de cincuenta años. Un hombre de pelo rojo corto y recortado y con barba. Se rascaba la nuca de forma somnolienta mientras bostezaba, como si acabara de despertarse de un sueño.

 

“¡Oh, ya se me ocurrió algo! ¡Qué bueno que estás aquí!” El anciano gritó y miró al hombre.

“¿Eh?”

“Ya has pasado por el camino de la mina abandonada de las Majil, ¿no?”

“Sí, bueno, algunas veces, pero ¿y eso qué?”

 

El anciano sacó de repente el tema, y el hombre parpadeó confundido.

 

“No has estado trabajando en nada últimamente, ¿verdad? ¿Qué te parece, Oort? Acaba de llegar un trabajo de hacer de guía por los caminos de la mina abandonada de las Majil.”

 

El hombre llamado Oort estaba al pie de la escalera con la mano en la barbilla, reflexionando sobre el trabajo. Dirigió su mirada hacia el anciano, y luego se volvió y vio el rostro de Wynn que lo miraba.

 

“¿Qué? ¿Eh? Tú… ¿de dónde te conozco?”

“…¿Es usted por casualidad, Oort-san? Yo solía estar en el gremio de aventureros en Simurgh…”

 

Se habían reencontrado con Oort, el aventurero que usaba un hacha que luchó junto él contra un poderoso demonio para proteger a una pequeña niña avian hace siete años.


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